Aventuras mágicas Parte 1
Recostada plácidamente en el amplio sofá de la sala, Luz hojeaba con interés un folleto de la prestigiosa escuela de magia Hexide, mientras a su izquierda, Luis mantenía los ojos cerrados inmerso en una aparente meditación.
—Lucho, escucha esto.
Luis entreabrió su ojo derecho y la observó de soslayo. Con un tono apenas perceptible de fastidio, expresó:
—No me interesa.
—Ey, si vamo a tirarno pa' el liceo. hay que pilarnos todo lo que hay en ese peo —le comentó Luz con acento dominicano, enderezándose y mirándolo ligeramente ofendida.
Aunque tenía los ojos cerrados, Luis frunció ligeramente el ceño.
—Que la onda esa de la educación mágica sea tu nueva jevita no significa que yo también tenga que pegarme ese trote.
Luz esbozó una sonrisa encantadora, impregnada de misterio, al tiempo que cubría delicadamente la mitad de su rostro con el folleto, revelando solo sus ojos, como una dama coqueta.
—Si nos tiramos un palique sincero y claro, tal vez podamos etar en la jugada con má de uno, ¿qué tú dices?
Luis finalmente abrió los ojos y, con semblante indiferente, dirigió su mirada hacia su hermana.
—Hermanaza, eso de las jicheras abiertas es como jugá con candela, siempre se van por el tobogán.
De manera abrupta, Eda, con su bastón mágico ahora inerte en su mano izquierda, lanzó una poderosa patada contra la puerta, provocando que cediera de inmediato bajo la fuerza del impacto.
—¡Hola, parásitos! ¿Adivinen que día es hoy?
—¿Es tu cumpleaños? —inquirió Luz con una sonrisa.
—¿El aniversario de tu primer divorcio? —bromeó Luis con una pizca de sarcasmo.
La ocurrencia provocó risas en Hooty.
—Esa estuvo buena.
—¡No!
Al adentrarse en la casa, Eda cerró la puerta principal, revelando que también sostenía el maletín del portal en su otra mano.
—¡Es el día de los tesoros humanos!
Al arrojar el maletín, este se transformó en una puerta por la cual emergió Owlbert, arrastrando consigo un enorme saco que se rasgó, revelando una montaña de chucherías humana sobre la cual luego saltó con un suspiro de satisfacción.
—Basura fresca.
En ese preciso instante, King y Queen irrumpieron en la sala.
—Ñaaa, ¿alguien dijo tesoros humanos?
—¡Ooh, dame dame dame!
Llenos de entusiasmo, se precipitaron hacia el amontonamiento de desechos y comenzaron a hurgar enérgicamente.
Queen tomó un sombrero de paja y se lo colocó con gracia en la cabeza, mientras que King...
—¡Sí! Otra gran adición para mi ejército de terror.
Sacó un adorable oso de peluche, equiparable a su tamaño, con ojos azules y un tono crema claro. Luego, tiró suavemente de la cuerda ubicada en la parte posterior del peluche, provocando que el juguete emitiera una enternecedora declaración:
—Me encanta los abrazos y los besos.
—Ñaaa, muy espeluznante —mencionó Queen con una dulce entonación, fijando su mirada en el juguete con anhelo—. Obsequiámelo, mi dulce rey.
King le lanzó una mirada fulminante.
—¿Para seducirlo y convertirlo en tu amante? ¡De ninguna manera!
Después, Eda giró su atención hacia los hermanos Noceda.
—Ey, niños. Su basura se está arruinando.
Se acostó en posición boca abajo, exploró la pila con la mano derecha y extrajo un gancho para ropa.
—Mientras que la mía se pone mejor.
Escudriñó el objeto con curiosidad y admiración.
—Nunca antes vi un pendiente tan extravagante.
—Puedes tomar nuestra basura —comentó Luis con una expresión imperturbable—. Y eso es un gancho para ropa.
—¡Wow!
Luz, que volvió a hojear el folleto, quedó asombrada.
—Hexside fue contruída sobre las ruinas de la casa de una bruja llamada...
Giró la cabeza para observar a Eda (quien curiosamente se había colocado los ganchos de ropa en las orejas y se encontraba contemplándose en un espejo portátil) con los ojos completamente abiertos.
—¿¡EVELYN CLAWTHORNE!?
—¿Podrías proporcionarnos una explicación, bruja? —le preguntó Luis, mostrando un interés palpable en la respuesta.
Eda apartó la mirada del espejo y posó sus ojos en los jóvenes Noceda.
