Capítulo 19: El cumpleaños de Severus.
Los profesores volvieron a Hogwarts el día 2 de enero y al día siguiente regresaron los alumnos al completo. Fue un día de reencuentros, los chicos que se quedaron durante la Navidad les contaron a sus compañeros que lo pasaron muy bien, que la profesora Elvira les puso una película muy divertida y que hicieron un pequeño campeonato de ajedrez mágico en el que participaron la profesora Sprout y el director Dumbledore, y la pequeña fiesta de Año Nuevo que organizó el director. Un descarado Gryffindor dijo que ojalá hubiera podido quedarse allí en lugar de soportar a su tía Agnes que no paraba de pellizcarle las mejillas. Todos sus compañeros rieron.
El día anterior a la llegada del alumnado, todo el personal femenino se reunió para tomar el té y comentar sus vacaciones. No era buena idea una reunión nocturna cuando al día siguiente tenían que madrugar porque el tren llegaba temprano. Hermione les contó que lo pasó genial con Neville y sus padres, los cuales estaban felices con el nuevo novio de su hija, algo comprensible, Neville es un gran chico, muy bueno, educado, encantador y, además se le notaba que quería mucho a su novia, Hermione estaba eufórica, habían pasado unas vacaciones geniales, agradeció a Elvira con entusiasmo su regalo, el bikini le había venido muy bien y a Neville el bañador también, y la crema solar era fantástica, todas habían notado el bonito bronceado que lucía la joven pareja. Hermione le dijo que incluso su madre la probó y le encantó, Elvira le prometió regalarle un bote para ella cuando volviera allí de visita. Pero todas estaban deseando que Minerva les contara sus vacaciones con Sean en Londres. La mujer estaba en una nube, habían quedado en pasar juntos algún que otro fin de semana en Hogsmade juntos, siempre que el trabajo se lo permitiera a ambos. Elvira no se equivocó, ninguna de las presentes había visto nunca a Minerva tan feliz. Rolanda también volvió muy feliz, había conocido a una agradable mujer durante su viaje y se llevaban muy bien, fue amor a primera vista y además en un mes se trasladaría a vivir en Hogsmade por trabajo, podía elegir entre varios destinos y eligió Hogsmade para poder estar juntas. Todas felicitaron a ambas mujeres y, como su relación ya era de dominio público, Elvira les contó que Severus y ella ya vivían juntos en Hogwarts. Eso sí les advirtió que no le hicieran bromas a ese respecto a Severus, ya conocían su carácter. Hellen también estaba feliz, la familia de Yoshi era encantadora y amable, sobretodo le encantó conocer a su abuela, una mujer mayor y muy simpática que no paraba de ofrecerle comida y le regaló un bonito jersey tejido a mano de lana esponjosa y suave, le encantó, además, la mujer le recordó a su propia abuela que falleció hace años, fue un viaje muy exitoso. Habían decidido que si todo seguía tan bien como hasta ahora vivirían juntos cuando acabara el curso en la casa que Hellen heredó de sus padres, el apartamento de Yoshi era demasiado pequeño para los dos. Sybill les contó que había estado en un encantador hotel para magos, donde conoció a una bruja que aseguraba que podía adivinar el futuro de cualquiera sólo con mirarlos a los ojos. Se interesaron en el tema, pero sabían que a Trelawney la habían estafado, no era la primera vez que le pasaba.
Al día siguiente volvieron los alumnos, la rutina de las clases volvió a Hogwarts. Llevaban unos días entre clases y dedicados a su investigación, cuando llegó el día del cumpleaños de Severus. Elvira se levantó antes que Severus, fue corriendo a la sala de estar, tenía escondido su regalo y fue a buscarlo. Podría no tener sentido, pero para ellos lo tenía, era una revista de medicina mágica americana, dejó a sus padres el encargo de leer las más importantes publicaciones sobre medicina mágica que encontraran y que cuando encontrara algo interesante se lo mandaran. Esa revista llegó un par de días antes, con un artículo muy prometedor en el que se explicaba que un paciente con una lesión similar a la de Severus había sido curado usando una poción que regeneraba los tejidos dañados y curaba el dolor. La autora era buena amiga de su madre, estaba casada con un compañero de estudios de su madre y, aunque Elvira no la veía desde que era niña, su madre y ella nunca perdieron el contacto, podría conseguir sus señas para consultar si lo necesitaba. Metió la revista en una caja y la envolvió con un papel verde brillante y le puso un lazo negro con el borde plateado. Además había comprado un conjunto de ropa interior que sabía que le encantaría, para celebrar su cumpleaños esa noche a solas.
Volvió a su habitación, se puso unas braguitas y un camisón, si lo despertaba desnuda estaba convencida de que no miraría su regalo y era importante que lo viera sin distracciones. Lo llamó suavemente.
-Severus… despierta. - Él casi saltó de la cama.
