Cambio de cuerpos Parte 1
En el puesto de coleccionables humanos, King brincaba sobre la mesa, intentando alcanzar un banderín verde, pero cayó aterrizando sobre unos trastos cercanos.
—¡Tonto banderín! —gritó, con un calcetín blanco y azul en su ojo izquierdo.
—Estuvo muy tranquilo por aquí, pero… —decía Luz, llegando junto con Luis, cargando un letrero de madera que decía "Eda, la dama búho", y este ultimo una escalera—. Tengo algo que seguro atraerá clientes.
Luis colocó la escalera contra el letrero original del puesto, y Luz subió a adjuntarlo con el que había traído. Luego, presionó un glifo y observó como un resplandor amarillo envolvía la madera.
—¿A quién no le gusta su nombre luminoso?
Luz bajó de la escalera, y, frotándose la barbilla con la diestra, observó el nuevo letrero que ahora decía "Coleccionables humanos de Eda, la dama búho" con una versión chibi de la dueña guiñando un ojo en el lado derecho.
—¿Demasiado sutil?
—¿Sssutil sssignifica horrible?
Se dieron la vuelta y vieron a...
—Hola Boscha y... Medusa —las saludó Luz, alegremente—. ¿Ven algo que les guste? —agregó, haciendo un gesto a su alrededor.
—Ew, no —negó Boscha.
—Sssolo vinimosss a tomarnosss una foto para penssstagram junto a sssu extraño cartel —agregó Medusa, sacándose una selfi junto con Boscha y los mellizos tras invocar su pergamino.
Luz frunció el ceño.
—Eso no es gracioso, chicas.
—¿Y qué van a hacer? —se burló Boscha—¿Escupir su veneno humano sobre nosotras?
—¿Tienen veneno?
King miró a los mellizos con sorpresa, y señaló hacia las demonesas.
—¡Rápido, hermanovios, empiecen a derretir caras!
—Incluso si pudiéramos, no serviría —dijo Luis, indiferente.
—No sabes lo que es lidiar con adolescentes —agregó Luz en un susurro, acuclillándose.
—¡No, les mostraré que hacer!
King tomó a la chica Noceda de la capucha y la jaló hacia el suelo, antes de subir a la mesa de un salto para enfrentar a las problemáticas demonesas.
—¡Van a temblar delante de mí!
—Aww, es tan lindo —lo arrulló Boscha, juntando las manos.
Medusa abrazó al "rey de los demonios" y la triclope invocó su pergamino para sacar una selfi con filtro de ojos brillosos y flores, esta vez.
—¿Cuánto cuesssta?
—Tiene que ser nuestro.
King empujó a Medusa con sus patas traseras, antes de volver a la mesa de un salto.
—No pueden comprarme, matonas —negó con el índice zurdo, y los ojos cerrados.
Boscha y Medusa lo arrullaron como respuesta.
—Aaaaaaaawww
—¡Esa reacción no es la correcta! —gritó King, molesto.
—Huelo unos clientes fáciles —susurró Eda, olfateando tras asomar la nariz desde detrás de las cortinas.
Luego, salió de un salto y se puso frente al dúo.
—Ey, niñas Puedo ofrecerles lo último de la moda del... —Dibujó un círculo de hechizos con el índice zurdo, y en una cortina de humo amarilla, apareció vestida con diferentes atuendos humanos que incluían; un gorro ruso, unos guantes de cocina en forma de pez, jeans verdes de zigzag, una chaqueta roja, camiseta negra de 100% Dad, falda púrpura, antejo de sol acorazonado y un palo de golf en la diestra—. Reino humano.
—Sssi… —afirmó Medusa, sarcásticamente.
—Nop —agregó Boscha, burlona.
Y ambas demonesas se marcharon, riendo.
Eda se cruzó de brazos, volviendo a su atuendo normal.
—Bueno, las odio.
—Sí, los adolescentes podemos ser desagradables —afirmó Luis, inexpresivo.
—Pero yo no. Mira lo que hice.
Cargando a King, Luz señaló el letrero con su índice diestro, y cuando Eda lo vio, se estremeció.
—¡Luz!
Subió a la mesa, intentando bajar el luminoso letrero.
—¿Escribí algo mal o lo hice mágicamente bien? —le preguntó Luz, como orgullosa de su misma.
—Ya basta.
Eda bajó de la mesa, y apagó las luces del letrero que logró quitar, sacudiéndolas con su palma zurda.
—Te estás olvidando de algo, Luz.
Dejó el letrero aun lado, y sacó un cartel de "Se busca".
—Estoy un poco prófuga, ¿recuerdas?
—Te lo dije, nutria —le reprochó Luis—. Cada guardia iría a su casa si tuviera un cartel luminoso con su nombre.
Eda le pellizcó la mejilla izquierda, cariñosamente
—See, los jovencitos maduritos como el corchito siempre tienen la razón.
—Bueno, no veo a nadie ahora mismo. —dijo Luz, mirando alrededor y dejando a King sobre la mesa, mientras la dama búho enrollaba su cartel de "Se busca"—. Tal vez estás siendo paranoica. Eres una bruja poderosa. ¿Por qué te escondes? Haz desaparecer tus problemas con magia
—¿Qué sabes tú de problemas después de todo? —la reprochó Eda, una vez guardado el cartel en su frondoso cabello—. Solo tienes tontos problemas adolescentes.
