-Mundo del avatar, ya habían arrebatado al emperador de la nación del fuego hace un buen tiempo, el mundo se halló finalmente en paz-

Se veía entre las montañas el brillante sol a punto de desaparecer bajo la cumbre a punto de dar lugar a la luz de luna llena que se reflejaba en el sosegado río donde Aang meditaba postrado encima de una piedra de unos 2 metros de alto, el calmo viento movía cuidadosamente su atuendo cuando de repente, una visión tiene y toda su mente se pone en blanco, visualizandose un gran cuarto astral donde se lo veía al Avatar Roku a lo lejos, este iba acercándose con cautela a paso acelerado, se escuchaban sus pies moverse en el vacío de la habitación, el avatar intentó moverse pero una fuerza inexplicable lo detenía así que sostuvo esperar al usuario de fuego control. Una vez que ya se podían ver mutuamente con claridad, el niño tatuado se percata que el hombre tenía una mirada preocupante, se le notaba la desesperación por querer emitir un mensaje importante, pero justo en el momento que están por hablar, Aang siente un fuerte arrebato que lo atrae de nuevo al mundo físico dejándolo aturdido y mareado, cortándole la comunicación y meditación.

Abre los ojos y se queda absorto en sus pensamientos mientras se sostenía la cabeza -¿qué me quería decir Roku? ¿por qué estábamos en ese cuarto?- se preguntaba. Mientras intentaba darle una respuesta a sus dudas poco a poco iba cayendo en la realidad, cuando de un momento a otro comienza a observar su alrededor, nota un ligero cambio en las rocas montañosas que estaban frente a él, no se veían como antes, se percata que el río corría hacia el lado opuesto y la piedra donde estaba sentado parecía más alta, confundido se baja del lugar de un salto aligerando su caída con aire control. Al tocar el suelo sus ojos van directamente hacia el lugar de donde bajó, tenía tallado un patrón que antes no, se veían cuatro dibujos con lo que parecía ser una especie de escritura imposible de identificar para Aang, ¿Dónde estaba? ¿Qué había ocurrido? las únicas dos frases que transitaban por su mente, por ahora no tenía más nada que hacer sólo volver por donde había venido en primer lugar, implorando que todo sea una confusión y encontrar a sus amigos.

En la caminata de vuelta tenía que cruzar un bosque medianamente grande pero cada vez que iba avanzando todo se veía completamente distinto a como lo recordaba, habían árboles que antes no estaban y escuchaba cantos de pájaros que nunca cantaron en esa zona, caminó tanto que debió haber llegado a destino hace un buen rato, -¿Qué está pasando?- se preguntaba, la luna estaba por llegar a su punto más alto, su intranquilidad no dejaba notar el cansancio que tenía después de tanto caminar, sin embargo comenzó a usar aire control para ir haciendo pasos más largos, no se preocupaba demasiado ya que en su interior había una leve esperanza que la situación no sea nada malo, sin embargo él sabía que nada bueno iba a salir de ahí, estaban pasándole muchas situaciones extrañas, pero su fe le decía que se tranquilice. Luego de casi 2 horas de caminata llega a un final brusco del bosque, que terminaba en el comienzo de una bajada bastante empinada, a lo lejos ve lo que pareciera ser un pueblo a la orilla del mar, ¿Qué es ese lugar? nunca lo había visto por estos lares, murmura para sí mismo. Empieza a acelerar su paso para llegar hacia las casas más cercanas, había luz de luna así que podía distinguir bastante bien las construcciones, pero no le hizo de mucha falta ya que había una especie de lámpara, pero no eran como las que Aang conocía, parecían no necesitar del fuego para iluminar. En completa confusión decide deambular por el pueblo para ver si obtenía información que le ayudara. Luego de unos pasos ve en un callejón oscuro varias personas charlando, el niño emocionado al ver caras humanas después de un buen rato se acerca felizmente hacia ellos, respetuosamente y con una leve sonrisa les dice;

¡Hola! Perdón por interrump…

Los hombres giran a verlo de una manera muy brusca que hace al avatar no terminar la oración, lo analizaron de pies a cabeza con una mirada inquietante en sólo un segundo.

Lárgate de aquí niño. Le dice un hombre barbudo y con un cuerpo fornido provocando que todos se den la vuelta, dándole la espalda al muchacho siguiendo en lo que estaban haciendo.

