Hace nueve años
Debió sospecharlo. Se quejó internamente mientras golpeabasu frente en el volante de su camioneta.
Laentrada de la casa de sus padres estaba llena de autos y la musica y ridas se escuchaban por todo el vecindario.Por supuesto que sus padres habían hecho una fiesta sorpresa por su regreso a la ciudad luego de terminar la universidad. Era de esperarse. Solo ellos celebrarían que su hija regresaría desempleada a casa de sus padres luego de años de estar viviendo sola en el campus de la universidad. Se sentía fracasada y sin ánimos de fiestas.
Con un suspiro resignado se estaciono lo mejor que pudo entre los autos y bajo del auto. El frío clima de la ciudad la golpeo despues de estar horas viajando con su camioneta desde otro estado. Toda su vida universitaria estaba resumida en ropa y articulos que estaban apilados en la maletera y el asiento trasero. Con un suspiro saco la maleta de mano que uso en la noche que paso en un motel camino a Chicago. No iba a poder desempacar más mientras la fiesta seguía y realmente necesitaba un baño.
- ¡Bella! - el grito emocionado de Renne, su madrastra, pero que era su madre en su corazón resonó rompiendo el ambiente festivo.
Renne la había visto bajar de su camioneta y grito emocionada desde la ventana de la cocina antes de correr a su encuentro. Cuando logro esquivar a los asistentes que estaban dispersos en la entrada de la casa llego a ella para abrazarla.
Bella se sintio agradecida por el abrazo. No eran sus mejores días y abrazar a su mamá era lo que más necesitaba.
- Te extrañé tanto, cariño. - le susurró Renne emocionada.
- Y yo a ti, mamá. - admitió abrazandola con fuerza.
- ¡Vamos! ¡Vino toda la estación! Tu padre invito hasta a los nuevos. - rio divertida. - Hay unos chicos muy atractivos y...
- Mamá, terminé con Jason hace poco yo no...
- Cariño, ese chico es un idiota. No puedes seguir pensando en él. Eres hermosa y maravillosa, no tardaras en encontrar a alguien mejor.
Bella suspiró. Si un defecto tenía su madre, era la desesperación que tenía por ver a sus hijas casadas. Renne moría por verlas incluso con hijos pero ese aspecto no lo presionaba. Ella misma había sido madre muy joven y no fue una experiencia grata sobre todo porque el padre de Tanya la abandonó apenas se enteró. Sin embargo, su vida se encauso y mejoro al conocer a Charles Swan y a su encantadora hija Isabella. Formar su familia junto a él fue lo mejor que le paso en la vida.
- ¡Pequeña Bells! - el grito de Harry, el mejor amigo de su padre, fue el inicio de una gran cadena de saludos.
Bella conocía casi a todos ya que de pequeña su padre la llevaba a la estación porque no tenía donde dejarla. Fue así que muchos de sus compañeros la adoptaran como una hija más y fuera considerada miembro honorario del lugar. Cuando Renne llego a sus vidas, dejó de ir tan seguido pero las constantes barbacoas de su padre hizo que jamas perdiera contacto con ellos. Eran excelentes personas y los quería como tíos y tías.
Ese día habían nuevos integrantes. Los saludo cordialmente notando dos o tres miradas en ella. Su autoestima se elevó. Estaba demacrada por el largo viaje pero igual llamaba la atención. Uno de ellos, llamado James, empezó a preguntarle sobre sus años universitarios y ella quería seguir la charla pero la necesidad de ducharse era imposible de evadir. Se disculpó alejandose y prometió volver una vez estuviera más fresca y sin una maleta colgando.
Algo más animada subió las escaleras rumbo a su antigua habitación. El lugar seguía como lo dejo antes de ir a la universidad. Agradecía eso ya que Tanya siempre deseo su habitación por el baño propio que tenía, sin embargo, Renne se negó a cederle habutación por la nostalgia que le daba.
