Esa mañana de diciembre se caracterizaba por su gélido clima. Una ligera nevada había caído durante la noche, cubriendo los alrededores de un delicado manto blanco. Los estudiantes se habían abrigado con bufandas, abrigos y gorros, mientras se dirigían hacia el edificio principal de la escuela. Cuando llegaron a la entrada, sus miradas se posaron en la asistente, quien permanecía en una extraña posición, como si sostuviera algo en una de sus manos, mientras que, en la otra, portaba una caja de madera.
—¿Creen que este bien? —Curioseo Mina, acercándose con las manos tras su espalda, indagando entre la nieve algún rastro de vida.
—Parece que pasó aquí la noche, Kero.
—Creo que se congeló... Literalmente. —Señaló Iida, tratando de mover uno de sus brazos, sin obtener respuesta, soltándolo inmediatamente. —Mejor no... La podría romper.
Todoroki, cuidadosamente usó su habilidad ígnea, descongelando la nieve que la cubría, y brindándole el calor que su cuerpo necesitaba.
Jiro usó uno de sus lóbulos, posándolo sobre el brazo de la mujer, para escuchar el fluir de su sangre.
—Su corazón sigue latiendo... Lento, pero no se detiene. —Pronuncio aliviada.
La caja se rompió en el puño de la mujer con un crujido, convirtiéndose en decenas de astillas que se hincaron en su mano, de donde salieron varias gotas de sangre.
—Bueno... la sangre fluye con normalidad. —Dijo Mineta, siendo perforado en el oido por Jiro.
—A la mierda la escuela, continuaré por mi cuenta. —Pensó molesta la peliblanca apenas salió de su shock.
—Oye Bakanee, ¿Estas bien? —Preguntó consternada Toru.
La mujer se giró bruscamente hacia aquellos que la llamaron, exhibiendo uno de sus ojos con la esclerótica completamente roja, contrastando con el turquesa de su cornea. Parecía que una de las venas en su globo ocular había estallado debido a la represión de su coraje, creando una imagen desagradable, siendo que la mujer físicamente no portaba ninguna tonalidad contrastante, haciendole destacar el rojo sobre su ser.
—¡¿Hm?! —Generó un ruido para replicar una pregunta... Más no fue su usual tranquila manera de reaccionar, más bien un gruñido reclamante, manteniendo sus ojos completamente abiertos que la hacían más intimidante que su actitud.
—Nee, Neee...san... ¿Que tal estaba el regalo de Sanji-san? Le puso especial esmero para que todo saliera perfecto. —Dijo Mina tratando de apaciguarla con un recuerdo positivo.
Tras escuchar las inocentes palabras de la chica rosa, las venas del otro ojo estallaron, tiñendo su blanco globo de un intenso carmesí
—Está molesta... —Dijeron en voz baja los presentes al mismo tiempo, deseando no ser escuchados por la asistente.
—¿Molesta? Está furiosa... —Susurró intimidado Tokoyami, que no sabía si retroceder.
—Mejor déjenla irse. —Pronunció Sato
—Talvez si no nos movemos, no nos vea.
—No es un maldito T-Rex, Sero
—En realidad esa teoria fue descartada...
—¡Callate Nerd!
—Tal vez si nos despedimos se vaya... —Sugirió Denki, a lo que todos se mostraron de acuerdo.
—Adios... hehehe~ —Agitaron sus manos nerviosamente en despedida, como indicación que debía retirarse, luciendo todos sonrisas fingidas.
La mujer desapareció caminando furiosa entre la nieve, camuflajeada por el blanco de su cabello y prendas, destacando solo su falda y medias negras, que parecían flotar.
—Parece un Fantasma... —Pronunció Sero
—Yuki Onna. —Dijo Tokoyami, provocando que un escalofrío recorriera a sus compañeros.
—¿Que le habrá pasado? —Cuestionó Midoriya
—Será mejor no preguntar. —Shoto finalizó con el tema.
—¿Creen que hoy tampoco nos visite Luffy san al campo?
—¿Seguirá decepcionado con nosotros por lo del entrenamiento? —Cuestionó Sato
—Lo siento... No pude evitar recordar lo que vivimos en la aldea de los gigantes. —El héroe expresó sumamente apenado.
—Está bien Ojiro... Entiendo cómo se siente. —Mina trató de reconfortar a su compañero, frotando su espalda.
—Además fue mi idea... Si alguien tiene la culpa soy yo... Estaba preparado para recibir las consecuencias del entrenamiento.
—¡DEKU IDIOTA! ¡RETASTE AL COCINERO PERVERTIDO!
—La última vez te dejó con las costillas rotas y ni siquiera luchó enserio. —Ochako mostró su preocupación, acercándose a su compañero.
—Y yo tampoco... Si lo llega a hacer, sé que el querer superarlo me hará mejorar... Así como ha pasado antes... —Pronunció el peliverde, abriendo y cerrando su mano.
—¡Porque si luchas enserio te rompes los huesos tu solo!
—Estas demente... —Dijeron al unisón Sero, Denki y Mineta
—¿Eh?
—¿Por qué no empiezas con Chopper o Nami? —Sugirió nerviosamente Ojiro.
—No... Ellos son más tácticos... Necesito fuerza.
—No es como que el doctor hizo un hueco en... —Reclamó Sero, siendo interrumpido por Todoroki.
—Shhhh... Si nos llevaron a entrenar fuera, fue justo para evitar estas conversaciones...
—Iremos a meditar al bosque despues de clases... ¿Nos acompañan? —Preguntó Froppy descansando su índice en sus labios.
—¡Si!
El comedor del Sunny se encontraba sumido en un agradable ambiente cálido y reconfortante, en marcado contraste con el frío que prevalecía en el exterior. Franky, aprovechando la tecnología moderna, había instalado un potente calefactor eléctrico que funcionaba gracias a una batería externa de alta capacidad.
—¿Ahora no los vas a molestar? —Cuestionó el espadachín al capitán que se encontraba desplomado sobre el comedor haciendo pucheros.
—No... Despues de los entrenamientos los dejan descansar el resto de la semana.
—¿Realmente quieren mejorar aprendiendo de esa manera? —refunfuñó Zoro, mientras buscaba una bebida despues de arduas horas levantando pesas.
—Además de usar sus habilidades tambien, les enseñan valores y reglamentos... —Pronunció Robin, sin dejar de hojear un grueso libro. —Parece que aquí la educación es más importante.
—Dos semanas aquí y ya siento que pierdo fuerza... —Quejó Zoro de mala gana.
—Tómalo como vacaciones. —Sugirió el esqueleto
Mientras el capitán seguia en búsqueda de una actividad para matar el tiempo; dentro de la habitación, se estaba llevando a cabo una serie de cuentas, con el sonido característico de los billetes siendo hojeados y colocados sobre la mesa.
—Y doscientos cincuenta mil extras por tu silencio... —La asistente declaró dejando tres fajos de yenes sobre la mesa en la cual hacia trato con Nami. —Mas, los posibles doscientos cincuenta mil cuando termine el plazo.
—Aye~Aye, Nee san~ —Respondió juguetonamente la navegante, con sus ojos transformándose en yenes, aceptando los billetes.
—¿No será perjudicial con tu relación con el director? —Robin dejó su libro de lado y enfocó su atención al trato entre ambas mujeres. —Él no tiene la culpa.
—Se le llama ser pasivo agresivo...—Le respondió seria, para redirigir su atención a la navegante. —Entonces, tienes una hora.
—¿Una hora? Solo necesito quince minutos... Pero... ¿Estas segura que a él tambien? Vas a romper la confianza con más de uno...
—Será mejor que te relajes y pienses bien las cosas antes de actuar. —Brook llamó la atención, afinando la guitarra que había prestado a Jiro.
—Calla Brook... Querían dinero para navidad ¿No? —Nami intercedió antes de que cambiara de opinión.
—¡Yohohoho! Que agresiva.
—Pero, pensándolo bien esto nos afectaría tambien. —La navegante quedó pensativa, recargándose en su asiento, con la mano en el mentón.
—No te estoy obligando... Tienes todo el derecho de negarte y evitar esto... —Pronunció tomando los fajos de billetes, arrastrandolos por la mesa hacia su ser, para ser detenidos por ambas manos de Nami, estando renuente a dejar esa llamativa cantidad.
—Ustedes digan que todo fue mi culpa y ya... Los engañé abusando de la autoridad que me da la rata. —Expresó Bakanee estirando el cuerpo y descansando los brazos sobre la parte trasera del sofá.
—De acuerdo, solo te advierto que no hay devoluciones... —Nami declaró embolsándose los yenes. —Regreso en veinte... Suficiente para que reconsideres si quieres arruinar relaciones.
—Ah Nami-san, te faltó esto —Apuntó el esqueleto a un pequeño cinto de billetes.
—Es para Pierna Negra... Pago por su apoyo. —Mencionó Bakanee sin más detalles en lo que la navegante salía del comedor.
