Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 16
Flashback
Los rayos de sol apuntan a mi cara.
La cabeza duele y todo mi cuerpo. El sabor de mi boca es amargo, pero qué puedo decir de mi aliento que es un asco, aún somnolienta levanto la cabeza y entreabro los ojos. Mis tetas están aplastadas contra el colchón y me duelen.
Parpadeo. Quiero acostumbrar mis ojos a la luz diurna.
Paso mis dedos por mi cabellera despeinada, llena de nudos y veo a Edward a mi lado.
La comprensión llega de golpe al recordar que anoche tuvimos sexo y que no fue solo una vez, sino hasta que el cansancio nos venció ―mis mejillas arden al recorrer con mis ojos su desnudez.
Él mantiene sus labios entreabiertos mientras ronquidos suaves escapan de su boca.
No estoy arrepentida. Tengo la sangre fría para admitir que me gustó lo ocurrido anoche.
Bella no empieces.
Sacudo la cabeza y salgo de la cama. Empiezo a vestirme con torpeza, me siento completamente adolorida.
―¿A dónde vas?
La voz rasposa de Edward me hace ver hacia la cama. Él sigue tendido sobre el colchón, está frotando sus manos en la cara, desperezándose.
Entierro los dientes en mi labio inferior. La tensión sexual puede sentirse en la habitación, es un tipo de bruma que nos ha cubierto desde anoche y no soy ajena a lo estimulante que es.
―Debo irme.
Bosteza ruidosamente.
―Pensé que te quedarías más tiempo aquí ―el cinismo en sus palabras me hace suspirar―. Tengo pagada la suite hasta mañana.
Niego.
Me dirijo al baño; me siento en toilet y el escozor en mi vagina es molesto. Necesito una ducha urgente, sin embargo considero más importante enfrentar al demonio que está en casa.
Apenas y echo abundante agua en mi cara. Salgo con rapidez del baño y Edward está vestido.
―Bella, hay tantas cosas que quiero preguntar ―detiene mi brazo, sus ojos parecen hipnotizarme al momento que lo veo.
―No lo hagas, por favor. Necesito ir a casa.
―¿Cuándo te veré?
Boqueo. Creo que Edward está confundiendo lo que pasó, debe saber que primero debo estar viva, con mi suerte, Jacob puede hacerme pedazos y ocultar mi cadáver.
Suena macabro, sin embargo estoy lista para afrontarlo.
―¿Puedo confiar en ti?
―No diré a nadie lo que pasó en esta habitación ―promete―. Lo que quiero es que hablemos sobre tu marido ―resopla.
―Te diré lo que quieras, solo antes necesito ir a casa.
En el camino el silencio nos aborda. Es un mutismo extraño, mas no incómodo. Ambos parecemos ensimismados en nuestros propios mundos, posiblemente sumergidos en lo que nos espera.
Él es el mejor amigo. Yo la esposa. Es estúpido empezar a analizar lo que sucedió anoche.
Estaciona frente a casa. Desabrocha su cinturón de seguridad.
―Iré contigo ―dice.
―No hace falta.
―No discutiré, no voy a dejarte sola ―baja de la camioneta y la rodea hasta abrir mi puerta― vamos ―me tiende su mano.
Caminamos a la par. Tengo la sensación de tomar su mano, solo me abstengo de hacerlo. Adentramos, la casa está en silencio el lugar, nos dirigimos hasta la habitación del fondo.
No hay nadie.
La cama está vacía, no hay rastro de Jacob y su silla de ruedas.
Les prometo que el siguiente si es el presente, el capítulo está listo y no sé si publicarlo de una vez
Gracias totales por leer ✨
