Los aplausos y vítores de su nueva casa llenaron el Gran Comedor mientras Harry tomaba asiento junto a sus compañeros de casa. Se sentía emocionado por la oportunidad de forjar amistades y vivir nuevas aventuras en Gryffindor.

El sombrero seleccionador continuó su tarea, enviando a varios estudiantes a sus respectivas casas. Un chico de cabello negro y ojos grises llamado Terry Boot fue enviado a Ravenclaw,

donde encajaría perfectamente debido a su curiosidad insaciable.

Lavender Brown, con su personalidad extrovertida y amigable, se unió a la casa de Hufflepuff. El sombrero la había elegido por su capacidad para crear amistades y su amor por la diversión.

Por último, llegó el turno de Ron Weasley, un joven pelirrojo con una mirada decidida en su

rostro. Cuando el sombrero seleccionador anunció "¡Hufflepuff!" El rostro de Ron se volvió

escarlata y se estalló en una rabieta.

"¡Esto es un error! ¡Soy un Gryffindor, lo sé!" gritó Ron, su voz resonando en todo el Gran Comedor.

El Gran Comedor quedó en silencio por un momento antes de que las risas comenzaran a llenar el aire. Aunque Ron estaba visiblemente molesto, Harry sabía que eventualmente encontraría su lugar en Hufflepuff.

La ceremonia de selección llegó a su fin, y los estudiantes disfrutaron de un festín delicioso

mientras conversaban y se conocían mejor. Harry estaba emocionado por el año que tenía por delante en Hogwarts y por las amistades que estaba comenzando a formar.

El Gran Comedor estaba iluminado por la luz de las velas flotantes que se suspendían en el aire. Las mesas estaban llenas de platos deliciosos y dulces, y el zumbido de conversaciones llenaba el aire mientras los estudiantes disfrutaban del banquete de bienvenida en Hogwarts.

Harry Potter se encontraba sentado en la mesa de Gryffindor, entre sus nuevos amigos de casa. Aunque estaba emocionado por las delicias culinarias que se extendían ante él, no pudo evitar sentir una extraña sensación cuando el profesor Dumbledore, el director de Hogwarts, se puso de pie para dar su discurso.

"Queridos estudiantes, profesores y personal de Hogwarts", comenzó Dumbledore con su voz

tranquila y melódica. "Es un placer darles la bienvenida a un nuevo año escolar en esta

venerable institución de aprendizaje y magia."

Harry no podía evitar sentir que los ojos centelleantes de Dumbledore parecían penetrar su alma. Era como si el director supiera algo que Harry mismo apenas comenzaba a descubrir.

Dumbledore continuó hablando sobre los valores de Hogwarts: valentía, sabiduría, lealtad y ambición, y cómo cada casa representaba una faceta única de esos valores. Mientras hablaba, Harry notó que el sombrero seleccionador, colocado en una repisa junto al profesor Dumbledore, lo miraba fijamente.

El discurso de Dumbledore concluyó con palabras de aliento y la promesa de que todos los desafíos que enfrentarían en Hogwarts los harían más fuertes y sabios.

Después del discurso, Dumbledore presentó a los profesores de Hogwarts. La profesora

Minerva McGonagall, jefa de Gryffindor, recibió una ovación de su casa. Severus Snape, el

profesor de Pociones y jefe de Slytherin, observaba con un aire de superioridad.El profesor Flitwick, profesor de Encantamientos y jefe de Ravenclaw, saludó con entusiasmo a

su casa, mientras que el amable profesor Sprout, jefa de Hufflepuff, recibió aplausos de losmiembros de su casa.Finalmente, Dumbledore presentó al nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, el

profesor Quirrell. Harry notó que Quirrell parecía nervioso y se tambaleaba un poco mientras

saludaba a los estudiantes. Había un extraño tictac en su mejilla izquierda que llamó la

atención de Harry, pero no pudo identificar su origen.

A medida que la velada continuaba y los estudiantes disfrutaban del banquete, Harry no podía dejar de sentir que algo estaba fuera de lugar. La mirada penetrante de Dumbledore y la presencia del sombrero seleccionador continuaban desconcertándolo.

Mientras observaba al profesor Snape conversar con algunos estudiantes de Slytherin, Harry se preguntó si el sombrero había considerado enviarlo a esa casa debido a su herencia de Slytherin. Pero al final, había prevalecido la elección de Gryffindor.

A medida que el banquete llegaba a su fin y los estudiantes se retiraban a sus respectivas casas, Harry seguía reflexionando sobre las extrañas sensaciones que lo habían invadido esa noche. Sabía que su tiempo en Hogwarts sería una aventura llena de misterios y descubrimientos, y estaba ansioso por enfrentar lo que viniera.

El tiempo pareció volar en el Gran Comedor, entre risas y conversaciones. El festín dejó a todos los estudiantes satisfechos y con una sensación de camaradería que solo Hogwarts podía brindar.

Cuando finalmente se retiraron a sus dormitorios, Harry y sus amigos compartieron sus impresiones sobre el banquete. Daphne comentó sobre la deliciosa tarta de calabaza.

Harry se preguntó si Dumbledore y el sombrero seleccionador sabían más sobre él de lo que

estaba dispuesto a revelar. La conexión con su herencia de fundadores de casas le parecía una responsabilidad abrumadora, pero también una oportunidad para demostrar su valía en

Hogwarts.

Mientras se acomodaba en su cama en la sala común de Gryffindor, Harry miró por la ventana hacia el cielo estrellado. Sabía que este sería solo el comienzo de su viaje en el mundo de la magia, y estaba decidido a enfrentar cada desafío con valentía y determinación.