Los gemelos estaban extasiados. Sus padres, arreglados, perfumados y con sus mejores accesorios estaban listo para salir. Naruko y Naruto se quedaban solos, sin supervisión, sin parientes ni vecinos que los controlen.

Estaban orgullosos de su logro. Se sentían ya lo "suficientemente maduros". Así que para no arruinarlo, se comportaron de la mejor manera partiera, pero por dentro se morían de la emoción. Viernes por la noche y tenían toda la casa para sí solos. Su padre repitió por centésima vez las instrucciones en caso de que tal o pascual situación ocurrieran.

Naruto era un chico de pelo rubio corto, ojos azules, un rostro atractivo y una figura atlética para su edad.

Y Naruko era una hermosa chica de igual cabello rubio atado en dos coletas, y al igual que su hermano tenía los ojos azules, solo que a diferencia de el ella posé tres marcas de bigotes en cada una de sus mejillas.

-"Ya papá " le reclamó Naruto- lo has dicho como un millón de veces.

- Es porque eres el que más desastres causas.

- ¡Oh, Minato ! ¡Deja de ser tan paranoico y vamos de una vez que llegaremos tarde!

Los señores partieron y detrás de una ventana en un cuarto sin luz, sus hijos los observaban.

"¡Genial!" - exclamó Naruto lanzando un puño al aire.

- ¡Casi lo arruinas todo!- le reclamó Naruko con las manos en la cintura.

Su hermano le dio una sonrisa tonta. Ella no estaba enojada y lo sabía

- ¡El último en llegar abajo es un monstruo !

- ¡Naruto! - le espetó la chica pero empezó a correr tras él.

Pasada la euforia inicial y luego de un tiempo corto, ambos empezaron a decepcionarse. Se dieron cuenta que ambos habían pasado algún tiempo sin supervisión pero nunca de noche y que además no había muchas cosas divertidas que hacer en casa salvo las cosas que de todas maneras hacían cuando estaban sus padres, ver televisión, jugar videojuegos, escuchar música y comer.

No se rindieron, esa era su noche después de todo. Llamaron a sus primos y amigos para una reunión pero por una razón o por otra ninguno pudo acudir.

- Qué fastidio - dijo Naruto mientras colgaba el teléfono luego que karin dijera que no podía asistir.

Naruko bufó y se levantó. Naruto se quedó viendo televisión. Se estaba empezando a aburrir. De pronto escuchó una canción a todo volumen.

Naruto apagó la TV y buscó el origen de aquel sonido.

Llegó al dormitorio de sus padres. Naruko se encontraba inclinada frente al aparato de música de los señores Namikaze, el mejor de toda la casa. Naruto se acercó de puntillas para asustarla.

- Ni se te ocurra - le dijo su hermana cuando estaba a un paso de distancia. Se volteó sonriente para ver la cara de incredulidad de su hermano.

- Ven - le dijo agarrándolo de las manos.

Naruto se preguntó que estaba haciendo pero Naruko se quedó paralizada por un momento para luego ir directo a la ventana y cerrar completamente las cortinas pese a que no había nada ni nadie que pudiera verlos del otro lado.

Naruko puso los ojos en blanco. Aquella era una paranoia que su gemela tenía desde que llegó a la adolescencia. Ella estaba dispuesta a compartir momentos con su hermano de la misma manera que cuando eran niños "siempre y cuando nadie se enterara". Lo cierto era que Naruko se avergonzaba un poco de la actitud jocosa y extravagante de su hermano.

Sin embargo, aquella noche, al cerrar la cortina ya se sentía animada a compartir un momento de relajación con Naruto.

- Ahora sí - le dijo.

Se acercó a su hermano, lo tomó de las manos nuevamente, lo jaló hasta el centro de la habitación y cuando una nueva canción empezaba empezó a bailar. Naruto sonrió y le siguió la corriente.

El ritmo de la música electrónica era contagioso y acelerado pero Naruto se sentía incómodo. Su hermana bailaba muy bien, movía las caderas cadenciosamente, extendía sus manos por encima de su cabeza y las bajaba contorneando su cuerpo, movía sus pies sin perder el ritmo, parecía que lo había hecho toda su vida. No se sentía natural, de hecho sin saber porqué lo sentía terriblemente incorrecto, pese a que el nunca fue un hermano celoso ni sobreprotector.

