Todo queda en familia

Parte única

Esta era la reunión familiar donde se anunciaría la fiesta de compromiso para la unión entre las familias Uzumaki y Hyuga por la fusión de las inversiones de dos de los conglomerados más importantes de Japón.

—Tengo el placer de anunciar que ahora mis dos hijos tendrán un compromiso con los hijos de mi socio mayoritario Minato Namikaze. Espero que esto dure muchos años—dio Hiashi el brindis.

—Es un placer unir nuestras empresas en una sola—respondió un rubio de ojos azules cuarentón.

En el país habían un grupo de empresas que dominaban todo pero las que dominaban más eran las Uzumaki y la de los Hyuga, pero habían presentado rivalidad con ciertas empresas que comenzaban a ganar terreno como lo eran los Uchiha. Por eso, hubo que hacer un "sacrificio" con el fin de establecer una reunión.

—Padre, es un gusto casarme con la mujer más hermosa de todas. Te amo Mitoyo—le dijo un varón peliazul de ojos blancos muy guapo para los estándares japoneses.

—Yo también te amo, Himuka—sonrio una pelirroja con ojos azules violaceos muy hermosa y sexy.

—Hinata, gracias a la bendición de tus padres, puedo decirte que seré el mejor esposo que puedas imaginar—dio su brindis un rubio de ojos azules.

—Yo también te amo, Naruto. Eres el amor de mi vida—respondio una hermosa mujer peliazul de ojos blancos muy parecida a Himuka.

Todo parecía ir como debería y el público pensaba que este era un matrimonio político muy bien disimulado, pero lo que no sabían es que había un trasfondo muy turbio que estaban ocultando.

—Al fin se acabó la fiesta, nuestros hijos idiotas hicieron su trabajo—suspiró Kushina, la madre de los Uzumaki.

—Les dije que se comportaran o los desheredaríamos—comentó Minato viendo que todo salió a la perfección.

—Sabes algo, me empieza a preocupar algo. Conozco bien a mis hijos, su comportamiento era muy turbio desde siempre. Me sorprende que hayan aceptado este matrimonio arreglado simultáneo—admitió Kushina sobre eso.

—Creo que se dieron cuenta de que no podrán mantener las apariencias si siguen solteros. Lo raro es que los Hyuga aceptaran—.

—Eso es lo que me preocupa. ¿Crees que sepan de lo que son capaces esos monstruos que tenemos como hijos?—.

—Tengo la sospecha de que sí—.

Siempre se ha dicho de que las familias ricas tienen siempre un trasfondo turbio o llevan a cabo prácticas que si salieran a la luz podría ser demasiado controvertido, así que mejor llevaban a cabo ciertos movimientos con el fin de que no se sospeche nada.

Por su parte, los Hyuga pensaban casi exactamente igual y es que desconocían los comportamientos Uzumaki, pero si conocían bien a sus dos mellizos para haberlos comprometido de inmediato.

—Espero que esos dos no nos den problemas o si no la fusión de las empresas va a peligrar. Al menos debo hacer que Hanabi o Neji dirijan la empresa si estos dos idiotas no nos hacen quedar mal—suspiró Hiashi serio.

—No te preocupes, estoy segura que no son estúpidos como para delatarse. Además, tienen mucho en juego para romper un compromiso por una de sus tonterias. Mejor vete a dormir—.

La preocupación de Hiashi era genuina y le parecía extraño que Minato estaba demasiado apurado también para comprometer a sus hijos. Normalmente los empresarios empezaban a investigar de todo los antecedentes pero parecía que él quería deshacerse de un problema relacionado con sus engendros.

—Tal vez estoy sobrepensando las cosas—.

Mientras tanto, Naruto llegaba a su apartamento con su prometida con quién tuvo que empezar a vivir por orden de sus padres. Sin embargo, lejos de ser un fastidio le fue de maravilla porque le estaba sacando mucho provecho a esta situación.

—Naruto, ayudame a quitarme el vestido—.

