Actualidad
- No puedo creer que hablaras con él. - la voz ronca y molesta de su aun esposo la recibió cuando entro en su habitación. - Te excediste, Isabella. No tenías porque involucrar a mi familia.
- Bueno aun soy una Masen, creo que puedo...
- ¿Ahora si recuerdas que llevas mi apellido? - gruñó rabioso desde su cama de hospital. - ¿Cuándo ese cabrón te cogía lo recordabas?
- Edward. - se quejó. - No discutamos ahora. Quiero que hablemos cordialmente como hace meses no logramos hacerlo.
- Isabella Swan queriendo ser cordial. ¿Dejaste atras reventar autos con bates de beisbol y quemar mi ropa interior en la bañera?
- Te comprare todos los malditos boxers que quieras. - se quejó. - Tu auto no puedo repararlo ya que lo botaste.
- Quedo inservible. Amaba ese auto.
Bella se sintió mal cuando alejo la mirada.
- Hey, ¿podemos hacer una tregua?
- ¿Tregua como la que me pediste para que te cogiera? ¿Esas que duran solo unas horas hasta que te vienes un par de veces? - le replico. - Acaban de operarme, no puedes cabalgarme y mucho menos esperar que...
- Parece que no quieres hablar. - contesto picada por su vulgaridad.
- ¿En serio eso crees? - replico. - Pense que se notaba mi felicidad de verte luego de que le contaras todo a mi padre.
- Era lo correcto. Estas abrumado y no ves la situación con claridad, tu padre podrá hacerte ver...
- No me van a convencer, maldita sea. No quiero nada de esa loca y mucho menos un hijo.
- Entonces el señor Masen ve las cosas como yo. - concluyó Bella con una sonrisa.
- Mi padre esta en un maldito avión ahora. Vendrá a conocer a ese niño. Harás esta situación mas difícil para mi familia por tu maldito capricho de querer quitarle su bebé a tu hermana.
- ¡No es un capricho! - gritó indignada. - ¡Quiero lo mejor para Anthony y para ti!
- No Isabella, quieres lo mejor para ti. Porque no soportas ver que Tanya se salió con la suya y tiene un maldito hijo mío.
Bella se limpió las lágrimas indignada.
- ¡Esa no es mi motivación!
- No entiendo tu motivación porque no le veo el sentido a lo que estas haciendo.
- ¡Quiero que Anthony y tú sean felices!
- El niño será muy feliz con tus padres y...
Bella se acercó a la cama hasta que estuvieron a centimetros de distancia.
- Tanya. Dilo; y Tanya. Porque sabes muy bien que ella lo terminara criando.
Edward se sujeto el tabique estresado.
- Si Bella, lo criará su madre.
- ¿Y sabes lo que pasará con él? Tanya lo usará para llegar a ti, verás como encontrará la manera de torturarte.
- Es por eso que debo alejarme de él. No tendrá ese poder sobre mí si no me involucro con él...
- Edward. - lo detuvo decidida. - Me va a usar a mi, lo va a dañar para que yo te obligue a estar con ella. Piensalo un minuto por favor, ella siempre me ha querido usar a mi para manipularte. Y ya viste que no voy a permitir que Anthony salga dañado.
- Esto es una maldita pesadilla. - golpeo el colchón su mano libre, estaba iracundo por la situación.
- Tienes que quedarte con él.
- No quiero ni debo quedarme con él. No estoy listo para ser padre.
- Él no tiene la culpa de este enredo. Mira yo no sé como pero no voy a permitir que le hagas esto a ambos. - tomó su mano pero él la quito a la fuerza. - Él te necesita y tú no te vas a perdonar tener un hijo en el mundo del cual no cuidaste, no estas dejándolo en una familia ideal. Sabes bien que mis padres siempre han tenido una debilidad por Tanya, en algún punto convivirán y me asusta que daño pueda hacerle.
- Entonces quizás darlo en adopción...
- Mis padres van a impedirlo, van luchar por quedarse con él si tú renuncias. ¿Edward vas a permitir que Tanya dañe algo tuyo? Sabes que se va a desquitar con él. Si tú tienes la custodia mis padres lo verán y cuando Tanya salga puedes protegerlo.
- Realmente te importa ese niño. - concluyó Edward.
