Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
***Sexo entre amigos heterosexuales que única y exclusivamente buscan el placer sexual y no una relación homosexual con su compañero en turno...
-Ammhhh... ha-hazlo más despacio, du-duele- gimió sobre su oído el castaño que estaba fuertemente abrazado a su cuello y espalda. Las uñas del castaño hace tiempo habían marcado el ancho y largo de la varonil espalda de su "amante".
-Estas... mas apretado que otros días, haces que haga llegar al fondo contigo- gruño un moreno de cabellos azules sujetando con fuerza las caderas y cintura del castaño quien gemía de placer en su oído prendiendo su libido al límite.
-Deberías de ser más amable conmigo, amigo- se quejó Sakurai Ryou con una sonrisa burlona en los labios haciendo enojar al moreno que embestía su interior con furia y hambre.
-Los mejores amigos no se quejan, Ryou- gruño el peli azul girando de un movimiento rápido al castaño mientras lo ponía en cuatro saliendo por unos instantes de aquel cálido interior para después abrazar junto con el castaño nuevamente las mieles del placer y la lujuria -solo deberías dejarte penetrar por mí y gemir como el "amante" que se supone que deberías ser- agrego mientras se adentraba en el castaño quien grito y gimió lleno de placer y éxtasis mientras que el moreno ahogaba un gruñido de satisfacción y placer mordiendo el cuello de Ryou.
-¡Daiki!- grito el castaño siendo levantado de la cama por el moreno, podía sentir el pene de Aomine llegando más profundo de su ser -y-yo vo-voy a venirme- jadeo Ryou al límite de su libido.
Sexo anal era mucho mejor que el sexo vaginal.
-Sigue apretándome así y te juro que en tres meses sacaras de tu trasero un jodido queso- gruño el peli azul viniéndose dentro del castaño quien se había corrido furiosamente sobre las sabanas de la cama de aquel hotel de tres estrellas.
Ryou colapso sobre la cama luego de aquel intenso orgasmo, Daiki había hecho lo mismo que el castaño solo que él lo hizo sobre el menudo cuerpo de Ryou aun sin salir de su cálido y relleno interior. Después de unos segundos salió del castaño y se echó sobre la cama desordenada y olorosa a sexo y se llevó consigo a Ryou quien aún se mantenía con el trasero levantado, el cansancio lo estaba venciendo, abrazo la cintura de Sakurai quien soltó una risita divertida de toda esa situación.
-¿Estás listo para otra ronda?- el castaño se rio y después deshizo el agarre del moreno en su cuerpo, se incorporó y levanto de la cama sin importarle en lo más mínimo que estaba completamente desnudo y cubierto de chupetones, mordidas y semen -¿tan pronto te vas? Podemos seguir divirtiéndonos, sabes-
-No es lo que el padrino de anillos debería hacer, Daiki. Creo que lo sabes- Aomine rodo los ojos para diversión del castaño -no actúes así, soy tu mejor amigo y padrino, no solo tu juguete de frustración sexual favorito, sabes- agrego, con calma busco sus ropas, zapatos, celular y cartera, su novia seguramente lo estuvo buscando por varias horas desde que decidió escaparse por un momento con Aomine.
Su extraña relación inicio luego del tercer año de preparatoria, ambos con novias, ambos con la ilusión de un matrimonio estable en su futuro al igual que su carrera y su amistad de años.
Ambos con una infinita hambre sexual que únicamente ellos sabían de su existencia. Sus novias nunca lo supieron y si lo supieron ese era el último de sus detalles.
Ambos descargaban sus frustraciones en cada uno de ellos, sesiones de sexo intenso iniciaron ese día y muchos más posteriores a esos. Solo sexo entre los mejores amigos.
Cero amor.
Pero por nada del mundo iban a dejar su relación de "amistad" a medias.
-¿Te veré mañana?- pregunto Aomine aun en la cama viendo como el castaño se vestía con la ropa que el mismo se encargó de quitarle hace escasas horas.
-Deshazte de tu prometida y veré que puedo hacer para zafarme de la mía- respondió el castaño con una linda e inocente sonrisa. Aomine sabía que era un hecho el que vería al castaño al otro día.
Porque claro, ellos dos solo son mejores amigos, amantes y completamente heterosexuales.
Nada homo podía surgir entre ambos.
Aun cuando sabían que aquello era la mentira más grande del mundo.
