EL QUE VOLVIÓ – CAPÍTULO 1: HACE MUCHO FRIO…
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Frio, eso es muy algo común para mí. He visto muchas cosas frías, desde la sopa fría que me dio la encargada del orfanato hasta las miradas de todas esas personas.
Es extraño, siempre me ven a mi así, no a los demás.
El abuelo me dijo que no es nada, solo personas que no me entienden, pero cuando los mire igual al no entenderlos me lanzaron una botella… cuando yo le lance una botella a alguien que miraba así, el abuelo se enojó. No lo entiendo, supongo que solo tengo que aceptar ese frio.
Oh, cierto. El suelo, el suelo es frio, en especial cuando me dejan tirado tras que me golpeen. Defenderme no sirve, el abuelo no le gusta.
'Tienes que demostrarles que no eres lo que creen. Demuéstrales sin usar la violencia.' – Esas fueron las palabras del abuelo, al menos eso recuerdo. No entiendo porque el abuelo no me deja golpearlos, creía que eso hacían los ninjas.
La cosa roja que huele a metal también es fría y me siento débil cuando sale de mí… no me gusta eso. Bueno, no me gusta la cosa roja, los golpes y las miradas… la sopa fría puedo ignorarla… supongo, pero las demás no, y no entiendo porque me tratan así.
Cada día hace más frio y es peor con esa cosa blanca muy fría que cae del cielo.
También lo olvide, los callejones son fríos, mucho. Bueno, uno se olvida de las cosas cuando pasan cosas que no te gustan, al menos escuche eso del señor amable de los fideos.
¡Bam!
Ahí va, un golpe… aunque creo que es una patada según el abuelo.
"¡Maldito demonio!"
Tampoco entiendo porque me llaman así. Escuche que los demonios son tipos malos con cuernos o zorros muy grandes con muchísimas colas… creo que no soy eso.
Alguien tomo el hombro del que me golpeaba. – "Ya déjalo, sabes que no podemos pasar esta línea." – Eso hizo gruñir al que me dio la patada.
Sigo sin entenderlo, ¿Qué es peor que las patadas? ¿Hay algo que se siente más frio?
"¡Él es el culpable!" – El que me pateo reclamo.
Tampoco sé de que soy culpable, siempre me dicen que soy culpable, pero no sé qué hice.
Por mucho que me duela, no puedo verlos… me da miedo verlos. No sé si son hombres o mujeres, solo sé que duele y que sus miradas son frías.
Si llamara demonio a alguien, seria a ellos.
"Sé que es el culpable, pero no podemos ir más allá de esto… está prohibido."
"Garrr…" – El gruñido de rabia me hizo estremecer, quería que se detuvieran y no sentir más frio. – "¡Me da igual!"
¡Bam!
Me retorcí, eso siempre hace que se vayan, pero vinieron más y no parecían detenerse.
"¡Me importa poco lo que pase! ¡Hare lo que todos en esta aldea han querido hacer!"
¡Bam!
¡Bam!
¡Bam!
Esto es muy frio… tengo mucho frio.
"¡Detente! ¡No podemos hacer esto!" – El otro intento detener al tipo malo, eso no lo hace menos malo, pero al menos hará que pare.
El tipo malo golpeo en el rostro al otro. – "¡No te acerques! ¡por fin acabare con esta abominación que mancha a nuestro hogar!"
No sé qué significa, pero esa palabra suena mala… amominanión.
Logre escuchar algo caer al suelo tras el golpe a el otro tipo malo, suena como las ventanas cuando son golpeadas.
"Je… esto servirá." – El tipo malo tomo lo que cayo al suelo y lo alzo, era una botella. Desde la botella cayo en mi un agua rara de feo olor.
"¿Qué haces…? Detente, nos llevaran a las salas de torturas…" – El otro pidió, pero no hacía nada para detenerlo.
Hace mucho más frio, estar mojado con esa agua fea me da frio y me arde donde me sale el agua roja.
"No hago nada… solo le daré una idea de lo que sentirá cuando se vaya al infierno." – El tipo malo dijo mientras prende un fosforo. – "Siente un poco de lo que nos has hecho, demonio."
Quería que dejara de hacer frio, pero no así…
"¡Aaaaaaah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!"
Arde, es como cuando toque el ramen caliente. No puedo creer que encontré algo que seria peor que el frio que me dan, pero me equivoqué.
Pero sobre el calor en mi cuerpo, no entiendo lo que he hecho. Siempre dicen que me lo merezco por lo que les he hecho, pero no les he hecho nada… no hice nada y eso duele mucho.
"Vámonos, tenemos que irnos…" – Uno de los que me pegaron pidió, no sé cual es, simplemente me duele mucho.
Apenas escuche un gruñido de parte del otro. – "Bien…" – Casi sentía que querían seguir golpearme, pero el fuego lo detenía.
Los vi irse del callejón mientras me intento apagar el fuego, pero no podía hacerlo.
Dos sombras llegaron frente a mí, tal ves otros que me golpearían.
