Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Narrado desde perspectiva de honguito bb y Aomine.
La vida da muchos giros alrededor de todos y cada uno de nosotros. Giros que suelen hacer de nuestra vida toda una aventura.
En secundaria conocí a mi alma gemela, mi otra mitad.
Mi complemento.
La persona que el destino y la vida me dieron para pasar el resto de mis días a su lado. Vivir un amor que incluso yo, un joven sordo y mudo se merecía vivir y gozar como cualquier ser humano normal.
Desgraciadamente nuestro primer encuentro no fue el más agradable del mundo. Ni siquiera fue bonito para mi corazón infantil de catorce años.
De hecho... ser despreciado de esa forma por tu Soulmate solo por ser una persona especial ya de por si era algo que quiero olvidar para el resto de mi vida.
Ni siquiera me dio la oportunidad de conocerme, de conocernos ambos.
Gente así no necesito en mi vida.
Ya no.
Ni aunque sea la persona que me dio la vida para amar y respetar el resto de mis días.
No estoy dispuesto a querer a alguien que me dijo tantas cosas horribles aun sin tratarme solo por un capricho de la vida y el destino.
Al menos ese fue mi primer pensamiento luego de dos semanas de nuestro primer y único encuentro. Pero ver la frase tatuada en mi brazo era un cruel recordatorio que sin importar que hiciera, que pensara y que sintiera, los sentimientos que surgieron en mí cuando conocí a mi alma gemela jamás iban a desparecer.
Estaba condenado a amar a quien no me amaba por el resto de mis días mientras que mi otra parte, mi alma gemela, era feliz con alguien más que no era yo.
Eso fue hasta que lo conocí.
Le demostraría al destino que se equivocaba conmigo. Iba a ir en contra de la naturaleza. De mi lazo con mi alma gemela.
Iba a separarme de él. Así fuera a costo de mi vida
Solo para poder ser feliz al lado de la persona que hasta ahora ha visto a través de mí.
De lo que Sakurai Ryou es en realidad.
El chico enfermo de la universidad.
Habían pasado unos cuantos días desde mi última visita a Midorima, si soy sincero, desde que me dijo la causa del porque la marca de mi Soulmate sangraba me he puesto a reflexionar muchas cosas, entre esas había una que no me dejaba dormir últimamente, esa era por qué mi otra mitad deseaba con tantas fuerzas deshacerse de lo que nos unía.
Aunque ahora que lo pienso seguramente eso se debe al maldito bastardo que fui con el cuándo lo conocí.
Siendo sinceros, haría lo mismo estando en su lugar.
Lo que menos quisieras en la vida es ser despreciado por tu alma gemela. Y mucho menos de la manera que yo hice con él.
A todo esto ¿Cómo estará ahora?
¿Estudiara? ¿Trabajara? ¿Ambas?
Con todas estas preguntas en mi cabeza no era capaz de llegar a alguna conclusión.
-Mierda- exclame molesto. Mí ante brazo izquierdo ardía. Además de que comenzaba a humedecerse por la sangre que brotaba de el -maldita sea, esto duele- me queje mientras entraba al primer bar que encontré camino a la casa de Kagami. Ese maldito era el Soulmate de Tetsu, vaya que tienen suerte algunos.
En cuánto entre el olor a cigarrillo me recibió de golpe. La leves luces iluminaba el lugar y al fondo había una banda que se encargaba de dar ambiente al sitio.
Un bar genial en mi opinión.
-Un trago de vodka, por favor- pedí al rubio cantinero de ojos grises quien secaba un vaso detrás de la barra y vigilaba que los pocos meseros hicieran su trabajo correctamente. Supongo que era el dueño del bar.
Por lo que vi, vigilaba minuciosamente a un bajo castaño el cual estaba de espaldas de él y tomaba la orden de los clientes que recién entraban al local.
-¿Ese chico es problemático?- se me ocurrió preguntar al cantinero quien dejó su conversación con otro cliente en la barra y ahora me veía a mí.
-¿Perdón?- me preguntó.
-Sí, el chico. El mesero- me explique bebiendo mi trago de un golpe. El rubio negó, pude ver bajo su cuello la mitad de un sol junto con una estrella, supongo que era la marca de su lazo con su Soulmate.
El rubio soltó una carcajada antes de contestar -no, no, se equívoca señor. Ese chico es el mejor mesero que haya pisado mi local, gracias a el tengo la cantidad de clientes que ve ahora- explico sonriendo al castaño que con una sonrisa se retiraba momentáneamente de atender a los clientes y ahora se aproximaba a la barra -lo vigilo porque nunca sabe qué tipo de clientes le toca atender. No quiero que se pasen de listos con mi pareja- explico mientras tomaba la orden de aquel castaño y empezaba a preparar las bebidas le pidieron.
