Capítulo 29: Inicio de un nuevo curso escolar.

Pocos días después de la visita de Harry Potter en Hogwarts comenzó por fin el curso escolar, los profesores estaban contentos por volver a su rutina, los aprendices por continuar con su formación y Severus por poder dar clases sin sufrir dolores y por librarse de las clases de primer año por segundo año consecutivo, Elvira volvería a encargarse de los de primer curso y estaba impaciente por saber si los alumnos de segundo curso estarían tan bien preparados como Morgana. Elvira estaba impaciente por comenzar de nuevo el curso, como los problemas de salud de Severus ya se solucionaron, tendría tiempo para trabajar en su pequeño negocio, había patentado sus cremas solares y consiguió algunos pedidos, aún no demasiado grandes, podía hacerse cargo de ellos con ayuda de Severus y Morgana, que estaba deseando ayudarla siempre. Morgana también estaba deseando que llegara el primer día del curso escolar, estaba deseando volver a ver a Charlotte, se habían escrito desde que volvieron de Nueva York, pero estaba deseando enseñarle sus fotos y los libros y la ropa que le había regalado Elvira, también quería contarle todo sobre su viaje a Nueva York. Elvira también deseaba que llegara ese día para que la niña volviera con sus amigas a su dormitorio compartido, no le molestaba para nada la presencia de la niña allí, pero a su edad debía estar con chicos y chicas de su edad y llevaba todo el verano rodeada de adultos. A Severus tampoco le molestaba la presencia de Morgana, pero cuando ella se lo mencionó estuvo de acuerdo, sabía que la niña echaba de menos a Charlotte, se conocieron hace sólo un año y se querían como hermanas, lo notó por el cariño con el que Morgana hablaba de ella, además cuando las veía juntas en el colegio lo sabía sólo con mirarlas, no en vano era uno de los magos ingleses más hábiles en legeremancia y un espía muy observador.

Llegó el día del inicio del curso escolar y todos los profesores estaban preparando los últimos detalles de sus respectivas aulas, Dumbledore y McGonagall estaban terminando de atender los complicados trámites de inicio de curso. Hagrid fue a la estación a buscar a los alumnos. Poppy estuvo limpiando y asegurándose de que su enfermería estuviera en perfecto orden. Severus y Elvira después de asegurarse de que su aula estuviera en orden volvieron a su habitación, Morgana estaba ordenando sus álbumes de fotos y sus libros después de recoger todas sus cosas para llevarlas a su dormitorio, estaba entretenida en eso cuando encontró una foto entre las páginas de un libro de su abuela, creyó haberla visto antes y vio otra copia de la misma foto en el álbum de cuando su abuela asistió a Hogwarts, la abuela tenía la costumbre de poner pequeños textos bajo las fotos, en esa ponía "Las chicas y yo en el jardín, primer día del último año", cuando llegaron Elvira y Severus les dijo enseñándoles las fotos:

-Severus, Elvira, he encontrado otra copia de esta foto de la abuela, quizás sacó copias para sus amigas y salió una de más, estaba entre las páginas de un libro. Pero ahora que la veo… ¿Esta chica que está al lado de mi abuela no es la profesora McGonagall?

Los dos miraron la foto, se veía un grupo de 6 chicas de distintas casas, había dos Gryffindor, una Slytherin (Glenda), dos chicas de Huffelpuff y una Ravenclaw, todas riendo abrazadas con sus uniformes y capas. Severus la miraba sorprendido dijo:

-Sí que lo es, vaya, no sabía que cuando Minerva era joven ya existía la fotografía.

Elvira le dio una colleja y le dijo:

-¡No seas capullo!

Morgana se echó a reír viendo a Severus regañado como un niño impertinente. Después le dijo que iba a darle la foto a la profesora McGonagall, de todas formas ella tenía otra copia y quizás ella la quisiera si no la tenía. A Elvira le pareció una buena idea, le dijo que ella la acompañaría a dársela si quería. Morgana estuvo de acuerdo.

Ambas fueron al despacho de Minerva tras el almuerzo, en ese momento no estaba muy ocupada y ellas habían terminado de hacer el equipaje de Morgana y ya tenía puesto su uniforme, los elfos trasladaron su equipaje al dormitorio común, junto a su gatito, Lestat. Llamaron a la puerta y Minerva estaba descansando un poco, pero no le molestó para nada la visita.

-Perdona por molestarte, Minerva, pero es que Morgana ha encontrado algo en un libro de su abuela y cree que podrías querer tenerlo. - Minerva las miró extrañada.

-No me molestáis para nada, queridas, ¿Qué has encontrado querida?

-Es tan sólo una foto repetida, creo que la abuela debió sacar copias y debió salir alguna de más, creo que sale usted en ella, profesora McGonagall. - Le tendió la foto y se emocionó mucho al verla.

