Brujas antes que magos Parte 1
La ventana abierta dejó entrar una ligera brisa que movió su única puerta, haciendola rechinar un par de veces. En sus respectivas bolsas de dormir, los hermanos Noceda seguían en los brazos de morfeo. Luz se movió en su sueño...
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Todo parecía tranquilo en el desconocido lugar, cuando apareció una extravagante puerta desdoblándose verticalmente de la nada, y de ella salió el búho del saco, todavía huyendo de su perseguidora.
—"Detente adorable criatura saltarina... ¿ah? "
En seguida, Luz se dio cuenta que se encontraba dentro de lo que parecía ser una gran, sucia y poca iluminada carpa repleta de cachivaches, y antes de que pudiese volver a hablar, alguien la tomó del cuello y le aplicó un candado por detrás. Era Luis, quien seguía molesto y con ganas de darle una paliza.
—"Ahora conocerás la receta secreta de…"
Pero Luz no llegó a saber de que cosa era la "receta secreta" que mencionó su hermano mellizo. Un destello blanco hizo que en un parpadeo se encontrase en...
—"Bienvenidos… A la casa búho" —dijo Eda sonriendo orgullosa antes de chasquear los dedos.
Luz jadeó al ver como la obra de arte de una criatura búho se iluminaba en el techo, mientras que Luis, secretamente impresionado, dijo:
—"Interesante".
Y tras otro destello...
Sobrevolando las islas hirvientes sobre el bastón mágico junto con Eda y Luis; Luz se encontraba fuertemente abrazada a su libro mientras lagrimeaba con los ojos cerrados.
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Luz se despertó jadeando y con el corazón acelerado. Se sentó, echó un rápido vistazo a la habitación y sonrió al ver a su hermano mellizo todavía dormido boca para arriba y en ropa interior en su respectivo saco de dormir a su izquierda.
—¡No fue un sueño! —exclamó felizmente con las palmas al aire.
Luis abrió los ojos de golpe, como platos y horrorizados, para luego cubrírselos con el antebrazo diestro.
—Contigo no necesito un despertador —le dijo en tono cansino.
La chica Noceda caminó hacia la ventana, la abrió y, al asomarse, dijo:
—Buenos días, aterrador mundo de fantasía.
—Buenos días —le contestó una extraña criatura verde de gran tamaño con tentáculos, un par de cuernos, enormes dientes puntiagudos, nariz torcida y siete ojos anaranjados, antes de sumergirse en el agua del mar.
Luz hizo una mueca de incomodidad, antes de dirigirse hacia Luis, quién se enderezó en su bolsa de dormir.
—Buenos días, hermanito —lo saludó, arrodillándose a su izquierda para abrazarlo por el cuello y darle un fugaz beso en la mejilla.
—Buenos días, nutria —le devolvió el saludo inexpresivo.
Luego, la chica Noceda se dedicó a jugar con el cabello de su hermano mellizo y a mirarlo con picardía.
—Y... ¿soñaste algo interesante?
Luis puso los ojos en blanco.
—Sí, con una chica linda —le respondió con evidente sarcasmo.
Luz soltó una risita traviesa.
—Uuuuh~ ¿Y esa chica linda tiene algo que ver con Marcy Wu?~
Ante la mención de cierta compañera de escuela, Luis le dedicó una mirada gélida.
—Oh~ Creo que es lindo que no puedas olvidar a tu primer amor~ —continuó Luz, pellizcándole las mejillas a su hermano mellizo, antes de palmarlas gentilmente un par de veces, y agregar—: Zugo y Cinthia Coven por siempre~
—Lucinda, juro que uno de estos días...
Pero no pudo acabar de amenazar a su fastidiosa hermana melliza, porque esta ya se había puesto de pie y dirigido hacia un todavía dormido "rey de los demonios"
—Buenos días mi pequeño pastelito. —lo saludó al levantarlo.