El rubio de ojos azules ayudaba a desnudar a su prometida y tenía un cuerpo muy hermoso, tanto que rivalizaba muy fácilmente con el de su hermana melliza.

—¿Qué pasa?—.

—Es que siempre pensé que mi hermana era la mujer más hermosa del mundo, pero siendo sincero eres tan bella como ella. Nunca pensé que me fuera a gustar alguien más—se sinceró el sujeto.

—Entiendo lo que sientes. La verdad odio a los hombres, me dan asco, mi hermano es el mejor. No encuentro a alguien mejor que él, pero cada vez que te veo quiero que me hagas tuya. No es justo—alegó ella mientras sentía que sus pechos eran manoseados por el Uzumaki.

—¿Te excita engañar a tu propio hermano?—.

—No lo digas de esa forma, amo a mi hermano—.

—Pero te estás mojando—.

—Te odio—.

Hinata tenía un complejo de hermano mayor muy fuerte pero a la vez luchaba con su enorme atracción por Naruto ya que lo consideraba muy sexy, generando un conflicto de gustos en ella. Sin embargo, Naruto tenía claro que independientemente de que su prometida no era claramente su hermana, si que la iba a disfrutar a lo grande.

Algo que los padres de ambas familias no sabían es que los dos pares de hermanos compraron un mismo apartamento. Aunque tenían el dinero más que suficiente para irse por su lado, era obvio que no querían separarse de su hermano, sobre todo los Hyuga que eran demasiado unidos, lo cual le venía muy bien a los planes macabros de los Uzumaki porque podían vigilarlos de cerca.

—Odio las fiestas de compromiso, pero al fin puedo disfrutar de mi comodidad—sonrió Mito mientras andaba en una sexy tanga y un mini sostén que apenas cubría lo necesario.

—Tapate, eres muy vulgar—esquivaba la mirada el chico.

—Vamos, me has visto desnuda y hemos cogido cuando tu querida hermana no se ha dado cuenta—.

—Es que no es lo mismo, eres demasiado salvaje. No puedo con esto—.

Mitoyo notó que Himuka era bastante delicado, con una personalidad lo suficientemente femenina para ser dominado así de fácil. Sin embargo, no debía hacer un movimiento en falso porque sus padres los tenían en el ojo del huracán.

—Tú mismo te metiste en esto. No debiste cogerte a tu hermana porque era la única chica que no te haría sentir así de incómodo, pero descuida. No planeo salirme de este matrimonio, pero esto tiene un precio a pagar—se sentó ella en las piernas del chico que estaba muy nervioso.

—Mitoyo…—.

—Oh, ya estás animado de nuevo. Te digo un secreto, eres aún más dotado que mi hermano mayor, te felicito por eso. Hoy no vas a dormir en la noche porque estoy caliente y mi hermano debe estar follandose a Hinata en estos momentos—.

—¡No, no voy a dejar que eso ocurra!—se levantó este pero notó que tenía una enorme erección.

—Casi me picas un ojo. ¿Estas enojada por qué Naruto está mancillando a tu querida hermanita? Ya después te vas a vengar, tenemos una vida entera por delante—.

Pasaron los días y había algo que no se había solucionado del todo. Los Uzumaki aunque eran bastante idiotas, sabían que si querían seguir con su estilo de vida, los Hyuga debían cooperar. Aunque habían logrado que sus prometidos se hicieran a la idea de que serían marido y mujer, ellos odiaban a la pareja que les arrebató a sus hermanos consiguientes.

—Ya han pasado varias semanas desde que nos comprometimos y Hinata definitivamente me odia. No la culpo porque me estoy follando a su hermano incestuoso—comentó la hermana pelirroja aprovechando que no estaban esos dos.

—Algo parecido me pasa con Himuka, yo no le estoy reclamando sobre ti—alegó el rubio.

—Es porque a diferencia tuya, Himuka es un hombre de principios y tú un mañoso. Admite que te gusta Hinata—.

—Claro que me gusta. ¿Te gusta Himuka?—.