-¡Oh, querida! Hace años perdí esta foto, no sabía que Glenda tenía una copia de más, recuerdo cuando la hicimos, fue el primer día de clase del último curso en el jardín, eran mis mejores amigas de mis años de escuela, éramos de distintas casas pero éramos un grupo muy unido, siempre estábamos juntas, pero después llegó Grindelwald y dos de ellas murieron jóvenes, de esta foto sólo quedan las chicas de Huffelpuff y yo, por cierto, coincidí con una de ellas este verano en Londres, no supo lo de tu abuela hasta que se lo conté, había estado en Noruega visitando a una de sus hijas que acababa de tener un bebé. ¿De verdad me la puedo quedar?

-Claro que sí, profesora, hay otra copia más en el álbum del colegio de la abuela. - Minerva abrazó a la niña emocionada.

-Gracias, querida, ¿Glenda conservaba un álbum con todas las fotos del colegio?

Morgana asintió, aún conmocionada por el abrazo que le dio la anciana.

-No me sorprende, siempre fue muy ordenada y organizada, yo he perdido muchas fotos porque de joven siempre fui un poco desordenada, mi madre siempre me regañaba por ello. - Elvira le dijo:

-Menos mal que aprendiste a organizarte…

-Pues sí, sabes que para dar clases aquí hay que ser muy ordenada. - Minerva les guiñó un ojo y le preguntó a Morgana.

-Querida, ¿te importaría venir aquí el próximo sábado a la hora del té con Elvira y traer el álbum del colegio de Glenda? Me gustaría mucho verlo, y quizás podrías dejarme hacer algunas copias de las fotos.

-Por supuesto, profesora.

-Gracias, pequeña, te contaré historias divertidas de cuando tu abuela y yo estuvimos aquí estudiando y que seguro que ella nunca te ha contado.

Le guiñó un ojo a la niña y se rieron las 3, quedaron en hacerlo así. Entonces Minerva cogió un cuaderno inservible que iba a tirar y lo transfiguró en un marco para fotos de madera oscura perfecto para la foto que le llevó Morgana.

-Aquí estará perfecto.

Lo puso en el estante de encima de su chimenea junto a otras fotos de familiares y amigos. Les dio un abrazo y un beso a Elvira y Morgana.

-Gracias, queridas, me encanta.

-De nada, Minerva, el sábado volveremos a verte. - Dijo Elvira, se despidieron y fueron a su habitación antes de que Morgana se fuera a reunirse con sus compañeros quería despedirse de Severus, no pasarían mucho tiempo separados, pero se había acostumbrado a estar con él y lo extrañaría.

Llegaron a la habitación y Severus estaba vistiéndose con sus prendas de trabajo habituales. Las vio llegar sorprendido.

-Vaya, creía que nos veríamos directamente en el gran salón para la ceremonia de selección. - Elvira le dijo:

-Yo, la verdad es que quería entrar allí cogida de tu brazo. Y Morgana quería despedirse de ti hasta mañana.

Severus se seguía sorprendiendo de que esa niña le tuviera tanto cariño. Morgana se acercó rápidamente y abrazó su cintura hundiendo la cara en su pecho.

-Severus, voy a echar de menos pasar tanto tiempo contigo. Con los dos, ha sido un verano maravilloso. - Severus le devolvió el abrazo y rozó su mejilla en su pelo y le dio un beso en la coronilla.

-Yo también, pequeña, pero son las normas del colegio. No te preocupes que pronto llegará diciembre y podremos ir a Nueva York. Además, puedes venir aquí de vez en cuando. - Elvira se unió al abrazo y le dijo a Morgana.

-Yo también te echaré de menos, Morgana, pero lo normal es que quieras estar con chicos y chicas de tu edad…puedes venir aquí como el año pasado, pero intenta socializar también con tus compañeros de estudios, no querrás que piensen que te favorecemos por ser quien eres. - Morgana la miró.

-Lo sé, Elvira, además si alguien se mete conmigo y me llama pelotillera sé defenderme, tú me enseñaste a lanzar hechizos de forúnculos dolorosos y Severus me enseñó a lanzar hechizos de vómitos de babosas. - Ambos adultos se echaron a reír. Severus le advirtió:

-Sólo usa esos hechizos en caso de emergencia o si intentan hechizarte antes y, si te regañan por usarlos, no digas quién te lo enseñó o nos meterás en un lío. - Elvira y Morgana sonreían.

-Está bien, Severus, no diré nada, e intentaré ser lo más buena posible y estudiaré mucho. - Elvira dijo:

-Bueno, será mejor que no lleguemos tarde, de todas formas, nos veremos mañana. Y Charlotte debe estar a punto de llegar.