—Estoy abuuuurriiidooo~ ... —Lloriqueó Luffy, con la cabeza recargada en la mesa y brazos colgando. —Estar encerrado es aburridooo~
—Robin-san... En cuanto Nami regrese, partimos.
—¿A dónde van? ¿Puedo ir? —El capitán se puso de pie con un empujón, al escuchar una posible aventura.
—Lo siento capitán, podría ser problemático. —Negó la arqueóloga con su calmante tono.
—No te preocupes Sombrero de Paja, ya que regrese Nami tendrás con que divertirte.
—¿EN SERIO?! ¿QUÉ ES?! —Exclamó entusiasmado, empuñando sus manos.
—Algo que vas a disfrutar. —La asistente pronunció una traviesa sonrisa, frunciendo el ceño.
—¡¿COMIDA?!
—Sigo pensando que es una mala idea. —Robin insistió
—¡Terrible! —Respondió la peliblanca mímicando una explosión con sus manos y expandiendo su mirada por completo, atrayendo la atención del espadachín que no confiaba en su inusual actitud.
—¿Que te pasó en los ojos? ¿Otro disfraz?
—No... —Respondió tallándolos con la palma. —Estrés...
—Yoga... La Yoga relaja. —Sugirió Brook. —Debes estirar y tensar tus músculos... Aunque yo no puedo porque no tengo, Yohohoho... ¡SKULL JOKE!
—Eh... ¿A dónde vas Zoro kun? —Cuestionó Brook, al verlo a punto de partir.
—Meditar en el agua helada...
—¿Buscas regular tu respiración con cambios drasticos de temperatura?... Hay una cascada no muy lejos de aquí. —Comentó la asistente, mientras se colocaba unas lentillas negras. —Sigue derecho a la dirección donde apunta la cabeza del León por diez minutos.
—Eso servirá...
—Se va a perder. —Quejó Brook en lo que salía el espadachín.
—Lo se.
—Para eso tiene su dispositivo GPS. —Comentó Robin acercándose a la mesa con algo en mano.
La taza de café negro perteneciente a Nami se enfriaba, por lo que la asistente no tardó en aprovechar la oportunidad para utilizar los restos de la bebida y pintar con el, su blanco cabello logrando un tono cenizo. Siendo al poco tiempo, llamada por Robin que extendió un mapa sobre la mesa y comenzó a señalar una serie de ubicaciones.
Despues de varias opciones, finalmente trazaron una ruta en el mapa, a la par que la puerta de la habitación se abrió, mostrando a la navegante llegando victoriosa y lanzando un par de llaves y un celular a la mesa. La asistente mostró sorpresa por la rapidez de la gata ladrona, para despues voltear traviesamente con el joven sombrero de paja.
—¡Capitán! —Llamó sorpresivamente al azabache que volteó a su dirección con incredulidad. —Diviértete... —Pronunció, lanzando una de las llaves, a la par que se levantaba de su lugar junto con la arqueóloga, dirigiéndose ambas a la salida.
—¡Oi, espera! ¿Qué se supone que haga con esto? —Luffy apresurado corrió tras ellas.
Una sonrisa de oreja a oreja, deslumbraba en el rostro del capitán que llevaba junto con él, a Franky, Usopp y Chopper, admirando maravillados una majestuosa Harley Davidson negra. Su manillar alto y las dos alforjas de cuero negro a los lados conferían a la motocicleta una apariencia impresionante y elegante.
—¿Es la motocicleta de Banana? —Preguntó el tirador, acercándose a ver el deslumbrante cromo.
—Sip. —Respondió el capitán con su amplia sonrisa.
—¿Estás seguro que nos la prestó?
—Bakanee dijo que pagó cien mil yenes para que pudiéramos jugar con ella.
—¡WAJAJAJA! ¡PERFECTO! ¡He visto esta belleza desde que llegamos! Es preciosa. —Franky admiraba la carrocería y detalles. —¿Crees que nos deje desarmarla para ver cómo funciona?
—Deberíamos preguntarle. —Sugirió el narizón.
—¿Quien primero? Puedo subir en los bolsos de los lados. —Dijo Chopper abriendo una alforja de cuero y entrando en ella, solo saliendo su cabecilla sonriente y colorido sombrero, contrastando con los oscuros colores de la motocicleta.
—¡Yosh! ¡Yo primero!
—Espera Luffy, ni siquiera sabes cómo funciona.
—A ver... —Franky analizo, viendo un cerrojo cerca del manillar. —Parece que necesita una llave.
—¡LA TENGO! —El capitán alzó la llave en su mano, provocando que la luz le diera una entrada triunfal.
—¡SUUUPEEER!
Un atronador estruendo, metálico y sordo a la vez, se propagó por las aulas, acompañado por un crujido penetrante, ocasionando que los estudiantes se sobresaltaran. La magnitud del choque provocó que la preocupación se extendiera, sugiriendo la posibilidad de un ataque contra las instalaciones, sembrando el temor en todos los presentes.
Los jóvenes del segundo año, curioseaban por las ventanas ignorando la clase y abandonando sus asientos, no logrando resistir la tentación de saber que sucedía.
—¿Será algún ataque?
—Sonó más como un choque.
—¡Si! Algo golpeó contra el muro del estacionamiento, pero parece que no lo rompió. —Apuntó uno de ellos a una gran nube de polvo.
Present Mic llamó la atención de sus estudiantes, que se encontraban completamente descontrolados y agrupados junto a las ventanas. Lo que lo incitó a acercarse para investigar la causa de la conmoción, mientras escuchaba el murmullo de los jóvenes sobre lo que había sucedido.
—¡JAJAJAJA! ¿Qué idiota choca contra un muro en un estacionamiento tan amplio? —Mic burló aproximándose con un paso alegre, solo para percatarse del carpintero postrado de pie frente a la gran nube de polvo, observando la barda perimetral.
—Bueno eso lo explica. —Pronunció burlonamente, aliviado de no ser un ataque. —Quien será el pobre desafortunado que sufrió las consecuencias de... ¿Y mi moto?
El rubio azotó ambas manos sobre la ventana, recargando su rostro y apoyando su ojo contra el cristal, viendo cada rincón los espacios y no encontrando donde había aparcado su vehículo.
—¡MI HARLEY DAVIDSON HERITAGE NEGRA CLASICA 114! —Su agudo grito retumbó las ventanas e invadió los salones aledaños.
Present Mic salió corriendo a toda velocidad hacia el estacionamiento, provocando intriga y el profundo deseo de chisme en los estudiantes de segundo, que observaban con curiosidad la situación.
Usopp, en su papel de centinela, alertó al grupo sobre la inminente llegada del profesor, mientras Chopper, aún aturdido por el choque, activó su "Guard Point," creciendo su pelaje y ocultando así el desastre, mientas en medio del caos, Franky se afanaba en reparar el vehículo dañado.
—¡¿QUE ES ESO?! —Mic preguntó sorprendido al ver la gigantesca bola de pelo, no evitando retroceder un par de pasos.
—Este... Mic... podemos repararlo. —Usopp agitó los brazos desesperadamente, tratando de detener al histérico rubio.
—¡¿QUE LE HICIERON A MI NENA?!
—¡Entretenlo Usopp! —Ordenó la pequeña cabecita del reno que sobresalía de la gran esfera felpuda.
—¡Salgan de mi camino! ¡TU! ¡BOLA DE PELO, DEJAME PASAR! ¡QUIERO VER EN QUE ESTADO ESTÁ!
—Salió... —Mintió Usopp. —Luffy la llevó fuera de la escuela, y tratamos de reparar el muro.
Mic observó las marcas de neumáticos quemados en el suelo, un testimonio de la falta de control del conductor sobre su "Nena". La situación le estaba causando una crisis, que lo hizo hiperventilar. No sabía cómo había logrado mantener la "calma" durante tanto tiempo y se sentía abrumado por la realidad de la situación. El impacto con la pared reforzada le hizo enfrentar la gravedad de la situación, y ahora se encontraba en medio de una crisis de ansiedad.
—Listo Chopper, gracias. —Se escuchó la voz Franky tras la bola de pelo.
El reno volvió a su forma original, confiando en la destreza de su habilidoso carpintero. Sin embargo, la imagen que presenció el profesor lo dejó sin habla durante unos segundos.
Su motocicleta clásica había sido completamente modificada, con la parte delantera simulando la cabeza de un impala; siendo la cornamenta del animal la que actuaría como el manubrio.
—¿Mejor que antes no? —Franky orgulloso, rascó su nariz.
El impacto de la sorpresa en el rubio fue tan intenso que no pudo contener su Quirk, soltando un agudo grito que resonó a través del ambiente, logrando romper todos los cristales de las primeras cuatro plantas del edificio principal de la escuela, causando una lluvia de vidrios destrozados en su camino.
—¡WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
El héroe cayó sobre sus rodillas, sus ojos temblaban intensamente, y parecía que estaba a punto de derramar una lágrima. Sin embargo, al mismo tiempo no podía aceptar que eso fuera real, recurriendo a golpear su frente en el suelo para despertar de la pesadilla, más terminó con un intenso dolor de cabeza.
