Parte 08

Dos días que llegó a casa luego de estar en el hospital y recibir semejante noticia. Esperando a Kakashi, pero quedó a la expectativa de su presencia, ya que brilló por su ausencia.

Confiado de que al tercer día llegaría, pero tampoco paso. Solo tuvo la visita de su madre quien le trajo algunas frutas y verduras en esos tres días, alegando que en su estado debe comer sano. Mentiría sí dijera que estaba bien en el ámbito emocional, pero no le demostró a su madre si no fue hasta que se marcho y se permitió llorar.

No sabe si son las hormonas del embarazo o los pensamientos negativos hacen mayor efecto con la ausencia de Kakashi.

—No debo llorar, ni mucho menos sentirme mal —se dijo así mismo dándose fuerzas.

Itachi nunca se permitió llorar, amar, ni sentirse mal. Son cosas que él mismo considera no opto, ni gozar de emociones que por sus pecados cometidos deben ser cohibidas como una especie de autocastigo. Enamorarse de Kakashi fue un error. Ama a su esposo, un ninja excepcional con un historial impecable, temido y ahora líder de la aldea que tanto ama y juro lealtad. Cree que no es lo suficiente para Kakashi y ahora con esa… ¿condición?

Escuchó la puerta tocar, pero no le dio importancia. Su madre ya lo visitó, duda de su hermano u otra persona cercana que le visiten.

Se frotó sus ojos varias veces y paso las yemas de sus dedos por las mejillas, pero todo era en vano; sus lágrimas seguía y sus ojos ardían. La insistencia en la puerta, hizo que Itachi forzará detener sus lágrimas y ponerse de pie para atender quien era. Salió de la habitación y bajo las escaleras, sin mucho ánimo, esperando que la persona en la puerta se fuera lo más rápido posible para así poder volver a sumergirse en su profunda tristeza.

Grande fue su sorpresa al ver a la persona detrás de la puerta.

—¿Sasuke? —susurró, sintiéndose un poco bien con solo verlo.

—No vine antes porque no sabía como tratarte —habló, omitiendo el típico saludo—. Mamá me dijo que no hay necesidad de un trato diferente, solo apoyo y seguir con esta… —Se detuvo, dificultándole continuar con sus palabras.

—Conciliación de hermanos, un relación que se encuentra rota por mis errores —completa Itachi, sonriendo con cierta tristeza.

Sasuke asiente, tragando grueso. No se olvida del pasado, pero quiere a su hermano y eso dejó de luchar desde hace tiempo de querer sentir lo contrario. Tampoco quiere, que en cada conversación Itachi deje salir su lado más miserable y eso molesta mucho al menor. Sin esperar alguna otra frase o palabra en donde Itachi se empeñé a culparse hasta porque el agua moja, Sasuke da un par de pasos hacia Itachi y al estar lo suficientemente cerca, lo rodea con su brazos dejado sorprendido al mayor por esa acción tan repentina.

A esas alturas, Sasuke se encuentra más alta que Itachi y en aquel abrazo, correspondido por ele mayor luego de pasarle la conmoción del momento, se hizo notar la diferencia de estatura. Un abrazo de hermanos, es lo que necesitaban hace mucho tiempo.

Duraron varios minutos en esa posición, hasta que se separaron de ese tan anhelado abrazo.

—¿Gustas pasar un rato? —propuso Itachi con cierta duda en su voz.

La intención de Sasuke era pasar un rato con su hermano, lo conoce lo suficiente como para suponer que ante la ausencia de Kakashi debe sentirse mal. No culpa a Kakashi, lo entiende, pero Itachi es un caso complejo. Afirma con su cabeza, relajando sus facciones, prometiéndose a sus adentros que debe tratar de estar más cerca de Itachi y recuperar lo poco de su hermandad.

Pase que Itachi le ofreció algo de tomar, Sasuke se negó, no quería que su hermano le pasará algo sirviendo una taza de agua, té o café; exagera la situación, pero prefiere prevenir que lamentar.

Ambos hermanos se la pasaron hablando de cosas del pasado. De la época en donde eran felices y no existían ciertas ordenes de por medio que harían quebrantar su hermandad. En ocasiones a Itachi se le escapaba alguna risa al recordar esos momentos y Sasuke desviando su mirada al revivir memorias vergonzosas.

Un rato agradable, libre de tensión y barreras, que ambos anhelaban tener desde hace un tiempo, pero que ninguno daba el primero paso.

—Mañana vendré y te haré compañía en tu primera sesión —prometió Sasuke, parado en la puerta principal.

Sasuke ya se iba de la casa de su hermano. Pasaron un rato agradable, hasta por momentos se olvidaban que estuvieron tanto tiempo separados y su hermandad hecha pedazos.

—No es necesario, puedo ir solo. Además debes de atender tu tienda —negó Itachi. Se siente orgulloso de su hermano y de la vida que tiene, no se perdonaría que descuidará eso por su culpa.

—Naruto me ayuda. Vendré acompañarte, quieras o no —insistió, a lo que el otro se rindió—. Que por cierto, ha estado un indeciso si venir a verte o no, no sabe como actuar en toda esta situación —contó sobre la inquietud de su pareja. Es la primera vez que presencia esa actitud en él.