-Sí, es cierto, ¡nos vemos pronto! - Les dio un último beso y un abrazo a cada uno y Morgana corrió a reunirse con su mejor amiga.

Cuando se quedaron a solas Severus abrazó a Elvira.

-Sabes, creo que por un lado echaré de menos tenerla aquí siempre…pero por otro…estoy deseando poder hacerlo en el sofá sin miedo a que nos pille…

Severus empezó a mordisquear el lóbulo de la oreja de su novia. Elvira se estremeció en sus brazos.

-Para… que creo que ya vamos un poco tarde, no querrás que Albus mande a alguien a buscarnos y nos encuentre en pleno acto… - Severus resopló con fastidio y fue a ponerse la capa.

-Está bien, pero cuando volvamos después de cenar nos divertiremos en el sofá…- Elvira le dio un beso en los labios y le dijo:

-Eso ni lo dudes, yo también me muero de ganas de que termine la cena.

Se terminaron de poner la ropa de enseñanza y llegaron al gran salón cogidos del brazo. Del personal sólo faltaba por llegar Minerva que había ido a buscar a los niños de primer curso. Los demás estaban sentados en sus mesas, Morgana estaba ya en la mesa de Slytherin charlando alegremente con Charlotte, ambas estaban mirando a las otras mesas, estaban localizando y saludando a sus amigos de otras casas, desde la caída de Voldemort ya no existía una rivalidad tan grande entre casas, excepto cuando se habla de quidditch… Severus la observaba y se dio cuenta de que miraba hacia donde estaba sentado el nieto de la señora Russell, ambos se miraron y se sonrojaron ligeramente antes de volver a charlar con sus amigos, Severus se sintió mortificado, no creía que tendría que preocuparse por los chicos hasta dentro de un par de años, y para colmo parecía haberse fijado en un chico mayor, que era lo peor del asunto. Elvira lo vio mirando un tanto intranquilo a los chicos.

-¿Qué pasa Severus? ¿Pasa algo malo? - Severus le contestó:

-Aún no, pero dejémoslo por el momento, después te lo cuento cuando estemos a solas.

Elvira asintió y cuando miró a donde miraba Severus y vio a Morgana mirando con disimulo a Anthony, el nieto de la señora Russell, casi se echó a reír. Ella sabía lo que le molestaba y compadeció al pobre chico, Severus no le quitaría la vista de encima en todo el curso.

En ese momento entró Minerva con los pequeños de primer año. Algunos estaban bastante temerosos, pero parecieron tranquilizarse cuando vieron lo contentos que parecían estar los alumnos mayores y la mirada bondadosa del famoso Albus Dumbledore. La profesora McGonagall empezó a llamar a los niños, los primeros parecían temerosos, después parecían perder un poco el miedo, pero sí se pusieron nerviosos al pensar en qué casa serán clasificados.

Tras algo más de una hora de clasificación, los niños ya estaban todos sentados en sus mesas asignadas, Albus les dio unas últimas indicaciones y un pequeño discurso y ordenó que se sirviera la cena. Estuvieron cenando tranquilamente entre charlas cordiales, los chicos hablaban con entusiasmo de sus vacaciones, Elvira observó a Morgana hablando con Charlotte, ambas niñas estaban felices de volver a verse y estaban charlando y riendo con alegría. Se sintió feliz viéndola tan contenta. Cuando terminó la cena, se retiraron todos a sus habitaciones, los alumnos fueron a sus dormitorios lo más rápido posible, estaban deseando contarse bien sus vacaciones antes de dormir, porque después de madrugar aquella mañana y el viaje en tren, muchos estaban cansados y querían hablar de las vacaciones antes de que les venciera el sueño.

Los jefes de casa fueron a sus respectivas salas comunes, se aseguraron de que los nuevos alumnos entendieron sus derechos y obligaciones, les dijeron que si necesitaban algo se dirigieran a los prefectos y que si necesitaban algo de su jefe de casa los busquen en sus despachos, los prefectos les informarán de donde están. Les advirtieron que no merodeen por los pasillos tras las 10 de la noche o serán castigados por saltarse el toque de queda. De todas formas, ese día la advertencia era innecesaria, nadie tenía intención de salir de allí, los nuevos alumnos estaban deseando conocer a sus nuevos compañeros y los veteranos querían contarse sus vacaciones de verano, pero era bueno recordarles que si se saltaban el toque de queda serían castigados.

Cuando Severus volvió a su habitación, Elvira lo estaba esperando reclinada en su sofá, vestida con un revelador camisón largo de seda y encaje negro, tenía un gran escote y una abertura que subía por su pierna derecha descubriendo casi todo su muslo, la falda estaba abierta dejando sus piernas completamente al descubierto, estaba leyendo con Poe en su regazo, el cual se estaba quedando dormido. Severus al entrar se quedó mirándola como si fuera una aparición divina. Elvira levantó la vista de su libro y lo miró con una seductora sonrisa.

