-Bueno Iva-chan, creo que has hecho todo un milagro por mí al darme este cuerpo masculino. – Decía casi con lágrimas el usualmente estoico hombre manco que hasta hacía poco había sido una mujer pequeña y delgaducha. Ahora gracias a las hormonas de Iva-chan esa muchacha se había vuelto todo un hombre, musculoso y alto como tanto había anhelado.

-¡No es ningún milagro Croco-boy! ¡Son solo las hormonas haciendo su trabajo! – Contestó Iva-chan.

-¡Kuahaha! Claro que es un milagro. Sin ti jamás hubiera podido haber… ya sabes. – A Crocodile le costaba sacar las palabras de su garganta, siguiéndose sin creer que su voz ahora fuera tan varonil y profunda.

-¡No, no lo es, cariño! ¡Milagro hubiera sido que hubieras vuelto con Dragon y se hubieran casado en East Blue!– Exclamó Ivankov divertidamente.

Crocodile se puso de todos los colores del arcoíris al escuchar a Ivankov mencionar a ese hombre. ¿Cómo se atrevía a mencionar a su exnovio de esa forma? ¿Quién diablos se creía para hablarle así?

Rápidamente, Crocodile lanzó un ataque de arena contra Ivankov, siendo esquivado ágilmente por la travesti, quien rápidamente agarró una de sus botellas de perfume y la estrelló en la cara de aquel malagradecido, empapándolo lo suficiente como para arruinar sus poderes de arena. Rápidamente Ivachan pateó a Crocodile con fuerza, haciendo que este se estrellara contra la pared. Crocodile gruñó, mientras que Iva-chan soltó una poderosa carcajada de diva.

-¿Cómo te atreves tratarme así? – Gritó Crocodile furioso mientras se levantaba del suelo.

-Tú quieres que haga un milagro, pero cuando te hablo de verdaderos milagros, te acobardas como un perrito faldero, Croco-boy. – Contestó Ivankov, sonriendo con amargura.

Era cierto. Iva-chan no hacía milagros. Si hiciera milagros, quizá Crocodile no hubiera roto su relación con Dragon y decidido ir a buscar el One Piece. Si hiciera milagros, quizá la niña de Kuma hubiera sido curada junto a su madre. Si hiciera milagros, quizá Ginny jamás hubiera sido secuestrada y obligada a ser concubina de un asqueroso Tenryubito. Si hiciera milagros, quizá su madre no hubiera acabado suicidándose tras toda una vida de esclavitud y miseria. Si hiciera milagros Ivankov hubiera nacido libre. Si en verdad Emporio Ivankov hiciera milagros, posiblemente no sería Emporio Ivankov o al menos no como es conocido por la gente.

Pese a lo radiante que era Ivankov sabía que para haberse convertido en la Reina de Kambakka, había sido necesario pasar por varias tragedias, siempre con lágrimas y sangre, pero jamás con milagros. Para que algo fuera un milagro, ese algo tenía que ser imposible, y lo que hacía no era imposible. La Reina de Kambakka reconocía que lo que hacía solo era darle órdenes químicas a un montón de hormonas y ellas hacían lo que les correspondía. Su vida no era la de un santo que soportaba martirios y hacía milagros, su vida era la de una femme fatale envuelta en un pasado obscuro y lleno de tragedias.

-Promete que no le dirás a nadie… - rogó Crocodile al ver como Ivankov se acercaba a él amenazantemente.

La Reina de Kambakka solo soltó una pequeña risilla de complicidad.

-Claro, claro. No le diré a nadie. Pero si trataras de hacer algo que saboteara los planes del Ejército Revolucionario, los Siete Mares sabrían inmediatamente que le pasó a la princesita de Amazon Lilith. – Contestó Ivankov.

Crocodile gruño mientras se paraba. ¿Cómo diablos sabía que venía de Amazon Lilith? ¡Tuvo que haber sido el chismoso de Dragon!

Aunque por lo menos Crocodile agradecía que él hubiera ocultado a todos sobre su hijo que habían tenido juntos en East Blue. Si lo supiera, seguramente hubiera tenido material para chantajearlo de por vida.

-De nuevo, me alegra que seas feliz ahora con tu nuevo cuerpo, Croco-boy. ¡Espero volverte a ver tan pronto encuentres el One Piece! – Dijo Ivankov amablemente.

Crocodile solo le dio la espalda y salió del palacio, estando aún resentido por la mención que había hecho de su exnovio.

Ivankov por su parte solo soltó una carcajada, riéndose de lo loco que podía ser el destino algunas veces y preguntándose si alguna vez sería capaz de contemplar algún milagro de verdad.

XXXXXXXXXX

Si, chicos, Takka apoya la teoría del Crocomom y a mucha honra. Saludos a todos mis lectores y lectoras que me atraparon con este mini fanfic este Idus Martii. Ojalá les haya gustado el drama y las teorías fumadas en las que creo.