7
Bella
Jamás pensé que trabajar con la familia sería incómodo. Lo pensé demasiado pronto. Eleazar y Carmen me dan miradas y todos han tratado de hablar sobre el asunto, pero no hay mucho qué decir. ¿Cómo van a explicarse a ellos mismos? Todo está muy claro a mi parecer.
Y luego está Emmett. Trabajando justo a mi lado y asomando su cabeza por mi puerta continuamente. Como ahora.
Vuelvo a ignorarlo mientras le respondo un correo a nuestro agente de transporte. Hay problemas con nuestro último lote de manzanas. Me está poniendo de los nervios.
—¿Tienes un minuto? —pregunta finalmente.
—Mm-hm—asiento, concentrada en lo que estoy tecleando porque no quiero enviar a este pobre inocente a la mierda. Hablo del transportista, no de Emmett. Mi primo puede joderse.
—¿Cómo estás? —pregunta, sentándose en la silla frente a mi escritorio.
—El lote del martes está detenido en la aduana—murmuro, fingiendo que su pregunta es relacionada al estrés del trabajo.
—Escucha, Bella, lamento todo eso.
—Si, yo también—pretende, pretende.
—Hablo del asunto de la casa, no de las manzanas.
Lo miro brevemente y presiono "enviar."
—No quiero hablar de eso. Ya todo está dicho—finalizo, cerrando mi agenda sólo para hacer algo con mis manos. Estaba a punto de ver mi lista de cosas por hacer.
—No, no lo está—él dice—. Sé que crees que nos confabulamos en tu contra y que engañamos a tu papá y que nos aprovechamos de tu ausencia de un mes para hacer esto.
Si, eso creo porque eso fue justo lo que hicieron. No quiero hablar más de esto. Me pone de mal humor. Sigo dolida, me duele la memoria de mis abuelos, me duele que mi papá ya no estuviera vivo cuando vendieron la propiedad porque estoy segura de que él lo hubiera impedido y me duele haber perdido la mitad de mi jardín y que mi molesto, aunque increíblemente guapo, vecino se haya quedado con mi manzano.
Pero tal vez si dejo que él hable dejen de molestar, tal vez crean que si sólo escucho a Emmett todo estará arreglado. No diré nada, sólo escucharé. Me recuesto en mi silla y cruzo mis manos sobre mi abdomen. Emmett se emociona ante esto, porque se inclina y abre la boca.
—No hicimos eso. El plan inicial fue dividir la casa para quedarnos con mitad y mitad ¿sí? —él espera a que asienta, pero no lo hago así que continúa—. Y todo iba bien, pero luego me surgió esta idea y decidí vender mi parte. Al final de cuentas, ya era mía, así que no tienes por qué enojarte por eso.
Error ahí. A mí simplemente me sacaron de mi casa por las remodelaciones y Emmett nunca firmó nada como para decir que la mitad ya era suya. ¿Cómo es que respetan la palabra en este caso, pero el domingo que los enfrenté él dijo que no era mi casa? Dijo que no era mi casa a pesar de que ya había vivido ahí por años. Es tan hipócrita.
¿Por qué respetan su palabra y no la mía?
—Y bueno…—piensa por un momento, sus ojos azules se mueven—Estoy pensando en pedirle matrimonio a Rose y me gustaría encontrar un lugar para nosotros.
Oh por Dios. La respiración se me atora y me muerdo la boca para no comenzar a gritar. Él no puede verme contenta. Todavía no.
—¡Pero no puedes decir nada! —se apresura a aclarar—. Es por eso que vendí lo mío, ¿sí? Esa casa dejó de ser un ícono de la familia desde que papá y Charlie decidieron dividirla.
Emmett tiene un punto. Por supuesto que él puede no querer esa casa, por supuesto que está en todo su derecho de querer encontrar un lugar nuevo y único para él y Rose, pero entonces si no planeaba quedarse con la mitad, ¿por qué mierda dividirla en primer lugar?
—No puedes estar tan enojada, ¿cierto? —Emmett sigue—. Después de todo, podrías comprar una casa con un enorme jardín fácilmente.
Así que siguen minimizando mis sentimientos porque creen que es sólo un capricho.
—Si quieres comprar una casa en algún punto, ¿no? ¿O quieres ahorrarte ese gasto?