—Hmmm, si soy sincera me divierto con él. Si me obligan a casarme, es perfecto para mí. Pero me preocupa la dinámica familiar, esos dos son muy duros para que entren en nuestro juego. Creo que hay que hacer esa jugada sucia—propuso la hermana sonriente.

—¿En serio crees que quieran? Apenas aguantaron el hecho de que están compartiendo entre ellos—.

—Si esto no funciona, nada lo hará. Hemos sido muy civilizados, nos portamos bien lo mejor que pudimos por el drama familiar pero si esto sale mal, nos van a desheredar—.

—Supongo que tienes razón, hay que jugar sucio entonces—.

Un poco después, los hermanos Hyuga que habían disfrutado de un momento a solas en un centro exclusivo llegaron a su nueva realidad cuando los Uzumaki propusieron ir a un lugar fuera de la ciudad.

—¡¿Qué?! ¡Pero tenemos trabajo!—exclamó furioso Himuka que era su medio para escaparse de su loca y ninfómana prometida.

—Hablamos con sus padres y están de acuerdo en que tengamos tiempo a solas—sonrió Naruto y le mostró un mensaje de Hiashi que estaba muy de acuerdo.

—Maldición—.

—Vamos, nos vamos a divertir mucho. Así nos van a dejar de molestar—declaró Mitoyo con un toque de diversión.

Lo que no sabían esos 4 es que dos personas los espiaban fuera del apartamento y es que tanto las familias Hyuga como los Uzumaki mandaron unos espías para ver qué hacían.

—¿En serio dices que tus primos son unos norteños? Que coincidencia, los míos son igual. ¿Entonces crees que tengan algún plan maligno?—pidió saber Karin Uzumaki.

—Es casi seguro, mi tío una vez me comentó que esos dos hicieron planes para fugarse y por eso los comprometió en matrimonio. No sé que planean tus primos, pero me da mala espina—.

—La verdad es que hago únicamente esto para quedarme con la herencia. Quiero pruebas para sacarlos de la jugada—.

Karin era la prima hermana de Naruto y Mitoyo, siendo por ende la siguiente heredera en caso de que los mellizos murieran o los sacaran del testamento por una idiotez. En cambio, Neji no tenía forma de quedar como heredero debido a que sus primos tenían aún una hermana menor llamada Hanabi, así que se conformaba con su posición en la familia. Sin embargo, le preocupaba más el prestigio que podría peligrar con las tonterías norteñas de ese par, así que el mismo se ofreció a vigilar e intervenir de ser necesario.

Cuando los vieron salir del apartamento, ellos notaron que efectivamente vivían juntos, cosas que no debería ocurrir porque tenía que haber privacidad, lo que hacía que le diera más sospecha de lo que pasaba. Ambos los siguieron y dieron con el vuelo a una ciudad llena de playas y paisajes marítimos muy hermosos con una vida nocturna bastante animada.

—Lo bueno que hice mis maletas, no sabía que iban a tomar su sitio favorito—comentó Karin.

—¿En serio? Jamás he ido a este lugar—dijo Neji muy curioso.

—Hace unos años aquí se fueron de viaje por sus 16 años. Aquí esos dos perdieron la virginidad y se comenzaron a descarrilar, no debí retarlos a qué se besaran—contó la pelirroja de lentes.

—¡Así que fue tu culpa!—.

—Me arrepiento de eso, por eso quiero tomar la fortuna de mis tíos—.

—Ya entiendo, entonces hay que vigilarlos mejor—.

Las dos parejas habían llegado a su habitación compartida y lo primero que hicieron después de desempacar fue ir a un sitio nocturno con mucho alcohol.

—No bebo alcohol, no soy muy bueno con las borracheras—dijo Himuka muy renuente a tomar un trago.

—Vamos, tienes que divertirte solo por hoy. Nadie te va a ver—alegó Mitoyo sonriendo.

—Hinata, toma solo un poco—le pidió el rubio a su prometida.

