Advertencia: este capítulo contiene un tema sensible. Sin más, espero que sea de su agrado la lectura.
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Después de la visita que le había dado el esqueleto, los días siguientes de la humana fueron demasiados tranquilos para su gusto. Tras ese día no se había vuelto a aparecer en ningún ámbito pese a que le había amenazado de visitarla todos los días por el simple hecho de que podía hacerlo en un pestañeo, y de llevarle todos los platillos calóricos que brindaba la ciudad para que los probase todos. Pero por más que se había preparado mentalmente para tener que lidiar con él en su negocio, aquello seguía sin ocurrir.
Realmente no quería admitirlo, pero le preocupaba en gran medida no saber nada de él. Más que por ser el único con el que había mantenido más de una conversación en la ciudad, lo último que le había dicho era que tenía que dirigirse a su "trabajo" y que sería algo cansado para él realizarlo, mas no le dio más detalles que pudieran generarle un conflicto.
Lo único que le daba cierta esperanza de que pudiera encontrarse bien era que de vez en cuando llegaba un monstruo de avanzada edad para entregarle una gran proporción de víveres con las cuales pudiera abastecerse bien junto con una tarjeta que sólo tenía un hueso mal dibujado indicándole de quién se trataba. Se había extrañado en gran medida la primera vez que había recibido tales productos de la nada, pero tras poder conversar un tanto dudosa con el monstruo que le llevaba todos los paquetes, él simplemente rió amablemente tras la inseguridad
-Generalmente los hombres cortejan a las damas con flores, pero supongo que al ser usted una florista, tratan de cortejarla con carne –Comentó una vez que le pasó el último paquete de carne tras toda una variedad que le había traído.
-Creo que diferimos de lo que pudiera ser un cortejo –Recibió Frisk el paquete cada vez más consternada de tanto alimento –Me parece más bien que me considera una muerta de hambre.
-Bueno, en la experiencia de un viejo, no se habría tomado la molestia de alimentar a una joven como usted si no tuviera un interés en particular. –Se rio ante la inocencia que percibía de la humana –Pagó por adelantado todo esto con la instrucción de que le trajéramos en las mañanas la misma cantidad.
-¿No dijo nada más? –Preguntó un tanto esperanzada de poder averiguar algo sobre él. -¿O… Al menos se le veía bien?
Su última pregunta la había lanzado tras percibir que el monstruo estaba tranquilo con la instrucción que le había dado el joven mafioso, pero tras notar un deje de preocupación en su tono por parte de la florista, entendió que comprendía la magnitud de lo que implicaba de algún modo su "vida profesional".
-Se le veía agotado cuando apareció de la nada en mi local, y obviamente no iba a hacer preguntas. Su familia ha cuidado muy bien de mi tienda y de mis hijos, sería muy tonto de mi parte provocarlo. –Aclaró un tanto más serio –Me dejó un saco con dinero más que suficiente para poder reparar a la perfección mi tienda y me dijo que lo considerara como un trueque a cambio de mantenerla muy bien alimentada en todo este mes que llevaré a cabo el mantenimiento de mi local. Me comentó que se le ha complicado a usted conseguir víveres debido a que mi tienda es de las pocas que aceptan todo tipo de especies en la zona, por lo que se le vio más interesado en querer que repare todo por su bienestar y no precisamente el de mi familia.
Frisk escuchó atentamente toda la explicación del viejo monstruo. Tras dos semanas de estar extrañada con todo, por fin tenía algo más coherente en lo qué pensar. El que le dejara tal regalo bajo la instrucción de mantener esa rutina por un mes, implicaba el hecho de que el esqueleto estaría tan ocupado en todo el trayecto que optó por asegurarse de que comiera en su ausencia. Si bien estaba totalmente agradecida con tal acto, no dejaba de cuestionarse que cada vez más le era extraño su comportamiento.
No le era normal relacionarse amistosamente con alguien al ser para nada sociable, pero no necesitaba conocer los protocolos de relaciones sociables como para entender que aquello en verdad podría significar algo más. ¿Realmente le agradaba como le había dicho o quería obtener algo de ella? Tras la salida que había tenido con Mettaton, se había hecho la idea de que los hombres en la ciudad eran bastante precoces ante el hecho de que las mujeres sólo mostraban interés de estar con alguien así.
Su madre no le había dado la "plática" al considerar un caso inútil para su hija que difícilmente podía sacar de su vivero lleno de exóticas plantas, pero Flowey se había encargado personalmente de explicarle lo horrible y perverso que venía siendo eso y que lo mejor para ella era que nunca tuviera que pasar por algo así en su vida. Aunque se le había hecho extraño que una flor supiera tanto del tema, agradeció tal información y se había hecho la idea de que su vida consistía en sus padres, Flowey y sus preciadas flores.
-Muchas gracias por todo –Dijo sin más la humana.
El viejo hizo una leve reverencia sutil y se retiró de la florería. Frisk cerró el lugar para poder llevarse todo hacia su cocina, en donde estaba Flowey leyendo el periódico estando en la mesa. En cuanto la humana puso todos los empaques de comida con cuidado, la flor puso a un lado su lectura y levantó las cosas con sus lianas.
-Otra vez carne… -Gruñó molesto –No es bueno que comas esto tanto.