Y ahora me está llamando tacaña. Vaya disculpa de mierda, pero caigo en cuenta de que Emmett no se está disculpando, él sólo está contando su parte de la historia y no le importa si sigo molesta.
—Bueno, eso es lo que pasa—alza las manos, finalizando.
Puedo ver que espera que diga algo. Suspiro y espera, como si me estuviera preparando para una respuesta, pero no doy ninguna porque en verdad nada de lo que diga va a importar. Lo hecho, hecho está. La puta casa se dividió, me quitaron la mitad de mi jardín y la vendieron. Emmett y Rose se van a casar y yo seré la niñita encaprichada, materialista y tacaña.
Sus cejas caen, como un poco decepcionado. No esperaba mi silencio.
Afortunadamente, un golpe en la puerta nos interrumpe y miro hacia allá. Emmett se gira en la silla y le sonríe a Jake.
Si, Jake. Todo esto sigue siendo incómodo.
—¡Jake! —Emmett grita y se pone de pie, palmeándole la espalda. Jake le sonríe tensamente y luego me mira.
—Bella, ¿puedo hablar contigo un momento?
—Claro—le respondo, arrastrando la silla hasta mi escritorio y enderezándome. Emmett me lanza una última mirada y se va, cerrando la puerta tras él.
—¿Cómo estás? —Jake pregunta con voz suave y creo que él es el único que en verdad quiere escuchar mi respuesta, así que suspiro y me encojo de hombros—. ¿Tan mal? —sonríe levemente.
—He estado mejor.
Ante mi respuesta, él se tensa un poco y parece indeciso entre tomar asiento o irse por donde vino. Algo no está bien.
—¿De qué querías hablar? —pregunto, bebiendo de mi botella de agua.
Jake se sienta lentamente y me mira, luego a sus manos. La última vez que lucía tan incómodo fue cuando terminó conmigo así que supongo que esto es igual de malo.
Le doy tiempo.
—Creo que…quiero dejar el trabajo, Bella.
Oh.
¿Qué?
—¿Qué? ¿Por qué?
Y luego él mira alrededor y frunce las cejas antes de decir—: Estoy saliendo con alguien.
Oh.
El aire deja mis pulmones y, en verdad, vuelvo a sentir algo profundamente desgarrador en mi pecho. ¿Es así como se siente el desamor? Quiero llevarme las manos al cuerpo y sujetarme.
—Oh—mis manos comienzan a temblar.
—Si…—él susurra, mirando el espacio entre sus rodillas. Vaya, nunca había visto a un ex seguir con su vida tan rápidamente. Nunca… nunca creí que Jake pudiera continuar su vida sin mí. Éramos Bella y Jake, al menos lo fuimos por los últimos 25 años de mi vida.
—Y ella, Vanessa, no está muy contenta conmigo trabajando en el mismo lugar, en la compañía de mi ex—se corrige.
Ya la odio.
—No soy sólo una ex, Jake—le recuerdo sus propias palabras y él parece captarlas. Aprieta los ojos fuertemente y mira por la ventana a mis espaldas.
—Lo sé, lo sé—aclara, sacudiendo la cabeza—. Y es por eso que ella está más… inquieta. Es decir, hemos sido amigos desde… siempre y básicamente trabajo aquí por eso, por mi papá siendo amigo de tu papá y todo eso—mueve su mano, restándole importancia—. Y ella está… mira, Bella, no quiero perder esto.
—¿Hablas del trabajo o de tu relación? —trato de no hablar con desdén. Agito mi cabeza, echándome el cabello hacia atrás y alzando la barbilla porque es lo único que me queda. No quiero lucir destrozada luego de que ya han pasado dos meses. Si, llevo la cuenta, ¿algún problema?
—De mi relación.
Vaya.
—¿Cuánto tiempo has estado saliendo con ella?
—Un… un mes.
—Jake…—no puedo evitar resoplar. ¿Este idiota está hablando enserio?
—Lo sé, sé cómo suena, pero…
—Jake, no puedes hablar enserio. ¿Estás dispuesto a dejar este trabajo seguro y rodeado de amigos y familia sólo por una chica con la que has estado saliendo por un mes? —ahora si no puedo hablar sin desdén.