-¿Qué? ¿Elvira?
-¡Feliz Cumpleaños! - Dijo tendiéndole la caja. Severus la miró sin poder creerlo.
-Te has acordado.
-Por supuesto, acaso lo dudabas.
-Para nada.
-Primero quiero que abras mi regalo. - Él abrió la caja y la miró con extrañeza, no entendía nada.
-¿Qué es esto?
-Es una revista que me mandaron mis padres hace dos días, quería leerlo yo primero para ver si nos pudiera ser útil no quería que te llevaras otra decepción, viene un artículo sobre un paciente que tuvo una lesión similar a la tuya, perdió una parte importante de un músculo de la pierna y tenía los nervios afectados lo que le provocaba dolor igual que a ti. Parece que han creado una poción parecida a una regeneradora de huesos, pero repara los músculos y también los nervios. Había pensado que podríamos leerlo y estudiarlo a fondo a ver si podemos hacerla nosotros con los mismos resultados.
Severus no reaccionaba.
-Me estás diciendo que aquí podría estar la solución definitiva a mi dolor crónico… y la han encontrado tus padres.
-Básicamente sí, sabía que ese sería el mejor regalo de cumpleaños que podría darte.
Él dejó la revista a un lado y se lanzó sobre ella besándola y abrazándola con fuerza, no paraba de darle las gracias e, incluso, se le escapó un gran grito de alegría. Ella nunca lo había visto tan eufórico. Él le dijo que al principio intentó alterar la poción regeneradora de huesos, pero no conseguía nada, sólo logró explotar varios calderos, algo que nunca le había sucedido desde que empezó a elaborar y crear pociones a los 11 años. Ella le dijo que es posible que sea así, porque según leyó en la revista necesitarían ingredientes que es difícil o imposible hallarlos en Inglaterra. Elvira le dijo que podría conseguir la dirección de la autora de la investigación o su madre podría escribirle, o podrían ir a Nueva York en Semana Santa, de todas formas, contaban con su poción calmante mejorada para aguantar unas semanas más. Él estaba muy contento aunque sólo fuera una posibilidad, no quería hacerse demasiadas ilusiones, porque lo que funcionó en ese caso, podría no funcionar en el suyo, pero algo le decía que podría funcionar y Elvira tenía la misma sensación.
Fueron rápido a la ducha y se dieron prisa para ducharse, vestirse y arreglarse, con toda la emoción de haber encontrado una posible solución y hablar sobre ello, se les había hecho un poco tarde y ese día tenían que impartir clases, no podían descuidar el trabajo. Elvira le puso su desayuno a Poe, cogieron su revista, querían hablar con Poppy para preguntarle su opinión. Sin perder tiempo llegaron a desayunar, Elvira con una enorme sonrisa en la cara y Severus sin sonreír pero no fruncía el ceño, lo cual era extraño, especialmente en el día de su cumpleaños, una fecha en la que siempre estaba de mal humor. Minerva les preguntó si habían tenido un buen despertar, viendo que habían llegado tarde y bastante contentos. Severus le dijo que Elvira le había hecho un regalo bastante especial, todos esperaban algo un poco picante, pero él les contó lo que había sido publicado en Estados Unidos, todos conocían la situación de Severus y sabían que era algo muy importante. Poppy les pidió prestada la revista para ver si era posible según sus conocimientos, y consultando algunos de sus libros, Elvira le dijo que iban a sugerírselo y que si conoce algún sanador que pudiera confirmárselo si ella no podía, podrían hacer una réplica del artículo para enviársela y que lo lea. Poppy se mostró encantada de ayudar, todos se ofrecieron si era necesario.
Cuando terminó el desayuno cada uno fue a sus clases, Elvira tenía clase con los Slytherin y Gryffindor de primer año, así que Severus aprovechó para ir con Poppy a la enfermería para ver si encontraban algo en sus libros. Antes de irse, Severus abrazó a Elvira en la puerta del comedor y le dio un beso en la mejilla, los niños que iban saliendo a la vez miraron la escena como si estuvieran viendo algo completamente imposible, Severus salió corriendo de allí antes de que se apareciera Dumbledore y le hiciera hacer las rondas de vigilancia nocturnas durante 2 cursos completos.
Severus y Poppy estuvieron consultando algunos libros hasta que él tuvo que ir a dar una clase, le dijo a Poppy que tomara notas de lo que considerara importante y que tuviera cuidado con la revista porque era la única copia que tenían. Poppy lo tranquilizó y le aseguró que la cuidaría, le dijo que le daría las notas que tomara a la hora del almuerzo. Elvira y Severus estuvieron dando sus clases pensando en cómo iría la investigación de Poppy.
