Bella no recordará nunca los malabares que Edward tuvo que hacer para llevarla a su departamento considerando que estaba recién operado y usando muletas. Ella no estaba muy consciente de lo que pasaba a su alrededor, sin embargo, cuando Logan estuvo frente a ella su mente reaccionó y se aferró al bebé como si la vida se le fuera en ello.

- Tranquilo, tranquilo. - le susurró mientras cambiaba su pañal.

Limpio y alimentado estaba listo para dormir.

Edward junto a ellos vigilaba sus movimientos. No opinaba o ayudaba, era como un fantasma que se mantenía cerca. Bella no lo echó ni le impidió quedarse cuando llegaron al departamento. Ella solo tenía ojos para Logan y sus necesidades.

No tenía una cuna, se lamentó de nuevo por no comprarla. Se había hecho madre de un día para el otro así que tenía bastantes carencias. También antes en su mente existía la posibilidad de irse a Chicago con Edward por lo que lo mejor era comprarla allá sin embargo, esa ya no era una opción en su mente. Las cosas habían cambiado.

Una vez Logan se quedo dormido en sus brazos lo acomodó en su cama con almohadas cerca para evitar caídas, cosa que era imposible a su edad pero no quiso dejar de hacerlo.

Edward la espero en silencio en la sala hasta que salió de la habitación.

- Eres una buena mamá. - le aseguró con voz ronca, se veía afectado por toda la situación.

Bella no contestó solo se derrumbó en el sofá dejando el intercomunicador cerca a ella.

- Pedí comida, supuse que sería buena idea ya que estas cansada.

La verdad ni había pensado en comer.

- Gracias. - susurró cerrando los ojos.

- Bella, no quiero presionarte pero tu padre me llamó un par de veces y...

- No, no quiero.

- Quizás sea bueno que...

- No.

El cobrizo asintió a pesar de que ella no lo veía y dejó las muletas a un lado para poder sentarse junto a ella.

- ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

¿Existía algo que la hiciera sentir mejor? ¿Alguna vez se sentiría como antes? Iba a decirle que no, que su vida estaba destruida y no tenía reparo. Sin embargo, solo necesito verlo para sentir como su corazón se alteraba a pesar de estar roto. No pudo contestarle con palabras, solo suspiró dolorosamente antes de acercarse a él para abrazarlo.

El cobrizo al inició no reaccionó pero luego frotó su espalda con suavidad buscando confortarla.

- Gracias por estar aquí a pesar de todo. - le susurró en el cuello.

Aspiró su olor con fuerza tratando de memorizarlo. Tratar de guardarlo en su memoria para toda la vida porque ya había entendido que las cosas entre ellos no iban a funcionar de nuevo, ya no eran las mismas personas y Logan siempre estaría en medio de ambos. No sometería al niño a su rechazo ni a Edward a convivir con él sabiendo lo repulsiva que fue su concepción.

Lo soltó lentamente porque realmente no quería dejarlo ir pero fue fuerte, era lo mejor para él. Su nueva vida en Chicago era lo mejor.

- ¿Te sientes bien? - le preguntó preocupado. - Estas pálida aún.

- Si, estaré mejor en unas horas. - le aseguró abrazando sus piernas sobre el sofá.

Edward asintió pero no se veía muy dispuesto a aceptar sus palabras, antes de que pudiera agregar algo su teléfono empezó a sonar. Bella alejó la mirada no queriendo invadir su privacidad. Era un pensamiento extraño luego de estar juntos por años.

- Rose, ¿Qué sucede? - preguntó inmediatamente con voz suave. - Hey... espera...

Bella notó como se tensaba todo su cuerpo. Suspiró sabiendo que seguramente ya se había enterado de todo el problema. Era cuestión de tiempo supuso, Royce o el señor Masen no podrían guardar un secreto así mucho tiempo.

- Espera Rose... - insistió intentando tener mucha paciencia. - No es así, esto no es así.