—Lo siento. —Dijo Luffy rascando su nuca con una arrepentida sonrisa.
—Mi... Mi Harley... La acababa de comprar hace un mes... —Pronunció desesperanzado, desplomándose en el suelo, sosteniendo su peso con los brazos.
—¡Tranquilo! Con una imagen y equipo de Mei podré dejarla como antes... Incluso mejor. —Dijo Franky retirándose de prisa por piezas.
—¡NO DEBIERON SIQUIERA TOCARLA! ¡¿POR QUE LO HICIERON?!
—Bakanee nos dijo que nos la prestaste. —Comentó Luffy cual regaño con un puchero en su rostro. —¿Lo olvidaste? Baaaka~
—¡NO SE LA PRESTÉ! ¡JAMAS LO HARÍA!
—¡Nos mintió!
—Solo a ti... Nosotros no estábamos enterados. —Respondió el narizón.
El sonido atrajo la atención de los profesores, quienes enviaron a Ectoplasm y All Might para investigar. Ambos héroes se apresuraron hacia la escena del incidente, encontrando a los responsables junto al desesperanzado rubio. Sus rostros reflejaban su preocupación mientras mas se acercaban para averiguar lo que había sucedido.
—¿Qué pasó? —Ectoplasm cuestionó confundido al ver a Mic en el suelo murmurando sin parar casi inaudible.
—Jugaron con mi moto y la destruyeron...
—YO LA VEO BASTANTE COMPLETA.
—Es una aberración para la marca. —Dijo Ectoplasm sintiendo pena al ver el Impala con ruedas.
—Gracias Ectoplasm... ¡Al menos alguien lo entiende!
—¡OYE! ES UNA MEJORA, se ve genial —Quejó el capitán.
—¡NO LO ES! —Su gritó fue tan fuerte, que saliva escapó de su boca, empapando a sus compañeros, para despues caer de rodillas y golpear el suelo repetidamente.
—¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ? NO SUELEN METERSE CON COSAS AJENAS. —Toshinori trató de ser cual figura paterna comprensiva y no comenzar con rondas de reclamos.
—Bakanee les dijo que podían jugar con mi moto. —Reclamó molesto desde el suelo rechinando dientes.
—¿Bakanee? —Cuestionó Ectoplasm
—ASÍ LE LLAMAN A LA ASISTENTE DEL DIRECTOR... —La respuesta de Yagi, ocasionó que el héroe sintiera pena.
—Que horrendo nombre...
—ESO NO ES NORMAL EN ELLA. ¿POR QUÉ HARÍA ALGO ASÍ?
El trio se levantó de hombros, desconociendo que motivó a la asistente mentir de esa manera.
—¿Dónde está ahora?
—Salió con Robin, no nos quisieron decir nada. —Confesó Luffy, volviendo a montar la motocicleta.
—¡CAPITÁN ESTUPIDO! ¡BAJA DE AHÍ! —Mic reclamó alterado con dientes afilados, jalando al pirata de ambas orejas que en vez de tirarlo, se estiraron.
—¿Salió? Pero está en horario de trabajo. —Reclamó Ectoplasm, volteando a su compañero
Un oscuro presentimiento comenzó a crecer en el interior de All Might. Los cuatro piratas involucrados en el incidente ya era motivo de preocupación, pero lo que le inquietaba aún más era que la asistente hubiera salido con Robin. Esta inusual movilización en pleno horario de laboral era algo que no podía pasar por alto; además de que Robin no era una persona que soliera quebrantar las reglas sin un motivo importante.
El héroe se preguntó si Nezu estaba al tanto de esta situación; incluso si el grupo había sido utilizado como distracción. Ambas opciones no hicieron mas que despertar su inquietud en el paradero de los 5 piratas restantes.
—¿DÓNDE ESTÁN LOS DEMÁS?
—Sanji en cafetería, Nami en la biblioteca, Jinbei y Brook en el barco... Y Zoro salió a buscar algún cuerpo de agua para meditar en el frio. —Respondió el reno.
La preocupación se apoderó de All Might al enterarse de que el peliverde deambulaba solo, causándole un escalofrío ante todos los escenarios imaginarios que se formaban en su mente. —DEFINITIVAMENTE SE VA A PERDER
—ESPERA... TENGO REGISTRADO SU UBICACIÓN DEL GPS EN MI TELEFONO. —Expresó aliviado, palpando sus bolsillos en búsqueda de su celular.
—Querrás decir ubicación de su teléfono...
—NO POSEE UNO... PERO SI UN DISPOSITIVO GPS.
Ectoplasm no pudo evitar sentir pena ajena al entender a lo que se refería desde un principio.
—¿Se pierde constantemente?
—SOLO CUANDO ESTÁ SOLO.
—Y acompañado. —Agregó Chopper
—Siempre. —Usopp y Luffy, dijeron al unisón
—NO ENCUENTRO MI TELÉFONO... —Toshinori se percató volteando sus bolsillos que no poseía su celular ni llaves. —DEBÍ DEJARLO EN EL AULA DE MAESTROS...
—No te preocupes... Yo me encargo de buscarlo. —Calmó Ectoplasm expulsando una densa nube de vapor de su boca y dividiéndose en 12 seres identicos.
—¡AAAAAAAAAAAAH SUGOOOOII! —Los tres piratas ondearon sus cuerpos con estrellas destellantes por la impresión.
—GRACIAS ECTOPLASM-SAN... HE ESTADO MUY CANSADO ÚLTIMAMENTE.
—Shaggy, necesitas relajarte...
—¡USTEDES NO ME DEJAN! —Reclamó expulsando sangre de entre sus dientes.
—Te haré un examen para verificar que no tengas anemia. —Dijo Chopper, buscando material en su mochila.
—Que llorón... Ni causamos problemas... —Rezongó Luffy, mientras sus nakamas, maestros y todas las copias del héroe, voltearon a ver la bizarra motocicleta y su dueño destrozado.
—Bueno... No cuando estamos dormidos. —Corrigió Usopp
—Tranquilo, Franky la dejará como nueva.
—¡YA ERA NUEVA! —Mic explotó de frustración.
—¿Como luce la persona que busco?
—CABELLO VERDE, TRES ARETES Y SOLO TIENE UN OJO... PROBABLEMENTE LLEVE TRES KATANAS CONSIGO.
Los dos héroes permanecieron en silencio, despues de que Yagi diera la descripción.
—El sujeto que cortó el barco...
—EL JUSTAMENTE.
—Y no lo intentará conmigo...
—No te preocupes cabeza de tortuga, tenemos prohibido pelear, usar armas, golpear... ¿Qué más era?
—Cabeza de tortuga... —Pronunció Ectoplasm escuchandose un sonido metalico en su casco, probablemente de una vena saltona golpeando con el.
—Se contuvo... —Susurró Usopp. —Se me viene a la mente uno peor.
—¿Que más? Salir solos... —Añadió Chopper
—MI MOTO...
—No nos prohibieron chocar motos ajenas, asi que no estamos en problemas. —Luffy se cruzó de brazos con un resplandor tintineante en su ojo, por su argumento victorioso.
—¡¿Por qué debemos poner reglas tan especificas?!
—ETO... PREGUNTARÉ A NEZU SI ESTÁ ENTERADO DE ESTO. —Yagi avanzó en reversa apuntando al edificio de ventanas rotas, deslindándose de la responsabilidad.
Las 12 copias del héroe se adentraron en el bosque, buscando cualquier rastro en la nieve que le fuera de ayuda. El único sonido que rompía la tranquilidad del bosque era el crujir de las hojas bajo sus pies y el canto de las aves. Después de unos minutos de búsqueda, finalmente tuvieron su primer hallazgo: las huellas de unos zapatos que se adentraban entre los árboles.
El héroe decidió seguir las huellas, esperando encontrar al espadachín. Sin embargo, de manera extraña, terminó en el mismo lugar donde había comenzado, enfrentándose a sus propias pisadas de patas de palo. Se giró para examinar su entorno, confundido, sin entender cómo había vuelto al punto de partida. Las huellas no mostraban ningún cambio de rumbo en ningún momento, como si el espadachín las hubiera borrado y lo hubiera hecho dar vueltas en círculos.
—Como es posible... No cambia de rumbo en ningún momento... ¿Como sigo en el mismo lugar? ¿Habrá borrado sus pisadas?
La situación era aún más extraña ya que algunos de sus clones también sufrían de su mismo problema, encontrando en otras zonas su rastro y terminando todos en el mismo sitio, incluso algunos de ellos sobre las ramas de los árboles.
—¿Qué tan desorientado es este sujeto?
Nami solía aprovechar el tiempo después de las clases para acompañar a Mirio y Eri a la biblioteca, donde se dedicaba a leer cuentos hasta que la pequeña se quedaba dormida. En esta ocasión, dejó que Mirio se encargara de la adormilada niña, y ella se retiró con un atlas en sus manos, saliendo de la sala.