-Por fin has llegado, ¿Qué tal estaban los chicos? ¿Has podido ver a Morgana? - Salió de su aturdimiento por un momento.

-Sí, todo estaba bien, Morgana parecía estar contenta, cuando me iba la vi ir corriendo a los dormitorios con su amiguita. - Elvira se levantó y fue a dejar a Poe en su camita.

-Perfecto, por cierto, qué te pasaba antes del sorteo de los nuevos alumnos? Te vi un poco tenso mirando a Anthony Russell.

-No era nada.

-Vamos, que nos conocemos, sé que notaste que él y Morgana se miraban el uno al otro… tranquilo, ella es pequeña para hacer nada y él es un buen chico, además están en casas distintas, puedes estar tranquilo, no se podrán citar de madrugada en la sala común. Es normal que se fije en algún chico y que a su edad le llamen la atención los chicos de quinto año.

-Tienes razón, pero como ese niñato de alguna manera le haga daño a mi niña conocerá la furia de Severus Snape. - Elvira se sorprendió por su respuesta.

-Severus, ¿Desde cuándo consideras a Morgana "tu niña"? - Severus se dio cuenta que había llamado a Morgana así en voz alta, se ruborizó ligeramente.

-Disculpa, sabes que me he encariñado mucho con ella durante este verano, espero que no te moleste que la llame así.

Él estaba sentado en el sofá y ella se sentó en su regazo, pasó los brazos alrededor de su cuello y le besó en la mejilla mientras cruzaba las piernas tentadoramente.

-No me molesta para nada, es más, me hace mucha ilusión que la quieras tanto, ella también te adora, eres su héroe. - Severus acariciaba su cintura.

-Lo sé, eso es algo que aún no me explico, los niños no suelen tenerme mucho cariño, no se me da bien tratar con ellos.

-Ya, pero nuestra Morgana es una niña bastante especial, es inteligente y buena chica, su abuela y sus padres la educaron muy bien, además yo le dije desde el principio que no eras tan terrible como te gusta aparentar. - Severus le sonrió.

-Suponía que debiste decirle algo, mi brujita, y me alegra que lo hicieras, gracias a ello os tengo a las dos y me hacéis muy feliz. - Le dio un beso profundo a la mujer que estaba sentada en su regazo con ese precioso camisón de seda.

Severus la siguió besando mientras la agarró y la levantó fácilmente en sus fuertes brazos, la llevó a su dormitorio. La puso de pie junto a su cama.

-Sabes, no había visto este camisón tan sexy, ¿dónde lo tenías escondido?

-Lo compré cuando fui a Hogsmade la semana pasada con Minerva, lo tenía guardado para que me lo quitaras esta noche, ¿Te gusta?

-¿Gustarme? Me encanta. Es casi tan suave como tu piel… lo que no me termina de gustar es que fueras a comprarlo sin mí… - Elvira le dijo riéndose:

-Entonces no te hubiera sorprendido.

-Touché. ¿Qué me dices si te lo quitas ahora?

-¿Qué tal si me lo quitas tú?

Entonces Severus reparó en que los tirantes eran unos lazos muy finos que se ataban en sus hombros. Severus tiró de los lazos y el camisón resbaló y cayó delicadamente por su cuerpo formando un charco de seda negra a sus pies. Severus la miró completamente desnuda frente a él.

-Vaya, estabas sin braguitas, qué traviesa eres, querida.

-No quería perder el tiempo, mañana hay que madrugar. Por si no nos da tiempo a echar el mañanero. - Severus suspiró.

-Contigo sacaré tiempo para el sexo hasta de debajo de las piedras.

Se besaron apasionadamente, él la abrazó pegándola a su cuerpo lo más que podía. Elvira se apartó a coger aire.

-Sabes, amor, tú estás demasiado vestido.

Elvira hizo un movimiento con su mano y Severus de pronto estuvo desnudo y su ropa ordenada en la silla del tocador. Elvira lo miró de arriba abajo, rozando su pecho apenas con la punta de sus dedos y bajando poco a poco.

-¿Qué pasa?

-Estaba pensando, desde que te vi en bañador el año pasado, estás mucho mejor, se te ve menos delgado, más saludable y más fuerte, menos mal que sólo yo te puedo ver así, porque soy egoísta y tú eres sólo mío. - Elvira entonces lo cogió del cuello y lo besó apasionadamente él le devolvió el beso. Cuando se apartaron por un momento, él le dijo:

-Sabes, me encanta que seas egoísta conmigo…porque yo soy igual de egoísta contigo, tú eres sólo mía y yo soy sólo tuyo. - Volvieron a besarse y cayeron abrazados en la cama.