—Así es —apoyó King, poniéndose de pie y haciendo un gesto hacia la chica Noceda—. No entiendes los graves problemas que tenemos.
—Eres acariciado todo el día como un bebé —se burló Luis—. ¿Qué tan difícil es esa vida?
King lo fulminó con la mirada.
—Bueno, no sé si lo notas, pero... ¡YO NO SOY UN BEBÉ!
Luz le sonrió.
—¿Y por qué gritas como uno?
—¡MI VIDA ES UNA PESADILLA! —enfatizó King, antes de bajar la mirada—. Sobre todo ahora que mi dulce reina no está aquí conmigo.
Luis alzó una ceja.
—¿Qué pasó entre ustedes esta vez?
King adoptó una expresión amarga.
—Ella me dijo que necesitaba espacio para respirar, y no tantas muestras de "pegajoso" cariño.
—Bueno, solo hay una cosa para hacer cuando los amigos no se ponen de acuerdo —dijo Eda, frotándose las manos.
Luz agarró a King, y lo abrazó, sonriendo.
—¿Abrazarnos hasta desmayarnos?
—¡Pelear hasta la muerte! —dijo King, agitando el puño diestro.
—¿Hablar al respecto? —sugirió Luis.
—Pfff, no —se burló Eda—. ¡Cambio de cuerpos! —agregó, elevando la voz y cruzando sus manos en índice.
—¿Están seguros de que no disparan veneno? —les preguntó King a los mellizos.
Eda invocó su bastón.
—Me encanta un buen cambio de cuerpos. Es como una posesión demoniaca de quienes amas.
—¿Haremos eso? ¿Es posible? —preguntó Luz, alegremente— Es como lo que hicimos Lucho y yo el Halloween pasado —agregó, mirando a su hermano mellizo, quien se ruborizó.
—Solo cambiamos de rol y prendas, nada más —Se tocó el lóbulo de la oreja derecha—. Por suerte los aretes eran de imanes.
Luz amplió su sonrisa.
—Fue una gran noche.
—Pero deberíamos pensar esto un momento —sugirió Luis.
Eda lo ignoró, levantó su bastón y, girándolo, pronunció el hechizo:
—¡Cambio de cuerpos!
—Ooh —dijo Luz, cuando una ola de humo dorado se produjo sobre todos—. ¿Funcionó? Necesito un espejo.
Ya en el cuerpo de Eda, Luz corrió hacia un espejo por el que chocó, dejando una mancha de maquillaje, y se deslizó hacia el suelo.
—Encontré uno.
Luz se miró al espejo, y vio que las únicas diferencias era que conservaba sus mismos ojos y boca.
—Ay, por favor, ¡funcionó! —Juntó sus mejillas con las manos—. Soy tan vieja, y… —Se tocó las orejas, con una gran sonrisa—. Puntiaguda.
Eda, como Luz, se acercó al espejo, conservaba sus ojos, su cabello era algo más desordenado, y sobresalía un colmillo dorado de su boca.
—¡Oh no! ¡Yo! —exclamó Luz/Eda.
—Así es, ahora soy tú, niña —le afirmó Eda/Luz—. Es lindo ser una mocosa otra vez.
—Espera, significa que...
Miraron hacia el humo que se desvaneció, y…
—¡Soy un humano! —declaró King en el cuerpo de Luis, quién conservaba sus ojos, el pelo desordenado, y un par de colmillos sobresaliendo de su boca—. ¡Inclínense ante mis enormes manos carnosas!
—Tengo algunos sentimientos bastante confusos ahora —dijo Luis/King (quien conservaba únicamente los ojos cafés), inexpresivo.
—De acuerdo, primero quiero aclarar que como King y yo ahora somos técnicamente gemelos, compartiremos la victoria y/o la derrota —les dijo Eda/Luz.
—¡Sí! —celebró King/Luis, antes de dudar—. ¿O no?
—Y este es el trato. Quien pueda demostrar que su nuevo cuerpo tiene la vida más fácil no limpiará la casa. Y saben lo que eso significa.
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Totalmente envuelto en lodo, Hooty reía mientras se revolcaba en este.
—Hoot, Hoot, qué divertido.
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—No seremos Eda y yo —se jactó King/Luis—. ¡La vida de adolescente es el sueño de los tiranos! ¡Al final del día estaremos gobernando sobre su débil población!
—Bueno, yo tengo la magia —dijo Luz/Eda con suficiencia—. Eda no te enojes mucho cuando tus objetos ya no estén y los guardias no se enteren.
Apoyándose por la estatua de una gran cabeza, hizo girar su índice diestro, lanzando un potente rayo que la impulsó hacia el suelo.
—Ja, eso es lindo —se rio Eda/Luz, para después marcharse—. Si me necesitan, estaré siendo la reina de los adolescentes —agregó, en broma.
—¡Querrás decir duquesa! —le gritó King/Luis, molesto siguiéndola.
Luis/King saltó de la mesa, también dispuesto a irse.
—Y yo estaré siendo mimado en unas vacaciones dignas de un rey.
