Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 17
Tiempo actual.
―Esa fue la última vez que te vi ―expresa preocupado―. Dime qué ese perro no se atrevió a dañarte.
―Prometiste que tomarías todo con calma ―reclamo, al ver que camina como león enjaulado a punto de atacar, lo veo tirar de las hebras cobrizas de su pelo, lo hace con fuerza.
Sus ojos tienen una furia incontenible. Lo detengo, mis manos agarran sus antebrazos, solo pretendo calmar su ira.
―Soy capaz de irme si no te calmas ―advierto.
Resopla. La angustia en su semblante me tiene confundida.
―No puedo calmarme hasta que no me digas la razón del porqué no volví a saber de ti.
―Edward, escúchame ―sujeto sus mejillas, es extraño tocar su cara cuando… he tocado otras cosas.
―¿Qué te hizo? ―murmura―. ¿Por qué apareciste una noche en la puerta de mi apartamento?
Niego. Necesito concentrarme y no pensar en Edward de ese modo.
―Me encerró en la habitación ―revelo―. Lo hizo su padre ―corrijo―. No me permitió salir hasta que se enteró de mi embarazo. Me dio a elegir y yo preferí a mi bebé.
Mi respuesta lo hace suspirar, mis manos resbalan de sus brazos y él las sujeta, nuestros dedos se entrelazan y sostienen. Su mirada está fija en la mía, puedo apreciar incertidumbre en esos ojos verdes.
Está demasiado angustiado.
―¿Ese perro te maltrató? Por favor, necesito saber en las condiciones que te tuvo después de nuestra noche.
―No te preocupes ―lo tranquilizo―. No hizo nada más que tenerme encerrada por dos meses en mi habitación, contrató una cocinera y era quien me daba mis alimentos.
―¿Por qué no pediste ayuda, Bella? ¿Por qué no hablaste conmigo esa noche? No debías estar viviendo de esa manera.
―¿Quién me iba a creer?
―Yo te hubiera creído.
―Me refiero antes de encontrarme contigo. ¿Quiénes iba a creer en mí palabra? Cuando Billy qué está enterado, está de parte de su hijo. Con mis padres no cuento, Jacob los tiene hipnotizados, así que ―encojo mis hombros―. Llevaba tiempo insistiendo en verme con otro, sabía que era lo último que iba a tolerar, ya no había amor ni nada, lo único que necesitaba era una razón para huir de ahí.
―¿Una razón?
―Cuando te han denigrado de todas las formas posibles y cada día te demuestran lo estúpida que eres, terminas cansándote. Solo quieres huir de esa persona, así que recoges todo lo poco que queda de ti y un día pretendes ser fuerte, al menos para no seguir hundiéndote en la propia miseria.
Edward cuadra los hombros; su mentón está en alto y su vista perdida en algún punto de la pared. Estoy segura que está desmenuzando mis palabras.
―Fue cuando salió mi nombre ―masculla.
―Prometiste no enojarte si te contaba la verdad ―le recuerdo.
De nuevo sus ojos están en los míos. No sé cómo interpretar su mirada está vez, no veo enojo, tampoco ira, ni nada por el estilo.
―¿Por qué yo? ¿Por qué conmigo?
―Porque desde que lo sugirió quise vengarme de él, contigo ―reconozco―. Perdóname, porque de alguna manera te usé.
Él asiente.
Sus dedos se curvan alrededor de los míos.
―No tengo nada qué perdonarte, Bella.
―Altere toda tu vida con mi llegada. A parte no vengo sola ―bajo mi vista hasta mi vientre plano―. Pero te juro que no seré un estorbo, es mas, si me dices que no quieres estar en esto, yo entiendo y respetaré tu decisión.
Esboza una sonrisa.
―No pretendas sacarme de tu vida ―dice― porque tendremos un hijo que debemos cuidar. Estamos juntos, Bella. Estamos juntos en esta aventura.
A partir de aquí nos mantendremos en presente para seguir los pasos de Bella y Edward.
Gracias totales por leer ✨
