Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización
Capítulo 20
El linaje de una sombra oscura y absurda.
"Los cuervos arrancan los ojos a los muertos cuando ya no les hacen falta; pero los aduladores destruyen las almas de los vivos cegándoles los ojos".
Epicteto.
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Isabella caminó directamente hacia el bar en cuanto llegaron a la mansión y tomó una copa llenándola con whisky. No iba a emborracharse esa noche, pero las manos le estaban sudando desde hacía ratos y su cuerpo le estaba pidiendo alcohol, así que bebió un trago en seco y se sirvió otro antes de caminar hacia su habitación para quitarse los zapatos.
Eran las tres de la madrugada, pero las cajas estaban casi arregladas, los aviones del pedido que era más urgente estaban listos. Aun así todos tenían mucho trabajo mañana. A pesar de todas las horas trabajadas ella no se sentía cansada, el mundo parecía estar girando sin un reloj contando las horas desde hace ocho años para ella y cada segundo podía parecer un día así como cada hora, a veces, parecía un segundo quizás más rápido que un parpadeo.
Miró el calendario y gruñó al ver que el evento de Alice Withlock estaba marcado allí. Esa mujer no se daba por vencida con ella aunque debería dejar de intentar manipularla. Recordó cómo llegó a su vida; la chica había sido como ver a Ellie Goods, de Legalmente rubia. Era una mujer que veía al mundo color rosa, que amaba sonreír, que tenía fe y esperanza en dónde había oscuridad. Ella se había sentado a su lado en silencio cuidando del desastre en el que se había convertido cuando Edward llegó al hospital de Jasper.
Se quitó los zapatos y, sin soltar su cabello o su copa, salió de su cuarto y caminó hacia la segunda planta en silencio hasta llegar al pasillo de la habitación de Edward. Busco a tientas el interruptor de la luz sin encontrarlo y bebió hasta el fondo de su copa. Necesitaba más alcohol.
Sin entrar miró entre la puerta hacia el cuerpo inerte de su marido y luego revisó el informe que Jasper le había enviado a su teléfono sin saber qué hacer o qué pensar.
No había cambios.
—Sigues teniendo la cabeza más dura que conozco —susurró a la nada sintiéndose tan cerca y tan lejos de lo que más amaba en su mundo oscuro.
Tocó la entrada de la puerta con las yemas de sus dedos y su corazón latió con fuerza golpeándole las costillas y dio un paso hacia adelante y su garganta apretó dejándola sin aire. Gruñó apretando sus manos en puños intentando hacerse la fuerte, pero aun así no pasó el umbral.
Un sudor frío se deslizó en su espalda y un miedo irracional le gritó ¡Cobarde! al oído, así que se giró hacia el pasillo intentando llegar a su habitación y bebió hasta que dolor sordo se convirtió en la mirada fija y desaprobatoria de el amor de su vida aún en coma. Bebió, hasta que los sentimientos de culpa, de miedo, de dolor desaparecieron de su sistema.
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Rosalie, en silencio, presenció la debilidad de Isabella golpeándole el rostro. La vio en la oscuridad mirar hacia la habitación de Edward Cullen con el anhelo marcado en el rostro y el miedo irracional pintándole los ojos. Estaba oscuro desde donde ella estaba, pero fue tan fácil, sencillo, darse cuenta de lo asustada que Isabella se veía, pero también fue imposible pasar por alto ese anhelo marcado en su rostro.
La Señora tenía sentimientos.
Aunque muchos de ellos eran una mezcla entre la ira y la venganza.
Era una mujer solitaria y arisca, pero también estaba llena de bondad y miles de adjetivos buenos.
Rosalie vio, por primera vez, en Isabella a la mujer que Edward si estuviese despierto describiría. Tenía la certeza de que si ese hombre estuviera allí, él seguramente la describiría así con miles de cosas buenas que habían sido cubiertas con ira, miedo, venganza, y dolor, sobre todo dolor; a una mujer diferente de la que ella había descrito en su artículo. Dejó a Isabella en la segunda planta alejándose para no ser descubierta por aquella mujer llena de demasiado. Esa noche Rosalie no podía manejar más de lo que ya habían manejado esos días.