Se quedó paralizado, no podía entender por qué iban a ser tan irrespetuosos hacia él, pero eran las únicas personas que parecían poder ayudarlo por el momento así que sin pensarlo mucho continúa;

¿Me podrían decir en donde me encuentro? les pregunta amablemente y de una manera medio tímida mientras se rasca la nuca.

Los desconocidos se dan la vuelta sin poder creer que el niño siga ahí, uno de ellos que se le veía con poca paciencia le muestra un arma blanca;

¡¿QUIERES QUE TE MATE?!, le dice mientras su mirada parecía que se perdía en la locura.

Aang al momento de verlo a los ojos retrocede rápidamente con cautela, en cuestión de segundos le observa detenidamente las caras a todos los muchachos del lugar, percatandose de que realmente no lo querían allí de ninguna manera así que prosiguió a irse lentamente para no generar un conflicto. Soy un idiota, dijo el niño de manera enojada mientras caminaba, odiaba ser tan ingenuo en estas situaciones, sin embargo su furia se detiene cuando viene a su mente una pregunta ¿Cómo es que no me conocían? En la isla donde estaba cuando comenzó su meditación no era tan poblada, todos se habían enterado que el Avatar se hospedaba ahí momentáneamente lo que provocaba euforia entre los pobladores, quedó muy pensativo ante esa situación sacando la conclusión que la oscuridad no los dejó ver con claridad, entonces decidió esperar a que se haga de día ya que suponía que habría más gente y podría recolectar más información. Toma la decisión de pasar la noche en unos árboles que había a las afueras no muy lejanas ya que al ser un momento extraño prefirió tomar distancia de cualquier peligro que se le pueda avecinar, para descansar prefirió subirse a la rama de un árbol bastante alto usando aire control, recostandose en ella. Parecía que recién iniciaba la primavera porque entre las hojas se podían observar las estrellas, tuvo un momento de descarga, se pudo relajar al menos un segundo después de estar tan tenso, hasta que en su mente aparecieron sus amigos, ¿Cómo estarán? murmuró, esta va a ser una gran anécdota dice mientras se ríe, como cuando pasó lo de la tortuga león… piensa… o eso espero.

Intentó meditar para poder distraerse de cualquier pensamiento malicioso, trató por un rato considerable pero nunca se pudo comunicar con Roku, parecía desconectado del mundo espiritual.

Aagh, ¿Por qué me está pasando esto? Dice mientras se acuesta.

Su mente deambulaba hasta que al fin pudo quedarse dormido, pero de un momento a otro el sol le empieza a pegar en sus ojos y se despierta instantáneamente, enseguida empieza a correr hacia el pueblo, como recién amanecía no había mucha gente, sólo los madrugadores, varias personas acomodando todo para poner lo que parecían puestos de venta, pero antes de hablar decide esperar para analizar a la gente, comienza a caminar esperando que alguien lo viera y reconocía como el Avatar, dió un par de vueltas pero no pasó nada, nadie lo miró con la admiración que solían hacerlo, sólo le cayeron un par de ojeadas nada fuera de lo común, lo primero que asumió fue que eran por sus tatuajes muy visibles. Aang queda parado mirando a la nada "todos sabían quien era en esta isla", dice susurrando mientra su vista comienza a nublarse, estaba a punto de entrar en desesperación pero es alguien fuerte así que logró controlarse e intentar buscar otra solución, no podía ser que ni una sola persona lo reconociera, así que al menos necesitaba confirmar si estas personas tenían conocimiento sobre el Avatar o hacia los elementos en sí, entonces sin tapujos se acerca a alguien que estaba por comprar algo en un mercado de objetos extraños y le inicia conversación:

colocando los brazos detrás del cuerpo y con una sonrisa amable comienza; Hola, disculpa, ¿Le puedo hacer una pregunta?

Pegando un pequeño salto por la charla desprevenida le contestó el desconocido; Hola, dime. Mientras sigue comprando el objeto en la tienda.

¿Sabes quién es el Avatar? Le pregunta Aang sin tapujos.

La persona empieza a intentar recordar si conoce a algún "Avatar" de alguna parte; No, no lo conozco. Le comenta.

Una fuerte punzada aparece sobre el corazón de Aang, esas pocas palabras fueron más pesadas de lo que imaginó. Quedó paralizado con una mirada preocupante.