—Ella, mis niños, fue mi abuela —empezó a explicar—, una bruja valiente y poderosa cuyo destino se vio ensombrecido por la tragedia. Su vida llegó a un abrupto final cuando un monstruo la devoró, dejando a mi pobre madre huérfana. Este trágico suceso ocurrió apenas un año después de que ella perdiera a su esposo, mi abuelo Caleb.
Volvió a contemplarse en el espejo, asumiendo una pose digna de modelo mientras acariciaba su cabello con gracia, utilizando la mano izquierda.
—Oh, hola.
Para consternación de Luis, Luz empezó a derramar lágrimas.
—Igual que los padres de Azura y Zugo en el tomo 1 —sollozó.
—Bueno, buen trabajo, se puso sentimental.
Luis fulminó a su hermana con una mirada de fastidio.
—¡Ya metele mente en lo que ta' nice, Jorobada de lágrima! —la regañó—. ¡El liceo embrujao, por ejemplillo!
Luz enjugó sus lágrimas con el antebrazo derecho y miró a Luis con entusiasmo.
—¿Puedes imaginarlo, hermano? Nosotros, en los salones de Hexside estudiando con tu Mimosita, Gus, y tal vez con Satan... ¡SATAN!
Presa del pánico, Luz soltó el folleto, dejándolo caer al suelo.
—¡OH, VILLANA LUCY! Quedamos en vernos para darme mi libro de Azura.
Tomó la mano de su hermano mellizo con determinación.
—¡Vamos, Lucho!
Juntos, se dirigieron velozmente hacia la puerta. Justo antes de cerrarla, la joven Noceda no pudo evitar agregar con cariño:
—¡Los queremos chicos!
—Y yo a ustedes, amigos —dijo Hooty.
Eda cruzó los brazos.
—¿Quien los necesita?
—Sí
King salió de la pila con los boxers verde agua en la cabeza, decorados con dibujos de caritas, y sosteniendo un oso de peluche marrón con expresión ceñuda.
—Estos osos podrían ser los nuevos hermanovios.
Queen tiró de la cuerda del otro oso de peluche, que era de un tono crema claro.
—Estar sin tí es horror-oso —declaró el peluche con una pizca de humor.
—¡ÑAAAA!
Radiante de alegría, Queen envolvió al peluche con efusión.
—Ven aquí, mi cariñOSITO... ¡AY!
Con notoria irritación, King arrojó el segundo peluche hacia su "reina", ocasionando que esta perdiera el equilibrio y cayera de espaldas al suelo.
—¡TU ERES HORROROSA!
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.
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Los hermanos Noceda arribaron al mercado al aire libre de Huesoburgo, y mientras se desplazaban entre los puestos, Luz decidió aprovechar un breve momento para fastidiar a su hermano, percibiendo la expresión de fastidio en su rostro.
—Mi pana, sé que le tira un veneno al ex de tu futura doña, má que a su brother de batalla, pero...
—Mejó que te quedes calla'ita o voy a hacerte usar la taita como gorro, ¿cogite la onda, o te quedate en la nube? —la interrumpió Luis con tono de advertencia.
Luz rió y se centró en buscar a un brujo en particular con quien había quedado en encontrarse, moviendo la cabeza de un lado a otro para localizarlo.
—Satan, Satan, Satan, Satan... Tengo que encontrar...
De repente, su hermano la detuvo bruscamente, sujetándole la cabeza con ambas manos para girarla en dirección a un brujo de aspecto mitad humano que se encontraba de pie cerca de un puesto repleto de cuadros malditos. El brujo llevaba un traje negro a medida, destacando con una chaqueta entallada y solapas definidas, combinado con un pantalón a juego. Bajo el traje, lucía una camisa blanca de alta calidad. Su imagen se completaba con una corbata elegante, posiblemente de colores oscuros o con un patrón discreto. Además, se notaban cicatrices en su boca, recordando a todos que su madre se la había cosido en el pasado.
—¡Oh, allí está!
Se lanzó velozmente hacia el brujo, con su hermano siguiéndolo, este último avanzando con calma y las manos cómodamente guardadas en el bolsillo canguro.
—¡Hola, Satan! Luz finalmente está aquí
De manera sorpresiva, Amity surgió en su camino, vistiendo exactamente la misma indumentaria que lucía aquella noche en la biblioteca cuando entraron.
—¡Hola, amigui!