El día transcurrió tranquilo, tras el almuerzo Poppy les dio sus notas y la revista, como esa era la tarde en la que no tenían clases programadas, la pareja fue a su habitación y pasaron buena parte de la tarde leyendo y escribiendo posibles fórmulas para elaborar la poción ellos mismos, aunque muchos ingredientes eran originarios de plantas y animales mágicos de Estados Unidos y, a pesar de sus cálculos, no podían encontrar equivalencias con ingredientes de los que disponían, así que sin perder tiempo decidieron escribir una carta a la madre de Elvira para ponerse en contacto con su amiga, leyeron en el artículo que la elaboración de la poción era muy complicada y para hacerla correctamente se necesitaban algo más de 2 meses. Si esa sanadora accedía a prepararla para él y podían viajar allí en las próximas vacaciones, ya estaría preparada o casi. Fueron a la lechucería para enviar la carta a Nueva York, donde viven los padres de Elvira, cuando llegaron allí Midnight, muy dócil, dejó que Elvira le atara la carta a la pata, no era la primera vez que hacía ese viaje, aunque en esa ocasión le dijo a la lechuza que esperara la respuesta a su carta porque era urgente. Y partió a cumplir su misión.
Iban saliendo de la lechucería cuando apareció ante ellos el patronus de Dumbledore, el Fénix les habló con la voz de Albus y les dijo que fueran a la sala de profesores, que había una reunión de personal. Les extrañó pero ahí fueron los dos y lo que encontraron los sorprendió mucho, todos los profesores estaban allí gritando al unísono ¡Feliz Cumpleaños Severus! Y había globos y guirnaldas verdes, negros y plateados. Elvira pareció emocionada, creía que era un bonito detalle. En cambio, Severus estuvo a punto de salir corriendo, pero Elvira lo sujetó y le regañó por ser tan desagradable y grosero. Él intentó defenderse:
-Ellos saben que no me gustan estas cosas. - Entonces intervino Minerva.
-Lo sabemos, pero fue idea mía, no te preocupes que no tendrás que aguantar mucho nuestra presencia, sólo el tiempo necesario para comernos el pastel tan rico que hemos encargado a los elfos. - En ese momento Albus hizo un gesto y apareció un pastel de chocolate con cobertura de fondant verde y adornado con pequeñas serpientes de chocolate, tenía escrito un "Feliz Cumpleaños profesor Snape" con chocolate y unas velas encendidas con un número 42 plateado.
-¿Era necesario poner mi edad? - Pomona le dijo:
-Vaya Severus, no sabía que eras tan coqueto.
Todos se echaron a reír, Severus se ruborizó, apagó las velas con un movimiento de su mano, quería que esa tortura acabara cuanto antes mejor. Sabiendo esto, Minerva repartió el pastel, que estaba buenísimo, Severus descubrió sorprendido que era su pastel de chocolate favorito desde niño, supuso que Minerva lo había encargado, era la única que, además de Poppy, se fijaba en lo que le gustaba comer y en los platos que repetía. Cuando dieron buena cuenta del pastel, dijo Minerva:
-Ahora ha llegado el momento del regalo, este año debido a que, para evitar a los cotillas, te has pasado las vacaciones de Navidad aquí encerrado, he pensado que entre todo el personal vamos a regalarte una estancia de una noche y una cena en un hotel bastante lujoso en el centro del Londres muggle para ti y para Elvira. Sabemos que lo disfrutarás, estamos seguros que ella es la única persona con la que quieres celebrar tu cumpleaños. - Severus se quedó sin palabras. Así que Elvira habló:
-Muchas gracias, a todos, pero ¿cómo es que se os ha ocurrido un regalo tan considerado? - Minerva volvió a llevar la voz cantante:
-Cuando estuve de vacaciones Sean me llevó a ese hotel a pasar la noche de fin de año y la mañana siguiente, cenamos muy bien, el restaurante es muy romántico, y la habitación era preciosa y muy cómoda, es un hotel bastante lujoso, y cuando volví pensé que sería un regalo perfecto para vosotros, os merecéis por lo menos una noche de auténtico descanso fuera de Hogwarts, sin vigilar críos y sin investigar, sólo una noche sin ningún tipo de responsabilidad. - En ese momento miró a Severus que aún no había dicho nada, seguía impactado. - Y antes de que digas nada para rechazar nuestro regalo, murciélago ermitaño, ya está todo pagado por adelantado, la cena y la estancia con el desayuno incluido, así que irás allí sí o sí. - Severus por fin habló:
-No pienso rechazar esa oportunidad, Minerva, tranquila, sólo quería daros las gracias a todos. Pero, ¿cómo iremos allí? Y ¿Qué pasará con nuestras clases de mañana? No puedo irme una noche, soy el jefe de Slytherin, ¿y si me necesitan para algo? - Ahora habló Albus:
-Tranquilo Severus, yo me haré cargo de lo que pase en Slytherin esta noche, por las clases no te preocupes, les daremos el día libre, no creo que los chicos se entristezcan mucho, pero eso sí, la habitación está pagada hasta mañana a las 12 y media. Es un hotel muggle, así que tendréis que vestiros para no llamar la atención allí, está cerca de la librería de Sean, como el día del baile de Navidad conecté el floo de mi despacho con el de su librería no lo he desconectado, él os espera allí en una hora, así que id a vuestra habitación, vestiros un poco informales, llevaros una bolsa con el pijama y lo que necesitéis para pasar la noche allí y algo más de ropa formal para la cena. - Ahora les dijo Minerva:
-Por cierto, cerca del hotel hay un pequeño piano bar, podéis bailar allí un rato sin que haya cuchicheos. - Severus ya estaba convencido de ir, cuando escuchó eso, se sintió entusiasmado aunque no lo demostrara.
