Capítulo 3: Nunca tomes una misión con Percy Jackson, no es una buena idea.
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Draco se enfermó.
Lo cual es curioso, porque es algo que usualmente no había pasado antes en su vida, ahora que está en el campamento puede escuchar a los de la cabaña de Apolo comentar sobre lo difícil que es cuando un semidios se enferma. Por eso cuando entra a la cabaña para ver a Will, exigiendo que lo atiendan, la mayoría de la cabaña lo ignoran. Claro que Will es mejor que esos trogloditas y puede que sea el único soportable dentro de este lugar, ya que lo intenta examinar a pesar de ser incluso más joven que Draco y queda claramente sorprendido cuando toca su frente.
Si.
Enfermo.
Nadie pudo verlo venir.
Pero esta enfermo.
La fiebre sube y baja cada pocas horas, si no está muy caliente, parece que está hirviendo como una estufa, hasta tal punto que el resto de la cabaña se alarma luego de 5 horas de mala condición.
Pésimo servicio.
No puede disfrutar del nuevo estatus de celebridad de Percy Jackson, escucho que se tuvo que cambiar de cabaña luego del incidente del día anterior, a una de esas hermosas cabañas dignas de un Malfoy; Draco había pasado la noche luego de la captura de la bandera observando el lugar vacío de Jackson a su lado. No es que extrañara sus ronquidos, pero fue raro ver el espacio totalmente vacío, incluso si no había sido por mucho tiempo que estuvo ahí.
Ya no importa.
Ahora solo importa la maldita fiebre y el inmenso frio que pasa.
Joder.
Draco se siente tan débil y mareado que quiere morirse de la vergüenza, ya no es un digno heredero, simplemente es un niño enfermo y se ve patético. Su cabello no esta ordenado y su rostro rojo no combina con el color de estas estúpidas camisetas.
Nunca antes se había enfermado así.
Cuando luego del tercer día no pueden controlar su fiebre y los extraños sueños aparecen, es cuando llaman a Quirón. Draco quiere decirle sobre el sueño.
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Era como si estuviera caminando por las escaleras que terminaban debajo de una trampilla verde. Y Tiraba de la cuerda, aunque en realidad no eran sus manos. La portezuela se abría, y luego bajó una escalera traqueteando. El cálido aire que llegaba de arriba olía a moho, madera podrida y algo más… un olor que recordaba a las serpientes.
Descuidado, era la palabra para describirlo.
El ático estaba lleno de trastos viejos de héroes griegos: armaduras cubiertas de telarañas; escudos antaño relucientes y ahora manchados de orín; baúles viejos de cuero con pegatinas en las que se leía: «ÍTACA», «isla de circe» y «PAÍS DE las AMAZONAS». Había una mesa larga atestada de tarros con cosas encurtidas: garras peludas troceadas, enormes ojos amarillos, distintas partes de monstruo. En la pared destacaba un trofeo polvoriento; parecía la cabeza gigante de una serpiente, pero tenía cuernos y una fila entera de dientes de tiburón. En la placa ponía: «cabeza n.° i de la hidra, woods TOCK, N.Y., 1969.»
Todo era tan claro como si fuera el propio Draco que veía todo eso.
Junto a la ventana, sentada en un taburete de madera de tres patas, estaba el objeto más asqueroso de todos: una momia. Un cadáver de mujer encogido y arrugado como una pasa. Llevaba un vestido teñido con nudos, muchos collares de cuentas y una diadema por encima de una larga melena negra. La piel del rostro era delgada y coriácea, y los ojos eran rajas de cristal blanco, como si hubieran reemplazado los auténticos por piedras de mármol; llevaba muerta muchísimo tiempo.
Luego abrió la boca.
Algo intento escapar, era el cuerpo de Draco, pero no parecía que lo controlaba y cuando esa cosa hablo, lo hizo como si viera su alma.
«Soy el espíritu de Delfos...»
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Y es todo lo que recordaba del sueño, antes de ser expulsado con fuerza de este.
¿Qué significaría?
No estaba acostumbrado a soñar, pero tampoco a tener esta clase de situaciones, tampoco estaba acostumbrado a ser un semidios para el caso.
—Le dimos ambrosia, pero no mejoro—es la voz de Lee Fletcher el consejero de la cabaña de Apolo—los himnos tampoco están ayudando, es como si algo lo estuviera dañando por dentro, pero no algo mortal—añade luciendo nervioso.
Cansado, dolor, su pecho parece quemar por algo que no entiende.
Las voces se hacen más lejanas.
Esto podría ser desvariar, nunca lo había pasado, no lo recomienda a nadie.
—Sangre de héroe…especial…conexión…vinculo…Patroclo—es la voz de Quirón, pero no la distingue bien.
Sueña.
Pero lejos de sueños de áticos y momias, sueña con volver a casa, con el quidditch, con su hogar y felicidad.
Tal vez si recordara mejor, unos ojos verdes parecidos a los de Potter que parecen verlo a la distancia con molestia.
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Cuando despierta, parece ser que al fin los incompetentes lograron hacer lo que tenían que hacer, porque ya no duele su cuerpo y puede sentarse en la cama con tranquilidad; hay una picazón en su pecho, pero es tolerable en el mejor de los casos. Hay un periódico a su lado, que parece haber sido abandonado por algún chico de la sala de camillas donde ahora había estado dormido…varios días probablemente. El periódico no es como el profeta, no tiene imágenes que se mueven y para su horror, hay muchas palabras que no entiende bien.
Ignorando que debido a que no tiene magia de su lado, no puede usar el hechizo para acomodar las letras y por eso toma más del tiempo que le gustaría admitir para leerlo.
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New York Daily News
UN CHICO Y SU MADRE SIGUEN DESAPARECIDOS
TRAS EXTRAÑO ACCIDENTE DE COCHE.