-Si es lo único que nos llega, no veo lo malo –Sonrió levemente. Pese a no estar acostumbrada a comer tanta proteína, comenzó a agarrarle gusto –Además, aunque tenga semillas para hacer un cultivo, aquí no hay lugar para hacerlo. Con suerte tenemos espacio para las flores.
La planta simplemente gruñó en su lugar y retomó su lectura tras no saber que más decir. La joven se dispuso a acomodar todo con tal de alejarse de sus pensamientos, pero por más que trataba, le era inútil no poder preocuparse.
-¿Crees que le haya pasado algo malo?
-No creo tener tanta suerte –Comentó la flor sin apartar la vista de su periódico –Pero ojalá que esté muerto.
-Flowey…
-Tú continúa con tus cosas y deja de molestarme. Interrumpes mi lectura.
-¿Hay algo interesante? –Preguntó sin hacer caso a su petición. Lo cierto era que la flor había estado demasiado interesado últimamente con las noticias locales. Frisk prefería escuchar la radio, pero tras no tener un aparato así consigo, terminaba por escuchar mejor a su amigo contándole las cosas, aunque claro, él tendía a exagerar o simplificar demasiado las cosas a su propio gusto.
-Tu cita de la otra vez ha abierto a todo público su nuevo hotel. He de suponer que pagó demasiado a los medios para que nadie se enterara de tal percance.
-Supongo… -Comentó amargamente tras el mal recuerdo que le daba ese lugar.
-Las elecciones para alcaldía son este año… un robo en un banco… aburrido, aburrido –Hojeaba el impreso con cuidado con sus lianas. – ¡Oh!
-¿Qué ocurre? –Frisk preguntó en lo que terminaba de guardar todo y sin mirar fijamente a su amigo.
-Ganaron la copa los Perros Furiosos –Dijo con un deje demasiado casual. –Creo que es su tercer campeonato.
-¿Desde cuándo te gustan los deportes? –Giró Frisk hacia él sorprendida por eso. En todos los años que había estado con él, nunca había mostrado un interés en algo en particular que no fuera provocar en riñas a su madre o insultarla por su torpeza. –Tú ni siquiera tienes extremidades para algo así.
-No es asunto tuyo lo que me guste o no –Atajó con una mirada fulminante hacia la humana que se le acercaba con una sonrisa levemente burlona. Volvió a doblar el periódico con cierta rapidez en cuanto se percató de su cercanía. –Vete a trabajar mejor y déjame solo.
-¿Seguro que no quieres acompañarme? Ha estado muy tranquilo estos días –Le preguntó mientras le acariciaba tiernamente uno de sus pétalos, el cual se apartó bruscamente molesto con tantos mimos de su parte.
-No, ahora vete.
Sin borrar su sonrisa hacia su amigo, hizo caso a su petición y se retiró del lugar para continuar con su trabajo matutino. Una vez que escuchó la puerta cerrarse, Flowey volvió a desdoblar el periódico para enfocarse en la última hoja que había visto.
"Masacre en Waterfall deja un saldo de 20 humanos muertos" se leía en la cabeza de la noticia. No había tenido que leer toda la nota para entender de quienes se pudieran tratar, cosa que confirmó al momento de leer con detenimiento la información que brindaban sobre la peligrosidad disputa que había entre grupos delictivos y que eran los "monstruos quienes comenzaban todo". Flowey no era tonto, sabía a qué quería dirigirse el medio y lo comprado que estaba para hablar bien o mal de alguien acuerdo a sus intereses como editorial.
"… Cabe señalar que la aplicación de la magia sobre otro ser vivo es ilegal de acuerdo a los estatutos de ciudadanía en Ebott, sin embargo, fuentes extraoficiales afirmaron ver cómo uno de los monstruos delincuentes había utilizado su magia en contra de su voluntad a los humanos para paralizarlos sin darles oportunidad de escapatoria. Acto seguido fueron disparados por un segundo sujeto el cual identificaron como "P". En la escena del crimen se hallaron huesos surgidos de la tierra, los cuales confirman que los causantes de tal atentado viene siendo el grupo delictivo conocido como La familia Gaster, los cuales…"
Flowey dejó de leer tras considerar que no era necesario saber más sobre los hechos. No le cabía duda de que la ausencia de la basura sonriente venía siendo por ocultarse el tiempo suficiente hasta que se pudieran enfriar las cosas, pero al ser recién publicado tal atentado, le indicaba que en verdad pasaría bastantes días para que pudiera dejarse ver nuevamente. No se cuestionaba si los humanos que habían asesinado se lo merecían o no, le daba igual aquello después de todo. Pero sabía que si Frisk se enteraba de todo eso, le dolería más de lo que pudiera admitir.
Suspiro ante una frustración lejana que le permitía su existencia. Se estaba tomando demasiadas molestias con tal de mantener ignorante a la humana y de protegerla de todo lo que pudiera ser un peligro para ella, lo cual le indicaba que en la ciudad cualquier cosa pudiera ser el detonante suficiente para activar lo que tanto se había enfocado en erradicar antes de manifestarse.
