El Ascenso de un Científico Loco
¡Descubriré cómo Funciona el Mundo!
La Nueva Docencia
"¡¿Por qué no me estas dando clases, Ferdinand?!"
La hermana menor de Rozemyne acababa de aparecer frente a mí.
La mocosa sonrío cuando logró arrancarme un grito. No la escuche ni la vi llegar, sin embargo, su sonrisa solo permaneció unos instantes en sus labios antes de volver a dedicarme una mirada molesta.
"Porque tu maestra me lo pidió."
La profesora Heidi era la encargada del grupo de tercero solo porque no sabía cómo controlar a Rozemyne. Mi novia, por supuesto, terminó las clases a la primera durante el primer día, a pesar de esto, la profesora no podía lidiar con ella sin casi subir la altísima escalera debido a lo… particular que Rozemyne era, por lo que me pidió intercambiáramos grupos.
Vi a Bernadette apretar los labios y fruncir el entrecejo cómo si estuviera decidiendo si creerme o no. La dejé tranquila mientras me encargaba de terminar de limpiar mi salón de clases.
Cuando guardé todo en las cajas, me recargué en mi escritorio. Bernadette se sentó en uno de los escritorios, enfurruñada y con los brazos cruzados.
Era tan raro encontrarme con ella de frente que no pude evitar estudiarla unos momentos.
La hija mayor de mi tía Irulmide llevaba el cabello purpura azulado, más oscuro que el de sus hermanos, atado en una coleta alta. Su rostro mantenía una presencia infantil que no desaparecería si la joven se parecía en algo a su madre además de en el color de ojos, que eran tan rojos que la confundiría con un vampiro si eso existiera en este país.
Sinceramente, Bernadette tenía el tipo de personalidad que te hacia olvidar su existencia. Por supuesto, esto no se debía a que fuese tímida en absoluto, sino más bien al hecho de que era una cazadora. Observando, mimetizándose con sus alrededores para estudiar el entorno antes de actuar.
No era llamativa en absoluto, aunque antes me di cuenta de que era un esfuerzo consciente para ella no serlo. Todo su atuendo, desde su peinado hasta sus zapatos estaban confeccionados para pasar desapercibida, porque esa niña podía ser tan llamativa como sus hermanas mayores si lo deseaba. Por otro lado, su mirada era tan penetrante que era imposible no sentirla, lo que de hecho decía mucho de su habilidad para pasar desapercibida.
"¿Piensas quedarte así todo el almuerzo o vas a hablar?" pregunté cuando me cansé de su silencio. "También soy maestro de giros de dedicación, ¿sabes?"
"¡Estoy pensando! Pretendía acercarme a ti en secreto después de las clases, pero me vi obligada a venir a buscarte. Estoy analizando mi tablero."
Entonces al fin relajó su postura al tiempo que soltaba un suspiro cansado.
"Necesito tu ayuda, Ferdinand. Este año comenzaré los cursos especializados y, gracias al precedente que tú, la prima Brunhilde y mi hermana la princesa Rozemyne marcaron, estoy obligada a cursar erudición y caballería además del curso de candidatos… aunque ya pensaba cursar caballería, necesito ayuda con erudición."
"No necesitas cursar erudición si no quieres…"
"¡JA! Como si pudiera no hacerlo ahora que la hermana fue reclamada como princesa." La chica frente a mí me miraba con tal intensidad que me estaba poniendo incómodo. "Si no se la hubiesen llevado, sería libre de solo cursar lo que quiero, pero sin ella en el dormitorio como la princesa mayor de Eisenreich, la atención caerá sobre mí."
Era verdad que Rozemyne era tan llamativa que solía robar la atención. Según Bernadette, su plan original era hacerse de una reputación impecable como caballero y estratega, de modo que, para cuando Rozemyne se graduara, nadie la criticara o señalara como inferior. La chica mostraría sus fortalezas y habilidades. Demostraría su creatividad para diseñar y guiar eruditos en la fabricación de herramientas mágicas para ditter de modo que no fuera necesario que ella misma fuese una erudita.
"…pero ahora, no tengo oportunidad de llevarlo a cabo."
"Rozemyne y yo estábamos compitiendo por Aub, en cuanto a Brunhilde, ella solo quería controlar al cerebro de musculo con quien se iba a comprometer. Sin embargo, tú deseas ser comandante de la orden…"
"Para ser alguien tan listo eres de verdad estúpido, Ferdinand..." murmuró un poco atónita antes de comenzar a explicarme. "La prima es ahora la próxima primera dama del primer ducado. Tú eres profesor y mi hermana fue adoptada como princesa real. Incluso el hermano mayor lo entiende y comenzó a cursar erudición y caballería en la temporada baja. En cambio, la hermana Georgine y la hermana Constance tomaron optativas de erudición, como lo hizo mi madrastra Verónica. Mi madre curso asistencia y caballería."
