Capitulo 10 Mi nueva vida en el imperio

El imperio, la capital imperial. Donde residen las personas mas importantes que hay en la tierra. Dónde las personas de otros pueblos o aldeas vienen aquí para cumplir con sus más allegados sueños.

Estar aquí es un sueño que las personas de otros lugares desearía vivir. Y afortunadamente, soy una de ésas personas que a tenido la suerte de vivirlo.

Mi nombre es Tatsumi Kenkyo, soy de un pequeño pueblo ubicado en las montañas del norte. Nuestro único clima es el frío. Que lamentable es uno de los problemas de nosotros tenemos que afrontar. Junto con los impuestos excesivos que nos obligan a cumplir. En caso de no pagar nos quitaran todo lo que tengamos. Tenemos esta situación desde hace bastante tiempo y pensé que tendríamos que vivir con esta situación para siempre. O éso creía hasta hace unos días.

Cierto día llegó a nuestra aldea un general del imperio. Su nombre era Gregorios Nenshõ, y vino a mi aldea para salvarla. Acompañado de sus 4 soldados mas importantes y fuertes. Yo no estuve presente cuando el llegó, debido a que yo y dos de mis amigos nos perdimos por 'accidente'. Para abreviar las cosas terminamos en una de las montañas que rodeaba nuestro hogar. Cuando decidimos bajar, nos atacó un lobo de hielo. Mis amigos y yo lo enfrentamos. Pudimos ganarle pero resultamos muy heridos. Me desmaye por unos días, tan pronto como me desperté me llevé una gran sorpresa al ver como mi aldea estaba siendo reconstruida. Quise saber que estaba pasando, por lo qué fui a buscar a alguien que me explicará que había ocurrido.

Sin querer me tope con el general Gregorios. El le contó que había ocurrido y lo que estaba haciendo aquí. Yo no lo podía creer, pensé que era un sueño. Pero el me aseguro que no lo era. También me hizo una oferta que muy interesante e importante. Ofreció llevarme al imperio para entrenarme y convertirme en un general. Yo acepté sin dudar. Y ahora, estoy aquí mismo en el imperio.

He estado viviendo con el general durante todo esté tiempo. En su…Mansión. Cuando me dijo que tenía una. Yo pensé que estaba bromeando. Pero no fue así. El me mostró donde como era. Y debo decir una cosa. Esté lugar es…¡Enorme!.

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Nunca había visto una vivienda tan grande. Diablos. El lugar debía igualar a varias cabañas de mi aldea. Incluso tenía piscina. Me acerqué a ella y pude ver mi reflejo en la superficie del agua. Era clara y brillante. Los cuatro que tenía también era algo impresionante. Cuando le pregunté al general cuántos había. El me respondió que alrededor de unos 50. Mi mandíbula cayo por la respuesta que el me dió. Después de eso el general le pidió al soldado llamado Jun que me llevará a mi nuevo cuarto. El acepto y me pidió que lo siguiera. Mientras Jun y yo caminábamos por los pasillos de la mansión. Vi que en las paredes había pinturas colgadas de diferentes paisajes. Algunos eran de un atardecer anaranjado. Eran bonitos. Junto con algunas estatus de piedra de color blanco que tenían la forma de una especie de ave extraña. Y unas mesas con floreros con flores de colores rojo o amarillo.

"Es aquí". Jun exclamó. Nos detuvimos en una puerta muy bien decorada. Jun abrió la puerta y me dijo que entrará.

Yo entré y pude ver como era mi habitación. En la pared de la izquierda había una gran cama con sábanas de color blanco y negro. Las almohadas también tenían un color variado entre negro y blanco. A cada lado de esta habia una mesita de noche con una lámpara muy elegantes a cada meda. En la pared de la derecha había un hermoso escritorio de madera junto con una silla. Al lado había un gran armario de dos puertas de color marrón oscuro. Tenía una ventana en dirrección al frente de la puerta de entrada. Todo aquí parecía ser hecho de una gran calidad. Eso lo podía confirmar por los materiales del que estaba hecho su cama, el armario, el escritorio hasta su silla. Había otra puerta que conducía a un bañó privado con un inodoro, ducha, lavabo que tenía un pequeño espejo para que la persona se viera mientras se lavaba. Tenía también unas toallas de mano y otras para el cuerpo en una estantería encima del inodoro. Cabe resaltar, qué él color de la habitación a excepción de la cama era de un color rojo claro y oscuro.