Estiró una de sus lianas hacia el refrigerador y jalarse a sí mismo para estar a la altura suficiente de la estufa y llevándose consigo el periódico ya arrugado en otra de sus lianas. Con algo de dificultad prendió una pequeña llama y puso el periódico encima para deshacerse de la evidencia. En lo que veía cómo las páginas se consumían con rapidez, se cuestionó a sí mismo si estaba haciendo bien su trabajo de cuidarla. No era fácil hacerlo ante su torpeza y carencia de sentido común, pero al fin y al cabo era una chica lo suficientemente fuerte para salir viva de un atentado y que no le afectase emocionalmente presenciar algo así. Incluso estaba agradecida con su acosador personal y había perdonado a su secuestrador y extorsionador de esa noche.
-Es una idiota –Susurró respondiendo a sus propios pensamientos.
Tras la desaparición completa del periódico, Flowey bajó por completo y dio saltos con su maceta para alejarse de la cocina. No importaba el cómo ni los recursos necesarios, estaba determinado en mantenerla a salvo de todo peligro, y eso claramente incluía mantenerla alejada de todo delincuente y seres potencialmente estúpidos.
Después de todo, parecía ser un imán para atraerlos para su gran disgusto.
…
-Por enésima vez, dije no –Comentó hastiado el jefe de la comisaría en lo que revisaba sus papeles en su trayecto a su escritorio.
-¡Pero señor, realmente tengo una pista! –Exclamó cada vez más desesperada la anfibia cuyos tacones parecían estar a punto de romper el suelo ante la fuerza que aplicaba en sus pasos –Si tan solo me permitiera…
-¡Apéguese a su trabajo! –Exclamó molesto tras notar que su secretaria le había alzado la voz –Debería de estar agradecida por la oportunidad que se le dio. Deje que los demás hagan su trabajo y usted enfóquese en el suyo. No quiero tener que seguir repitiendo esta rutina todas las mañanas.
-¡Tan sólo quiero una oportunidad! ¡Le garantizo que no le defraudaré!
-Ya me decepciona lo suficiente ante el poco desempeño que tiene de su parte en lo que realmente se le paga.
Le cerró la puerta frente a ella sin más. La fuerza con lo que lo había hecho no se comparaba con la furia que estaba mostrando la monstruo ante la negativa de su superior. Estaba más que harta de todo, pero aún más, estaba frustrada por no poder salirse de ese círculo vicioso.
Con sus mismos pasos bien marcados, se dirigió hacia su escritorio y empezó a acomodar su papeleo con cierta rudeza. Por más que trataba de concentrarse, el conflicto mental que estaba invadiendo su mente la estaba consternando en gran medida que no se percató de que estaba haciendo todo mal hasta que le sobraron más hojas de la cuenta que debían de ir en sus carpetas correspondientes. Suspiró fuertemente para relajarse y ponerse al tanto de sus actividades matutinas antes de que ni su labor pudiera conservar.
El jefe tenía razón después de todo, la habían contratado para algo y no lo estaba haciendo correctamente ¿Cómo podrían tomársela enserio así? Si quería una verdadera oportunidad, debía de al menos demostrar que podía con una estupidez como acomodar papeles.
-¿Es cierto que tienes una pista?
La anfibia dejó de hacer lo que estaba acomodando y alzó la cabeza extrañada con eso. Ante él estaba teniendo al detective encargado del caso de los esqueletos con un semblante sumamente serio. Era algo joven a comparación del resto del cuerpo policiaco que ya eran muy señores, pero eso lo hacía un tanto atractivo y de mayor rendimiento para lo que implicaba la destreza en su ámbito. Se encontraba levemente recargado en su escritorio como si con ello la pudiera detener lo suficiente para que no escapara, cosa que le dio gracia internamente a la anfibia.
-Si… he estado al tanto del caso de los esqueletos. –Dijo sin más Undyne igualmente seria –Les he seguido el rastro desde hace mucho tiempo.
El detective se mostró sumamente pensativo, pero tras un par de minutos incómodos de silencio, finalmente se dirigió a la monstruo que lo observaba estando sentada.
-Escucha… esto no debería de hacerlo dado que no está permitido –Susurró acercándose lo suficiente a ella –Pero realmente debo de cumplir con mi deber y si tienes algo, me interesa que me lo muestres. Pero no ahora, o de lo contrario ambos estaremos en aprietos ¿entiendes?
Undyne no cabía en la emoción que le estaba brindando eso. Por fin… ¿alguien le interesaba su opinión? ¿Le iba a dar realmente una oportunidad? Pese a que había querido mostrarse serena, su sonrisa no pudo disimularla. Asintió con la cabeza tras no saber qué decir de forma que se le pudiera ver lo más profesional posible.
-Bien, nos reuniremos aquí mismo de noche –Sonrió levemente el joven –Me interesa lo que tengas por mostrarme.
Se retiró rápidamente antes de que alguien se percatara de que había estado hablando demasiado con ella y no levantar ninguna sospecha. Undyne estaba sumamente emocionada con lo ocurrido. Si bien el jefe estaba empeñado en limitarle todas sus capacidades, había alguien que realmente estaba interesado en lo que pudiera mostrarle al mundo. Se apuró en sus papeleos estando más motivada en cumplir con todo que de costumbre, cosa que el resto de la comisaría se percató de ello, mas no comentaron nada al respecto.
Por fin las cosas estaban marchando bien.