- Anthony. - lo corrigió. - No merece una vida como la que tendría con Tanya. Y tú no mereces vivir toda la vida pensando que pudiste impedir que un niño inocente sea lastimado.
Edward se tapó la cara con las manos y se quejó audiblemente contra ellas.
- No puedo con tanto. - admitió agotado.
- No estarás solo. - Bella con algo de miedo apoyo su mano en su hombro. - Si me dejas, yo estaré contigo. Con ustedes. Créeme Edward, esto es lo mejor.
- ¿Cómo puedes estar segura de que yo soy la mejor opción?
- Porque conozco el buen hombre que eres, porque si te creo cuando me dices que dudas de que serás buen padre pero estoy segura que serás asombroso.
- ¿De pronto tienes confianza en mí? - se burló.
Bella tomo su barbilla para que la mirara a los ojos.
- No confío en ti porque me has mentido en muchas cosas, sé que me has engañado. - él iba a discutir pero ella se adelanto. - No estoy hablando sobre el embarazo de Tanya. Hablo de las mentiras o verdades a medias que me has contado siempre como el que vivieras en casa de mis padres o que te acostaras con mi hermana antes de conocerme, además esta eso que mis padres y tú me ocultan. ¿Puedes culparme por no creer e ti?
- No. - admitió el cobrizo alejándose de su toque.
- Edward te conozco lo suficiente para decir que tienes un buen corazón. Tienes un montón de defectos pero tu corazón... es lo que me enamoro de ti.
- Mi buen corazón no fue suficiente para ti, mírate ya estas con otro.
Bella aguanto el golpe y respondió luego de respirar hondo.
- Estas herido y te entiendo, yo me sentí así cuando me entere del embarazo de Tanya.
- Tú le creíste a ella desde el primer momento. Si hubieras tenido confianza en mi no estaríamos así.
- Edward, basta. - suspiró adolorida. - No tiene sentido insistir en este tema. Quiero hablarte de Anthony.
- Es lo que no entiendes, me duele ver que ese niño que apenas conoces es mas importarte que todo lo que te di de mí. Por él si me hablas, por él si te acercas a mí. No entiendo como él puede ser mas importante para ti que yo que te ame por años.
Bella insistió en tratar de atrapar su mano a pesar de su rechazo.
- Ese niño es parte de ti, no puedo evitar querer mantenerte junto a él. Sé que ahora no lo ves pero en unos años quizás te arrepientas de dejarlo con ella.
- Él representa la peor etapa de mi vida. Cuando crezca no quiero ver en él cosas que me recuerden a su madre. No quiero sentir rechazo hacia él.
Bella asintió comprendiendo sus palabras.
- ¿Y si lo dejas y mañana Tanya lo descuida para irse con alguno de sus amantes? ¿Y si uno de ellos lo lastima? ¿Y si Tanya lo lastima para vengarse de ti? Ya lo intento. ¿Podrás vivir con ese pensamiento todos los días? Olvida que es tu hijo, solo piensa que es un niño. ¿Sabes por las cosas que pasará? ¿Lo que verá? Piensa eso, por favor. No estarías quedándote con él por amor sino por piedad.
- ¿Y qué hay de mí? Seré infeliz cuidando de él.
- No, te prometo que no dejaré que seas infeliz. Por Dios, Edward mírame. - Desesperada atrapó su rostro entre sus manos. - Confía en mí, yo estaré para ustedes.
- ¿Qué intentas decir? Porque si vas a empezar con el rollo de ser amigos...
- No, seré tu esposa. - le aseguró. - Juntos, de nuevo. - Edward la miró sin creerlo. - Sé que hay muchas cosas que debemos aclarar, muchísimas.
- No juegues conmigo, Bella. - le pidió.
- No estoy jugando. Esto es demasiado serio.
- ¿Y quieres criar al hijo de Tanya? Quedarte con él, ¿podrás quererlo?
- ¿Y por qué no? Te repito que para mí, él es parte de ti.
Edward seguía mirándola dudoso y para nada conforme. Así que ella tomo valor y acercó su rostro para besarlo. Sin embargo, el cobrizo la esquivó. Jamás había pasado algo similar entre ellos. Bella fue consciente que nunca antes había sentido rechazo de parte de él, la sensación la dejo sin aliento.