—¡Yo no soy tu pastelito! —protestó King mientras Luz lo llenaba de besos.
Luz detuvo los besos, y mientras lo apapachaba, en tono afectuoso, dijo:
—Sí lo eres~
Luis, quién se había puesto de pie, y estaba haciendo unos ejercicios aerobicos, agregó:
—Solo aceptalo.
—Ah, lo sé —dijo King resignado, desplomandose luego que Luz lo bajase nuevamente sobre su saco de dormir.
Después de vestirse con sus ropas normales; los hermanos Noceda se dirigieron hacia el baño.
—Entra tú —le dijo Luis a su hermana melliza—. Yo iré afuera.
Luz lo miró extrañada.
—¿Que?
Luis señaló unos letreros adheridos a la morada puerta; el de la parte superior era redondo, violeta y decía "Damas" junto con su característico símbolo, y el de la parte superior a la derecha, solo consistía en un papel clavado con una tachuela con las palabras "Y: King" escritas con crayón verde junto con el dibujo de una silueta de cabeza canina. Luz rió con ganas.
—Oh, Luchito~ —le dijo dulcemente, mientras tomaba la manija con ambas manos—. Tú siempre me haces reír...~ —Abrió la puerta, y un par de búhos café de ojos amarillos salieron volando, uno por abajo y otro por arriba, asustándola—. ¡Ah!Ihg!
—¿Es posible que también sea un santuario de aves? —preguntó Luis sarcásticamente.
—Vamos, que no te dé pena... —le dijo Luz sonriendo con los ojos cerrados, mientras lo tomaba de la diestra con ambas manos para jalarlo hacia dentro del baño.
—Hola niños.
Luz, quien en un principio no veía por donde iba; giró la cabeza y, al ver a Hooty, soltó un grito de pánico y le propinó un golpe de karate en la cabeza con la diestra.
—¡Oouh! —se quejó el Ave-tubo mientras retrocedía—. Solo les estaba deseando buen día...—agregó desde la ventana, antes de volver a su lugar en la puerta de la casa—. Bueno... Hoot... Outch...
Luis suspiró, caminó hacia el inodoro, bajó la tapa, subió y, asomándose por la ventana, gritó:
—¡Lo siento por la princesa torpina, Hooty!
—Hoot, no hay problema, Luis Hoot —respondió Hooty.
Cuando el chico Noceda bajó del inodoro; Luz lo miró con reproche.
—Tienes suerte de ser tan lindo, Luciano.
—Considera eso mi venganza por lo de Marcy Wu —le respondió inexpresivo, sacando un cepillo a baterías y un tubo de pasta dental de su bolsillo canguro, antes de caminar hacia el espejo.
Luz, sabiendo que no valdría la pena discutir con su apático hermano mellizo en aquel momento, solo le limitó a alzar el pulgar diestro y, con una sonrisa, decir:
—Bien jugado, hermanito.
Acto seguido, mientras Luis se cepillaba los dientes a su derecha, la chica Noceda giró la cabeza hacia su libro que estaba sobre el lavadero, lo tomó, y lo abrió en la página donde estaba una imagen de cuerpo medio de la bruja buena Azura.
—Llegó el día, amiga —dijo, antes de colocarse el libro frente a la cara para así reflejarse a sí misma como una bruja buena en el espejo—. Tu primer día en las islas hirbientes como aprendiz de bruja ¡Yiah! —Asestó un golpe al aire con el puño izquierdo para después hojear rápidamente su libro hasta localizar la página donde estaba la imagen de medio cuerpo del "anti-brujo" Zugo y observarlo con un gesto de morderse el labio inferior —. Junto con tu dulce Principe~ —agregó con melosidad, antes de girar la cabeza hacia su hermano mellizo y darle un beso en la mejilla izquierda.
Luis puso los ojos en blanco mientras se secaba la boca con una toallita verde.
