N/A: Zelena es buena!
Capítulo 4
Regina escucho que la llamaban pero sabía que no era Jade o Cat, se dio vuelta con rapidez para encontrarse con ojos verdes mirándola fijamente. Regina noto a la chica frente a ella, sintió la magia de esta y su propia magia la reconoció rápidamente, esa chica era su pequeña Lauren. Su magia nunca la engañaría.
Sin detenerse a pensar corrió y tomó a la chica entre sus brazos. Sintió como Lauren la abrazaba con fuerza, como si tuviera miedo de que fuera a desaparecer en cualquier momento. Como si ese solo fuera un sueño.
—Mamá.—Volvió a susurrar Lauren al estar en los cálidos brazos de Regina.
—Lauren. —Susurro Regina dejando que lagrimas corrieran por sus mejillas. Regina se separó lentamente de Lauren para poder ver su rostro. Tocó las mejillas de hija con delicadeza, la miraba como si no pudiera creer que su pequeña estuviera frente a ella.
—¿Qué fue lo que pasó? —Pregunto Lauren. —Un momento estoy manejando sin rumbo y al siguiente haciendo magia. Fue algo muy extraño y solo pude seguir el mapa de mi teléfono hasta aquí.
Regina trato de recuperar la compostura, tenía que explicarle a su hija lo que había pasado. —La maldición se está debilitando.—Dijo Regina dejando salir un suspiro. —Jade y Cat encontraron la manera de hacer que Storybrooke apareciera en el mapa, que tu y Emma lo pudieran ver y se dieran cuenta de que éramos nosotras.
Lauren se tenso ante la mención de su madre rubia y eso no pasó desapercibido para Regina. —Lauren, ¿que paso? —Preguntó Regina preocupada de que algo le hubiera pasado a su esposa. —Lauren, ¿que paso con Emma? —Volvió a preguntar Regina más agitación en su voz.
La menor dejó salir un suspiro. —Por culpa de Blue, Ma perdio la memoria.—Dijo lauren. —Ella no sabe nada, no sabe de dónde venimos.
Lauren notó el cambio en el semblante de su madre, sabía que eso no quería decir nada bueno. —Vamos.—Dijo Regina tomando la mano de Lauren y guiandola a la salida de la oficina y del edificio.
—¿A donde vamos?
—Con tus hermanas. —Dijo Regina.—Ellas no han descansado desde que despertamos, han estado trabajando duro para encontrarte a ti y a Emma.
Regina mandó un mensaje a toda su familia para que se encontraran en el baúl de la familia. Si Lauren estaba ahí eso quería decir que Kara, Lena y Emma llegarán pronto. Su trabajo duro había dado frutos.
—Ella no creía que era su hija. —Dijo Lauren mientras caminaba al lado de Regina. Regina miró a Lauren y no pudo evitar que lagrimas se acumularan en sus ojos. —Creía que le estaba mintiendo porque no recordaba tener una hija, no sabía cómo explicarle lo que había pasado.
—Tu y ella se quedaron juntas, ¿verdad? —Pregunto Regina con duda.
—Le tomó un poco de tiempo aceptar que tenía una hija, así que no le dije nada de Jade y Cat hasta tiempo después. —Dijo Lauren con seriedad. —Le dije sobre ti, sobre todas nosotras.
—Pero ella no logro recordar nada.—Aseguró Regina dejando salir un suspiro.
—No.—Susurro Lauren. —Creo que el hechizo de Blue le hizo algo. Quizás por protegerme a mi se olvido de ella.
—Nos haremos cargo de ese insecto azul después de que Snow White y Rumple paguen por lo que nos hicieron. Fueron quince años de separación, de lágrimas, de enojo. Por su culpa perdí la oportunidad de verte crecer, de que tu y tu hermanas estuvieran juntas. Quince años sin Emma.
…
Jade estaba leyendo uno de sus libros de terror favoritos cuando sintió una magia muy conocida, sabía a quién pertenecía esa magia y no pudo evitar dejar caer el libro al suelo, saltar de su cama y correr hacía la habitación de Cat.
—Ella está aquí.—Dijo la pelinegra con una enorme sonrisa en el rostro. —Nuestro hechizo funcionó.
Cat salto de la cama y corrió hacía Jade, ambas chicas se abrazan y no pudieron evitar reírse, esa era la mejor noticia que habían recibido en mucho tiempo.
—Vamos.—Dijo Cat tomando la mano de Jade y salir corriendo por los pasillos de la enorme casa.