"Uzumaki Naruto… aguanta, tu momento no ha llegado aún…" – Una voz dulce llego a mis oídos, pero no la entendía, duele mucho.
"Vamos niño, no puedes caer ahora." – La otra sombra me pidió mientras sostenía una pequeña vela encendida. Intente alejarme, creyendo que intentaría quemarme aún más.
"¡Idiota! Lo asustas…" – La otra voz regaño al de la vela.
"Perdón… es que su vela…"
A pesar de que aun me quemaba y me dolía todo, podía ver la vela en las manos del desconocido, parecía que apenas se mantenía encendida.
Parecen preocupados, pero no entiendo… ¿Por qué no me ayudan?
"¡Lo encontré!" – Una voz grito, era un conocido, es la voz de Inu.
Cuatro personas enmascaradas llegaron al callejón, pero es extraño, no vieron a las dos personas que estaban junto a mí.
"Oh, Kami… ¡Traigan un pergamino con agua!" – Inu parecía muy preocupado, siempre suena así.
Otro enmascarado llego hasta mí, pero no podía creer como traspaso a uno de los desconocidos. Sacando agua de un pergamino, eso es genial, pero ahora estoy un tanto ocupado gritando de dolor.
"¡Llevémoslo hasta el hospital! ¡Rápido!" – Inu ordeno tras mojarme.
Inu me tomo entre sus brazos mientras corría muy rápido. Lo único que miraba mientras me alejaba eran a esos dos desconocidos y esa vela cada vez más apagada.
Me duele respirar, pero cada vez duele menos. Me quema el cuerpo, pero cada vez siento más frio. Cuando me quemé con el ramen sentí un ardor que duro un tiempo, pero ahora que fui quemado entero… ahora solo siento frio.
"Naruto resiste, ya estamos por llegar." – Inu parecía decirme algo, pero no lo entendía, era como cuando nadaba en los lagos fuera de la aldea.
Miré a los desconocidos. Viéndolos mejor, note unos mantos oscuros cubriéndolos y a pesar de que lo intente, no podía ver sus rostros por una gran sombra que los cubrían. Aunque estoy ahora tan lejos, pude escuchar hablar a la desconocida que no lleva la vela.
"Sobrevive… niño de la profecía…" – La voz llego a mí. Era suave, pero la escuche estando tan lejos.
"Solo un poco más, Naruto…" – Inu dice, pero me mira. No sé qué vio, pero parecía muy aterrado.
Todo lo que sentía se fue, el frio volvió… mucho frio.
Cerré los ojos, mirando la roca brillante del cielo, el abuelo la llamo luna… vi toda la oscuridad que venia cuando la bola de fuego en el cielo se iba, parecía no tener fin el cielo con esos puntitos en todas partes… el abuelo también dijo que todos esos puntitos son otras bolas de fuego… soles… sigo sin creer eso.
La luna me gusta, brilla y no me lastima los ojos como el sol, pero siempre todo esta tan oscuro cuando viene y la oscuridad me da miedo, ahí siempre me llevan para golpearme. Pero lo que me molesta de la luna, es que viene con frio… no me gusta el frio, hace que el ramen sepa mal.
Hace mucho frio… incluso más que antes, pero es raro… ya no lo siento… solo se fue el frio. Bueno, eso no me molesta, me gusta que el frio se vaya.
Viendo a mis lados no pude ver a Inu, pero no estaba en ningún lugar, y estaba en sus brazos, pero ahora estoy en el piso… eso es extraño.
"¿Inu…?" – No podía verlo en ninguna parte. Intenté levantarme y sentí a mi mano mojarse, era esa agua roja que huele a metal.
Mire al cielo, el abuelo me dijo que las estrellas me pueden guiar a casa… aunque nunca me dijo como hacerlo.
"¿Roja…?" – Fue extraño, mirando al cielo podía ver una gran luz roja, era la luna. – "¿La luna puede tener agua roja…?" – Estoy casi seguro de que eso no debería ser así.
¡Splash!
¡Splash!
¡Splash!
Escuche tres chapoteos continuos. Viendo atrás mío vi a los dos desconocidos que vi antes, era un tanto extraño ver a uno de ellos en el suelo mientras golpea el suelo muchas veces.
"¡Maldita sea! ¡Se murió el niño de la profecía!" – El encapuchado que golpeaba el suelo grita con mucha molestia.
"Ah… esto es muy malo… ¡Nos descontaran tanto el sueldo!"
Vi a esos dos tipos raros mientras el agua roja manchaba mi ropa… mal día para usar ropa blanca, el rojo no se quita fácil.
Noté la vela en el suelo, parecía casi completa, pero se apagó… se suponía que se apagaban cuando se consumía todo o le soplaban.
El más tranquilo se acercó a mí y se agacha levemente para mirarme a los ojos… yo supongo que lo veo a los ojos, esa capucha cubría su mirada. – "Naruto-san, me gustaría haberte conocido en otra ocasión, pero… parece que todo se adelantó."
