TRAICIÓN PLANIFICADA

CAPÍTULO 2: CONOCIÉNDOSE

Nami nunca tuvo una vida fácil: se aventuró a la mar por serios motivos: un tritón llamado Arlong secuestró a su hermana y a más gente de la isla de Cocoyashi. Se los llevó en su barco junto a otros rehenes que arrestó en otras islas. Su destino era una isla muy lejana llamada Erlandia en el Nuevo Mundo. Aquel lugar era conocido por agremiar numerosas Casas de Subastas...

Se juró a sí misma que los sacaría de allí; aunque bien sabía que nunca podría vencer a Arlong y a sus secuaces, aún pues tenía dotes de ladrona. Los salvaría comprándolos con dinero que consiguiese robando.

Asesinó, robó y traicionó a piratas quiénes confiaban en ella; típico cliché que se ajustaba a ella en toda su totalidad. Porque todo valía por liberar a su gente. Ella no era ninguna santa, su pasado le pesaba más que nada pero por su hermana como si ardía Troya entera, que no le importaba.

Pasaron seis meses desde que Arlong le arrancó a Nojiko de su lado.


Kid reposaba en la cama después de haber disfrutado de aquella noche llena de euforia, miraba a la pelirroja que dormía plácidamente, su pelo brillaba y en su piel se reflejaba la luz de la luna que se colaba por la ventana. El capitán al contemplar su belleza recordó que lo único que los unía era la pura conveniencia ya que su relación se basaba en un trato pero cuando llegasen a Erlandia se acabaría todo.


~FLASHBACK

de cómo conocieron a Nami~

La tripulación caminaba tranquilamente, ese día preferían no matar a ningún civil, mantendrían la compostura ya que venían de una isla donde mataron a más de 100 habitantes solo por diversión.

—Maestro, ahora iremos en busca de alguna mujer como ordenaste —comentó Heat.

Kid al fijarse en una taberna se dirigió hacia ella, no antes sin responderles —Confío en que la que me traigáis esté buena y valga la pena.

—No lo dudes.

La noche concluyó después de un largo día de compras y diversión por la ciudad, y todos se encaminaron hacia el barco para partir esa misma noche. Kid se divirtió mucho con las muchachas de la taberna, pero no eran lo suficiente para raptarlas. El pelirrojo buscaba una mujer que aparte de guapetona fuese atrevida, peligrosa, prohibida... Lástima que sus compañeros no encontraran una mujer que cumpliera esos elevados requisitos.


Esa isla no tenía nada de especial para ella, solo veía bosques y montañas a lo lejos, una costa con arena grisácea y cielo nublado. El centro era lo único que tenía de animado, aunque solo viviesen pocas personas en esa diminuta isla, había esperanza de encontrar algún pirata al que robar.

Al acercarse al puerto del sur de la isla, se alegró al ver un barco pirata. Aparentaba ser un navío de piratas peligrosos, debía tener cautela si quería conseguir oro y conservar la vida.

Se infiltró sin ningún problema ya que parecía que los dueños del barco habían salido hacía poco, pues la escalera aún seguía puesta. Antes de poner un pie encima de esa gran embarcación, del interior se asomó un hombre que se le acercó y la noqueó.

—¡Ey, estaba a punto de recoger la escalera y de repente esta mujer quería colarse en el barco! —gritó Heat a todo pulmón desde las escaleras para que Kid lo oyera desde dentro.

—¿Una mujer? Déjamela ver.

El capitán se acercó con celeridad hacia las escaleras para admirar a esa preciosidad de mujer que ahora estaba inconsciente. Era esbelta, su ropa ceñida, su pelo naranja, su olor y sus piernas largas. Todo su cuerpo tocaba la perfección. No lo pensó más, y se la cargó a los hombros para estudiarla mejor en el camarote y en solitario. Dejó a los que estaban en cubierta muertos de la risa mientras recreaban la desdicha que le tocaría vivir a esa mujer.

~Así comenzó la relación entre los dos pelirrojos~