—Bien, solo un poco—.

Así continuó la plática y poco a poco comenzaron a emborracharse, pero los que si desconocían quienes eran ellos mismos eran los Hyuga que no estaban acostumbrados a este estilo de vida.

—Creo que me siento mal, iré a tomar aire—se fue el joven de ojos perla afuera del recinto.

El Uzumaki al minuto fue afuera del lugar mientras le daba señas a Mitoyo de que se quedara con Hinata para hacer lo suyo.

—¿Te dio ganas de vomitar?—preguntó Naruto al chico.

—¡No quiero tener nada que ver contigo!—decia este con odio sin poder disimularlo.

—¿Me odias por cogerme a tu hermana? Tu haces lo mismo con la mía, es lo justo—.

—¡Es que Hina es pura y buena, tu hermana es un demonio, no quiero tenerla de esposa! ¡Saca lo peor de mi!—decía este y Naruto le dio un puñetazo.

—Cuidado con tus comentarios, aunque tienes razón sigue siendo mi hermana y a diferencia de ti quiere hacer las cosas bien—.

Himuka se lanzó sobre Naruto pero era bastante más débil físicamente que Naruto porque no hacía mucho ejercicio y su complexión física era más afeminada de lo normal.

—¡Tonto, te odio! ¡Te odio!—.

—No seas llorón, prometo que voy a cuidar bien de tu hermana. Se lo que sientes, ojalá no quisieras pasar por esto pero no tienes opción—.

—Lo sé, es que quisiera que todo fuera como antes—.

—Pues te tengo una mala noticia, nada será igual—.

Himuka se sentó y armó una pataleta mientras que Naruto solo se lo quedaba viendo.

—Ni modo, al menos tendrás que soportarme primero—

El peliazul se quedó viendo feo al rubio y es que no lo soportaba, la verdad es que todo de él no le gustaba pero quería sacarse ese coraje de alguna manera.

—Eres un cobarde, no tienes las agallas para admitir de que estás dispuesto a todo con tal de que Hinata esté bien, aún si no eres su novio. Yo te entregué a mi hermana y tú no das el siguiente paso—.

—¡¿Crees que eso me basta?! ¡Sabes porque Hinata es la unica mujer que confío! ¡Es porque también me gustan los hombres y siempre ha sido así!—.

Naruto alzó la ceja y Himuka tapó su boca, pero se volteó porque no quería oír más sermones.

—Mitoyo ya lo sospechaba, la verdad es que se te nota—le dejó en claro el rubio.

—¿Qué?—susurró el joven en shock.

—Me odias porque te gusto y no quieres admitir que quieres que te dé por detrás—se acercó el Uzumaki y notó que de verdad el peliazul se ponía duro.

—No te acerques—.

—Por eso es que quiero concretar este matrimonio. No solo es por cosas de la herencia familiar, quiero ver si de verdad esto va a funcionar, solo necesito que des el primer paso—.

El Hyuga tragó duro y lo peor del asunto es que ya estaba cediendo a lo que iba a pasar. Por su parte, Mitoyo vio que Hinata derramó en su vestido una bebida que manchó todo su vestido y apestaba mucho a alcohol, además de que no podía pararse.

—Hinata, mejor te llevo a casa—.

—No, quiero que mi hermano me lleve—.

—Tu hermano ya se fue, esta demasiado ebrio. Naruto se fue con él—.

—Pos que más da—.

Hinata estaba muy enfadada y Mitoyo se fue con la chica en taxi. Para la fortuna de los Uzumaki, no se cruzaron uno con el otro y habían acordado donde estaría cada uno dentro del apartamento, que era muy grande.

—Te odio, te odio—murmuró Hinata.

—¿Por qué?—.

—Eres más sexy que yo, mi hermano siempre señala eso. No puedo dejar de sentir envidia—murmuró ella entre sollozos.

—Pero tú eres mucho más bella que yo, te envidio bastante—.

—¿En serio? ¿Crees que soy muy bonita?—.

