Capítulo 2

Jade salió de la oficina de su madre dejándola con Cat. Regina sabía que para su hija era muy duro todo lo que estaba pasando y no dudaba que Lauren se estuviera sintiendo de esa misma manera.

—¿Crees que haga algo encontra de Snow? —Pregunto Cat mirando a su madre directamente.

—No.—Dijo Regina en un suspiro. —Ella no lo hará porque sabe que haciéndolo podrían en riesgo nuestra oportunidad de encontrar a Emma y a Lauren. También tenemos que buscar a Lena y Kara, además, le estaría dando información a Rumple, lo que menos necesitamos es que el se meta en nuestros asuntos.

Cat se quedó callada por unos minutos, estaba tratando de no pensar en todo lo que había pasado desde que la maldición les había quitado su felicidad. Regina noto como Cat se quedaba hundida en sus pensamientos, la reina sonrió al darse cuenta de que esa chica se había ganado un espacio en su corazón y en su familia para siempre.

Desde el momento que había decidido quedarse con Cat, sabia que habia tomado la mejor decisión y Emma simplemente la había apoyado. Al final, Cat había crecido conociendo la historia de su familia tal y como su hermano se lo había pedido.

—Recuerdas cuando Emma y yo te hablamos de Belkis.—Dijo Regina atrayendo la atención de la pelirroja.

Cat asintió con una pequeña sonrisa en su rostro. —Siempre he sentido su magia protegiéndome.—Susurro Cat con tristeza.

—Lo se.—Dijo Regina con suavidad. —Y siempre lo hará, el siempre estara a tu lado.

Muerte de Belkis

Sekurtious 10, X575

Después de tres años, las pequeñas Jade y Lauren habían usado magia sin darse cuenta. Regina sabia que tenia que hacer algo al respecto, de no ser de esa forma sus hijas terminarian lastimadas o lastimando a alguien más. Con ayuda de sus caballeros más cercanos habían dado con el hechicero Sikowitz, era el hechicero más poderoso en el continente de Castellum, aparte de Regina. Regina sabía que ese hombre era su única esperanza.

¿Crees que el va a poder hacer algo? —Preguntó Emma con preocupación, lo que menos quería era poner en peligro a sus pequeñas, pero sabía que podía confiar en la intuición de su esposa.

El nos ayudo cuando Lexa estaba teniendo problemas con su magia.—Respondió Regina. —Sikowitz fue de mucha ayuda, Lexa tenía tres años cuando su magia se empezó a manifestar de forma violenta. Ella fue la primera en nuestra familia en manifestar su magia a esa edad, los demás empezamos cuando teníamos nueve o diez. El le ayudo, se que el nos ayudara.

Emma no hizo más preguntas, sabía que su esposa haría todo para que sus hijas estuvieran bien. Ambos juntos a seis de sus caballeros y capitana del ejército de la orden de Polyanthus. Regina pensaba que era muy redundante que tuvieran a siete personas protegiendoles cuando ella y Emma podían defenderse con magia y físicamente. Pero preferiría no discutir con su esposo y los soldados, sabía que lo único provocaría sería un enorme argumento y ella terminaría rodando los ojos. Siempre terminaba rodando los ojos aunque no quisiera.

Emma se alejó del grupo un poco, provocando que sus soldados se empezaran a preocupar, el plan había sido que tenían que permanecer juntos hasta que llegaran donde Sikowitz se encontraba. Regina solo rodo los ojos ante lo que estaba viendo.

No se preocupen por ella.—Dijo Regina. —Siempre le gusta merodear cuando salimos del castillo.

Cuando Emma regreso se sorprendió al ver la calma en la que su esposa hablaba con Jade y Lauren, las pequeñas parecían estar embelesadas con la voz de su madre. Emma no podía culpar a sus hijas, a ella también le pasaba eso cuando Regina hablaba con ella. Regina siempre terminaba regañandola por no prestar atención o simplemente le lanzaba un bola de fuego que por suerte podía esquivar, pero siempre valía la pena, siempre valdría la pena escuchar a su esposa hablar.

Se acercó a su esposa e hijas, una pequeña sonrisa adornando su rostro. Todos sus soldados tenían una pequeña sonrisa en el rostro al ver la alegría en las personas a las que servían. Finn noto como el rey sacaba algo de su túnica, una flor de Pensamiento Rojo.

Vieron a la reina mirar a su esposa con una sonrisa tierna en el rostro, como Emma le daba la flor y luego le susurra algo al oído provocando que la reina se sonrojara un poco y el diero un pequeño beso, tal beso causa una enorme sonrisa en el rostro de Emma.