-Pues como eres sólo mío, voy a tomar posesión de mi propiedad.

Hizo que se tumbara sobre su espalda, empezó a besar su cuerpo despacio desde su cuello hasta llegar a su vientre y después se paró un momento, acariciando su pene lentamente.

-Y que sepas que si alguien que no sea yo llega a hacer esto, te convertiré en un eunuco y a ella la mataré. - Severus tragó saliva.

-Está bien, mi señora.

-Que no se te olvide, eres sólo mío.

Entonces empezó a lamer su polla lentamente y de pronto la introdujo en su boca casi entera. Severus estaba a punto de correrse. Le dijo:

-Para un momento, o no duraré nada, mi amor.

Elvira volvió a subir por su cuerpo y lo besó en la boca sin dejar de acariciar su pene en ningún momento. Él agarró la nuca de ella para profundizar el beso y con su otra mano acarició su costado y llegó a su cadera, llegó a su sexo, introdujo un dedo entre sus labios vaginales.

-Estás tan mojada, tan preparada para mí, mi bruja. - Elvira se estremeció un poco al sentir su dedo moverse dentro de ella.

-Siempre estoy preparada para ti, mi mago, soy toda tuya.

Ella lo volvió a besar y él los inclinó y se pusieron de lado mirándose el uno al otro, él levantó la pierna de ella y la penetró en esa posición hasta el fondo, sin dejar de besarla, moviendo la lengua casi al mismo ritmo de sus caderas. Entonces él la apretó y la hizo girar para que quedara tumbada sobre su espalda, abrió bien sus piernas y se apartó un momento de sus labios, mordió suavemente sus pechos y pezones le hizo sujetar sus rodillas desde ese ángulo la penetró intensa y profundamente, al mismo tiempo comenzó a acariciar su clítoris con suavidad al principio, aumentando progresivamente la intensidad de sus embestidas y caricias hasta que ambos se corrieron casi a la vez Severus la besó intensamente al terminar, aún con la respiración entrecortada y sin salir aún de su cuerpo le dijo:

-Te quiero mucho, mi preciosa bruja. - Ella lo abrazó con fuerza y le dijo:

-Yo también te quiero mucho, mi amor. - Se dieron un tierno beso y Severus se apartó de ella, se abrazaron y activaron las protecciones, se durmieron agotados, entre suaves besos.

A la mañana siguiente se levantaron y se arreglaron rápidamente. Le dejaron comida a Poe, pero cuando se disponían a salir de su habitación el gato salió corriendo, a Elvira le extrañó y lo siguió unos metros hasta que se dio cuenta de que Lestat lo esperaba en un pasillo para jugar. Elvira llamó a Polly y le dijo que si tenía tiempo vigilara a los animalitos mientras estuvieran merodeando por los pasillos, no quería que montaran ningún lío, le sugirió que si los veía especialmente inquietos los llevara a su habitación, después le diría a Morgana que fuera a buscar a Lestat. Severus llegó donde ella estaba y le abrazó por la cintura desde atrás, puso su barbilla en su hombro.

-¿Qué le pasaba a ese gato?

-Nada, estaba buscando a su amigo Lestat. Le he advertido a Polly que si los ve haciendo el gamberro por el castillo los lleve a la sala de estar, le diré a Morgana que vaya a buscar al gato cuando terminen las clases.

-Está bien, vamos al comedor, no quiero darle a Albus motivos para bromear a costa mía.

Elvira se rió, cogió su mano y lo arrastró al comedor, del personal ya sólo quedaba por llegar Hagrid, que estaba alimentando a sus bichos. Cuando llegaron cogidos del brazo muchos niños de primero los miraron conmocionados, sabían de la fama del profesor de pociones y les sorprendía que la mujer a su lado, la que sería su profesora de pociones ese primer curso, tuviera esa expresión de felicidad. Todo el mundo mágico sabía que era su novia, pero la suponían más amargada, como él. Ya se les pasaría esa primera impresión. El desayuno transcurrió con tranquilidad, los profesores se fueron a preparar sus primeras clases y Dumbledore fue a su despacho. Todo los alumnos fueron a sus dormitorios a por sus cosas para sus clases.