- Juntos podemos con esto. Te lo juro. - le prometió limpiando las lagrimas que habían empezado a salir de sus ojos sin control.
- Esto es un error. - susurró él. - No es correcto. Sabes que si aceptara no sería por las razones correctas y tú...
- Shhh... - lo calló no sintiendose con la fortaleza de escucharlo. - Seamos una familia, los tres.
- Tú no me amas como yo a ti. No puedo estar con una mujer que no me ama lo suficiente, ya me canse de eso.
- Te amo. - le aseguró sin dudarlo. - Es doloroso pero lo hago y por eso estoy aquí. - No se acercó de nuevo por miedo a su rechazo así que se conformo con apretar su hombro. - Ya fuimos felices antes, piensalo por favor. Te juro que pondré todo de mi parte para que esto funcione, para lograr que seamos felices los tres.
Edward cerró los ojos dudando así que Bella se acercó a besarlo no permitiendo que él la rechazara esta vez. Con terror confirmo que él no quería ceder a su beso pero no se rindió. Necesitaba demostrarle que había una luz de esperanza en toda la situación. Cuando luego de unos segundos de incertidumbre él le contestó Bella sintió una gran tranquilidad invadirla. Lo beso largamente, tomandose el tiempo de disfrutar su toque. Sentir sus brazos rodearla gentilmente y el latido de su corazón acelerarse fue una sensación estupenda.
- No tengo ni un pañal. - le recordó él en voz baja cuando el beso terminó.
- Podemos comprar todo lo necesario. - Bella le aseguro empezando a emocionarse pero no queriendo demostrarlo. - Además sabes que Tanya preparo...
- No quiero nada de esa mujer.
- Bien. Podemos comprarle todo lo que necesita y preparar el departamento para él. - le aseguró Bella pero al ver su rostro no muy seguro se apuro en agregar. - Sé que es muy apresurado y odias hacer las cosas así pero verás que podemos lograrlo. Incluso podemos comprar por internet todo y pedir que lo lleven al departamento, déjamelo a mi yo...
- No Bella. Aún no he tomado mi decisión. - la frenó con voz dura. - No puedo simplemente ceder ante las migajas de amor que me prometes sin analizar todo lo que sacrificare.
- Hey... no son migajas. - acarició su rostro. - Yo de verdad te amo.
Edward siguió alejando la mirada. Bella podía ver su mente maquinar y como parecía estar creando una barrera casi física entre ellos mientras no le dedicaba ni una mirada.
Nerviosa y ansiosa se vio en la urgencia de hacer algo así que busco entre las fotos que tenía en su teléfono de Anthony, era una de las tantas que su madre había tomado y le había enviado. Se acercó a su marido y sin decir una palabra le mostro el teléfono para que observe la imagen.
- Es él. - le aseguró. - Es tranquilo, solo necesita que le hables un poco para que deje de llorar y tiene una mancha pequeña en la pierna, es de nacimiento. Royce me dijo que Rosalie tiene una igual en el brazo. - habló tan rápido que solo se calló cuando necesito oxígeno.
- ¿Royce? ¿Hablaste con Royce de esto?
- No te molestes con él, no le dijo nada a Rosalie y me hizo prometerle que no le diría.
- Pero le dijiste a mi papá... - se acordó molesto.
- Edward... por favor.
- Dame tu teléfono. - suspiro el cobrizo.
Edward tomo su teléfono para ver las fotos unos segundos que para ella fueron interminables.
- Toma, tu novio esta llamando. - le entregó el teléfono tan abruptamente que casi se le resbala de los dedos.
Incómoda confirmo que James llamaba. Colgó. Habían otras tres del día anterior.
- No es algo serio. - susurró con voz pequeña. - No es mi novio.
- Lo dejas tocarte mientras sigues casada conmigo, para mi eso es serio.
Bella agotada suspiró. Iba a ser un camino difícil.
- Tienes razón. Fue un error ver a alguien sin dejar claras las cosas entre nosotros... - la voz le fallo.
- Bueno para ti las cosas estaban claras hasta hace poco. - sentenció el cobrizo mirando lejos. - Estas jugando con mis sentimientos.
- Le aclararé que no estamos juntos y que volví contigo. - le prometió tomando su mano.