En su carrera por salir de la mansión sintieron sus teléfonos vibra. Tenían que ir al baúl de la familia, Jade tomó las llaves de su auto, corrió hacía el garaje siendo seguida por Cat.
…..
Regina tenía una enorme sonrisa en el rostro al ver a su pequeña Lauren después de mucho tiempo, sabía que tenía que ser paciente con la menor, que tenía que dejar que analiza todo lo que estaba pasando.
—Todo va a estar bien.—Dijo Regina notando los nervios en Lauren. —Todos hemos estado esperando por este momento.
—Fueron muchos años.—Susurro Lauren. —Ma no entendía de lo que hablaba, muchos se empezaron a dar cuenta de que Ma no envejece mientras que yo lo hacía.
—Esa fue parte de la maldición de Rumple, todos los niños han crecido mientras que los padres siguen en la misma edad en la que fueron maldecido. Maléfica quiere que la maldición se rompa por completo, Mulan no la recuerda.
Lauren dejó salir un enorme suspiro, Emma no había sido la única que no recordaba nada. La menor podían entender un poco lo que su madrina había estado sintiendo todos esos años, tener a su esposa cerca y saber que esta jamas la reconocería era difícil.
Jade y Cat estaba esperando afuera del baúl de la familia, todos los miembros de la familia estaban esperando a que Regina llegará.
—Para ser la que siempre se queja de que llegamos tarde se está tomando su tiempo.—Dijo Clarke cruzando los brazos sobre su pecho.
Todas asintieron ante eso.
Jade fue la primera en darse cuenta, Regina y la otra mujer a su lado. Jade podía ver la sonrisa en el rostro de su madre y no pudo evitar correr. Lauren al ver a Jade correr hacía ella también se echó a correr.
—¡Paren!
Escucharon a Maléfica gritar pero no se detuvieron, cuando estaban a punto de tocarse ambas sintieron como una enorme explosion de magia las golpeaba y la hacía volar en direcciones contrarias. Regina abrió los ojos en sorpresa, vio como Lexa corría hacía Jade y ella se dirigió a Lauren.
—¿Que paso? —Preguntó Cat sin saber qué hacer.
—Ambas tienen magia poderosa, desde pequeñas todos lo pudimos notar. Sus magias se reconocen todo el tiempo, pero han estado separadas por mucho tiempo que cuando se acercaron sus magias reaccionar muy fuerte provocando que chocaran entre si.
—¿Van a estar bien? —Pregunto Octavia al ver a las gemelas desmayadas.
—Hay que llevarlas a un lugar seguro.—Dijo Regina tomando a Lauren en sus brazos. —Rumple y los Charmings no tardaran en venir y aun no quiero que sepan que Lauren nos encontró.
—Tarde o temprano se darán cuenta.—Dijo Raven. —Esta explosión fue intensa.
—Prefiero que sea tarde, tenemos cosas por hacer.—Dijo la reina con seriedad. —Lauren me dijo algo que complica las cosas más de lo que pensábamos.
Todas las mujeres se esfumaron entrando en el baúl de la familia, todas sabían que nadie podía entrar si no pertenecía a la familia.
Regina se acercó a Lexa con cuidado, no querían que la magia de las gemelas volviera a actuar tan bruscamente, con lentitud fueron acercando a las dos pelinegras hasta que las pudieron depositar en la cama.
Cat se iba acercando a la cama con lentitud no quería que su propia magia y la magia de sus hermanas hiciera las cosas más complicadas.
—¿Qué fue lo que Lauren te dijo? —Preguntó Cat sin dejar de mirar a las dos pelinegras, noto como las dos se tomaron de la mano a pesar de estar inconscientes y no pudo evitar sonreír.
—Emma no recuerda nada.—Dijo Regina dejando salir un enorme suspiro.
Todas miraron a Regina, sabiendo lo difícil que iba a ser para esta recuperar a su familia, pero más que eso recuperar a su esposa.
—No creo que haya sido la maldición de Gold.—Dijo Malefica con el ceño fruncido.
—¿De qué hablas? —Pregunto Clarke.
—Emma fue golpeada por dos maldiciones, la de Gold y la de Blue. —Aclaro Maléfica. —Creo que la de Gold evitó que Emma pudiera concentrarse en protegerse a sí misma ya que estaba protegiendo a Lauren. Lo que sea con lo que Blue la golpeó fue lo que provocó que perdiera la memoria.
Todas notaron com Regina se quedaba hundida en sus propios pensamientos.