Ante los reinos vecinos las reinas de Renenet parecían no tener cariño entre ellas o para con los miembros de su consejo real. Pero solo los soldados de más confianza podían ver momentos como ese.

Retomaron su camino, la reina quería llegar lo antes posible. Emma tomó a Jade en brazos y empezó a hablar con ella como si estuviera hablando con alguien más mayor. Regina solo podía sonreír ante lo que su esposa hablaba con su pequeña. Regina tomó a Lauren en brazos, la menor de las gemelas se estaba quedando dormida en los brazos de su madre, así que la reina la acomodo mejor para que la pequeña pudiera descansar. Eran pocas las veces en que una de ellas se quedaba dormida y la otra seguía despierta. La mayoría de veces ambas se iban a la cama al mismo tiempo y se despertaba al mismo tiempo, no daban un intervalo.

Caminaron por unos cuantos minutos más hasta que Regina se detuvo de golpe ante la presencia de alguien con magia. Emma frunció el ceño ante la reacción de Regina y apego a su hija más a su cuerpo, no tenía de qué preocuparse en cuanto a su esposa se trataba pero sus hijas eran muy pequeñas como para defenderse. Los soldados se pusieron alerta, sacando sus espadas y mirando a hacia todos lados.

Regina fue la primera en ver una cabellera roja salir entre los arbustos, no se movió al ver al chico y a la pequeña niña en sus brazos, por lo poco que podía ver la pequeña estaba dormida y el ruido parecía no molestarle en lo absoluto, al mismo tiempo pudo notar que la pequeña en los brazos del chico tenía la misma edad que su hija.

¿Quien eres? —Preguntó la capitana del ejército y la orden de Polyanthus, Fa Mulan, levantando la espada en contra del chico. Mulan al ser la capitana no iba a permitir que nadie se acercara a los reyes, en todos los reinos vecinos, Renenet había sido el primero en otorgarle el puesto de capitán a una mujer. Provocando que los capitanes de otras reinos empezaran a creer que ella era débil pero era todo lo contrario. Los demás reinos tenían que aprender a no subestimar el poder de una mujer, despues de decadas en las que el reino de Renenet se encargó de que cada persona bajo su mando supiera cómo defenderse físicamente.

Regina fue la primera en reaccionar bajando con su mano libre la espada de Mulan. —Tranquilos.—Ordenó la reina.

Mulan miró a su reina con asombro pero asintió y bajó su espada mas no la guardo. Regina ya se había dado cuenta del estado en el que el chico se encontraba, su magia estaba abandonando el cuerpo de chico lentamente, provocando que su vida estuviera por llegar a su fin. Sabía que ese caso ya no podían hacer nada, pero podrían ayudarle a encontrar un poco de paz.

Regina paso a Laurance a los brazo de Mulan antes de hacer algo más.

Belkis Matthaeus Valentines Goddelyot.—Susurro en chico una deje de tristeza en su voz. —Provenimos del reino de Furorem, la ciudad de Occursum, no sabia que estabamos en sus tierras. Pido disculpa, ruego por un favor.—Continuó el chico pelirrojo a punto de estallar en llantos. El sabia quienes eran las personas que estaban ante él, por ende ahora sabía que había cruzado al reino de Renenet y que quizas habia encontrado a alguien que le fuera a ayudar a buscarle un lugar seguro a la última descendiente de su clan. Belkis sabía que su vida estaba por llegar a su fin y lo último que quería hacer era encontrar un lugar segura para su hermana.

¿Qué es lo que podemos hacer por ti? —Preguntó Regina al ver como el chico abrazaba a la pequeña en sus brazos.

Un lugar seguro para ella.—Pidió con un tono de esperanza.

Los soldados vieron al chico un toque de desconfianza, Mulan estaba alerta de que Belkis no fuera a intentar hacer nada estúpido como atacar a la reina, sabía que iba a ser más difícil hacer algo con la pequeña Laurance en sus brazos, pero eso no la detendría. Finn Hudson uno de los mejores soldados, se había posicionado al lado de su otra reina y estaba listo para lo que fuera. Emma seguía observando al chico mientras cargaba a Jade.

¿Por qué? —Preguntó Emma al no poder detectar la magia dejando el cuerpo de chico. Su esposa era la única con esa habilidad.

Mi magia.—Empezó a susurrar Belkis. —La use para protegerla de las manos de los soldados del rey Mike. Nuestro clan tiene poderes especiales como ningún otro en ese reino, pero ellos no querían que siguiéramos teniendo gran parte del reino bajo nuestra custodia. Las ciudades de Occursum, Etiam y Mentis estaban bajo la custodia de nuestra familia, por eso los nombres que no tiene nada que ver con el nombre del reino. Empezaron a matarnos, sin importar la edad. Nuestros padres se sacrificaron para que pudiéramos escapar, pero no fue suficiente, tuve que hacer un hechizo de protección que ha estado prohibido durante años posiblemente décadas.