Edward miro sus manos unidas sin expresión. Bella tembló por dentro, la idea de que Edward ya no la amaba como antes empezó a germinar en su interior.
Hace dos años
Limpió sus lágrimas para evitar que su marido las vea. Odiaba perder el control de sus emociones y demostrar cuando le afectaba pelear con él.
~Basta, Bella. Es solo un maldito viaje.~
Se repitió a si misma adolorida.
Siguiósu tarea de ordenar su armario con todo el contenido de sus maletas para olvidar el mal momento y concentrarse en algo.
- Amor. - la voz de Edward sonó en la puerta de la habitación. - Ya hablé con mis superiores y tendré navidad libre. Podremos ir a donde quieras esos días.
No contestó, sinceramente no tenía mucho que decir.
- Bella. - insistió el cobrizo. - ¿Si vamos a Brasil en navidad? Sé que no es muy convencional pero...
- ¿Cuándo inicia tu misión? - lo interrumpió.
- Hoy en la noche debo presentarme. - admitió en voz baja. - ¿Podemos intentar solucionar esto antes de irme?
- ¿Solucionarlo o quieres acostarte conmigo antes de irte? Eso lo único que tienes en mente siempre.
Edward botó el aire de sus pulmones.
- Quiero tocarte antes de irme, lo admito. Son casi dos meses que estaré de infiltrado y no podré verte seguido. Sin embargo, mi prioridad es buscarle una solución a todo esto. Podemos viajar en otro momento y te juro que haré que pases los mejores momentos de tu vida.
- Dijiste lo mismo en el aniversario de nuestra boda.
- Cariño, es mi trabajo y yo no puedo evitar estas misiones.
- Lo sé. - suspiró.
- Te prometo...
- No quiero promesas ahora. - admitió ella dejando sus labores de lado. - Iré a casa de mis padres estos días. No quiero estar en este departamento vacío.
- ¿Estas segura? - le preguntó preocupado. - Tanya va a perturbarte y...
- Esa zorra puede hacer lo que quiera.
Edward la abrazó de pronto sorprendiéndola.
- No permitas que sus palabras te lastimen, esta loca.
- Edward lo que paso en Navidad no se va a repetir. No dejare que me altere, solo no quiero estar sola unos días.
- Te amo. - le aseguro el cobrizo enterrando su rostro en su cuello. - Sin ti no sé que haría.
Bella respiro hondo no queriendo dejarse invadir por ese sentimiento de ahogo que le daba cuando permitía que sus sentimientos por Edward salieran a flote.
- Bien. Vamos a la cama. - suspiro ella fingiendo no haberse sentido triste minutos antes. - Si vas a tener prostitutas cerca...
- Bella, te amo. - insistió Edward atrapándola. - ¿Me sigues amando?
Bella levanto la vista hacia sus ojos y supo la respuesta.
- ¿Lo dudas? - le pregunto dolida. - ¿No es suficiente todo lo que soporto por estar contigo?
Edward torció el gesto al escucharla.
- ¿Estas cansándote de mí?
Su pregunta demostró toda la vulnerabilidad posible. Bella levantó los brazos y rodeo su cuello.
- Estoy cansada de amarte tanto, pasan los años y solo aumenta todo lo que siento por ti. No sé si mi cuerpo resista tanto. - admitió dejando un pequeño beso en su barbilla. - Eres el amor de mi vida, así que no me puedo permitir rendirme. Perderte en cualquier sentido me mataría.
Edward vulnerable como estaba busco sus labios.
- Nunca has sido tan directa sobre lo que sientes por mí. - susurró entre besos.
- Pensé que lo sabías. - admitió tirando de él hacia la cama.
- A veces siento que me amas pero te molesta hacerlo.
- Es agotador como te dije antes pero no una molestia. - suspiró liberando su pantalón.
- Pero no puedes dejar de hacerlo. - Edward sonrió honestamente quitándose la camiseta. - Nunca creí que amar cansara, a mi me da fuerza y motivación.
- A mi también pero creo que nunca he sentido tanto por nadie. Por eso quizás es agotador.
Edward entro en ella en ese momento.
- Bella, nunca te rindas. - le pidió mientras se movía lentamente. - Yo no lo haré.
- Te amo.
- Y yo a ti.
o
O
o
Actualización!
Una muy dolorosa. ¿Qué les pareció?