- ¡Vamos hermano! ¡Pareces que tienes ladrillos en tus zapatos!

Naruto se desconcentró y lo hizo peor. Naruko se siguió burlando.

- ¡Ah vamos! ¡¿Qué va a hacer mi pobre hermano? ¡No va a poder conseguirse una novia si sigue bailando de esa manera!

El muchacho se molestó.

- ¿Ah, sí? Pues veamos si sigues diciendo eso luego de que te de una paliza.

Se abalanzó hacia ella y la derribó sobre la alfombra. Ella dio un chillido pero no se quedó quieta. Empezó a luchar. Era algo que no habían hecho en años y siempre estaban parejos pero esta vez había algo diferente. Cuando Naruko trató de voltearlo para colocarse encima de la alfombra él no la dejó. Trató de hacerle una llave y zafarse pero no pudo. Finalmente su hermano la inmovilizó.

- ¡Está bien! ¡Está bien! ¡Me rindo! - exclamó.

- ¡¿Quién decías que no se iba a conseguir una novia? ... Para que lo sepas tengo un montón de chicas detrás de mí.

- ¡¿Por qué? ¡¿Tanto dinero les debes?

- Sólo por eso te haré cosquillas.

- ¡No!

Sus forcejeos no pudieron evitar que los dedos de su hermano acosaran sin descanso sus costillas y axilas, Naruko rió con todas sus fuerzas mientras trataba de zafarse, finalmente trató contraatacar haciéndole cosquillas a él pero vio que él era más resistente a las cosquillas. Se dio cuenta entonces que ya no eran niños y que Naruto estaba creciendo como un hombrecito que la superaba en fuerzas. Se incomodó con esa idea, no parecía natural, para ella siempre estaban parejos en todo pero resultaba que ahora su gemelo iba por el mundo buscando chicas.

Cuando se calmaron, Naruto parecía un poco pensativo.

- Hermana, tengo una idea. Trae algo de comer.

Ella no discutió, su curiosidad pudo más que su desconfianza. Fue abajo y trajo algunos sándwiches que su madre les había preparado y refrescos. Cuando llegó otra vez a la habitación de sus padres, Naruto estaba con el control remoto en la mano cambiando canales.

- Espera aquí.

Luego de un rato volvió arrastrando un par de sillones de la sala. Tomó el control remoto y se sentó.

- ¿Esa es tu idea? ¿Ver tele?

Cambió el canal una vez más donde una mujer se desnudaba.

- Papá es predecible. Pude adivinar la contraseña de los canales bloqueados.

Naruko quedó asombrada.

- Qué dices hermana ¿Te atreves a...?

Antes de que pudiera terminar la pregunta Naruko ya se encontraba sentada en el sillón.

- ¡Súbele el volumen!

A Naruto le volvió la incomodidad. Naruko ya era una mujercita y se interesaba por estos temas. Con el volumen alto pudieron ver los créditos de una película supuestamente para adultos.

- ¡Qué bodrio!

- Es un canal pornográfico, seguro ya empieza otra.

Y en efecto empezó.

Era una película pornográfica japonesa. Contaba la historia de una chica supuestamente en la secundaria (aunque era obvio que era una adulta) con un amor imposible. Buscó el amor con otros hombres incluyendo su profesor y compañeros de clases teniendo sexo salvaje con uno o varios a la vez. Para Naruto y Naruko era la película más depravada que existía en el mundo. Al no saber nada del tema quedaron muy impresionados. Las escenas donde la protagonista se entregaba a los hombres hacían recorrer un temblor familiar en el cuerpo de los gemelos que aunque ellos sabían qué era nunca les había ocurrido con tanta intensidad. Nunca habían imaginado semejantes formas de tener sexo, habían escuchado cosas en la escuela pero nunca habían visto a nadie hacerlo tan cerca ni con tanto detalle. Aún así, ambos trataban de actuar con naturalidad y ocultar todo el torbellino que sentían adentro.

Finalmente, la protagonista de la película había sido descubierta por su familia y fue reprochada duramente especialmente por uno de los personajes.