POR EILEEN SMYTHE
Sally Jackson y su hijo Percy llevan una semana en paradero desconocido tras su misteriosa
desaparición. El Cámaro del 78 de la familia fue descubierto el pasado sábado en una carretera al
norte de Long Island, calcinado, con el techo arrancado y el eje delantero roto. El coche había dado
una vuelta de campana y patinado varios metros antes de explotar.
Madre e hijo estaban de vacaciones en Montauk, pero se marcharon muy pronto en misteriosas
circunstancias. En el coche y la escena del accidente fueron hallados pequeños rastros de sangre, pero
no había más señales de los desaparecidos Jackson. Los residentes de la zona rural aseguraron no
haber visto nada anormal alrededor de la hora del accidente.
El marido de la señora Jackson, Gabe Ugliano, asegura que su hijastro Percy Jackson es un niño
con problemas que ha sido expulsado de numerosos internados y que en el pasado manifestó
tendencias violentas.
La policía no se pronuncia acerca de si el hijo Percy es sospechoso de la desaparición de su
madre, pero no descarta ninguna hipótesis. Las imágenes de abajo son fotos recientes de Sally Jackson
y Percy. La policía ruega a todos aquellos que posean información que llamen al siguiente número de
teléfono gratuito.
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Tiene preguntas.
¿Qué es un camaro?
¿Qué es un teléfono y por qué hay números?
¿Es un código?
¿Qué es una policía?
Dejando de lado sus extrañas preguntas sobre que rayos habla el periódico, podría suponer que en todo caso esto es algo del mundo muggle y por lo tanto no debería importarle. Los muggles no sirven para nada, son inútiles, no son mejores que el ganado y están destruyendo este mundo.
Eso le enseñaron sus padres.
Ellos son mejores que los muggles, superiores.
No debería sentir curiosidad al respecto.
—Ya despertaste, que bien—habla Will entrando, luciendo honestamente aliviado por verlo mejor, Draco deja el periódico de lado.
No quiere ir a la cabaña de Hermes, dormir en el suelo es malo, debería quedarse en la enfermería de ahora en adelante.
Si es un maldito oportunista, es un Slytherin no se olviden de eso.
—Tengo sueño—musita arrojándose sobre la cama, con un brazo sobre su mirada, esperando poder mantener esta idea de dormir un poco más.
Aunque el cielo parece oscuro, ve curioso por la ventana, notando que parece haber mal clima, o al menos, se siente como si cerca hubiera una tormenta.
—Quirón quiere verte—es el nerviosismo de Will, lo que provoca que Draco levante la mano para verlo curioso—tiene una misión para ti—añade confundido.
Si Draco hubiera tenido una rama en su mano, se habría quebrado en dos y es un milagro que aquí no pueda usar magia accidental hasta ahora, porque está seguro que habría incendiado algo.
¿Una misión?
¿Él?
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Una misión no tiene sentido, hay campistas que tienen mucho más tiempo que Draco (y que están mejor preparados que él) para tomar alguna misión. No tiene sentido lógico que lo hubieran elegido para una misión, no importa como lo vea y Draco duda que fuera la imagen caritativa del señor D, hiciera algo por ayudar a otros. Quirón fue amable en explicar la situación cuando fue a la gran casa.
El rayo maestro de Zeus, el símbolo de su poder, de donde salen todos los demás rayos. La primera arma construida por los cíclopes en la guerra contra los titanes, el rayo que desvió la cumbre del monte Etna y despojó a Cronos de su trono; el rayo maestro, que contiene suficiente poder para que la bomba de hidrógeno de los mortales parezca un mero petardo.
No sabe que significa eso, pero supone que es como una explosión.
Muggles raros y sus términos tan muggles.
Zeus tiene buenos motivos para sospechar. Las forjas de los cíclopes están bajo el océano, lo que otorga a Poseidón cierta influencia sobre los fabricantes del rayo de su hermano. Zeus cree que Poseidón ha robado el rayo maestro y ahora ha encargado a los cíclopes que construyan un arsenal de copias ilegales, que podrían ser utilizadas para derrocar a Zeus. Lo único que Zeus no sabía seguro es qué héroe habría usado Poseidón para cometer el divino robo. Ahora Poseidón acaba de reconocerte abiertamente a Percy Jackson como su hijo.
Eso hace que Zeus y Poseidón estén luchando.
Pero otro factor se une.
Hades odia a los héroes.
Hades envió a una de sus criaturas para robar el rayo. Lo ha escondido en el inframundo, sabiendo de sobra que Zeus culparía a Poseidón. No pretendo entender las razones del Señor de los Muertos, o por qué ha elegido este momento para desatar una guerra.
¿Qué significa entonces la presencia de Draco?
No está seguro.
Percy Jackson era el designado para esta misión, había elegido a Grover y Annabeth para ir con él, así que Draco no tenía nada que ver en esta situación.
—¿Vinculo? —pregunta Draco al mismo tiempo que Percy, el trio de idiotas ya estaba listo para partir, pero han pasado para hablar con Quirón, quien le había entregado una mochila a Draco sin preguntarle nada.
Luego dijo que, aunque no era aconsejable un viaje de 4 personas, en este caso era muy necesario por el vínculo.
Lo cual no entiende.
Mira de reojo notando el rostro confundido de Annabeth y Grover, parece ser que incluso ellos con más tiempo aquí, no han escuchado anteriormente sobre el caso; lo cual es bastante preocupante.
—Hace siglos que no veía nada igual, no es muy común, pero hay algo que se llama vinculo de alma—explica Quirón con paciencia—no se han registrado tantos casos en la humanidad, pero en este caso puedo ver que Draco tiene una sangre especial, no solo por ser un semidios, tiene la capacidad de la creación de vínculos con otras personas; o al menos eso demuestra su sangre—parece meditar ante la última palabra, pensativo y aunque quiere preguntar, simplemente no entiende.