Miró el reloj sin sentirse cansada así que abrió la ventana de su habitación y se colgó de allí en la oscuridad de la madrugada pensando en sus padres, en Emmett, en todo lo que estaba pasando mientras la grabadora pasaba la historia de Quil y de una Isabella adolescente a su ordenador ¿Quién iba a decir que podían pasar tantas cosas en tan poco tiempo? ¿Quién iba a decir que era posible que ella se dejara caer al vacío sin un paracaídas, sin saber que la esperaba al fondo?
Cuando el reloj marcó las seis de la mañana Rosalie desistió de dormir así que salió de su habitación en busca de la cocina para beber un café. Tomó una taza de la cocina y la llenó. La gente estaba de un lado a otro ignorándola, por lo que se fue de allí en dirección al comedor, donde se detuvo en seco al ver a Isabella en la mesa del comedor rodeada de papeles con la misma ropa que llevaba cuando la vio entrar en su habitación la noche anterior.
—Es temprano —Isabella levantó la mirada de los papeles que miraba con atención. Rosalie llevaba una taza de café en su mano derecha y sus lentes puestos —. Deberías estar durmiendo.
Isabella sonrió con melancolía y restregó los ojos antes de dejar los papeles en los que había estado trabajando para evitar pensar en el fantasma que se sentaba frente a ella para mirarla con reprobación cada vez que se bebía una copa de la segunda botella de alcohol de ese día.
—Mira quien lo dice, niña —Rosalie entró y se sentó en silencio mientras Isabella revisaba las cuentas de la empresa intentando buscar una forma de recuperar el dinero perdido de los aviones que se estaban reparado y que podrían venderse sin generar problemas. Pero ella necesitaba ganancias.
—¿En qué momento descansas? —preguntó Rosalie tomando un poco de café de su taza, llamándole la atención. Isabella dejó los papeles y miró su reloj.
—Manejo una empresa importante, un enorme legado. Así que lo hago, descanso cuando esta no está cayendo a pedazos por el error de un imbécil podrido.
—Muchas personas dijeron que Global High estaba quebrando cuando tú la tomaste.
—Estaba quebrada. Charles había invertido mucho dinero en algo que no era rentable. Pasé años pagando sus deudas, pero logré convertir Global High en algo bueno, en una empresa próspera que se mantiene sola.
—Construyes motores de avión con los ojos cerrados, armas cajas negras a ciegas, tienes la fórmula perfecta para clonar piezas de autos que ya ni siquiera existen en el mercado. Leí sobre esa máquina que creaste junto a Amara Motors.
—Me halagas Rose, pero no fui yo quien aprendió a hacerlo sola. Llevó años de prácticas y estudio en un callejón sucio en noches frías de invierno. Hyõ estuvo allí siempre guiando mis manos y por eso la mayoría de los sellos de mi empresa tienen su nombre. Global High fue creada porque él me mostró el camino. Hyõ. Él fue el artífice y yo solo la arcilla moldeable en sus manos. Llevo en mis manos y en mi cabeza el linaje de un regalo que no pedí. El linaje de una sombra oscura que un día llegó a mi vida a salvarme, pero luego se fue dejándome la elección de usar lo que sabía para el bien, para el mal o para el futuro. Y yo elegí la más difícil de todas.
—¿Qué elegiste?
—Elegí usar mi don para la venganza.
Grace apareció de pronto sacándola de su conversación para dejar el desayuno, pero Isabella no probó la comida, solo le dio un buen trago a una taza de café y se levantó antes de dirigirse a su cuarto y desaparecer en el. Parecía exhausta dedujo Rosalie, pero no era del tipo de cansancio de no dormir, era del tipo de cansancio que provocaba aquella lucha constante en la que ella parecía estar envuelta.
Rosalie maldijo un poco por no poder hacer mucho por ella, pero se resignó a ayudarla a sacar sus demonios haciéndola contar historias de su vida.
Emmett la sorprendió al ponerle las manos en los hombros haciéndola saltar en su asiento.
—Parecería que la carga en tus hombros es tan pesada que va a tirarte al piso. Te lo dije —le recordó antes de sentarse a su lado y poner su quijada en su mano para mirarla fijamente. Rosalie intentó darle un sorbo a su café, pero los nervios le hicieron temblar la mano así que antes de darle más trabajo a Grace al derramar el café por toda la mesa dejó la taza en su lugar y se recostó en la silla.
