Hace cinco años

- ¿Has visto mi afeitadora?

- Creo que la vi en... - saltó a través del desorden de la habitación. - Mi mesa de noche.¡¿Por qué tienes que dejar todo tirado siempre?!

- Llegue muy cansado. - se disculpo tomando la ropa del suelo. - Fue un día duro.

Bella giro para entregarle la maquina entrecerrando los ojos.

- No estabas cansado. Me tocaste ayer.

- Nena, uno nunca puede estar cansado para coger. - se rio. - Guarde mis últimas balas para ti.

- Muy gracioso, Masen.

- Oye... yo soy sexy, no gracioso. - la abrazo y busco sus labios.

- Mi policia sexy. - contesto con una sonrisa sobre sus labios hasta que sintió sus caderas. - Guarda esa pistola porque no va a vaciar sus balas, estamos tarde.

- Es solo una reunión de ex alumnos. - se burló. - Estoy seguro que muchos de tus compañeros llegaran tarde.

Bella lo empujó queriendo resistir a sus avances pero Edward ya la había levantado entre sus brazos para depositarla en la cama.

- Edward no. Tengo que ir a tomar una ducha. Por favor, me vas a atrasar. - Edward no la escucho y empezó a repartir besos en cuello poniendola muy nerviosa. - Quiero ver a esas personas han pasado muchos años.

- ¿Para qué quieres verlos tantas horas? Estoy seguro que seremos los primeros en llegar y el local estara vacío. - abrio sus piernas y tiro su toalla de las caderas. Estaba en bata así que no le costo mucho penetrarla.

- Dios... - gimió ella recibiendolo. - Despacio que luego... - gimió. - Caminare extraño.

- ¿Y notaran que te cogí? Uhm... me gusta la idea. - gruñó aumentando la velocidad. - Espera. - se detuvo de pronto. - ¿Tú y alguno de esos...?

Bella se quejo debajo de él.

- Estaran mis amigos de secundaria. Por favor, comportate. - movió las caderas buscando fricción. - Dios Edward... no te diré nada. Eres un loco celoso.

- Lo mataré. - sentenció volviendo a moverse pero con mucha mas fuerza. - Mío, este coño es mío. Mío, mío, mío.

Bella no tardo en poner los ojos en blanco debido al placer invasivo que sintió.

- ¡Edward! - gritohaciendo temblar las ventanas de su habitación.

- Si, yo. Yo estoy adentro. Yo.

El cobrizo la acompaño minutos despues.

Agotada se quejo porque no se quitaba de encima.

- Sal, debemos ducharnos.

- Espera. - Edward empujo una vez mas. - Quiero que se pare.

- Edward no. Ahora no tengo tiempo para esto.

- Ellos pueden esperar, no son importantes.

- Son mis amigos. - gruñó ya molestandose y empujando su cuerpo.

- Los amigos estan sobrevalorados. - el cobrizo se quejo aferrandose a su sitio entre sus piernas mientras ella lo empujaba.

- Sabes que lo dices porque estas celoso. - replico molesta. - Tú valoras mucho a tus amigos.

- Yo no tengo amigos, mi mujer me tiene muy controlado.

- ¿Así? - levanto una ceja y apretó sus paredes vaginales intencionalmente.

Edward perdió fuerza en los brazos ante la sensación.

- Si.

- ¿Qué hay de los chicos de la estación de policia?

- Compañero de trabajo. - contesto con simpleza.

- Te gusta salir con ellos los viernes.

- Un par de horas tomando cervezas no los hace mis mejores amigos. ¿Puedes hacer...? Si eso...

- En Chicago si tienes muchos amigos.

- Un par. - empezó de nuevo su vaiven.

- ¿Cómo se llamaba ese niño de lentes que aparece en tus fotos?

- No sé de que hablas, nena. Mi mente esta ahí abajo.

- Ese niño que esta en la foto de la sala de tus padres, sale junto a Rose tambien.

- ¿Quieres que piense en mi hermana ahora?

Ambos rieron.

- Vamos dime su nombre, tu madre me dijo que era tu mejor amigo.

- Nena, no puedo ahora. - se quejo.

- Era muy inocente y tú todo un matón.Si lo recuerdas, apurate, confiesa que si tenías un mejor amigo. Apura. No me voy a dejar llevar si no saco eso de mi mente.

Edward gruñó saliendo de su cuerpo. Subió por su cuerpo hasta estar a la altura de su boca y presionó la entrada con su miembro.

- Logan. Su nombre era Logan. Ahora. - señaló. - Ayudame con esto, señora Masen.

- A la orden capitán. - se burló.

Actualidad

El hombre junto a ella empezaba a sofocarla. Su abrazo era asfixiante. Con cuidado de no despertarlo lo empujó lejos de su cuerpo y se alejó para salir de la cama.

