Hace tres años

Edward había vuelto a dejar la ropa sucia en la lavadora sin activarla, Bella no podía entender esa manía suya pero ya habían discutido mucho por ese día, no gritaría por este nuevo descubrimiento.

- Necesito que me ayudes con esta corbata. - Edward apareció ya casi completamente vestido frente a ella. - ¿Qué haces poniendo ropa a lavar? Es muy tarde.

- No tendría que hacerlo si tú lo hubieras hecho. - le gruño en respuesta.

- Bella puedes hacerlo después, estamos atrasados. La ceremonia...

- Bien. - gruño molesta acercándose a él para atarle la corbata mas fuerte de lo necesario. - Volveré agotada a hacerlo mas tarde.

- Lo haré yo, vístete por favor. - le pidió liberando un poco su cuello de la presión.

Molesta regreso a su habitación para ponerse el vestido que usaría para la ceremonia de entrega de medallas donde Edward recibiría la suya luego de ayudar a encontrar a un niño desaparecido con vida. Arriesgo su vida en esta misión y fue exitosa. Por supuesto que Bella estaba orgullosa de él pero eso no significaba que la alterara saber a todos los peligros a los que se enfrentaba, es por eso que cuando esa mañana se entero al fin de todos los detalles de la operación gracias a las noticias estaba muy asustada y molesta. Edward por su parte le había dicho que era parte de su trabajo y sobre todo del área donde estaba especializándose. Esa mañana discutieron porque ella ya no quería que fuera parte de ella y se dedicara a labores de oficina cosa que Edward rechazó por completo. Luego de eso no habían hablado mucho, de hecho solo se habían ignorado hasta que ella se metió a la ducha y Edward se le unió minutos después. Sabía bien que estaba mal permitir que él la tocara incluso cuando estaba molesta con él pero era inevitable, odiaba la necesidad que tenía de él. Mas allá de la satisfacción sexual que obtenía estaba el hecho de sentirlo cerca, había algo que se terminaba de evaporar en su mente cuando estaban juntos, como una bruma de inseguridad o de lucha interna que desaparecía. No quería aceptar lo mucho que necesitaba esos momentos porque significaba que algo estaba mal en su relación, que algo estaba mal con ella...

- ¿Te ayudo? - el cobrizo se acercó a ella para subir el cierre del vestido.

Bella no le contestó pero permitió que él se acercara para ayudarla.

- Te ves hermosa. - su esposo besó su hombro. - Lamento lo de esta mañana.

- ¿Qué lamentas específicamente?

Edward suspiró.

- No poder cambiar de trabajo.

- ¿No puedes o no quieres?

- No quiero. - admitió.

- Prefieres que yo viva asustada.

- Amor. - Edward la aprisionó entre sus brazos. - Amo mi trabajo y cambiar de área me haría sentir desdichado.

- A mí me hace sentir desdichada saber que en cualquier momento te puede pasar algo.

Edward la giro a la fuerza para que lo viera a los ojos.

- Siempre voy a cuidar de mí por ti. - le prometió mirándola a los ojos. - No quiero lastimarte de ninguna manera.

- Ya lo estas haciendo... - susurró apartando la mirada.

- Amor... no me hagas esto. - le suplicó. - Se supone que hoy es un día feliz, Nathan esta con su madre y...

- Bien, bien. Olvida mis sentimientos. Al parecer soy egoísta al expresarlos. - zafó de sus brazos a la fuerza.

- Bella... - quiso abrazarla de nuevo pero ella lo aparto.

- Basta, no me hables mas del tema que ya me pondré maquillaje y lo arruinaras.

- ¿Hablaremos de esto después? - le preguntó desanimado por su rechazo.

- No me irrites mas, Edward. Ya estoy agotada de discutir contigo.

- No quiero discutir. - susurró levantando las manos en señal de paz. - Solo no quiero que esto se convierta en algo mas grande de lo que es.

- Algo mas grande... Casi te matan... Dios... ¡Basta! - gruño cuando el quiso abrazarla. - No quiero seguir con este tema, si quieres hacer que te maten hazlo yo veré donde pongo tu maldita medalla porque eso es todo lo que me quedara de ti.

El llanto empezó a salir y ella se maldijo. Odiaba llorar y sobretodo que la vieran hacerlo. Lucho contra el ataque de pánico que se estaba formando.

Su esposo se mantuvo a su lado pero no se atrevió a hablar de nuevo solo la ayudo a sentarse en la cama para luego arrodillarse frente a ella. Pasaron unos minutos antes que ella pudiera serenarse y dejar atrás ese llanto desgarrador. Se les haría tarde pero Edward ya no parecía nervioso por eso. Ya mas tranquila se paro de la cama y se acercó a su espejo para empezar a aplicarse maquillaje.