No entiende nada y comienza a ser un fastidio.
Desde que llego a este lugar, parece ser que todo lo que conoce no funciona y no es una sensación muy agradable.
—¿Qué tiene que ver con la misión? —pregunta Annabeth viéndolo molesta, Draco le regresa la ceja arriba sintiéndose tampoco feliz al respecto.
Su idea es no ir.
Solo que se ve tentado por fastidiar a Annabeth, luego recuerda que eso significa horas o días viajando con esos chicos en el mundo muggle y piensa que no, no debería salir del campamento; aquí está a salvo y no quiere nada que ver con el mundo muggle.
—Draco ha hecho un vínculo con Percy, por eso estuvo enfermo estos días—ambos voltean a ver al centauro incrédulos, pero este parece algo frustrado—los pocos casos han demostrado que todo vinculo es diferente (como el de algunos sátiros con vínculos emocionales), pero hasta que no sepamos exactamente que exige este vínculo, no es recomendable separarlos; pero no podemos posponer más la misión o los olimpos podrían ser destruidos—añade con pesar.
Oh.
Oh no.
Maldición.
Quiere irse de este lugar, quiere quemar todo hasta los cimientos y volver a casa. Gira a ver horrorizado a Percy, quien parece tener una mano en su mentón pensativo.
—Yo no siento nada—explica Jackson tranquilamente.
El muy idiota.
Quirón asiente.
—El vínculo hasta ahora solo ha funcionado de parte de Draco, pero es peligroso, así que es necesario que vaya también a una misión; debido al vínculo con Percy podría considerarse el viaje de 3 entidades todavía—
Si.
Cuando Percy voltea a verlo curioso, Draco piensa que la mejor forma de terminar su tortura y lo que sea que signifique este vínculo, es asesinando a Percy Jackson. Pero antes de siquiera intentarlo, Annabeth lo detiene comentando que no saben que consecuencias podría tener si lo asesina.
Es perfectamente razonable.
Por eso Percy Jackson vive un día más.
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Draco revisa la mochila en sus manos, tiene una mudada del campamento (arruga el rostro al pensar en tener esa ropa con él), un cepillo de dientes, un poco de dinero muggle y dracmas; puede ver que le han puesto su bolsa de galeones que trajo de su madre, aunque nadie debe saber que significa ese dinero mágico.
Según recuerda los antiguos dracmas que usaban los mortales eran de plata, o eso dijo Quirón, pero los Olímpicos sólo utilizaban oro puro. Quirón también dijo que las monedas podrían resultar de utilidad para transacciones no mortales, fueran lo que fuesen.
También tenía una cantimplora con néctar, aunque los últimos días resulto ser inútil junto con trocitos de ambrosia, también inútiles; en caso de emergencia, menos emergencia por vínculos.
Quirón aseguro que estar al lado de Percy ayudaría al vinculo.
No quiere eso.
No quiere un vínculo.
Quiere romperlo y volver a su autonomía, ya que no quiere saber qué clase de cosas podrían empeorar con el vínculo entre ambos. Pero nadie parecía saber muchos obre vínculos así que mucho menos como cortarlos y eso hizo a su trasero unido a Percy Jackson.
¿Qué pasara cuando termine el verano?
Con un vínculo, no sabe cómo volverá a casa.
Adicional a eso, Quirón le dio un brazalete, dijo que era especial y lo coloco sobre su hombro. El centauro pareció verlo cuando estuvo sobre su hombro, asegurándole que estaría a salvo y en caso de emergencia podría ayudarle. Luego le dio dos cuchillos que oculto en sus pantalones muggles asquerosos, preguntándose si su madre lo habría enviado aquí, si supiera que esto era posible.
Estar a salvo.
Si claro.
Todo era una tortura constante.
Y ahora saldría del lugar donde su madre lo envió para estar a salvo, porque no puede comunicarse con ella y aunque pudiera, no sabría que decirle.
Hola madre, estoy saliendo del lugar donde se supone estaría a salvo, porque se vincule accidentalmente con el hijo de Poseidón y el mundo puede que acabe por una pelea de dioses estúpidos.
No suena muy convincente.
Draco había sentido envidia de los principales dioses y sus hijos, pero ahora que sabe que es prohibido para ellos tener hijos y Percy literalmente es una contradicción a eso; bueno, Draco no le molesta no ser uno de esos hijos especiales.
Vinculo.
¿Qué significa eso?
El trio idiota (Draco odia que sean 3, como el estúpido "trio de oro" de Hogwarts) se despidieron de los otros campistas, echaron un último vistazo a los campos de fresas, el océano y la Casa Grande, y subieron por la colina Mestiza hasta el alto pino.
Quirón nos esperaba sentado en su silla de ruedas. Junto a él estaba el tipo con pinta tipo de calle muggle. Según Grover, el colega era el jefe de seguridad del campamento. Al parecer tenía ojos por todo el cuerpo, así que era imposible sorprenderlo. No obstante, como hoy llevaba un uniforme de chófer, sólo pudieron ver unos pocos en manos, rostro y cuello.
Nada perturbador.
— Éste es Argos —les dijo Quirón—Os llevará a la ciudad y… bueno, os echará un ojo—
Draco escucho pasos detrás de ellos.
Luke subía corriendo por la colina con unas zapatillas de muggle en sus manos.
Fue.
Reconfortante, suspiro aliviado de poder verlo, se veía bastante bien a diferencia de Draco que solía transpirar por el movimiento ultimamente.