En su camino por los pasillos, se encontró con Aizawa, quien bloqueó su camino, una acción inusual considerando que el profesor normalmente la evitaba desde su regreso a la escuela.
—¿Ah?
—Sé lo que hiciste. —Pronunció de manera amenazante, mirándola de reojo con sus pupilas resplandecientes
—No sé porque activas tu habilidad... No me intimida en lo más mínimo, ni tiene efecto sobre mí... Además; el que no me hayas capturado con tu bufanda, significa que no piensas entregarme... Así que vamos al grano. ¿Qué es lo que quieres?
El cabello del azabache dejó de levitar y sus ojos se oscurecieron, mas no dejaban de enfocarse en la pirata, a quién dejó de privarle el paso.
—Sígueme.
Aizawa guio el camino, seleccionando cuidadosamente las puertas, hasta abrir una de ellas, en la cual indicó a la pirata que ingresara. Al entrar, encontraron una oscura bodega iluminada por un solitario foco de luz cálida. La débil iluminación permitía ver varios accesorios para el entrenamiento y algunos cables esparcidos por el lugar, dejando extrañada a Nami por la elección del sitio.
—¿Por qué aquí?
—Porque no hay cámaras de seguridad ni micrófonos.
Nami no sabía si tomar eso como una amenaza, por lo que se mantuvo en silencio mientras el héroe se recargaba contra la pared, mirándola fijamente.
—¿Por qué robaste de Present Mic y All Might?
—Una buena suma de dinero... —Respondió tajantemente, a lo que Eraserhead no hizo mas que juzgarle con una desafiante mirada.
—Esperaba que hicieras algo así y tener las pruebas.
—¿Para reportarme? Sabes que es inútil ¿No?... Tu jefe es quien nos quiere aquí. —Retó de regreso, no dejándose intimidar por el héroe.
—No pretendo que los expulsen —Dijo Aizawa en tono serio. —Solo que limiten tu libertad debido a tus antecedentes como ladrona... Y creo que es obvio que eso podría interferir con sus planes para regresar. —Trató de intimidar a Nami, que se mantuvo en silencio, procesando la situación.
—Me puedo escapar de ser necesario... ¿Crees que tus clausulas me intimidan? Me subestimas por ser la navegante, pero tambien subestimaron a Chopper.
—Tch... —Volteó la mirada, irritado.
—¿Qué es lo que necesitas Shouta?
—¿Que te hace creer que necesito algo?
—No es común verte acercarte a mí, y mucho menos con extorsiones... Normalmente serías el primero en querer que nos fuéramos, por lo que no te interpondrías. —Dijo Nami, mirando fijamente a Aizawa. —Eso solo puede significar que quieres algo.
Aizawa estiró el cuello y pasó su mano por el cabello, reconociendo la agudeza de la navegante.
—Necesito de su ayuda...
—¿Eh?
—Roronoa, Nico y Jinbei hicieron un trabajo impecable atrapando a los cazarrecompensas tras Eri... Desde que Eri entró a las instalaciones no la hemos dejado salir porque parece que la tienen en la mira, por lo que la deben estar rondando. En el momento que salga, podrían pasar sus persecutores por simples civiles y atacar cuando menos lo imaginemos...
—Una facción de los Yakuzas permanece en búsqueda de recuperarla y según el testimonio de uno de los detenidos, parece que existe una lista de quienes fueron contratados... Tengo una corazonada de donde ubicarla, pero...
—Necesitas mi talento para robarla... —Nami terminó las palabras por él, exhalando aire decepcionada. —¿Por qué no solo me lo pediste?
—No creo tener suficiente para pagar lo que sea que vaya a pedir... —Dijo serio, a lo que la pirata sonrió, finalmente relajando su cuerpo, apoyándose sobre una de las grandes cajas.
—Es por Eri-chan. —Expresó con una con una tierna sonrisa.
—¿Era así de sencillo? —Actuó sorprendido, pronunciando su pensamiento accidentalmente.
—¿Cuánto tenías esperando a que hiciera algo para que intentaras chantajearme? —Preguntó burlonamente.
—...
—Una semana.
—Tienes que dejar de ser tan tímido... Shou~ta~kun.
Que se refiriera a él por su nombre, le hizo entender que no lo consideraba un extraño; a diferencia de él, que a pesar de la ayuda que recibieron, actualmente no dejaba de considerarlos un peso extra, mientras los piratas le veían como un compañero.
Desvió la mirada durante un momento, avergonzado de las medidas que tomó, para despues dejar escapar una risa nasal por todo el malentendido que se pudo haber evitado solo con preguntar.
—Creo que al final si te subestimé, pero de otra manera. —Dijo con una enternecida mirada hacia la chica que desde la isla del cielo no la bajaba de una arpía con hambre de fortuna, dejando pasar el lado maternal que tanto la caracterizaba.
—Borraré los videos para que no te metas en problemas y me puedas ayudar... Pero necesitas decirme ¿Por qué hiciste eso?
—Esa información si tiene su precio. Hehe~ —Guiñó el ojo traviesamente y sacó su lengua en modo de burla.
—Arpía... —Pronunció, dejando salir una ligera risa, inusual en él.
—Aunque puedo cambiar la respuesta por otra... Como... ¿Por qué pedirme ayuda y no asistencia a uno de tus compañeros heroes?
—Clasificado...
—Me lo imaginé... Pero puedes estar tranquilo; no es nada malo... Solo, travesuras por parte de tu equipo... Ya deben tener sus pertenencias de regreso. —Nami sin dar información, logró calmar al héroe al comprender que los motivos no provenían de algún villano, pero eso no borraba la duda de que uso le darían.
—¿Mi equipo?
Una repentina asamblea por parte del director, reunió a todos los héroes profesionales encargados de las clases a la sala de juntas, donde esperaban en su mayoría pacientemente al roedor.
Un agotado héroe, avanzaba con dificultad debido al cansancio y el frio que había sufrido, tras el par de horas usando su Quirk mientras recorría extensas hectáreas de campo.
—¿Babas? —Preguntó avergonzado Ectoplasm al rubio.
—OH, SI RECIBISTE LA UBICACIÓN ¿LO ENCONTRASTE?
—Si... En el área Beta... Buscaba una cascada...
—PERO ÁREA BETA ES UNA CIUDAD ARTIFICIAL...
—Te recuerdo que tampoco tenemos cascadas, pero la asistente del director le dijo que sí.
—¿QUE ES LO QUE LE SUCEDE ÚLTIMAMENTE?
Ectoplasm, no sabía que responder a su pregunta, por lo que se enfocó en la razón por la cual debió esperar hora y media en recibir la ubicación de su compañero.
—¿Dónde estaba tu teléfono?
—HE ESTADO MUY DISTRAÍDO ULTIMAMENTE... DEJÉ EL CELULAR DENTRO DE MI AUTO Y LAS LLAVES PEGADAS EN LA PUERTA... CREO QUE LA EDAD YA ME ESTÁ AFECTANDO —Dijo apenado rascándose la cabeza.
La puerta se abrió, dando la bienvenido a Present Mic con una morada aura depresiva que le seguia cada paso hasta desplomarse sobre la mesa de juntas.
—Hizashi... Las ventanas saldrán de tu salario. —Dijo Power Loader, incrementando su depresión que le impedía siquiera pronunciar palabras.
*Alaridos*
—Nunca lo había visto tan destrozado. —Dijo Nerumi.
—Y eso que no viste su Harley... —Susurró Power Loader
*Alaridos más fuertes*
—¿Qué le pasó? —Cuestionó Vladking
—Lo más seguro es que fue sombrero de paja...
*AAAAAAAAAAAAAAAAH* Trató de ahogar un grito en su chaqueta de cuero.
La puerta se abrió una última vez, permitiendo la entrada del pequeño roedor, que parecía estar apresurado, cargando consigo unas carpetas en sus patas, dejándolas sobre la mesa.
—Lamento llamarlos de manera tan repentina y demorarme, no puedo encontrar a mi asistente por ningún lado, así que tuve que encargarme de sus tareas yo mismo. —Dijo dando un salto a su asiento, quedando colgado debido a su cansancio.
—Hoy no se presentó... Parece ser que salió con la señorita Nico. —Explicó Ectoplasm ayudandole a subir a la silla.
El gesto del roedor cambió súbitamente, y su rostro se tornó pensativo, con un rastro de preocupación.
—Eso no me agrada...
—¿Qué tiene?
—Parece que está molesta conmigo desde ayer... Salió de mi oficina y desde entonces no se ha reportado.
—Que comportamiento tan infantil... Es una adulta, debería suprimir su inconformidad y continuar con su trabajo, no puede huir de los problemas. —Expresó Snipe
—Es extraño... Suele ser demasiado formal y paciente, para tomar esa actitud. —Mencionó Vlad King, siendo apoyado por los maestros quienes había tenido un minimo contacto con la mujer, reconociéndola como una profesional de comportamiento impecable.