…
Desde que había abierto sus puertas el hombre en llamas en el día, la clientela había sido más escasa que de costumbre, sin embargo no le dio importancia a ello tras considerar que simplemente se encontraba en una mala racha momentánea. Como siempre, se puso a hacer sus actividades para no perder el ritmo y se colocó detrás de la barra para estar tranquilamente tomándose algo.
-¿Acaso se acabó la fiesta y no me invitaste?
Grillby ni siquiera tuvo que mirar con atención para saber quién estaba frente a él. Su amigo se sentó delante de él recargándose en la barra mientras Grillby iba por una botella de Whiskey que sabía que necesitaría. En cuanto lo contempló con mayor detenimiento tras ponerle el licor, se percató de la extraña forma en la que venía el mafioso tras tener una gabardina bastante grande y unos lentes que contenían nariz y bigote de plástico de gran proporción.
-Te vez ridículo –Dijo sin más la llama andante.
-Me veo genial siempre.
-Pareces un disfraz barato de Halloweeen.
-Lo que pasa es que te da envidia que me pueda ver bien con bigote –El esqueleto acarició su bigote falso con aire de triunfo y tomó su botella para comenzar a tomarle directamente. –Mientras que tú nunca podrás gozar de ese beneficio al no poder tener vello facial.
-Por obviedades, tampoco tu –Atajó el dueño del bar –Espero que no hayas venido únicamente para presumirme tu absurda vestimenta.
-Y yo que pensé que me extrañabas –Dio otro trago bastante grande sin problemas.
-Te hacía muerto –Sonrió Grillby y le quitó la botella de las manos para servirse él en un vaso –Aunque esperaba que no fuera así, ya que aún tienes que pagarme.
-¿Eso significa que ya tienes mi encargo?
Le quitó la botella nuevamente y le dio un trago para disimular que su sonrisa se había disminuido con eso. El fuego fatuo tomó su vaso para moverle a su bebida antes de siquiera responderle, cosa que le llamó la atención al esqueleto tras percibir que había algo que lo inquietaba.
-Tu sospecha era cierta, Sageor Murderer es una identidad falsa –Grillby observaba su bebida como si con ello pudiera aclarar todos sus pensamientos –Para ser más precisos, una que yo creé hace mucho tiempo.
Sans dejó la botella sobre la barra para prestarle mayor atención a su amigo. Sabía que había tenido el gran acierto de haberle pedido que investigara tal cosa a Grillby. No sólo por ser un gran amigo con contactos constantes de mala calaña dentro de su bar, sino por el hecho de haber sido un gran falsificador de documentos en sus tiempos remotos. Si se había retirado era por querer cumplir su sueño de tener una vida más pacífica atendiendo su propio bar, pero sus conocimientos sobre toda índole sobre archivos oficiales y derivados era un tesoro que conservó el esqueleto.
-Tenía la política de no hacer ninguna pregunta ni interesarme en quién realmente era mi cliente, lo que lo hacía más cómodo para quien acudía a mí siempre y cuando pagara el precio que pedía –Comenzó a aclarar la llama andante seriamente antes de que le hiciera preguntas el mafioso –Lo único que no les decía, era que siempre guardaba una copia de lo que hacía en caso de que intentaran estafarme a mí con la identidad que les había creado.
-Entonces no sabes quién es realmente ese sujeto. –Concluyó un tanto pesimista.
-No, muchos iban cubiertos para asegurare de que no se supieran quienes eran, o lo que hacían ni siquiera era para ellos, así que podría ser cualquiera o ni habitar el mismo país.
-Mmmmm, gracias Grill, al menos me aclaraste algo –Dio otro trago cuyo sabor le llegó sumamente amargo tras no poder obtener lo que quería.
-Aun no termino, tonto–Sonrió levemente el dueño del bar –Y creo que te interesará más esto dado que hablas de ella casi todo el tiempo.
Grillby le lanzó un guante blanco de piel a la cara para tomar mayor su atención en caso de que se estuviera dejando llevar por la bebida embriagante ya. Cuando Sans se lo había entregado para que analizara sus huellas que quedaban impregnadas, se había burlado que resultara que era real tal chica y no producto de su imaginación. Pero tras haber obtenido algo así de él implicaba que en verdad quería de su ayuda y no andaba con bromas al respecto.
Sans se quitó el guante de la cara y lo puso en la barra con una sonrisa atenta hacia su amigo.
-Mettaton habrá buscado en todos los archiveros y pagado para ello, pero no me cabe duda de que le falta verdadera visión para comprender el bajo mundo como nosotros.
-Estamos hablando de alguien que le gusta resaltar demasiado y cometió la estupidez de jugar con dos familias, su cerebro está más que ausente –Se burló Sans en lo que apartaba un poco su botella cuyo contenido ya estaba a la mitad. Quería prestarle mayor atención a lo que estaba por decirle el ex estafador –Para que tu lograras entrar en documentos oficiales he de suponer que aún no has perdido el toque.
-Digamos que haré que me pagues más de lo acordado por lo que tuve que hacer –Se encogió de hombros con leve indiferencia sobre su fechoría –Los humanos tienden a hacer muchos registros con sus huellas dactilares al ser algo irrepetible para cada ser, tenía que aprovechar la oportunidad.
-¿Y entonces?
-Nada –Se terminó el contenido de su vaso antes de seguir hablando –Realmente no hallé nada de ella ahí.