- ¡Kimiko! ¡Por qué te comportaste de esa manera?

- ¡Lo hice para olvidarme del chico que amo!

- ¡¿Quién? ¡Quién es él? ¡Dime!

La actuación era asquerosamente pésima, pero para los gemelos era una poderosa escena que les dejaba el alma en vilo.

-¡Eres tú, hermano!

Fue como si un rayo hubiera atravesado a ambos. En la película (luego de ese magistral giro en la trama) los supuestos hermanos se besan y empiezan a fornicar salvajemente. Hubieron varias posiciones y los actores mostraron cosas que eran nuevas para los gemelos Namikaze.

Naruko no quería hacerlo pero no podía dejar de ver. Finalmente en un momento de nerviosismo volteó la cabeza para mirar a cualquier lado. Para su mala suerte miró en dirección de Naruto, pudo notar sus brazos aferrados al sillón y en sus pantaloncillos un bulto sobresaliente. Su hermano estaba excitado.

Naruto no lo notó pero luego de un rato movió la pierna para tratar de cubrir su erección. Naruko no podía dejar la mirada entre el televisor y su hermano. Trataba de dar miradas rápidas sin mover la cabeza.

Finalmente la chica de la película terminó en un intenso orgasmo. Los hermanos se juraron amor eterno y la película terminó.

- ¡Qué película más mala! - Se apresuró a decir Naruko. Ambos fingieron risas forzadas.

Se levantaron y ordenaron todo para no dejar rastros. Naruto usó la bandeja en la que Naruko había traído la comida para ocultar su entrepierna de forma disimulada, su hermana no perdió ese detalle.

Se imaginó las dimensiones de su hermano pero sacudió la cabeza.

"¡¿En qué piensas, Naruko?"

Salió primero, Naruto se quedó un rato, prendió el televisor por un momento más. Un hombre musculoso hablaba.

- Para satisfacer a las chicas es necesario hallar un ritmo y mantenerlo. Ser suave pero intenso. Sin embargo, cuando estoy cansado y necesito algo de ayuda uso el mejor afrodisiaco...

El canal volvió a bloquearse y la televisión se apagó.

Naruto pensaba en Naruko y Naruko en Naruto. Fingieron que nunca vieron semejante película y siguieron con la velada, ordenaron pizza, comieron, compitieron en videojuegos, Naruko ganó, se burló de él, él la persiguió para "darle su merecido", terminaron riendo exhaustos en el patio y por un momento se olvidaron esa incomodidad tan peculiar que sentían el uno por el otro.

Se echaron en la vereda, se miraron y rieron, aunque no había de qué. Y luego, mirando al cielo empezaron a hablar. Naruko contó sobre sus amigas en la escuela, los profesores que odiaba, sobre todo y nada. Naruto habló sobre un montón de tonterías sin importancia ni orden. Perdieron la noción del tiempo, rieron y siguieron hablando. En un instante fugaz ambos se miraron y la conversación terminó. Se quedaron en un silencio incomodo sin entenderse a ellos mismos ¿Qué les pasaba? ¿Por qué se sentían tan raros?

- Me conoces de toda la vida.

- ¿eh?

- Sabes que ahora me interesan los chicos y mis amigas me dicen que eres muy grosero y que te gustan cosas raras.

- Uh, ya veo.

- Y que eres muy atractivo.

-¡¿Eh?

La miró estupefacto, ella volteó su cabeza para mantener su mirada lejos. En medio de lo oscuro Naruto juraría que ella se sonrojó.

- Tienes una forma de ser bastante loca, pero aún así seguimos compartiendo todo, el dúo Namikaze. Eres especial... a tu manera.

Quedó en silencio de nuevo. Ambos miraron al cielo.

- Sólo tú me entiendes.

Lo dijeron ambos. Al mismo tiempo y con el mismo rubor en la mejilla.

No se atrevieron a verse pero Naruto se incorporó. Se colocó encima de su hermana y la besó. Sabía cómo hacerlo y trató de que su hermana lo sintiera pero ella lo empujó luego de un par de segundos.

- ¡Naruto! - chilló ella - ¡¿Qué crees que estás haciendo?

La besó nuevamente. Ella empezó a forcejear y él se desesperó pero no la retuvo.

