Parte 6: KARAOKE Y PATINAJE

Al despertar buscó la dirección de un salón de belleza y acudió al lugar, había varias personas por delante, y aunque accedieron a atenderla sin cita, le tocó esperar un buen rato, cuando finalmente fue su turno, dijo el estilo de como lo deseaba, así como también un retoque de tinte negro, horas más tarde Yulia salía del lugar, fue un gran cambio de imagen, regresó a casa y al entrar Larissa y Tamara se sorprendieron por el cambio de look de Yulia y la halagaron, más tarde cuando llegaron Oleg, su hijo y su nieta, también quedaron sorprendidos pero les gustó el cambio.

Te vez mucho mejor así, ya no voy a confundirte con el trapeador - dijo Oleg Jr. Riéndose.

Yulia le dio un golpe a su hermano en el brazo mientras ella también reía. La familia cenó y después cada uno se fue a sus respectivas habitaciones. Yulia mensajeaba con sus amigos, pero esta vez eran sus amigos de Moscú a quienes había conocido cuando estaba en la universidad y que no había visto desde que fueron a la boda de su hermano. Acordaron verse la noche siguiente para ir a cenar a un bar que además tenía karaoke y luego el sábado por la tarde irían a patinar, a pesar de no ser invierno, había unos cuantos lugares en la ciudad con pistas de hielo a los cuales podrían ir a divertirse, después de terminar de mensajear se durmió.

El viernes despertó temprano como era habitual, y condujo al parque Gorky, bajó de su auto y empezó a correr, miraba hacia todas partes buscando a la linda doctora pelirroja, pero para su sorpresa no la vio por ningún lado. Hora y media más tarde se dirigió a la cafetería esperando encontrarla ahí, pero nada, optó por no ir al segundo piso a revisar si ella estaba arriba, ni tampoco preguntarles a los empleados para no delatarse, pidió solo un café y se quedó un rato más por si la chica aparecía, pero jamás llegó, empezó a preocuparse y a preguntarse ¿qué tal si algo le había ocurrido?, ¿estará enferma?, luego recordó en donde era seguro encontrarla, su consultorio, pero no podía llegar así como así, ¿sacar una cita?

¡No!... ¡No eres ninguna degenerada! – se reprendió a sí misma, era una idea muy descabellada sacar una cita con la intención de ver y hablar con la doctora, dio un largo suspiró e hizo a un lado todas esas ideas.

Después de terminar su café regresó a casa, se dio una ducha y ayudó a su madre con unas cosas. Eran ya las 7:00 p.m. Yulia salía de ducharse y se preparaba para salir, se puso poco maquillaje, como era su costumbre, además de una blusa verde, chaqueta negra, pantalón de mezclilla azul y botas negras, y salió rumbo al bar.

Al llegar saludó muy entusiasmada a Raisa, Anika, Veronika y Yuri, sus antiguos amigos de la universidad. Raisa era una chica rubia de ojos cafés, Anika una chica cabello castaño y ojos color cafés era su novia, ellas vivían juntas desde hacía ya muchos años en un departamento que estaba muy cerca de donde vivía Veronika quien tenía el cabello castaño y ojos grises, ella estaba casada desde hacía 2 años con Yuri, un chico cabello negro, ojos cafés, bastante alto a comparación de las chicas que lo acompañaban esa noche.

Todos estaban muy felices de ver a Yulia, caminaron juntos hasta llegar a una mesa y empezaron a platicar y a brindar por los viejos tiempos, Yulia se disculpó por no asistir a la boda de Yuri y Veronika, en esa ocasión ella estuvo muy ocupa con unos negocios que no podían esperar, ellos no se enojaron para nada y entendieron las razones; hablaron sobre sus trabajos, a todos les estaba yendo muy bien, así pasaron un buen rato. Al fondo se escuchaba música, y de vez en cuando alguno de los clientes subía a un pequeño escenario a cantar, sin embargo, Yulia y sus amigos no le prestaban mucha atención a eso, hasta que…

Vaya esa chica tiene una hermosa voz – dijo Veronika

Los chicos que estaban entre risas, platicas, botanas y bebidas voltearon hacia donde ella estaba mirando, de pronto Yulia quedó boquiabierta, no lo podía creer