-Por cierto, Severus, la reserva está a nombre de los señores Snape. - Diciendo esto Albus le guiñó un ojo.
-No sé por qué, pero si hiciste tú la reserva eso es algo que no me sorprende. - Todos se rieron y les dijeron que se fueran rápido, que tenían que aprovechar el poco tiempo de vacaciones de verdad que tendrían desde que empezó el curso escolar.
Llegaron a su habitación y Severus lo primero que hizo fue preguntarle a Elvira si sabía algo de eso, ella estaba tan sorprendida como él. Prepararon su maleta, Severus transformó su ropa como lo hizo Elvira en su última visita a la zona muggle de Londres, luego metió en la maleta otro de sus trajes de levita y pantalón después de darle un aspecto más muggle, pero muy elegante, cogió la corbata que le regaló Elvira y una camisa blanca, también les dio a sus botas el aspecto de unos zapatos muggles más comunes. Metió en su maleta también uno de sus pantalones de pijama de seda, una camiseta de algodón y ropa interior limpia, además de sus cosas de aseo personal. Elvira hizo lo mismo que él, transformó la ropa que llevaba puesta como lo hizo la última vez que fueron a esa zona, metió en su maleta uno de sus vestidos negros ajustados sin transfigurar, quería vestirse así para la cena, sabía que a él le gustaría mucho. Metió en su maleta un camisón y una bata, aunque los usaba poco, pero estarían en un hotel, no era muy higiénico dormir desnuda por muy lujoso que sea. Guardó también la ropa interior especial que había comprado para él esa noche y otra muda de ropa interior por si acaso esa ropa interior terminaba rota. Guardó sus cosméticos esenciales, su perfume y sus cosas de aseo.
Cuando estuvieron preparados, fueron rápidamente al despacho de Dumbledore, que estaba allí esperándolos con Minerva. Le dieron unas últimas indicaciones, Elvira besó y abrazó a Minerva y Albus dándoles de nuevo las gracias, prometió darle recuerdos a Sean de parte de Minerva. Llegaron en segundos a la librería de Sean, hacía unos minutos que había cerrado, así que los 3 estaban solos en el local. Sean los recibió muy contento, estaba encantado de recibirlos. Lo saludaron y comentaron un poco que había sido una completa sorpresa, Sean les confesó que él ayudó a hacer la reserva y que todo fue idea de Minerva después de que pasaran allí la Nochevieja y la mañana de Año Nuevo. Salieron los tres de la librería, Severus y Elvira cogidos de la mano, con sus maletas, les indicó la dirección, estaba bastante cerca, llegaron y se notaba que era un sitio muy elegante, se despidieron de Sean, cuyo apartamento no estaba muy lejos de allí, y entraron, llegaron a la recepción y el recepcionista se dirigió a ellos con una sonrisa.
-Buenas tardes señor, señora, ¿En qué puedo ayudarles? - Respondió Elvira:
-Buenas tardes, tenemos una reserva a nombre de Snape. - El recepcionista miró en su ordenador.
-Sí, aquí está, una suite para esta noche y una cena para dos. Enseguida viene el botones para acompañarles, aquí tiene su llave, es la suite 409. Espero que disfruten de su estancia en nuestro hotel.
-Gracias.
Respondieron ambos, llegó el botones, que quiso llevarles las maletas, pero le dijeron que no era necesario. El chico los acompañó al ascensor, los llevó al piso número 4 y los llevó a su suite. Severus le dio una propina y mientras Elvira empezó a explorar la habitación entusiasmada, había un dormitorio con muebles muy elegantes y modernos, con una cama tamaño king-size y un armario y mesillas de noche a juego, también había una cómoda donde había un televisor bastante moderno, tenía una pequeña sala de estar con un sofá y otro televisor, el baño también era moderno, estaba muy bien equipado y tenía una bañera de hidromasaje que prometieron probar antes de irse de allí.