Bien, estoy confundido, ¿Tenia que encontrarme con estas personas? ¿Por qué?
"Seis años, ¿No?" – El que se agacho pregunto.
Solo pude asentir, el abuelo me dijo que no hablara con extraños.
"Maldito mono…" – El encapuchado en el suelo gruñe.
"Light…" – El otro encapuchado advierte.
"Bien… sé que no debemos hablar de más…" – El llamado Light gruñe y sonaba muy molesto, como cuando rompo los palillos para comer ramen.
"Ah…" – El otro encapuchado suspiro y me dio un golpe en la cabeza, aunque era raro, no fue fuerte y fue con la mano abierta, luego agito su mano para desbaratarme el cabello… ese fue el golpe mas raro que me dieron. – "Naruto-san, necesitamos que nos sigas, necesitamos arreglar esto."
Moví mi cabeza a un lado, no sabia de que hablaba. – "¿Arreglar qué cosa?"
Light se levanta y se acercó. – "Tu situación actual es… problemática, necesitamos llevarte con nuestra señora…"
"¿Su señora…?" – Estoy muy perdido.
"Naruto-san… ¿Puedes ver la luna?" – El otro señala al cielo, hacia la roca roja. Asentí levemente. – "¡Bien hecho, Naruto-san! Creo que notaras que no es normal que sea roja."
"¿También le sale agua roja?" – Parece que mi pregunta los confundió ya que se miraron entre sí.
"Esto… la luna no sangra…" – Light declara.
"¿Sangra…?" – Esa palabra no la conocía.
"Mejor yo le explico todo…" – Light le dijo al otro encapuchado.
"No seas malo con él, Light…" – El encapuchado dice un poco molesto.
"Lo que sea, Misa…" – Light responde y me miro directamente a mi… supongo que me mira a los ojos. – "Escucha, Uzumaki Naruto. Estas muerto."
"¡Light!"
"Tenemos que ser directos, así será más rápido todo…"
Mire a ambos. – "¿Muerto…?" – Eso tampoco lo conocía, me lo decían mucho las personas malas, pero no sabía de que hablan.
"Perfecto… ¿Cuánto lo arruinaron…?" – Light pregunta mientras se pasa su mano por el rostro.
"¡Solo tiene seis años!" – Misa se queja para alejarme de Light. – "Llevémoslo rápido con Izanami-sama, ella podrá arreglar esto."
"Cierto… solo espero que no vuelva a pasar, dudo que pueda hacer algo si se repite." – Light niega para caminar hacia alguna parte.
Es muy raro, mientras más se alejaba parecía desaparecer… ahora que lo noto, es muy oscuro el lugar.
"¡No nos dejes atrás, Light!" – Misa se queja y me toma de la mano. – "Vamos, Naruto-san. Necesitamos arreglar esto."
Solo asentí, ella suena como Ayame nee-chan y eso está bien.
"Esto… ¿Qué es este lugar?" – Mire a los lados, realmente no podía ver nada, hay muchas sombras
"Estas en 黄泉の国 [Yomi No Kuni – País De Las Tinieblas], el país en el que eventualmente todos llegan."
¿Por qué todo lo que dicen estas personas es tan raro? – "Esto… creo que el abuelo dijo que vivo en el 火の国 [Hi No Kuni – País Del Fuego]…"
Misa asiente animadamente. – "Cierto, pero tu… esto… situación actual te permitió venir aquí…"
"¿Qué situación…?" – Aun no me decían que pasaba o a donde vamos.
"Naruto-san, ¿Recuerdas cuando pisaste a ese escarabajo en el bosque…?" – Me sorprendí de esa pregunta, nunca le conté a nadie de eso y me puse triste al recordarlo, pero asentí. – "Bueno… eso es la muerte… ya sabes… no vivir…"
Ahora entiendo que es esa cosa de estar muerto, pero había algo que no entiendo aún. – "¿Por qué me muevo…? El escarabajo dejo de hacerlo…"
Misa me miro con pena. – "Bueno… tienes un punto. Eres tú, pero tampoco lo eres…" – Ahora estoy mas confundido que antes. – "Solo digamos que Izanami-sama te ayudara, aun no debiste morir."
"¿Cómo sabes que no debía hacerlo…?"
Misa suspira, parece que se estaba molestando, pero no sé por qué. – "No somos personas, somos Shinigamis… nos encargamos de traer a las personas que mueren hasta aquí, aquí podrán tener su descanso."
Asentí al por fin entender. – "Aquí todos duermen."
"Algo así…" – Misa responde con incomodidad.
"¿Sabe si aquí están mis padres…? Nunca los vi, tal vez descansen aquí…" – Tal ves por fin lo consiga, conocer a mis padres.
Misa parecía incomoda y no muy animada de hablar. – "Si… están aquí…"
"¿Por qué no vienen por mi…?"
Misa niega. – "No pueden, es imposible salir de aquí…"
Suspire, parece que no podían ir por mí. Es bueno saber que no me dejaron solo como decían las personas malas.