…
Regina adoraba salir a cabalgar por las tardes, sabía que muchas personas se estaban preparando para despedir el dia. Ama la tranquilidad, las cálidas luces que el atardecer brindaba, todo eso le ayudaba a olvidar todo lo que su madre quería hacer con ella y con su hermana mayor Zelena.
Zelena había renunciado al trono después de ver como su madre amenazaba con destruir a la personas que más amaba y por eso ya no se encontraba en el reino de Renenet. Cora se había encargado de que Zelena y Regina no pudieran tener ningún tipo de contacto después de que la mayor de sus hijas renunciara su derechos como futura reina.
Regina estaba buscando la manera de encontrar a su hermana, la manera de que su madre dejara el trono de Renenet pero no sabía qué hacer. Su madre estaba buscando a un buen rey con poder para que ella se casara con él. Regina sabía que no lo haría, no le daría el gusto a su madre de manipular su vida como lo había intentado con Zelena.
Sabía que muchos de los caballeros estaban a su favor y no al de su madre, tenía que jugar sus cartas con delicadeza. Regina entendía que Zelena no regresaría, pero trataría de poder tener comunicacion y poder compartir esos momentos de hermanas que habían tenido cuando eran una niñas.
—No deberías de andar por estos lados.—Escucho la suave voz.
Regina detuvo su caballo, miró a todos lados hasta que encontró a la persona que había hablado.
—Este es mi reino, ¿por qué no debería de estar por aquí? —Preguntó Regina enarcando una ceja.
—Dicen que habita un hechicero malvado por estos lados.
Regina rodó los ojos ante eso, había escuchado a su madre hablar con Graham sobre esos rumores, aparentemente un hechicero había estado causando problemas y nadie sabía cómo detenerlo. Su madre como reina no quería ensuciarse las manos, Regina sabía que eso tarde o temprano acabaría causando problemas en el reino.
—No es como si fuera una persona indefensa.—Dijo la pelinegra rodando los ojos. —¿A todo esto quien eres?
—Emma.—Escuchó Regina para luego ver a una mujer de cabellos dorados ojos azul-verde aparecer frente a ella. —¿Con quien tengo el honor?
Regina enarco una ceja al ver al mujer frente a ella, podía sentir la magia de la rubia hablarle como si la conociera.
—Regina. —Respondió la pelinegra, no era tonta si Emma no le habia nada mas que su primer nombres pues eso mismo le daría ella.
—¿No apellido? —Dijo Emma con una sonrisa.
—Tu no lo diste así que no me veo en la necesidad de decirlo. Eres una extraña pero aun asi deberias de saber quien soy después de que dije que este es mi reino.
Emma dejó salir un bufido. —No es como que me interese saber los nombres de las reinas y princesas. Son nombres demasiado largos como para recordarlos.—Agregó encogiéndose de hombros.
—Deberías de aprender un poco, vives aqui asi que no dudo que estés siguiendo las reglas de Renenet.
—Por que deberia de seguirlas si su reina no las sigue.—Replicó Emma notando como Regina simplemente la miraba a los ojos. Era como si la pelinegra no se molesta por lo que ella acababa de insinuar.
—Ese es un buen punto. Pero tu eres una mentirosa.
Emma frunció el ceño ante eso, nadie la había llamado mentirosa antes. —¿Que te hacer pensar que lo soy?
—Tu espada.—Dijo Regina bajándose del caballo. —Pertenece al reino de Lumen, y si no estoy en lo correcto tu eres una de las princesas de ese reino.
Ante tal admisión Emma se tenso, Regina podía ver como la rubia simplemente se quedaba callada y la miraba con un deje de sorpresa.
—¿Como sabes eso? —Preguntó Emma con curiosidad.
Regina no pudo evitar sonreír ante eso, ante tal gesto Emma se quedó embelesada. Nunca había visto a una mujer tan hermosa como la pelinegra que estaba frente a ella.
—Kara y Zelena son amigas. No dudo que Zelena se encuentre en Lumen después de que renunció al trono y nuestra madre la desterró.
Emma no pudo evitar sonreír ante la mención de su hermana menor, ella y Kara siempre habían estado juntas hasta que ella decidió conocer más allá de su reino. Sus padres solo le habían sonreído y le habían apoyado en su decisión. Siempre mandaba cartas o simplemente se teletransporta al castillo.
Emma miró a Regina y solo pudo sonreír.
—Lastima que las veces que fui de visita no estabas presente.—Dijo Regina viendo a la rubia con curiosidad.