La joven frente a mí guardó silencio por unos momentos, dejándome procesar la información. La forma en que lo estaba presentando hacia parecer que aquellos que permanecerían en el ducado tomarían tres cursos y aquellos que se irían, una o dos.
"No estoy interesada en gobernar, Ferdinand, no quiero el puesto de Aub, pero tampoco quiero humillar al ducado. Solo quiero enorgullecer a mi padre y a mi hermana…"
Sus ojos se humedecieron un poco y su voz se cortó. La dejé que se tomara su tiempo para recomponerse y continuar.
"…quiero ver esa sonrisa sincera qué me dedicó cuando dieciocho dioses me dieron su bendición, pero… yo no soy un bebé que llore y suplique por su ayuda. ¡Quiero sorprenderla! Por eso, quiero tu ayuda. Estoy dispuesta a ofrecer algo a cambio, aunque en realidad no sé qué puede ser… esperaba hablar contigo antes. Llegar a un acuerdo… pero no volviste a Eisenreich. Esperaba hablar contigo el primer día de clases. Pedirte ayuda usando el Blatand durante la clase para aprovechar el tiempo, pero eso también está fuera de mi alcance ahora."
Lo pensé un momento, analizando las palabas que acababa de darme y notando de pronto algo…
"Bernadette, ¿eres omnielemental?", no dijo nada, solo sonrío en respuesta. "En tu bautizo se dijo que tenías la protección divina de cinco dioses. ¿Cómo…?"
"No solo yo, Fabrizio y el hermano mayor también lo son. ¿No te habías dado cuenta de lo fácil que me resultan los giros pese a que casi no practico?"
No, la verdad no lo había notado. Pero era cierto que Bernadette siempre aprobó a la primera.
"Soy una doncella del templo desde que tengo nueve, ¿en verdad no lo notaste?" preguntó incrédula y yo negué. "¡Por los dioses…! era cierto que solo tienes ojos para Rozemyne… ¡estúpido Ewigeliebe!", soltó exasperada y yo sentí como mis orejas se calentaban.
Bernadette siguió hablando. Me explicó que el año anterior a matricularse, Rozemyne los llevó al templo a ella y a su hermano menor. Les regaló amuletos y les enseñó a dedicar maná a los dioses para recibir su bendición.
"Ese año en el otoño, antes del torneo de caza hice mi primera ceremonia de obtención de bendiciones y obtuve oscuridad con Verbergen y vida con Willkürspab y Schlaftraum."
Bernadette continúo explicando como desde su primer año y hasta ahora siempre se mantuvo en un nivel que no la hiciese destacar, sin embargo, no era que ella fuera mediocre o promedio en absoluto. Aprobó sus exámenes a la primera y terminó sus lecciones prácticas con eficiencia, pero después desapareció. Reaparecía a tiempo para socializar con algunos estudiantes de los ducados aliados y participar en el torneo interducados.
Pero ahora, como la princesa mayor, no podría seguir haciéndolo. Por la forma en que se movía y lo difícil que me era percibirla resultó evidente que Rozemyne la educó. Considerando el tiempo que mi novia se mantuvo al margen para no destacar demasiado, era impresionante el nivel que la joven frente a mí alcanzó en tan poco tiempo.
Lo pensé un momento. La niña tardaría dos clases más en terminar el curso de candidatos e inmediatamente iniciaría caballería. Solo debía presentar los exámenes de erudición, así que podría concentrarme en enseñarle lo necesario para cada examen entre el momento en que se programaba y tenía que realizarlo.
"Muy bien, te ayudaré. En cuanto a qué necesito a cambio… serás mi enlace con tu hermana Constance."
"¿Qué quieres con la hermana Constance?"
Sonreí, Bernadette no necesitaba saberlo. No aún.
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Debido a mi conversación con Bernadette, me vi obligado a saltarme el almuerzo. Justus no estaba feliz cuando le llamé por el Blatanth para pedirle que indicara a Hugo que guardara mi comida en un bento y me preparara algunos sándwiches. En esta vida estaba demasiado acostumbrado a comer en tiempo y forma, así que no estaba seguro de poder soportar hasta la noche.
Por supuesto, mi hermano no estuvo feliz de que me saltara el almuerzo, pero cuando le dije que Bernadette me abordó después de clase, ya no pudo decirme nada.