- ¡¿Estás loco?

Los ojos de Naruko se llenaron de lágrimas.

- ¡Se lo dire a mamá!

Él quedó de piedra con un súbito miedo por lo que hizo. Naruko entró corriendo a la casa. Naruto quedó se quieto en el lugar donde estaba su hermana hacía unos instantes, trató de sentir el calor que había quedado ahí. Estaba preso de una obsesión desesperada que nunca había sentido antes.

Naruko estaba en su cuarto llorando intensamente aunque no podía saber bien el porqué, sólo sentía esas ganas inmensas de llorar. Respiró hondo obligándose a serenarse, sentía un calor que la quemaba por dentro. Se levantó y entró al baño dando un portazo. Naruto pudo escucharlo y escuchó el ruido de la ducha viniendo del baño.

Se levantó y cerró los ojos concentrando todos sus pensamientos en Naruko, cuando abrió los ojos ya estaba decidido.

En el patio trasero de su casa, Naruto se quitó la ropa quedando desnudo. Entró en la casa y fue directo a al cuarto de sus padres. Siempre fue muy curioso por eso sabía que existía una llave extra de cada puerta en la casa. Sacó la llave del baño y caminó por el pasillo para encontrarse con su hermana.

Se paró frente a la puerta, podía escuchar la ducha del otro lado. Movió la manija e introdujo llave la movió lo más silencioso que pudo hasta que al final pudo abrir el cerrojo, la puerta se abrió lo mínimo para que pudiera ver la pared. Naruto retrocedió y se alejó apresuradamente, apagó la música y la luz de todas las habitaciones. Caminó por el pasillo hasta volver a la puerta del baño.

Empujó la puerta y entró.

Naruko no se dio cuenta cuando su hermano entró. Lo que tenía que ser una relajante ducha tibia sólo empeoró las cosas. El agua caliente acariciaba su piel y aumentó su ansiedad, cerró los ojos y se dejó llevar por el sentimiento placentero que recorría su cuerpo, se imaginó un par de manos acariciándola, nada fuera de lo común, las manos varoniles en su mente eran reemplazadas por sus propias manos en la vida real. Pero en esa ocasión su mente se fue ligeramente fuera de control, las manos no sólo eran manos, eran brazos fuertes que la abrazaban, eran labios que le besaban los hombros, voces que le susurraban palabras apasionadas en el oído. Dio un profundo suspiro dejó su mente divagar un poco más, algo que nunca antes había hecho, y le dio una cara y un cuerpo a esa fantasía, piel blanca, como muchos chicos que conocía. Fue más allá, ojos azules, como los de ella, cabellos rubios dorados, una sonrisa pícara en sus labios y pronto sin que pudiera detenerlo era su hermano, acariciándola, besándola, alentándola para hacerle el amor.

Se sintió culpable por pensar en ello pero a la vez tremendamente excitada, las caricias de sus propias manos se hicieron más intensas, más apremiantes y se concentraban más en sus pechos y entrepierna.

Naruto cerró la puerta y Naruko abrió los ojos. Su gemelo se quedó quieto y aterrorizado pensando que su hermana empezaría a gritar. Quería huir pero también quería seguir adelante. Vio amontonada en un rincón la ropa de su hermana. Recordó los labios de Naruko y lo bien que se sintieron. Avanzó.

El vapor de la ducha se mezclaba con el aire. Naruko cerró los ojos tratando de volver a su fantasía. Naruto agarró la puerta de cristal de la ducha y la movió, el sonido hizo que Lil abriera los ojos de golpe. Delante de él estaba su hermano y no una fantasía. Estaba totalmente desnudo y evidentemente excitado.

Naruto entró a la ducha y Naruko retrocedió hasta que su espalda dio contra la fría pared. Estaba atónita, ahí estaba él, más apuesto y varonil que nunca.

La tomó por los hombros y la besó. Ella automáticamente le respondió el beso, sus labios se movieron cadenciosamente uno contra el otro, Naruko lo abrazó por la nuca atrayéndolo, Naruto pasó las manos por su cintura y trató de introducir su lengua en la boca de su hermana justo cuando ella trataba de hacer exactamente lo mismo.