Se vistieron, Elvira le dijo que ella prefería vestirse en el baño para darle una sorpresa. Él no protestó, le encantaban sus sorpresas. Él se puso su traje muggle, su camisa y la corbata que ella le regaló y ya era su favorita. Se recogió el pelo como en el baile de Navidad, sabía que a ella le había gustado. Cuando estuvo listo la avisó y ella ya estaba lista, una de las cosas que más le gustaban de ella era que no lo hacía esperar mucho cuando se estaba arreglando. Él se quedó sin aliento cuando la vio aparecer exactamente igual que hacía unos meses cuando se volvieron a encontrar. Ella vio su expresión y le preguntó:
-¿Qué pasa? ¿No te gusta? - Él recuperó el habla en ese momento.
-Sí, por supuesto, estás preciosa, me van a envidiar todos los hombres con los que nos crucemos. Por no hablar de que en lo único que pienso es en arrancarte ese vestido ahora mismo y no dejarte salir de la cama hasta que nos echen de aquí. - Ella se acercó a él, le dio un beso.
-Siempre me dices cosas tan bonitas… pero vamos a cenar, tengo hambre y ya que nos han pagado también la cena sería una pena no aprovecharla. - Ella cogió su bolso de mano y su abrigo. Severus también se puso su abrigo, por si hiciera frío de camino al piano bar que, según les dijo el botones estaba en frente del hotel.
Cuando llegaron al restaurante y Elvira se quitó el abrigo cuando llegaron al guardarropa muchas miradas se dirigieron a ella. Severus lo notó.
-Vaya, sabía que atraerías todas las miradas… seguro que están pensando que soy un cabrón muy afortunado.
-No creas que soy la única que atrae miradas, como alguna de esas zorras intente acercarse a mi hombre, sabrá quién es la señora Snape.
Llevaba un rato bromeando con que esa noche para todos en ese hotel ella era la señora Snape. Él pensó de pronto que ojalá lo fuera de verdad. Por un momento sintió un poco de vértigo, ¿Desde cuándo quería casarse? Pero no le dio importancia, desde su primera noche juntos, sabía que algún día se lo pediría, no esa noche, pero quizás el día de su primer aniversario juntos sería un buen momento para hacerlo, además de que sería una manera muy especial de celebrar el cumpleaños de Elvira.
El maître se dirigió a ellos, consultó el libro de reservas, ahí estaba la suya. Los acompañó a su mesa, Minerva tenía razón era un sitio muy elegante y romántico, su mesa estaba adornada con un elegante centro de flores y velas, la mantelería, la vajilla y la cubertería eran muy bonitas y de aspecto muy caro. Les dejaron los menús y el camarero volvió al cabo de un rato para tomar la comanda. En poco tiempo les sirvieron su cena. Disfrutaron de su cena tranquilamente. Mientras charlaban, Severus de dio cuenta de que algunos de los otros comensales los miraban con curiosidad y hablaban entre ellos.
-¿Te has dado cuenta de que algunos no paran de mirarnos y cuchichear? Creo que deben estar preguntándose cómo es posible que una mujer tan atractiva como tú esté cenando con un tipo que parece el hijo de Drácula. - Ella cogió su mano con ternura y le dijo:
-No te menosprecies, cada vez tienes mejor aspecto, se nota que como sientes menos dolor ahora comes y duermes mejor, ya no se te ve tan enfermizo.
-No sólo duermo mejor por sentir menos dolor, ahora duermo mejor porque duermo contigo cada noche.
-Me alegra haber sido la cura de tu insomnio.
Brindaron y terminaron de cenar, el camarero les preguntó si les había gustado la cena, le contestaron que sí y le dieron las gracias, la cuenta estaba incluida en su estancia, sólo tuvieron que darle su número de habitación, tan sólo le dieron una propina por el servicio de esa noche.
Recogieron sus abrigos y fueron a la calle, caminaron juntos cogidos de la mano y fueron al piano bar de enfrente a tomar una copa y bailar antes de volver a su suite. Llegaron al bar, era un sitio también muy elegante, tenía un pequeño escenario en el que había un piano donde un hombre de unos 30 años tocaba y cantaba, sorprendentemente bien, canciones románticas, algunas de ellas, peticiones de algunos de los clientes, había una pista de baile y mesas alrededor, había un ambiente romántico y agradable. Dejaron los abrigos en el guardarropa y se sentaron en una mesa cercana a la pista de baile, pidieron unos whiskys y cuando el cantante empezó a tocar The love of my life de Queen, Severus la sacó a bailar. Volvieron a llamar la atención de la gente que había esa noche allí.
-Ese chico no es Freddie Mercury, pero canta bien. - Dijo Severus.
-Vaya profesor Snape, no sabía que te gustaba Queen.
-De adolescente me gustaba más el rock duro, como sabes, pero Queen son muy buenos, además esta canción es más romántica que las de Led Zeppelin. - Elvira sonrió y le dio la razón, apoyó la cabeza en su hombro y bailaron en silencio y muy pegados hasta que terminó la canción.