—No es sólo una chica—él se pone de pie, luce como si fuera a defender su honor. ¿Quién mierda es? ¿Beyoncé?
—¡De acuerdo! —lo aplaco mostrando mis palmas—. Sólo piensa que tus próximos jefes no se harán de la vista gorda cuando llegues tarde o cuando faltes por tener resaca.
—Lo sé—él desliza sus dedos por el borde del escritorio, luce estresado y cansado. Y parece que sólo puede decir "lo sé." ¿Entonces por qué, siquiera, considera las palabras de ella?
Aprieto los labios, no puedo evitar sentirme mal por él. No puedo odiarlo. Ha sido mi amigo toda la vida, amigo con el cual intenté algo porque eso era lo que se suponía que teníamos que hacer, compartimos algo que no funcionó, pero lo quiero tanto y ahora sólo quiero llorar.
Él sigue mirando el suelo mientras lo contemplo, así que dejo que mis ojos se llenen de lágrimas. Desde el inicio supe, en el fondo de mi mente, que él sería el primero que seguiría adelante, siempre supe que él era el más fuerte de los dos. Entonces recuerdo todas esas noches que me quedé dormida pensando en él, soñé toda mi vida con él y se veía tan fácil.
Jake es tan fácil que ni siquiera me avergüenza llorar frente a él porque ahora sale con alguien luego de dos meses de terminar con lo nuestro. Es tan seguro y bueno que sé que no se burlará de mí, sé que no se sentirá superior por esto.
—No puedo dejar que te vayas, Jake—murmuro—. Sólo… piensa esto.
Él no me mira. Tal vez sabe que estoy a punto de llorar.
—De acuerdo—susurra y sale en silencio.
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Hay algo liberador en la forma en la que te aplicas delineador mientras estás teniendo un colapso emocional. También me siento bien cuando me deslizo en mis Manolo Blahnik plateados, envuelta en mi vestido de seda y mientras me rocío Libre de Yves Saint Lauren en el cuello.
Dejo que Ángela ponga en mi mano incontables margaritas y sunrises. Ella está igual de borracha que yo, así que no queda más remedio que Jessica se convierta en la niñera y nos jale a la pista.
—¿Dónde está Rose? —Ángela grita en mi oído. Luce sexy en su vestido rojo y con su cabello castaño en ondas.
—No la invité. Esa perra puede joderse—ladro y ellas sólo se ríen en su estado ebrio. Ni siquiera saben la razón de mi enojo. Estoy segura de que no saben que estoy molesta.
—¡Un brindis! —Jessica dice, alzando su copa. Ella está bebiendo ron.
—¿Por qué estamos brindando? —Ángela se ríe, derramando margarita en su mano.
—¡Que se joda la put-ta gente! —hipo, chocando violentamente las copas. Me termino el resto de mi Sunrise de un trago.
Nos movemos al baño y me tomo unas fotografías en el espejo de cuerpo completo. Mi foto favorita se va directo a mi historia de Instagram y un rato después, cuando estoy tambaleándome en mis tacones, recibo un mensaje.
El novio de Lady Gaga sigue vivo. ¿Quién lo diría?
alejandrosand-metrio: ¿Vestido nuevo?
Ruedo los ojos. Seamos honestos, a él le importa un carajo el vestido. Está más interesado por lo que está debajo, pero estoy ligera, borracha y me siento empoderada.
bellaswan: Por supuesto. Noche de viernes.
Lo acompaño con un emoji de fuego y gotas de agua porque sé lo que esos emojis les hacen a los chicos.
Durante el viaje en Uber me envía una selfie. Sigue en la cama, pero está amaneciendo allá. Y ¡sorpresa! Él no está usando una playera. Eso sólo indica que quiere una cosa.
Le doy las gracias al chófer y luego camino hacia mi puerta.
Tal vez esta noche pueda divertirme con Alejandro, porque creo que Vecino Guapo tiene una novia.
Al igual que Jake.
¡Hola, gente!
Muchas gracias por sus comentarios, que sigan llegando, me gusta leerlos. Me alegro que les esté gustando y encuentren divertido esto porque yo me la pasé en grande escribiendo. Claro, cuando mi computadora defectuosa no borraba el archivo entero.
Nos seguimos leyendo.