"Profesor Ferdinand, ¿también es maestro de giros?", preguntó Rozemyne con fingida inocencia, acercándose a mi apenas entró en el salón.
"Por supuesto, princesa Rozemyne."
Mi novia sonrió e intercambiamos palabras ligeras en lo que esperábamos que la clase iniciara.
Como profesor, mi estatus estaba sobre todos los alumnos, incluso sobre los hijos reales, lo cual brindaba a Rozemyne de un escudo social contra su molesto hermano mayor…
'Después de mi adopción, él será mi hermano menor… ¡Qué horror!'
Un brillo curioso apareció en los ojos de Rozemyne, como si hubiese sentido mi malestar repentino o en realidad como si lo hubiese leído en mi rostro.
Desde que decidí asumir zent, Justus se encargó de pulir mi control facial. Me hizo practicar horas frente a un espejo. Laurenz también me ayudó. En su familia tenían técnicas bastante extremas e incivilizadas que rozaban en tortura, pero ayudaban a mejorar con rapidez, lo que de hecho me rebeló la razón de que Laurenz no hubiera sido arrestado aún en la orden. Mi hermano era un genio ocultando sus verdaderas intenciones y pensamientos cuando quería.
"¡Casi morí cuando tenía ocho!" me contó cuando me ofreció ayudarme la primera vez. "Ni siquiera me bautizaron, aun así, me educaron como asistente, tal vez pensaron en bautizarme si mi maná aumentaba, no lo se. Al final me dejaron en el templo porque mi maná era muy bajo para un archinoble. Fue lo mejor que pudieron hacer por mí."
Mi hermano no hablaba mucho sobre su familia biológica, pero mientras me enseñaba me conto un poco, no sabía si les tenía rencor o no, pero en ese momento agradecí de algún modo que lo educaran al menos en eso.
Estaba seguro de haberme pulido hasta ser capaz de ocultar lo que sentía o pensaba, incluso de los mayores, algo que era muy necesario, sin embargo, que mi novia pudiese ver a través de mí me impresionó.
Con el resto de los profesores entrando en el aula detuvimos nuestra conversación. Ella fue a su lugar entre los estudiantes de su grado y yo tuve que tomar mi papel como profesor.
Christine saludó a los alumnos y comenzó a dar las indicaciones. Los alumnos de primero pasarían la mitad de la clase estudiando mientras los mayores demostraban cuanto mejoraron desde la primavera hasta el otoño.
"El profesor Ferdinand, aquí presente, interpretó al dios oscuro en su graduación el invierno pasado. Creo que sería muy útil si hace una demostración." Alabó la rubia, señalándome. "Por supuesto, giraré a su lado en esta demostración para que los estudiantes puedan observar las dif…"
Christine se interrumpió y de sus labios escapó un pequeño quejido más similar a un gemido que a otra cosa.
La vi respirar un par de veces antes de que otro quejido escapara de sus labios y murmurara un "creo que no podré", antes de llamar a una asistente. La profesora Primevere se acercó entonces e intercambiaron algunas palabras bajo una herramienta antiescucha.
"Oh… bueno, princesa Rozemyne, ¿podría ayudarnos con esta demostración junto al profesor Ferdinand?" solicitó la profesora Primevere con un tono que no dejaba lugar a negativas "El resto de nosotros necesita salir por algunos momentos así que, por favor, muestren un ejemplo para el resto de los alumnos en lo que regresamos."
Primevere estaba hablando tan rápido que me costó un poco entenderla, sin embargo, por su tono y urgencia, algo estaba pasando.
"Sería un honor para mí ayudar." Sonrió mi novia llegando a mi lado.
No era común que un candidato a archiduque supiese leer los labios, pero Rozemyne sabia, por lo que pudo enterarse de la situación aun si nadie le decía. Tendría que preguntarle después.
No me tomó por sorpresa la demostración porque Christine y yo practicamos antes para esto. Galtero estaba girando como Dios Oscuro solo porque era un príncipe y era costumbre que la familia real tuviese ese puesto. Si el difunto Sigiswald siguiera con vida, la probabilidad de que yo hubiese tenido ese rol era en verdad baja, por no decir nula. De cualquier modo, Galtero no era muy hábil por lo que sería un mal ejemplo para los nuevos estudiantes.
Rozemyne sonrió y se colocó a mi lado antes de comenzar la pequeña demostración.
Cuando toda ella comenzó a brillar y el maná a salir de su anillo, casi pierdo la concentración. La cantidad era la misma que el año pasado, pero esta vez fue deliberado, estaba seguro.