—Sí, puede que sea bastante sexy como tú dices pero jamás podría competir contigo en belleza. Eres muy diferente a mi y por eso es que llamaste la atención de mi hermano—alegó Mitoyo.

—Así que fue eso, entonces piensas que soy linda. Eres buena conmigo, todos me dicen que soy fea y rara. No me creo que mi prometido diga que soy muy hermosa, pero si tú lo dices es que puede que sea verdad—decía la chica sus inseguridades.

—Ya deja de decir tonterías. Mejor vamos a bañarnos, quiero despejar mi cabeza y apestamos a alcohol—sugirió la pelirroja llevando a la chica a la ducha.

En la ciudad de Konoha, Kushina Uzumaki estaba teniendo una reunión privada aprovechando que su esposo estaba en una cita de negocios de último momento. ¿Con quién estaba la pelirroja de ojos violeta grisaceos?

—Espero que esté disfrutando su cena, señora Uzumaki—

—De nada, presidente Hyuga—.

Kushina había convocado a una reunión extraoficial con Hiashi debido a que tenia que discutir que el trato no se vaya a romper por si algo salía mal con sus hijos.

—Entiendo que se preocupe por esta situación, pero no veo el caso que intervenga si sale mal algo. Además, si ocurre algo que de verdad merezca romper el trato yo lo haré ahora mismo si es necesario—declaró Hiashi.

—Pido que lo reconsidere, haré lo que sea necesario si algo sale mal. Cuando digo que es todo, hablo de todo—dio a entender Kushina sonriendo.

—Señora Uzumaki, usted es una mujer con clase. No debería rebajarse a eso—.

—Esta unión va a determinar el futuro de nuestras familias y ni siquiera mis hijos idiotas van a arruinar eso sí significa que deba romper mis propias reglas—alegó la Uzumaki dando a entender que si iba por todo.

—Entonces este será un trato generoso de su parte—sonri9ó el Hyuga ante esa clase de proposición.

Después de la cena ambos se dirigieron a un hotel y Kushina se dispuso a hacer lo que sea para salvar a esta compañía. No podía gestar una fusión con los Uchiha debido a que los herederos eran todos varones y uno de estos ya era casado, a la vez de que no se llevaban bien con los Hyuga, así que está era la única salida.

La pelirroja quedó completamente desnuda frente al dueño de la corporación Hyuga y este notó que presumía un cuerpo muy hermoso para su edad. Los pechos de ella no eran tan grandes como los de su esposa pero si eran más firmes y duros, además de que su figura era única entre las mujeres de este país.

Aunque Kushina no le tenía miedo al sexo, lo que si la sorprendió es que Hiashi era más dotado que Minato en el área de la entrepierna y eso lo haría más disfrutable. Lo primero que hizo la pelirroja antes de cualquier cosa es darle una buena mamada además de usar sus pechos para hacerlo eyacular una vez, como ella bien lo hacía con su marido.

—Espero que cumplas nuestro trato porque no volverás a disfrutar este cuerpo—decia ella empezando a usar sus nalgas para darle un trabajo manual en su miembro.

En otro lado, se podía apreciar a Mitoyo bañándose con Hinata y ella parecía un poco ida, por lo que ella empezó a manosear sus pechos de forma que empezó a gemir.

—¿Por qué no estás quejandote de esto? ¿Acaso quieres hacerlo?—.

—¿Por qué habría de negarme si eres ahora mi amiga de verdad? Eres la hermana de mi prometido y tú me dijiste que soy especial y bonita—.

Mitoyo notó que Hinata tenía un grave problema de autoestima y tocó un punto delicado, por lo que comenzó a besarla.

—Entonces hoy hay que reforzar la amistad, ¿no crees?—.

Después de bañarse, ambas salieron besándose y empezaron a manosearse mientras que sus cuerpos estaban demasiado juntos.

—Vaya, no sabía que eras una pervertida de clóset. No está nada mal, vamos a jugar esta noche y no te voy a dejar dormir—.