—DEFINITIVAMENTE NO LA CONOCEN. —Dijeron al unisón, aquellos involucrados en el viaje y Ectoplasm.
—¿Qué sucedió director? —Nerumi preguntó intrigada.
—Quise brindarle ayuda y terminé perjudicándola... —Explicó dejando sus carpetas sobre la mesa, para despues meterse en la bufanda de Aizawa.
—¿No tienes tu propio asiento?
—Aquí es más cálido...
—Nezu-san... Su asistente solicitó al equipo de apoyo que le fabricara algo pero, no puedo continuar sin tu autorización.
—La tienes. —Respondió rascándose la cabeza. —Crea lo que necesite.
—No debería premiar su comportamiento. —Gruñó Snipe
—Tendré una seria platica con ella cuando regrese.
—Nezu... Lamento lo de las ventanas... —La desanimada y miserable voz del rubio, débilmente alcanzó a ser escuchada por el roedor.
—Los alumnos deberán enfrentarse al frio de invierno un par de dias en lo que queda resuelto...
Nuevamente, el coraje recorrió el cuerpo de Present Mic al sentir la culpabilidad de que la mayoría de los alumnos tendrían que sufrir de frio por su reacción... Reacción que nació a partir de un accidente que pudo haber sido evitado.
—¡DIRECTOR DEBE CONTROLAR A ESOS CHICOS! ¡DESTRUYERON MI MOTOCICLETA!
—Lo lamento, es una tarea muy complicada e incluso con ustedes no lo estoy logrando... Pero, envíame la cuenta...
—Me dejaran en bancarrota
El roedor resolvió el dilema del profesor y pasó de una situación incómoda a un tema de suma importancia.
—Los he convocado debido a que hemos detectado una actividad inusual entre los villanos. La Comisión de Seguridad está considerando las pasantías... Aunque no está confirmado, deben preparar a sus estudiantes en caso de ser requeridos.
*¡YOSH!*
La palabra logró detonar a Aizawa, Nerumi, All Might, Yamada y ahora Cementoss, que se encontraban visiblemente ansiosos con miradas inquietas recorriendo la sala en busca de cualquier señal del capitán. El comportamiento tan inusual no pasó desapercibido entre sus colegas, quienes se mostraban confundidos por la repentina tensión en la reunión.
—¿Cementoss tu tambien? —Pronunció Aizawa intrigado.
—Nunca me habían preguntado si defecaba cubos... —Agachó la cabeza, ofendido...
—Es reticulado... —Susurró
—¡CEMENTOSS!
—Tambien me llamaron anciano.
*¡YOSH!*
—NO ENCUENTRO LA PRESENCIA DEL JOVEN LUFFY...
*¡YOSH!*
Las risas de Usopp y Chopper hicieron coro mientras pronunciaban la infame palabra, acompañando con risas a su capitán.
—Ehm... All Might... El sonido proviene de tu bolsillo... —Apuntó Power Loader.
El rubio tomó su celular del bolsillo, viendo brillar la pantalla al recibir una llamada entrante de Tsukauchi. Entendiendo lo que sucedía, presionó su pecho más tranquilo, notando como los jóvenes parecían causarle una inusual arritmia.
*¡YOSH!* La voz eran del trio de traviesos que formaban parte de su nuevo timbre.
—ES PARA MI... —El apenado jubilado se disculpó, en especial con sus alterados compañeros que conocian las consecuencias que solián suceder tras escuchar la palabra que reproducía su timbre, para despues salir del salón de juntas y atender la llamada.
La voz de su amigo a través del teléfono dejó al héroe visiblemente perplejo, incapaz de comprender el motivo de la llamada. Todo se debía a la repentina solicitud del antiguo símbolo de la paz para programar una visita a Tártaro, un hecho que desconcertó al rubio, quien acababa de recuperar su teléfono.
El silencio que persistió entre ellos y las numerosas preguntas sin respuesta aumentaron las sospechas del detective de que podría tratarse de un engaño por parte de la villana Himiko, que parecía intentaba contactar al líder de su organización.
La conversación finalizó con la decisión de Toshinori de continuar con agendar la cita en la prisión, aunque aún estaba lleno de incógnitas; Dejando su mirada en la pantalla del celular, mientras reflexionaba sobre lo ocurrido.
—YOSH... —Pensó, aun confundido por la posibilidad de que Himiko hubiera estado involucrada. —ES LA VOZ DE SOMBRERO DE PAJA... PERO SI EL LO TOCABA, EL TELEFONO HUBIERA EXPLOTADO... SI MI CELULAR ESTABA EN EL AUTO... ¿EN QUÉ MOMENTO LO GRABARON?
Sus pensamientos fueron frenados por el repentino recuerdo en la mañana, cuando Nami chocó con él en su camino a la biblioteca. —GATA LADRONA... —Le parecía impresionante como aun con sus décadas de experiencia, aun podía ser robado por una chica tan joven.
Sin embargo, aun había un factor que parecía hacer sentido: El extraño comportamiento de la asistente... Podría Tsukauchi tener razón en desconfiar de su llamada... Cabía la posibilidad de que Toga hubiera obtenido su sangre después del enfrentamiento con All For One y así imitar su voz, o incluso robar sangre de Yue en una de sus salidas explicando así su comportamiento, lo que hacía que la teoría del detective pareciera cada vez más plausible.
El sonido de los autos no paraba debido al trafico de la avenida principal, que separaba una escondida tienda de curiosidades que se ubicaba frente a un elegante edificio.
La arqueóloga que llevaba una de las pelucas rojas de la asistente, no pudo evitar ser atraída por un anaquel repleto de figuras talladas y artilugios, mientras la asistente del director sostenía en sus manos un libro, pero enfocando su mirada discretamente el edificio residencial de la farsante doctora, quién salía en un fino auto amarillo.
—¿Estas segura de que aún no debo investigar sus cosas? —Preguntó sutilmente Robin, eligiendo entre dos tótems en sus manos.
—Si... Dijiste que hay una cámara dentro. —Respondió Yue hojeando unas revistas.
—Cambiarla de dirección será sencillo.
—No... Si la cámara cambia de ángulo o es cubierta, sabrán que alguien entró... Y mientras desconozcamos el alcance de la lente, existe la posibilidad de que la sombra de tu clon se proyecte al desplazarse, y eso nos puede dejar en evidencia... —Explicó bajando la revista en su lugar. —Además, debemos considerar los reflejos en las superficies... Es problemático ya que actualmente los materiales reflejantes son muy comunes, si eso queda grabado, confirmará que sabemos nos vigilan y necesitamos fingir que lo desconocemos para crearles esa sensación de ventaja.
—Fufufu... Parece que tienes bastante experiencia en esto...
—Arruinando se aprende. —Pronunció apenada, seguido de un súbito silencio.
—Ya no escucho su voz. —Anunció, dando unos pasos atrás, preparada para salir del local.
—Me gustó esto. —Dijo Robin tomando un colorido Tótem de águila tallado.
La ceniza revisó el precio de la figurilla, guardándola en el bolsillo de su pantalón y entregando la cantidad exacta a su compañera, para luego salir rápidamente del local. Mientras tanto, la arqueóloga, con una sonrisa en el rostro por su inesperada fuga, se acercó al mostrador para pagar la otra figurilla que sostenía en la mano; más justo cuando la máquina estaba a punto de imprimir el recibo de compra, el local se sumió en la oscuridad.
El dueño de la tienda, que había salido de la parte trasera del establecimiento, se dirigió hacia la entrada para averiguar qué había sucedido. Pronto se dio cuenta de que no solo su tienda, sino toda la zona circundante había quedado sin electricidad, ya que los semáforos y las luces de los restaurantes cercanos también se habían apagado.
El hombre y el dueño del local voltearon apenados a disculparse por los inconvenientes, sin embargo, su atención se desvió hacia el Tótem en el suelo, rodeado por un delicado remolino de pétalos.
En la sima de la elegante torre de departamentos, manteniendo sus brazos cruzados, se encontraba el cuerpo original de Robin que había desintegrado su clon de la tienda, para crear uno nuevo dentro del departamento de Remora, del cual abrió una ventana y formó una fila de brazos, buscando la mano de la asistente que esperaba pacientemente en las escaleras de emergencia exteriores del edificio colindante, finalmente alcanzando su mano y llevandola hasta la ventana.
—Tu habilidad de brotar ojos y tu cuerpo donde lo desees es realmente una maravilla... Espero no sea una molestia acudir a usted con frecuencia. —Yue mencionó impresionada colocándose guantes de látex y haciendo entrega a la pirata un par.
—Encantada, agradezco formar parte de esto... Ya no me siento ajena a lo que sucede. —Respondió con una sincera sonrisa.
—Bueno... Quieras o no, ya estás involucrada. —Agregó divisando documentos sobre la mesa donde apuntaba la cámara.
Que la única cámara de seguridad en el departamento apuntara al escritorio cerca de la pared repleta de libros, solo marcaba el obvio objetivo a proteger.