—¡Eh! —jadeó—Me alegro de pillaros aún. —Annabeth se sonrojó, como siempre que Luke estaba cerca, Draco pensaba que eso era aburrido a esta altura—Sólo quería desearos buena suerte —le dijo a Percy—. Y pensé que… a lo mejor te sirven—
Le tendió los extraños zapatos.
— Maya! —dijo Luke.
De los talones de los botines surgieron alas de pájaro blancas. Percy dio un respingo y las dejo caer. Las zapatillas revolotearon por el suelo hasta que las alas se plegaron y desaparecieron.
Draco miro el espectáculo pensando.
Magia.
Esto es maldita magia.
¿Cómo esta gente no sabe del mundo mágico?
— ¡Alucinante! —musitó Grover.
Luke sonrió.
— A mí se fueron muy útiles en su misión. Me las regaló papá. Evidentemente, estos días no las utilizo demasiado… —Entristeció la expresión.
— Eh, tío —dice Percy incomodo—. Gracias—
— Oye, Percy… —Luke parecía incómodo—. Hay muchas esperanzas puestas en ti. Así que… mata algunos monstruos por mí, ¿vale? —
Se dieron la mano. Luke le dio una palmadita a Grover entre los cuernos y un abrazo de despedida a Annabeth, que parecía a punto de desmayarse.
Luego volteo para ver a Draco, fue extraño, era el chico que mejor lo había tratado en el campamento y que sin duda le había ayudado; toleraba su presencia, incluso pensaba que era genial.
Agradable.
Pasable para los trogloditas que podrían ser los muggles.
Pero en ese momento, cuando este lo vio, algo en su mirada no brillaba.
"Ten cuidado", era el pensamiento de su propia persona.
—Confía en ti mismo Draco, solo tienes que dejar atrás lo demás—dice con voz suave, pero parece que quisiera decir algo más.
Ignoro a los otros 3 hablando.
Solo vio a Luke perderse a la distancia.
Raro.
Un sentimiento extraño en su vientre, incomodo, como si algo picara y molestara.
Descendieron por el otro lado de la colina con largas zancadas, hacia donde una cosa cuadrada blanca y gigante esperaba junto a una enorme línea de calle negra. Argos los siguió, haciendo tintinear algo metálico en sus manos.
Miro la cosa blanca, ignorando a Grover con las zapatillas o Percy recibiendo una cosa pequeña que luego se transformó en una espada.
Una que le dio su padre, con nombre de Anaklusmos que era mágico (no hay otra palabra para lo que significa) ya que nunca podría perderse.
— Contracorriente —tradujo al mismo tiempo que Percy.
Cuando llegaron al pie de la colina, volvió la vista atrás. Bajo el pino Quirón se erguía en toda su altura de hombre caballo y los despidió levantando el arco. La típica despedida de campamento del típico centauro.
Tenían que entrar en la cosa blanca y cuadrada.
Todos entraron.
Draco apretó los puños, no era un puto Gryffindor para arrojarse de cabezas, pero si todos entraron como si no fuera la gran cosa, no debe significar que van a ser asesinados; no tenía confianza y los siguió algo temblorosos. Era un Slytherin, podría ver los pro y contra, pero aparentemente esto podría ser una especie de dispositivo medieval de transportación.
Pobres muggles sin la capacidad de aparecerse.
Bueno.
Draco solo podría hacerlo hasta que sea mayor de edad.
Luego algo dentro de esta cosa rugió cuando se movieron las cosas metálicas similares a llaves. Draco salto en la extraña silla de cuero, sujetándose de Percy con fuerza como si fuera un oso, mientras este se quejaba.
—Esta estúpida caja de metal nos piensa asesinar—su voz sonó demasiado chillona, pero se sujetó de Percy que había cerrado la puerta de esta maldita caja.
3 pares de ojos y un cuerpo lleno de ojos voltearon a verlo incrédulo.
—Es solo el motor Draco—habla Annabeth confundida, ya que Percy está intentando zafarse de él, pero luego la caja de metal se mueve y Draco se aferra al chico.
Vinculo.
Dijeron que tenían un vínculo, así que ahora Percy tiene que salvar su trasero le guste o no, y si hay posibilidad de morir, arrojaría a Percy primero antes de irse corriendo por el lado contrario.
—Es una maquina malvada, magia negra, nos asesinara—no hay forma de hacerlo cambiar de opinión.
—Es solo un coche—salta Grover incrédulo.
Y eso lo confunde.
—¿Automóvil? —cuestiona con la cabeza ladeada.
¿Qué mierda es un Automóvil?
Todos parecen verle como si espera que fuera una broma, pero Draco se sigue aferrando al supuesto vinculo que lo metió a esta máquina del mal.
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Hay una larga charla mientras Argo los transporto a la parte oeste de Long Island. Si bien todos parecían confundidos de su falta de conocimiento del mundo muggle, Draco solamente dijo que siempre vivió alejado con sus padres y su instituto era muy conservacionista (Hogwarts era un chiste en este momento), ya que no parecía conocer nada de los muggles. Annabeth comenzó a verlo con otros ojos por un momento, mientras Grover y Percy explicaban todo lo posible sobre el "automóvil"; lo cual siempre llevaba a más preguntas.
¿Qué es un motor?
¿Cómo funciona?
¿Qué es gasolina?
¿Qué son dinosaurios?
¿Por qué esto se llama carretera?
¿Qué es un puto McDonald´s y porque Percy sigue babeando al verlo?
No debería tener curiosidad, los muggles son una raza inferior a Draco, pero tiene curiosidad debido a la misión y parecería raro actuar como un idiota ante la amenaza. Con eso en mente preguntaba una cosa tras otra, usualmente era Annabeth que explicaba el funcionamiento de los artefactos, ya que Percy y Glover parecían igual de idiotas sobre su funcionamiento.