Pronto ambos estaban batallando con sus labios por tener el control sobre el otro en aquel beso, aunque su falta de experiencia era muy notorio.

Sus lenguas se enroscaban y acariciaban, sus labios empujaban y jalaban. Naruto la jaló de la cintura para quedar más pegados de lo que ya estaban.

Naruko sintió entonces la erección de su hermano arrimada en su cadera y su cordura volvió violentamente. Lo empujo lo justo para separarse.

- ¡Naruto, no!

Él quiso volver a unir sus labios pero ella no lo permitió.

- ¡No, Naruto!

El se acercó tanto como ella lo permitía. Estaba desesperado.

- Por favor hermanita, me muero por ti.

Esas palabras la hicieron estremecer. Su fuerza cedió un poco, lo suficiente para que él se acercara un poco más. Sus narices estaban a punto de tocarse.

- Naruto... esa película te dio ideas raras...

- Te amo.

- No, Naruto... escúchame...no está bien...Vete ahora... o se lo diré a papá.

Trató de sonar firme pero pareció una súplica.

Naruto tomó su barbilla con la punta de los dedos y con suavidad la obligó a mirarlo a los ojos.

- Un beso...

- ¿eh?

- Un beso y me voy.

- ¡No, Naruto!... somos hermanos... eso...eso es asqueroso.

- Sólo un beso... Te lo suplico.

Su mirada era desesperada.

- Está bien... Sólo uno.

Sus rostros se acercaron, esta vez ella cerró los ojos antes de besarlo. Sus ansiosos labios volvieron a encontrarse a empezar esa lucha pero esta vez fue más intensa, sus lenguas empezaron a retozar casi inmediatamente y las manos de Naruko tomaron la nuca de su gemelo y la jalaron ansiosamente. Naruto empezó a acariciar las piernas de su hermana. De pronto el besó termino.

- Ya.

- ¡Ese...no cuenta!

- ¡¿Qué? ¿Por qué?

- Tú lo acabaste.

Volvió a besarla antes que pudiera reclamarle y ella volvió a aceptar sus labios y lengua que estaban aún más agresivas y sus manos aún más atrevidas. Se separaban por un momento para luego arremeter con más intensidad.

"Me engañó" pensó Naruko mientras él acariciaba sus hombros "hizo trampa". Los labios de su hermano empezaron a buscar su barbilla y su cuello, ella sólo movió la cabeza para facilitarle sus caricias.

"Debo detenerlo". Las manos de Naruto acariciaban su pecho "Debo detenerlo". Naruko tomó las manos de su hermano y empezó a guiarlas sobre su piel. "Debo detenerlo" Naruto se dejó guiar, sus manos pasaron de los pechos a la cintura y luego hasta las caderas de su hermana. "Debo...detenerme" fue lo último que pensó Naruko antes que sus propias manos jalaran las caricias de Naruto hasta su trasero.

Naruto quedó sorprendido ante esto por unos segundos, pero rápidamente aceptó la invitación de su hermana. Abandonó el cuello de su hermana para plantarle otro beso en sus labios mientras, como un desesperado acarició y apretó las nalgas de Naruko.

Su hermano parecía haberse vuelto loco y Naruko se asustó por un momento. Para el momento en que su hermano la presionaba contra la pared y le manoseaba sus piernas supo que ya no había vuelta atrás.

Él trató de acomodarse en ella pero pronto su hermana empezó a dar signos de incomodidad.

- ¿Qué pasa? - le susurró Naruto.

- Vas muy rápido ¿qué crees que estás haciendo?

- Y-yo...

" Shhh, suéltame hermanito".

- "¿No vamos... a...? ... ya sabes..."

Naruko empujó a su hermano suavemente hasta que él quedó debajo del chorro tibio de la ducha. Con una sonrisa traviesa, Naruko tomó el jabón y lo untó en sus manos.

"No sé de qué hablas, Naruto, Si querías bañarte conmigo sólo me lo hubieras dicho".

- ¿Bañarme?

- Claro, como cuando éramos pequeños. A eso viniste ¿no?

Empezó a acariciarlo untándole el jabón en todo su cuerpo. Naruto trató de volver a posar las manos sobre el cuerpo de su hermana pero ella no se lo permitió.

