Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.

Gracias por leer y nos veremos después.

El AoSaku es canon (al menos aquí jsjsjs)


El ambiente dentro de su hogar era un poco pesado.

Si ya le parecía raro que su impulsivo y terco hijo quisiera hablar con ella a solas luego de regresar de la escuela ahora le parecía más raro ver a Daiki abochornado y escondiéndose de su mirada, eso solo hacia incrementar sus temores.

-Mamá- le hablo su hijo sin verla realmente a la cara. Mei pudo notar un pequeño sonrojo en las morenas mejillas de su hijo.

-¿Qué pasa Daiki?- pregunto despacio, casi temiendo romper la actitud tranquila de su hijo. No todos los días podías hablar con Daiki así.

-Mamá- repitió el moreno ahora viendo con firmeza y seguridad a su progenitora, no había marcha atrás -creo que soy... gay- toda seguridad en su voz fue bajando al mencionar la última palabra.

Mei no cambio la expresión de su rostro, es decir, ya lo sabía.

Pero...

-¿Que te hace creer eso, Daiki?- preguntó despacio sentándose a un lado de su hijo.

-Me enamoré de un chico- pudo notar una expresión de felicidad en las facciones de su hijo. Estaba viendo más cosas de su hijo en esos momentos que en toda su vida.

Genial.

Pero conducida por sus conjeturas se atrevió a preguntar.

-¿Es el chico Sakurai? ¿El chico que vino hace unos meses?-

Para impresión de Mei Aomine las mejillas de su torpe hijo explotaron en un fuerte sonrojo, pero lo que no sabía era si por vergüenza o por sentirse descubierto por su progenitora.

-¿Cómo lo...?-

-Niño, soy tu madre, yo lo es todo- respondió Mei con una sonrisa -además, ya tenía mis sospechas sobre ti y aquel lindo chico. Si te casas con él en el futuro, definitivamente me darás lindos y adorables nietos-

-¡Mamá!-

-¿Qué? Debes admitir que el chico es una lindura andante. No me gusta admitirlo pero tienes buenos gustos hijo- Daiki termino por sonrojarse liego de esa declaración de su madre -¿y bien? ¿Cuándo vas a volverlo a traer a casa? Quisiera que tu papá lo conozca-

-¿No estas molesta conmigo?-

-¿Por qué he de estarlo?- acoto la morena -que estés enamorado hace que el corazón de tu madre se sienta feliz por ti, sin importar de quien se trate. Creo que tu padre te diría lo mismo-

-Bueno- dudo un par de segundo en seguir -yo aún no me confieso. No sé si mis sentimientos sean correspondidos-

Mei revolvió los cabellos azules de su hijo y después agregó -no lo sabrás si no lo intentas, hijo. Además, dudo mucho que el chico te rechace, se veía igual o más enamorado de ti que tú de él ahora. Yo diría que si aún no se te confiesa es porque quiere que lo que sientas por él sea sincero-

Aomine bajo la mirada pensando en las palabras de su madre. Mei tenía razón, quizá Ryou solo estaba esperando a que cayera profundamente enamorado de el para poder decirle sus sentimientos.

Sentimientos que por supuesto han estado creciendo a lo largo de todos estos meses en lo más profundo del pecho del peli azul.

-Me confesaré mañana- y Mei daba por hecho que su hijo lo haría así.

Vaya que tenía unas temibles ganas de llorar de orgullo y felicidad por su hijo en esos momentos.


-Entonces...- murmuró Daisuke Aomine viendo emocionado a su esposa quien al igual que él tenía una sonrisa ansiosa en sus labios.

-Así es cariño- respondió feliz y complacida la morena para satisfacción de su esposo -el AoSaku es más canon que la misma existencia de nuestro hijo-

-¿Eso quiere decir que ya puedo molestar a Daiki con su novio?- preguntó tal niño emocionado por su nuevo juguete el patriarca de la familia.

Mei soltó una risita divertida -creo que ya lo haces sin necesidad de que sean novios, cariño- respondió la morena abrazando a su esposo -¿Cómo crees que será nuestro primer nieto?-

-No lo sé, tendría que conocer a mi yerno para poder darte mi opinión, querida-

-Daiki piensa traer a su novio el próximo fin de semana ¿crees estar libre este sábado?-

-Por conocer a la pareja de mi hijo claro que estoy libre todos los días que quieras- respondió Daisuke -además, no me perdería por nada del mundo molestar a mi yerno y a mi hijo en vivo y a todo color-

Mei sonrió, amaba tanto a su esposo.

Pero amaba más ver feliz a su hijo junto con, en unos años más, su nuevo hijo.