En la otra habitación, se podía ver cómo Naruto estaba follandose por detrás a Himuka mientras esté mordía la almohada y lo peor es que este se sentía tan bien que había olvidado que odiaba al rubio.

—Tu culo es tan rico como el de tu hermana, podría acostumbrarme a ti—declaró el Uzumaki mientras se movía rico entre las nalgas del peliazul.

El chico casi tenía los ojos en blanco y lo peor es que su mente estaba tan nublada que no pensaba en más. Naruto sabía que tenía al chico en sus manos y lo peor es que resultó tan sencillo.

—Esta noche vas a sentir el cielo—.

A la mañana siguiente, Hinata despertaba y lo primero que bil es que estaba completamente desnuda a lado de Mitoyo.

—Buenos días, preciosa. Anoche estuviste increíble—le dio ella un beso.

—¿Entonces no fue un sueño loco?—murmuró la Hyuga toda espantada.

—No, anoche nos volvimos más cercanas—.

La Hyuga estaba muy roja de vergüenza porque estaba tan ebria que dejó salir todos sus deseos más ocultos. Lo peor del todo es que no sabía cómo iban a reaccionar tanto su prometido como su hermano.

—¡Aaaaaaaah!—se oyó el grito de Himuka.

La Hyuga al oír se levantó de la cama y se puso rápido una bata para ver qué ocurría, pero lo que encontró que su hermano estaba solo cubierto con una almohada mientras que Naruto se levantaba adormilado.

—¡¿Qué fue lo que pasó?!—exclamó Hinata en shock.

—Ah, hola Hinata. Ayer tu hermano y yo tuvimos un momento intimo para reforzar la amistad—.

La Hyuga se sonrojó y su nariz tuvo un sangrado leve al oír eso, a lo que su hermano se espantó porque no había pensado que ella tenía esas fantasías.

—Ah, así que siempre lo hiciste con mi prometido. Bueno, nosotras pasamos un tiempo a solas, así que estamos a mano—llegó Mitoyo un poco cansada.

—¡Ponte algo de ropa!—exclamó Himuka al verla sin nada encima.

—Sabes que duermo desnuda de por si, así que debes acostumbrarte a eso. Ay, que buena noche tuvimos—sonrió la pelirroja viendo todo el desastre.

—¡Claro que no!—exclamaron los hermanos Hyuga ante esta situación.

En otro sitio, se podía ver a Minato yendo a una reunión secreta con una mujer que este conocía, su futura consuegra, quien le había solicitado su presencia ante el tema del matrimonio de sus hijos.

—¿Quiere hacer un trato en caso de que algo salga mal?—.

—La verdad no confío en mis hijos, ellos son muy especiales y no creo que sus prometidos vayan a tolerar su comportamiento. Si algo sale mal, no quisiera perder esta alianza necesaria, de ser necesario haré lo que sea necesario para que no nos rebasen las demás familias—le comentó Hanamei Hyuga al rubio.

—Entiendo su preocupación, aunque no sé cómo justificar ante todo esto. La verdadera dueña de lo que manejo es mi esposa, no puedo disponer asi de fácil sus recursos—.

—Al menos puede intentarlo—.

—¿Qué haría a cambio de darle mi apoyo? No puedo fiarme de su palabra—comentó Minato sobre el asunto.

—Buena parte de las acciones de la empresa están en mi poder y mi palabra es importante. Quizás pueda convencerlo de otra manera—.

Hanamei hacia énfasis en sus pechos indicando que iría por la ruta sexual para darle ese incentivo y el rubio abrió los ojos de la sorpresa.

—Nadie se va a enterar, debe querer algo de acción con otra mujer, ¿verdad?—.

Después de un rato de pensarlo, el hombre si aceptó el ofertón y comenzó a follarse a la futura suegra de sus hijos. Cabe decir que el rubio no se contenía y hacia retorcerse del placer a la peliazul.

—¡Aaaaah, partame el culo! ¡Que bien lo hace!—.