- No, Naruto, hay que dejarte limpio primero.

El jabón era lavado lentamente con el agua de la ducha que ahora ambos compartían. Naruko pasó sus manos primero por el pecho de su hermano, acariciaba lentamente bajando hasta su ombligo.

Se arrodilló frente a él untando sus manos con jabón. Se atrasó más de lo necesario hasta que tuvo el valor de levantar la mirada y ver la hombría de su gemelo. Quedó sorprendida. Salvo la película que vio esa misma noche y un par de cosas en la internet, nunca antes había visto a un hombre desnudo y con una erección.

Le pareció que su hermano ya era un hombre completo con una herramienta enorme. Posó sus manos en las caderas y suavemente acarició los lados de su hermano hasta llegar a su pene. Empezó a explorar con cuidado las partes de Naruto, recorrió las base, el glande y se entretuvo acariciándolo a lo largo.

- Nng - escuchó gruñir a su hermano.

Sonrió. Apretó un poco más con su mano y empezó el vaivén de arriba hacia abajo con el miembro de su gemelo untado con jabón sin saber que esa era la forma precisamente en la que él se masturbaba.

Miró hacia arriba y vio la cara de su hermano en una mueca de placer con los ojos cerrados. Eso la motivó a continuar con sus caricias más enérgicamente.

- Naruko...¡Naruko!

Súbitamente su hermano la agarró de la nuca y la jaló hacia su pene. La cara de Naruko chocó contra el miembro de Naruto.

- ¡¿Qué rayos...?

Naruto jadeaba, pero la soltó. Naruko no lo comprendió bien hasta que recordó partes específicas de la película.

- Tú...¡¿Querías que yo..?

Ni se atrevió a decirlo.

- ¡Lo siento! ¡Pensé que tú...!

- ¡Claro que no!... No es eso...Sólo quería...

El momento era sumamente embarazoso.

- ¡Ahora te toca!

Naruto ayudó a levantarse a su hermana y la colocó debajo de la ducha. Untó sus manos con jabón y empezó a acariciarla por todos sus rincones. A diferencia de su gemela, él no se molestó en fingir lo que quería. Aún cuando el agua se llevó los últimos rastros de jabón de sus manos él siguió con sus caricias. Naruto se concentraba en sus pechos y en sus piernas. Finalmente alejó sus manos.

- Naruko - le dijo con voz ronca.

- ¿Sí?

- Tengo sed.

Se agachó frente a la mirada atónita de su mirada y se acercó a ella. Pasó su lengua por sus pezones, bebiendo la humedad que caía sobre ellos. Por lo excitada que estaba, Naruko sintió oleadas de placer recorrerle el cuerpo. Su hermano siguió "bebiendo" por sus pechos, bajó por torso hasta llegar a su ombligo donde lamió energicamente provocando cosquillas en ella. Se arrodilló y hundió su cara en la intimidad de su hermana.

Naruko suspiró, el placer era poco pero la excitación era mucha. Dudando un poco bajo la mano y con sus dedos separó sus labios vaginales, Naruto introdujo su lengua en la intimidad de su hermana. Dudaba el también, pero se volvía más confiado con cada lengüetazo. La chica sintió el placer expandirse, agarró la nuca de su hermano y lo guió por lugares que le darían más placer.

- Hermano...eso es asqueroso.

- Si es tan asqueroso no podría disfrutarlo tanto.

Lo empujó hacia su botón de placer que Naruto lamió y chupó (tal como lo vio en aquella película) provocando que su hermana tuviera espasmos de placer y empujara más fuerte la nuca de su hermano. El placer se acrecentaba hasta que ella sintió su orgasmo germinarse dentro de su cuerpo pero tuvo un arranque de conciencia antes que se concrete.

- Ya - le dijo empujándolo hacia atrás.- Ya estoy limpia.

Él se levantó aunque sus manos seguían acariciándola.

- Tú sí quisiste hacerlo.

- ¿Uh?

- Tú sí te atreviste a hacerlo, yo no... Te lo voy a compensar, más adelante.

- No tienes que hacer nada si no quieres.

- Sí quiero, pero no ahora.