Donum Vitae.—Susurró Regina. —Fue creado por mi familia pero al darnos cuenta de las consecuencias fue clasificado como hechicería prohibida.

Belkis asintió ante lo dicho por la reina ante él, lo que había sorprendido al chico era que ese hechizo provenía de su familia, lo que le quería dar a entender que gracias a su familia muchos seres con magia estaban bajo protección. Ella le podía ayudar y entender, estaban hablando de hechicero a hechicera.

Ella es la última de nuestro clan.—Susurro Belkis al darse cuenta de que en pocas horas o en pocos minutos su hermana quedaría sola. —Por favor.—Susurro mientras lagrimas caían por sus mejillas al darse cuenta de la crueldad en la que dejaría a su hermana menor. Sola, sin que nadie le explique de dónde viene, sin que nadie le pueda explicar la historia detras del clan Valentine Goddelyot.

Regina se acercó al chico provocando que todos tensaran, Emma decidió dejar que su esposa hiciera lo que ella creía que era bueno. Emma podía sentir la magia de su esposa en completa calma, lo cual le hacía estar tan tranquilo ante la situación. La reina sabía el dilema en el que se encontraba la mente de chico y no quería que este muriera con esa pesadez en su corazón.

Me haré cargo de ella.—Dijo Regina en un susurro. —Me encargare de que conozca de dónde viene, que conozca qué tan grande y poderosa fue familia, y que siempre recuerde el sacrificio de sus padres y hermano.

Belkis miró a Regina a la cara, mientras un río de lágrimas corrían por sus mejillas sin poder detenerlas. —Gracias.—Susurro el chico, había sentido la sinceridad en las palabras de la mujer pelinegra, sabía que su hermana estaría en buenas manos.

¿Cual es su nombre? —Pregunto Emma. Regina había tomado la decisión de quedarse con esa pequeña de cabellos rojos y ella solo podía sonreír.

Catherine Quinn Florence Vagnone Goddelyot II, fue nombrada en honor a nuestra abuela.

En ese momento Belkis sintió su cuerpo más débil, está a segundos de dejar caer a la pequeña Catherine cuando la reina lo detuvo. Con sumo cuidado Regina puso su mano en la espalda de la pequeña y su otra mano la puso en el hombro del chico.

Mulan.—Llamo Regina.

A su orden su majestad.—Respondió rápidamente la capitana.

Tengo una misión para ti.—Continuó la reina sin dudar. —Ve a la ciudad de Occursum e investiga qué fue lo que paso con el Clan Valentine Goddelyot. Si el rey Mike te amenaza hazle saber que los reyes de Renenet no tienen miedo destruirlo, su reino es uno de los más pequeños del continente de Castellum. Mi familia hizo mucho para mantener la paz en todo el continente después de la guerra de cien años, pero el atacar a hechiceros está en contra de las leyes en todos los reinos. Están violando las leyes que Renenet dejo despues de luchar tanto.

Mulan iba a protestar, porque no sabía qué era lo que iba a pasar cuando ella se fuera y las reinas continuaron con su camino con un miembro más que no se podía defender. Pero la reina le dio la mirada de que no tenía más opción que seguir sus órdenes. Mulan paso a la pequeña Lauren a los brazos de Nova.

Emma se había mantenido callada ante eso, sabía lo que su esposa estaba haciendo y sabía que ella hubiera hecho lo mismo. Todos los soldados miraron a las reinas con sorpresa, no esperaba que le fueran a ayudar a alguien así de la nada. Emma sabía que Regina siempre trataría de proteger el legado de Renenet a como diera lugar, tan lejos había legado que había logrado desterrar a su madre por querer entrar en guerra con los reinos vecinos por poder.

Cora había intentado desterrar a Regina porque esta le había dicho que no cuando Cora quería tomar por sorpresa a los reinos pequeños y hacerse de ellos con más rapidez. Cora no contaba con que todos los soldados y los miembros del consejo se pusieran del lado de Regina.

Finn, acércate.—Dijo Regina mirando a Belkis quien parecía estar más débil y a cada momento la luz en sus ojos se iba perdiendo. Regina le hizo señas a Finn para que tomara en brazos a la pequeña Catherine, está aun se encontraba dormida.

Finn tomo a Catherine en brazos y se hizo a un lado, permitiendo que los demás vieran lo que estaba pasando.

