Su primer día como madre inicio muy temprano o podría decirse que no tuvo un inicio específico ya que Logan decidió dormir intermitentemente desde que llegaron al departamento. Bella se había comunicado con su trabajo para pedir unos días de vacaciones para que Logan se acople a su horario pero estaba empezando a dudar de esa posibilidad.
Nunca dimensionó lo complicado que era cuidar de un recién nacido hasta que tuvo a Logan llorando desesperado por algo que ella no lograba descubrir.
- Cariño, por favor ayúdame. - le pidió meciendolo. Ya había intentado darle el biberón y había cambiado su pañal pero simplemente no queria dejar de llorar.
Eran las cinco de la mañana y no habían dormido practicamente nada. Y sospechaba que sus vecinos tampoco.
Ya agotada decidió llevarlo al hospital, quizas estaba enfermo o le dolia algo. Decidió cambiarse pero Logan no parecía muy contento de ser dejado sobre la cama porque lloró incluso con mayor fuerza.
- Lo siento. - se disculpó cambiandose acelerada y sintiendose un fracaso.
Tomó el biberón que tenía listo y lo puso en la pañalera. El niño lloro mas suave cuando volvió a sus brazos.
El camino al hospital fue difícil y cansado. Logan seguía llorando y ella simplemente tuvo que aguantarlo con sus propias lágrimas en los ojos.
La conclusión a la que llegaron los medicos fue; gases.
Le devolvieron a un bebé agotado pero risueño que suspiró en sus brazos antes de quedarse dormido.
- Tranquila. No es la primera mamá primeriza que viene con un bebé con un cólico. - le explicó con paciencia la enfermera al verla limpiarse el rostro alejando las lágrimas.
Bella le agradeció con una sonrisa educada.
Ya eran casi las siete de la mañana así que lo mejor era quedarse hasta que el médico de Edward firmara el alta y de paso verlo.
- Vamos pequeño. - le susurró a un Logan molesto y a punto de llorar. - Ya debes dormir.
- ¿Bella? ¿Qué haces aquí? - el señor Masen se acercó a la estación de enfermeras donde esperaba al médico de Edward.
- Vine a firmar los documentos del seguro de Edward y quería ver como seguía. - mintió esperando que su rostro trasnochado no le diera la impresión de que era porque en sus primeras horas como madre ya estaba fallando.
- ¿Con el bebé?
- No tengo con quien dejarlo. - confesó avergonzada.
- Creí que tus padres te ayudarían. - comentó con la frente arrugada.
- Bueno por la situación con Tanya...
El señor Masen negó con la cabeza lleno de clara molestia.
- ¿Edward ya sabe que no dejarás que tus padres te ayuden?
- Estoy segura que mis padres me ayudarán una vez entiendan que Logan esta mejor conmigo.
- Bella, ellos lo saben. Todos lo sabemos. - le contestó su suegro. - Esto no se trata de Logan, por lo que veo su bienestar tampoco es importante para ellos.
- ¿De qué habla? Mis padres aman a Logan por supuesto que les importa su bienestar.
- Papá. - la voz seria y fuerte de Edward detrás de ellos, los sorprendió. - Basta.
Ya estaba vestido y no parecía sufrir al utilizar sus muletas, esto último fue un alivio para Bella.
- ¿Cómo te sientes? - se acercó a él preocupada.
- ¿Por qué lo trajiste? - preguntó en respuesta retrocediendo.
- No la van a ayudar, Edward. Criara a tu hijo sola. - la voz seria de su suegro le erizó el cuerpo. - ¿Lo vas a permitir?
- ¿Tus padres dijeron... ? - Edward iba a empezar a preguntarle pero su padre lo interrumpió.
- Tu hijo y tu esposa se quedarán solos aquí con esas personas que en ningún momento los han puesto como prioridad. ¿Me escuchas? Los estas abandonando.
- Edward no... - Bella quiso interrumpirlo.
- La conoces. Sabes bien como va a reaccionar después y si ahora no esta pidiéndole ayuda a sus padres... No hay que ser adivino para ver como esto acabara.
Edward alejó la mirada visiblemente presionado por su padre.
- Escúchame, hijo. - tomó su hombro. - Sé que esto no es fácil, que no sientes a Logan como tuyo y las cosas con Bella han tocado fondo. Pero no puedes irte y empezar una vida nueva dejandola en la oscuridad y con una responsabilidad que por amor a ti obtuvo. No es justo para ella.