Se besaron nuevamente pero esta vez fue un beso más calmado y romántico, cerraron los ojos para disfrutarlo más y las manos de él se quedaron inmóviles abrazando su cintura y las manos de ella en su nuca. Terminado el beso se quedaron mirándose a los ojos por unos largos momentos sin decir ni hacer nada, simplemente abrazados debajo de la ducha.

- Naruko -dijo Naruto rompiendo el silencio - Quiero hacerlo contigo.

Naruko se rió quedamente.

- Qué romántico, hermanito.

Le acarició el pecho y le dio un corto beso. Y le dio la espalda.

- Está bien - dijo ella.

Sintió las manos de su hermano abrazarle por la espalda. Acariciarle sus pechos y bajar por sus vientres para atender su entrepierna. Sus labios besaban sus hombros y su cuello. Su miembro estaba apretado contra sus glúteos.

- Te amo... te amo hermanita...te deseo tanto.

Naruko simplemente cerró los ojos sintiendo que se derretía, su fantasía se hacía realidad.

Se separó de él y se inclinó hacia adelante. Apoyó los brazos en la pared y puso su cara contra ellos. Arqueó la espalda ligeramente y separó las piernas. Una de sus manos se movió hacia su sexo estimulándolo para lo que se venía.

Naruko sintió los dedos de su gemelo acariciarle su espalda.

La tomó por la cintura. Instintivamente ella separó sus piernas un poco más. Naruto acomodó torpemente su miembro en la entrada de su sexo. Se quedó dudando sin saber qué hacer, Naruko lo notó pero no supo que decirle. Estaba pensando en renunciar cuando sintió a su hermano empujar un poco dentro de ella. Se sorprendió, pero finalmente se atrevió a ayudarlo, con sus dedos abrió sus labios para permitir la entrada del pene de su gemelo y moviendo ligeramente sus caderas guiaban al intruso.

Finalmente, Naruto topó una barrera y se detuvo. Sabía que era y lo que tenía que hacer, pero dudo. Naruko volteó tanto como pudo para verlo.

- ¿Naruto?

Al ver la cara sonrojada de su hermana, Naruto supo lo que debía hacer. Naruko sintió retroceder la hombría de su hermano pero antes que pudiera decir algo lo sintió de nuevo empujar pero ahora con más fuerza. La barrera cedió, varias finas líneas de sangre bajaron por sus suaves piernas.

- ¡Ah! - gimió Naruko. Sus manos buscaron donde aferrarse pero sólo rasguñaron los azulejos de la pared. Naruto tomó la mano de su hermana presionándola contra la pared tranquilizándola. Se inclinó hacia adelante y presionó su pecho contra la espalda de ella.

- Lo siento... Pero debía ser yo.

Una lágrima rodaba por la mejilla de Naruko pero se confundía con el agua que la ducha salpicaba.

- Lo sé...Y no duele tanto

La volvió a tomar de la cintura y volvió a retroceder hasta casi salir de su hermana para empujar nuevamente hasta el fondo.

- ¡Ah!

Lo hizo nuevamente pero esta vez más calmado y lentamente. Naruko dio un suspiro. Siguió con su vaivén por varios minutos, cambiando el ritmo y la fuerza, quedando inmóvil dentro de su hermana por momentos.

Naruko gemía por la incomodidad pero en ningún momento le dijo que se detuviera.

Miraba las reacciones de su hermana en cada embestida que daba, finalmente luego de unos minutos Naruko dejó de gemir incómoda para empezar a soltar suspiros diferentes.

- N.. No se siente tan mal.

Fue la señal que estaba esperando. Empezó a bombear rítmicamente.

- ¡Mmmh! -gimió Naruko todavía un poco adolorida pero a medida que el pene de su hermano se abría paso el dolor se reemplazaba con pequeñas oleadas de placer.

Inspirado por la reacción de su hermana, Naruto empezó a acelerar sus estocadas sintiendo el placer acercarse rápidamente.

- ¡Ah! - se quejó su hermana, estaba siendo demasiado brusco.

"No. Manten el ritmo" pensó el chico "Suave pero intenso".

Lo hizo, sus embestidas no eran violentas pero se abrían paso en su hermana profundamente. El dolor se mitigaba dentro de ella y nuevas sensaciones invadían su sexo con cada vaivén de las caderas de su hermano.