La visión del cuerpo desnudo de James entre sus sabanas era extraño. No parecía encajar. Su cuerpo era muy delgado y apesar de estar tonificado los musculos no resaltaban a la luz de la luna. Su sudor no se reflejaba brillante en su piel y su miembro no resaltaba invitandola a ir por él. Era bueno en la cama, no iba a negarlo. La habían estado pasando bastante bien esas casi tres semanas pero no lograba interesarse lo suficiente en lo que estaba sucediendo entre ellos. Su cuerpo terminaba agotado y pero no satisfecho, su lógica le decía que estaba acostumbrada a la rudeza y dominación que Edward siempre ejercías así que un amante vigoroso y creativo no era suficiente.

Tomó su cigarrillo de la mesa de noche y salió al balcón para observar la ciudad. Tenía buena vista pero ese departamento no era perfecto o casi perfecto como el que compró con su esposo. Habían muchos detalles que no le gustaban pero si disfrutaba del balcón.

Echó el humo fuera de sus pulmones cuando el recuerdo de su esposo la ataco. No sabía como estaba. Su mente se movía intranquila ya que había pasado mas de una mes desde la última vez que se vieron y la sensación de estar perdida se había incentivado. Quería saber si se había terminado de sacar los puntos o si la herida en su pierna estaba siendo curada por él con el cuidado adecuado. Ella sabía lo irresponsable que era con sus heridas, tenía muchas anecdotas de cortes y raspones en sus manos.

- Edward... - suspiro sin poder dominar su boca.

- ¿Quién es Edward? - la voz la sorprendió tanto que termino tirando el cigarrillo sin querer.

Asustada vigilo la caída hasta que estuvo segura q no golpeo a nadie.

- Me asustaste. - gruñó volteando y ajustando su bata.

- Y tú a mí. Pareces un fantasma alumbrada por la luna. - se acercó para tomar su cintura. - Un fantasma muy sexy eso sí.

Busco sus labios y ella respondió pero se alejo pronto.

- ¿Ya te vas?

- Me lastima como me echas. - bromeó el rubio tocandose el corazón. - Pense que ya podía quedarme a dormir. A no ser que ese tal Edward venga durante la mañana y golpee mi hermoso rostro...

- Nadie vendrá. - le aseguró tomando otro cigarrillo.

- ¿Segura? Porque hace unos días...

- ¿Qué...?

- Vi a un tipo afuera de tu departamento. Se sorprendió al verme pero no me dijo nada solo se fue.

- ¿Cómo era él? ¿Por qué no me dijiste nada? - le preguntó nerviosa. - ¿Cuándo sucedió?

- Creí que se confundió de departamento. Por eso no dije nada. Pero ahora veo que no se confundió...

- ¿Cómo era él? - preguntó insistente. - ¿Recuerdas el color de su cabello? ¿Te dijo algo?

- Llevaba un gorro de lana y era alto y fornido. Creo que nos podríamos dar buenos golpes por ti. - le comentó pensativo.

- ¿Qué te dijo?

- No dijo nada. Me vio y se fue.

Bella se quedo mirando al rubio molesta por ocultarle esa visita. Debía haber sido Edward, nadie mas conocía su departamento. No podía ser Jacob o su padre.

Edward sabía que estaba acostandose con otro.

- ¿Hace cuanto paso esto?

- Una semana creo, fue esa noche donde hicimos eso de la velas. - sonrió socarrón. - ¿Cuándo jugamos de nuevo?

Bella se quiso morir. Ese día había probado el sadomasoquismo con James, bueno en realidad se le ocurrió que podría ser excitante quemarlo con cera mientras lo tenía amarrado a su cama. No fue lo que ella espero y su departamento quedo oliendo a incienzo y cera. Pasaron dos días antes de que pudiera quitar el olor. Ahora que lo meditaba... si había pasado un poco mas de una semana.

- No ha vuelto. - meditó para si misma.

- No, no lo he visto. ¿Tienes novio o es tu ex...? Por tu rostro pálido debe ser tu novio... pero no me golpeó así o estan distanciados o...

- Es mi ex marido. - le confesó. - Bueno mi futuro ex marido. Vamos a divorciarnos.

- Oh, suena complicado. - confesó algo incómodo.

- Lo es.

Nerviosa acabo su cigarro y se paso la mano por sus cabellos tirando suavemente.

- Bueno ya se van a divorciar. No tiene nada que reclamar.

- No. - botó el humo. - No tiene por qué.

James la analizó unos segundos antes de hablar.

- Creo que debo irme. Ya es algo tarde. Te llamaré.

Bella asintió sin comentar nada.