-¿Me emocionaste por nada? –Volvió a tomar su botella levemente disgustado –Y yo soy el bromista…
-No hallé nada en los registros de nacimiento, cosa que seguramente hizo lo mismo Mettaton con otros documentos similares, pero aun así debía de asegurarme por mi cuenta ¿no? –Continuó Grillby mientras contemplaba al mafioso levemente sonriente –Estaba más que claro que se había enfocado en buscar en todo lo obvio, por consiguiente tenía que tener una perspectiva más escabrosa que él. Y si estaba buscando a una humana, tenía que ver las cosas como uno.
-Grill, sé que quieres hacer las cosas más emocionantes, pero realmente me gustaría que fueras al grano –Revolvía su botella tratando de contenerse de no darle un trago más –No puedo quedarme mucho tiempo a decir verdad.
-Bien… -suspiró un tanto molesto de que tuviera que cortarle la emoción y se puso a buscar algo en las repisas de debajo de su barra –La muerte de un monstruo es tan rápida que no da la oportunidad de hacer algo con ello, por lo mismo no nos enfocamos en hacer un registro al respecto. Pero los humanos, en cambio, hacen papeleo de todo hasta de los cuerpos, lo cual llaman ellos "acta de defunción".
Las cuencas del esqueleto perdieron su tenue brillo tras lo que trataba de decirle el hombre llama, el cual había sacado una carpeta y la había puesto delante suyo.
-Alguien se dio en la tarea de ocultar toda su vida, pero fue muy tonto en descuidar este documento –Señaló la carpeta con un aire triunfal –La chica que tanto andas queriendo saber de ella es alguien que lleva muerta hace muchos años.
Sans casi avienta la botella para tomar la carpeta y revisar los documentos. En efecto, tenía consigo el acta de defunción de una niña llamada F. Saito, cuya información indicaba que había muerto en un incendio junto con toda su familia.
Aunque no aparecía su nombre realmente, las huellas que estaban registradas en el documento coincidían perfectamente con las guardadas del guante que quitaban toda duda al respecto. La F intuía que se trataba de su nombre, pero el apellido no coincidía con lo que estaba buscando de acuerdo a la carta que le había robado, aunque si quedaba a juego con sus rasgos orientales. La D… ¿sería acaso un segundo nombre entonces? Tampoco coincidía con el otro nombre que tenía la tutela de su local/hogar, aunque por lo mismo de que se trataba de una identidad falsa aún podría ser una pista que coincidiera algo ahí. Si antes le generaba muchas preguntas, ahora la duda de la verdadera identidad de la florista lo estaba carcomiendo en gran medida.
Grillby tenía razón. Si alguien se había puesto en la tarea de borrar todo registro de que había existido Frisk, había sido muy tonto en olvidar algo como su muerte, por lo que la teoría de que podría tratarse de un monstruo el que estaba en tal cosa no era tan descabellada después de todo. Pero el que fueran humanos los que habían estado al tanto de su viaje hacia la ciudad sin marcar registro de pasajera para que pasara desapercibida era aún más extraño ahora.
¿Por qué existía tal documento que aseguraba su muerte si casi todas las mañanas podía verla trabajar en el mismo lugar? ¿Por qué ocultar la identidad de alguien que no tiene ni idea de nada? ¿Y por qué darle un hogar en una zona cuya población eran monstruos en su mayoría?
La florista no parecía importarle el convivir con monstruos, incluso era bastante compasiva con todos, pero que hubiera humanos rastreando su llegada a la ciudad y que le estuvieran vigilando en la distancia seres encapuchados le generaba un extraño giro a su perspectiva. ¿Se trataba de una coartada lo que hacía? Por más que trataba de verlo así, le era imposible ante la ingenuidad más que notable de la humana. La florista era demasiado auténtica y nada sutil como para tratar de ser alguien más.
-De nuevo gracias, Grill. Esta vez te luciste con esto –Suspiró un tanto abatido tras tantas cosas invadiendo su mente –Aunque ahora tengo más dudas, tengo una pista al menos con esto. Si hay un acta de defunción, implica que hay una tumba. Y si esto indica que murió con familiares, significa que la "enterraron" junto con ellos.
Grillby simplemente sonrió satisfecho a modo de respuesta en lo que el esqueleto volvía a su botella sin tomársela realmente.
-Bien, debo de retirarme antes de que el viejo descubra de que salí –Dejó de jugar con la botella y la dejó en la barra mientras se guardaba el guante blanco –Se supone que no deberíamos de dejarnos ver hasta que pase un tiempo por mera seguridad, aunque me parece tonto eso. Ya somos delincuentes desde hace tiempo ¿Qué caso tiene ocultarse por esto?
-¿Por eso tu ridículo disfraz? –Se burló el fuego fatuo –Supongo que les está pidiendo que se oculten tras esta vez sonar en los medios de comunicación.
-Si… sé que eso es culpa del robot –Comento amargamente –Pero no es algo que les vaya a decir a mi familia.
-Que les tengas secretos a tu familia podría meterte en problemas uno de estos días –Grillby guardó la botella un tanto sorprendido de que no se la acabara esta vez. Regularmente se acababa una botella él solo sin problema.
-No es la primera vez que lo hago –Comenzó a retirarse lentamente de la barra –Y no soy el único que lo hace.
Sin decir nada más, desapareció del lugar sin dejar rastro alguno.