Elvira tenía esa primera clase libre, fue a su habitación a revisar la lista de alumnos y el contenido de lo que se vería ese día. A Severus ese día le tocó con la clase de Gryffindor y Slytherin de segundo curso, era la clase de Morgana, se había asegurado de decirle a la niña constantemente de que no habría favoritismo con ella, Morgana le contestaba que esperaba que fuera así, porque ella quería aprender y si se lo ponía fácil no lo haría. Severus se sentía orgulloso de ella cuando contestaba así, pero no se lo diría a nadie. Cuando llegó a la clase, haciendo su entrada habitual, algunos niños se quedaron bastante conmocionados, estaban habituados a Elvira. Lo primero que hizo fue preguntar por los conceptos básicos y lo que recordaban del curso pasado. Un Gryffindor le dijo que Elvira les dio una lista de normas a seguir, Severus lo sabía y conocía todos los puntos, la repasó con ellos unos minutos para asegurarse de que no cometerían errores. Morgana escuchaba atentamente, todos lo hacían, Elvira había hecho un buen trabajo con esos niños. Les hizo una pequeña prueba de nivel teórica. Les hizo preparar una poción sencilla para ver qué tal se manejaban. No estaba nada mal, en general lo hacían aceptablemente bien, se dio cuenta de que Morgana y su amiga Charlotte eran de las mejores de su clase, había un Gryffindor al que tendría que vigilar, Elvira se lo advirtió, no era muy malo, pero tenía tendencia a la dispersión… se sentaba cerca de Morgana y Charlotte y les preguntaba dudas, Elvira le dijo que normalmente le preguntaba a ella, Severus suponía que a pesar de su valor de Gryffindor no se atrevía a preguntarle a él. Cuando observó el cuchicheo y vio a Morgana y Charlotte diciéndole que pregunte al profesor Snape, vio al chico ponerse nervioso. Entonces intervino.

-No hablen entre ustedes, si tienen alguna duda, pregúntenme a mi como han hecho con la señorita Elvira el curso pasado, distraerse puede provocar un accidente, además, sus compañeros no tienen por qué saber todas las respuestas a sus dudas y se pueden distraer de sus propios trabajos. - El chico respondió un poco descarado.

-Morgana sí las suele saber todas. - La niña se ruborizó. Severus le dijo al chico:

-Puede que la señorita Fox sepa algunas respuestas, pero si hace las preguntas en alto será beneficioso para todos, no sólo para usted, señor Foster. - El niño asintió y la clase continuó con normalidad.

Cuando terminó la clase los niños salieron corriendo a su siguiente clase, Severus estuvo ordenando las muestras y las pruebas iniciales, la siguiente clase la tenía libre, la aprovecharía para corregir, Elvira tenía la primera clase con los de primero. Recogió el aula y cuando llegó Elvira estaba terminando. Le dijo que le sorprendió agradablemente el trabajo que hizo el curso anterior, los niños estaban bastante bien preparados y no se la liaron, aunque sabía que tendría que vigilar de cerca a Foster, como ella le advirtió.

Cuando Severus se fue al despacho llegaron los alumnos de primer año. Parecían un poco temerosos al principio, pero cuando les explicó sus normas y cuando vieron que no era tan terrible como temían, se tranquilizaron un poco, sólo un poquito, porque también notaron que sería una profesora muy estricta en el cumplimiento de las normas. Pronto entró en materia y les enseñó a hacer una poción sencilla y le pareció que era una clase prometedora, con sus excepciones, pero con las pociones pasaba como con las matemáticas, no a todo el mundo se les dan bien. Notó también un par de alumnos un poco más habilidosos que los demás, también les encargó una redacción para el próximo día sobre lo que habían estado haciendo ese primer día y que empezaran a leer en su libro de texto sobre la poción del próximo día, si tenían algo de tiempo. Los niños se fueron y parecían contentos tras la primera clase.

El día transcurrió con normalidad, Severus y Elvira volvieron a su habitación tras las clases, Elvira estuvo evaluando las muestras de poción de aquella mañana y Severus estaba haciendo lo mismo, los de sus clases de quinto y sexto año no habían mejorado desde antes del verano. Cuando terminaron Severus le comentó a Elvira los resultados de las pruebas iniciales que puso a sus alumnos de segundo curso, quedó bastante impresionado, estaban sorprendentemente bien preparados para haber hecho un sólo curso. Elvira se sintió muy orgullosa de sus chicos.

-¿Qué tal lo ha hecho Morgana?

-Todo perfecto, como siempre, esa niña tiene un nivel de por lo menos quinto año… no he visto trabajos como las suyos desde los míos. Albus te lo puede confirmar. Sabía que era buena, pero hasta lo reconocen los Gryffindor, Foster decía que le preguntaba a ella porque siempre lo sabe todo, le dije que me preguntara mejor a mí, para no distraer a sus compañeros. - Elvira le dijo:

-Ahora entiendo por qué algunos casi se peleaban por sentarse junto a Morgana…si te fijas, siempre está rodeada de chicos y chicas de su curso, prefieren preguntarle a ella antes que a los profesores y como siempre saca tan buenas notas, habrá que vigilar para que no empiece un negocio de venta de deberes…su padre intentaba vender pociones, quien sabe si ella no hará algo similar. - Severus sonrió.