Estaban en el baño y ella era penetrada por detrás mientras ella se recargaba hacia la pared y el hombre sujetaba firmemente su trasero.

—¡Me vengo, me vengo!—.

Después de muchos rounds, la mujer estaba desfallecida en la alcoba y sentía el cosquilleo de haber tenido una aventura con el rubio, aunque poco sabían que estaba también siendo cuerneados por sus cónyuges.

—¿Entonces tenemos un trato?—.

—Sí, tenemos un trato—.

Después de mucho tiempo de vacacionar las dos parejas regresaron a su ciudad, pero fueron citados por sus padres por petición de ellos.

—¡¿Qué ellos que?!—exclamó Minato en shock.

—Tenemos las pruebas de que está unión es un error. Hicieron de todo en ese viaje—declaró Neji muy enfadado con lo que lograron reunir.

Los dos matrimonios vieron que sus hijos hicieron de todo y era bastante pervertido. Aparte de cambiar de parejas constantemente, hicieron orgías, tríos y muchas cosas que no querían nombrar.

—Entonces es un hecho de que esto es un error y deben cancelar todo—alegó Karin con un toque de confianza en su intento de tener la herencia.

—No le veo el caso destruir el trato—alegó Hiashi sorpresivamente.

—Igual, no le veo el caso—asintió Minato.

—¡¿Qué?! ¡¿Deben estar bromeando?!—exclamó Neji.

—Aunque es un error lo que están haciendo, no estan involucrando más personas en esta situación para darse a sospechar. Es mejor dejar las cosas asi—declaró Kushina seria.

—Pero…—intentaron decir algo los dos espías.

—Es nuestra decisión, si no sale este asunto de ellos cuatro, no hay problema—dijo Hanamei viendo eso.

Ellos se rindieron y los esposos infieles estaba sudando balas porque descubrieron horrores de sus hijos, pero a la vez aliviados de que habían encontrado una forma de lidiar con esto. Sin embargo, los adultos vieron que se habían metido en algo igual de atroz y esperaban que nadie se enterara, o eso pensaban ellos.

Una sirvienta de la familia Hyuga estaba oyendo la conversación y mandaba un mensaje a alguien desconocido sobre esto, pero era avisando de lo que pasaría con el asunto de los matrimonios.

Natsu: No se revelará nada de las infidelidades de mis patrones para sacarles dinero.

Contacto desconocido: Si, entonces déjalo así. Nos conviene tenerlos aliados, pero si se necesita chantajearlos en caso de que algo ocurra, hay pruebas para hacer que cooperen.

Natsu: Entonces haré resguardo del material que recopilé.

Al parecer, había un grupo de poderosos corporativos que estaba interesados en la alianza y cualquier error en esa unión sería poco conveniente, por lo que está situación les convenía y esto debía permanecer en lo mayor posible.

Por otro lado, los dos matrimonios se llevaron a cabo y la luna de miel fue todo un espectáculo de orgías y fetiches acumulados. Parecía que se habían acoplado tanto que ya se había convertido en un asunto poliamoroso que daba estabilidad a algo tan enfermo como está situación. Sin embargo, algo les traería duda cuando el momento llegó.

—Naruto, Himuka, estoy embarazada—declaró Hinata con un ultrasonido confirmado.

—Igual yo, tengo 13 semanas de embarazo—mostró Mitoyo su estudio médico.

—¡Espera, de quién es hijo de cada quien!—pensó Naruto en voz alta.

—Creo que eso habrá que verlo cuando nazcan los niños, esto se va a poner raro—murmuró el peliazul nervioso.

Aunque hubo riesgo de tener hijos por incesto, ellos si tendrían descendencia de sus padres unidos en matrimonio y después de esto decidieron que no traerían hijos debido a las enfermedades que puede acarrear el tener bebés de hermanos.

Por otro lado, quedaba un asunto pendiente con los padres de los Uzumaki y los Hyuga, debido al tema de quién revelaría la infidelidad primero, así que alguien interesado en que esto no se rompiera y saliera a la luz tuvo que intervenir.