…
La noche albergaba la gran ciudad en su presencia sabiendo que muy pocos dormían realmente tras tantas maravillas habitando el lugar. Pero aunque hubiera centenares lugares para divertirse en tal horario, había una luz que se trataba de alguien que pensaba en todo menos en divertirse realmente.
Undyne había regresado a la comisaría tal y como había acordado con el joven detective un poco antes de tiempo para poder acomodar sus investigaciones adecuadamente con total libertad al no quedar nadie en las oficinas principales. La policía de noche trabajaba únicamente en la plataforma inferior al ser cosas de urgencia, a comparación de la superior en la que ella trabajaba, la cual se encargaba de cosas de más detenimiento como las investigaciones.
La emoción de por fin tener una gran oportunidad y de que justamente la considerara el ser que llevaba la batuta del caso le era más que maravilloso. Pero tampoco era que quisiera mostrarlo, ya que después de todo tenía que portar una expresión que marcara profesionalismo de su parte. No pudo evitar acomodar todo a tal grado que pudiera impresionarlo con su investigación, dejando sobre el escritorio gran parte de sus apuntes exceptuando su pista más reciente sobre la humana de Snowdin, cosa que dejó guardada en su cajón para mantenerlo en sorpresa ante un posible impacto final.
-¿Café? –Undyne se giró un tanto sorprendida de descubrir que el detective había llegado ya, el cual tenía dos tazas humeantes consigo en lo que le sonreía amistosamente –La noche promete ser larga si se ha esmerado en llegar antes que yo para preparar todo.
-Gracias –Sonrió agradecida con tal amabilidad en lo que tomaba la taza que le brindaba – ¿Es inapropiado de mi parte que lo haya hecho?
-No, me parece que está más que empeñada en lo que se ha propuesto –Se recargó en el escritorio de la secretaria un tanto divertido por su pregunta –Eso me es interesante, me gustaría que el resto de la policía actuara como tú… ¡usted! Lo siento, ya la andaba tuteando.
-No pasa nada –Le sonrió un tanto enternecida con eso y le dio un trago a su café, el cual estaba demasiado azucarado para su gusto, mas no dijo nada para no verse grosera con el único ser que se estaba portando bien con ella en el trabajo –Me gustaría en verdad que revisara lo que he hecho por mi cuenta.
-Por supuesto –Dejó su taza intacta y tomó los papeles que tenía la anfibia encima del escritorio en el que estaba recargado –Está todo ordenado, eso me agrada.
-Tengo registrado todos los eventos en los que se han involucrado o se tiene sospecha de su participación sin mención oficial –Comenzó a explicar en cuanto vio como el humano revisaba los expedientes cuidadosamente –También llevo a cabo el monitoreo de las zonas en las que se ha reportado que han negociado. El tráfico ilegal de órganos ha sido su factor más fuerte, aunque también he descubierto su especialidad en traslados de mercado y extorciones locatarias.
El joven asintió simplemente en lo que continuaba viendo los registros en silencio con minuciosidad. Undyne dio un gran bostezo que trató de contener tras considerar que sería extremadamente grosero hacer frente a él mientras se suponía que estaban en algo importante, por lo que le dio un nuevo trago a su café con total de despertar por completo, cosa que le escamó levemente la lengua tras olvidar que la bebida aún estaba lo suficientemente caliente para conservar su esencia.
Pero aunque tratara de despertar, su cuerpo estaba lo suficientemente cansado como para dejarse llevar por la cafeína. Se maldijo a si misma por haber trabajado más de la cuenta ante su entusiasmo por que llegara la noche.
-Dígame una cosa con sinceridad, señorita Undyne –Comentó el detective mientras seguía al tanto de los papeles –De todos los casos en los que se pudo haber enfocado ¿Por qué en particular la de los esqueletos? Perdone mi atrevimiento a la pregunta, pero… siendo usted una monstruo, me resulta raro que quiera atraparlos en vez de a unos humanos.
-La justicia no ve ni da prioridad a una especie en particular, de lo contrario no se podría llamar como tal –Comentó con un deje de orgullo pese al cansancio cada vez más notorio en ella.
-Interesante y admirable –Le sonrió amablemente viéndola de reojo –Aunque me temo que son muy pocos quienes lo ven así.
-Lo sé…
-Pero aún no me responde mi otra pregunta ¿Por qué la familia esqueleto? –Rio levemente –Con todos estos papeles que me está mostrando, juraría que tiene una obsesión con ellos.
-Es… por una promesa… -Se recargó la anfibia en su escritorio ante un leve mareo que tuvo –Prometí… que sólo yo podría detenerlos….
La cabeza le estaba dando vueltas, pero no se comparaba con el adormecimiento que estaba sintiendo en sus piernas, cosa que comenzó a asustarla pese a no querer mostrarlo frente al detective. Se sujetaba fuertemente de la orilla de su escritorio con tal de poder controlarse con toda la fuerza de voluntad que la enorgullecía, pero realmente le estaba costando trabajo.
-¿Te sientes bien? –El joven apartó levemente su vista de los papeles con un semblante un tanto preocupado -¿No prefieres sentarte?