Pude notar una venda que cubría todo su brazo derecho, además de que encima de su uniforme llevaba una pequeña pizarra colgada de su cuello junto con un pequeño marcador con borrador incluido.
La pizarra decía »Hola, sean bienvenidos, me llamo Sakurai Ryou, por hoy seré su mesero. Disculpen si los incómodo, soy sordomudo pero puedo leer los labios ¿qué van a ordenar?«
Vaya, eso sí que es impresionante.
Un sonido parecido a un gemido de dolor salió de sus labios al igual que los míos. Mi marca ardía como la primera vez que apreció.
-¿Ryou?- pregunto el cantinero notando la incomodidad en el castaño, este le vio a dolorido -es tu marca ¿cierto? ¿Es por el proceso de eliminación?- el castaño negó y escribió algo rápido en su pizarra.
»Duele, es como si mi marca estuviera saliendo de nuevo« pude leer. Con un demonio, mi brazo duele.
-¿Quieres ir a casa a descansar?- el castaño asintió y después le acarició la mejilla en símbolo de agradecimiento, el rubio sonrió y después beso la mano con la que le acarició el castaño -ve, te veo antes de medianoche. Trata de dormir, si te duele mucho iremos al hospital, no quiero que tu marca se infecte. Recuerda lo que dijo el médico ¿está bien?- el chico asintió y después de un pequeño beso en los labios se despidió del rubio.
Demasiado dulce en mi opinión.
-¿Son Soulmate?- pregunte por mera curiosidad.
-No, pero pensábamos serlo- vaya sorpresa -el Soulmate de Ryou lo desprecio por ser sordomudo cuando se conocieron en secundaria. Sinceramente si lo tuviera enfrente primero le daría un puñetazo por ser tan imbécil con alguien tan genial como lo es Ryou pero a la vez le daría un abrazo al maldito por dejarlo libre. Después de mi pareja conocer a Ryou fue lo mejor que pudo haberme pasando en la vida-
Oh por dios.
Ese chico... ese chico era... era...
Pague mi trago y salí corriendo tras el castaño para sorpresa de todo el mundo.
Ese chico era mi Soulmate.
Entonces lo vi a lo lejos caminando lentamente y dando la vuelta en la esquina de la avenida.
No podía permitir que se me fuera de las manos otra vez.
Mi marca dolía pero ya era lo mínimo. Supongo que el por el tratamiento que estamos llevando Wakamatsu-san y yo.
Acelere el paso a mi departamento al sentir la presencia de alguien siguiéndome.
No me equivoqué.
-¡Oye!- me asuste al ser sujetado de los brazos y ser zarandeado por el moreno que estaba hablando con Wakamatsu-san -tu... ¿Me recuerdas? Tu... yo, nos conocimos en secundaria sabes, soy tu Soulmate. Me llamo Aomine Daiki y- me solté de su agarre de un movimiento rápido y me di la vuelta, lo que menos quería es volver a verlo.
Claro que lo recordaba, ¿quién olvidaría a la persona que lo lastimo tanto durante la adolescencia?
-¡Oye!- volvió a tomarme del brazo -¿es cierto que quieres romper nuestro lazo? ¿Es posible eso?- me cruce de brazos y después escribí en mi pizarra mi respuesta para que me dejara en paz.
La marca me dolía y no quería preocupar más a Kosuke-san.
»No te conozco y por lo que vi la primera vez que nos vimos es que no quieres hacerlo. Eso lo acepto sin ningún problema. Lo que no aceptó es vivir con sentimientos románticos hacia la persona que no te acepta como eres y solo te juzga sin conocerte. Hasta nunca, Aomine-san«
Permití que lo leyera y después me aleje de ahí, mi corazón no dejaba de latir desesperado en mi pecho.
Odiaba que por mi lazo los sentimientos románticos hacia Aomine permanecieran en mi corazón y me impidieran amar a Wakamatsu-san con toda libertad.
Escribí algo en mi libreta de pedidos y después se lo di a Aomine quien aún estaba impresionado por mi respuesta.
»Si te interesa, el médico que nos ve a Kosuke-san ya mi remueve las marcas de los Soulmate a un bajo costo. Deberías hacerlo, no quiero cargar con la culpa de que algo malo te pasará por buscar mi propia felicidad«
Adiós para siempre, Aomine Daiki.