Así que Draco no estaba tan mal, si personas que han vivido años en el mundo muggle no saben sobre ese tipo de funcionamiento.
Es normal no saberlo.
Draco estaba preguntando por tercera vez el funcionamiento detrás de lo que Annabeth conocía como internet, porque no tiene sentido que eso funcione por medio de "redes de comunicación" (algo que piensa preguntar más adelante) en lugar de por magia; no cree que algo como eso que no parece existir tenga toda la información del mundo.
Al menos no de la magia.
Draco cambio a preguntarle a Grover sobre que rayos era un letefono, antes de que fuera corregido por Percy sobre que era "teléfono" casi aburrido.
— De momento bien —le dijo Percy a Annabeth—. Quince kilómetros y ni un solo monstruo —
Grover sonrió emocionado de no contestar más, cuando Draco volteo a ver a ambos curiosos.
— Da mala suerte hablar de esa manera, sesos de alga — Draco odia el apodo de Annabeth, porque realmente es perfecto para Percy y detesta no haberlo pensado antes.
Como hijo de Poseidón, tiene estilo ese nombre.
— Recuérdamelo de nuevo, ¿vale? ¿Por qué me odias tanto? —
— No te odio —
— Pues casi me engañas —
Dobló su gorra de invisibilidad, Draco vio a Grover curioso, quien parecía ahora lucir incomodo viendo a ambos.
— Mira… es sólo que se supone que no tenemos que llevarnos bien. Nuestros padres son rivales—
— ¿Por qué? —
— ¿Cuántas razones quieres? —Suspiró—. Una vez su madre sorprendió a Poseidón con su novia en el templo de Atenea, algo sumamente irrespetuoso. En otra ocasión, Atenea y Poseidón compitieron por ser el patrón de la ciudad de Atenas. Tu padre hizo brotar un estúpido manantial de agua salada como regalo. su madre creó el olivo. La gente vio que su regalo era mejor y llamaron a la ciudad con su nombre—
Para tener de padre a uno de los tres grandes, es increíble que Draco sepa más de historia que el propio Percy.
No aporto nada, no era una charla que brindara alguna respuesta a sus preguntas, así que se quedó en silencio, aunque Grover parecía incomodo.
— Deben de gustarles mucho las olivas—
— Eh, pasa de mí—
— Hombre, si hubiera inventado la pizza… eso podría entenderlo—
— ¡Te ha dicho que pases de mí! —
Argo sonrió en el asiento delantero. No dijo nada, pero le guiñó el ojo azul que tenía en la nuca a Percy. El tráfico (Draco se siente orgulloso de entender el término a la primera que explico Grover) de Queens empezó a ralentizarnos. Cuando llegaron a Manhattan, el sol se estaba poniendo y había empezado a llover.
Argos les dejó en un lugar llamado estación de autobuses.
¿Cómo autobús noctambulo?
Argos descargó su equipaje como buen esclavo que aparentemente era, se aseguró de que teníamos sus billetes de autobús y luego se marchó, abriendo el ojo del dorso de la mano para echarles un último vistazo mientras salía del aparcamiento.
— ¿Quieres saber por qué se casó con él, Percy? —habla Grover sacándolo de sus pensamientos sobre ahora tener que cargar su propia mochila.
En el mundo mágico otros lo cargarían por él, extrañaba eso, no aquí, donde todo lo tenía que hacer él mismo.
Percy le dijo que fuera Draco, sin apellido y demostrara quien era, pero no le gustaba quien era.
Quería ser importante.
Draco no lo era, no aquí al menos.
— ¿Me estabas leyendo la mente o qué? —repuso el chico.
— Sólo tus emociones—Se encogió de hombros—. Supongo que se me ha olvidado decirte que los sátiros tenemos esa facultad. Estabas pensando en tu madre y tu padrastro, ¿verdad? —
Fue curioso cualquier vínculo entre ambos que tuvieran, Draco a estas alturas no estaba seguro si lo que dijo Quirón de vínculos fuera real, porque no sentía nada.
Tal vez todo era una treta, para enviarlo a una misión y dejarlo morir.
Draco lo habría hecho si alguien le caía mal y tenía ese poder.
A los sangre sucia particularmente, eran asquerosos.
— Tu madre se casó con Gabe por ti. Lo llamas «apestoso», pero te quedas corto. Ese tipo tiene un aura… ¡Puaj! Lo huelo desde aquí. Huelo restos de él en ti, y ni siquiera has estado cerca desde hace una semana—
— Gracias —respondió—. ¿Dónde está la ducha más cercana? —
— Tendrías que estar agradecido, Percy. Tu padrastro huele tan asquerosamente a humano que es capaz de enmascarar la presencia de cualquier semidiós. Lo supe en cuanto olfateé el interior de su Cámaro: Gabe lleva ocultando tu esencia durante años. Si no hubieses vivido con él todos los veranos, probablemente los monstruos te habrían encontrado hace mucho tiempo. Tu madre se quedó con él para protegerte. Era una señora muy lista. Debía de quererte mucho para aguantar a ese tipo… por si te sirve de consuelo—
Duda que sirva de consuelo, no ocupa vinculo para saber que el rostro de Percy es amargo por dicha información.
Olor a semidios.
Draco pensó sobre eso en el transcurso de su viaje, preguntándose como sus padres habrían enmascarado su aroma por casi 12 años con éxito.
Aquel monstruo que lo ataco, había destruido las barreras, debieron olerlo.
¿O alguien sabía sobre él?
Tendría que investigar.
Esperar lo que fuera que era necesario, funciono para que Draco atormentara a Annabeth sobre preguntas de todo a su alrededor; era un pago por la mala vida que le había dado la niña las últimas semanas. Aprendió sobre prendas de ropa (aunque Annabeth señalo que era mejor preguntar a la cabaña de afrodita sobre maquillaje y moda), Percy comento curioso sobre automóviles cuando Draco preguntaba sus diferencias, Grover hablo groseramente sobre como los humanos trataban sus mascotas.