¿Lo estás buscando? Le pregunta el individuo mientras sigue con sus compras.

A duras penas y con la voz entrecortada el niño respondió; Si, gracias, suerte con la compra.

Aang se aleja rápidamente del mercader agarrándose la cabeza, necesitaba pensar y analizar todo, ya que cada vez confirmaba más lo que pensaba, estaba en un lugar completamente desconocido y nuevo sin saber cómo o por qué llegó allí, de tanto caminar llega a un puerto, se sienta en la orilla sintiendo la madera húmeda en sus piernas.

No saben quien es el Avatar, piensa, por lo tanto no creo que conozcan el poder de los elementos, ¿Qué tan bueno será mostrar mis habilidades? ¿Por qué estoy acá? ¿Cómo vuelvo? ¿Cómo estarán mis amigos? Miles de preguntas invadieron su mente al mismo tiempo, pero sus pensamientos se detuvieron cuando su panza empezó a sonar, claro, me tengo que alimentar, dijo.

Se levanta de donde estaba, muy disociante, seguía pensando mucho, iba caminando hacia las tiendas mientras observaba el camino con una mirada perdida, caminaba a duras penas ya que la situación lo mareaba y sin querer choca su hombro con el de alguien que pasaba por allí.

Tss, ¿Qué te pasa? le dice el desconocido de una manera agresiva mientras se le acerca poco a poco de manera amenazante.

Aang al escuchar que alguien le habló vuelve a la realidad, estaba tan metido en su mente que no se había enterado de nada de lo que ocurrió; ¿Eh? le dice confundido

El desconocido se enfureció mucho por su respuesta; Así que eres muy listo, dice mientras intenta ensamblar un arma, pero algo del niño resultó familiar; ¡TÚ! grita furioso.

El tatuado no entendía nada de la situación y lo quedó observando mientras poco a poco iba tomando distancia porque notó la alteración del hombre.

Mientras se le acerca agresivamente grita ¡POR TU CULPA NO PUDE HACER MI NEGOCIO ANOCHE! ¡INTERRUMPISTE TODO! y saca un cuchillo.

El joven abre los ojos con sorpresa y recuerda que la noche anterior él había hablado con unos hombres ¡Disculpe señor! le grita mientras retrocede ¿Negocio? piensa ¿Qué negocio te pone así de agresivo?

El hombre se sigue acercando a Aang con el cuchillo en la mano apuntando a su cuello y con una sonrisa macabra le dice; ¿Disculpas? No me sirven tus disculpas, me vas a pagar esto.

El extraño quiere hacerle un tajo en la cara a Aang, antes de que llegue a suceder realiza aire control alejándose del hombre, este insistente se le acercó de nuevo pero el niño lo vuelve a esquivar.

¡Eres rápido eh! ¡Quién te piensas que eres! le grita desesperado a sacarle un poco de sangre.

La reacción de Aang fué correr lo más rápido que podía pensando que podría perder al señor, pero el hombre no dejaba de perseguirlo y él no quería lastimarlo así que su mejor idea era usar aire control para subir a los tejados de las casas que había, así que toma acción, sube de un brinco. El hombre se detiene, provocando que el muchacho joven también, este extraño lo quedó observando sorprendido, casi pareciera tener miedo, no cualquiera salta 4 metros como si nada.

¿Eres cazador? le pregunta el hombre, pareciera preocupado.

El niño lo mira sin entender de qué hablaba ¿Cazador? piensa.

Tss, no me pienso meter en esto de nuevo, susurra el señor mientras pega la vuelta guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Aang sin entender nada de la situación no deja su estado de alerta, lo sigue con su mirada al hombre mientras se queda en el tejado analizando lo que acababa de ocurrir. Un hombre extraño lo quiso atacar, algo tenía en claro, este lugar no se parecía en nada al mundo que él conoce.

Una vez que el señor desaparece de su visión baja del tejado suavemente con aire control, necesitaba seguir buscando algo para alimentarse, pero ahora podía obtener más información, la palabra que usó el hombre para referirse a él le quedó resonando en la mente, ¿Qué serán los cazadores? piensa, ¿Por qué me preguntó si soy uno? se dice a sí mismo mientras deambula por las calles. El niño quería saber a toda costa dónde estaba ya que el lugar se le hacía completamente desconocido, así que emprendió el recorrido a recolectar información y comida.