"Wow". Dije con evidente asombro. "Este lugar es increíble".

"Así es". Jun habló mientras agarraba el pomo de la puerta. "Descansa y desempaque, Joven Kenkyo. Le avisaré si el general lo llama".

"Entendido, oh y llámame tatsumi". Le dijo en un tono amigable.

Jun lo miró por un momento antes de sonreír. "Ok como usted guste, joven Tatsumi".

Acto seguido jun se retiró. Dejando solo a tatsumi. El cual estaba admirando su habitación. Tatsumi dejo caer en el suelo su mochila de su espalda y comenzo a desempacar. Colocó su ropa en el gran armario, su espada la colocó aún lado del escritorio. Sacó de su abrigo la estatuilla que le dio el líder de su aldea y la puso en la mesa de la derecha de su cama. Se sentó en su cama. A pesar de que estaba con ropa que le cubría todo su cuerpo pudo sentir lo cómodo que era. Deslizo sus dedos por la suavidad de las sábanas. Eso le gustó. Se dejo caer de espalda para que todo su cuerpo sintiera esa sensación.

"Es tan suave". Esté tipo de sensación era algo que no había experimentado antes. Era tan relajante. Sacó de su abrigo una foto que el había guardado consigo junto a la estatuilla de madera. La levantó hacia su rostro. "Estarías orgullosa de mí, verdad". Habló con cariño y añoranza. "Prometo esforzarme para cumplir con tu sueño". La llevo hacía su corazón. "Lo prometo".

Un sonido proveniente de la puerta interrumpió sus pensamientos. "Jóven tatsumi". Era la voz de Jun el que hablaba.

Tatsumi se levantó rápidamente y guardo la foto en su abrigo. "Si, qué pasa".

"¿Puedo pasar?".

"Claro".

Acto seguido Jun entró. "El general Gregorios lo necesita".

"Oh, bien entonces ire ahora mis…". Tatsumi detuvo sus palabras al ver como estaba vestido Jun.

El ya no vestía su armadura. En cambio vestía una camisa blanca con una corbata de moño, con un chaleco negro y una chaqueta negra, unos pantalones elegantes de color negro al igual que los zapatos que tenían el mismo color. Debido a la ropa que tenía, tatsumi podía ver mejor su apariencia. Era delgado, tenía el pelo negro con las puntas de éste de color blanco. Estaba muy bien peinado y poseía un bigote delgado.

"¿Sucede algo, joven Tatsumi?".

"Jun,…¿Porque estas vestido así?.

Jun no comprendió lo que quiso decir, hasta que vió como miraba su 'uniforme'. ¿Oh, Se refiere a ésto?. Señaló su cuerpo.

Tatsumi asintió.

"Me disculpó si no lo dije cuando nos conocimos, pero yo aparté de ser uno de los soldados del general Gregorios soy su sirvienta personal".

"¡Que, en serio!". Dijo tatsumi con evidentemente asombro.

Jun asintió. "Ahora sígame, por favor. El general nos espera".

Tatsumi salió de su asombro y procedió a levantarse de la cama para caminar junto a Jun. Salieron del cuarto y caminaron hasta la sala principal. En éste había una mesa cuadrada con varios sillones bastantes cómodos a cada lado de la mesa. Había una gran chimenea encendida con un cuadro de pintura, que mostraba el símbolo de lo que parecía ser una bestia. Tenía un hermoso candelabro colgando del techo con varias velas encendidas iluminando toda la habitación.

Cuando tatsumi y Jun llegaron pudieron ver como estaban sentados el general, y sus tres soldados en los sillones. Parecían estar hablando de un tema muy serio por las expresiones en sus rostros. Cuando Gregorios vió que tatsumi y Jun se acercaban. Rápidamente cambio su expresión sería a una feliz y relajada.

