La diadema perdida

30 de Octubre de 1988

Era un sábado otoñal, hacia frio pero no demasiado como en invierno... Me encontraba traba en la sala de los menesteres buscando la diademas de Rowena, no sabía como era, pero al tocarla sabría que era un horrocrux ya que esta era magia oscura y no solo sentiría un pequeño latido de esa diadema si no que también ese tipo de magia se sentiría diferente.

-A este paso no creo poder encontrarla- Desde que llegue me he dado a la tarea de encontrar la diadema, sabía que iba a ser una tarea difícil, pero ya había llegado tan lejos que ya no podía parar- Creo que es hora de un descanso- cuando iba a bajar de la gran pila de cajas y todo tipo de cosas mi pie se resbalo, por reflejo intente agarrarme de una caja pero de nada funcionó solo conseguí caerme desde una gran altura tirando algunas cosas en mi caída hasta que sentí como mi todo mi peso se apoyaba en mi pie derecho sintiendo al instante una punzada- Que idiota- me reprendía por no tener cuidado.

Empece a mirar a todos lados contemplando mi desastre, vi varias cajas, libros algunas velas, muebles, pero entre todas ellas había una caja abierta que a unos pocos centímetros se encontraba una cosa brillante, llegue arrastrándome a esa caja y al objeto que estaba cerca de ella.

-No puede ser- No sabía si era suerte, mi determinación o mi torpeza que había hecho que me encontrado con una tiara con aspecto antiguo y descolorida que en ella se podía ver unas letras talladas- Una inteligencia sin limites...es el mayor tesoro de los hombres..-Puse un dedo en el centro de la corona en la que había un topacio azul con forma ovalada- Es esta- dije al sentir un pequeño latido que venia de ella- Muy bien- dije agarrando la diadema con cuatro dedos y poniéndola en la caja que estaba antes, para después agarrarla y ponerla en un pequeño bolso pero lo suficientemente grande para guardarla - Debo ver al profesor- Al dar un paso con mi pie derecho, solté un chillido por el dolor- Primero con Madame Pomfrey- dije mientras cojeaba hacia la puerta para salir, pero algo me detuvo o mas bien alguien.

-¿Dama...Gris?- me congelé, ¿Porque entre todos los días que estuve buscando me tuve que encontrar con ella hoy?

-Señorita, no deberías estar aquí y mucho menos llevarte eso- dijo con cortesía pero a la vez era fría.

-¿Disculpe?- Intenté hacerme la tonta- Solo estaba... explorando- Sabía que no era tonta pero tenía que intentar.

-Lo que traes ahí- dijo señalando el bolso- NO DEBES USARLA- dijo con voz alta y molesto.

-No planeo usarla- Dije aguantando el cansancio de mi pie izquierdo.

-Mientes- dijo con la voz baja pero seguía siendo severo- Todos los que conocen la leyenda de eso la buscan para tener mas sabiduría e inteligencia- Sabía que ella no quería que alguien mas la encontrara para profanarla como lo hizo Tom Ryddle.

-Conozco la leyenda, pero solo es eso... una leyenda, no busco inteligencia o algo parecido, todos en Hogwarts somos inteligentes pero hay personas que no intentan explotar esa inteligencia, aunque aveces creo que es lo mejor- La expresión de la dama gris cambió de molesta a confusa.

-¿Porque crees que es lo mejor?- Preguntó, realmente era una Ravenclaw... siempre tenían preguntas y no dudaban en preguntar.

-A veces... cuando la inteligencia y la ambición por poder combinadas puede generar a personas como Voldemort- Al decir el nombre ella abrió los ojos, inconscientemente puse mi peso en el pie derecho, haciendo que hiciera una mueca.

-Estas lastimada- Creo que se lo dijo a sí misma en vez de a mí, no era como si no supiera que yo estaba lastimada, viendo que íbamos a hablar mas tiempo decidí sentarme en el suelo.

-Si, al igual que tu- Dije inconscientemente para después taparme la boca.

-¿Porque lo dices?- su expresión mostraba más confusión.

-Se cómo se siente... como se siente morir- Dije en voz baja.

