Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.

Gracias por leer y nos veremos después.

No sé, andaba tristona cuando salió esto jsjsjs, no me juzguen.


Las lágrimas de Sakurai Ryou no dejaban de filtrase por sus ojos caramelos.

El corazón no dejaba de dolerle, el alma entera sentía que se le estaba rompiendo en dos.

Tal y como estaba ahora su corazón.

-Ryou...- le llamo Aomine quien le veía un poco preocupado. El castaño que estaba apoyado en la pared atrapado entre el moreno y el propio salón donde estaban hablando le miro con los ojos humedecidos. Admite que esto no estaba planeado a que pasara.

-Eh... Yo- dudó el más bajo tratando de limpiar las lágrimas que había en sus mejillas -lo siento yo, debo irme- se zafó del agarre de Aomine y se fue de ahí en silencio.

Aomine apretó la mano izquierda y soltó un fuerte puñetazo a la pared lastimándose en el proceso.

Romper con el castaño era lo mejor para ambos. De eso estaba seguro, no había futuro en su relación y lamenta no haberse darse cuenta de eso hace dos años atrás.

Entonces...

¿Por qué no dejaba de doler?


Tres meses después.

-Mmm- murmuro una preocupada Momoi viendo a su amigo de la infancia más molesto e iracundo que de costumbre, estaba más dispersado que meses atrás -Dai-chan me preocupa, no ha dado todo su potencial en los últimos partidos y sus manos están vendadas, parece que se está lastimando a si mismo ¿no sabes lo que pasa con él, Ryou-chan?- preguntó la peli rosa viendo al castaño quien abrazaba sus piernas e ignoraba el hecho que estaban en pleno entrenamiento.

-No lo sé, Momoi-san- respondió el castaño con mirada apagada. La ruptura entre él y Aomine le estaba afectando más de lo que hubiera pensado.

-¿Paso algo entre ustedes dos?- preguntó Satsuki pasando al castaño un pañuelo, no le gustaba ver al castaño llorar. Rompía su corazón de pollo que tiene con Ryou.

-Rompimos hace tres meses, Momoi-san- explico Ryou viendo con sus ojos humedecidos a su amiga quien de inmediato lo abrazo y consoló acariciando sus cabellos castaños en silencio dejando que Sakurai se desahogara con ella -duele, duele mucho Momoi-san-

-Lo sé Ryou-chan, lo sé- murmuró Satsuki dejando que su amigo sacara todo lo que le acomplejaba -pero esto es solo una etapa. Es parte de crecer y madurar, pero también es parte de amar y ser amado. No te sientas mal, Ryou-chan. Quizá los dos estaban destinados a conocerse y quererse por dos años pero no estaban destinados a permanecer juntos- Sakurai lloro con más fuerza llamando la atención de todo el equipo.

Llamando a Wakamatsu y a Aomine al mismo tiempo.

-¿Qué pasa con Sakurai? No me gusta verlo llorar- murmuro el capitán del equipo.

-No lo sé senpai, creo que a nadie le gusta ver así a Sakurai-senpai. Es demasiado bueno para todos- comento otro de los compañeros de Aomine.

-Iré a ver qué es lo que pasa, sigue practicando con Aomine- el chico asintió y dejo que el capitán fuera a ver al castaño.

Daiki chasqueo la lengua y boto el balón que tenía en las manos lejos de él.

Tomo sus cosas de mala gana y se fue a las duchas dejando confundido al resto del equipo.

No necesitaba sentirse más miserable de lo que ya era.

No quería ver llorar más a Ryou.

¿Pero qué podía hacer para remediarlo?