—¿Tardará en regresar la electricidad? —Preguntó Robin, pasando suavemente sus manos por los distintos libros en los estantes.
—Mientras no venga algún trabajador con Quirk eléctrico que la haga funcionar estaremos bien... Corté y fundí los cables que alimentan esta zona de la ciudad... —Confesó jalando de las hombreras de su mochila, que, al movimiento, se escuchó como tenía varias herramientas en su interior. —Como detesto que la energía eléctrica sea tan importante en este tiempo. —Comentó temblando por un repentino escalofrío.
Robin, con su naturaleza curiosa, examinaba minuciosamente todos los papeles que encontraba repartidos por la casa, observando con interés las fotografías, certificados y premios que adornaban las paredes, mientras Yue se enfocaba en los documentos del escritorio.
—Ivanka knorr... —Pronunció la pirata leyendo el certificado de un doctorado, mientras su atención continuamente se dirigió a otros documentos oficiales. —Licenciada en derecho y criminología...
—No me extraña que fuera una terrible psicóloga. —Refunfuñó la asistente vaciando cuidadosamente un cajón, prestando especial atención al acomodo de los documentos para no levantar sospechas, mas algo del compartimiento no hacia sentido... El espacio interior era muy pequeño a comparación de su exterior.
Yue, intrigada por la posibilidad de un compartimiento secreto, se centró en examinar más a fondo el interior del cajón. No había ninguna abertura o entrada de llaves evidente, lo que hacía que la situación fuera aún más enigmática. Con paciencia, comenzó a explorar la parte exterior, buscando pistas o mecanismos ocultos que pudieran revelar su secreto.
Mientras tanto, Robin continuaba examinando los objetos personales y las pertenencias de la farsante. Sus dedos recorrían con cuidado artículos que parecían tener un valor sentimental, deteniéndose ante una urna con una mascada rosa y un collar plateado, que estaban exhibidos junto a una fotografía de la morena sonriente sosteniendo en sus brazos a una anciana gata gris con heterocromía... —Tilly.
La asistente encontró al fondo del cajón un sutil cambio de color en la madera, debido a la grasa y sudor proveniente de los dedos; lo que indicaba que ese punto solía ser muy frecuentado. Eso la llevó a presionar las manchas, logrando mover 2 milímetros del fondo falso, rebelando un orificio en el que solo podía elementos delgados como un alfiler.
—Robin... Encontré algo.
La arqueóloga se acercó curiosa notando tambien el orificio, por lo que tomó un clip del portalápiz, con el cual logró abrir el compartimiento del cual rodaron 3 pequeñas esferas de 5 centímetros de diámetro. Tomó una de ellas viendo su contenido, quedando perpleja a una de las figuras que permanecían inmóviles dentro de estas.
La reacción de Robin, intrigó a la asistente al verla intranquila repentinamente, como lo reflejaba su expresión preocupada. La arqueóloga se percató del desconocimiento de Yue, al enfocarse completamente en un objetivo y no estudiar a la persona; por lo que posó su mano sobre la cabeza de la ceniza, para girarla a una de las paredes que exhibia la trascendencia y esencia de la Doctora, entendiendo así la inquietud de la pirata, terminando por desplomarse tratando de descifrar de cómo funcionaba su Quirk y entrando en una crisis que solo pudo ser detenida por una bofetada de una mano emergente de Robin, que permaneció de pie de manera inmutable.
—Perito forense... Doctora Ivanka Knorr —Pronunció la arqueóloga con un tono frívolo, sosteniendo una de las esferas, viendo a traves de ella el estante de recuerdos.
Las estrellas brillaban con intensidad en el cielo nocturno, creando un tapiz brillante y constelaciones reconocibles, fácilmente divisables debido a las desnudas copas de los árboles, con sus ramas adornadas por una fina capa de nieve que brillaba bajo la luz de la luna. El silencio reinaba en el bosque, solo interrumpido por el suave crujir de la nieve bajo los pies de quien se acercaba al barco anclado en la congelada piscina artificial.
Sanji, vestido elegantemente con uno de sus trajes, esperaba pacientemente fuera de la habitación de las flores preparado con decenas de elogios a la navegante que se encontraba probándose diversos vestidos.
El fumador divisó al símbolo de la paz acercarse con un paso firme y un aura perturbada, con su cabellera cubriendo su mirada; algo inusual en él, que normalmente mantenía sus brillantes ojos azules visibles y frente en alto, sin embargo, en esta ocasión denotaba su seriedad, buscando directamente y sin tapujos a la navegante.
La actitud inusual llamó la atención de Sanji, quien en lugar de reaccionar negativamente como solía hacer cuando Toshinori se acercaba a las piratas, simplemente le informó que Nami estaba en su habitación cambiándose.
—¡Nami swaaan! ¡Te busca el saco de huesos!
La reacción de Sanji desconcertó a Yagi, ya que no esperaba que el cocinero le facilitara la información de manera tan tranquila.
—Heh~ Tardó bastante —Pensó modelando frente al espejo el sexy vestido que le habían obsequiado en Zou, colocándose un delicado detalle de perlas en su sedosa cabellera naranja.
La puerta de la habitación se abrió, revelando la belleza que ahora acompañaba a ambos rubios en cubierta... La pelinaranja lucía un bello vestido de vibrante color morado que resaltaba su piel y suave mirada, dándole un aspecto elegante y realzando su figura, dejando poco a la imaginación con su pronunciado escote.
La belleza y la figura de la mujer eran asombrosas, lo que dejó al cocinero completamente atónito, petrificándolo en el acto y dejándolo incapaz de moverse o hablar debido a la impresión que le causaba, mientras en el jubilado no causaba ningún tipo de efecto.
—¿VAN A SALIR? —Pensó al relacionar la provocativa vestimenta de la navegante con el elegante traje del rubio. —ESTAN COMENZANDO A PERDER EL CONTROL... LOS TERMINOS DECIAN QUE NO PUEDEN SALIR SIN COMPAÑÍA.
—¡NAMI SWAAAAAAAAAAAAN, MI DIOOSAAA! ¡PARECES UN ANGEL!
—SEÑORITA NAMI... SE VA A RESFRIAR...
—¿En que te puedo ayudar? —Preguntó sonriente, anticipando la razón de su llegada.
Toshinori sin decir ni una palabra, sacó el teléfono de su bolsillo y con un par de movimientos, reprodujo su ringtone.
*¡YOSH!*
Sanji inclinó su cabeza confundido y Nami se limitó a suspirar cansada.
—¿Así que lo querían para jugar?
Las palabras de la navegante no le terminaban de hacer sentido, no sabía la verdadera razón por la cual fue hurtado.
—¿PORQUE MOTIVO TOMARON MI CELULAR Y LLAVES?
—AUNQUE ES OBVIO QUE JUGARON CON EL... SE QUE EL JOVEN LUFFY NO LO HIZO, PORQUE SIGUE FUNCIONANDO... ¿CUÁL ERA EL VERDADERO PROPÓSITO?
Nami se deslindó de la culpa mientras era abrigada por el cocinero que veía molesto al héroe al retar a su querida navegante.
—Gracias, Sanji-kun... No lo sé; Él no fue el de la idea.
—¿QUIÉN FUE?
—Sabes que toda información tiene su precio... —Pronunció juguetonamente, juntando sus dedos índice y pulgar, simulando el espacio de una moneda.
—SEÑORITA NAMI, ESTO ES IMPORTANTE... ¡NECESITO SABER LA IDENTIDAD DE LA PERSONA QUIEN LO PIDIÓ! TENEMOS UN ENEMIGO CAPAZ DE CAMBIAR SU APARIENCIA QUE PUDO HABER TOMADO LA IDENTIDAD DE UNO DE USTEDES O NOSOTROS... NECESITO SABER QUIÉN SE LO SOLICITÓ...
Nami permaneció con mirada fija sin retractarse a su solicitud.
—DIEZ MIL YENES —Comenzó de nuevo a negociar con la navegante.
—Lo siento... Pero compraron mi silencio con doscientos cincuenta mil.
—¡DOSCIENTOS CINCUENTA MIL! —Yagi estaba por escupir sangre, pero la navegante conociendo sus reacciones, lo empujó con su Clima Tact retráctil desviando la dirección de su cochinero.
—ESA CANTIDAD POR SILENCIO... DEFINITIVAMENTE ESTO NO DEBE TOMARSE A LA LIGERA... —Pensó limpiándose la boca con la muñeca
—TRESCIENTOS MIL... Y QUIERO DETALLES.
—Heh~ Sabía que nos entenderíamos, All Might~san... —Celebró Nami, juntando sus palmas y recargando su mejilla en ellas. —Pero, primero el dinero.
El héroe tomó su celular y entró a una de sus aplicaciones, depositando el monto a la tarjeta que anteriormente le había hecho entrega al capitán, mostrándole el comprobante a la navegante, que a pesar que no lo entendía del todo. Sabía que el héroe no mentía.