-¿Y cómo lo sabes? aun sigues respirando, tu sangre sigue corriendo por tus venas, tu piel no esta fría o pálida, no hueles a descomposición... No sabes nada- dijo con desdén.

-Es de esperarse que reacciones así, si le dijera esto a mis amigas o compañeros dirían que estoy loca... la única persona que ha creído y confiado en mi es el profesor Dumbledore... se como se siente el metal frio perforándote la piel, me pasó casi lo mismo que a ti Helena Ravenclaw- Al decir su nombre ella se quedó callada por mucho tiempo, no sabía si me creía así que decidí continuar- Se que Voldemort te engañó, te dijo que destruiría esto- saque la caja, abriéndola dejando ver la diadema-pero la deshonro, con magia oscura y es por eso que la estuve buscando por mucho tiempo... para cumplir la falsa promesa, me encargaré de destruir cada uno de los objetos que utilizó- Mi voz era decidida, ella se me quedó viendo para después hablar.

-Hufflepuff... siempre creí que era débiles y sumisos, pero veo que me equivoque, me encontré con un Hufflepuff bravo... Dicen que son leales-Me examinaba, seguramente estaba intentado buscar un signo de falsedad en mis palabras- ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?- Dijo mirándome barriendo su mirada.

-Te contaré mi historia, confío en ti... serás la primera en saber quien soy de verdad- Dije viéndola, me sentía tan identificada con ella, pero había una diferencia, yo encontré la manera de aceptar lo que pasó.

-Apenas me conoces, ¿cómo puedes confiar en mí tan pronto?-

-Porque lo puedo ver en tu mirada, hay algo que nos conecta y esa es la muerte, yo podría haber sido igual que tu- Todas mis palabras hacia que su expresión se suavizara un poco- No importa como me llamaba, apenas recuerdo sus caras, pero incluso si no puedo verlos al cerrar mis ojos puedo sentir su aroma y escucho sus voces... No era una persona que poseía magia en su sangre, mi familia no era la más rica o perfecta del mundo, pero era felices mi padre era una persona tranquila y comprensiva siempre fue mi refugio, el siempre me dijo que me seguiría queriendo incluso si fuera una asesina... una mala comparación pero así de grande era su amor por mi... mi madre... no era una persona fácil de entender... pero nunca dudó en protegerme, aunque aveces su forma de expresar su preocupación era mala y debido a eso generalmente peleábamos, pero hasta que morí me pude dar cuenta que todo lo que hacía era por amor- En esos momentos sonreí, no me dolía contar eso Helena hablo al verme sonreír.

-¿No los extrañas?- Me preguntó con una voz suave.

-Ellos son un grato recuerdo... pero ahora tengo a mis papás, eso no hace que los ame menos, de hecho hace que disfrute cada día que paso con ellos y también hace que siempre les diga que los amo... es de lo único que me arrepiento... no haberles dicho a mis padres que los amaba- Cuando practico para hacer un Patronus corpóreo siempre utilizo algunos de los recuerdos que tengo con ellos.

-¿Como moriste?- Preguntó directamente Helena, si fuera otra persona podría creer que esa persona es insensible, pero sabía que ella no quería hacerme daño con esa pregunta.

-Mm... Recuerdo que era de noche, estaba en mi departamento... Acababa de llegar de la casa de mis padres después de tener una pelea con mi madre... Estaba tan agotada que no me fije que alguien había entrado a mi casa... que esa persona se acercaba atrás de mi... hasta que sentí ese frio metal que se enterraba en mi cuerpo, causándome una muerte agonizante y lenta... "Lo siento" Fue lo ultimo que escuché de el antes de que se fuera y cuando mi cuerpo se dio por vencido cerrémoste mis ojos, pero al abrirlos estaba en los brazos de mi papá- Siempre que decía la palabra "Mamá" se mostraba triste, ella se arrepiente... de eso estoy segura.

-Confio en tí- Dijo en voz baja.

-¿Sí?- pregunté incredula.

-Si.. no me mientes... lo veo en tus ojos- dijo viendome.