¿Doctora Katina? – dijo la pelinegra en un tono apenas audible, ante ella estaba la chica pelirroja llevando el cabello suelto y estaba usando un saco abierto en 'V' color negro y un pantalón del mismo color, se veía tan sensual -

¿Qué dijiste? – pregunto Anika - ¿Yulia?... ¿Yulia? – no hubo respuesta

La pelirroja terminó de cantar y fue a sentarse a una mesa que estaba al otro extremo del bar, allí había otras 2 personas sentadas, un hombre y una mujer, la chica reía feliz con ellos

¡Yulia! – Veronika la llamó por su nombre a la vez que le sacudía el hombro a la pelinegra, haciendo que regresará a la tierra

¿La conoces?, anda dinos ¿Quién es ella? – preguntaba Raisa curiosa

No, no la conozco… se parece a alguien, pero no, no es... yo solo… me confundí – dijo Yulia entre palabras que más parecían titubeos o tartamudeos.

Todos se miraron entre sí y cambiaron de tema, aunque claramente notaban como Yulia "disimuladamente", de vez en cuando giraba la cabeza en dirección hacia la mesa en donde estaba esa chica, también se dieron cuenta de que Yulia la siguió con la mirada cuando la pelirroja se fue del bar en compañía de sus amigos. Los chicos estuvieron ahí hasta las 12:00 a.m. y luego se despidieron, en todo el camino de regreso Yulia no podía sacar de su mente la imagen de la pelirroja, esta situación con ella ya se estaba convirtiendo en algo muy inquietante, el verla vestida así había despertado en Yulia sentimientos de verla más de cerca, hablar con ella y quizás, ¿besarla?... Llegó a su casa, pero incluso después de darse una ducha para tratar de relajarse, ya no pensaba en nada más que en la doctora Elena Katina, no podía dormir, miró su reloj y eran las 3:30 a.m. No tenía idea de cuánto tiempo llevaba dando vueltas en su cama, de pronto el sueño la venció.

Eran las 12:00p.m. del sábado

¿Yulia?, ¿Yulia? – Larissa la llamaba mientras tocaba la puerta.

Yulia abría los ojos con algo de pesar

Adelante mamá, está abierto – Dijo Yulia toda adormilada

¿Yulia no dijiste que hoy irías a patinar con tus amigos? – preguntó Larissa

Yulia miró su reloj, se levantó de golpe, no podía creer que era tan tarde, habían acordado que los chicos pasarían por ella a las 2:00p.m. apenas y le daba tiempo de ducharse y comer algo rápido.

Yulia tranquila o te dolerá la cabeza por la resaca – decía Larissa tratando de hacer que su hija tomará las cosas con calma

No tengo resaca mamá, a lo mucho tomé 3 tragos, es solo que anoche no podía dormir –

¿Por qué?... ¿Algo te preocupa? – preguntó Larissa, Yulia se detuvo un momento -

No mamá todo está bien – respondió la pelinegra.

Larissa notaba que desde hace varios días su hija estaba más pensativa de lo normal, pese a no haberla visto en mucho tiempo ella la conocía muy bien, pero no quería indagar en su vida privada.

Bueno, cualquier cosa sabes que puedes decírmelo, por cierto, venía a decirte que saldremos, es el aniversario de bodas de los Kuznetsov y darán una gran fiesta, posiblemente regresemos hasta tarde – dijo Larissa

Está bien mamá, diviértanse – dijo Yulia

Después de ducharse se puso una blusa blanca, un pantalón negro, tenis y a la hora acordada los chicos pasaron por ella. Llegaron a la pista de patinaje, todos se estaban divirtiendo mucho, bromeaban y se tomaban fotos, de pronto, Yulia sintió que la observaban, instintivamente giró su cabeza y vio a la Doctora Katina entre la multitud, era ella quien la miraba, esto ya era más que una simple coincidencia, ya era una clara señal de que debía hablarle, por lo menos saludarla o algo, pero ¿cómo?, Yulia notó que ella estaba acompañada por un hombre y una mujer, e inmediatamente reconoció que eran las mismas personas del bar de la noche anterior, sacudió su cabeza y siguió dando vueltas en la pista con sus amigos.