En honor a lo que haz hecho, ante todo lo que haz luchado para salvar la vida de tu hermana. El distrito 4 del reino de Renenet será nombrado Belkis, me asegurare de que Catherine sepa porque nombramos este distrito.—Proclamó Regina, Emma asintió al ver que el chico miraba a su esposa y luego lo miraba a ella. —Puedes descansar en paz, Belkis Matthaeus Valentine Goddelyot, que tu llegada al otro mundo será con tranquilidad y sin remordimiento. Tu familia y la mia te espera para poder descansar en paz.

Muchos de los soldados fruncieron el ceño cuando la reina había dicho que su familia esperaría a ese chico que apenas y acababan de conocer. Regina dejó salir un suspiro, todo ser con magia era recibido por su familia.

Antes de cerrar los ojos, Belkis le susurro algo a la reina que nadie pudo escuchar. Belkis sonrió con tranquilidad, su última mirada se dirigió hacía la pequeña pelirroja que yacía dormida en los brazos de Finn.

Crece y se feliz por todos nosotros.—Susurro antes de que sus ojos se cerraran por última vez. Regina sintió como toda clase de magia había dejado el cuerpo de chico y ahora se encontraba protegiendo a la pequeña Catherine.

Los soldados se pusieron en poses firmes, despidiendo al chico que había dado su vida para que su hermana sobreviviera. Mulan inclinó la cabeza para luego darse la vuelta, montar su caballo y dirigirse hacía la ciudad de Occursum, haría todo lo que estuviera en su poder para poder saber qué era lo que había pasado, porque el rey Mike había erradicado a ese clan. Regina y Emma no estaban nada contentos al enterarse que Mike había roto una de las reglas sagradas. El asesinar a seres con magia sin razón alguna. Ahora los demás reinos tenían el derecho de atacar y quitarle el poder.

Finn seguía con Catherine en sus brazos hasta que la reina se levantó y la tomo. —Nova y Jefferson encarguense de que el tenga una sepultura digna de un héroe. Luego vayan a todos los distritos y ciudades y háganles saber el cambio de nombre del distrito 4. Nova quiero que vayas a Amazona y le hagas saber a Lexa lo que pasó y que se prepare por si tenemos una guerra. Tenemos que estar preparados.

Dos de los soldados miraron a Emma quien se había mantenida callada en todo ese tiempo, esperaban que fuera a protestar, que fuera a decirles a Nova y Jefferson que no se movieran de sus posiciones pero esa protesta nunca llegó.

Nova y Jefferson solo asintieron subiendo en sus caballos y dirigirse hacia sus destinos. Muchos de los nuevos soldados se iban a dar cuenta que el reino de Renenet una reina que se hacía valer por sí misma. Regina tomo de regreso a Lauren, la pobre pequeña había pasado de brazo en brazo.

Regina y Emma siguieron con camino, ahora con un nuevo miembro en su familia. Regina sabía que tenía que hablar con Emma después que hablaran con Sikowitz y saber qué era lo que tenían que hacer para que Jade y Lauren no sufrieran por culpa de su magia.

….

—Fue muy valiente al protegerte de esa manera.—Dijo Regina mirando con ternura como la pelirroja trataba de no llorar. Cat siempre había deseado poder recordar el rostro de su hermana por si misma, muchas veces Emma o Regina hacían un hechizo que les permitía ver el rostro de Belkis. Era la única forma que Cat tenía para ver a su hermano.

Cat iba a decir algo cuando la puerta se abrió de golpe nuevamente.

—Alguien les tiene que enseñar a tocar antes de entrar.—Se quejo Regina.

—No hay tiempo para tu drama.—Se quejo Clarke entrando como si se tratara de su casa.

—Y pensar que antes me tenias mas respeto.—Dijo Regina rodando los ojos.

Lexa, Octavia y Raven miraban la pequeña discusión con diversión, a pesar de todo esas dos cambiaban, era como si hacer eso les hacía sentir un poco más normal.

—Ni a mi me tuvo respeto.—Agregó Lexa con una pequeña sonrisa en el rostro, Clarke ante eso simplemente rodó los ojos.

—A lo que venimos.—Dijo Octavia interrumpiendo antes de las mujeres empezaran a discutir sobre el supuesto respeto que Clarke nunca les habia tenido.

—¿Dónde está la pequeña Maléfica?—Pregunto Raven refiriéndose a Jade.

—Sabes que no le gusta cuando le llamas de esa manera.—Replicó Regina enarcando una ceja. —Vino hace poco a mostrarme que puede hacer magia, no dudo que esté en el baúl tratando de buscar la manera de conectar con Lauren y poder encontrarla.

—No tengo la culpa de que Maléfica sea su madrina, el apodo le queda perfecto.—Se defendió Raven encogiéndose de hombros. —Llamale, tenemos que hablar de cosas importantes. Se que no estamos completas pero por el momento tendremos que trabajar con lo que tenemos.