Los profesores volvieron cuando el grupo de sexto se preparaba para girar. Agradecieron a Rozemyne por su ayuda y la acreditaron. No es como si alguno pudiese protestar porque ni siquiera la habían visto girar, el hecho de que la usaran como ejemplo justificaba la calificación aprobatoria.
Galtero fue decepcionante. Lavinia era mucho mejor que él, lo cual era malo, pero no se podía hacer nada.
"Por esto no quería el papel…" la escuché mascullar mientras volvía a su lugar.
El grupo de quinto fue mejor. Anastasio y mi hermana hacían una buena pareja. Los giros fueron exactos y la posiciones en las manos impecables. Estaba asombrado.
Sin Rozemyne junto a sus compañeros, fue más fácil identificar a los mejores.
Cuando los estudiantes de tercero se acomodaron en su lugar, mis ojos cayeron de inmediato en Bernadette. Su cabello en un semi recogido de dos moños que se enrollaban y me recordaban un poco a las orejas de oso. Un listón blanco atado en un moño ligero a cada lado y pequeñas flores tejidas del mismo color. Su vestido verde lucia elegante, con adornos y telas transparentes para complementar.
Estaba impresionado por la habilidad de sus estudiantes para arreglarla tan rápido. Parecía mentira que la chica que habló conmigo y la que ahora estaba frente a mí fueran la misma.
Sus giros fueron impecables. No tenían la precisión o elegancia que tenían los giros de Rozemyne, pero no estaba tan lejos de alcanzarla.
No hubo una bendición por su parte, pero no fue necesaria para robarse la atención.
Sinceramente no hubo nadie destacable en el grupo de segundo, sin embargo, cuando fue el turno de primero me quedé sin palabras.
Fabrizio, el menor de los hijos de mi tío de cabello blanco y ojos rojos cómo los de su madre, aunque se parecía mucho a Sylvester; sus movimientos no eran delicados en absoluto. Eran firmes. Confiados. Elegantes en un modo diferente al de sus hermanas mayores. Mientras lo veía girar no pude evitar pensar que él luciría muy bien guiando la danza ditter o haciendo la danza de las espadas. Sabía que ese niño prefería el trabajo académico, como su padre, pero en ese momento también recordé que la tía Irulmide nació como una princesa Dunkelfelger. Algo que, de hecho, aprendí un par de temporadas atrás.
Cuando la clase finalizó, Rozemyne pidió un momento conmigo y sus hermanos menores. No era la norma, aun así, Bernadette y Fabrizio la siguieron a su villa/edificio de candidatos. Se preparó té y ella despejó la habitación.
Según parecía, Christine estuvo un poco enferma, pero nadie se percató que tenía la carga de Gedulh, ni ella misma. A diferencia de su primer embarazo, donde presentó síntomas y su cuerpo cambio un poco, este no tuvo grandes síntomas.
"Se percataron solo a finales del verano, sin embargo, tal parece que mi Christine estuvo con la carga desde la primavera. Es probable que los aborden cuando ella no regrese a la academia… padre seguramente les informará y yo… bueno…"
"La mantendremos informada, hermana mayor." Prometió Bernadette con una sonrisa amable. "Christine parecía muy perturbada. Supongo que debido a que la tomó por sorpresa."
"Imagino que está preocupada por primavera y casi todo el verano sin cuidar a su bebe… debe ser difícil."
Conversamos un poco más y ambos niños prometieron informarnos y mantenernos actualizados.
Cuando se fueron, atraje a mi novia en un abrazo para calmarla antes de que los asistentes entraran a limpiar, sentándola en mi regazo y acariciándola con maná. Esa noche durmió entre mis brazos por primera vez desde el otoño, aunque fue un poco incómodo dormir sobre mi tumbona. Ella estaba tan preocupada que no pude negarme a su petición.
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"¿No es un problema cambiar tu atuendo para venir?", le pregunté a Bernadette, quien lucía una apariencia sencilla a diferencia de como salió en la mañana. Estábamos en la biblioteca subterránea. Sus estudiantes se encontraban afuera de la barrera. Podía ver algo que parecía un vestido y elementos para peinarla y arreglar su apariencia.
Como pensé, tardó tres días en terminar las clases, que fue el tiempo establecido por Brunhilde para una persona 'normal.'
"No tengo alternativa. Si no lo hago así alguien comenzará a sospechar. No quiero ordonnaz maliciosos dirigidos ni a mí, ni a ti." Suspiró con frustración.
