Capítulo 42

La última frontera

Fueron varias horas de vuelo continuo y sin parar, pero finalmente llegaron a ciudad Mayólica, la cual estaba siendo evacuada a toda prisa. Kyurem no parecía estar por allí cerca, por lo que le preguntaron al general Xi que se encontraba guardando la retaguardia en dirección hacia la ruta 16. Se esperaban que les mandara a paseo sin miramientos, sin embargo se mostró bastante comunicativo.

-¡Está en el parque Nexo, parece que estuviera esperando al momento apropiado! ¡Entraría ya mismo a matar, pero aún no me han dado la orden desde el Comité Central, no sé a qué están esperando!

-¡Pues que se esperen un momento, tenemos que entrar ahí!-exclamó Rizzo, al tiempo que entre todos sorteaban las vallas de seguridad y echando a correr.

-¡¿Pero a dónde vais?! ¡Volved aquí inmediatamente, es una orden!

Aun así nada ni nadie paró a los cuatro, los cuales echaron a correr en dirección hacia el parque; les llevó unos cuantos minutos atravesar parte del bosque, pero finalmente se personaron allí y se dirigieron hasta la plaza central. Nada más llegar se encontraron con kyurem justo en la fuente donde estaba la escultura del Nexárbol, ahora destruido, y observando al fondo ciudad Mayólica con gesto expectante. Sin embargo en ese momento Rizzo se adelantó, dirigiéndose a él directamente sin ningún tipo de miramientos.

-¡Kyurem! ¡Ésta vez vengo a derrotarte para siempre!

Al oírle decir eso, el pokémon legendario soltó una risotada y le espetó.

-¿¡Ah, sí?! ¿¡Y con quien, estúpido humano?!

-¡Con él!-exclamó entonces el chico, lanzando la ball y saliendo keldeo de ésta.

Kyurem se quedó de una pieza al ver a keldeo con su nueva forma y parcialmente recuperado de su último encuentro, devolviéndole la mirada severamente y con el rostro encendido. Aun así se dirigió a él con cierta indiferencia.

-Pequeño infeliz. Eres insistente, eso es cierto. Pero también lo soy yo, para tu desgracia. Por mucho que cambies de forma te venceré igualmente.

-Pruébame-murmuró keldeo, sin alterarse.

Kyurem se reprimió por un instante, visiblemente molesto por su aparente calma y espetándole de seguido.

-¿¡Acaso no tuviste suficiente?! ¿¡Necesitas que te de la paliza de tu vida?!

Frente a eso keldeo no dijo nada, manteniendo una serena pero intensa mirada que no hacía más que molestar más y más a kyurem, el cual se preparó entonces para atacar.

Sin embargo, y antes de que pudieran decir o hacer nada más, se oyó un gran un estruendo por encima de sus cabezas y al levantar la mirada pudieron ver la figura de un barco familiar bajando poco a poco hasta alcanzar el suelo.

-¡La fragata plasma!-exclamó el chico, aún sin superar la visión de un barco volador.

Ésta se posó en el suelo tras formar un enorme pedazo de hielo usando los propulsores de su quilla y desde la salida de emergencia de popa surgió un Ghechis colérico, portando su bastón y chillando como un loco mientras se dirigía directamente hacia el pokémon legendario.

-¡Ésta vez no habrá fallos, kyurem! ¡Serás mío de nuevo!

Al verle de nuevo el aludido soltó un cansado respingo, espetándole de seguido.

-¡Sigue soñando, humano!

-¡No escaparás! ¡Con esto me adueñaré de ti!

Tras ese seguro grito alzó su bastón en dirección hacia él al tiempo que oprimía un botón situado en una de las asas, quedándose en esa pose por unos segundos con la cara desencajada y mirada de lunático.

Los segundos posteriores pasaron sin pena ni gloria, si se suponía que algo debía de haber pasado al final se debió quedar con las ganas, puesto que absolutamente nada sucedió. Ghechis se quedó con cara de circunstancia, sosteniendo su bastón en alto y sin decir nada al respecto, visiblemente cortado. Kyurem aprovechó para comentar al respecto.

-¡Bravo, humano, si lo que querías era hacer el ridículo lo has conseguido!

-Pero, pero… ¡Acromo!-rugió Ghechis, con los ojos inyectados en sangre.

En ese justo momento el aludido apareció, asomándose desde la barandilla de babor junto con Nanci, inquiriendo en ese momento.

-¿Llamabas, Ghechis?

-¡¿Qué mierda es esta?! ¡Me dijiste que con este dispositivo de ondas implementado en mi bastón volvería a controlar a kyurem!

-Teóricamente esas ondas a baja frecuencia serían capaces de dejar inmovilizado a cualquier pokémon atacando al nervio occipital del cerebro, yo tan solo lo modifiqué un poco para hacerlo algo más potente. Pero si eso no funciona, me temo que ya nada funcionará-anunció Acromo, sin ni siquiera inmutarse.