Cat sin esperar tanto se levantó y se movió a un lado para llamar a Jade. Lexa miro a Regina directamente.

—Estamos en problemas.—Dijo Lexa con seriedad.

—Dime cuando no estamos en problemas.—Suspiro Regina pasando una mano por sus cabellos.—Rumpel me las va a pagar cuando logremos quitar la maldición. En los últimos años he sido muy tolerante pero eso se terminó.

—¿Que pasa?—Escucharon todas a Jade preguntar.

Segundos después de que Jade llegara todas se tensaron al ver un humo negro aparecer en medio de la oficina, vieron la figura y se empezaron a relajar.

—Es bueno tener magia nuevamente.

—Malefica.—Dijo Regina. —Supongo que estas aqui para saber que haremos.

La mujer asintió con seguridad.

—Van a hablar o se quedaran calladas.—Se quejó Jade cruzando los brazos sobre su pecho.—Tengo cosas que hacer.—Gruñó después.

—En definitiva es tu hija.—Dijo Clarke mirando de Jade a Regina.

—Rumpel va a salir de Storybrooke.—Dijo Lexa sin más. Sabía que Regina y Clarke se podían poner a discutir y no terminar.

—Nadie ha salido de Storybrooke en quince años.—Dijo Jade enarcando una ceja.

—Si, pero el fue el que puso la maldicion asi que la puede manipular a su antojo—Dijo Octavia.—No es de sorprenderse que esté listo para salir de este lugar.

—Entonces, ¿qué demonios estamos haciendo aquí? —Pregunto Jade frunciendo el ceño. —Si el puede salir quizás en su casa de empeño haya algo que nos permita salir a nosotras también.

—Jade.—Llamó Maléfica haciéndole señas a la pelinegra para que se acercara a ella. Jade sin dudar se acercó a la dragona sin dudar. —El ir a la casa de empeño de Rumpel sería caer en su trampa. El quiere que tu y Cat vayan ahi para obtener un poco de la sangre de ambas.

—¿Por que? —Pregunto Regina rapidamente.

—Cat es la única sobreviviente de los Valentine Goddelyot, su sangre ahora será clasificada como rara. Jade tiene dos combinaciones poderosas.

Todas sabían que Maléfica tenía la razón, ahora menos que nunca tenían que evitar que Jade actuará de manera impulsiva y terminara cayendo en las garras de Gold. Regina sabía que iba a ser difícil mantener a sus hijas a raya cuando Jade apreciaba que la dejaran sola en muchas ocasiones.

Clarke y Lexa habían sido las primeras en dejar la oficina ya que tenía cosas que hacer ahora que sus poderes estaban de regreso. Clarke estaba más que segura que Jade no iba a descansar hasta poder entrar en la casa de empeño de Gold y encontrar ese hechizo. Si algo tenía su familia era que estaba llena de mujeres tercas y muy determinadas.

—Regina uno de estos días te va a convertir en una rana.—Le dijo Lexa a Clarke mientras veía a Snow caminar en el lado opuesto de la calle. Los primeros años había sido difíciles para ella y su familia ver a la mujer que había causado la separación de la familia.

—Seria interesante verla intentarlo.—Replicó la rubia con una sonrisa socarrona. Ante eso Lexa solo pudo rodar los ojos. La rubia nunca le había tenido tanto respeto a Regina, simplemente porque Regina siempre se había mostrado tranquila ante toda situación a menos que se tratara de Emma o sus hijas.

Lexa recordó lo que había pasado años atrás cuando aún se encontraban en el bosque encantado.

….

Reino de Amazona años atrás.

El reino de Amazona estaba lleno de guerreros y guerreras, las reina Lexa Alienor Mellea Gaydhale-Canymesto Wood y Clarke Nayla Alessia Maratyena Griffin. Ambas eran las reinas de Amazona, muchos habían dudado de sus liderazgo porque Clarke no pertenecía a la realeza, pero eso no había detenido a Lexa de enamorarse de Clarke y viceversa. Nada les había detenido de lidera el reino donde los mejores guerreros y guerreras habitaban.

Lexa y Clarke se habían conocido cuando eran adolescentes, en ese entonces Lexa se encontraba en el reino de Renenet, ya que Regina le estaba enseñando sobre magia y muchos hechizos que habían estado en su familia durante décadas.

Clarke había pertenecido al reino de Ignis, el reino vecino de Renenet. Reino donde habitaban los descendientes de Deus Vitae, reino donde Angelis Luminis aún caminaban por las calles mientras manchaban el nombre del reino de Renenet, muchos rumores se hacían escuchar. Nombrando a la reina Regina como "La Reina Malvada" y a la reina Emma "La Caballera Negra" sin saber que Emma tenía más sangre de demonio que Regina, al ser descendiente de dos demonios.