La biblioteca subterránea era el único lugar donde podíamos encontrarnos en secreto, como quería. Por desgracia ella tenía razón en el hecho de que, si no tuviéramos cuidado, la gente podría malpensar nuestras reuniones. Como profesor, de hecho, no era extraño o sospechoso que viniera a diario durante el almuerzo, sin embargo, ella era una estudiante.
"Entonces tu primer examen es recopilación de información. Comencemos."
Bernadette era una estudiante muy dedicada y era fácil enseñarle. Seguí asesorándola y enseñándole hasta que uno de los shumil se acercó. Uno de sus estudiantes debió solicitarlo.
La vi suspirar con frustración. Yo también me sentía frustrado. El tiempo que tardaban en arreglarla era tiempo que podíamos invertir en sus estudios.
Esa noche, después de la cena, entré en mi habitación oculta.
Rozemyne me confió lo necesario para replicar el amuleto de bloqueo cognitivo que usaba y también me dio el circulo de Verbergen para crear un nuevo amuleto para ella.
Iba sobre su broche de modo que nadie se lo quitara. La idea era que lo presentara como una nueva tendencia, un anillo con algunas flores y hojas, así como un pequeño shumil. Iba sobre su broche de modo que nadie se lo quitara. La idea era que lo presentara como una nueva tendencia. Las flores y los ojos del shumil eran de una piedra fey con todos los colores del arcoíris, así fue más sencillo disimular quien lo fabricó.
Al igual que las joyas de cortejo que hice antes, el material base era harbenita, la cual pasaba por plata debido al color.
Rozemyne lo estaría usando como parte de su debut. Ella ya tenía un diseño listo, yo solo lo perfeccioné para ella. Del mismo modo tenía uno preparado para sus hermanas, Eglantine y Bernadette, así como para Lady Clotilda, la hermana menor de Lord Werdekraft que acababa de matricularse este invierno.
El de Bernadette y Eglantine tenían un león, la bestia heráldica del ducado, en tanto el de la joven Dunkelfelger ostentaba un águila. Por supuesto, los tres que estaría regalando fueron fabricados por un platero, quien los entregó hasta ahora.
Ya que lo estaba manejando como un secreto debido a la segunda dama del rey, fui yo el responsable de recibirlos. Con esto evitamos que fueran robados o el diseño se filtrara.
Me aproveché de que tenía el de Bernadette y preparé un pequeño regalo para la mocosa. Un amuleto de Verbergen. Sabía que no sería mal utilizado por ella y dárselo no solo nos garantizaría confidencialidad, también nos daría más tiempo, además que aumentaba el tamaño de su deuda.
Estaba renunciando a un estudio para aumentar no solo la popularidad de Bernadette si no también el ranking de Hauchletzte como un favor para Constance, todo para asegurar mis fichas. Sería adoptado por la tercera reina, Clementina de Hauchletze, aunque estaba muy seguro de que podría aumentar su estatus de tercera a segunda dama con un poco de esfuerzo.
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Para cuando el primer mes de invierno terminó, los hermanos menores de Rozemyne ya se habían hecho de una reputación. Fabrizio tuvo varios juegos amistosos con Dunkelfelger y se hizo amigo de algunos Drewanchel con ayuda de Lavinia.
Bernadette, por otro lado, se las arregló para seguir ganando los partidos de ditter en los que se vio involucrada. La joven también podía formar la lanza de Leidenshaft. Los pilares azules ya eran una cotidianidad, aunque sus bendiciones eran menos impresionantes que las de mi novia.
Bernadette se volvió mi enlace con Constance, quien estaba en serio complacida y dispuesta a ayudar ya que los estudiantes de Hauchletzte estaban más motivados. Mis compañeros profesores se mostraron impresionados cuando los estudiantes de este ducado comenzaron a subir sus calificaciones y a aumentar su desempeño.
Esto por supuesto me costó renunciar a algunas investigaciones y obsequiar algunas estrategias de ditter que no estaba dispuesto a usar en la práctica, aunque en la teoría eran bastante efectivas. El riesgo era muy alto. Al menos para mí.
Me había reunido con la tercera reina algunas veces desde que mi adopción se volvió un hecho, todo para conocerla. En ese tiempo descubrí que la mujer tenía otra hija, una pequeña de seis años que tendría su bautizo el siguiente otoño. Su hija mayor fue asesorada por Eglantine en Harspiel de modo que la joven fue excelente, sin embargo, su segunda hija tendría su debut dos temporadas después de su bautizo. No es que su hija fuera mala, pero era pequeña para su edad y debido al tiempo entre su bautizo y debut, se esperaba que la cuarta princesa fuese mejor que su hermana mayor, por lo cual mi futura madre adoptiva estaba un poco preocupada.