- ¡Oh, Naruto!

Ahora sólo era placer lo que recorría el cuerpo de Naruko. Sus caderas empezaron a moverse buscando más profundidad en las embestidas de su hermano.

Subitamente, Naruto abandonó el cuerpo de su hermana. Naruko quiso averiguar que ocurría pero Phil la tomó de los hombros y la volteó. Ahora estaban cara a cara mirándose a los ojos y sin decir palabra se besaron. Naruto empujó a su hermana contra la fría pared de la ducha. Ella separó las piernas un poco antes de que su hermano la agarrara por las piernas y la levantara para penetrarla.

Ella levantó sus piernas y presionada contra la pared las enroscó alrededor de su hermano. Suspendida entre la pared y su hermano, Naruto cerró sus ojos y dejó que la misma locura de su gemelo se apoderara de ella.

Lo besó intensamente, acarició su espalda y frotó su cuerpo contra el de él mientras las embestidas empezaban nuevamente más profundas y más ansiosas. Jadeaban y gemían mientras el placer se incrementaba en ambos.

- ¡Nnngh!

- ¡Ah! ¡Phil!

Naruto sabía que no podría resistir mucho. Su miembro eran aprisionado apretadamente por las paredes ansiosas de Naruko. Así que cambió de ritmo a estocadas profundas y más aceleradas lo que provocó múltiples gemidos en su hermana. Por su parte ella sentía que las embestidas le daban un doloroso placer cada vez más intenso. Su boca no podía evitar los gemidos y jadeos que salían del fondo de su ser y con cada embestida se hacían más fuertes y más ansiosos.

- ¡Naruto!. Gimió Naruko

- ¡Ah! ¡Hermanita!. Dijo Naruto

Una fuerte embestida soltó el orgasmo de Phil al mismo tiempo que su hermana le daba una mordida en su hombro presa de espasmos de placer que envolvían todo su ser. Unas cuántas embestidas más siguieron mientras la semilla del rubio inundaba el interior de Naruko.

Las piernas de Naruto cedieron temblorosas y se doblaron lentamente llevándose a su hermana hasta el suelo. Se desprendieron. Una pequeña cantidad de semen y sangre salió de Naruko quien tomó un poco de la semilla de su hermano entre sus dedos y la miró atentamente. Le sonrió.

- Estoy llena de ti, Naruto. Ella dijo con una sonrisa en su bello rostro.

El chico quedó sentado en el suelo apoyado en la pared mientras su hermana se acurrucaba sobre su pecho bajo el tibio chorro de la ducha.

No hubo ningún otro sonido, los silenciosos mimos y caricias que se hacían era lo único que necesitaban para entenderse.

.

.

.

.

Cuando sus padres llegaron a horas de la madrugada, no encontraron nada fuera de lugar. Todo estaba ordenado y los chicos dormían plácidamente en sus respectivas camas.

- Me esperaba un desastre.

- Igual, al parecer ya saben cómo comportarse sin supervisión.

- Genial, abra que aprovecharlo.

Y lo hicieron. No pasó demasiado tiempo antes que los señores Namikaze volvieran a salir para disfrutar una velada de adultos.

- Se nos hace tarde, otra vez.

- Ya voy, ya voy.

Los señores Namikaze partían ante la mirada agradecida de sus hijos. Para ellos fue una eternidad el tiempo que esperaron para tener la casa para ellos solos nuevamente.

- Bien, como se portaron bien la última vez creo que podemos dejarlos solos nuevamente.

- Adiós papá, adiós mamá.

Las despedidas terminaron y el auto partió.

Una a una las luces de la casa se apagaron, excepto una. En la ventana, una muchacha miraba hacia la calle desierta. Un pequeño gato cruzó por el patio y se detuvo para verla. Naruko quedó un poco incómoda por la mirada fija sobre ella. Le recordó lo mucho que odiaba la idea que la vigilaran. Un par de brazos la rodearon por la espalda y unos labios atrevidos empezaron a besarle el cuello. El gato miraba como un único y mudo testigo. Naruko sonrió y movió las cortinas para cerrarlas.

Nadie se enteraría jamás. Nadie le quitaría al chico que amaba: su propio hermano.

Continuará