Tras un par de canciones más, fueron a sentarse en su mesa, a seguir bebiendo sus copas, Elvira dijo que iba un momento al lavabo, antes de volver a su mesa, le preguntó a un camarero cómo se podría hacer una petición, le enseñó un libro con una lista de canciones, sólo tenía que decirle a él cuál quería, la encontró y se lo indicó, él le dijo que la apuntaría en la lista de peticiones y en poco rato la tocaría el pianista. Ella le pidió que les sirviera otra ronda de whisky a los dos y volvió con Severus.
-¿Dónde estabas? ¿Había mucha gente en el baño?
-No, le estaba pidiendo otra ronda al camarero y que le pidiera una canción al pianista para ti, cumpleañero. - Él le dijo:
-Espero que no le hayas dicho que estamos celebrando mi cumpleaños, no quiero llamar la atención.
-Lo sé, por eso, simplemente he pedido una canción y nada más.
Brindaron, empezaron a beber su segunda ronda y cuando se terminaron sus copas, Elvira quiso volver a bailar, poco después empezó la petición de Elvira, Love song for a vampire de Annie Lennox. Ella le dijo que esa canción era para él y su título, él la miró con una ceja levantada.
-No me mires así, tú eres el que decía que parecías el hijo de Drácula, ¿Crees que existe otra canción que sea más adecuada?
-Supongo que no. Estoy dudando entre pedir una canción para ti o que volvamos a la suite. ¿Qué prefieres? - Elvira lo miró seductoramente.
-Me parece que quiero que terminemos de bailar nuestra canción y volvamos al hotel.
-Está bien, por mi perfecto, estoy deseando que probemos esa cama tan enorme y ese jacuzzi… por cierto, ¿Desde cuándo tenemos una canción que sea "nuestra canción"?
Ella se reía.
-Sí, desde ahora, ésta es nuestra canción, mi amado vampiro. - Él la besó y estuvieron besándose y bailando hasta que terminó la canción, volvieron a su mesa, Elvira recogió su bolso, pagaron sus consumiciones, recogieron sus abrigos y volvieron lo más rápido posible al hotel. Él rodeaba su hombros con su brazo y ella tenía su brazo alrededor de su cintura. Llegaron a recepción y recogieron su llave antes de dirigirse al ascensor.
Una vez dentro del ascensor empezaron a besarse con ganas. Llegaron a su planta y fueron a su habitación lo más rápido que pudieron. En cuanto abrieron la puerta los abrigos volaron, Severus cerró la puerta de una pequeña patada, ella le dijo que tenía una pequeña sorpresa de cumpleaños para él. Le hizo quitarse la chaqueta del traje y la corbata, él se descalzó mientras ella lo besaba y le hacía retroceder hasta que se sentó en la cama, casi se caen por el camino, pero no pararon. Una vez que Severus se sentó, ella se apartó un momento y le dijo:
-Aquí tienes un regalo que he estado deseando darte desde esta mañana…
Con un movimiento de su mano su vestido salió volando de su cuerpo y lo mandó al suelo de la habitación, de pronto Elvira estaba delante de Severus con un sujetador de encaje que apenas le tapaba los pechos, y unas braguitas a juego que no tenían entrepierna, un liguero de encaje y sus correspondientes medias. Él no podía creer lo que veía, nunca había visto ese tipo de braguitas… y ella estuvo en el restaurante del hotel y en el piano bar con esas braguitas tan picantes.
-Estás preciosa.
-Ahora puedes desenvolverme, considérame tu regalo de cumpleaños.
-Una pregunta antes, ¿Has estado todo el día con estas braguitas? ¿o sólo desde que llegamos al hotel?
-Desde que llegamos aquí, no es muy decente ir prácticamente con el coño al aire en un colegio… ¿Te hubiera gustado que lo hubiera puesto estando allí?
-No es eso, pero ahora que sé lo que llevabas bajo el vestido… si llego a saberlo antes no hubiéramos salido de esta habitación hasta que nos echaran por escandalosos… hubiéramos hecho tanto ruido que los otros huéspedes habrían llamado enfadados a recepción para quejarse. - Entonces Elvira se sentó a horcajadas sobre él y empezó a abrir su camisa.