El líder del equipo Plasma le miró como si no hubiese entendido bien, matándole con la mirada y espetándole de seguido.

-Tú… miserable rata de laboratorio, no sirves para nada…

-Se acabó, Ghechis, no pienso jugar más a tu juego, yo ya te he hecho el favor y no te debo nada más. Esto se ha acabado-le espetó el científico, mirándole fijamente con gesto duro e inflexible.

-¡Oh, ya lo creo que se ha acabado, pero acabará tal y como yo lo planeé originalmente! ¡Nada importa, mientras tenga a kyurem nada me detendrá!-chilló Ghechis en ese momento.

-¿¡Acaso crees que me tendrás, maldito iluso!? ¡Aparta, necio, mientras machaco a este pobre infeliz por tercera vez!-le espetó el dragón legendario, pasando al ataque directamente.

-¡Atento!-indicó Rizzo.

Kyurem comenzó con un dragoaliento que keldeo desvió sin problemas y con una asombrosa velocidad y fuerza mejoradas; acto seguido, el dragón fusionado se lanzó en un rayo fusión contra él.

-¡Espada santa!

El nuevo cuerno de keldeo brilló intensamente, aunque no tanto como con sable místico, y lo echó hacia delante; usando solo la punta, paró de golpe a kyurem con una fuerza mucho más mayor que antes, dejándole con las ganas de golpearle y obligándole a echarse hacia atrás para no quedarse expuesto.

-¡No te pares, continúa!

Acto seguido se acercó a él blandiendo el cuerno, pero kyurem se movió deprisa también y le detuvo con su enorme puño negro; a eso keldeo se alejó de él enseguida, lo que aprovechó kyurem para atacarle con cometa draco pasando por un momento a su forma blanca. Varios meteoritos se precipitaron sobre él, pero Rizzo indicó.

-¡Esquívalos!

En ese momento keldeo soltó agua por sus pezuñas y las usó como propulsores, moviéndose deprisa y esquivando todos los proyectiles con gracia y elegancia mientras se impulsaba hacia arriba; una vez que llegó hasta lo más alto kyurem le atacó con psíquico, atrapándole por un instante y envolviéndole en un aura brillante.

-¡Aguanta ahí y onda certera!

Keldeo aguantó el daño como un jabato y soltó una rápida esfera rojiza que llegó a golpear a kyurem en la cara, desconcentrándole por un momento y obligándole a soltarle.

-¡Ahora, espada santa!

Desde el aire keldeo se lanzó en picado con su cuerno brillando, kyurem lo vio venir y alzó sus garras para golpearle con garra dragón; los dos se encontraron produciendo un gran chasquido, pero keldeo giró un poco la cabeza y consiguió golpearle de refilón en los brazos. Aterrizó en el suelo sin apenas rasguños, cosa que no se podía decir de kyurem, que notó ese golpe en sus carnes.

El dragón fusionado contraatacó con un potente rayo, pero mediante otra espada santa keldeo mantuvo la corriente a raya y, de un solo movimiento de su cabeza, la disolvió en el aire. Kyurem le miró anonadado, sin poder comprender por qué no podía alcanzarle, y optando por ir sobre seguro alzando el vuelo para atacar a distancia. Desde el aire comenzó a formar un rayo gélido que no tardó más en lanzar, rasgando el aire en dirección hacia él.

-¡Intercéptalo con onda certera y dala impulso!-indicó entonces Rizzo.

Keldeo formó primero la onda rojiza y luego la soltó, dándola un impulso adicional inmediatamente después con una rápida espada santa, haciendo frente de esta manera a un rayo gélido que estaba por alcanzarle. Lo detuvo por unos cuantos segundos antes de explotar a lo bestia, quedando ese intento de ataque en nada. Kyurem estaba patidifuso, había conseguido bloquearle con suma facilidad, pero eso no le paró, optando entonces por el combate cuerpo a cuerpo acercándose a él preparando una garra umbría en cada pata.

-¡Espada santa!

Kyurem golpeaba sin orden ni concierto en un basto intento por alcanzarle, por lo que le fue sencillo moverse para parar cada estacazo que intentaba asestarle; fue como un gran duelo de espadas, ambos filos chascaban a cada vez saltando chispas en el proceso, mirándose fijamente. Tras eso le pilló desprevenido cuando se detuvo por un instante y le asestó dos golpes, uno en cada garra. Kyurem dejó escapar un grito de dolor y se apartó de él, cambiando a su forma blanca y atacando con un potente lanzallamas.

-¡Hidrobomba!

La columna de agua hizo frente al lanzallamas con facilidad, el cual lo fue arrastrando hasta impactar en la boca de kyurem, el cual escupió asqueado y lanzó ésta vez un pulso dragón.