—Siempre he sido de espíritu libre.—Dijo Emma encogiéndose de hombro. —Decidí ir de reino en reino y conocer mas alla de Lumen. Solo me queda visitar Terra Oblivionis.
Regina no pudo ocultar su sorpresa. —Esas son tierras malditas.—Comentó mientras se sentaba al pie de un árbol.
—Eso dicen los rumores.—Dijo Emma sentándose al lado de la pelinegra. —Tierras malditas por tus ancestros. —Agrego tratando de ver si Regina se tensaba.
—Eso dicen los rumores, los libros y las historias que cuenta mi madre.
Ambas podían sentir como sus magias se buscaban entre sí, como la presencia de la otra las calmaba como nada lo había hecho antes. No eran ignorantes ante lo que estaba pasando, pero por el momento disfrutan del momento.
…
Muchos creerían que Regina sería una de las princesas que solo daría órdenes, que haría todo lo que su madre le dijera.
—Te casaras con el Rey Leopoldo.—Dijo Cora mirando a su hija a los ojos. —Eso nos dará el poder sobre Ignis, terminará la rivalidad entre nuestros reinos.
Regina solo podía reírse ante la orden de su madre.
—¿Qué es tan gracioso? —Preguntó Cora con enojo.
—No me importa lo que ese matrimonio traiga al reino, mucho menos al reino de Ignis. Leopoldo podria ser mi padre o mi abuelo, así que no me casare con el.
Cora se levanta de su trono. —Harás lo que yo te diga! —Grito la reina con ira.
—Intenta obligarme y veras lo que mi magia es capaz de hacer, Madre.—Amenazó Regina con seriedad. —Se que soy más fuerte que tú, quizás más fuerte que Zelena porque tu nunca permitiste que ella entrenara.
—Nos traera paz!
—No me importa! —Grito Regina. —Lo unico que provocaras será una guerra entre Renenet, Lumen e Ignis!
—Que tiene que ver Lumen en esto?!
Cora no podía negar que estaba que ardia de la ira, primero Zelena negándose a seguir como deberes como futura reina y ahora Regina haciendo lo mismo. Cora no entendía cómo sus hijas podían ser tan estúpidas como tirar todo eso a la basura.
—Si prestaras atención a lo que digo estarás enterada de que tengo una relación con Emma.—Dijo Regina calmandose. —Emma es la heredera al trono de Lumen.
—Relación que llevará el reino a la ruina.—Dijo Cora acercándose a Regina lentamente. —Tu matrimonio con Leopoldo sigue en pie así que ve despidiendote de Emma.
Regina dejó salir un suspiro, el cual Cora tomo como una victoria.
—Renenet no necesita una unión con Ignis, no habrá tal matrimonio cuando he encontrado a mi alma gemela. Sabes que las leyes de Renenet dictan que nada debe de interponerse entre las almas gemelas así que es mejor que dejes de imponer un estúpido matrimonio. —Dijo Regina mirando a su madre a los ojos, cuando era una niña le había tenido miedo. Había tenido miedo de lo que su madre era capaz de hacer con su magia, sabía que Zelena siempre la protegía del enojo de su madre. Ahora Zelena no estaba para protegerla pero tenía su propia magia.
—Alma gemela dices.—Se burlo Cora. —Vaya estupidez. Eso no te llevara a nada bueno en estos momentos, pronto serás la reina y para eso necesitas casarte. Necesitas de un rey a tu lado.
—Bien.—Dijo Regina. —Hablaré con Emma y veremos qué hacer, si se requiere de un matrimonio para ser reina estoy segura de que a Emma no le molestara la idea. No necesito a un rey a mi lado para gobernar. Soy lo suficientemente capaz de reinar junto a mi futura esposa.
—¿Crees que tu querida Emma abandonara sus deberes como futura reina de Lumen? —Dijo Cora en son de burla.
—Tu no sabes de lo que Emma es capaz de hacer, Madre.—Dijo Regina para darse la vuelta y dejar a su madre sola en la sala del trono. Regina sabía que Cora no se iba a quedar de brazos cruzados, que trataría de hablar con Emma y convencerla de que no se casará con ella. No tenía miedo, sabía que Emma no quería regresar a Lumen, quería que Kara se convirtiera en reina.
…
—Mamá.—Escuchó la voz de Cat sacándola de sus recuerdos.