Clarke siempre había tenido una boca muy grande y siempre daba su opinión sobre lo todo lo que sabía que era una mentira. Clarke se había encargado de leer los pocos libros de historia que había encontrado, la meta de la joven mujer era poder ir al reino de Renenet y hacer preguntas, sabía que los libros solo decian la mitad de la verdad, ella quería saber todo sobre lo que había pasado cuando los continentes fueron creados, como la familia Gaydhale-Canymesto había llegado a tener tanto poder en los dos continentes más grandes del mundo, los únicos dos continentes que tenia seres con magia.

Clarke había salido de su casa, dejando a su padre y madre atrás. Sus padres sabían que no lo podían detener a pesar de que aún estuviera muy joven, su madre al igual que ella tenía sueños de conocer todos los continentes pero debido a que uno de los angelis luminis la había encontrado tratando de leer un libro sobre el reino de Renenet había sido acusada de traición por los angelis luminis y ahora no la dejaban sola. No la había asesinado porque la reina Snow lo había impedido ya que no iba a permitir que dejaran a una joven sin madre. Sin decir que ambas eran hechiceras e iría contra las reglas sagradas.

Clarke sabia que tenia que buscar una manera de salir del reino de Ignis sin que nadie se diera cuenta y buscar a alguien que le enseñara como poder controlar su magia, alguien que le pudiera ayudar a sacar a su familia del reino de Ignis y fuera del mando de los angelis luminis.

Clarke había empacado sus cosas mientras su madre le ayudaba. Abby no iba a permitir que el sueño de su hija fuera roto por nadie, asi que le ayudaria a escapar.

No permitas que nadie te atrape.—Susurró Abby. —Estare esperando por tu regreso.

Clarke abrazo a su madre con fuerza, sabía que no la vería en mucho tiempo. —No te preocupes, Madre. Pronto podrás viajar por el mundo, me encargare de que sea de esa manera.

Esa noche había sido la última vez en cinco años que Abby había visto a su hija.

En su camino a Renenet, Clarke había tenido que luchar contra ladrones, contra otros magos y hechiceras que querían quitarle su magia, con soldados que querían acusarla de usar magia negra. Pero al fin había llegado al reino de Renenet, muchas personas solo se le quedaban viendo, otras le sonreían como si nada.

Clarke no podía creer que por fin había logrado llegar al lugar que había soñado desde que era una niña, veía como muchas personas usaban magia en cosas cotidianas y los soldados que protegían cada ciudad sólo se aseguraban de que nada se saliera de control.

Clarke no estaba prestando atención hacía donde iba, solo quería poder ver lo que pasaba a su alrededor para poder contarle a su madre cuando volvieran a reunirse. Entre tanto caminar, había notado como muchas personas se habían a un lado, como si alguien importante fuera a caminar por esos pequeños caminos, no fue hasta que choco contra alguien que se dio cuenta de lo que pasaba. Clarke iba a caer al suelo pero una mano se aferró a su brazo y la detuvo.

Clarke en ese momento se dio cuenta de la mayoría de los soldados le estaban apuntando con sus espadas, otros tenían las manos levantas e inmediatamente supo que esos podían utilizar magia. En ese momento se dio cuenta de las crestas que los soldados portaban con orgullo en su brazo izquierdo, la cresta de las reinas de Renenet, esa ala de demonio y la ala de ángel eran lo mas hermoso que había visto, los libros no le hacían justicia. En ese momento trago duro al darse cuenta de que quizas habia chocado contra el rey o la reina.

"Esta no es la manera en la que esperaba conocer a las reinas." Pensó Clarke con nerviosismos.

Levantó la mirada y se sorprendió al encontrarse con una chica de tez morena, complexión delgada, ojos azules verdosos y cabellos azabaches. ¿Quizás era la princesa de algún reino vecino que estaba de visita en el reino de Renenet? Pero Clarke sabía que nadie en los reinos vecinos tenía una hija.

¿Estas bien? —Pregunto la chica.

Si, me disculpo.—Dijo Clarke con un poco de temor.—No me di cuenta por donde iba, me perdí en lo diferente que es este lugar.

La chica frente a ella sonrió con un poco de humor. —¿Nombre? —Pregunto la chica.

Clarke solo enarcó una ceja, sabía que lo que estaba a punto de hacer era estúpido pero ella era de las que no pensaba en las consecuencias de sus acciones hasta que estaba metida en problemas.