"Tatsumi, me alegro que hayas llegado". Gregorios dijo mientras se acercaba a ellos.

"Si disculpé la demora". El joven habló mientras se disculpaba.

"Con permiso general ire a traerles algo de tomar". Jun se apartó de ellos y se fue a una de las tantas puertas que había en la habitación.

"Gracias Jun. Y ahora tatsumi". Dirigió su mirada hacia el joven. "Ya que estas aquí comenzaremos con tú…". Gregorios no pudo terminar su oración al ver como el joven todavía tenía su ropa de su aldea. "Tatsumi porque vistes esa ropa todavía".

"Perdón, como dice?".

"Tu ropa, porque todavía la tienes puesta. ¿No tienes calor?".

"Bueno". El solo movió un poco su abrigo. "No la verdad, estoy cómodo". Dijo cómo si nada.

Gregorios lo miró extrañado. "Está cómodo?. Pero si clima aquí es distinto a su aldea. Entiendo que el tenga que usar esa ropa para evitar el frío. Pero aquí en la capital no hay necesidad de que el deba usar éso. ¿De hecho, no debería sentir calor por usar esa ropa?". Gregorios trató de encontrar respuesta a esté dilema. Pero decidió dejarlo de lado. Había cosas más importantes en éstos momentos. "Como sea, tatsumi talvez te estarás preguntando el porque te llamé".

"La verdad si un poco, pero creo que tiene que ver con mi entrenamiento, no?". Pregunto con incertidumbre si estaba en lo correcto.

"Por supuesto, acertaste". Dijo con alegría mientras se reía. " Pero quiero que sepas que el tipo de entrenamiento que te daré sera totalmente diferente al que piensas".

"¿Diferente?". Tatsumi preguntó.

"Si". Dijo mientras se cruzaba de brazos y cerraba los ojos. " No solo voy a entrenarte físicamente sino mentalmente. Para ser un general no solo basta ser fuerte, sino también ser muy inteligente y aprender ciertos conocimientos básicos".

"Entiendo". Tatsumi asintió.

"No digo que tu no seas inteligente. Por lo que me dijeron en tu aldea tu eres muy inteligente para tu edad, eso me sorprendió".

"Em, gracias" Dijo con duda. "¿Acaso el general preguntó por mi?.¿Y eso por eso que me hizo esa oferta?. Tatsumi tenía muchas preguntas pero decidió quedarse callado para no interrumpir al general.

"Lo que trato de decir, tatsumi". Miro al jóven con una mirada seria. "No sera fácil ni nada sencillo y si veo que tu ya no puedes seguir con esto. Entonces, te enviaré personalmente de regreso a tu aldea, recuerdas lo promesa que le hice a tu líder. Que si veía que estaba en peligro o si veía que no era capaz de cuidarte te enviaría de regreso".

Tatsumi trató saliva. Tanto por la mirada como por el recordatorio que el general le hizo recordar.

"Pero si tú das todo de tí y veo que en verdad puedes superar cada prueba que te ponga en el camino. Entonces, seré tu guia,te animaré, te cuidaré, te apoyaré en todo lo que necesites. Para que tu te conviertas en no solo un general del imperio, sino también en la persona más fuerte de todo el imperio". Gregorios se agachó a la altura del joven y le tocó el hombro. "¿Estás deacuerdo, tatsumi?".

Tatsumi miró los ojos del general. Vio el color amarillento atardecer, parecían estar brillando. Eran casi amenazantes. Pero a pesar de eso, el se mantuvo firmé. Tatsumi lo miró serio también.

"Si general, lo entiendo. Y le pudo prometo dar todo de mi para no defraudarlo. Sere más fuerte no solo para ser un general del imperio. Si no también para salvar a mi aldea". Dijo con una gran determinación.

Gregorios sonrío por la respuesta que obtuvo de él. Miro la determinación en sus ojos. Eso le gustó. Necesitaba éso. Por eso le había dicho ésas palabras antes. Necesitaba ver si el en verdad estaba dispuesto a todo. Ahora podía confirmar que esté chico, sería de gran ayuda para sus planes en el futuro.