- Lo siento, tienes razón no es justo para ti. - Edward susurró pero no trato de tocarla. - Hablaré con Charlie, quizás él me pueda ayudar a pedir mi traslado a su área como antes...

- No. - lo detuvo. - No quiero que lo hagas.

- Pero me acabas de pedir...

- No quiero que dejes de hacer lo que amas. - le contestó manteniendo en control sus emociones.

- Te amo mas a ti. - admitió sincero.

Bella bajo su labial antes de colocárselo.

- Si antes no pensaste en mi antes de arriesgar tu vida de la manera en que lo hiciste como puedes esperar que yo ahora crea que me amas. - Edward iba refutar de inmediato pero ella se apuro. - Quédate con ese empleo, sigue haciendo lo que en verdad amas.

- Te amo, Bella. Eres mi vida. - empezó a refutar dolido por sus palabras.

- Termina de vestirte, esa medalla por arriesgar tu vida te espera.

Edward si pidió su traslado al área de Charlie pero su solicitud fue rechazada e inclusive le dieron un aumento de sueldo para que se quedará en la suya ya que era muy bueno. Mortificado no quiso contarle a Bella pero era inevitable que se enterara, cuando lo hizo no reaccionó ni negativa ni positivamente solo se mantuvo ausente cosa que se repitió en mas de una oportunidad posterior a esa.

Actualidad

Había tomado el día explicando que tenía una emergencia familia. La excusa nunca había sido tan honesta.

Edward no le contestaba el teléfono y Royce le había confirmado que estaban camino al hospital. La tregua de un día había acabado. Por otro lado, Tanya ya había despertado y habían tenido que darle calmantes porque no paraba de llorar. Sus padres estaban destrozados y no sabían que hacer, además el bebé iba a ser dado de alta al día siguiente y no tenían ni idea de como cuidarían de él. A todo esto Bella no sabía que hacer para ayudar a los demás, había pasado casi todo el día anterior con sus padres y Anthony buscando soluciones al problema que iba a ser Tanya y su inestabilidad.

- ¿Qué pasó? - preguntó asustada cuando encontró a Renne llorando.

- Tanya... - sollozó. - La evaluaron y no van a permitir que tenga la custodia. El siquiatra... Dios... dijo que es un peligro para el niño y que debe llevar un tratamiento antes de que le permitan visitas supervisadas.

- ¿Se lo quitaran? - susurró impresionada.

- Si. - lloró. - Van a evaluarnos a tu padre y a mi para la custodia temporal pero deben llevárselo a una casa de acogida hasta que la situación se defina.

- ¿Llevarlo a un orfanato? - su mirada se fue hacia el bebé que en esos momentos dormía en su cunero. - Pero tiene una familia.

- Somos mayores y Tanya es un peligro. Les pregunte si podías cuidarlo pero no estas legalmente ligada a Tanya, ustedes no... no figuran como hermanas.

Bella entonces recordó que Charlie nunca adopto a Tanya, ella conservó el apellido de su madre.

- ¿Entonces no hay nada que hacer? ¿Se lo llevaran?

- Charlie esta hablando con Edward ahora en su oficina, me dijo que le pedirá ayuda para investigar quien es el padre. Si él lo reclama, no será necesario esto. Podemos llegar a un acuerdo con él. No lo sé, Anthony no puede estar en un orfanato, es un bebé y nos tiene a nosotros.

- ¿Edward... ? ¿Él esta con papá?

- Hoy a primera hora se iban a reunir allá.

Bella se sintió mareada. Así que no pudo evitar correr al primer baño que encontró para deshacerse de todo lo que había en su estómago.

- ¿Bella? ¿Qué pasa?

- Me ha caído mal la comida. - mintió a través de la puerta del baño. - No te preocupes.

- Esta bien...

Minutos después mucho más tranquilas volvieron a la zona de cuneros donde se encontraron con Charlie sentado en una posición de derrota frente al vidrio. Por otro lado, Edward junto a Royce hablaban con la enfermera que asentía o negaba según las preguntas que hacían.

Bella sintió la urgencia de volver a vomitar pero las tolero ya que se había quedado estática en su lugar.

Renne se adelantó y llegó donde su marido muy preocupada. Este le tomó las manos con amabilidad para luego mirar a Bella. Su mundo se detuvo, jamás había visto a su papá tan triste. Se veía demacrado como si veinte años más le hubieran caído encima.

Lentamente se forzó a caminar, paso a paso con el corazón en los oídos tronándole acelerado. Cuando llego a su destino levantó el brazo y golpeó con toda su fuerza a marido.

- ¡¿Qué le dijiste?!

Edward trastabilló un poco debido a la intensidad de la cachetada. Royce tuvo que ayudarlo a mantener el equilibrio.

El cobrizo limpió la gota sangre de su labio partido.