-Podríamos decirle que puede ayudar a sus amigos con sus deberes, pero nada de dejarles copiar los suyos. No me importa que ayude a los demás con alguna duda, pero no me haría gracia que se aprovechen de su bondad. - Ya hablarían de eso con Morgana si se daba el problema.

Cuando acabaron de corregir y estaban comentando qué tal les había ido las clases de ese día, llegó Morgana a buscar a Lestat, que en ese momento se estaba echando una siesta con Poe. Aprovecharon para charlar un rato y para preguntarle a la niña qué tal le fue el día. Estaba entusiasmada con sus nuevas clases, sobre todo con las clases de vuelo, el año anterior se le dieron bastante bien y le gustaban mucho. Severus se apresuró a advertirle que tuviera cuidado y no hiciera estupideces, que no quería que sufriera ningún daño. Elvira lo apoyó en su preocupación.

-Severus, Elvira, no os preocupéis, yo siempre obedezco las instrucciones de la profesora Hooch. Además la profesora dice que se me da bien, dice que debería probar entrar en el equipo de quidditch. - Elvira sonreía pero Severus estaba horrorizado.

-¿Cómo se le ocurre a Rolanda decirte que intentes entrar en el equipo de quidditch?

-No te preocupes Severus, lo dice porque soy rápida, mantengo bien el equilibrio y controlo bien la escoba. Dice que entrenando podría ser buscadora, me gusta el quidditch, pero sobretodo verlo, no me gustaría entrar en el equipo, perdería tiempo de estudio y quizás no se me dé tan bien como ella cree, si entrara querría ser la mejor, no una mediocre, además, en Slytherin ya hay buscador y es muy bueno, así que no pienso presentarme a ninguna prueba.

-Está bien, pero si se pone pesada con que te presentes a las pruebas de la semana que viene dímelo y me ocuparé de ella.

-Sí, Severus, pero no seas muy borde con ella por mi culpa, no se vayan a resentir mis notas. - Severus le dijo:

-Vale, lo intentaré, pero no te prometo nada si me suelta alguna estupidez.

Elvira y Morgana se reían. Era hora de que Morgana se fuera, recogió a Lestat, que accedió a irse con ella después de que Severus lo cogiera y lo mirara fijamente diciéndole que debía irse con Morgana cuando él dijera o no volvería a ir allí jamás. No sabían cómo lo hacía pero conseguía que los gatos lo obedecieran ciegamente, parecía que lo entendían.

Fueron a cenar poco después de que Morgana volviera a dejar a Lestat en su dormitorio. Cuando llegaron a cenar se sorprendieron de que Rolanda no había ido a cenar, ella solía ser puntual. Albus les explicó que tuvo una emergencia, su novia tuvo un accidente en el trabajo y estaba bastante grave en el hospital, su vida no corría peligro, pero la recuperación sería lenta. Rolanda era su contacto de emergencia, Candice, que así se llamaba, tenía familia, sus padres vivían y tiene un hermano, pero sólo se hablaba con su hermano, sus padres eran de sangre pura y excesivamente conservadores, cuando su hija salió del armario la repudiaron, a pesar de ello, su hermano nunca la rechazó, eran mellizos y estaban muy unidos, se adoraban, pero él estaba en Francia trabajando, así que Rolanda se fue a cuidarla con permiso de Albus, Minerva estaba buscando un nuevo instructor de vuelo entre los candidatos que Rolanda le sugirió de una serie de amigos suyos. No se había despedido de nadie. Albus le contó a los alumnos que la instructora se fue por un asunto familiar, en unos días llegaría alguien a sustituirla. Mientras llegara el sustituto, esas horas, las dedicarían al estudio o ha hacer tareas, pero no debían deambular por los pasillos del castillo o interrumpir otras clases.

Pasaron un par de días, Rolanda envió una carta, la recuperación de Candice duraría más de lo esperado y ella quería cuidarla, así que no podría volver hasta después de Navidad como mínimo. El hermano de Candice no podía regresar, aunque quería, pero Rolanda le aseguró que ella se haría cargo y lo mantendría informado cada día.

Ese sábado Morgana y Elvira fueron a tomar el té con Minerva como le habían prometido, la mujer estaba encantada de poder relajarse un poco con ellas, les contó muchas anécdotas de su adolescencia con Glenda y sus amigas, duplicó con magia algunas fotos del álbum de Glenda y las guardó en su propio álbum para no perderlas. Morgana pidió permiso para irse, había quedado con sus amigas antes de la cena para terminar un trabajo grupal que les mandó Filius. Elvira le dijo que ella se quedaría allí un rato más. Morgana se despidió y dejó solas a las dos mujeres. Minerva le dijo a Elvira:

-Sabes, es una niña maravillosa, se parece mucho a su abuela y su padre. - Elvira asintió.