Al final los tres se dividían el trabajo, pareciendo sorprendido del sin número de preguntas de Draco.
Aviones.
Trenes.
Internet.
Teléfonos.
Televisión.
Todo era tan…irreal.
¿Qué clase de mundo era este?
Draco se subió al autobús en medio de preguntas, sobre moneas, asientos, motores, combustible y si era normal tener tantas verrugas como una señora, lo que provocó que los otros 3 niños (dos niños y un sátiro) tuvieran que arrastrarlos.
La mujer anciana no lo tomo bien.
Draco no le importo.
Estaba tan inmerso que no noto a Annabeth y Percy discutir por una anciana acababa de subir. Llevaba un vestido de terciopelo arrugado, guantes de encaje y un gorro naranja de punto; también llevaba un gran bolso estampado. Cuando levantó la cabeza, sus ojos negros emitieron un destello, y su pulso estuvo a punto de pararse.
Detrás de ella venían otras dos viejas: una con gorro verde y la otra con gorro morado. Por lo demás, tenían exactamente el mismo aspecto que la primera señora: las mismas manos nudosas, el mismo bolso estampado, el mismo vestido arrugado.
Se sentaron en la primera fila, justo detrás del conductor. Las dos del asiento del pasillo miraron hacia atrás con un gesto disimulado.
El autobús arrancó y nos encaminamos por las calles de Manhattan, relucientes a causa de la lluvia.
Draco noto a Percy agachado.
— No ha pasado muerta mucho tiempo —dijo Percy intentando evitar el temblor en su voz—. Creía que habías dicho que podían ser expulsadas durante una vida entera —
— Dije que si tenías suerte —repuso Annabeth—. Evidentemente, no la tienes—
— Las tres —sollozó Grover—. Di immortales! —
— No pasa nada —dijo Annabeth, esforzándose por mantener la calma—. Las Furias. Los tres peores monstruos del inframundo. Ningún problema. Escaparemos por las ventanillas—
Oh, entonces estaban en problemas, como imagino que pasaría.
Su madre lo asesinaría si sabe en qué problemas estaba.
Esperaba sobrevivir para eso.
— No se abren —musitó Grover.
— ¿Hay puerta de emergencia? —
No la había. Y aunque la hubiera, no habría sido de ayuda probablemente.
— No nos atacarán con testigos —cuestiono Percy—. ¿Verdad? —
— Los mortales no tienen buena vista —me recordó Annabeth—. Sus cerebros sólo pueden procesar lo que ven a través de la niebla—
— Verán a tres viejas matándonos, ¿no? —
Annabeth pensó en ello.
— Es difícil saberlo. Pero no podemos contar con los mortales para que nos ayuden. ¿Y una salida de emergencia en el techo…?—
Llegaron a un túnel, y el autobús se quedó a oscuras salvo por las bombillitas del pasillo. Sin el repiqueteo de la lluvia contra el techo, el silencio era espeluznante.
La primera señora se levantó. Como si lo hubiera ensayado, anunció en voz alta:
— Tengo que ir al aseo—
— Y yo —añadió la segunda furia.
— Y yo —repitió la tercera.
Y las tres echaron a andar por el pasillo.
¿Un aseo es un servicio sanitario en el autobús?, quiso preguntar, pero los instintos de alarma le indicaron que estaban en problema. No lo había notado inicialmente, emocionado por todo lo nuevo por descubrir de este estúpido mundo muggle, pero ahora, todo su cuerpo se puso en alerta.
No sería como un entrenamiento del campamento, aquí Luke no se detendría de último segundo.
Podrían morir.
Y Quirón los había enviado a una misión suicida.
Joder.
— Percy, ponte mi gorra —le urgió Annabeth.
— ¿Para qué? —
Draco quiso asesinarlo, era una gorra para hacerse invisible, estaba a punto de arrebatarla y usarla para él mismo.
— Te buscan a ti. Vuélvete invisible y déjalas pasar. Luego intenta llegar a la parte de delante y escapar—
— Pero vosotros…—
Algo muy importante, Draco no quiere morir.
— Hay bastantes probabilidades de que no reparen en nosotros. Eres hijo de uno de los Tres Grandes, ¿recuerdas? Puede que tu olor sea abrumador—
Eso no importa, suena como excusa, ellos quedaran indefensos; Draco esta cerca de llorar.
No es un Gryffindor valiente que se sacrifica por otros, tampoco un amable Hufflepuff, es un Slytherin y está buscando alguna forma de salir de aquí.
Sea con ellos o solo.
No piensa morir.
— No puedo dejaros—
— No te preocupes por nosotros —insistió Grover—. ¡Ve! —
Le temblaban las manos, pero agarro la gorra de los Yankees y se la puso haciéndose invisible.
Genial, estaban muertos.
¿Sacrificaría a Annabeth y Grover con tal de escapar?
Totalmente.
¿Era de cobardes?
No le importaba.
Draco se encogió en su lugar, esperando que les atacaran y listo para arremeter sobre otras personas si fuera necesario para salir de aquí con vida; ya vería que haría después de escapar de esta creación de la muerte. Transporte su trasero, era un lugar cerrado donde podrían morir ahora que lo pensaba, todo era culpa de los muggles.
La señora furia se detuvo, olisqueó y se quedó mirando fijamente a la nada. Al parecer no vio nada, pues las tres siguieron avanzando.
Cambiando.
Fue aterrador.
Las ancianas ya no eran ancianas. Sus rostros seguían siendo los mismos, pero a partir del cuello habían encogido hasta transformarse en cuerpos de arpía marrones y coriáceos, con alas de murciélago y manos y pies como garras de gárgola. Los bolsos se habían convertido en fieros látigos.