- Lo que correspondía; la verdad.

Bella se quiso acercar de nuevo pero Royce la detuvo.

- Bella por favor, no es el momento. Tus padres no deben alterarse por estas discusiones.

- ¡¿Qué le dijiste a mi papá?!

- La verdad

- ¡¿Le mentiste como a mí?! Le dijiste esa historia ridícula de...

- Dije lo que paso. Y si ahora no estoy muerto es porque a diferencia de ti, él si creyó en mí.

Bella cayó en un repentino momento de lucidez y reviso el físico ya de por si golpeado de Edward.

- ¿Qué? - sorprendida giró a ver a su padre que en ese momento consolaba a Renne que de pronto había empezado un llanto inclusive peor al anterior. - ¿Mamá? ¿Qué sucede?

- No, no, no. - lloraba sin control. - Esto no esta pasando. ¡Esto no esta pasando!

- ¿Qué te dijo, Edward? - le preguntó a su padre, sin poder decir mas.

Su padre agotado tiro de ella para poder abrazarla para luego ponerse a llorar.

- Te amo, hija. Desde que naciste lo has sido todo para mí.

- ¿Papá? - susurró llorosa. - Me asustas, que esta sucediendo.

- Ya he hablado con la enfermera y el médico. Me harán la prueba de paternidad en una hora. - interrumpió abruptamente Edward acercándose con pose seria. - Si es... si es mío firmaré lo que haya que firmar. Será suyo como te prometí, Charlie. Te pido que también cumplas tu parte.

- ¿Qué? - Bella se despegó de su padre. - ¿Qué esta pasando? ¿Les darás la custodia? ¿A cambio de qué? ¡¿Qué les pasa?! ¡Es un bebé! ¡No pueden intercambiarlo como un objeto!

- Tranquila, cariño. - quiso calmarla Charlie. - Edward no esta intercambiándolo. No es lo que tú piensas.

- Claro que sí lo es. - gruñó molesta. - ¡Lo es!

Se levantó de la silla y tomó el brazo de su marido, tiró de él hasta forzarlo a ir a la ventana de los cuneros. Si le dolió no lo dijo.

- Es él. - le señaló llorosa. - Es él, ese es el niño que estas abandonando. ¡Míralo! Son tus labios y ese cabello, ¡es parte de ti! ¡Míralo!

- Bella... - se quejó alejando la mirada de los bebés. - No voy a ceder.

- Mírame Edward. - tomó su mentón con decisión y movió su rostro para atrapar su mirada. - Tanya va a lastimarlo, ya lo intento. Si renuncias a él, ella va a tener acceso a él y mis padres no van a poder vigilarla siempre. Por favor, míralo. Es tu hijo.

Edward bajó la mirada hacia los cuneros y una lágrima cayó por su mejilla.

- Pero no es tuyo. - sentenció el cobrizo fijando la mirada en el bebé que en ese momento se retorcía ya que iba a empezar a llorar.

- Edward... - lloró sin aliento.

- Me robaron la oportunidad de tener hijos contigo, me robaron una vejez feliz y me robaron la oportunidad de ser feliz contigo. Me he pasado años tratando de mantenerte junto a mí y ese niño me recordará todos los días todo lo que perdí por él.

- Fueron tus malas decisiones.

- Ya te explique que no toque a Tanya. Lo que me pasó fue la peor experiencia de mi vida y ese niño es la consecuencia.

- Edward, él no tiene la culpa. Por favor, te suplico que lo pienses. Mañana le dan de alta y puedes dejarlo con mis padres pero piénsalo. Tanya no podrá tener la custodia, será solo tuyo y ustedes juntos...

- No sé nada de bebés, Bella. Sabes que no me gustan los niños. Me irritan los llantos y odio lo demandantes que son.

- Puedes aprender. Edward nadie nace sabiendo como ser padre.

- No insistas, ¿sí? Creo que tus padres podrán protegerlo.

- ¿Y si no? ¿Te has puesto a pensar en lo que Tanya puede llegar a hacerle? No esta bien de la cabeza. Por favor.

- Bella, cariño. - Charlie la llamó. - Hay cosas que debemos hablar, dejemos que Edward medite y...

- No. - Renne se acercó alterada. - No Charlie, no lo permitiré. Sino quiere a Anthony esta bien, que nos lo dé y que desaparezca como tanto quiere hacer. No es necesario hacer mas grande esta herida.

- Charlie. - Edward miro serio a su suegro. - Lo prometiste.

- Ten humanidad, Edward. ¿Por qué quieres destruir a nuestra familia? - lo enfrentó Renne.

- Yo no...

- Eso es lo que lograras y sabes bien que el daño será peor. Danos la custodia del niño y vete. Bella ya no te dará otra oportunidad, ya no hay nada que repare lo que paso.