Con una sonrisa satisfecha se metió a la ducha.
Habían muchas cosas por hacer, empezando por encontrar un trabajo y luego cuando estuviera más estable buscaría su propio lugar. No podía vivir con sus padres, ya había vivido sola y sin reglas. No entendía como Tanya podía hacerlo. Su hermana estaba muy cómoda con ellos, sin necesidad de independencia. Lo cual para Bella era una locura. Sin embargo, no podía imaginar a su hermana viviendo sola. Tanya era tan inservible que quizas terminaría muriendo en un accidente sin sentido. Ese pensamiento le recordó que aún no había visto a su hermana...
Ya fresca salió del baño sin sospechar que se encontraría con un hombre sin camiseta acostado comodamente en su cama.
Soltó un gritito por la impresión mientras ajustaba la toalla que la rodeaba.
- ¡Perdón! ¡Perdón! - se disculpó sonrojado mientras tomaba una camiseta roja del piso. - ¡Me equivoque!
- ¡Por supuesto que si! - grito Bella nerviosa. - ¡Sal de aqui!
El hombre salió del lugar velozmente mientras ella cerraba la puerta detras de él.
- ¿Qué demonios fue eso? - se preguntó con la ansiedad a tope.
Cuando bajo las escaleras, ya vestida, busco sin poder evitarlo al hombre extraño de su habitación. No lo encontró, ni tampoco en el patio donde todos bromeaban y compartían. Supuso que era un compañero de trabajo de su padre pero no estaba con James ni los chicos. Dejó pasar la situación ya que pronto se encontró rodeada de la gente que quería y se dio cuenta de lo feliz que se sentía con esa bienvenida.
- ¡Bella! - su padre la abrazó por los hombros. - Mi pequeña. Es increíble que estes aquí. Ya egresada de la universidad y con un futuro brillante por delante. Estoy orgulloso de ti.
- Gracias, papi. - susurro enternecida.
- Bueno ahora necesitamos hablar de ese chico Jackson...
- Es Jason, papi. Eso ya se acabo.
- Lo sé. Me alegro tanto. No era para ti. Solo verlos juntos me ponía nervioso. No quiero que vuelvas a experimentar con chicos como él.
- Jason es un chico normal y...
- Esos tatuajes y...
- Era solo uno y sabes que lo hizo cuando era muy joven. Jason es un gran abogado, ya había dejado toda la locura atras cuando lo conocí.
Su padre frunció el bigote disconforme.
- Bueno ya no hablemos más de él. Hay alguien que quiero que conozcas.
- ¿Qué? ¿Tú también?
- Tu madre no sabe nada de este chico duro. Lleva un año trabajando conmigo, es mi pupilo. Realmente me agrada y tengo un buen presentimiento sobre él.
- Por Dios, papá. ¿Por qué estan tan desesperados por casarme?
- Yo no quiero que te cases aún. Eres demasiado joven pero Edward... - Charlie levantó la mirada a sus espaldas. - ¡Ahí esta! ¡Masen! ¡Ven aquí!
Bella giró por curiosidad y se encontró con la mirada nerviosa de Edward Masen, el mismo chico que había invadido su habitación horas antes.
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Este capítulo es un regalo por las maravillosas palabras que escribieron en el anterior. Vi nuevas lectoras y algunas que a pesar de perder sus cuentas aun así se dan la molestia de buscar mis historias. De verdad agradezco a cada una y admito que leo mas de una vez cada comentario ya que me motivan muchisimo a seguir escribiendo.
Este capitulo lo pidio una de ustedes, ¿querían ver como se conocieron? Ahí lo tienen. No suelo escribir capitulos del pasado porque en lo personal cuando leo historias asi me frustro ya que solo quiero saber que sucede en el futuro. Sin embargo, esto es para ustedes y si les gustan esta clase de capitulos con gusto seguire escribiendolos.
Sin mas que decir! Gracias! Nos leemos!
