Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Ahora es turno de honguito bb de conocer a los padres de Aomine ¿habrá salido bien librado?
El postre de naranja y canela que tenía en las manos estaba temblando al igual que sus manos. Mentiría si dijera que no estaba nervioso.
¿Era el o estaba haciendo demasiado calor?
Tenía miedo, mucho miedo.
Quería hacerse chiquito y que la tierra se lo tragara entero.
-Ryou- le llamo Aomine llegando hasta él. Acordaron verse en el parque que estaba cerca del hogar del moreno. Daiki noto el nerviosismo de su honguito, le ayudo llevando el postre que había preparado especialmente para ese día al igual que las cosas que necesitarían para la cena de esa noche, Ryou tan educado y considerado como siempre -tranquilo Ryou, lo harás bien. Mis viejos te adoraran, te lo juro. No tienes por qué estar nervioso- los ojos caramelo de Ryou le vieron intensamente y después se enfocaron al frente.
Esas palabras lograron tranquilizarlo un poco.
-¿Cómo estas tan seguro, Daiki-san?- pregunto el castaño mientras era tomado de la mano por el moreno y era escoltado a la casa de su novio.
-Los viejos aman las cosas adorables y lindas. Tu mi pequeño honguito encajas a la perfección con la descripción. Por supuesto que te amarán, solo se tú mismo- el castaño sonrió ampliamente y después afirmo su agarre en la mano de su novio. Ahora se sentía más tranquilo que antes.
-¡QUÉ MONADA MÁS LINDA!- grito una alta y atractiva morena de cabellos negros de ojos azules quien apretujaba y asfixiaba al bajito castaño que estaba en su puerta. Ryou se sonrojo al estar en medio de los pechos firmes de la mujer.
-Concuerdo contigo, cariño- expreso un burlón y sonriente moreno de cabellos azules mientras acariciaba el cabello del chico que su esposa estaba abrazando -su cabello es suavecito, parece el pelaje de un animalito hogareño- agrego mientras picaba las mejillas del castaño quien no podía separarse del abrazo de la morena.
Daiki gruño aún en el umbral de su hogar mientras veía a su prometido ser asfixiado por su madre y ser molestado por su padre.
Malditos ancianos.
-Mamá deja a Ryou en paz, lo estás ahogando- ordenó mientras tomaba a su novio de la cintura y trataba de separarlo de su madre -y tú, padre, no molestes a mi prometido. Solo yo puedo picar sus mejillas- agrego mientras veía feo a su padre.
-No molestes mocoso- gruño su madre viendo a su hijo -no es culpa mía que te distraigas y dejes a tan mono chico en la puerta de mi casa- soltó un poco al castaño quien ya podía respirar tranquilo -además, me sigo preguntado como mi hijo que es tan feo y horrible fue capaz de enamorar a tan mónada de chico ¿verdad cariño?- se defendió la mujer siendo apoyado por su esposo.
-Concuerdo contigo, Ikai- respondió Daisuke Aomine burlándose de su hijo -este chico es muy lindo, aún no me creo que mi hijo sea capaz de estar con alguien como el-
-¡Mamá, Papá!- grito indignado Aomine, arranco de las manos de su madre a Ryou y después agregó -no molesten a mi novio-
-Tranquilo Daiki-san, no pasó nada- le tranquilizó el castaño aun siendo sujetado de la cintura por su novio, trato de separarse de él pero Aomine no daba su brazo a torcer -mucho gusto, me llamo Sakurai Ryou y..., soy el prometido de Daiki-san. Mucho gusto- se presentó a los padres de Aomine haciendo una pequeña reverencia y después acaricio el rostro de su novio -suéltame Daiki-san, estoy bien-
-No quiero- se encaprichó Aomine.
-¡El chico es una lindura!- grito feliz la mujer arrebatando a su yerno de los brazos de su hijo -además de educado y respetuoso -¿por qué no puedes ser como el Daiki?-
El moreno rodó los ojos y su padre palmeo la espalda de su hijo con fuerza sin poder parar su risa, le gustaba molestar también a su hijo.
-Tienes buenos gustos, muchacho. Iguales a los de tu viejo- Aomine le vio raro ¿es enserio?
-No compares a mi Ryou con mamá, por favor- suplicó.
Parece ser que ya era hora de hacer la cena.
-Fue divertido- murmuro Ryou siendo escoltado a su casa por Aomine.
-¿Enserio?- acoto el moreno sin soltar la mano de su honguito.
-Por supuesto- aseguró el castaño con una linda sonrisa -tu familia es divertida-
-¿No te incomodó?- el castaño negó.
-Nuestras familias se llevaran bien en el futuro- aseguró -ya quiero que sea nuestra boda- el moreno sonrió y beso la frente de su castaño.
Si por ver aquella sonrisa en las facciones de su honguito, entonces valía la pena pasar por el bullying del padre de su Ryou y de sus propios padres.
Solo esperaba que no fuera por mucho tiempo.