-Creo que antes de que "me desenvuelvas" quiero hacerte un regalo más. - Entonces empezó a besar de nuevo su boca y a morder su oreja, le quitó la camisa y le acarició el pecho, lo hizo tumbarse y abrió su cinturón, lo sacó de sus trabillas y lo tiró al suelo tras ella. Entonces abrió sus pantalones y se los quitó con magia, también le quitó los calzoncillos. Ella volvió a subir por su cuerpo, lo besó en la boca y le dijo:
-Relájate y disfruta. - Entonces volvió a bajar lamiendo su cuello y dándole un pequeño mordisco, lamió su pecho y mordió sus pezones haciendo que Severus gimiera, siguió besando su pecho y su abdomen, bajó hasta que llegó a su pene ya erecto y se arrodilló entre sus piernas abiertas. Se relamió y empezó a lamer suavemente la cabeza de su polla mientras acariciaba lentamente el resto y bajaba hasta sus testículos acariciándolos lentamente, cada vez iba introduciendo más su polla en su boca, la chupó lentamente al principio y cada vez más rápido y más profundamente hasta que llegó casi a su garganta, él se sentó y puso su mano en su pelo y la paró. Ella lo miró muy extrañada, sin dejar de acariciarlo aunque sacó su polla de su boca.
-¿Qué pasa? ¿No te gusta?
-Sí, por supuesto, pero quiero que mientras me lo haces te sientes sobre mi cara.
Ella se levantó con entusiasmo, él volvió a tumbarse y ella abrió sus piernas y se puso con las rodillas a los lados de la cabeza de Severus, se agachó sobre él y volvió a empezar a lamer su polla sensualmente. Él empezó a tocar sus pechos por encima del encaje de su sujetador luego llevó sus manos a su coño, abrió sus labios sin necesidad de apartar la ropa interior, esas braguitas ya eran sus favoritas, la miró, estaba muy mojada, metió uno de sus dedos dentro de ella, estaba empapada, ella gimió un poco cuando notó su dedo mientras seguía lamiendo lentamente su erecta polla. Severus sacó su dedo y empezó a chupar su coño, lentamente, de arriba abajo llegó a su clítoris y empezó a lamerlo suavemente y a tocarlo con su dedo, luego empezó a meter dos dedos dentro de ella que gimió un poco más, tenía la polla de Severus casi en su garganta y el gemido de Elvira hizo que estuviera a punto de correrse, él succionó su clítoris y metió sus dedos a la vez, ella se corrió, la cara de Severus se empapó de sus fluidos. Ella paró por un momento, inmediatamente empezó a volver a meterse su polla muy dentro de su garganta, él seguía tocándola y lamiéndole el coño, limpiándolo con su lengua, ella apretó ligeramente sus testículos mientras lo metía muy dentro de su garganta hasta que él no pudo más y se corrió en su garganta, ella no paró hasta que él terminó y tragó su semen por completo. Cuando recuperaron el aliento, Elvira se levantó y Severus también, se abrazaron y se besaron apasionadamente, se tumbaron aún abrazados para descansar un instante. Severus le acarició la espalda y le dijo:
-Gracias por mi regalo de esta noche, me ha encantado. Estas bragas han sido una buena compra… pero no te las pongas cuando estemos en Hogwarts, o por lo menos que yo no me entere, sería bastante indecente que un profesor se pase toda su jornada laboral entre niños empalmado pensando en lo que su ayudante lleva debajo de la ropa. - Ella se reía.
-Está bien, sólo las usaré cuando estemos juntos y a solas en nuestra habitación, yo tampoco quiero que todo el mundo note que estás empalmado, eso sólo puedo notarlo yo. Porque eres mío y sólo mío. No lo olvides.
-Está bien, no lo olvidaré, lo que se me sorprende es que seas tan posesiva conmigo. Sabes bien que sólo quiero estar contigo, una vez superé la obsesión que tuve con Lily para mí no ha habido más mujer que tú.
-¿En serio? Sé que has estado con otras desde que nos separamos de adolescentes y yo también he estado con otros, pero nunca había sentido lo que siento por ti por ningún otro hombre, por eso quería volver a Hogwarts, quería comprobar que no te había idealizado, quería ver si sentía lo mismo por ti que cuando tenía 16 años…y he descubierto que lo que siento por ti es mucho más intenso.
-Yo también te quiero mucho más de lo que imaginaba que podría llegar a quererte. No se lo dije a nadie, pero fui a terapia con un psicólogo muggle para superar mi obsesión con Lily, no fue fácil pero lo conseguí de alguna forma, pero aún así la quise compensar por no haber podido salvarla, lo único que se me ocurrió fue proteger y ayudar a Harry, su hijo, para terminar de derrotar a Voldemort. Después, cuando ese desgraciado por fin fue derrotado, me salvaron la vida in extremis, durante un tiempo me sentí desgraciado y pensé que hubiera sido mejor que no lo hicieran porque sólo sufría dolores, además me sentía sólo, mis únicos amigos de verdad eran Albus, Minerva y los demás profesores, pero la verdad es que me he sentido muy sólo, intenté quedar con alguna mujer, ya te he contado que Lucius me buscaba citas, no fue el único, lo hicieron también Minerva, Pomona y Poppy, pero no funcionó con nadie, todas eran unas memas aburridísimas o unas oportunistas que querían ser famosas, así que he pasado años sin tener ni siquiera sexo, ya estaba harto de que se aprovecharan de mi. - Elvira le preguntó un poco extrañada:
-¿A qué te refieres? ¿Quién se aprovechó de ti? Además de Dumbledore y Voldemort.