—Bakanee... Quería robar tu auto para llevarnos al casino en cuanto regresara.
—ENTONCES ESTAN VESTIDOS PARA...
—El casino. —Finalizó Sanji, golpeando la colilla de su cigarro.
—VAN A VOLVER A HACER TRAMPA A PESAR DE QUE LES DIJE QUE NO LO HICIERAN. —Pronunció con un tono molesto.
—En realidad, vamos en búsqueda de algún posible poseedor de un Quirk capaz de manipular el tiempo... y aprovecharemos para ganar algo de dinero... Ya sabes... Matar dos pájaros de un tiro. —Explicó la navegante, guardando una billetera entre sus pechos.
—¿POR QUÉ NO SOLO ME LO PIDIERON? —Quejó más calmado, dejando escuchar su decepción por la falta de confianza.
—Te negarías... Y nos acabas de reclamar.
—PERO LO HACEN POR LA BÚSQUEDA DEL QUIRK... Y NAMI PUEDE JUGAR SIN PROBLEMA, ELLA NO POSEE HAKI DE OBSERVACIÓN. NO ME NEGARÍA A ESO.
—Bueno... Si quieres respuestas, no es conmigo con quien debes discutir sobre eso. —La navegante finalizó la discusión, sentándose pacientemente en la banca del mástil, siendo atendida por Sanji que le brindaba una bebida caliente, en lo que esperaban a las dos mujeres.
Pasaron un par de horas, arribando la bella arqueóloga, seguida por la asistente abordando el barco donde ambos piratas se encontraban formalmente vestidos y el héroe que solía vestir traje se veía un tanto molesto, dejando a un lado su café.
—¡YUE! ¡YA SÉ QUE PLANEABAS ROBAR MI AUTO!
—¿Le dijiste o se enteró?
—Le dije...
—¿Cuánto ofreció por tu confesión? —Preguntó Yue
—Es un tacaño, apenas un poco más de lo que pagaste por mi silencio.
—¡OI!
Nami sacó de entre sus pechos una billetera, de la cual le hizo entrega de 50,000 yenes, dejando perplejo a Toshinori que no sabía que estaba sucediendo.
—¡¿QUE?!
—Le tocaba la diferencia de lo que pagaras... —Confesó Nami, rebelando que inevitablemente le iban a revelar la verdad, pero aprovecharían de su desesperación.
—USTEDEES... —Gruñó entre dientes.
—¿Como voy a robar tu auto, si dejo las llaves pegadas en la puerta? —Confesó con una expresión decepcionada. —Ademas, ni siquiera se conducir.
—Fufufu... Me iré cambiando. —Dijo Robin, dirigiéndose a su habitación, siendo seguida tímidamente por la asistente.
—¿Tienes algún vestido que no muestre tanta piel que me puedan prestar?
—¡¿AUN PIENSAN SALIR?!... ¡TIENEN PROHIBIDO VAGAR SIN SUPERVISIÓN!
—¿Nos puedes llevar al casino? —Nami solicitó de manera juguetona, molestando más al jubilado
—¿EN SERIO LO PIDES DESPUES DE TODO ESTO? ¡Y DE CONFABULAR PARA ESTAFARME!
—Si. —Respondió sin pena, levantándose de hombros.
La actitud inocente que mantenía la pirata, y sus planes originales que podría ser de ayuda para buscar una manera de regresar, no hicieron mas que dejara todo de lado y decidir acompañarlos para así vigilarlos, ya que parecían igual saldrían.
Toshinori dejó escapar el aire por el día que parecía tan largo. —DE ACUERDO, LOS LLEVARÉ.
—¡Ya-Tah! —Celebró la pelinaranja levantando ambos brazos.
Aunque se mostraba de acuerdo con los 3 piratas, eso no borraba la desconfianza que había surgido en la asistente que durante todo el día había sido participe u orquestante de los conflictos por los que pasaron sus compañeros y la inesperada llamada de Tsukauchi.
Volteó un tanto exasperado con la ceniza, preparado para cuestionarle, más fue distraído por su inusual cambio de apariencia en su fría mirada.
—¿QUE TE PASÓ EN LOS OJOS?
—Nada importante; me explotaron vasos sanguíneos del coraje... y antes de que preguntes más cosas... Si; Todo esto fue un pequeño berrinche... Necesito externalizar todo lo que guardo de alguna manera.
—PEQUEÑO... QUE INFANTIL.
—¿Has intentado pintar? —Preguntó Sanji
—Se le da terrible. —Nami añadió, tratando de redirigir lo que parecía dar comienzo a una confrontación.
—Se trata de expresión, no de talento.
—SE DE LA LLAMADA... —Pronunció acusatoriamente, frunciendo el ceño, mostrando su enojo.
—No te estas moviendo All Might... Necesitabas un empujón. —Pronunció autoritaria en un tono monótono, notando como el rubio no le quitaba la vista de encima, logrando sentir su intensa desconfianza por lo que detuvo su paso.
—Brrr... No sé si me da mas frio la nevada, o como me juzgas con la mirada... —Refunfuñó frotandose los brazos.
—Sospecha que seas una villana cambia formas. —Comentó Nami, haciéndole entender con más claridad su actitud.
—¡SEÑORITA NAMI!
Yue expandió sus ojos, mirando al alterado rubio que se encontraba visiblemente preocupado de que la pirata revelara sus suposiciones. Se dirigió frente al héroe y comenzó a aflojar la corbata en su cuello, lo que lo puso nervioso por su repentino comportamiento; sin embargo, la mujer pasó la corbata hacia su cabeza, deteniéndola en sus ojos y utilizándola para cubrirle la vista.
—Cuando desconfíes de las personas, siente sus auras, no veas sus apariencias. —Le regañó al principiante, golpeando su frente con el índice y soltando la corbata, dándole libertad de ajustarla. —Parece que ya olvidaste cómo hacerlo... ¿De que sirvió tu semana de entrenamiento?
La mención indirecta de la habilidad y el uso de su prenda para privarle de la vista, como en su entrenamiento posterior, le hizo comprender que sus sospechas sobre la identidad de Toga eran erróneas y lo llevó a una nueva preocupación al darse cuenta de que todo había sido planeado por ella.
Toshinori retiró la corbata de sus ojos, mirándole fijamente con incertidumbre.
—¿CÓMO IMITASTE MI VOZ?
—Inteligencia artificial... Ser una figura pública tiene sus desventajas.
—¿CUÁL ERA EL OBJETIVO DEL TIMBRE?
—¿El tono de llamada?... ¿Has visto como se alteran cuando escuchan al capitán decir eso? Pensamos sería divertido... Más si estabas junto a Mic, le daría una embolía al escucharlo...—Expresó inocentemente levantandose de hombros. —Igual no lo cambies, el tuyo era algo vergonzoso.
—...
—ERES DE LO PEOR.
—¿Qué te hizo Banana? —Preguntó Sanji, intrigado.
—Se comió el macaron que preparaste
—Ese desgraciado, déjamelo a mí. —Su cuerpo comenzó a humear, mientras se disponía a marchar fuera del Sunny.
—No... Está bien, ya me desquité... —Expresó con voz relajada, mas su cuerpo permanecía tenso, mostrando sentimientos encontrados.
—¡¿TODO FUE POR UN POSTRE?!
All Might quedó sin palabras y sin color, no podía creer que todo se haya desencadenado por un berrinche, llegando al límite de usar a los Sombrero de paja para una infantil venganza, incluso si eso significaba meterlos en problemas con la institución. Sin embargo, parecía ser una prueba que demostraba Bakanee sabía eran conscientes que no podían tener represalias contra ellos y ahora, los piratas mas astutos estarían concientes de ello también.
—PERO, TU NI SIQUIERA COMES NADA PREPARADO POR LAS PERSONAS...
—Usó la semana que no estuvimos para recolectar y crear sus propios ingredientes y harinas. —Explicó el cocinero, dando a entender el porque le parecía tan importante, aunque eso no justificaba lo que había hecho, por lo que no pudo hacer más, que exhalar cansado por su frustración, queriendo terminar esa noche lo más pronto posible.
Con los cinco vestidos apropiadamente para no ser negados la entrada al casino, se aventuraron hacia el estacionamiento para salir, encontrándose con Yamada bañado en lágrimas de felicidad al ver su Harley completamente reconstruida y en perfecto estado, incluso con algunos accesorios adicionales que aumentaban su potencia. Además, de tener una réplica más grande con cuernos como manubrios, creada por Franky para su uso personal.
Usopp, Chopper y Luffy, acompañaron a celebrar al rubio, entusiasmados de tener una ellos mismos, listos para ser guiados por Yamada que había prometido pasearles por la ciudad en caso de que lograran reconstruir su princesa.
—PARECE QUE YA SE RESOLVIÓ. —Expresó aliviado con una sonrisa, sintiendo como perdía un peso de encima.