Luz soltó un grito y se desplomó hacia atrás, impactando contra el suelo. Amity rió, mientras Luis se apresuraba a llegar y brindaba su ayuda para que su hermana se reincorporara.
—Manoplas, deja de molestarla —la reprendió Satan mientras se acercaba al trío.
—¡Villana Lucy!
Sorprendida y asustada, Luz se inclinó para examinar las heridas cicatrizadas en la boca del joven brujo.
—¿Qué te sucedió en la boca?
Satan esbozó una sonrisa despreocupada y extrajo con calma el quinto tomo del libro "La bruja buena Azura" de su chaqueta.
—Eso no importa por el momento. Aquí tienes tu libro.
Entregó el tomo a Luz, quien lo recibió con las manos y una expresión de inquietud.
—Pero...
—Lucinda —intervino Luis, llamándola por su nombre completo en tono de advertencia.
Resignada, Luz optó por cambiar de tema y preguntó:
—Entonces, ¿que te pareció?
—Estuvo interesante —respondió Satan con amabilidad.
Luis aprovechó el momento en que su hermana abría el libro y extrajo de él lo que aparentaba ser un dibujo de Satanás, acompañado por la figura atractiva de un hombre con cabello verde.
—¿Tanto que te dibujaste junto a Zugo, el hermano gemelo de Azura? —inquirió con una sonrisa burlona.
Satan se encogió de hombros con indiferencia.
—¿Qué puedo decir? Es bastante atractivo.
Después, dirigió la mirada hacia Luis con una expresión que parecía sugerente.
—Aunque no se compara con la magnitud de tu encanto.
Luis arqueó una ceja, mientras Luz y Amity observaban la situación con expresiones traviesas, soltando un sugestivo "Uuuuuuh".
—¿Gracias?
—Eres material para novio —prosiguió Satan, guiñándole un ojo con picardía—. Te invitaría a salir, si no estuviera comprometido.
Luis esbozó una sonrisa irónica y respondió:
—No me hagas reír. ¿Quién te dijo que eres de mi tipo?
Las risitas cómplices de Amity y Luz resonaron en el ambiente, captando la atención de los chicos, quienes las miraron con una sutil expresión de fastidio.
—¿Qué?
—Nuevo ship desbloqueado —bromeó Luz.
—¡LuTan! —añadió Amity con entusiasmo.
—¡Esto es genial! —prosiguió Luz con la broma, lanzando una mirada juguetona a ambos chicos—. Imagínen el crecimiento que experimentarán como pareja cuando sean compañeros de clase.
—¿Cuando seamos qué? —preguntó Satan.
Luz extrajo el folleto de su bolsillo izquierdo.
—¡Sorpresa! Nos inscribimos en Hexside.
—¡Yay! —exclamó Amity, llena de alegría ante la buena noticia—. ¡Qué refrescante!
Satan la observó con cierta pena y tomó el folleto, señalándole la sección que decía:
.
Requisitos avanzados:
-2 hechizos como mínimo
-Runas básicas
.
—Lo siento, amigos, pero para estar en mi clase, tienen que aprobar un examen de nivel y demostrar que dominan dos hechizos. Sin embargo...
Pero Amity lo interrumpió al arrebatarle el folleto y dirigirlo hacia la sección que mostraba a un bebé brujo, con bloques que tenían grabados los símbolos de los aquelarres.
—Si no lo hacen, los pondrán en la clase de bebés, Ji ji.
—¿Examen de nivel? ¿Dos hechizos? ¿Clase de bebés? —preguntó Luz, notoriamente nerviosa, mientras Luis le arrebataba bruscamente el folleto a la bruja peli purpura y lo guardaba en su bolsillo canguro.
Satan observó a los mellizos con curiosidad.
—Se que haces esa cosa de la luz, y según me comentó mi madre, Luis puede neutralizar hechizos existentes, pero...
—¿Hacen algo más? —interrumpió Amity una vez más.
—Deja de completar mis oraciones, Manoplas, o le diré a tu madre que la espías en sus reuniones de sábanas con tu padre y los acesores financieros —advirtió Satan sin perder la compostura.
—¿CÓMO SABES DE ESO?! —exclamó Amity enérgicamente, para luego soltar una risa nerviosa—. Quiero decir...
—Miren, nos gustaría quedarnos a seguir charlando con ustedes pero, Lucho y yo tenemos planes de entrenamiento en un lugar muy lejano. Al que tenemos que ir ahora... ¡Adios!
Luz tomó a su hermano del brazo derecho y se apresuró a correr.
