Callejón Diagon

26 de Agosto de 1984

Estaba paralizada estaba frente ese bar, el caldero chorreante, entré en el bar, era diminuto con un aspecto mugriento, desde afuera parecía de mala muerte, pero era Londres los muggles pasaban rápido y no les importaba ver a una niña de once años entrar a un bar, aunque eso era bueno para los magos y brujas que entraban ahí.

No pude ver nada de ahí ya que mamá fue directamente al patio que estaba en el caldero, empezó a contar todos los ladrillos y agarro su varita y empezó a darle golpecitos en los ladrillos, "tres arriba y dos horizontales", yo la veía sin entender porque hacía eso cuando derrepente empezaron a temblar y se retorcían dejando aparecer un pequeño agujero el cual se hacía más grande y ancho.

Al entrar en el callejón, me maravillé de tantas cosas que había visto jamás, vi muchas cosas volteaba a todas partes, había magos con sus túnicas y brujas con sus sombreros puntiagudos, todo era tan colorido, lleno de cosas maravillosas, podía creer que hasta años había una guerra, sentí que alguien agarraba el hombro.

-Vamos Dora, vamos a sacar unos Galeones para comprar tus cosas, habrá más tiempo para ver todo lo qué hay en el callejón- Dijo para después empezar a caminar conmigo a su lado.

-¡Muy bien!- Empecé a brincar con mucha felicidad, pero mi torpeza se hizo presente haciendo que me cayera, me levante lo más rápido posible con la cara tan roja que parecía que iba a sangrar, solo escuche a mi papá reír y a mamá me regañaba.

Llegamos a un edificio, blanco como el mármol que era más grande que muchas tiendas más, habían unas puertas de bronce pulido.

-Ellos son….- Escuche una voz que me interrumpió.

-Duendes- Dijo papá- Te imaginas la impresión que tuve cuando los vi por primera vez y también las de mis padres- lo mire al escuchar una risita.

-Ted quédate con Nymphadora, yo iré a sacar el dinero de la bóveda- dijo mi mamá.

-Bien, en fin que le ahorramos el mal viaje a Dora- dijo antes de que ella se fuera detrás de un duende.

-¿Mal viaje?- Pregunte confundida.

-Si, los carros de ahí, son muy rápidos y te marean con facilidad- dijo con una mueca.

-¿Ya has ido?- Pregunté con interés.

-Claro que he ido- He estado muchas veces, de ahí saco el dinero con el que pagamos la comida- ¡Oh! Debe ser un mal viaje para que el ponga esa cara.

Iba a decir algo pero la vi salir con una cara pálida hasta un poco verdosa, ella parecía estar muy mareada pero seguía caminando con elegancia.

-¿Te sientes bien?- le pregunté con preocupación ya que su cara era blanca.

-Si- dijo débilmente- Vamos a comprar todas tus cosas- me miró con una sonrisa en la cara.

Salimos de ahí, listos para explorar el callejón .

Se que el capitulo esta corto pero el lunes tengo planeado subir dos capítulos así qué decidí hacer este capitulo más corto.