Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo 18

Edward

―¿Por qué estás mirándome de esa forma?

En lugar de desviar la mirada de su rostro, sonrío más amplio. He descubierto que Bella es una cocinera extraordinaria y que sí continúa cocinando de la forma que lo hace, terminaré rodando. ¿A quién engaño? Cada día que paso cerca de ella me enamoro más, me vuelve loco y solo necesito buscar un pretexto para abrazarla.

Estoy tragándome mis sentimientos para no terminar confesando que me gusta y que soy el perfecto imbécil porque desde nuestro encuentro no puedo dejar de pensar en ella.

No es que sea un cobarde, sino que comprendo que aún no es el momento para salir con sentimentalismos.

Cada cosa lleva su momento y reconozco que no es el mío.

Bella tiene situaciones qué resolver. Y no seré un estorbo en sus planes.

―Me he dado cuenta que ese pendejo no te dejó sacar tu ropa. ―Trato de que mis ojos no recorran su cuerpo, al menos no delante de ella―. Por qué no vamos de compras.

―¿Te molesta que use tus camisas?

Dios, Bella. ¿Cómo te explico? Se ven jodidamente hermosas en ti, pero no es el punto de verte en poca ropa casi todos los días, soy un hombre normal que se excita al ver a una hermosa mujer usando su ropa.

No. Definitivamente no puedo confesar mis pensamientos. Ella hoy sacó mi sudadera universitaria del closet y la está usando, quiero imaginar que usa un pequeño short debajo de la tela y que no solo anda en bragas.

―No es que me moleste, solo pienso que cuando crezca tu vientre, necesitarás algo más grande ―encojo mis hombros.

―Mejor te quiero pedir algo más ―dice, sus mejillas completamente rojas―. No quiero abusar de tu hospitalidad, y tampoco he usado la tarjeta que me diste, solo me gustaría que me pagarás el celular, estoy buscando un empleo y necesito que se puedan comunicar conmigo. ¿Podrías pagarme el celular? Prometo que en cuanto consiga un empleo te pagaré.

―Entonces, vamos por un celular.

Ella niega.

―No hace falta, mi celular es bueno, solo necesito nueva conexión.

Veo que se inclina y saca el refractario del horno. La lasaña huele exquisito.

―Edward… ―murmura. Obligo a mis ojos a no seguir viendo sus piernas y miro su cara―. Ayúdame ―dice mandona― cierra la puerta del horno y trae los platos, tengo que servir la lasaña.

Hago lo que me dice. Pongo dos platos en la encimera, últimamente comemos aquí y no en el comedor.

Me gusta la forma en que se desenvuelve conmigo. Poco a poco las reticencias contra mí van cayendo, mostrándome una Bella con carácter y para nada sumisa.

Dejo su botella de agua al lado de su plato. He leído sobre embarazos y sé que la madre debe estar bien hidratada y alejada de bebidas endulzantes. Pero ¿qué tal si tiene un antojo? Ella aún no me dice si tiene gusto exagerado por una comida ni siquiera bebida.

―Tu celular está sonando ―señala hacia la mesa, sacándome de mis cavilaciones.

No reconozco el número. Veo por unos segundos más el móvil, la canción de November Rain se produce, es hora de responder la llamada.


Por si no se dieron cuenta ayer subí doble capítulo para que no se les olvide leer. ¿Qué piensan de Edward? Sé que lo amarán y bueno, ¿quieren otro? Estoy muy agradecida con su apoyo, saludos.

Gracias totales por leer ✨