-Sí, es un encanto, se ha ganado a Severus en muy poco tiempo, creía que sería más difícil la convivencia entre ellos, pero se llevan muy bien y ella lo admira muchísimo.

-Se nota, cuando vino Harry Potter de visita, estaba en mi forma animaga y os vi desde el árbol jugando en el lago, me encantó veros a los tres así de felices. Y, por cierto, Severus se le ve muy saludable… tiene mejor cuerpo de lo que parece…si le llego a sacar una foto de él saliendo del agua con el bañador pegado al cuerpo, seguro que me hago de oro vendiendo copias tamaño póster. - Elvira tuvo un ataque de risa. Cuando se le pasó le dijo a la subdirectora:

-Minerva, por favor, que Severus no se entere de que lo has visto en bañador y mucho menos que has pensado que es sexy.

-Te lo prometo, querida, además es capaz de eliminar ese recuerdo y me gustaría conservarlo. Te advierto también, que si no estuviera con Sean y tuviera 30 años menos intentaría algo con él… - Le guiñó un ojo y volvieron a reír. Entonces Minerva le dijo:

-Sabes, el lunes llega el sustituto de Rolanda, es un antiguo jugador de quidditch sueco, es amigo de Rolanda, por lo visto su hermana fue compañera de equipo de Rolanda, tiene bastante buen currículum, aunque es sueco, ha trabajado en un colegio en Noruega, estuvo un tiempo entrenando a un pequeño equipo allí y después fue contratado en el colegio, pero quiere venir a Inglaterra, por lo que me contó desea venir aquí por asuntos sentimentales, no me ha dicho nada concreto. Supongo que tendrá una nueva pareja aquí o lo habrá dejado con su pareja allá…tiene unos 34 años, así que debe ser algo por el estilo.

Elvira le dijo que por lo que fuera, pero por lo menos era un problema menos. Ambas estaban de acuerdo, Elvira fue a su habitación a terminar unas correcciones antes de cenar y Minerva a organizar un poco las clases del lunes con Hermione, que había estado esa tarde ayudando a Ginny a elegir su vestido de novia.

Cuando volvió a su habitación Severus estaba leyendo con Poe en su regazo, ella llegó y lo besó en los labios, le dijo que Morgana se fue hace un rato a hacer un trabajo de grupo con sus amigas, que después la verían a la hora de la cena, que ella se había entretenido un poco más hablando con Minerva unos minutos, que la mujer se había emocionado mucho con las fotos del álbum de Glenda y había duplicado algunas para conservar copias. Entonces le contó que cuando se fue Morgana le contó que había encontrado sustituto temporal para Rolanda.

-¿Sí? No ha tardado mucho ¿Quién es?

-El hermano de una antigua compañera de equipo de Rolanda, también fue jugador de quidditch, es sueco, tiene 34 años y ha estado algunos años enseñando vuelo en un colegio en Noruega, después de dejar el quidditch como jugador, pero quiere trasladarse aquí. Por lo que le ha dicho a Minerva quiere irse de allí por temas sentimentales, según Minerva debe haber roto con su pareja recientemente o su pareja debe vivir aquí por algún motivo.

-Con que sueco, 34 años y antiguo jugador de quidditch…ha contratado un caprichito, me espera un infierno con todas las alumnas distraídas suspirando por el bombón nórdico. - Elvira se reía.

-Por favor Severus, eso no lo sabes, yo no he visto su foto, pero puede que sea feo y esté en baja forma, ya no es jugador profesional.

-Puede ser, pero siendo sueco quien sabe… yo sólo me conformo con que no se fije en mi bruja y que no intente ligar con ella. - Severus la agarró por la cintura y la besó profundamente.

-No se preocupe por eso, profesor Snape, por mucho que intente seducirla el mismísimo Thor, le puedo asegurar que su bruja sólo tiene ojos para usted. - Ella lo besó con pasión. Estuvieron tonteando hasta que llegó la hora de cenar.

Fueron al comedor, vieron a Morgana charlando con Charlotte y algunas amigas más, cuando terminó la cena volvieron a su habitación, esa noche le tocó a Severus vigilancia de los pasillos, como el resto del fin de semana.

El domingo transcurrió apacible, hasta que Albus anunció a la hora del almuerzo que al día siguiente llegaría el nuevo instructor de vuelo, los alumnos no dejaban de parlotear sobre cómo sería, si era un hombre o una mujer, si sería tan bueno volando como la profesora Hooch, si había sido también jugador o jugadora de quidditch profesional. Albus no tenía planeado dar muchas explicaciones, pero viendo lo alterados que estaban los niños, les explicó un poco quien era. Al día siguiente llegaría un nuevo profesor sustituto y Severus creía que su presencia lo pondría todo patas arriba…quizás no se equivoque.