De repente, un par de chicos que también estaban patinando por ahí empezaron a empujarse el uno al otro, llevándose muy rudo entre ellos, y haciendo competencias absurdas de velocidad, Yulia vio como uno de ellos perdió el control y se dirigía justo hacia donde estaba la pelirroja, así que sin pensarlo se atravesó interceptando el golpe, recibiendo ella el impacto, lo que provocó que cayera al piso y se lastimara. La pelirroja al ver a Yulia en el suelo se asustó, pronto los amigos de Yulia llegaron, entre ellos y el hombre que acompañaba a la pelirroja se fueron sobre los revoltosos que provocaron todo, seguridad llegó y se llevaron a los chicos. Veronika se acercó a Yulia para ver cómo estaba, la pelinegra trataba de ponerse de pie, pero no podía, Yuri y el amigo de la pelirroja ayudaron a sacar a Yulia de la pista y la sentaron en una banca, le sangraba el brazo provocando que su blusa, antes blanca, ahora estuviera toda salpicada de sangre y su pantalón se había rasgado de la parte de la rodilla dejando ver que también le estaba sangrando. Querían llevar a Yulia a un hospital, pero ella se reusaba, afirmando estar bien.

Solo llévenme a casa – dijo tratando de aguantarse el dolor y las ganas de llorar

Permíteme revisarte – dijo una voz, era la chica pelirroja, los amigos de Yulia reconocieron que era la misma chica del bar. La pelinegra no dijo nada solo asintió con la cabeza

¿Quién es usted? - preguntó Anika curiosa

Disculpen, no me he presentado, soy Elena Katina, soy médico – dijo la pelirroja – ¿Cuál es tu nombre? – preguntó mirando a Yulia a la vez que se agachaba para estar a su altura

¿Yulia?... ¿Yulia? – Raisa la llamaba a la vez que agitaba su mano frente a los ojos de la pelinegra para tratar de hacer que reaccionara

Ah si… Yu… Yul… Yulia Volkova – dijo Yulia otra vez entre tartamudeos

Sus amigos no creían que la siempre segura Yulia Volkova ahora estuviera tartamudeando, quizás eran secuelas del golpe tan fuerte que acababa de recibir, por otro lado, Yulia no podía creer lo hermosos que eran los ojos verdes que ahora tenía frente a ella, ahora podía verlos más detenidamente, y esas pecas, le daban un tono muy tierno a ese bello rostro. La doctora examinó a Yulia, revisó su tórax, brazo y su rodilla, luego se puso de pie

Yulia, aparentemente no tienes ninguna fractura, pero lo ideal sería que fueras a un hospital para que te atiendan las heridas – dijo la pelirroja

No, no… yo solo… prefiero ir a casa – respondió Yulia

Bueno entonces permíteme acompañarte a tu casa, yo te curaré las heridas – dijo la Doctora

Yulia asintió, los chicos se miraron entre sí, no sabían que estaba pasando, tenían más preguntas que respuestas, Yuri subió a Yulia al auto y la doctora dijo que los seguiría en su propio auto, en el camino Yulia miraba por la ventana trasera y no podía creer que la pelirroja de verdad venía detrás de ellos. Los amigos de Yulia no entendían tan extraña escena

Yulia, deberías avisarles a tus padres lo que pasó – dijo Anika, Yulia les explicó a sus amigos que toda su familia había salido y no quería alarmarlos, pero que ya les había enviado un mensaje.

Llegaron a la casa de Yulia y la llevaron a su habitación, notaron que esta estaba casi vacía solo se veían la cama, un par de muebles, la televisión y el teclado en su estuche, pero no hicieron ningún comentario, mientras tanto Lena sacaba de su auto una pequeña maleta la cual contenía gasas, antiséptico, suturas, etc., luego siguió a Raisa hasta la habitación de Yulia, antes de retirarse las chicas avisaron que estarían abajo en la sala con Yuri por si ocupaban algo. La doctora ayudó a Yulia a quitarse la ropa y ponerse algo más cómodo, después preparaba las cosas que utilizaría, Yulia no decía nada solo la observaba algo temerosa