Bella se quedó sin palabras ante su suegro. Jamás en los mas de diez años que lo conocía había visto que el hombre diera un discurso tan largo y menos que Edward lo escuchara sin discutir ni pelear.
Logan escogió ese momento para empezar a lloriquear.
- Ya, cariño. Ya. - lo acunó alejandose rápidamente. No quería interrumpirlos.
Se sentó en la primera banca que encontró y buscó en su bolso un biberón que tenía preparado. Logan empezó a removerse con mas fuerza y a lloriquear mas fuerte.
- Ya casi, dame un segundo. - le pidió nerviosa mientras buscaba. Suspiró aliviada cuando encontró el biberón y lo puso en la pequeña boquita que al sentir la textura se aferró con hambre. - Perdón, cariño. No sabía que tenías hambre. Prometo que no volvera a pasar.
Levantó la mirada y vio a Edward escuchar a su padre con la vista fija en ella. Lo que sea que le estaba diciendo estaba tensandolo y presionandolo cada vez mas. Bella quería acercarse para aclararles que cuidaría de Logan sola y que acepto esa responsabilidad desde un inicio considerando que lo haría sola. Sin embargo, tenía miedo de arruinar su última oportunidad para que Edward se planteara regresar con ella. Era egoísta permitir que su suegro intercediera por ella pero no lo detuvo.
- No. - La voz de Edward se escuchó hasta su lugar.
Bella se sintió enferma y cerró los ojos. Escuchar que Edward se negaba para ella fue como un rechazo directo. Su corazón volvió a partirse, no quería perderlo porque lo seguía amando y no sabía como dejar de hacerlo. Nunca había podido dejar de hacerlo aunque creyera que se acosto con su hermana. Sentía a Edward suyo a pesar de eso, luego tenerlo suplicando por una oportunidad le reafirmo ese sentimiento de posesión que no sabía que tenía tan presente cuando pensaba en su marido. Pero esa seguridad ya no estaba, ya no sentía esa tranquilidad de saber que si levantaba el telefono él estaría ahí para ella. Había arruinado eso último al acostarse con otro. Se odio por hacerlo. En su mente creyó que debía desintoxicar su cuerpo de las caricias de su esposo pero estuvo muy equivocada, su cuerpo no estaba intoxicado estaba marcado de por vida por cada caricia y toque de ese hombre que posiblemente ya no la deseaba luego saberla de otro. Eso último era lo que mas la atormentaba porque ella si estuvo en su posición cuando creyó que la engañó con Tanya y aún así lo sentía suyo. Pero ambos eran personas diferentes y veían el sexo de forma diferente. Bella con los años había convertido su cuerpo en una extensión del suyo y jamas se había cohibido en tomarlo en cualquier momento o lugar, en cambio Edward necesitaba constantemente reafirmar su pertenencia. Eran uno y se tocaban siempre que sus cuerpos lo deseaban, pero Edward siempre fue un amante posesivo que disfrutaba de llenarla de su esencia antes de ir al trabajo solo porque quería que estar dentro de ella durante el día o cuando evitaba masturbarse cuando ella tenía su periodo solo porque no consideraba atractivo venirse en un lugar diferente a su interior. Bella sintió su cuerpo resentirse ante la idea de nunca volver a sentirse tan deseado y satisfecho.
- Papá, ya basta. - la voz de Edward la empezaba a atormentar. - No. Basta.
Bella cerró los ojos queriendo transportarse lejos de ahí. Se iría apenas firmara esos benditos papeles y el médico le asegurara que Edward estaría bien. La sensación de sentir que Edward ponía tanta resistencia a quedarse con ellos la lastimaba sobre todo por Logan, era un bebé no deseado.
- Bella. - la voz de su esposo tan cerca la hizo saltar y abrir los ojos. Logan en sus brazos estaba por terminar su biberón.
- Edward, no es necesario...
- Tenemos que hablar. - empezó serio. - Estoy muy preocupado por ti.
- No tienes porqué. - le aseguró. - ¿No me crees capaz de cuidar de Logan sola?
- No es...
- Porque sí que podré, Logan tendrá todo mi amor y atención. No necesito tu preocupación.
- Bella, no es lo que estas pensando. - suspiró agotado. - Mira, lo mejor es que hablemos en tu departamento, este lugar no es...
- ¿Mi departamento? - susurró adolorida. - ¿Eso quiere decir que ahora solo es mío?
- Sí, claro. - susurró confundido.