-No, no, estoy bien –Comentó procurando verse indiferente, aunque ella sabía que se estaba tratando de un acto de terquedad de su parte –Quería… mostrarle la pista más reciente que he encontrado y…
El mareo estaba siendo cada vez más fuerte al igual que el adormecimiento de su cuerpo que se había extendido a sus brazos también. Al no poder sujetarse con la suficiente fuerza, el joven la tomó de los hombros antes de que se cayera al suelo. Undyne se había sujetado de su saco por mera inercia al notar que había estado por caerse, cosa que la asustó en gran medida ¿Qué le estaba pasando?
-Yo… -Le estaba costando mucho trabajo poder concentrarse siquiera para poder emplear una oración coherente.
-Aquí estoy, descuida –Sin necesidad de emplear fuerza alguna, la sentó en su escritorio para que no se cayera –No dejaré que te caigas.
Undyne quiso agradecerle por su atención, mas no pudo decir algo sin tener pánico de desfallecer en el instante. Sabía que se había esforzado demasiado en el día con tal de mostrar bien su trabajo, pero ya se le hacía extraño que llegara al punto de estar por desmayarse. Aun con ello, se estaba esforzando en mantenerse bien con tal de poder mostrarle lo capaz que era para llevar a cabo las labores de un policía, sin embargo su cuerpo no reaccionaba adecuadamente para llevar a cabo sus propósitos.
-Aun sintiéndote mal transmites un perfil imponente y rígido –Rio levemente el humano en lo que trataba de acomodarla en el escritorio para que no se cayera en absoluto –Eres bastante única.
-Lo siento… realmente no… me siento bien –Le pareció a la monstruo que estaba comenzando a sudar por el esfuerzo que hacía por contener su mareo –Quería en verdad… demostrarle… que puedo…
-No tienes por qué mostrarme nada –Pese a que la visión de la anfibia se estaba tornando borrosa, pudo percibir una sonrisa de su parte –Realmente no había necesidad. Todo esto que me acabas de mostrar yo ya lo sabía.
Undyne se extrañó con ello y con más razón hizo todo lo posible por mantener su resistencia pese a que el mareo y adormecimiento eran cada vez mayores. Su mente había estado haciendo todo lo posible en concentrarse en mostrarle su investigación, pero al sentir que las cosas no estaban yendo bien, se mantuvo alerta en algo más que le estaba advirtiendo de dónde podría provenir todo mal.
Su voz… ¿acaso no había sido la que había hablado mal de los monstruos con el jefe la otra vez?
-Creí que tenías algo distinto a lo que me avisa la familia para desviar a la policía, pero veo que simplemente coincidimos en información –El joven le acomodó el cabello que cubría su cuello para comenzar a besárselo, cosa que asustó y molestó a la monstruo, pero por más que quería apartarse bruscamente, su cuerpo ya no le respondía como debía pese a sus esfuerzos. –Don Gaster me paga bien para que la policía no se involucre en su zona, por lo que si sabía algo más, sería necesario atenderlo para que no tuviera problemas con él.
Apenas y podía mantenerse rígida para no sucumbir al desmayo, pero realmente le estaba costando mucho trabajo. El adormecimiento de su cuerpo le hacía sentir muy leve su tacto, pero podía percibir con horror de que el humano ya le estaba desabotonando la blusa sin que ella pudiera hacer algo realmente. Al no poder recurrir a su fuerza, quiso emplear su magia para apartarlo, pero también fue inútil ello tras no tener la concentración adecuada para poder invocarla siquiera.
-¿Qué… me… diste? –Preguntó con esfuerzo queriendo apartarse de él, pero incluso ni podía verlo bien tras ser su vista ya bastante borrosa.
-Una droga bastante efectiva, podría pasarse por un endulzante y nadie lo notaría –Su voz le sonaba algo lejana pese a tenerlo demasiado cerca de ella para su gusto –No te preocupes, esto no te dolerá. Tantas veces viéndote pasar de un lado al otro en la oficina… simplemente ya no podía contenerme.
Undyne movió como pudo su brazo para apartarlo de algún modo, pero había sido tan torpe de su parte que el humano simplemente la tomó sin problema alguno en lo que se reía levemente por su esfuerzo. Parecía que le daba gracia que tratara de contenerse, incluso parecía provocarlo aún más ante sus torpes movimientos con tal de golpearlo.
Se sentía tonta de haber creído que alguien realmente la quería tomar enserio, pero aún más, de haber caído en algo tan ridículo como eso. Ya estaba al tanto de tantas miradas pervertidas que le lanzaban varios en la comisaría, pero tras considerarse más fuerte que todos ellos juntos, le había venido sin cuidado si alguien trataba de sobrepasarse con ella. Nunca contempló que alguien la drogaría para tratar de violarla.
-Deten… te –Dijo como pudo tras notar que estaba acariciando sus senos ya descubiertos. –O… lo lamentarás…
-Realmente esto es algo que ambos podríamos disfrutar bien, pero sé lo terca que eres –Rio nuevamente por su esfuerzos y comenzó a levantar su falda con algo de urgencia –Tu cuerpo está mucho mejor formado que la de una humana promedio, eso me excita bastante.
Trató de acostarla sobre el escritorio en el que yacía sentada, pero no contemplaba con que la anfibia contaba aun con la fuerza suficiente para mantenerse rígida para seguir sentada. Escuchó su risa lejanamente y sintió como su mano se adentraba a su parte íntima para acariciarle lentamente. Undyne estaba en pánico ante la impotencia de no poder defenderse por su cuenta, por lo que trató de pedir ayuda con lo poco que le quedaba de aliento, más tampoco pudo gritar al apenas y liberar un suspiro.