Debido a esto me ofrecí para ayudarla a que su desempeño fuera impecable.
La tercera reina, por supuesto, me investigó. Era sabido que mi habilidad como músico era equivalente a un profesional, así que aceptó gustosa. Comenzaría a reunirme con mi nueva hermanita a partir del inicio de la primavera para guiarla y educarla.
Aproveché estas reuniones con mi futura madre para permitir que descubriera que guié a Bernadette para trabajar con su ducado natal.
Ella estuvo complacida, por supuesto, su nuevo hijo estaba ayudando a su ducado incluso antes de que fuese parte de su familia, de modo que me ayudó a mantener mis proyectos con Hauchletzte en secreto.
"Oh, Ferdinand, que bueno que te encuentro aquí." Me saludó el rey cuando me estaba despidiendo durante una de estas reuniones.
"Majestad."
"No necesitas ser tan formal", me sonrío.
Algo que noté recién fue el cambio en el rey. Lucia más real, por decirlo de algún modo.
Supongo que el hecho de que su hija adoptiva fuese tan excelente lo impulsó a mejorar. Sonreí en respuesta, recordando que mi novia tenía esa influencia en las personas. En realidad, fue su presencia y el deseo de Sylvester de ser un hermano mayor respetable para su hermanita lo que lo llevó a desear convertirse en archiduque.
El tío Adelbert me confió que estuvo muy aliviado cuando Sylvester volvió de su segundo año y de pronto declaró su intención de convertirse en el heredero. Hasta ese momento, pensó que sería uno de sus primos menores o sobrinos quien lo relevaría cuando fuera el momento, solo porque ninguno de sus hijos estaba interesado en el puesto.
"¿Hay algo que pueda hacer por usted, futuro padre adoptivo?" pregunté, logrando que riera.
"No, solo me ahorraste enviar una carta formal. Rozemyne ahora está ocupada preparando todo para su próxima ausencia por lo que no lo había anunciado antes, pero una vez que termine el ritual de dedicación en el templo realizaremos una combinación de colores entre ustedes…"
Dejé de escuchar después de eso. Enterré el pánico en mi interior y solo sonreí a sus palabras.
Estábamos jodidos.
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Conforme la temporada social se acercaba, el pánico comenzó a crecer en mi interior sin que pudiese controlarlo. Seria adoptado de manera oficial durante la Conferencia de Archiduques debido a mis logros y mi nuevo puesto como maestro soberano. Extraoficialmente era para asegurar un conyugue para Rozemyne, quien sería declarada heredera en caso de que Galtero no lograra alcanzarla por lo menos en maná antes de su graduación, lo cual parecía imposible.
Después de nuestro enlace mi novia asumiría zent y adoptaríamos a un hijo del principito para educarlo como heredero. Aunque mi agenda política y la de la familia real no estaban alineadas, me aprovecharía de los parámetros que me servían, sin embargo…
El rey estaba organizando una combinación de colores entre ambos. La idea era demostrar que éramos compatibles, debido a esto toda mi familia estaría presente, toda la familia real estaría presente, pero…
Rozemyne y yo teníamos el mismo color.
"¿Por qué te vez tan enfermo, Ferdinand?"
"La combinación de colores será cuando regreses de la ceremonia de dedicación, antes de que te reintegres en la socialización. ¿Por qué tú no estás preocupada?", pregunté incrédulo mientras la sentía deslizarse sobre mi regazo, apretándola tan fuerte como pude sin hacerle daño. Escondiendo mi rostro en el hueco de su cuello para respirar su aroma y calmarme. Estaba demasiado frustrado por mi propia impotencia en el asunto.
"Ni siquiera los dioses pueden diferenciarnos." Suspiré con pesar. Galtero y la reina Ralfreida estarían sobre nosotros apenas darse cuenta. Quizás me acusarían de abuso de algún tipo y exigirían mi medalla de bautizo o que se me pusiera en alguna Torre Blanca como mínimo por el pecado de robarme la virtud de una princesa real.
"No, Airvermeen no pudo", recordó, "pero no creo que tengamos problemas."
Sus manos se pasearon sobre mi trenza, deshaciéndola. Pensé en detenerla, pero como ya estaba por irme a dormir en verdad no importaba. Cuando comenzó a usar maná para tranquilizarme, la detuve.
"Justus y Margareth nos dijeron que dejáramos de hacer esto. También nos sugirieron dejar de usar los peluches de maná…"
"No creo que tengamos el mismo exacto color Ferdinand." Dijo ella de pronto interrumpiéndome.