Fue en éstos momentos que Jun había ingresado a la habitación con una bandeja de plata con varias bebidas de diferentes tamaños y con diferentes contenidos por el color que tenía cada uno. "Caballeros, sus bebidas".

"¡Perfecto!, que les parece si brindamos por ésto". El general agarro su bebida la cual era la más grande. Era una jarra de cerveza. De la bandeja de bebidas. Los demás soldados que estaban sentados en los sillones se levantaron y cogieron cada uno su vaso.

"Esté es el suyo, Joven Tatsumi". Jun le entrego la bebida a tatsumi. Esta era un vaso mediano. Su contenido era un color amarillo.

"Gracias, Jun ". Tatsumi tomó el vaso con su mano derecha.

Jun fué el último en agarrar su bebida. La cual era una taza, de las cuales se servía té. La cogió con una mano y la bandeja ya vacía la tenía debajo de su brazo izquierdo.

"Brindamos por éste día. Porque hoy es el día en el qué no solo se nos unió un joven muy talentoso y fuerte al imperio. Sino qué también hoy es el día en el que nace un próximo general del imperio ". Gregorios Alzo su jarra hacia arriba y anuncio con orgullo y vigor. "¡Por el imperio!".

"¡Por el imperio!". Los demás soldados con Jun y tatsumi alzaron sus bebidas. Ninguno de ellos llevaban sus cascos, se los habían quitado al entrar al entrar a la mansión. Junto con sus armas estaba en otra habitación.

Mientras todos consumen el contenido de sus vasos, tazas, jarras. Tatsumi fue el único que miro el suyo con curiosidad. El color amarillo que se reflejaba por el vaso de vidrio llamó su interés. El estaba acostumbrado a tomar té o cualquier bebida caliente de su aldea servido en una taza de madera. Lo miró por unos minutos más antes de dar un pequeño sorbo. Apenas sintió el líquido amarillento en su lengua. Sus ojos se abrieron de par en par. "¡Esta delicioso!". Exclamó con alegría.

El general y sus hombres volvieron la mirada hacia el joven quien de un solo trago se bebió todo el contenido de su vaso. Todos se rieron por la acción del joven. Todos excepto uno de ellos. Uno que lo miraba con duda y incomodidad.

"¿Te gustó?". Pregunto Gregorios.

"¡Si!, nunca probé algo asi antes, ¿Que es?".

"Es una mezcla de diferentes frutas exóticas que nosotros tenemos guardado y que en ocasiones sacamos para celebrar algo importante". Explicó Jun.

"Esta increíble". Tatsumi dijo relamiéndose los labios.

"Pues deberías agradecerle a Joji el es quien cultiva ésas frutas". Gregorios señaló hacía uno de los soldados.

Tatsumi observó a quien señalaba el general. La persona llamada Joji era un joven de 22 años de cabello marrón con ojos de color avellana tenía un rostro bien formado. Tenía un cuerpo algo delgado pero en forma.

"Gracias, señor Joji". El mencionado solo le dedicó una sonrisa a la vez que alzaba su vaso.

"No hay de qué, tatsumi". Tatsumi sonrió por la amabilidad del soldado.

"Muy bien, Tatsumi ya que hemos celebrado lo mejor será descansar. Mañana mismo empezaremos el entrenamiento". Gregorios anuncio al ver por una de las grandes ventanas de la habitación que ya era casi de noche.

"Entendido, general". Tatsumi respondió con entusiasmo.

"Ustedes vayan a sus habitaciones también a descansar". Sus hombres asintieron, dejaron sus vasos en la mesa y caminaron hacia sus recamaras. "Jun acompaña a tatsumi a su cuarto".

"A la orden, vamos joven Tatsumi". Jun lo llamo y tatsumi lo siguió sin dudar.

Cuando ya todos habían abandonado la habitación dejando solo a Gregorios. Esté puso sus brazos hacia atras de él y se acercó a la chimenea y la miro fijamente con una sonrisa extraña."Tengo grandes planes para ti, tatsumi. Presiento que tu me ayudarás a cumplir con mi objetivos".