Itachi sonrió. Considera a Naruto ese otro hermanito que adora y quiere proteger.

—Solo que siga como antes conmigo, no hay cambios. Solo que una vida crece en mi.

—Se lo diré, Hermano —diciendo eso, se fue o mejor dicho «huyó» dejando a un sorprendido y feliz Itachi.

Kakashi no estaba, pero poco a poco empezaba a sentir esa pizca de confort que siente no merecer.

………

Al día siguiente, tal y como lo prometió, Sasuke llegó a la casa de Itachi unos minutos ante de lo estimado. Naruto le envió una carta junto a una canasta de frutas y Ramen, no pudo asistir y posiblemente durante dos semanas no estaría en la aldea por una misión de último momento.

En el camino al centro donde Itachi empezaría asistir cada semana, Sasuke le platicó sobre su experiencia tomando terapia psicológica. Confesó que al principio fue rebelde y hasta se enojó con Mikoto por insistirle que tomará algunas sesiones, luego por voluntad fue a la primera.

—Al principio no sentía mejoría, era de esos que creía que con sentarme y mirar a la psicóloga toda mi vida se iba a resolver. Pero poco a poco fui entendiendo mis emociones, a controlarlas, desahogarme, no culpar a inocentes de los errores de otros y entre otras cosas más que en verdad me ayudaron mucho —cuenta, con alivió y orgullo en tomar la decisión correcta y seguir asistiendo a las terapias.

Le contaba eso y otras cosas más a Itachi para que no vaya a ser tan cerrado, al frente de la persona que llevaría acabo sus terapias y que tuviera mucha paciencia.

. . .

Luego de salir de su primera sesión, para Itachi no estuvo mal. La persona que lo entendió fue un psicólogo que no le presionó y tuvo mucho paciencia a su persona, así que se sintió cómodo al frente de un extraño.

—¿Qué tal en tu primera sesión? —preguntó Sasuke, curioso como su hermano al respecto de esa nueva experiencia.

Lo pensó un poco, pase al tener una respuesta positiva.

—Me lo imaginaba peor, pero fue bien sobretodo no sentí que me mirará con ojos juzgadores o lastima. —Admite que eso fue lo que más le hizo sentir tranquilo y cómodo.

Los hermanos pasaron por una tienda de dulces, para sorpresa de Sasuke, Itachi tenía hambre, pero que solo quería comer algo dulce. Ya cumpliendo su decima sexta semana de gestación, Itachi sentía que su apetito poco a poco volvía, pase algunos olores o ciertas comidas con solo pensarlas le provoca nauseas.

—Ya puedo seguir solo a casa —dice Itachi, una vez saliendo de la tienda de dulces.

A comparación del día anterior y respetando el espacio de su hermano, Sasuke solo hizo una mueca. En esta ocasión, no le insistiría en lo contrario.

—Esta bien —acepta haciendo una mueca.

Antes de que Sasuke se arrepienta de sus palabras, Itachi se apresura en seguir su camino a casa y alzando una mano moviéndola de un lado a otro, en modo de despedida.

. . .

Itachi detuvo sus pasos, al ver el tapete de la entrada cambiado. Recuerda no haberlo hecho desde hace dos o tres meses, porque le gustaba ese color vino tinto y ahora el nuevo es de color… ¿Verde? Torció sus labios. No le gusta verde.

—Mamá no fue —dice mientras piensa quien fue que cambio el tapete en su ausencia.

La duda que ronda en su cabeza, es resuelta cuando la puerta principal se abre dejando ver a Kakashi, su esposo.

—Lo siento, por no estar en estos días… —Hace una pausa y camina hasta estar lo suficientemente cerca de Itachi—… No sabía que hacer, como reaccionar, asimilar nuestra situación. Ahora estoy aquí, contigo. —Termina por decir.

En verdad se siente mal por estar ausente, pero ya no lo volvería a dejar sólo. Itachi traga grueso sintiendo el picor en sus ojos y sin poder detenerlas, sus lágrimas se hacen presente. Alegría, tristeza y otras emociones se mezclan en un instante que le hacen romper. No trata de ocultarlo o detenerle como otras ocasiones, poco después siente como Kakashi le envuelve entre sus brazos formando un abrazo, acción que Itachi no tarda en corresponder. Llora, lo abraza y por fin en esta semana, se siente seguro en los brazos de su esposo.

Una situación nada fácil para ninguno de los dos, pero Kakashi regreso y ahora no se volverá alejar de su lado.

—Lo siento, Itachi. —Vuelve a decir Kakashi, ahora alzando una mano y empezar acaricias los largos cabellos de su esposo.

—Esta bien. —Suspira, cerrando sus ojos y disfrutando ese momento. En verdad lo extraño mucho—. Todo esta bien, estas conmigo ahora.

—Lo estoy. —Se aleja un poco y deposito un corto beso en los labios de Itachi, sintiéndoles salados, pero no les importo. Después fue Itachi quien volvió abrazarlo y susurrándole que se mantuvieran así por un rato, cosa que aceptó.

No volvería alejarse de su lado y afrontarían las cosas juntos.

Continuará…..