-Algunas mujeres, no te lo he contado, pero casi todas las mujeres con las que he estado eran seguidoras de Voldemort que querían ganarse mi favor para subir de categoría entre los acólitos del señor oscuro. Me sentía utilizado, no sentía ni siquiera cariño por ellas pero me sentía utilizado. Así que elegí no volverme a sentir así jamás y desde hace más de dos años estaba completamente sólo, hasta que tú llegaste a mi vida, ¿Sabes qué estaría haciendo en la noche de mi cumpleaños si no hubieras venido a Hogwarts? Estaría como en mis últimos cumpleaños... Sólo en mi habitación, bebiendo hasta caer inconsciente. En cambio míranos, estamos juntos y a punto de ir a bañarnos en una gran bañera de hidromasaje y hacer el amor ahí mismo. - Ella soltó una pequeña carcajada.
-¿De verdad quieres hacerlo allí ya? Creí que te costaría más recuperarte… de verdad que eres insaciable.
-Te lo he dicho más de una vez, nunca tendré suficiente cuando se trata de ti.
Se abrazaron y besaron unos minutos más, entonces se levantaron y ella le dijo que preparara la bañera para los dos, usando magia lo hizo en segundos, la llenó con agua caliente y espuma con un suave aroma a vainilla. Elvira pidió a Severus que se metiera en la bañera, que ella aún se tenía que desnudar y quería hacerlo mientras la miraba desde la bañera. Él se metió rápidamente en la bañera, Elvira empezó a contonearse y abrió los cierres de su liguero y deslizó las medias por sus piernas apoyando su pie en el inodoro, terminó de quitar el liguero, tiraba las prendas al suelo, luego abrió el cierre frontal de su sujetador y lo tiró igualmente, después se dio la vuelta y poniendo su culo en pompa bajó sus braguitas a lo largo de sus piernas, Severus estaba muy excitado, estaba tocándose bajo la espuma, en el momento en que estuvo completamente desnuda se metió en la bañera con él poniéndose a horcajadas sobre él y besándolo apasionadamente, empezaron a tocarse el uno al otro, él tocaba su caliente coñito y ella lo acarició de arriba abajo. Entonces casi sin avisar mientras él tocaba suavemente su clítoris y mordía sus pechos que estaban a la altura de la boca de Severus, ella guió su polla e hizo que la penetrara de una sola vez. Ambos gimieron y ella empezó a montarlo apasionadamente mientras él embestía sujetando con fuerza sus caderas, estuvieron así durante un rato hasta que él besó su boca profundamente, sujetó sus caderas con fuerza manteniéndose dentro de ella hasta el fondo, le acarició el clítoris y separaron sus bocas, gimieron y gritaron sus nombres cuando se corrieron ambos intensamente casi a la vez, en ese momento, se abrazaron y mientras respiraban entrecortadamente. Se quedaron en el agua un rato hasta que empezó a enfriarse. Cuando iban a salir, Severus hizo un hechizo de secado el suelo, habían hecho un pequeño desastre y no quería que resbalaran al salir. Se secaron y volvieron a la cama, estuvieron haciendo el amor hasta el agotamiento, a las 3 de la madrugada ya estaban agotados, se pusieron la ropa que llevaron para dormir, por muy lujoso que sea, no iban a dormir desnudos en una cama ajena. Se durmieron rápidamente.
A la mañana siguiente volvieron a hacerlo, después de otro encuentro apasionado llamaron al servicio de habitaciones, el desayuno estaba incluido, pero decidieron desayunar en la cama, tras un agradable desayuno, pensaron irse un poco antes, querían irse a pasear por Londres y sobre las 12 y media volverían a la librería de Sean. Se arreglaron, se vistieron con la misma ropa con la que llegaron. Cuando llegaron a la recepción, el recepcionista los miró de forma extraña y cuando les dio la factura, ya pagada, les deseó que hubieran disfrutado de su estancia en el hotel con un guiño. Les pareció raro, pero usando legeremancia Severus se dio cuenta de que olvidaron silenciar la habitación, alguien del servicio de habitaciones los escuchó y lo contó a todos los empleados, por lo visto organizaron un buen espectáculo… cuando salieron Severus le contó a Elvira lo que había visto y no pudieron evitar reírse a carcajadas. Por suerte no los echaron por escandalizar a algún meapilas.
Dieron un agradable paseo por el centro de Londres, cuando llegó la hora acordada volvieron a la librería de Sean, le agradecieron el favor y le prometieron que jamás le comprarían un libro a ninguna otra librería, lo que provocó una sincera carcajada a Sean. Se despidieron y volvieron a Hogwarts y a su rutina, muy felices, pero también deseando volver a tener una noche así de agradable.
