Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo 5

―¡Jamás! ―Grito al mismo tiempo que mis manos cubren mi vientre plano.

Para mí es la única forma de defender a mi hijo. Sé que debo estar alejada de él y su ambiente hostil. Nunca volveré a esta casa.

―Sabes bien que conmigo tienes todo, Isabella.

Soy consciente de lo que viene. En otra época estaría agachado la cabeza y aceptando que tiene razón. En cambio, hoy, le sostengo la mirada con el mentón en alto.

No más Jacob.

―No tienes ninguna necesidad de trabajar ―continúa y puedo ver en su cara la burla― porque simplemente no sabes hacer nada, no terminaste la secundaria, tu mente no va más allá de pintarte las uñas y maquillarte, eso es lo único que sabes hacer.

La furia recorre mis venas como un choque eléctrico.

―¡En eso me convertiste tú! Me enredaste y jugaste con mi autoestima, pero ya no. Ya no funcionan tus estúpidos discursos menospreciandome, Jacob.

Sus iris oscuros están clavados en mí. Esta odiando que le responda, también está tragándose su rabia para seguir fingiendo y no estallar como ese día.

―No tienes opción ―argumenta― una mujer embarazada es más vulnerable. No tienes amigos, tu familia no te apoya, así que soy tu lugar seguro.

Tiene razón. No tengo amigos. Porque solo tenía dieciocho años cuando me casé con él, mis compañeros de secundaria siguieron con sus vidas y mi única amiga, Ángela, se mudó a Chicago para estudiar en la universidad. Nunca volví a entablar una conversación con sus padres y menos con ella, lo poco que sabía eran chismes de los vecinos de mis padres.

Sé que estoy sola. Mi bebé es mi única fuerza y sé que no debo rendirme.

―Prefiero mil veces vivir en la calle que volver aquí. Mi hijo merece un lugar mejor que crecer viéndome miserable como lo he sido estos años.

―Tu hijo ―murmura―. ¿Por qué tuviste que ser tan estúpida?

―Porque un imbécil, poco hombre me lo pidió.

Aprecio que su pecho sube y baja, sus manos se han vuelto puños, está apretando con fuerza las sábanas.

Sabe que tengo razón. La idea surgió de él y por mucho que me abstuve, terminé cediendo. Todo para complacerlo.

―¡No quiero que le digas nada a ese cabrón! ―ordena―. Te prohíbo que lo veas, no quiero que sepa nada de ese hijo.

Muerdo mis labios. Necesito callarme para no hablar de más, no puedo decirle que estoy viviendo con Edward.

―A mí no me das órdenes.

Me observa detenidamente.

―¿Qué mierdas tienes? ¿Desde cuándo eres respondona? ―inquiere―. ¿Dónde te estás quedando? Porque tus padres me dijeron que no vives con ellos, ¿dónde duermes, Isabella?

Hago una mueca.

No tengo nada qué hacer en este lugar asfixiante y lúgubre.

―¡Qué te importa!

Doy media vuelta.

―¡Isabella! ―Grita a mis espaldas―. Si vas a largarte déjame las llaves de mi coche y las tarjetas, porque si llegaste aquí sin nada, sin nada te vas.

Exhalo ruidosamente.

Si voy a empezar desde cero, estoy lista.


Hola, ¿qué les pareció el capítulo? Bella no volverá con Jacob y por ahora su bebé es su única fuerza. Agradecida con sus favoritos, follows y reviews.

Gracias totales por leer ✨