Pasaron 3 semanas de que Aang está en este lugar, tuvo que hacer algunos mandados o trabajos a varias personas para pagar el alimento que necesitaba ya que no tenía absolutamente nada de dinero, casi siempre ayudaba a la misma anciana que lo atendió desde un principio. Todas las noches intentó comunicarse con el Avatar Roku sin ningún resultado, dormía entre los árboles a las afueras del lugar aunque le hayan ofrecido una habitación, no quería molestar a nadie, también había preguntado sobre los supuestos cazadores, pudo obtener la información justa y necesaria, sabe de la tarjeta del cazador que fué lo que más le interesó aunque sólo le hablaron sobre el dinero que le daba, no sabía de los otros beneficios.

Un día Aang estaba haciendo su trabajo matutino moviendo algunas cajas cuando de repente se le acerca la mujer casi anciana que lo contrató

¿Cuánto tiempo vas a estar por aquí? le pregunta con un tono angustiante

Aang antes de responder deja las cajas en el suelo y la mira con una sonrisa sincera; no lo sé la verdad, ¿Por qué pregunta? ¿No puede pagarme más? le dice mientras en su rostro se nota una leve alteración.

No es eso niño, lo que sucede es que yo te veo como una persona muy trabajadora y fuerte, no quiero que estés condenado a estos lugares, ¿Por qué no te buscas otro trabajo en donde puedas ganar más dinero?

El niño observa a la mujer medio confundido; ¿Buscar? ¿Y cómo busco?

Mira, en la biblioteca de este lugar hay un par de computadoras que puedes usar para comenzar tu búsqueda.

¿Computadoras? ¿Qué es eso? piensa, quizá es como esos aparatos que usaron varias personas para comunicarse... tendré ver cómo se utilizan, nunca intenté usarlas pero las vi mientras exploraba el lugar. ¡Genial! le dice a la señora con un tono muy alegre, muchas gracias por la recomendación, si encuentro algún lugar se lo haré saber, por el momento sigo con usted, le comenta con una sonrisa totalmente sincera que transmitió mucha calma... Pero, se pone un poco serio, si me voy usted va a tener que cargar todo esto, y con sus dolores de espalda... ¡Se va a lastimar demasiado!

La anciana sonríe y larga una leve risa; está bien Aang, estaré bien, piensa en ti y en tu futuro, ve y encuentra algo que en verdad te guste y te motive, coloca su mano suavemente sobre el hombro del niño, eres una buena persona, no dejes que nadie te cambie.

Esa conversación Aang la sintió demasiado, por más que no la conocía del todo, ella fué la primera persona que le dió el placer de trabajar, además siempre le daba alimento de más, la iba a extrañar, le tenía cierto cariño.

Llega el fin de su turno de trabajo entonces se dirige al centro donde podía indagar sobre nueva información.

Se sienta en frente de una computadora muy confundido ya que nunca había visto un aparato similar, pero observando a la persona de su lado y con un poco de tiempo logró descifrar su uso, después de todo era el maestro de los cuatro elementos, no le iba a ganar la tecnología. Lo primero que hizo fue buscar información sobre el Avatar, no surgieron resultados, era un completo desconocido en este lugar, era imposible, él fue lo más importante para todo el mundo, como puede ser que no haya el más mínimo dato, en su cara se notó la frustración, lo mal que le hizo esa noticia, aunque ya lo tenía admitido pero siempre tuvo una leve esperanza de que todo esté bien, eso lo puso muy triste, se apoya en el respaldar del asiento para intentar aclarar su mente, mirando hacia arriba susurra ¿Como están chicos?, los extraño mucho... Quiero volver con ustedes, quiero acariciar a Appa, los necesito, necesito que estén conmigo, sus ojos empiezan a ponerse húmedos de la melancolía, mientras los cierra piensa, necesito saber que están haciendo, espero estén pasando un mal momento por mi culpa, quiero saber que están bien, quiero verlos aunque sea por un segundo, pone sus manos en la cara y agacha la cabeza, quiero... quiero... quiero... los necesito, necesito ver a mi familia, se empieza a defraudar lentamente, ¿Dónde están? ¿Por qué no vinieron conmigo? ¿Qué hice para merecer esto?, miles de preguntas sin respuesta aparecieron en su mente cuando de repente se le vino una imagen... eran sus amigos, su corazón se empieza a acelerar, estaban rodeando una mesa con lo que parecía un mapa en el centro, parecían discutir, no se veía nada claro, de un momento a otro los chicos miran hacia el lugar de donde los observaba Aang, abrieron todos los ojos grandes mostrándose asombrados, pero la visión se detuvo, todo era negro, el avatar se destapa la cara y mira hacia todos lados ¿Qué fue eso? se pregunta, no podía asimilar la situación ¿Cómo fué que los pudo ver? ¿Ellos me vieron a mi?, por la situación se empezó a poner muy ansioso así que decidió salir del lugar y tomar un poco de aire.