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A Luz le emocionaba ver lo que había en el armario pero, en cierto modo, también la ponía un poco nerviosa.
—¿Quieres abrirlo de una vez? —le dijo Luis, fastidiado, al cruzarse de brazos y golpear el piso con su pie derecho.
La chica Noceda titubeó al agarrar la perilla, se tapó los ojos con la mano diestra y, al abrir la puerta...
—Lucho, dime que hay ropa de bruja dime que hay ropa de bruja por favor por favor... —le suplico a su hermano mellizo.
Luis, a regañadientes, entró al armario por la izquierda de su hermana melliza, y echó un rápido vistazo al interior; había algunos vestidos antiguos, libros, alfombras enrolladas, telas dobladas, escobas de paja, algunas botellas con líquidos coloridos dentro de unas cajas de cartón, un gran cuadro y unos sombreros puntiagudos negros apilados uno encima de otro sobre el mango de una escoba dentro de una cubeta.
«Un momento...», pensó, deslizando su indice derecho por uno de los supuestos sombreros de bruja, dejando una línea terrosa que reveló un color naranja bajo una capa de polvo negro, «Pobre Luz... se lo diría, pero... no quiero romper su raro corazoncillo de nutria con un lado oscuro»
—Lucho —dijo la voz de su hermana melliza ya algo impaciente detrás de él—. Por favor... estoy esperando... dime si hay ropa de bruja o no...
Luis sacó un pañuelo blanco de su bolsillo canguro y volteó a mirarla.
—Ya no hagas dramas y velo por ti misma, nutria —le contestó, limpiándose el sucio dedo antes de volver a guardar el pañuelo.
La chica Noceda apartó la diestra de los ojos.
—Sí, sí sí sí sí...—celebró, trotando en su lugar con los puños bajo la barbilla para después soltar un grito—. ¡aaaaah!
—Luz, apaga la sirena por favor. —bromeó Luis sin gracia, mientras se hurgaba una oreja con el meñique diestro—. Ya llegamos al lugar del crimen.
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—¡Iiiiiiiih! —chilló Luz escaleras arriba.
Luis la miró con cierta vergüenza ajena.
—Recuerda que no puedes comer queso —le dijo fríamente y, al escuchar el sonido de una cisterna de baño, fijó su mirada hacia la parte de arriba de la escalera, a tiempo para ver como una sombra se aproximaba hacia el umbral por el pasillo izquierdo.
Pronto, de pie al borde de la escalera, los mellizos vieron a una toda soñolienta Eda, quien se llevaba la diestra hacia la boca para bostezar más a gusto, antes de abrir los ojos y mirarlos. Vestía un suéter ciruela con puños de color ámbar, un camisón largo violeta manchado y unas pantuflas de conejito amarillo claro.
—¿Nmm? —se expresó al ver a Luz vestida con la ropa de una estereotipada practicante de la brujería, cuyo cinturón rosa y gafete rojo-blanco con un "Hola, mi nombre es: Luz, la aprendiz de bruja" escrita en él la hacía ver como una "Fail".
—Buenos días, Eda la dama búho. —la saludó con entusiasmo, antes de poner el brazo izquierdo en jarra y levantar el puño diestro aire—. Estoy lista para mi primer día como aprendiz de bruja.
Luis sacó una barra de granola de su bolsillo canguro y, mientras le quitaba la envoltura, agregó:
—Y yo... Supongo que para mi clase de "historia y geografía mágica" o algo así.
—¡Argh! —exclamó Eda, sacudiéndose unas arañas del cabello, para después sacar otra al hurgarse el oído izquierdo con el indice y arrojarla aún lado, mientras agregaba—: ¿Y ustedes quienes eran?
Y con aquella fría pregunta; el entusiasmo de Luz cayó al suelo, junto con su gafete.
—¿Ah?
—Prepararé la hoguera —dijo Luis indiferente, antes de darle una mordida a su barra de granola.