"¿De qué hablas?"
"¿Los dioses no pueden identificarnos, pero podemos sentirnos? Si tuviésemos el mismo color no podría sentirte."
"Explica."
Rozemyne suspiró, levantándose de mi regazo para sentarse en la tumbona que estaba instalada en mi habitación oculta.
"Ferdinand, te amo. Por lo que de verdad no estaba preocupada por esto antes, sin embargo, siempre pensé que no te sentiría una vez que despertara mi detección de maná. Debido a esto, diseñé algo para poder comprobar si nuestros niveles de maná eran similares." Explicó colocando sobre la mesa una herramienta mágica que se asemejaba mucho a una balanza. "Cada uno teñiría la feystone y la balanza nos indicaría quien tenía más maná. Al final no fue necesario."
La vi colocar su mano sobre la herramienta y comenzar a teñir su lado. La imité. La balanza se tambaleó un poco y, cuando se estabilizó, estaba apenas inclinada hacia mi novia.
"Extraño. Creía que la diferencia era mayor…" murmuró antes de mirarme. "Si tuviéramos el mismo color, no podría sentirte en absoluto. Tampoco sentiría esta atracción que viene con el poder sentirte. Gutrisheit."
Rozemyne convocó su sabiduría y sentí como mi ceño se fruncía por la forma. Se parecía a la mía, un poco más grande y sin el escudo combinado del reverso, en cambio estaba grabado el símbolo del libro de Mestionora. No era la primera vez que pensaba que Urano había emergido y ella lo mantenía en secreto por alguna razón que no lograba entender. Antes de poder preguntarle, se sentó de nuevo en mi regazo, mostrándome algo en la pantalla.
"Aquí está. Uno no puede sentir su propio maná, por eso podemos usar nuestro maná para detectar cosas raras u objetos extraños en una habitación."
"Entonces, porque…"
"¿Qué sientes cuando te toco?", me interrumpió.
"Calidez, algo confortante."
"¿Y cuándo lo hace tu familia?"
"Es como un cosquilleo donde su piel toca la mía."
Ella asintió de forma pensativa por algunos momentos.
"¿Sabes que es el devorador?" preguntó entonces.
"Es el nombre que los plebeyos le dan al maná."
"No. En realidad, es todos los atributos débiles, como tal, es más fácil que los plebeyos con maná nazcan con el devorador. Porque no son influenciados por sus padres, aunque no todos los plebeyos con maná son devoradores. Por otro lado, también los nobles pueden nacer con esta condición. Son como una nueva generación, pero este conocimiento se perdió hace mucho y no lo saben por lo que los hijos devoradores se convierten en sirvientes."
"¿Un noble puede nacer con el devorador?" pregunté incrédulo.
"Puede." Entonces ella se recargó sobre mi hombro. "No estoy segura de que pasa, pero de alguna manera, tu maná reconoce a tus padres como tu familia. Ese cosquilleo que sientes es lo que sienten los niños al abrazar a sus padres o hermanos.
"La tía Rihyarda estaba confundida porque abrazarte o besarte se sentía exactamente igual que al hacerlo con Justus o con Gudrun. Creo que por eso fue tan fácil para ellos aceptarte como parte de su familia, pero no tiene sentido. Si yo te teñí primero, si nuestro maná es idéntico, esa sensación de cosquilleo debería ser hacia mí, no hacia ellos."
"¿Qué significa eso?", estaba mareado y confundido, demasiado aturdido como para procesar la información y conseguir una respuesta.
"No lo sé, pero es por eso por lo que no estoy preocupada. En todo caso, creo que todo saldrá bien."
Después de mi bautizo, mis padres me dieron un brazalete que me resultó incómodo al inicio, aunque me acostumbré a usarlo en poco tiempo. Mi mente comparó las sensaciones del maná sobre mi piel. Era verdad que la sensación de cosquilleo solo era con mi familia. Con Rozemyne era cálido y reconfortante. Las veces que Constance, Teresia y Alerah me tocaron la sensación era repugnante, en cuanto a Laurenz… simplemente me acostumbré a su toque debido a lo muy seguido que ese bruto golpeaba mi hombro o me palmeaba la cabeza, en ocasiones sin intención alguna. No era un cosquilleo, tampoco era confortante en absoluto. Solo era soportable.