—¡Ay, pero que buena bebida!—se veía a Kushina borracha con una botella.

—Gracias por atendernos, estimado Jiraiya—declaró Hiashi elegante como siempre pero con los efectos del alcohol.

—Hoy beban lo que quieran, estamos de fiesta el día de hoy por los nuevos herederos de un gran imperio. Beban lo que quieran, yo invito—alegó el hombre.

Sin darse cuenta estaban cayendo en la treta del sujeto que buscaba que quedaran bajo los efectos del alcohol para su malvado plan. Finalmente, después de una noche de copas la luz del sol alumbró la habitación y Minato abrió los ojos, pero veía borroso y sintió un cabello largo en su mejilla.

—Buenos días, mi amor—.

En ese instante, se podía ver qué el que abrazaba era Hiashi y este se levantó desnudo, para el horror del rubio.

—¿Por qué hacen todo ese ruido?—se quejaba Kushina toda ida por la cruda.

—Quita la luz—se oía a Hanamei bajo las sábanas.

En ese instante, ellas procesaron las voces y se levantaron de golpe al ver qué estaban desnudos con sus parejas, a lo que los 4 gritaron de horror.

—¡¿Qué significa esto?!—exclamó Kushina.

—¡Díganme que no hicimos lo que pensamos!—jadeó Hanamei horrorizada.

Después de analizar mejor la situación, había una cinta de video con el escrito de "Todo queda en familia". Mientras se cambiaban todos, pusieron la cinta y lo peor del asunto es que había alguien que los había grabado haciendo toda clase de barbaridades.

—¡Esa no puedo ser yo!—.

En una parte, Kushina estaba en carrusel siendo follada por detrás por Minato y chupándole el miembro a Hiashi como toda una zorra, para el horror de la pelirroja.

—¡Juro que todo tiene una explicación!—volteó a ver Hanamei.

En otro fragmento, se podía ver a Hanamei siendo penetrada por ambos lados mientras Kushina le daba un beso lésbico muy rico para la sorpresa de todos.

—¡Ay no puede ser!—se cubrió los ojos la peliazul.

—¡Esto no puede empeorar!—dijo Minato nervioso.

Pero todo empeoró cuando parecía haber sexo gay por ambas partes. Lo peor del asunto es que era tan natural que de ahí se explicaba las actitudes de sus hijos anormales.

—Con razón me duele el culo—lloró Minato.

—¡Tú cállate que no me salvé de eso!—le reclamó Hiashi en las mismas.

Hanamei lo único en lo que pensaba es que quizás ya no tenía caso el divorcio por revelar la infidelidad a Hiashi porque esto parecía arreglar las cosas y los demás se lo tomaban mejor de lo esperado por lo que ella pensaba.

—Escuchen bien todos, nada de esto ocurrió. Somos dos matrimonios sanos y no volveremos a hablar de esto, sobre todo lo del sexo gay. ¡¿Esta claro?!—dijo ahora Kushina sin querer volver repetirlo.

Nadie se opuso y detrás de la habitación, se encontraba la sirvienta de los Hyuga satisfecha de haber cumplido su misión. Ahora nadie tendría armas para generar un trámite de divorcio y deshacer la alianza de estas dos familias.

—Bueno, nadie dijo que esto seria fácil. Apenas tuve éxito, pero faltan el par de primos que quieren la herencia—se oyó a Natsu haciendo una llamada.

—De eso me encargo, ellos no van a interferir en esto—se oyó una voz de alguien aún desconocido.

En otro lado, se veía a Shizuka, una de las hijas de Jiraiya, en un traje de dominatrix teniendo encadenados a Karin y Neji desnudos mientras que acercaba a ellos.

—Hoy me voy a divertir con ustedes, mis amiguitos—se relación los labios la mujer de cabello negro y ojos verdes, mientras el par de entrometidos sudaban fuerte ante lo que les iba a pasar.

Fin…