Ya sola no pudo evitar sentirse transtornada por la idea de su ex esposo sabiendo que ya estaba saliendo con hombres. No era porque fuera algo malo por supuesto que no, ella podía salir o acostarse con toda ciudad si quería pero le perturbaba de todas maneras lo que él estaba pensando. ¿Y si verla con otro provoco que se decidiera a darle una oportunidad a Tanya? ¿Estarían ya juntos? ¿En su departamento? ¡¿El muy desgraciado llevaría a esa puta y su bastardo a vivir a su departamento?!

Ese último pensamiento se le hizo imposible de digerir. Era su departamento, le costo muchísimos meses escogerlo y muchos años terminar de pagarlo. Sería una locura que Tanya se instale ahí y la idea de que ese bebé tuviera la habitación que en su momento estuvo planificada para su propio hijo la enfermaba. Llena de repentinas nauseas se acerco al baño para vaciar su estomago que estaba sintiendose enfermo.

- Mierda... - gruñó.

No iba a permitirlo. Era su departamento. Tanya ya le había quitado a su esposo, a su primogenito y ahora no permitiría que le quite su departamento.

Se acercó a su celular lista para marcarle a Edward pero se dió con la sorpresa de encontrar su teléfono apagado. Seguramente se apago mientras cogia con James y no lo noto. Gruñendo lo puso a cargar y cuando la pantalla se ilumino fue bombardeada por llamadas perdidas de su madre. Alrededor de quince llamadas y otras mas de su padre. Muy nerviosa vio la hora y habían sido cinco horas antes.

Nerviosa empezo a llamar apesar de que eran ya poco mas de las tres de la madrugada.

- ¿Bella? - contestó su madre llorosa.

- ¿Qué sucede mamá? ¿Por qué lloras? - preguntó preocupada.

- Tanya, Tanya quiso... quiso suicidarse. - lloro desconsolada. - Ha perdido mucha sangre y han tenido que hacerle una cesaría. Anthony ha nacido. - le anunció partiendole el corazón a Bella.

Bella no contestó. Se quedo sin aire. No sabía como reaccionar mientras las lágrimas caían sin control por sus mejillas.

- ¿Bella? ¿estas ahí?

- Eh si. - carraspeó. - ¿Cómo esta?

- Es hermoso. Tiene la piel de porcelana de Tanya y ojos azules, su cabello es de un curioso color naranja. Es un bebé perfecto.

Debió ser mío.

Ese pensamiento la lastimo profundamente.

- ¿Vendrás? Le hará bien conocer a su tía... Tanya no va a poder cuidarlo estos primeros días, van a estabilizarla primero.

La voz de su madre sonó extraña. Bella no quería ni imaginarse que escena de terror habrían tenido que enfrentar sus padres.

- Es muy tarde, no creo que me dejen verlo. - su mamá iba a replicar pero ella siguió. - Mamá tendre un día complicado, te llamare después ¿si?

- Esta bien, cariño. Descansa y saluda a Edward. Me dijo Elizabeth que se irá en unos días a Chicago a ayudar a Rose en su parto. ¿Crees que puedas retenerla para que te siga ayudando con Edward? Me ayudaría muchísimo tenerte en casa unos días para cuidar a Anthony.

- No creo, hemos abusado mucho de ella.

- Oh, entiendo. Bueno seré abuela a tiempo completo. - rio pero no sono muy feliz. - Te espero mañana, cariño.

- Eh, trataré de ir. No es seguro. Adiós mamá, no quiero despertar a Edward.

- Esta bien. Adiós.

Bella respiró hondo de nuevo buscando serenarse ante tanta información.

- ¿Aún no saben que es hijo de Edward? - se pregunto a sí misma sorprendida. - ¿Hasta donde llevaran esta mentira?

Nerviosa y angustiada se dió cuenta que nisiquiera Edward sabía del nacimiento de su hijo. Nadie le avisaría. Lo normal era que se enterara por su esposa.

Sin saber lo que hacía tomó su teléfono y marco su número. El timbre sonó y sonó quitandole la respiración en cada silencio prolongado.

- Bella. - contesto él en un tono de voz grave que le erizo la piel.

- Ya nació, tu hijo ya esta aquí.

Edward se quedó en silencio. Uno muy prolongado, Bella solo supo que él estaba ahí por su respiración irregular y fuerte. Tensa espero su respuesta pero esta no llegó. La fuerza la había abandonado por lo que termino acostandose en su cama. Las sabanas aun olían a James y se sintió bizarro sentir ese olor y a la vez escuchar la respiración de su aun marido.

- ¿Él esta bien? - preguntó luego de interminables minutos.

- Si. Mi mamá me dijo que si pero Tanya...

- Bien. Yo iré a desenredar esta mierda. - interrumpió cansado. - Lamento todo esto, espero que puedas perdonarme y no olvides que quiero que seas feliz. Adios.

Luego de eso simplemente colgó.

o

O

o

Actualización flash! Como pueden ver el momento menos deseado llego. ¿Como afrontaran el momento?

Nos leemos!