Edward veía sus muletas y su pierna mientras hablaba, posiblemente quería salir del departamento para hablar tranquilo pero por su estado no podía. Bella decidió retirarse.

- Estaré con Logan. - le susurró en voz baja.

El pequeño bebé dormía pacíficamente en medio de la cama por lo que ella tuvo que acomodarse a su lado como pudo y cerró los ojos. La próxima vez que los abrió la habitación estaba iluminada por la lámpara que había junto a la cama. Confundida por la hora buscó desorientada su teléfono junto a la cama, cuando sintió las mantas suaves de Logan saltó. El bebé no estaba.

Alterada como un cable de tensión miles de escenarios donde Tanya o sus padres llegaban y se lo llevaban la inundaron. Se quitó la manta que la cubría y corrió fuera de la habitación.

- ¡Logan! - empezó a gritar pero calló al ver quien estaba en su sala.

Edward estaba recostado en el sofá despertando por su grito mientras junto a él estaba Elizabeth Masen con el bebé entre sus brazos que en ese momento devoraba su manito mientras le frotaban la espalda.

- Dios mío. Logan. - suspiró aliviada acercándose a su ex suegra. - Hola Elizabeth, es bueno verte de nuevo.

La mujer le sonrió tranquila besando la cabecita del niño antes de entregárselo.

- Hola Bella, me alegro de verte también. - sonaba sincera y un poco aliviada. Tal vez creía que sería hostil.

- ¿Cuándo llegaste? Discúlpame, estaba dormida y no escuche nada.

- Esta bien, querida. Estabas agotada y llegue hace unas cuatro horas. - le explicó suavemente. - Me pareció adecuado venir considerando la situación. Con Edward recién operado y el bebé no podrías ocuparte de todo.

- Mamá... - Edward le advirtió.

Elizabeth asintió sin verlo.

- ¿Quieres comer algo Bella? Llevas dormida unas ocho horas.

- Pedí rabioles a tu restaurante favorito. Ya están fríos pero puedo calentarlos. - se apuró a agregar Edward empezando a levantarse.

- ¿Ocho horas? - se sorprendió y sintió culpable por Logan. Elizabeth intuyó su preocupación y se apuro en agregar.

- No te preocupes querida, Logan estuvo bien cuando llegué. Edward le había dado el biberón así que estaba tranquilo y deseoso de seguir durmiendo junto a ti. Hace una media hora despertó de nuevo y ahí ya pude ejercer mi deber de abuela. - sonrió animada sin imaginar el impacto de sus palabras.

- ¿Tú lo cuidaste? - le preguntó a su esposo que en ese momento estaba ocupándose de calentarle la comida.

- No quería que te despertara. - contestó serio y sin levantar la mirada.

Bella había tenido un revoloteo de esperanza pero esta se esfumó inmediatamente por su reacción. Seguía sin tolerar al niño.

- Gracias, lamento que pasaras por eso. - susurró en voz baja para luego mirar a su niño que empezaba a cerrar los ojos de nuevo. - No volverá a suceder.

Elizabeth carraspeó visiblemente incómoda por lo que veía.

- Edward me dijo que renunciarás a tu trabajo por cuidar al niño. - comentó su ex suegra suavemente. - Es muy difícil cuidar niños pequeños y trabajar a la vez, sin embargo, creo que sería buena idea que lo conserves y yo puedo quedarme en la ciudad un tiempo. Ya sabes ayudarte en todo lo posible hasta que él pueda ir a una guardería y...

- Gracias Elizabeth, pero no puedo pedirte algo así. Yo me ocupare de él además no planeo llevarlo a la guardería hasta dentro de un año tal vez, no puedo abusar tanto de ti sabiendo que Rosalie te necesita. Es madre primeriza y seguramente quiere a su mamá.

Elizabeth parecía querer argumentar pero la voz seca de Edward la detuvo.