¿Vieron eso? les dice Katara asombrada

Si, lo vi de maravilla, responde Toph mientras se cruza de brazos.

Lo siento, le respondió avergonzada

Si, doy por hecho que fue Aang intentando comunicarse, pero ¿Desde donde? habla Zuko con un tono autoritario, frustrado apoya sus brazos sobre la mesa y sigue mirando el mapa.

También pienso igual que tu... ¿Dónde estás Aang?, murmura la maestra aire.

Sokka entra a la habitación de golpe con una patada alarmando a todos ¡CONSEGUÍ COMIDA! dice mientras muestra una sonrisa muy grande.

Lo miran con una cara decepcionante y luego le explican lo ocurrido.

Pasó un buen rato de lo sucedido cuando Aang decide entrar de nuevo a la biblioteca, ya habiendo procesado lo que ocurrió, dando por hecho que fué todo a través del Estado Avatar. Decidió no alarmarse mucho, porque pudo ver lo que necesitaba en ese momento, sus amigos estaban a salvo, eso lo tranquilizó mucho, hubiera deseado que fuera más tiempo, aunque él vivió todo en cámara lenta estaba seguro que la situación no pasó de 2 segundos. Así que decidió seguir con su plan de ingerir información de donde estaba para poder encontrar una solución a todo.

Siguió con su otro interés, los cazadores, salieron muchísimos resultados, empezó a leer bastante, descubrió varios beneficios más sobre ser un cazador, sobre la dificultad del examen y sobre una inscripción que podía mandar para serlo, al ver sobre lo último quedó pensando ¿Debería?, ¿Qué ganaría? pero sobre este mundo conocía poco y como vió que eran personas respetadas, decidió seguir su recorrido en este lugar desconocido buscando información hacia esos lares ya que no tenía otra alternativa que no sea trabajar moviendo cajas, que él supiera, así que se convenció de mandar la inscripción para realizar el examen del cazador.

Sale de la biblioteca, cansado de leer, sus ojos estaban muy agotados, se había hecho muy tarde pero igualmente fue a contarle a su jefa lo ocurrido.

¿¡Cazador!? le gritó la anciana muy preocupada.

Aang abre los ojos de sorpesa ante la indignación de la señora, s-si… le responde.

La mujer larga aire de su boca intentando tranquilizarse; ¿Por qué? le responde mientras coloca sus brazos en la cintura.

Es que, me parece interesante, ¡además no tendré que trabajar más!, y usted tampoco, si consigo ese dinero le puedo dar una parte para que usted esté en paz un tiempo mientras se recupera de sus dolores, le dijo muy sincero y sereno.

la señora se rasca con una mano detrás de la cabeza, ay niño... Agradezco mucho tu amabilidad, ¿Pero sabes los riesgos de ese examen?, me preocupo por ti, eres un niño muy bueno, no quiero que sufras o te lastimes.

El Avatar sonríe y le toma las manos a la mujer. Voy a estar bien, se lo prometo.

Con una sonrisa en donde transmitía su preocupación, Está bien, confío en tu palabra. Le responde la dama

Al cabo los días le llega una tarjeta que hablaba sobre el lugar de inicio, el cuál lo buscó por las computadoras de la biblioteca y al parecer quedaba lejos de donde estaba alojado, tenía que cruzar el mar así que empezó a preguntarle a varias personas si había algún barco que vaya hacia el sitio que necesitaba, de casualidad encontró uno, así que procedió a esperar al día adecuado para albergar y tomar rumbo hacia el dicho punto.