-¡Arrástralo con viento hielo!

Un fuerte viento helado hizo frente al pulso dragón, el cual fue arrastrado por la fuerza y la influencia del frío, dando la vuelta y volviendo con kyurem golpeándole duramente en el pecho. El pokémon fusionado aumentó su furia un poco más y siguió atacando, esta vez con una llama fusión.

-¡Escúdate!-indicó Rizzo en ese momento.

Mediante un rápido rayo burbuja, y repitiendo la misma estrategia que en el gimnasio de ciudad Caolín, keldeo creó un escudo de burbujas que le protegió de las llamas y evitó que le llegara a alcanzar. Hasta ahora kyurem apenas había conseguido tocar a keldeo, cosa que no se podía decir de él; en ese momento volvió a alzarse en el aire y comenzó a cargar esa vez una llama gélida.

-¡Ahí viene, prepárate!

El gran cuerpo del dragón legendario brilló como un enorme copo de nieve y varias llamaradas heladas se dirigieron hacia él.

-¡Ahora, repélelo!

Justo entonces keldeo saltó al tiempo que se impulsaba hacia abajo y comenzó a girar sobre si mismo al tiempo que soltaba agua de sus pezuñas; el resultado fueron una serie de ondas de agua giratorias que le rodearon y sirvieron de escudo. Acabaron congeladas, pero gracias a ellas ninguna sola llama gélida llegó a tocarle un solo pelo.

-¡Acua cola!

Antes de que kyurem pudiera comprender cómo lo había hecho, latigó su cola y una fuerte onda de agua se llevó por delante los trozos de hielo, impactando sobre el dragón legendario y echándolo hacia atrás. Cada vez más y más ofuscado, kyurem musitó.

-¡No es posible! ¡No es posible que haya alguien más fuerte que yo! ¡Te derrotaré!

Quiso lanzarse hacia delante con garra umbría, pero debido a los golpes anteriores que keldeo le asestó, cuando quiso sacar sus garras le sobrevino un dolor intenso en éstas y no pudo atacar, quedándose así a su alcance.

-¡Espada santa!

Keldeo le propinó otros dos golpes ésta vez en las patas, impidiéndole moverse; sintiéndose acorralado kyurem le atacó con un dragoaliento, pero con acua cola pudo desviarlo hacia un lado fácilmente. Luego lo volvió a intentar con un rápido pulso dragón, pero una onda certera lo interceptó a tiempo y el intento fue fallido. Fue entonces cuando keldeo lo tuvo a tiro y le miró fijamente a los ojos antes de volver a atacar.

-¡Ahora, sable místico!-indicó entonces Rizzo.

El cuerno del pokémon singular brilló en un aura dorada intensa y el filo se tornó en una forma curva muy bien definida; al ver esto kyurem quiso moverse, pero no pudo debido a sus heridas, y en ese momento tan crítico se le olvidó volar. Keldeo se lanzó al segundo siguiente y le asestó un fortísimo estacazo con todas sus fuerzas justo en el centro del pecho. Abriendo los ojos de par en par debido al intenso dolor, kyurem se vio lanzado hacia arriba por una fuerza descomunal y en ese momento notó como el dolor de la herida se extendía por todo su cuerpo. No pudo evitarlo. Le había golpeado en el lugar justo y ahora no podía contenerlos más, notando como su poder descendía de golpe y dejando escapar todo lo que sentía en un prolongado aullido hasta que se dejó caer, derrotado; su cuerpo centelleó y de la herida salieron dos orbes, uno claro y otro oscuro, que salieron disparados en dirección hacia sus dueños.

-¡Reshiram!-exclamó Lucho, cogiéndolo al vuelo.

-¡Zekrom!-hizo lo propio N, imitándole.

Ambos transmitieron sus sentimientos a los orbes y de un fogonazo y un chisporroteo resurgieron los dos dragones de nuevo; kyurem chocó duramente contra el suelo y no se movió de ahí. Keldeo recogió su sable místico y miró a su enemigo, tirado en el suelo. Tras eso se dio la vuelta y miró a Rizzo, el cual le miraba orgulloso y lleno de alegría.

-Lo conseguimos… lo hicimos, hemos ganado...

-Sí, ahora sí.

-¡Lo hicimos!

Ambos se abrazaron, festejando la impresionante victoria, digna de un héroe. Tanto Lucho como N también abrazaron a sus respectivos legendarios, felices de volver a verse, y Liza suspiró aliviada sabiendo que ya no necesitarían a victini en caso de emergencia.

Sin embargo en ese momento un grito de maníaco se extendió por todo el parque Nexo; todos reaccionaron y vieron a un Ghechis al borde del colapso, con la cara desencajada y fusilando a todos con la mirada al tiempo que chillaba como un descosido.

-¡No, no, no! ¡Noooooooo!


Se viene doblete, seguid leyendo.