"¿Puedo verlos?" – Realmente quiero hacerlo, siempre me pregunte como eran.
Misa parecía muy cansada, como si lo haya escuchado varias veces. – "No… tus padres eran buenas personas, lamentablemente por sus situaciones fueron condenados a castigos…"
Eso me molesto mucho. Si eran buenas personas, ¿Por qué serian castigados?
"Lo siento…" – Misa hablo y siguió hablando. – "No es algo que podamos cambiar, son las leyes. Tu padre hizo un pacto con un Shinigami y tu madre tuvo sellado en ella un ser de corrosiva existencia… ellos fueron marcados incluso siendo personas de buen corazón."
"¿Pacto…? ¿Sello…?" – Bien, ahí van dos nuevas palabras raras.
"Esto… un pacto es como un trato… tu padre vendió su vida para encerrar a un demonio muy peligroso." – Misa responde. – "Y un sello es una cárcel… como ese pergamino del que salió agua cuando fueron por ti."
Ahora entiendo, son técnicas ninja geniales.
"¿Esa Izanami me ayudara a salir…?" – Misa asiente.
"Lo hará y procura ser respetuoso, es una persona muy importante." – Ella me advirtió.
"Entiendo…" – Yo asentí.
Aunque todo estaba oscuro pude ver como pasábamos al lado de varios árboles, parecían muy feos comparados con los de Konoha. Viendo arriba mío había muchas ramas sin hojas que cubrían la luz roja de la luna.
"Ese idiota siempre me deja atrás…" – Misa se quejo mientras me lleva por el bosque, era como si supiera que la rodeara a pensar de no verse nada.
Todo este lugar parecía tan extraño, venir solo perdiendo la vida, suelo con el agua roja, la roca del cielo roja y las dos personas raras. Al menos no estaba sintiendo frio… en realidad no siento nada de frio, tal vez sea parte de eso de estar muerto.
"Por fin…" – Misa dice con un suspiro.
Mire al frente y note a Light sentado en el inicio de un puente.
"¡Me dejaste atrás nuevamente, Light!" – Misa se queja.
"No era necesario ir juntos, ya estamos en el Yomi y ningún yōkai o demonio nos haría nada…" – Light responde muy tranquilo.
"¡Siempre dices eso!"
Esos dos son muy raros…
"Vamos de una vez, Izanami-sama necesita escuchar sobre esto… si es que aún no lo sabe." – Light se fue por el puente de madera.
"Ya lo sabe… ¡Y nos regañara por perder a nuestro encargo!" – Misa lloro mucho.
Misa me llevo por el puente. Viendo a un lado, pude ver un rio pasando por debajo del puente, estaba muy sucio con el agua roja que lo manchaba y parecían varias cosas flotando… no me gustaría nadar en ese rio.
Pasando mis ojos al frente pude ver un gran campo de un verde césped y un árbol en el centro con pétalos rosas en sus ramas, era un lugar muy bonito y cálido.
"Izanami-sama…" – Light se arrodillo al igual que Misa, la cual me obligo a agacharme, me moleste, pero ella no parecía dejarme ir.
"Es bueno saber que no han tenido ningún problema en llegar hasta aquí, Light, Misa…" – Una voz femenina me llamo la atención y mire al frente mío, hacia el árbol de flores rosas en el cual estaba una mujer con un pequeño libro entre sus manos y un paraguas siendo rodeado por uno de sus brazos.
Es una mujer de piel pálida como la porcelana, cabello negro y ojos dorados resplandeciendo con mucha vida y calma. La mujer era envuelta en un kimono simple, muy largo y recatado… es una mujer muy bonita, mucho más que cualquiera que vio en la aldea.
"No fue ningún problema, Izanami-sama. Somos Shinigamis, ningún demonio se opondría a un alma que espera ser atendida por usted." – Light dice mientras se levanta lentamente, al igual que Misa.
"Igualmente me preocupo, Naruto-san es alguien muy importante. La pequeña Amaterasu se pone nerviosa cada vez que se habla de él." – La bella mujer respondió, supongo que ella es Izanami.
"Esto… hola." – Saludo un tanto nervioso, ella es la persona que puede ayudarme para irme de este extraño lugar.
"Jijiji… tan torpe como debes de ser, niño de la profecía." – Izanami me sonrió, aunque me molesta que me llamara torpe… no es que supiera que significaba, pero sonaba a un insulto. – "Vamos, acércate y hablemos… esta reunión no debería pasar, así que quiero aprovechar que estas aquí para charlar."
"¿No debería pasar…?" – Pregunte confundido.
"Claro, eres el niño de la profecía, deberías vivir muchos más años." – Izanami declara mientras chasquea sus dedos. – "Siéntate y cuéntame de tu vida, es algo interesante saber cómo va todo hasta ahora."
Esto es extraño, la mujer era muy linda, pero tambien rara, aunque no tan raro como un gato llevando una pequeña carreta con una taza de té en ella.
"Bien…" – Yo asentí mientras me senté frente a ella. – "¿Y qué es eso del niño de la popecía?"