Sanji estaba por dirigirse al centro de los asientos traseros con el propósito de sentarse entre dos bellas mujeres en sus provocativos vestidos que dejaban poco a la imaginación, siendo detenido por Yagi que no deseaba incomodara a las chicas por su constante acosos, obligándolo ir adelante, donde no paraba de ofender al jubilado con decenas de apodos que no lo incomodaban en lo más mínimo.
—Ba~kanee... ¿Qué esperas? —Reclamó la navegante desde la ventana hacia la mujer que permanecía de pie, viendo a los jóvenes brincar de alegría frente a ambos vehículos renovados.
La mujer escondió su mano en su bolso, donde mantenía un pequeño dispositivo del cual presionó un botón, activando así un efecto químico que hiciera reacción a distancia dentro de un receptor en el tanque de gasolina.
Una llamativa explosión dejó a los cuatro piratas y al héroe, que hasta hace unos momentos estaban celebrando, con el cabello erizado y su piel empanizada en hollín.
—¡GYAAAAAAH! ¡Banana se está quemando! —Apuntó el capitán a la chaqueta del héroe ardiendo de los brazos.
—¡Rueda en el suelo! —Usopp y Franky le gritaron a Mic, mientras Chopper y Luffy se quitaban sus chamarras para apagar el fuego a base de golpes.
—Midori Boshi... Sprinkler. —El tirador, lanzó una semilla que creó una flor capaz de rociar agua, que apagó el fuego del héroe, pero tambien mojó las prendas de Luffy y Chopper con el que golpeaban al rubio, ocasionado que los ligeros golpes, se volvieran dolorosos latigazos.
—¡¿Qué hiciste Franky?! —Reclamó Present Mic alterado
—¡DEBEN SER LOS ARTEFACTOS DE MEI, MIS INVENTOS NUNCA EXPLOTAN!
—¡¿Y ESO POR QUE FUE?! ¡PUDISTE HABER LASTIMADO A ALGUIEN DE GRAVEDAD O MATARLOS!
—Estaba sonriendo... No tiene derecho hasta que logre procesar de nuevo todos los ingredientes. —Yue pronunció de manera monótona sin reflejar emoción, observando las llamas que iluminaban todo al alrededor.
—...
—Puedo prepararte uno si me permites encargarm...
—No... Nada de alimentos artificiales procesados por el humano. —Silenció con un tono irritado, cual no había dedicado al cocinero, desde la vez que mencionó su apellido.
—En otro tiempo hubiera esperado a que se sentara en ella... —Masculló rodeando el auto para subirse.
Los deseos ocultos de la asistente hicieron notar las banderas rojas en su comportamiento, creando preocupación para aquellos trabajadores y estudiantes en las instalaciones y la repercusión que podría tener esa actitud más adelante.
—ETO... ¿CÓMO VA EL PSICOL? —Las palabras que pronunciaba, fueron silenciadas por la navegante, que repentinamente cubrió su boca desde el asiento trasero.
—Mejor solo vayámonos ya... ¡LA NOCHE ES CORTA!
—¡Siiii Nami-swan! Ya escuchaste maldito saco de huesos...
—Fufufu
—Luego te explico... Buscó una víctima en quién descargar su coraje; está tomando como excusa un postre. —Susurró la navegante
Al llegar a la zona de entretenimiento nocturno, el grupo se separó de inmediato. Robin y Yue recorrieron cada rincón de las instalaciones, escudriñando hasta el más mínimo detalle en busca de pistas que pudieran revelar la presencia de un usuario de Quirk capaz de manipular el tiempo. Sanji, por su parte, desempeñó el papel de fiel escudero de Nami, acompañándola en todos los juegos de apuestas y poniéndose a disposición para aplicar su habilidad de observación en aquellos juegos de azar que pudieran ser aprovechados, dejándole como principal opción: Los dados.
A diferencia del resto; Yagi no quiso formar parte de su operación, optando por quedarse en su vehículo estacionado en la calle, levemente iluminado por una farola, mientras se sumergia en sus pensamientos, reflexionando sobre los acontecimientos del día.
Una hora transcurrió y no había señal de que los piratas terminaran pronto sus actividades... El sonido de la puerta del copiloto abriéndose captó la atención del jubilado, volteando a su costado para encontrarse con la arqueóloga, quien permaneció en silencio durante unos momentos antes de señalar misteriosamente su bolsillo.
All Might interpretó su enigmático comportamiento. En respuesta, cerró las ventanas, apagó su teléfono y puso en marcha un modo especial en su automóvil que lo volvería indetectable ante cualquier señal satelital, una característica reservada para misiones de sigilo o actividades altamente confidenciales.
—SEÑORITA ROBIN... ¿TERMINARON?
—Siguen apostando.
—¿QUÉ HAY DEL DON DEL TIEMPO?
—Parece ser que no hay nadie con esa peculiaridad... Al menos el viaje nos consiguió dinero.
—¿ESTÁN HACIENDO TRAMPA?...
—Ya dejaron de hacerlo; Por ahora solo se divierten.—Dijo con una serena sonrisa, cambiando por un tono más serio. —Lo necesitan...
El tono y las palabras que usó para justificarlos, despertaron preocupación en el jubilado, que aprovechó estaban solos para entender la razón por la cual las mujeres actuaban de manera tan misteriosa desde el día anterior.
—SALIERON A INVESTIGAR POR SU CUENTA SIN AUTORIZACIÓN... —Dejó salir su molestia en un tono calmado, comenzando a comprender que algo relacionado con Nezu había afectado el comportamiento y movilizado a la asistente, que recurrió directamente a los piratas; lo que significaba que podrían llevar a cabo acciones ilegales, lo cual terminó por inquietarlo como su supervisor.
—¿QUÉ ES LO QUE LE OCURRE? ¿QUE ENCONTRARON?
—Tenemos un problema...
Después de las inesperadas palabras de Robin, Yagi se volvió intrigado hacia la arqueóloga. La misteriosa figura de la mujer se perdió en la oscuridad de la noche, y solo la tenue luz de una farola callejera iluminó su serio rostro del cual antes siempre había chispeado curiosidad e interés, ahora se podía apreciar una mirada apagada y expresión sin brillo.
—No debe enterarse nadie más de esto... Incluso mi tripulación.
—¿TAN MALO ES?
La mujer no respondió a su pregunta, tan solo se limitó a dejar escapar un suspiro, preparando las palabras.
—ENTIENDO... GRACIAS POR LA CONFIANZA.
—Estamos siendo investigados. —Confesó tajantemente, volteándose hacia el rubio. —La psicóloga que consiguió Nezu fue reemplazada por un Perito Forense; no sabemos quién la envió exactamente porque no tienen registros... Deseamos contactar con su empresa para conseguir más información sobre cómo funciona su don, pero buscarla sin un motivo laboral podría levantar sospechas...
—¿USAR SU DON? SOLO POCAS PERSONAS TIENEN PERMISOS ESPECIALES PARA HACER USO DE ÉL.
—Justamente... Una habilidad útil para su rama...
—¿SABEN QUE ES LO QUE HACE?
—Creemos tener una idea... —Expresó con sudor recorriendo su frente.
—Usted está involucrado con los elementos de seguridad... ¿Acaso conoce el nombre de Ivanka Knorr?
El nombre no le era ajeno; Una doctora en medicina forense y abogada con una reputación de desentrañar los casos más complicados.
La mención de su Ivanka lo inquietó, ya que había oído hablar de su capacidad para resolver casos, especialmente aquellos que carecían de testigos. Aunque sabía que su habilidad era valiosa, desconocía los detalles exactos de cómo funcionaba su don o cómo lo utilizaba. Mientras meditaba, la voz de Robin lo sacó de sus pensamientos.
—Parece ser que la conoce... Si llegó a usar su habilidad en nosotros, podríamos estar en la peor situación posible para la seguridad de quienes estamos involucrados... o incluso Japón, depende de cómo lo usey para quién trabaje... —Advirtió claramente preocupada.
—Si es por la organización que investigamos podríamos ser nosotros el objetivo... Pero, si es algún otro villano... Tenga por seguro que su País podría sufrir una de sus mayores catástrofes... Ah no ser, la mayor...
Las palabras de Robin hicieron que reinara un silencio sepulcral. Yagi, por su parte, comenzó a sudar frío, experimentando una inquietud que no había sentido en muchos años. Que la pirata que desde que llegó se había nutrido de conocimiento actual, y que en su tiempo había vivido en medio de persecuciones y guerras, expresara semejantes angustia lo dejó profundamente intranquilo. La posibilidad de que estuvieran lidiando con una amenaza capaz de desencadenar una de las peores catástrofes que había enfrentado en su vida le hacía cuestionarse si aún podía ser de utilidad, cambiando súbitamente su negativa postura, por determinación para formar parte del equipo antes de que la noticia se extendiera entre los involucrados.
—TENGO UN GRAN AMIGO EN LA POLICÍA... ME PONDRÉ EN CONTACTO CON ÉL PARA QUE ME INFORME LOS DATOS QUE NECESITAN.
—Sería de mucha ayuda... Gracias. —Pronunció más aliviada.