Rozemyne se fue poco después sin darme más explicaciones. Supongo que ella misma no tenía respuestas, aun así y por si acaso, aceptó que dejáramos de intercambiar maná por un tiempo y, según su concejo, conseguí algunas herramientas mágicas y piedras fey que contuvieran el maná de mis padres. Ella hizo lo mismo con los suyos. Con su madre en el templo central no fue difícil, el verdadero desafío fue conseguir maná del tío Adelbert, aunque sus hermanos menores lo consiguieron para ella.
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La mañana más temida al fin llegó.
Rozemyne estaba tranquila y segura de que todo estaría bien, pero yo no podía sacudirme el malestar de encima. Por si fuera poco, Justus me informó de que hacer la ceremonia justo después de que terminara la ceremonia de dedicación, aunque era una carga para Rozemyne, se debía a que el rey no quería crear ninguna apertura para que su segunda esposa o su hijo mayor lanzaran más calumnias sobre mí.
Yo aún no era su hijo, por lo que la protección que podía darme antes de la adopción era mínima.
"Lamento la demora, padre." Saludó Rozemyne apenas entrar en la sala.
La familia real y la familia archiducal de Eisenreich ya estaban presentes. Se suponía que la combinación se llevaría a cabo a la segunda campanada, pero ella se retrasó media campanada. Según parecía, hubo algunos problemas con los dioses del templo y tardaron en transportarlos. Aunque no entendí porque tenían que transportarlos.
"No te disculpes, hija mía."
El rey entonces comenzó a explicar que, debido a la diferencia de maná entre Rozemyne y Galtero, estaba considerando volver a comprometernos, sin embargo, ya que el hecho de que nuestros manás estuviesen nivelados no era garantía de que nuestros colores fueran compatibles se haría la combinación frente a todos.
"Ahora que mi hija y lord Ferdinand han pasado más de dos temporadas sin usar los collares de compromiso podremos hacer una combinación correcta."
El rey lanzo una mirada severa a Galtero y a su segunda esposa antes de mirar a Rozemyne.
"Lamento mucho hacerlo ahora que apenas has vuelto, lord Ferdinand, me disculpo por el hecho de pedirle que interrumpa sus experimentos. Realmente espero que esto no resulte en una carga para sus cuerpos."
Ambos sonreímos y nos acercamos frente al erudito principal del rey. Entonces Rozemyne se detuvo.
"Padre, no puedo hacerlo", eso me tomo por sorpresa, "esto fue manipulado. No estoy segura como, pero fue manipulado."
"Temía que pasara." Murmuro la reina Magdalena suspirando.
"¿Qué sucede?" pregunte, confundido.
"Algunos eruditos estuvieron actuando de forma sospechosa, mi hija y yo pensamos que podrían intentar sabotear la combinación." Explico. A la señal de la reina un erudito se acerco con una caja y materiales de formulación.
Rozemyne entonces comenzó a formular permitiendo que todos observaran, esa fue la primera vez que la vi hacerlo.
"¿Qué es eso?" pregunto Galtero cuando vio a mi novia dibujar un círculo mágico.
"Un circulo que ahorra el tiempo. Este", señalo una hoja, "padre, madre, pueden revisarlo sus eruditos para comprobar su uso, si lo desean."
"No será necesario, para comenzar, no debería ser necesario que estés formulando."
Rozemyne dio indicación a Grettia para que dibujara un segundo circulo y Roderick dibujo un tercero. eso debía estar drenándole mucho maná…
Cuando al fin la nueva herramienta estuvo lista ella tuvo que tomar una poción de rejuvenecimiento.
Los eruditos revisaron la herramienta y el rey la probo junto a la reina magdalena, declarando que funcionaba correctamente a diferencia de la que tenían antes.
El erudito que había llevado la primera ahora no estaba en la habitación. Justus me susurro que los caballeros se lo habían llevado.
Esperamos un poco a que Rozemyne se recuperara.
"Ya estoy bien." Declaro ella poco después, sonriendo mientras la herramienta recién fabricada era limpiada para poder usarla nosotros.
"Muy bien, comiencen."
Me pare frente a ella, mi corazón golpeando contra mi pecho.
En contra de lo que pensé, el maná opalescente de mi novia golpeo el mío y el mío empujo el suyo, creando ligeras ondulaciones que me recordaron al mar, en especifico a las olas acariciando la arena durante una marea baja. El movimiento ondular siguió por unos segundos antes de que comenzaran a mezclarse ligeramente creando un pequeño degradado de blanco perla de su maná al amarillo pálido del mío.
"Sus colores son realmente compatibles." Sonrió el rey. "Lord Ferdinand, si esta dispuesto, y mi hijo no puede igualar a mi hija, ¿volvería a comprometerse con ella?"
"Estoy dispuesto a esperar."