Quiso escapar, pero fueron rápidamente rodeador y Draco gimoteo detrás de Grover, quien parecía temblar tanto como él, Annabeth por otro lado estaba ahí luciendo como una idiota Gryffindor.
Todo su conocimiento digno de Ravenclaw, acababa de irse por la basura.
Látigos.
Esas bestias tenían látigos.
¿Qué tenían ellos?
La estúpida canción de campamento que Grover canto hace media hora probablemente.
— ¿Dónde está? ¿Dónde? —silbaban entre dientes.
Los demás pasajeros gritaban y se escondían bajo sus asientos; tan invisibles no eran.
— ¡No está aquí! —gritó Annabeth—. ¡Se ha ido! —
Las Furias levantaron los látigos.
Annabeth sacó el cuchillo de bronce. Grover agarró una lata de su mochila y se dispuso a lanzarla. Draco por otro lado se preguntó porque no se escapaba, bueno aparte de estar siendo rodeado. Debió haber aprovechado antes para escapar, él no era un guerrero, no era un héroe como las historias de su madre y no pensaba dar la vida por estos inútiles.
No eran sus amigos, no eran nada de él, debía sobrevivir.
Tomo un cuchillo que le dieron, sintiéndose en pánico, extrañaba su varita; no sabe ningún hechizo que pudiera sacarlo de esto y era muy joven para aparecerse.
No quiere estar aquí.
Luego, el transporte público conocido como autobús, dio un giro violento y Draco fue lanzado hacía la derecha. El autobús rozó la pared del túnel, chirriando, rechinando y lanzando chispas alrededor. Salieron del túnel a toda velocidad y volvieron a la tormenta, hombres y monstruos dando tumbos dentro del autobús, mientras los coches eran apartados o derribados como si fueran Hufflepuff en medio de una competencia de quidditch.
Se sintió con nauseas, volar la escoba era mil veces mejor que esto.
De algún modo, el conductor encontró una salida. Dejaron la autopista a todo trapo, cruzaron media docena de calles y acabaron, aún a velocidad de vértigo, en una de esas carreteras rurales. Había un bosque a la izquierda y un río a la derecha, hacia donde el conductor parecía dirigirse.
El autobús aulló, derrapó ciento ochenta grados sobre el asfalto mojado y se estrelló contra los árboles. Se encendieron las luces por todos lados. La puerta se abrió de par en par. El conductor fue el primero en salir, y los pasajeros lo siguieron gritando como enloquecidos.
Entre ellos Draco.
Si fue cobarde no quedarse a luchar, pero claramente no iba a desaprovechar su oportunidad ahora que la tenía.
Cayo al suelo lleno de barro, justo cuando sentía que era libre, no pudo ir tan lejos porque sus pies dudaron un poco antes levantarse; no es que tuviera culpa, entre la seguridad, la de Draco siempre iría primero. Pero mientras una parte de él, sonaba un poco nerviosa por estar en medio de la nada y sin saber volver al campamento, la otra solamente se congelo cuando un trueno sacudió el autobús.
Annabeth, Grover y Percy salieron rápidamente, sin las furias.
Las ventanas del autobús explotaron y los pasajeros corrieron despavoridos. El rayo dejó un gran agujero en el techo, pero un aullido enfurecido desde el interior le indico a Draco que eso no estaba muerto.
— ¡Corred! —exclamó Annabeth—. ¡Está pidiendo refuerzos! ¡Tenemos que largarnos de aquí! —
La chica le dio una mala mirada a Draco, como si estuviera juzgándolo por ser cobarde, antes que Grover pasara a su lado; Percy sujeto el brazo de Draco arrastrándolo con ellos, sin darle una mirada como la de Annabeth, solamente corriendo llenos de barro.
Se internaron en el bosque bajo un diluvio, con el autobús en llamas a su espalda y nada más que oscuridad ante ellos.
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Annabeth sigue el paso rápidamente, sin darle una mirada a Draco y las pocas veces que lo hizo, fue casi para gritarle "cobarde" con la mirada, Grover parece temblar y aunque lo ve con dudas, no hace ningún comentario; Percy por otro lado camina a su lado luciendo un poco traumatizado. Draco quiere preguntar por el camino de regreso, pero luego recuerda que no puede huir por el vínculo y que se sorprende que nada pasara cuando los abandono en el autobús con tres furias; tal vez el dichoso vinculo no existía y todo eran invenciones de Quirón.
Tal vez podría volver al campamento, para esperar hasta que pudiera volver a casa.
—Si ese fue solo el inicio, este viaje será aterrador—señala Percy con una sonrisa nerviosa.
Draco gruñe en respuesta.
Eso no puede ser una buena señal.
Además, todas sus cosas, la horrible ropa del campamento, dinero y comida quedaron detrás en el autobús.
No podrían tener tan mala suerte.
¿Verdad?
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Annabeth hablo con Percy sobre su triste historia de sus padres la odian y vivir sola cuando era niña, comentando claramente molesta sobre que Draco era un cobarde, lo que Draco ignoro y Percy suspiro, Grover toco una flauta; llegaron a lo que tenía nombre de gasolinera, pero Annabeth se negó a explicar que era. Grover intento explicarlo todo, mucho menos técnico e interesante que Annabeth; pero se negaba a disculparse por querer salvar su pellejo.
Dudaba que rápidamente volvieran estar en peligro de muerte, así que probablemente pronto se le pasaría.
Bueno eso pensó hasta que se encontraron con la tía Eme.
Se encontraron con el tío Ferdinand de Grover, convertido en piedra.
La tía Eme en realidad era Medusa, como en el mito griego que había leído mil veces antes de dormir con su madre.