-Bueno.. se me hace tarde, debo cenar...- Ella asintió y se fue flotando, de nueva cuenta me paré y fui a la puerta, al salir vi que el cielo estaba oscuro... Demasiado oscuro- Mierda... Voy tarde, dije cojeando dirigiéndome hacia las escaleras, al bajar unos cuantos escalones, me encontré a una profesora McGonagall pálida y al verme su rostro se mostró mas severo que antes.

-Señorita Tonks, ¡se da cuenta de qué hora es!- por ese tono de voz si que era muy tarde, estaba confundida, según yo solo había tardado poco tiempo hablando con la dama gris, pero al parecer fue mucho más tiempo de lo que creía- La hemos estado buscando por mas de una hora- dijo mientras su mirada se oscurecía.

-Perdóneme, no pensé que tardaría mucho en bajar las escaleras- dije nerviosa, no sabía cómo decirle que me había caído y no podía caminar bien.

-Usted siempre esta llena de energía, es imposible que no bajara rápido las escaleras, tendrá detención conmigo por un mes- Bueno al menos no me había topado con Filch o Snape- Baje conmigo, la llevare a su Sala Común- dijo dándose la vuelta y bajando rápidamente las escaleras.

-Profesora... ¿Podría ir más lento?- dije mientras cojeaba y me agarraba de la barandilla de piedra de las escaleras.

- No, es demasiado tarde y debo informarle al director, profesores y prefectos que la he encontrado- dijo caminado a la misma velocidad.

-Profesora aceptare cualquier castigo que me pongan pero antes de eso tengo algo que confesarle- al decir esas palabras ella se detuvo y volteo a verme- bueno... la razón por la que estoy afuera de la cama tan tarde es por esto- dije mientras me quitaba el zapato y las medias, para enseñarle mi pie derecho, el cual estaba con un pie hinchado y con un gran moretón.

-Espere aquí llamaré a Madame Pomfrey y a un prefecto para que te lleven a la enfermería- dijo la profesora McGonagall bajando rápidamente.

-Necesitara quedarse en la enfermería esta noche, mañana estará bien- Le dijo Madame Pomfrey a la profesora McGonagall y al director.

-Si me disculpan necesito hablar con la señorita Tonks, sobre las medidas disciplinarias- Al escuchar esto ambas mujeres se fueron de la habitación, una a su despacho y otra a la torre de Gryffindor de seguro- Señorita Tonks, ¿Porque desapareció por mucho tiempo?- su voz era igual que siempre, tranquila.

-Me encontré otro Horrocrux- Dije agarrando el bolso que estaba a mi lado y sacando la caja, mostrándosela- Ahora faltan 5.

-¿Dónde la encontraste?- Preguntó viendo la diadema.

-En la sala de las cosas ocultas, aparecer a un joven le pareció una gran idea poner un Horrocrux en una escuela y además en un lugar que casi nadie sabe dónde se ubica- Dije con una sonrisa debido a la suerte que tuve de encontrarlo.

-¿Cuánto tiempo tienes buscándola?- Dijo intentando tomarla, pero cerré la caja, sabía que si la tocaba no le iba a pasar algo ya que yo la había agarrado, pero no quería arriesgarme.

-Uno... Dos... Tal vez cinco años - dije sonriendo- Pero esto se queda conmigo- dije metiéndola en mi bolsa.

-¿Tienes un lugar en donde esconderla?- Preguntó con su voz tranquila, había pasado demasiado tiempo conmigo que sabía cuando no tenía que hacer preguntas sobre él porque hago las cosas.

-Si, de todas maneras ensayé el Encantamiento Fidelio para este momento- La casa de los gritos sería la mejor opción para mantener la diadema segura, la mayoría de los estudiantes no tenían la valentía suficiente para entrar en ella.

Mil disculpas, apenas me doy cuenta de que no salieron los capítulos, en estas cosas de tecnología soy una Boomer.

Acabo de terminar algunos capítulos, pero ya es demasiado tarde para corregir algunas cosas, esta vez espero que no haya ningún contratiempo, mas al rato subiré otros capítulos, no se a que hora pero los subiré.

Atte. Nanan Banana