"Jijiji… profecía, Naruto-kun, se dice profecía." – Izanami me corrige. – "Pero bueno, simplificando todo esto, tienes un… una misión, digamos una misión y cuando la cumplieras serias recompensado en forma de tus sueños cumplidos."
Eso me emociono, yo tengo un sueño. – "¡¿Seré Hokage si lo hago?!"
Izanami me vio un momento. – "Si… bueno, no sabría decírtelo." – Estoy confundido, ¿No se suponía que si hacia lo que sea que sea esa misión podré lograr mi sueño? – "Veras, el destino está atado a todos en el mundo, el destino culmina con la muerte… al morir, ya no tienes destino y esa misión no sirve de nada…"
Caí al suelo, no me gusto escuchar eso. – "¡No importa! ¡Igualmente lo haré!"
Izanami se rio levemente. – "Vaya que eres muy animado, pero Naruto-kun, no eres ya parte del mundo de los vivos… ya no puedes seguir con esos sueños."
La mire sin palabras, ¿Esa cosa de morir te corta los sueños? ¡Como si me detuviera esa tonta cosa de morir!
"¡No dejare que me detengan!" – Exclame, pero parece que Izanami niega.
"No trato de detenerte y entiendo tu preocupación, pero por eso estas aquí." – Izanami me dice con tranquilidad y una ligera sonrisa.
Parpadeé un par de veces, recién recordé porque me trajeron las dos personas raras.
Izanami vuelve a reír, era dulce y un tanto divertida porque no lo haya recordado. – "No te preocupes, es normal olvidar esas cosas en estas situaciones." – Ella dice para colocar su pequeño libro al lado suyo mientras tomaba la taza de té del gatito y lo servía en dos tazas. – "Naruto-kun, no podemos devolverte al mundo de los vivos sin consecuencias, incluso para mí eso es mucho… está en contra de las reglas."
"¡¿Entonces porque estoy aquí?!" – Esto es muy molesto, si era imposible no tenia sentido tomar té con esta mujer rara.
Izanami me vio molesta por cómo me queje. Por un momento creí ver que el campo a mi alrededor de estaba el césped extremadamente lardo y marchito, como si no haya sido cuidado por años. El árbol atrás de Izanami era mas grande, con la madera podrida y cayéndose en pedazos con sus frutos, melocotones casi deshechos. Pero lo que me aterro fue Izanami.
La piel de perfecta porcelana de la mujer fue cambiada por una enfermiza y putrefacta piel llena de infecciones y gusanos saliendo de ella, sus cálidos ojos fueron cambiados por unos negros inyectados en sangre rodeando su iris dorado. El vestido pulcro ahora estaba rasgado con múltiples heridas expuestas en su piel mostrada entre la tela deshecha.
Eso fue horrible, pero creo que lo confundí ya que todo volvió a la normalidad e Izanami volvió a su mirada calmada… ahora no me siento tan cómodo con ella.
"Lo siento… creo que me deje llevar. Llevo milenios sin cuidar de un pequeño, me olvide de los… inquietos que pueden ser…" – Izanami se disculpa.
Solo asentí lentamente y no dije nada, ella da mucho miedo.
Casi podía escuchar a Light y a Misa caer al suelo del miedo.
"Bueno… lo que quería decirte…" – Izanami parecía nerviosa. – "No debería dejarte ir, pero tambien eres alguien muy importante para los futuros días… no puedo sacarte de aquí sin consecuencias… necesito hacer un pacto contigo."
Me tensé, recordé lo que me conto Misa, un pacto hizo que mi padre no tenga un buen descanso, incluso si era una buena persona… quien sea que sea él.
"No te preocupes, Naruto-kun. Es un pacto simple, nada de tu alma siendo mía… ya viviste lo suficientemente mal para tambien ser castigado cuando termine tu vida." – Izanami me calmo, aunque aun estaba temeroso, la imagen de ella como una carne podrida aún era fresca en mi mente.
"¿Qué… qué tengo que hacer…?" – Pregunte.
"Simple, te volveré mi campeón." – Izanami dice y me confundió, ahora había otra palabra rara. Creo que tambien escuche a Light atorarse con su saliva, pero debió ser mi imaginación. – "Básicamente, te daré beneficios, pero trabajaras para mí en la tierra de los vivos. Es algo más común de lo que crees. Senju Tobirama, tu segundo Hokage fue campeón de Raijin y el tercer Raikage fue el campeón de Susanoo… múltiples de los grandes guerreros de tus tierras fueron campeones de nuestro panteón."
Asentí levemente, no entendí mucho, pero recuerdo que el abuelo menciono a ese Tobirama, decía que era alguien muy fuerte y un Hokage, ahora me gusta esto.
"Sé que quieres volverte en un gran ninja y esto te ayudara." – Izanami le da un pequeño sorbo a su té. – "Pero necesito que hagas mi presencia en la tierra posible, la muerte es mi dominio y necesito que se expanda. No necesitas matar a todos, solo hacer que la idea de la muerte sea más latente… ya me canse de tantos que creen que están por encima de la muerte. Ya nadie respeta a la muerte." – Izanami suspira muy cansada, como si no le gustara lo que dijo.