- Pero Renne... - empezó a replicar.

- Haz lo correcto. Renuncia al niño sino lo quieres, ¿o qué harás si Charlie no hace lo que le exiges? ¿Te lo quedaras? No, entonces desaparece. No tiene sentido hacer lo que pides.

Bella observó impresionada a su madre, no entendía nada de lo que sucedía.

- Tanya lo hará. Cuando vea que renuncie a la custodia, ella lo hará y será peor. No estoy pidiendo algo que es evitable. Siempre he sido el primero en impedir que esto pase pero va a pasar y quiero evitar que sea mas doloroso.

- No, Tanya no lo hará. Me encargare y...

- ¿Podrá con ella? Si no pudo evitar que intentara arrancarse a su hijo del vientre.

- No entiendo nada, me están volviendo loca. ¿Qué cosa hará Tanya? ¿Por qué discuten? - Bella intervino confundida.

- Charlie. - Edward insistió.

- No Charlie. - se negó Renne totalmente.

- ¿Papá? ¿Qué pasa?

El hombre dudo ante la presión y se tapó el rostro como si fuera a explotar.

- Lo haré yo. - Edward presionó. - No me importa nada mas que ella y si ustedes no son capaces de ponerla como prioridad lo hare yo.

Confundida observó a su aun marido.

- ¿Qué pasa?

- Vamos a otro lugar. Aquí no. Tenemos que hablar.

- No Edward, no dejaré que utilices la situación para limpiar tu imagen. - Renne se interpuso entre Bella y él. - Lárgate. Deja de mentirle. Embarazas a mi hija y ahora quieres mentirle a la otra, no lo permitiré. Yo... yo te vi en casa mas de una vez, seducías a Tanya. Ella cedió pero tú eras el casado, le decías que dejarías a Bella.

- ¡¿Qué?! Renne no empeores esta situación. No mientas.

- No es mentira no dije nada porque pensé que Tanya no había cedido.

- ¿Qué dices mamá? ¿Viste a mi marido siéndome infiel y no me lo dijiste?

- Renne. - Charlie intervino mirándola con aprensión.

- No quise creerlo. Yo...

- Estas mintiendo. No puedo creerlo, Renne. La loca de tu hija siempre ha estado obsesionada conmigo.

- ¿Mamá? - insistió la castaña por una respuesta.

- Lo siento cariño. No los creí capaces pero Anthony es la prueba de que sí.

- Eres un maldito bastardo. - giro letalmente y le dio una cachetada a su marido con rabia. El hombre al estar con muletas cayó sin poder evitarlo.

Royce que se había mantenido alejado se acercó inmediatamente y tomo a su cuñado del suelo. Bella tuvo el impulso de acercarse pero Edward la miro tan dolido y rabioso que se paralizo de miedo.

- Me has humillado de todas las formas posibles, Isabella. - susurró lleno de odio. - No tienes idea de a quien mierda tienes al frente pero es a mi a quien lastimas.

- Edward, por favor. Déjame solucionarlo con mi familia. - le suplicó Charlie acercándose con una de las muletas que había caído lejos de él.

- Lo prometiste, Charlie.

Edward observo a su suegro lleno de decepción ante su silencio, algo que hasta a Bella le dolió. No pudo decir nada porque seguía paralizada luego de haberlo lanzado al suelo.

- Bien. Esto quedará en tu consciencia. Recordaras cuando te elegiste a ti antes que a tu hija.

- ¿De qué habla, papá? - le pregunto en voz baja.

- Nada, solo quiere utilizar a tu padre para limpiar su nombre. No iba a permitir que se aprovechara de esa manera. - contesto Renne.

- Si, claro Renne. El que esta aprovechándose de la situación soy yo... - se burló.

Bella tembló al escuchar su tono de voz. Se abrazó sintiéndose desvalida, como si de pronto el lugar estuviera helado y el miedo la invadiera.

El cobrizo tuvo problemas para pararse derecho al parecer por algún dolor en la costilla.

- ¿Estas bien? - Royce preguntó preocupado.

- No. Vamos al auto.

El rubio asintió inmediatamente.

Buscó la mirada de Edward, sabía que atacarlo físicamente en su condición fue bajo de su parte y debía disculparse. Quería acercarse pero las piernas le pesaban y la boca la tenía seca. Su respiración estaba alterada mientras lo veía alejarse de ellos.

- ¿Mamá? - preguntó en voz queda. - ¿Lo que dijiste sobre ellos es cierto? ¿No me mentirías, verdad?

- Claro que no, claro que no.

Luego Renne solo rompió en llanto y a Bella se le escarapelo el cuerpo.

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Actualización de regalo de Pascuas!

Díganme como va su ansiedad! Tranquilas que tratare de bajar la intensidad.