- Hace unos días no parabas de insistir que era de ambos. - le recordó dolida y quizás siendo un poco irracional.
Logan acabo su biberón así que Bella tuvo que acomodarlo para sacarle los gases. Nerviosa como estaba comenzó a buscar un babero para proteger su hombro de un posible vomito. Edward vigilo sus movimientos hasta que no pudo evitar sentarse junto a ella y quitarle el bolso para buscar él mismo.
- ¿Qué buscas?
- Su babero.
Edward asintió y buscó hasta dar con él entre todos los pañales y ropa para bebé que ese pequeño bolso contenía.
- Toma.
Bella intento acomodarlo con el bebé ya en el hombro pero era complicado. Edward terminó tomando el control del babero para acomodarlo adecuadamente.
Tensos por el momento casi familiar alejaron las miradas y se quedaron en silencio mientras Logan hacía ruiditos similares al hipo.
- Bella...
- Edward...
Empezaron a la vez y luego sonrieron algo tristes al otro. El cobrizo agitó su cabeza para indicarle que hablara ella primero.
- Edward, no sé que te dijo tu padre. - él quiso interrumpir pero Bella lo detuvo con la mirada. - Pero no quiero que tu preocupación te haga tomar decisiones que no quieres tomar. Cuando decidí hacerme cargo de Logan asumí que lo haría sola y sé que puedo hacerlo, yo antes te pedí una oportunidad para nuestra familia porque te amo y quiero volver contigo pero entiendo que eso no sea una opción para ti. - se limpió una lágrima al sentir su corazón dolerle tanto. - Yo solo quiero que seas feliz Edward, ya me equivoque mucho contigo y no quiero seguir haciendote daño.
El cobrizo se quedó en silencio asimilando sus palabras antes de suspirar y tirar de sus cabellos.
- Aún te amo, Bella. - confesó afectandola. - Sigues siendo la persona mas importante para mí y lo que mi padre hizo solo fue recordármelo. - Edward se tiró el cabello frustrado. - Siempre he querido protegerte de todas las maneras posibles pero no lo he logrado, he fallado mas de una vez y eso me hace un pésimo esposo. Yo... creo que mi padre tiene razón y no puedo dejarte así; a ciegas y tan sola. Si lo hago sería un cobarde y ya me canse de serlo.
Bella aguanto las lágrimas como pudo.
- No. No quiero que sea de esta forma.
- Pero si querías que fuera yo él que te dijera todo. - le recordó confundido.
- Pero lo harás para dejarme e irte con la conciencia tranquila. No, no quiero que sea así.
- Bella. - Edward suspiró agotado. - No lo hago por mí, es justo que sepas todo. Nunca debí lastimar nuestro matrimonio ocultando tantas cosas, todo esto es mi culpa.
Bella no pudo aguantar mas y se aferró a su cuello para llorar en él. Logan descansaba en el brazo que no estaba tirando de Edward para acercarlo a ella.
- Te amo Edward. Yo también fallé en nuestro matrimonio. Debí escucharte, debí estar mas presente, debí esforzarme...
- Yo no debí mentirte ni ocultarte tantas cosas...
- No me dejes. - le suplicó. - ¿Cómo me lo voy a perdonar? Sin ti me voy a morir de la pena.
Edward no contestó.
- Estoy dispuesta a todo. - le aseguró dejando un beso en su cuello. - Piensalo, ¿si? Dejame luchar por nosotros.
- Bella... - quiso alejarse pero ella se apegó mas.
- Te amo. - susurró en su cuello. - Si aceptas darnos una oportunidad te lo diré todos los días el resto de nuestras vidas. No será como antes, no consideraré tu amor como un hecho.
Edward se ablandó con sus palabras ya que cedió al abrazo que solo ella antes estaba dando y le dió un beso en la frente antes de abrazarla también. Logan entre ellos no se molesto por el movimiento.
- Te lo diré todo. - le susurró en su oído. - Por favor, aquí no.
- ¿Pero lo pensarás? ¿Vas a considerar darnos una oportunidad?
Edward suspiró audiblemente.
- Creo que tenemos que clarar muchas cosas antes de tomar decisiones, ¿no crees?
- Sí, claro que sí. - Bella asintió dándole la razón.
Actualización! Ya veo algunas caras molestas! No se preocupen por el secreto, pronto se descubrira!
¿Qué piensan de Edward? ¿Es la decisión correcta?
Los leo.