No la entendí muy bien, pero parecía no gustarle, tal vez era algo como cuando esa gaviota malvada cago sobre mi preciado ramen.
Izanami se levantó. – "Mi alma fue manchada por el odio y el rencor tras perder a mi más grande amor… volverte en mi campeón te hará pasar por mucho…" – Ella me dice, casi triste. – "Nunca me hubiera gustado hacerte esto, tu alma tan pura será manchada y no hay otro camino a tomar si quieres volver al mundo de los vivos…"
No sé porque, pero me da mucho miedo esa petición, pero no retrocedería, ¡Uzumaki Naruto no retrocede!
Izanami sonrió tras un rato. – "Si que tiene un gran espíritu." – Ella se acerco y señalo el lugar. – "Toma cualquier cosa de aquí…" – Luego me señalo a mí. – "O de ti mismo…" – Ella se volvió a sentar para nuevamente tomar su taza de té. – "Lo que escojas será tu arma…"
Mire a mis lados, no había nada, solo el césped, el árbol e Izanami.
"Naruto-kun, no mires con los ojos. Lo primero que tienes que aprender en este mundo es que hacer todo a partir de lo que ves es de una mente cerrada… cualquier cosa puede ser cualquier cosa y te prometo que te servirá."
Volvieron las palabras raras. No tiene sentido, no puede tomar una de esas bonitas flores del árbol y que sean sus armas.
"Susanoo, el que volvió en campeón al tercer Raikage, nació a partir de que mi exesposo se lavara la nariz." – Izanami me dice, casi respondiendo mi pregunta… aunque no sé de donde vienen los bebés, estoy seguro de que eso no es normal.
"Esto… ¿Qué tal esa flor…?" – Señale a una de las tantas flores en el árbol rosado.
"Una flor de melocotón… ¿Qué uso le darías…?" – Izanami cuestiona, confundiéndome. – "Lo que trato de decir es como lo usarías. ¿Cómo pelearías usando esto…?" – Ella cuestiona al extender su brazo y arrancar la flor.
"Oh… bueno…" – No sabia que responder, pero recordé lo que me dijo, que cualquier cosa puede ser cualquier cosa. – "Esto… un abanico… ¡Un abanico! ¡Al agitarlo lanzara ráfagas de viento que lanzaría las hojas del bosque de Konoha como kunais!" – Yo exclamé con emoción, ya casi podía pensar en tener algo así, aunque luego pensé que una pequeña flor que apenas caben entre los dedos sirva para algo así.
Antes de que me desanimara vi un par de abanicos metálicos de color rosado como las flores de melocotón. Los tomé y los abrí, en el metal tenía inscrito una espiral.
"¿Esto de donde salió…?" – Apenas pude murmurar sin creerlo, eran muy hermosas y hasta cierto punto, muy poco peligrosas, aunque siento que me equivoco.
"桃花香 [Momoka Kaori – Fragancia De Flor de melocotón], estos son tuyos, son tu creación…" – Izanami dice para mi asombro.
"¿Yo los hice…?"
"Jijiji… bueno, tu mente, yo ayude en su creación, pero su existencia es tuya." – Izanami declara para tomar su sombrilla. – "Pero esa es tu arma, un regalo." – Ella dice mientras cierra la sombrilla. – "Ahora tengo que darte algo que te ayude a tu trabajo…" – El paraguas parece alargarse mucho junto con una cuchilla que sobresalía de su punta. – "魂の死槍 [Tamashī No Shi Yari – Lanza De La Muerte Del Alma], esta será lo que usaras para seguir tu trabajo." – Ella alza su mano mostrando el arma.
Era una lanza negra con una cuchilla violeta, tenía un tela blanca envuelta justo donde inicia la hoja. Casi podía verla relucir en una especia de destellos de rostros distorsionados.
"Mientras más almas lleguen a mi reino por tu mano, la 死槍 [Shi Yari – Lanza De La Muerte] se volverá más fuerte, con el tiempo veras sus beneficios… te sugiero entrenar el arte de la naginata, te será muy útil."
Yo asentí, pero Izanami no me lo entrego.
"Aun no, cuando te lo dé, significara que eres mi campeón… aun necesito hacer algo antes que eso." – De la mano izquierda de Izanami salió una esfera roja. – "Cuando moriste, no había solo un alma en ti, eran dos… este es el alma de un demonio."
¿Un demonio? ¿Cómo del que las personas malas hablaban? ¿Por qué estaba en mí?
Izanami se acerca. – "Puede parecerte algo sorprendente, pero por ahora será mejor que no lo sepas… aun eres muy joven y a pesar de pasar por lo que has vivido, aun no debes llegar a eso." – Izanami detuvo mis preguntas. – "Por ahora, solo tienes que saber que este demonio es muy peligroso, pudo ser alguien bueno alguna vez o podría volverse en alguien mejor, pero tantos siglos estancado en su odio por alrededor de cien años de encierro… no creo que cambie, en especial por su odio injustificado desde antes de ser encerrado."