- Bella, ven a comer. - su llamado sonó a una orden pero la castaña no reclamó ya que no quería seguir la conversación con Elizabeth.

Se sentó a la mesa con Logan en sus brazos y como pudo empezó a comer. Edward se sentó junto a ella en silencio para verla acabar los rabioles. Elizabeth se unió a ellos suspirando.

- Imagino que pedirte que vengas a Chicago... - susurró su ex suegra preocupada.

- No sería adecuado. - la paró Bella bajando la mirada a Logan que se estiró en sus brazos.

- No es adecuado que críes a un bebé sola cuando tienes una familia que puede ayudarte.

Bella analizó sus palabras y las lágrimas acudieron a sus ojos. No la tenía. Su padre no lo era y Renne le había mentido toda la vida, además que quería quitarle a Logan y dárselo a la hija que si amó, sin importar lo loca que estaba Tanya si contaba con su amor incondicional. Y los Masen eran la familia de Edward, no suya.

- Bella, si quieres ir a Chicago esta bien. - agregó Edward en voz baja. - Quizás puedas...

- No, no te haré eso. Mereces ser feliz y una nueva vida. Yo decidí tener esta responsabilidad sola y así lo haré.

- Mira yo sé lo que dije antes pero no puedo dejarte así, antes creía que tus padres te ayudarían pero ahora...

- No somos tu responsabilidad, Edward. Logan es solo mi hijo.

Elizabeth se removió incómoda en su silla.

- Edward. - susurró tomando su mano sobre la mesa. - Estaré bien. No te preocupes, ya no tienes porque hacerlo.

- Sigues siendo mi esposa. - le recordó con la voz atrapada.

- Tengo claro que legalmente lo estaremos unos años pero ya no estamos juntos. Quiero que seas feliz en Chicago, no voy a ser un estorbo en tu vida ni mi hijo un castigo.

Elizabeth se terminó de levantar de la mesa visiblemente alterada por los nervios y fue a su bolso para buscar alguna pastilla.

- Esto no puede estar pasando. - susurraba la mujer tomando un calmante.

Edward cerró los ojos con fuerza al escuchar a su madre lamentarse. Bella bajó la mirada a Logan y lo encontró dormido.

- Lo acostaré...

- Termina de comer primero por favor. - Edward la retuvo sujetando su hombro.

- Lo dejaré y volveré. - le prometió.

Edward maldijo en voz baja pero asintió alejando la mirada.

A solas en su habitación las lágrimas acudieron pero luchó por retenerlas mientras ponía al niño en la cama.

- Yo te amaré por los dos. Te lo prometo. - le susurró antes de dejar un suave beso en su frente.

Afuera Edward discutía en voz baja con su madre, Bella no quiso saber que decían porque no era lo suficientemente fuerte.

Cuando regreso un par de minutos después Elizabeth no estaba.

- Se siente un poco mal, volverá mañana. - explicó Edward mientras volvía a calentar su comida.

- Esta bien, gracias. - susurró sin saber bien que decir pero estaría agradecida por la ayuda.

- Ven a comer.

Bella asintió como una niña y se acercó a la mesa una vez mas.

Edward sacó su teléfono mientras ella terminaba los rabioles.

- Este será mi departamento. - le mostro la pantalla de su teléfono. - Es simple; una habitación, una cocina pequeña y sala comedor. No tiene balcones ni duchas de hidromasaje.

- Tienes a Rose cerca e imagino que quedará cerca a tu trabajo. - comentó ya que no sabía que decir.

- Si, pero no tiene las comodidades que te gustaría tener.

Bella iba a decirle que eso no importaba porque ella no tenía nada que ver con ese lugar pero antes de hablar Edward sacó su anillo de matrimonio, el que había dejado al abandonar el departamento.