-Te dije que esto te gustaría –El joven malinterpretó su suspiro y comenzó a quitarle con urgencia su ropa interior para tener más libertad. –En verdad quiero oírte gemir.
El tacto del humano lo sentía con total repulsión, cosa que de algún modo la mantenía aun consciente de todo lo que estaba pasando. Lo odiaba por haberle engañado. Lo odiaba por estar intentado violarla. Lo odiaba por hacerle sentir débil e indefensa.
Odio… el odio era lo que la mantenía despierta en ese momento. Y fue así como halló en ella la fuerza necesaria para poder sentir nuevamente la energía de su propia magia.
-¡AAAAHHHGGG!
Undyne sabía que había logrado invocar una lanza suya porque la sentía en esencia, mas no sabía exactamente en qué punto la había hecho surgir. Había reaccionado lo suficiente para querer con ello apartar al humano demasiado pegada a ella, pero pese a que aún tenía su visión bastante borrosa, el aroma de sangre era bastante fuerte para poder saber que lo había lastimado en gran escala.
-T-tu… ¡Maldita! –Exclamó con dificultad el detective.
Undyne sintió que la tomaba del cuello como si quisiera ahorcarla, mas no se dejó esta vez y pudo por fin sostener su mano antes de que le apretara lo suficiente para lograrlo. Desconocía el cómo lo estaba consiguiendo realmente, pero pese a no sentir adecuadamente sus extremidades, se estaba defendiendo de pura inercia y reflejos aparentemente vigentes.
-Es hora de que te enseñen a respetar… -Gimió el joven ante el dolor en él –Y de que aprendas tu lugar en el mundo… tu… asquerosa monstruo…
La anfibia logró poder invocar otra lanza para esta vez sólo crear una barrera entre ambos, pero no había logrado detenerlo lo suficiente, ya que pudo sentir cómo la había tomado con fuerza y lanzado hacia la pared. El dolor y el que sus brazos aun no reaccionaran a su mando, hicieron que el humano lograra volverla a empujar de nuevo a la pared con mayor fuerza. Realmente no entendía cómo era que los del piso inferior no llegaban con ellos ante el claro relajo que estaban haciendo, pero de forma dolorosa le llegó la respuesta que habría deseado que fuese la situación distinta.
A los humanos no les importaba su bienestar…. Sólo el de ellos…
La justicia sólo trabajaba para un bando… y claramente no era el de su especie.
Nuevamente una oleada de odio la invadió tras comprender que realmente estaba sola en el mundo, y que si quería mostrar de lo que estaba hecha y sus grandes capacidades, tenía que mostrarlo inmediatamente y no esperar a que alguien la considerara. No sería nunca más débil. Ya no sería la presa.
Invocó una lanza en su mano siendo lo que precisamente quería lograr. Su visión estaba siendo todavía borrosa y sus piernas apenas y podían mantenerla de pie gracias a que se estaba apoyando en la pared, pero su oído estaba perfectamente conservado e iba a usar esa ventaja que tenía a todo su potencia.
En cuanto escuchó en qué punto estaba acercándose nuevamente el humano, movió torpemente la punta de la lanza para rasgarlo, mas no tuvo éxito siendo el caso de que se había apartado lo suficiente para evitar el ataque. Algo le había gritado insultándola, mas no le puso la atención tras considerar que era estúpido dejarse llevar por lo que pudiera decirle. Necesitaba irse en cuanto ya antes de que pasara a mayores.
Usando como bastón su lanza, se puso en la tarea de caminar manteniéndose alerta de cualquier ruido que le indicara que nuevamente iba a acercarse para atacarla, y en cuanto escuchó cómo en su izquierda algo metálico sonaba y zarandeaba su lanza para hacer que se retirara de nuevo, un gran golpe de su lado derecho la tumbó por completo haciéndole perder todo equilibrio y sintiendo cómo se dirigía hacia un vacío tras traspasar con gran fuerza una barrera de cristal que la lastimó por completo.
Tras caer en algo de forma y textura indefinida desde la altura en la que se había encontrado, sintió cómo miles de cosas desconocidas se encajaban en ella ante la gravedad en la que inevitablemente había sucumbido. El olor pútrido le llegaba a tal grado de poder adivinar que había caído en el basurero público, pero no se comparaba con el dolor que estaba sintiendo en su ojo tras sentir que algo se le había encajado de forma filosa.
Su mente estaba más que perdida con la droga, dolor y odio que tenía consigo, pero tuvo la suficiente fuerza para tratar de ver ante la nebulosa de sus ojos a una silueta oscura acercándose a ella antes de que perdiera total conocimiento y no supiera nada más tras caer inconsciente.
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Ammm… ¿recuerdan cuando les dije que esto cada vez se pondrá más intenso? Bueno, aquí lo están viendo… jeje. Y las cosas apenas andan iniciando.
Comententenme sus teorías locas al respecto. Las más locas ganarán una michigalleta :D
Muchas gracias por su apoyo, me emociona ver todos sus comentarios y ver que les está gustando esta historia y me motiva a cada vez más esforzarme a ser mejor en la escritura.
Michi fuera!
:)