No entiendo de que habla, pero parece que ese demonio no era alguien bueno.
"Igualmente, el contrato que sello a este demonio en ti se rompió con tu muerte, ambas almas estaban destinadas a caer y el demonio sin ser capaz de reformarse en el mundo de los vivos… ahora solo esta una parte de su chakra." – Izanami alza la esfera roja. – "Puede venir del mal, pero no significa que deba usarse solo para el mal… ¿Estás dispuesto a usar este poder para seguir tu trabajo como campeón, Uzumaki Naruto…?"
No me gusta la idea de usar algo que no es mío, se siente… mal, pero parece que este demonio ya no podría usarlo… seria un desperdicio y puedo ser cualquier cosa, pero nunca desperdicio nada y el ramen es una prueba de ello.
"Esto… ¿Qué sería que me daría esa cosa del katra…?" – Pregunte un tanto nervioso.
"Chakra, Naruto-kun." – Izanami me sonrió, parecía muy divertida de que lo haya dicho mal. – "Y bueno, te daría las propiedades de su chakra, pero no su poder… y decidí que sería una máscara, para seguir con la tradición de los Uzumakis." – Ella hace que la esfera roja se deshaga hasta dejar una mascara de un genial color naranja con orejas, la boca abierta llena de dientes afilados y el kanji de 'nueve' en la frente.
"¿Tradición de máscaras…?" – No entendí que tiene que ver mi apellido con máscaras.
"Bueno, tu vienes de un clan, por ahora no entrare en detalles, pero el líder de su clan era campeón de un Shinigami y llevaba una máscara que le daban varias ventajas." – Izanami responde mientras extiende la máscara. – "Esta es la 妖狐の仮面 [Yōko No Kamen – Máscara Del Zorro] y te permite sentir los sentimientos negativos de otros y manipular el fuego… será mejor que tengas cuidado, puede ser difícil de manipular su poder."
¡¿Usar fuego?! ¡Eso suena genial!
Yo ya estaba saltando emocionado, ahora solo tenia que tener esa lanza genial y seré un ninja genial.
"Ahora, tambien necesito mantenerme en contacto contigo, así que ten esto." – Izanami me entrego un pequeño pergamino rojo, eso me confundió. – "Hazte un corte en el dedo y firma con tu sangre, es importante, así podré decirte sobre tus misiones y podrás visitarme en caso de tener dicha necesidad." – Yo parpadee un par de veces sin entender. – "El agua roja… eso es sangre…"
"Ah…" – Yo asentí al tener una nueva palabra en mi vida… hoy aprendió muchas palabras.
Tomando uno de mis abanicos me corté un poco el dedo, dolió, pero no tanto… tambien descubrí que esas cosas sí que son muy afiladas.
Firmando el contrato con un poco de dificultad, cerré el pergamino y miré a Izanami, realmente ya quería tener la lanza genial.
"Ya es momento de que tomes tu deber como campeón…" – Izanami dice mientras me extiende la lanza que era mucho mas grande que yo, creo que apenas podría levantarla, pero luego pensaría en eso.
Acerqué lentamente mis manos, pero sentí que faltaba algo, necesitaba algo… por eso me detuve.
"¿Sucede algo, Naruto-kun…?" – Izanami me pregunto.
"Esto… Misa-chan me hablo sobre mis papás…" – Aparte la mirada un tanto preocupado.
"Ya veo… lo siento, Naruto-kun. No puedo sacarlos de aquí, tú eres un caso especial." – Izanami respondió, parecía estar triste.
"No, Misa-chan ya me dijo que no puedo… solo quisiera que le quitaran los castigos… Misa-chan dijo que son buenas personas…"
Izanami me miro y sonrió con pena. – "Lo siento, Naruto-kun, tampoco puedo." – Iba a quejarme, pero ella me detuvo. – "Sus almas están atadas por la eternidad, pero si logras obtener las almas de ciertas personas, podre reemplazarlos."
Eso me emociono. – "¡¿Quiénes?!" – Esto es muy bueno, ahora sé que puedo ayudarlos para que no sean castigados.
Izanami niega. – "Por ahora no, aun no estas listo y te tomaran años estar al nivel para poder vencerlos." – Me moleste al ser llamado débil, pero parece que Izanami no iba a cambiar de idea. – "En estos momentos debes de volver al mundo de los vivos, así que toma tu cargo." – Izanami me muestra la lanza genial. – "Si ya no ves el mundo como antes, no te pongas nervioso… unirte a mi alma es peligroso."
No entiendo que dice, pero ahora estoy decidido, debo hacerlo para ayudar a mis padres.
Tome la lanzar e intente soltarla cuando de la lanza salió una clase de fideos negros, envolvieron mis brazos y no me dejaban ir.
"No te preocupes… mi rencor te envolverá y te unirá a mi… se fuerte, mi campeón…" – Eso fue lo ultimo que escuche decir a Izanami para ser envuelto por una gran sombra.