No le digo mi nombre a extraños.—Dijo Clarke con seguridad.

Muchas de las personas solo veían a la chica rubia con un deje de sorpresa, nadie se atrevía a hablarle de esa manera a alguien de la realeza. Los soldados fruncieron el ceño, otros se acercaron más a la chica. La chica frente a ella solo enarcó una ceja, no podía creer que lo que acaba de escuchar pero sonrió un poco ante la valentía de la chica.

Tienes el valor que a muchos les falta.—Dijo la chica un poco divertida. —Me agrada eso. Mi nombre es Lexa Alienor Mellea Gaydhale-Canymesto Wood, princesa del reino de Amazona.

Ante la mención del reino de Amazona, Clarke no pudo evitar sonreír enormemente. Uno de los sueños de Clarke era poder ir a ese reino y poder entrenar con los guerreros. Ahora tenía a la princesa de ese reino frente a ella.

Ahora que no soy una extraña, ¿puedo saber quien eres tu? —Pregunto Lexa con curiosidad.

Clarke sonrió. —Clarke Nayla Alessia Maratyena Griffin, provengo del reino de Ignis la provincia de Callista.—Ante la mención de Ignis todos los soldados se pusieron en posición de defensa, Lexa noto como Clarke veía a todos los soldados esperando a que la atacaran para poder defenderse.

Todos tranquilos.—Ordenó Lexa. —Que una persona provenga de ese reino no quiere decir que vaya a matarme.

Los soldados solo miraron a Lexa con sorpresa, no esperaban esa reacción de la princesa. Esperaban algo así por parte de la reina Regina pero no por parte de Lexa. Clarke seguía pensando en que era lo que iba a con ella ahora que la princesa Lexa sabía que ella pertenecía al reino de Ignis.

¿Que te trae por aquí? —Pregunto Lexa mientras le hacía un ademán a Clarke para que caminara con ella. Clarke dejó salir un suspiro y empezó a caminar.

Conocimiento.—Dijo Clarke.—Siempre he querido saber la historia de Castellum y Sangfroid.

Lexa asintió, la princesa estaba tratando de comprender. Iba a hacer otra pregunta pero en ese momento Clarke siguió hablando. —Mi madre fue acusada de traición por intentar leer un libro sobre este reino. Pero gracias a la reina Snow no fue asesinada.—Prosiguió la rubia mientras veía por donde caminaba.—Mi madre me ayudó a escapar del reino, los soldados y los angelis luminis que merodean por los distritos saben de lo que mi madre y probablemente si se enteran de que escape, trataran de asesinarme.

Lexa se sorprendió ante la mención de angelis luminis, sabia que aun quedaban de ellos en reinos vecinos pero no sabían que aún tenían algún tipo de poder. Lexa sabia que tenian que hablar con Regina y hacerle saber de lo que se había enterado, no podía permitir que los angelis luminis mataran a Clarke. O que por las diferencias de sus reinos una nueva guerra diera inicio.

¿Que haras?

Clarke dejó salir un suspiro. —Tengo que aprender a controlar mi magia antes de pensar en hacer algo más. Le prometí a mi madre regresar, pero no sin antes saber como defenderme física y mentalmente. Muchos magos utilizan hechizo de control mental y tengo que evitarlo, a pesar de que mi familia no es reconocida en Ignis provenimos de poderosos magos y hechiceras.

Lexa estaba pensando qué hacer, si Clarke regresaba con ella al castillo Regina le podría ayudar, pero al mismo tiempo estarían llevando a alguien del reino enemigo a casa. La princesa estaba pensado que hacer y tenía que tomar la mejor decisión.

Entre tanto pensar, Lexa recordó algo que su familia siempre le había dicho "Si hay un mago o una hechicera en busca de ayuda, nosotros, los hijos de Renenet y Singurd, le ayudaremos sin importar de donde provengan. Somos los que traemos orgullo al nombre Gaydhale-Canymesto hoy y siempre."

Ambas chicas siguieron caminando, disfrutando de la vista de la aldea, estaban tranquilas que ninguna se atrevía a romper el silencio. Lexa sabía que era lo que tenía que hacer y no dejaría pasar más tiempo.

Clarke.—Dijo la pelinegra atrayendo la atención de la joven rubia. —Quiero que vengas conmigo al castillo de Renenet, estas interesada en aprender más y quiero poder ayudar.

Clarke miro a la pelinegra con curiosidad. —¿A cambio de que? —Pregunto la rubia después.

Clarke sabía que no muchas personas hacían favores por nada, esperaba que la chica no fuera a pedir algo que ella no pudiera hacer debido a sus creencias.