¿Qué ocurre? – preguntó la pelirroja

¿Me vas a suturar?... es que… no me gustan las agujas – dijo Yulia asustada, este comentario hizo reír a la Doctora

No, no requieres sutura, pero vas a sentir presión cuando pase las gasas así que posiblemente eso si vaya a dolerte –

Está bien – asintió Yulia mientras se sentaba en su cama

Lena empezó a curarle las heridas, usó un antiséptico que no ardía así que todo fue menos molesto, luego revisó el pie de Yulia y este estaba ligeramente inflamado, después de terminar la doctora le hizo algunas recomendaciones a Yulia

Gracias por curarme… – dijo Yulia sonriendo

¡Gracias por salvarme! – dijo la pelirroja, a la vez que también le devolvía la sonrisa

Yulia estaba sorprendida, entonces la pelirroja si se había dado cuenta de que todo aquello había sido para que ella no saliera herida

¿A qué te refieres? – preguntaba Yulia

Por favor… ¿Yulia verdad?... – dijo la doctora un poco molesta mientras movía las manos - estabas prácticamente del otro lado de la pista, y de pronto, te atraviesas para que ese chico no llegue hasta a mi… fue un movimiento muy valiente y atrevido, pero también muy estúpido… y de verdad… te lo agradezco – dijo ya más calmada –

Hubo un silencio, pero ambas estaban mirándose fijamente a los ojos, fue Yulia quien rompió el silencio

No quería que la lastimaran Doctora – dijo Yulia bajando la cabeza, de pronto sintió como tomaban su mano, lo que hizo que levantara la mirada de nuevo

Puedes llamarme Lena – dijo la pelirroja

Soy Yulia - dijo Yulia mientras le sonreía

Quien sabe cuánto tiempo estuvieron mirándose y tampoco habían notado que estaban muy cerca una de la otra, de pronto escucharon que tocaron la puerta, las chicas se alejaron y Yulia indicó que podían entrar, eran Yuri y Anika

Yulia ¿te molesta si las chicas y yo ordenamos algo de comer? – dijo Yuri, ninguno quería irse hasta asegurarse de que Yulia estuviera bien y sus padres regresaran

Claro chicos, ¿pueden pedir pizzas y pasta?, tengo días que no como otra cosa que no sea comida rusa – dijo Yulia, esto hizo que Lena la mirara algo confundida

Seguro – afirmó Yuri

¿Chicos podrían por favor pedir esto de la farmacia, son solo unos analgésicos para Yulia? – preguntó Lena

Los chicos asintieron y salieron de la habitación

¿No te gusta la comida rusa? – preguntó Lena curiosa

No es eso, es solo que, desde que regresé lo único ruso que no he comido o bebido es café, y estoy acostumbrada a otra variedad de comida – respondió Yulia mientras reía

¿Desde que regresaste? – la curiosidad de Lena aumentaba

Si... veras, yo vivo en Estados Unidos y apenas el domingo regresé a Moscú a visitar a mi familia – explicó Yulia

Yuri fue personalmente a la farmacia y trajo las pastillas que Lena solicitó. Yulia recibió la llamada de su padre preguntándole que había pasado y ésta para no preocuparlo solo les dijo que se había caído en la pista de patinaje pero que no era nada grave y que estaba bien, y que además estaba acompañada por sus amigos, Oleg le informó que llegarían en una hora. Las pizzas llegaron rápido y todos comieron en la habitación de Yulia, bromeaban y le hacían algunas preguntas a Lena para conocerla mejor y ella a ellos, de vez en cuando las miradas de Yulia y Lena se cruzaban, pero disimuladamente la desviaban hacía otro lado, fue Raisa la que se atrevió a preguntar por qué la habitación de Yulia lucía tan vacía, y ella les explicó que dejó solo lo indispensable.

Cuando la familia de Yulia regresó estaban sorprendidos, no solo por el estado de la pelinegra, sino también por el hecho de que la Doctora Katina estuviera en su casa, y que haya sido ella quien le curó las heridas a Yulia, la Doctora se presentó formalmente con ellos y estos a su vez se mostraron muy agradecidos con ella, Oleg preguntó cuánto dinero le debían, pero Lena negó y dijo que lo hacía con mucho gusto. Empezaba a hacerse tarde, los amigos de Yulia se despidieron de ella y de su familia para dejarla descansar y se mostraron en la mejor disposición de ayudarla por si necesitaba algo. Lena se despidió de Yulia y antes de marcharse solicitó a los padres de la pelinegra si le daban permiso de regresar otro día a revisar a Yulia, ellos volvieron a sorprenderse, pero aceptaron encantados.