Antes podía ver al menos un poco entre este lugar super oscuro, pero ahora ni puedo ver mis brazos.
"¡Te odio!"
Escuche un grito, pero no sé de dónde salió, era como si sonara de todas partes.
"¡Te amo!"
La misma voz grito, pero sonaba igual que las personas malas que me pegan. Es raro escuchar que amas a alguien con esa voz.
"¡Me abandonaste! ¡Me rechazaste! ¡Pero no puedo dejar de amarte!"
En ese momento pude ver como había una luz en todo el lugar, era el jardín que vio a Izanami. Frente a ella estaba un hombre muy parecido a ella y trataba de convencerla de algo.
"Izanami… vámonos de aquí… este lugar no es para ti, deberías ir donde hay luz y vida, no tinieblas y muerte." – El hombre frente a Izanami pidió.
"Izanagi… aun no puedo ir, no estoy lista… solo espera fuera y te llamare cuando lo esté… prométemelo." – Izanami pide.
El hombre llamado Izanagi asiente levemente con una sonrisa emocionada, casi parecía que él gano un cupón de ramen gratis.
"¡Esperaré! ¡Todo por ti, Izanami!" – Izanagi se levanto muy emocionado y se fue.
Izanami parecía muy feliz, ella realmente parecía decidida a irse del lugar.
Pasando un tiempo, Izanagi parecía cada vez más impaciente, él quería ver a su esposa, abrazarla y besarla, pero su promesa los separaba.
Las ganas de verla lo hicieron romper su trato… eso fue el final, vio a Izanami con su cuerpo putrefacto, como un cadáver y llena de heridas… la misma apariencia que por un momento vi.
Izanagi comenzó a correr del lugar al ver el horrible aspecto de Izanami mientras muchos seres muy extraños seguían a Izanagi, todos enviados por la misma Izanami.
"¡Rompiste la promesa! ¡Aun no estoy lista!" – Izanami grito entre lágrimas. – "¡Me pides irme junto a ti, entre la luz y la vida, y ahora huyes de mí! ¡Te odio! ¡Y juro que un día traeré mil almas a este reino!"
Izanagi logro llegar a una salida, una resplandeciente luz del exterior tras una cueva. – "En ese caso… traeré a la vida mil quinientas almas…"
El lugar se sumió en una absoluta oscuridad por una gran roca tapando la salida.
"Esa es la razón por la que mi rencor es tan grande…" – La voz de Izanami sonó al lado mío, intente fingir que no me asuste, pero creo que no lo hice bien al escucharla reír levemente. – "Jijiji… es algo triste que tu alma tenga que ser manchada por mi… todo el rencor en mi impulsará el tuyo, todo lo que has pasado por esa aldea, el desdén y desprecio… lo sentirás y oscurecerá tu corazón y ya no podrás ver la vida como antes."
Mire a Izanami un tanto nervioso, el frio de esas personas malas no me gustaba. – "Pero el abuelo me dijo que no los lastime…"
Izanami suspira, creo que sonaba molesta. – "Dar la otra mejilla no servirá de nada, hay personas que no aprenden con palabras, incluso con acciones… no debes de seguir ese camino del niño bueno…" – La oscuridad a mi alrededor comenzaba a desaparecer. – "Desde ahora, cada insulto, golpe o mirada fría ardera en ti… un gran odio que ningún humano podría describir, pero lo aceptaras…" – Las armas que medio, los dos abanicos, la máscara de zorro y la lanza desaparecieron y dejaron un pequeño pergamino violeta con bordes dorados que fue atado con una cinta dorada. – "Después de todo, no se puede hacer nada con la muerte que no sea aceptarla…"
Mire a Izanami. – "¿Qué tengo que hacer ahora…?"
"Uzumaki Naruto-kun… tienes que fortalecerte, entrenar y prepararte para cuando llegue tu momento." – Izanami deshace el pergamino y toma mis brazos. – "Y recuerda, la muerte siempre llega… eventualmente llegara tu momento para luchar y seguir tu trabajo. Recuérdale a los que lo olvidaron el temor a la muerte, que ninguno de ellos es eterno…" – Lo último que vi fueron unos dibujos en forma de fuego envolviendo mis brazos.
Ya no era oscuro, había una luz, una muy molesta directo a mi rostro, creía que era el sol, pero noté que era una especie de platillo con varias luces.
"¡Se ha estabilizado!" – Una voz exclamo, aunque no sonaba tan feliz.
Ahí esta el frio de nuevo y vino junto con una molestia… ese sentimiento nunca lo sentí antes, tal ves de eso hablaba Izanami, el rencor.
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FIN DE CAPÍTULO 1.
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Nota: Si lo notaron, este cap fue narrado desde la perspectiva de Naruto, pero solo será en este o en un par a futuro.
Solo quiero ver si les agrada lo que vieron en este inicio de nueva historia.
Muchas gracias, Señore Gelato se va.
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Instagram: sregelato/