Esa había sido la primera que se había encontrado con la mujer que le había robado el corazón. Emma nunca la había dejado sola desde el primer dia que se habían conocido, no hasta que Gold y Blue las separaron. Todo ese tiempo sin saber de Emma, sin poder verla había sido una tortura. En todos esos años había entendido porque cuando un ser mágico encontraba a su alma no se podían separar por mucho tiempo, el dolor físico no era tan malo pero el dolor emocional era lo que provocaba que cualquiera se volviera loco. Ella y Emma habían practica estar separadas por cierto tiempo, sabían que en casos de emergencias tenían que tomar decisiones duras.
Estaba agradecida de que lo hubieran hecho, el dolor durante esos años había sido leve. Se preguntaba si Emma había tenido una relacion con alguien durante todo ese tiempo, no se lo quería preguntar a Lauren para que no esta no se sintiera entre la espada y la pared
Quería ver a Emma no antes posible pero sabía que tenía que esperar. Tenia que concentrar en que sus gemelas estuvieran bien después de esas explosión mágica.
—Snow y Charming están caminando por el cementerio.—Dijo Maléfica atrayendo la atención de Regina. —No dudo que Gold y Blue no estén de camino.
—Que debemos de hacer? —Pregunto Octavia con seriedad.
—Hay un pasadizo entre el baúl y la mansión.—Dijo Regina poniéndose de pie. —Tenemos que sacar a Jade y a Lauren de aquí antes de que su magia atraiga a Gold hasta el baúl. —Todas asintieron, Lexa tomo a Jade en sus brazos mientras que Octavia tomo a Lauren. —Mal si puedes poner algún tipo de escudo alrededor de la mansión para ocultar la magia de Lauren te lo agradeceria. —La dragona solo asintió y se apresuró a llegar a la mansion.
Clarke se acerco a Regina.
—Clarke ve con Cat y oculten el carro de Lauren.
Cat no quería dejar a sus hermanas después de que por fin estaban juntas, pero sabia que tenia que hacer lo que le estaban pidiendo.
—Raven necesito que espies a Snow y Charming.
Todas siguieron las órdenes de Regina, sabían que la mujer estaba pensando en el bienestar de todas. Si querían estar un paso adelante de las personas que habían causado todo ese daño tenía que movilizarse lo más rápido posible.
…..
Lexa y Octavia dejaron a Lauren y Jade en la habitación de Jade, bajaron las escaleras en busca de Regina y Maléfica.
Regina se paseaba por la sala de estar con una vaso lleno de cidra de manzana en la mano, Lexa, Octavia y Maléfica podrán notar el nerviosismo en la reina, pocas veces la había visto de esa manera. Cuando su madre trato meterse entre ella y ella, cuando se enteró que estaba embarazada, después de haber encontrado a Cat y días antes de la maldición.
—Ellas despertar pronto.—Dijo Malefica. —Lauren puede ir y traer a Emma, no será fácil explicar todo lo que pasó pero creo que Emma será capaz de entender un poco. Tu magia y la de ella tendrán la misma reacción que la de las gemelas.
—Lauren tendrá que preparar a Emma antes de que venga a Storybrooke.—Dijo Lexa dejando salir un suspiro.
….
No supo en qué momento se había quedado dormida, había estado esperando a que Lauren llegara de su pequeño viaje. Había tenido una enorme culpa desde el dia que despierto y no pudo recordar cómo era posible que tuviera una hija. Lauren había llorado cuando le había explicado que tenían una familia, que ella tenía una gemela, que tenía otra hermana, otra madre.
Se levantó del sofá en el que se había quedado dormida, miro el reloj y se dio cuenta de que era tarde, cerca de la media noche. Levantó la basura del soda, miro a la mesa donde deberían de estar las llaves de Lauren pero no las vio, se dirigió a la habitación de su hija y cuando abrió la puerta la encontró vacía.
Corrió a tomar su teléfono y ver si Lauren le había hecho una llamada o quizás le hubiera mandado un mensaje de texto. No encontro nada.
Corrió hacia su habitación, se puso unos pantalones azules, una camisa blanca y su apreciada chaqueta roja. Dudo si llevar su arma de fuego con ella, pero al final decidió que la llevaría con ella, encontrar a su hija era lo más importante.
Antes de salir de su apartamente trato de llamar al telefono de Lauren pero no había respuesta, eso provocó que se preocupara aún más.
Da gracias que Lauren y ella podían ver el historial de la otra, Lauren le tenía la confianza y sabía que ella no la abusaria. Abrió el mapa de su teléfono para poder localizar a Lauren.
—Bueno, Storybrooke será.—Dijo Emma prendiendo su auto y salir del aparcamiento.