Lexa miró a la chica con sorpresa, no esperaba esa pregunta. Lexa no podía negar que la chica le llamaba la atención, nadie le había hablado de esa manera, nadie se atrevía a cuestionar lo que ella decía pero al parecer esta chica no tenía miedo de decir que era lo que estaba en su mente.

Tu quieres aprender a controlar tu magia, por ese mismo motivo estoy en Renenet, mi padre quiere que controle mi magia mejor. Así que, tu me ayudas y yo te ayudo a ti.

Clarke miro a la chica, pensando que en decisión tomar. Después de unos minutos había aceptado.

.

Años después.

Lexa estaba entrenando junto a Raven mientras que Clarke estaba leyendo un libro frente a ellas.

¿Donde esta Octavia? —Pregunto Lexa mientras esquivaba los puñetazos de Raven.

Llegó un barco de Renenet al puerto de Trabem. Dijo que quería cerciorarse de que todo estuviera bien.—Replicó la morena.

Ante la mención de Renenet, Clarke bajo su libro y miro a las dos mujeres frente a ella. —Esto me da una mala vibra.—Dijo Clarke. —Regina siempre manda una carta antes de venir, la última vez dijo que llevaría a Jadelyn y Lauren con Sikowitz para que les ayudará a controlar la magia de las gemelas hasta que ellas fueran capaces de aprender.

Raven y Lexa miraron a Clarke con seriedad, ambas sabían que la rubia tenia la razon. Para el nacimiento de las gemelas, Regina había mandado una carta, cuando las visitó hacía un año había mandado una carta.

Hay que alistarnos.—Dijo Lexa.

Ustedes dos tienen que tomar un baño mientras yo alisto a la guardia y alertó a Anya e Indra.

Raven y Clarke asintieron.

¿Que hay de Titus? —Pregunto Raven.

Lexa.—Replicó Clarke ante de tomar su libro y dirigirse a su habitación.

Lexa y Raven dejaron salir un suspiro, Titus y Clarke no se llevaban bien. Lexa sabía que su padre no estaba feliz de que Clarke no fuera parte de la realeza y aun así ahora era reina de Amazona.

Octavia había llegado a Trabem, todos los soldados a su alrededor estaban revisando que el barco estuviera en buenas condiciones para poder regresar en cualquier momento.

Nova.—Dijo Octavia frunciendo el ceño al no ver a nadie más con la chica. —¿Qué fue lo pasó? —Preguntó con un tono de preocupación.

Creo que es bueno que les de las noticias cuando estén todos presentes.—Dijo Nova con seriedad.

¿Que tan grandes son los problemas? —Pregunto Octavia nuevamente.

Una posible guerra.—Dijo Nova.

Los soldados de Trabem al escuchar eso empezar a movilizarse, preparando todos los barcos necesarios. Octavia mandó a uno de los soldados a darles la noticia a las demás para que llegaran al puerto lo más rápido posible.

Octavia y Nova esperaron con unas horas, Octavia estaba un poco impaciente por saber qué demonios causaría una guerra. Todos los barcos estaban listo, cartas se a los capitanes de todas las ciudades de Amazona habían sido enviadas y todos estaban listos para que las reinas y las rastreadoras dieran la última palabra.

¿Qué es lo que pasa? —Pregunto Lexa mirando a Nova directamente.

Una posible guerra.—Respondió la chica sin dudar.

¿Por qué? —Pregunto Clarke confundida, sabía que Regina siempre trataba de evitar que una guerra se desatara a como diera lugar, incluso cuando tenía que hablar con Snow White y está siempre hacía enojar a la pelinegra con sus estupideces.

De camino hacía la casa de Sikowitz nos encontramos con un mago del reino de Furorem. El rey Mike ordenó el asesinato del clan Valentine Goddelyot, el único sobreviviente se encuentra con las reinas en este momento. La reina Regina envió a la capitana Mulan para que investigue lo que pasó.

Lexa y Clarke sabían lo que realmente iba a pasar, Regina no se iba a quedar de brazos cruzados cuando Mike había destruido la historia de una familia. Octavia y Raven no esperaron a que Lexa o Clarke les dieran la orden y empezaron a preparar todo lo necesario para viajar a Renenet.

—Si la sigues viendo de esa manera provocaras un enfrentamiento.—Dijo Clarke sacando a Lexa de sus pensamientos.

—Me gustaría que eso pasara.—Dijo Lexa frunciendo el ceño. —Raven no quiere entrenar conmigo desde hace mucho, Mulan no tiene sus recuerdos y debido a eso decidí que no era buena idea tenerla cerca ya que eso lastimaría más a Maléfica. Así que Snow puede ser un buen saco de boxeo.—Gruño la pelinegra.

—No podemos meternos en problemas, no ahora.