Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Hay un poquito de lime, nada serio. En su momento pensé sacar una historia independiente de este drabble pero pasaron cosas jsjsjs. Lo haré algún día.
-Sabes que te amo ¿cierto, Ryou?- la voz de la persona que le brindaba calor durante aquella noche le hizo despertar un poco, un par de brazos se ceñían en su cintura y atraían su cuerpo al del ajeno.
-Ya lo sabía, Daiki-san- afirmo el castaño dejando que los labios de su acompañante rozaran su cuello, sintió las manos de Aomine acariciando otras partes de su anatomía -¿qué haces?-
-Nada- respondió el moreno dirigiendo sus manos hasta donde descansaba el miembro dormido de su castaño -solo pensaba jugar con este amiguito- acoto mientras lamia y daba besitos cariñosos al cuello del castaño -¿tú no quieres, Ryou?-
-P-pero- trato de negarse a las caricias de su novio pero le era imposible -terminamos de hacerlo hace una hora- trato de negociar con Aomine pero este no daba su brazo a torcer.
Los ojos zafiro lo devoraban como un animal en celo.
Rayos, se excito por culpa de su novio.
-¿Daiki-san?- llamo al moreno que retiraba las sabanas de su cuerpo y con delicadeza acariciaba su cuerpo y besaba con paciencia infinita cada pedacito de su piel.
-¿Hmm?- exclamó el moreno mientras se posicionaba entre las piernas de su joven amante.
-Estaremos juntos para siempre ¿cierto?- murmuro mientras soltaba un pequeño gemido al sentirse lleno por culpa de Aomine, abrazando al moreno que se movía lentamente sobre él.
-Claro- respondió Aomine besando el cuello del castaño, lamiendo cada trozo de piel que había a su disposición sin dejar de moverse dentro del menor -siempre estaremos juntos- siguió ahora adueñándose de los labios ajenos.
»No le mientas« se recriminaba internamente mientras hacía gemir al castaño.
-¿Me lo promete? Yo amo a Daiki-san y nada me haría más feliz estar a su lado para siempre- siguió mientras arañaba la espalda de Aomine y disfrutaba del orgasmo pasional.
-Te juro que nos casaremos y seremos felices toda la vida. Porque te amo y eres el único en mi corazón-
»No es cierto. Tú sabes que eso no es cierto. Eres un hombre casado que engaña a su marido acostándose con tu secretario doncel que además, todo este tiempo ha creído que eres un poderoso hombre soltero y piensa que eres su primer amor y primer novio. No llenes su cabeza y corazón de mentiras que corrompen su pura alma«
-Nos casaremos y tendremos muchos hijos-
»E ignoraras los que tienes con tu esposo, con Kise Ryota«
-Seremos solo tú y yo-
-Te quiero, Daiki-san. Te quiero mucho. Mi corazón se acelera cuando dices esas palabras tan bonitas- señaló su pecho con un lindo sonrojo en sus mejillas.
-Y te las seguro diciendo lo que me reste de vida-
»O hasta que la bomba explote y no tenga otra opción que dejarte ir«
Abrazó al menor y se acurrucó en el evitando que lo arrebataran de su lado.
Temiendo al futuro cercano.