- Es todo lo que te puedo ofrecer, ese departamento simple cumple con lo que yo quiero y necesito. No me voy a esforzar por cambiarlo a uno que tú quieras porque siempre he hecho cosas para evitar que me dejes, incluso vivir aquí cuando yo quería una casa y un perro. Siempre fuiste tú la que mando en mi vida y eso ya no va a pasar. Estoy agotado e inseguro. Nadie me ha dañado como tú pero tampoco nadie me ha hecho sentir como tú. Estoy molesto por eso pero a la vez me siento mal por dejarte. - Bella estaba sin aire, sin palabras. - Pensé en lo que me ofreciste y lo quiero. Te llevaré a Chicago y te haré un hijo lo antes posible, Logan será parte de mi familia como quieren. Espero que con el tiempo aprenda a quererlo pero espero que cumplas tu palabra y no me fuerces o reproches nada. - su voz sonaba muy tensa y la llenaba de angustia. - Quiero que medites la vida que tendríamos y lo que voy a exigir de ti. No quiero discusiones por mi trabajo porque debes respetar que lo amo y tampoco quiero que cuestiones lo que hago ahí, ni siquiera debería pedirte esto pero nunca respetaste lo que hacía. - respiró hondo antes de seguir. - Será un nuevo comienzo para nosotros dos, prometo no volver a cometer los mismos errores de antes.

Bella siguió vigilando el anillo que Edward sostenía y su corazón latía con demasiada fuerza tronándole en los oídos.

- ¿Quieres intentarlo de nuevo? - susurró sin saber que decir.

Edward se estiro tratando de liberar la tensión que lo invadía y asintió.

- Depende de ti aceptar mis condiciones. - contesto serio.

- Veo que fui una mala esposa. - susurró viendo su anillo.

- Bueno si agregamos que te cogías a un idiota mientras yo...

- Edward. - lo paró suplicando. - No toquemos ese tema ahora.

- Bien. Es tu decisión.

Su pose seria la puso tensa. Parecía estar hablando con un policía y no reconciliándose con su esposo.

- ¿Estas seguro de querer esto? Entiendo que no toleres a Logan pero tampoco quiero ni puedo someterlo a crecer con un papá que no lo quiere, se lo que se siente el rechazo. - agregó recordando a Renne.

- No lo trataré mal nunca, no soy un monstruo. - le reclamó indignado. - No me siento su papá, no tengo esa conexión y no prometo luchar porque aparezca. Si no aparece es algo que esta fuera de mis posibilidades. Lo único que se me ocurre es que hacerte un hijo hará que se despierte algo en mí.

Bella entendió su punto y no supo que decir. La situación era muy complicada y estaba decidiendo el futuro de su hijo.

- Tendrá una mejor vida si nos quedamos juntos. - agregó Edward luego de un suspiro. -Abuelos, tíos, primos y un hermano pronto. Tendrá una vida familiar como estoy seguro que quisieras darle y dudo que si te quedas en esta ciudad se la des.

La imagen mental la hizo ilusionarse inevitablemente pero también vio a su niño de ojos azules triste porque su papá abrazaba mas a su hermano que a él.

- Además, debes pensar a futuro. Criarlo sola genera gastos y...

- No metas el dinero en esto, Logan no es un gasto ni molestia para mi.

- Bien. Entre los dos podremos pagarle la universidad que él quiera. No haré diferencia con mis hijos. Quiero dos. - le advirtió al final.

- Cuando sepa la verdad yo no quiero que me reproche por obligarte a ser su papá.

- No me estas obligando a nada. Quiero seguir contigo, quiero seguir mi plan de vida y cumplir mis sueños. Prometo ser un buen ejemplo para él y nunca lo maltratare, sabes que no sería capaz.

Bella asintió dándole la razón. Edward era un héroe, rescataba niños y cuidaba de ellos. Logan sería como uno de ellos para él.

- Hay algo que debes tener en cuenta. - Edward siguió con voz seria. - Tanya va a querer luchar por tenerlo. Si te quedas y yo me voy, puede indicar en el juzgado que lo abandone y tratara de quitártelo. Lo mejor es que permanezcamos juntos y mostremos la vida estable que tiene.