Mientras sus ojos miraban fijamente las llamas del fuego quemando lentamente la madera cortada y echada en la gran chimenea. Sus ojos adoptaron un brillo de color rojo carmesí brillante.

"Mis objetivos con respecto a esté imperio". Se comenzó a reír de forma extraña.

"Bueno". Dijo para dejar de reir. "Será mejor que descanse, mañana tengo mucho por hacer. Con respecto a mi,…aprendiz". Dijo con burla. "Buenas noches, tatsumi". Con esas últimas palabras Gregorios alzaba su mano y junto sus dedos para después chasquear sus dedos. Esto hizo que la chimenea y las velas que alumbraban el lugar se apagarán de la nada.


Tatsumi y Jun regresaron hacía su cuarto.

"Bueno, descansé jóven Tatsumi. Mañana empezaremos con su entrenamiento". Jun dijo antes de irse.

"Esta bien. Oh espera, Jun". Jun detuvo sus pasos. "¿Necesita algo, Joven Tatsumi?"

"No solo quería decirte, que tengas buenas noches". Tatsumi dijo con una sonrisa.

Jun lo miró por un momento antes de igualmente sonreírle. "Buenas noches a usted también, Joven Tatsumi". Y con éso Jun abandono la habitación.

Tatsumi se quitó su abrigo y sus botas. Para poder irse a dormir. Pero antes de eso se acercó hacia su ventana y observó la vista que tenía. Su ventana le daba una vista clara de la capital. Podía ver algunos edificios, sus luces y las calles de está. "La capital imperial por fin estoy aquí. Ya verán amigos seré más fuerte y salvaré a nuestra aldea." Se llevó una mano a su pecho. "Cumpliré mi promesa". Sacó la foto que tenía guardado y miró. "Lo hare por tí, mamá". Beso la foto y volvió hacía su cama se hecho en ella. Volvió a sentir lo suave que era. Lo relajante que era. El sueño comenzó a apoderarse de él. Tatsumi puso la foto debajo de su almohada y cerró los ojos. Mañana tendría que estar listo para el 'entrenamiento especial' del general. Y eso era algo lo que emocionaba mucho.

Tatsumi finalmente dejo que el sueño lo dominara y se durmió en la cómoda cama. Sin que el joven lo supiera, para mañana su vida daría un giro muy grande. Uno que lo llevaría a tomar decisiones que lo podrían en un camino difícil, desafiante, salvaje y posiblemente uno muy……oscuro.


Notas del autor :

Buenas tardes a todos lo que están siguiendo mi historia les quería decir tres cosas:

1) La primera agradezco la paciencia que algunos de ustedes tienen. Créanme que estoy en verdad esforzándome para darles un buen capítulo acerca de mi historia. También he estado leyendo varios fanfics de akame ga kill. De hecho, esas historias me inspiraron para hacer mi propia historia.

2) Con respecto a la continuidad acerca del personaje de tatsumi mi historia él también va a descubrir la oscuridad de la capital y creo que será casi igual a cómo se vio en el anime. Ya que muchos de nosotros o en su mayoría quiénes han visto el anime en el primer capítulo nos cuentan la oscuridad del imperio y en lo personal a mí me gustó. Pero yo trataré de hacerlo un poco más extendido. También voy a agregar varios personajes a esta. Y estos personajes serán de gran importancia para tatsumi.

3) Agradecería enormemente que comenten mi historia y que la compartan para que así pueda tener un poco más de opiniones y el apoyo de ustedes. Con respecto a que debo mejorar o si necesito ser un poco más expresivo con respecto a los personajes. También quería decirles que yo voy a hacer varias referencias no solo a la historia de akame ga kill, sino también a referencias de películas. Quienes puedan adivinar en qué capítulo y a quién me estoy refiriendo, me lo escriben en los comentarios lo saludaré en el próximo capítulo.

Sin nadamás, les agradezco y que la pasen muy bien. Cuidense.