Draco estuvo gritando, corriendo e intentando huir todo el tiempo y fue Percy el que termino rebanando el cuello de esa mujer horrible que intentó asesinarlos.
Perfecto.
No solo había sido inútil en menos de 24 horas por segunda vez, si no que Percy Jackson muy al estilo Potter resulta ser el salvador al final del día.
La diferencia de San Potter, Percy Jackson tuvo el descaro de enviar la cabeza de Medusa al monte olimpo y eso había sido tan Slytherin, que Draco le palmeo la espalda con orgullo. Annabeth los odio a ambos y Grover desde el suelo solo parecía querer llorar.
Draco lo entendió perfectamente.
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Esa noche todos parecían miserables, incluso Draco que no había participado activamente de ninguna lucha. Acamparon en el bosque, a unos cien metros de la carretera principal, solo que lucía bastante mal cuidado por los locales. El suelo estaba lleno de latas aplastadas, envoltorios de comida rápida y otros desechos.
Habían sacado algo de comida y unas mantas de casa de la tía Eme, pero no se atrevieron a encender una hoguera para secar la ropa. Las Furias y la Medusa les habían proporcionado suficientes emociones por un día.
No deberían atraer nada más.
Ahora tiene frio, está temblando, tiene hambre y acaba de comer…no quiere saber que comió.
Percy había decidido tomar el primer turno, y aunque Draco quiso dormir, simplemente tomo asiento al lado de él con aburrimiento. Grover parece verlos curioso, como si quisiera hablar con Percy, pero parece pensarlo antes de dormirse al lado de Annabeth.
Tiene frio.
Se siente mal.
Cobarde grita algo dentro de él, que intenta silenciar, porque no era cobarde, era un Slytherin que busca sobrevivir, siempre fue así.
No era un Gryffindor.
—También vas a decirme lo cobarde que soy—comenta Draco sin entender, porque está esperando que Percy salte en algún momento para señalarlo mal.
Annabeth lo hizo en su cara.
Grover debe pensarlo de forma más sutil por sus miradas.
—¿Por qué debería? —cuestiona Percy ladeando la cabeza.
Bueno.
Porque lo era.
Percy Jackson era alguien extraño, un poco idiota, pero tenía las charlas más confusas con él.
—Yo no quería venir, no quiero esta misión, no quiero arriesgar la muerte; los Slytherin sobrevivimos, no somos Gryffindor—
—No entendí la mitad de eso—
—Muggle—
—¡Ey!, no sé qué es eso, pero suena a insulto—
Lo era, al menos para Draco lo era, o tal vez no lo era. "Sangre sucia" o "Mestizo" solían ser insultos, pero ahora Draco también era de alguna forma un mestizo; intenta pensar claramente, tiene sangre de dioses, así que técnicamente es superior incluso a los magos.
Pero al mismo tiempo, era igual o inferior que los semidioses que conoce.
—Quiero volver a casa, no se luchar—habla Draco con pesar y queriendo por una vez, terminar todo esto.
Irse.
Volver a casa.
Volver a su madre.
Percy lo ve fijamente, antes de bajar la mirada con una sonrisa triste.
—También quiero volver a casa…con mamá—es su susurro y al menos por ese instante, no son muy diferentes y lo odio por eso.
Porque para Draco, deberían ser como el agua y el aceite, Draco debería ser mejor que Percy, un mestizo hijo de muggles sucios, pero con un padre dentro de los 3 grandes. Pero aquí, en este día, Percy era mejor que él. un padre dios que lo reclamo, lucho en las dos batallas, corto la cabeza de Medusa como si fuera un héroe y Draco estaba aquí, vivo.
Por lo que otros hicieron.
—Si te sirve de consuelo, la mayor parte del tiempo no sé qué estoy haciendo—no, no sirve de consuelo y su rostro debe haberlo demostrado—y todo es una locura, aterrador, pero…estamos juntos, así que te protegeremos—habla con convicción y Draco quiere gruñir que no ocupa protección.
Pero ese día ha demostrado lo contrario y se siente tan…inútil.
Como ese día en el bosque con Potter y sus estúpidos amigos otra vez, corriendo para buscar protección, porque no puede hacer nada por su cuenta.
Odia sentirse así.
Percy le da una manta que Draco toma con enojo, antes de acomodarse mejor al lado de este, recuesta su cabeza contra el muslo del chico, porque no hay una almohada. Este parece curioso, pero no lo empuja y cuando Grover se levanta para hablar con Percy, escucha algo sobre un tal "Pan" antes que un sueño intranquilo comience a alcanzarlo.
Un sueño donde parece estar dentro de un armario demasiado pequeño, que sabe que esta debajo de una escalera por algún motivo y aunque grita porque lo saquen, no parece funcionar.
Como un recuerdo.
Pero no era suyo.
¿De quién sería?
Continuara…
Me encanto escribir este capítulo, me encanta porque Draco sigue siendo, Draco, la pequeña mierda que es en el canon, pero al mismo tiempo va dando pasos agigantados sobre un cambio. El pobre chico es débil, no sabe luchar, Percy es como Potter, Annabeth no le agrada y tiene todo en su contra. No puedo esperar por ver que tanto avanzara en el transcurso de la historia de este punto.
Como pueden notar, no escribo totalmente textual el primer libro de Percy Jackson, solo tomo partes, porque para su sería un desperdicio escribir todo igual cuando Draco no actúa para hacer algún cambio notorio.
Así que, por ahora, veremos todo un poco rápido en lugar de ahondar, al menos por el momento.
Con forme la trama avance, también lo hará las intervenciones de Draco :D
También es emocionante ver todo en el mundo de Percy Jackson y no tanto de Harry Potter, me preguntó que pasara cuando ambos mundos terminen colisionando.
