Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 11
Flashback
―¿Por qué están poniendo rejas?
Billy voltea hacia mí y no responde. Habla discretamente con los hombres que pusieron el enrejado de hierro y luego camina hacia adentro de la casa.
Lo sigo.
―¿Qué significan las rejas en las ventanas y puertas? ―insisto de nuevo.
No me gusta la sensación de desconfianza que está invadiendo mis pensamientos.
―Mi hijo ya no puede cuidar de su hogar ―responde, sin detenerse―. Hemos escuchado que la inseguridad se ha incrementado en la zona, así que no vamos a arriesgarnos a que entren malhechores.
―Eso no es verdad ―refuto―. Broadmoor es una zona exclusiva, jamás ha sucedido nada.
Billy se detiene abruptamente y me mira. Su gesto de disgusto es imposible de ocultar, nunca he sido de su agrado y tampoco se molesta en cambiar su postura contra mí.
―No acostumbro a dar explicaciones, Isabella. Mi hijo pidió que protegieramos su casa y es lo que me estoy encargando de hacer. ―Con las mismas ínfulas de grandeza que su hijo se marcha.
Viejo estúpido.
Corro a la habitación de Jacob. Han pasado dos meses desde su accidente, al menos estoy agradecida que he dejado de compartir cama con él, así que me he deshecho de los anticonceptivos.
―Pusieron rejas en toda la casa ―es lo primero que digo al entrar―. Y no me gusta.
Jacob tendido en la cama, alarga su mano para que me acerque. Estoy frente a él, sentada en el borde de la cama, sus dedos recorren mi cara, no hay ni un poco de ternura en su mirada, nada.
―Te propongo un trato ―vacila, a la vez que sus dedos se enredan en mi largo cabello―. Si aceptas lo que te pido esas rejas pueden desaparecer.
No es necesario ser adivino para saber de lo que trata.
Pienso que Jacob tiene una forma de ser extraña porque no creció junto a una figura materna, ser criado únicamente por su padre, lo convirtió en un hombre sin sentimientos, que no puede ver más allá de sus necesidades.
Porque me doy cuenta que Billy es igual. Lo hizo a su imagen y semejanza.
―Hablé con Harry ―dice―. Él está de acuerdo en venir a este lugar.
La emoción en su voz me provoca un escalofrío que empieza desde mi nuca hasta mis pies. Por primera vez siento mucho miedo.
―No lo haré y es mi última palabra.
Rechina los dientes. Parece perdido en sus propios pensamientos y de la nada esboza una sonrisa.
―¿Aceptarías si fuera otro? ―Indaga―. Pudiera ser un tipo más joven ―suelta una risa burlona― ¿podría ser Edward?
Edward es uno de sus mejores amigos. Lo he visto pocas veces, sé de quién se trata y por supuesto que no estoy de acuerdo.
―No.
Él exhala.
―¿Cómo le va a tu padre con el taller que le puse? ―Inquiere―. Sabes, en el fondo me da gusto que al fin hayan salido de su misera vida llena de carencias, sería una lástima que volvieran a lo mismo ahora que está viejo y enfermo ¿no crees?
Mi corazón está latiendo en mi garganta, puedo sentirlo.
―¿Nunca has pensado que los marcapasos pueden fallar en cualquier momento, querida?
Lo miro sin pestañear. Quiero que aparezca un príncipe azul con su corcel blanco y me salve ―rio internamente― esos cuentos no existen, yo elegí mi propio destino al aceptarlo como esposo.
Nadie me ayudará.
Hola, gracias por todas las ideas que me dieron. No estaremos mucho tiempo en pasado porque la historia irá rápido. ¿Opiniones?
Gracias totales por leer ✨