Edward tenía razón. Tanya iba a luchar e inclusive tal vez se lo quitara físicamente. La idea la alteró y comenzó a temblar.

- Hey... - tomó su mano para apretarla. - No permitiré que pase. Si decides quedarte yo me ocupare del tema, no me iré simplemente y te dejaré con este problema. Solo lo mencione porque seria mas fácil impedir que suceda si estamos juntos.

Bella asintió pero las lágrimas empezaron a caer.

- No quiero que Logan salga lastimado de ninguna manera.

Edward frotó con su pulgar su mano en silencio.

- No permitiré que pase si puedo impedirlo.

La castaña creyó en sus palabras y cerró los ojos con fuerza regresando a la imagen mental donde Logan aparecía junto a Edward. Lo vio sonreír mientras ella lo abrazaba, a lo lejos Edward lanzaba al aire a un niño pequeño mientras otro mas pequeño aun esperaba su turno. Era una imagen hermosa pero de alguna manera parecían una familia partida en dos.

- ¿Qué hay de nosotros? -preguntó en voz baja.

- Estaremos juntos otra vez. - contestó Edward con voz seria.

- No suenas emocionado. - Bella le reprochó en voz baja. - No quiero obligarte a nada...

- No me estas obligando. - insistió frustrado. - Lo siento por no ser romántico pero estoy muy decepcionado y presionado. Solo sé que te prefiero cerca que lejos. Me vuelve loco imaginarte con ese hombre y...

- Edward, eso se acabó y no estoy interesada en volver a salir con nadie. - le aseguró con lágrimas en los ojos. - Yo de verdad te amo pero no volveré contigo si tus sentimientos por mí se basan solo en celos. Si ya no me amas...

- ¿Cómo puedes cuestionar mis sentimientos? ¿Cómo puedes siquiera dudar de ellos luego de todo lo que he hecho y sigo haciendo por ti? - le contestó indignado y molesto. - Han sido años poniéndote como prioridad.

- Edward no me refiero a años pasados, hablo de nosotros ahora. Lo que sientes por mí luego de todo lo que sucedió entre nosotros. No paras de reprocharme lo que sucedió con James y yo me he comportado mal contigo.

- Bien, bueno sigo aquí. Luego de tanta mierda sigo aquí. - le contestó molesto. - ¿Qué mas necesitas? ¿Qué quieres que te dé de mí para que me creas?

Bella cerró los ojos ante su tono.

- Quiero que seas feliz, es lo único que me preocupa y quiero estar segura de que no te equivocas al creer que conmigo lo serás.

- Bueno eso depende de ti. Ya te dije que quiero y si estas dispuesta a dármelo.

Bella se quedó mirando su rostro serio y tenso. No estaba su sonrisa fácil, su ánimo vibrante y positividad. Ella se lo había quitado y daría todo porque él volviera a ser esa persona. Quizás ya no la amaba, quizás estaba quedándose con ella por la presión de la responsabilidad que sentía pero si le decía que no a esta oportunidad no se lo perdonaría no solo por la seguridad que le daría con Logan sino porque ella no quería dejarlo ir, era el amor de su vida.

- Esta bien. Si quiero intentarlo. - aceptó abriendo los ojos.

Edward sonrió un poco antes de entregarle el anillo.

- Ponlo en su lugar entonces.

Bella tembló un poco pero logro colocarlo de nuevo en dedo corazón. Con esa acción lo tomaba como esposo por segunda vez.

o

O

o

Se que muchas deben estar molestas por este desenlace, espero sus comentarios eh!

Por otro lado, gracias por el apoyo a mi publicación anterior. Ya soy oficialmente desempleada pero sacudiéndome la mala vibra, pido sus buenas energías para poder encontrar un buen lugar pronto.

Saludos, nos leemos pronto.