Mientras tanto, en su habitación Yulia estaba como flotando en las nubes, soñaba despierta con la imagen de la Doctora, ni siquiera se había tomado las pastillas todavía, pero no le dolía nada, de pronto escuchó que tocaban la puerta y esto la hizo regresar a la tierra, eran Oleg y Dasha

Tía Yuli, ¿te duele mucho tu brazo? – preguntó Dasha mientras subía a la cama de Yulia

¡¿Yulia Olégovna Volkova por qué minimizaste todo?!, ¡esto no es nada!, ¿qué fue lo que pasó? – preguntó algo molesto Oleg

¡Unos idiot…! - se detuvo a taparle los oídos a Dasha, y luego continuó – Unos idiotas estaban compitiendo entre ellos, luego uno que era tan estúpido que no pudo frenar, chocó conmigo y me hizo caer al suelo, no quería preocuparlos, sabía que ustedes regresarían antes de su fiesta si pensaban que era algo grave, yo quería que se divirtieran, mis amigos me trajeron y la Doctora Katina quien presenció todo vino a ayudarme – explicó Yulia

¡Uy! ¿entonces no resultó tan mal? Lograste que la doctora sintiera lástima por ti y viniera personalmente a tu casa a tratarte – dijo Oleg Jr. que estaba en la puerta junto con Tamara, ella al escuchar esto le dio un golpe en el hombro a su esposo

Oleg ya basta, no fastidies a tu hermana – lo reprendió su padre

Perdón papá, es solo que, me cuesta creer que mi hermana, la que sabe patinar muy bien desde que tenía 4 años, no haya podido esquivar a un zoquete, que terminara así y que además no haya dado pelea, si cuando éramos niños ella era la que me mandaba a mí al hielo – respondió Oleg jr.

Larissa entró a la habitación con una taza de té

¡Ya basta!, parecen unos niños, ¡Oleg discúlpate con tu hermana! – lo reprendió Larissa

Lo siento Yulia, pero si los vuelves a ver me dices quienes fueron y yo voy y les rompo el cuello – dijo Oleg jr.

No digas esas cosas frente a la niña – lo regañó Tamara

Mi hermano como siempre tan tierno – dijo Yulia de forma irónica, pero a la vez agradeciendo el apoyo y le dio un abrazo a su hermano, después él salió de la habitación junto con su esposa e hija, dejando a solas a Oleg, Larissa y Yulia

Toma tus medicinas – Larissa le dio a Yulia la taza de té, y esta tomó las pastillas

Te dejaremos descansar, mañana vendrá la Doctora Katina a visitarte - dijo Oleg

¿De qué hablas papá? – preguntó Yulia confundida

Veras, antes de irse la Doctora nos pidió permiso para venir a revisarte mañana, no dijo a qué hora, pero nos dejó su número por cualquier cosa, aunque creo que Tamara ya lo tenía – dijo su padre

Por ahora descansa – Larissa le dio un beso a su hija en la frente y ambos salieron de la habitación

Yulia se puso la almohada en su cara para que no la escucharan y soltó un grito de emoción, ni en su adolescencia se había sentido tan soñada, parecía una niña, estaba tan emocionada por todo lo que había pasado ese día, no resultó nada mal, las heridas y el golpe no le dolían nada, quizás eran las pastillas, pero un momento acababa de tomárselas, no tienen un efecto tan rápido, o quizás todo se debía a que Lena estuvo en su cuarto, cuidando de ella, y no solo eso, ella volvería al día siguiente, y quizás podría volver otro día

Ella solo está siendo amable, después de todo es médico, te ve solamente como una paciente, no hay otra razón por la cual quisiera volver a verte, ¿o sí? – luego dejó salir un gran suspiro - ¡Que semana tan extraña! – se dijo así misma, Yulia durmió muy feliz esa noche.