—¿Quieres hablar de ello? —preguntó Emmett frunciendo el ceño pareciendo genuinamente preocupado. Rosalie se cruzó de brazos y lo observó como quien mira una pintura antigua en una galería de arte, como quien se toma el tiempo de evaluar si de verdad aquella pieza de trabajo vale la pena. Como si necesitara asegurarse que podía descifrarlo, aunque estaba segura de que lo que podía encontrar al descifrar a Emmett iba a dejarla sin respiración.
Emmett se removió incómodo en la silla y Rosalie susurró:
—¿Realmente quieres escucharme?
Sorprendido por la pregunta Emmett retrocedió un poco en su asiento mientras Rosalie le dirigía una evaluadora mirada desde donde estaba, ambos estaban tan cerca pero parecían tan lejos también.
—Bueno seria interesante saber que pasa por tu cabeza —balbuceó nervioso Emmett haciéndola sonreír suavemente.
—No sería ético hablar de mi trabajo contigo.
—Somos amigos.
—¿Qué tipo de amigos se miran a los ojos de la forma en la que tú y yo lo hacemos?
Emmett palideció ante la pregunta de Rosalie quien pareció decepcionada cuando él no respondió, pero por el contrario ella estaba tranquila y sintiéndose feliz de ver qué podía dejar al rey plomo sin palabras. Rosalie se levantó y Emmett, impaciente, la siguió, pero ella, incómoda, le puso una mano en el pecho buscando alejarse de él.
—Tengo una pregunta más y, cuando me respondas ambas, iré contigo a esa cita que no me pediste.
Emmett levantó sus cejas sin decir nada. Nadie, en años, le había rechazado una cita. Él era un hombre atractivo a la vista pero Rosalie no era cualquiera, se dijo. Ella dio un paso más cerca de él antes de arreglarle la corbata deslizando sus manos por su pecho haciéndolos sentir vértigo.
—¿Crees que vale la pena?—le acomodó el nudo sin mirar a Emmett porque si lo miraba a los ojos estaba perdida; así que suspiró y apretó el nudo antes de deslizar las manos por el pecho enorme de el hombre que la tenía aterrada y mareada, sintiendo mariposas en el estómago y la tenía haciéndose ilusiones en su corazón —¿Crees que vale la pena salir conmigo? Pregunto porque yo no soy el tipo de chica idiota a la que metes en tus pantalones y luego tiras por la puerta obligándola a hacer su maldita caminata de la vergüenza sola y humillada. Y quiero que quede claro.
Sin dejarlo responder se alejó hacia su habitación e Isabella, quien había presenciado todo cuando había regresado para recuperar su celular que se encontraba en la mesa, sonrió abiertamente al ver a su amigo, al grandote, siendo doblegado por una mujer.
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—Esta noche presenciaremos la exposición más grande de tecnología nueva en San Francisco. Como invitados especiales tenemos empresas como Amara Motors, Global High, Toyota, Nissan, Tesla, Apple, Google y muchas otras compañías que nos han honrado con su presencia para evaluar a los chicos de nuestra fundación "Akihiro, un padre para un genio" demos por favor la bienvenida a nuestra patrocinadora principal ¡Isabella Cullen!
Varios aplausos se escucharon por el hangar que Alice Withlock había convertido en una hermosa exposición de tecnología aérea mientras los flashes de la prensa cegaban a Isabella, quien parecía una estatua de mármol tallada por el mismo Miguel Ángel.
Llevaba un hermoso vestido celeste suave de satén fino que se deslizaba sobre su piel con delicadeza haciéndola parecer de hielo. Rosalie sonrió abiertamente al verla allí de pie frente a todo el mundo que estaba prestandole atención a lo que ella tenía que decir.
Isabella se aclaró la garganta en el micrófono y miró al frente sin parecer nerviosa frente a miles de personas.
—Construir y crear es una de las cosas más increíbles e interesantes que pueden existir, pero más interesantes son los procesos y lo difícil que puede ser llegar a tener resultados. Hoy se celebra la fortuna de que tengamos la posibilidad de crear y ser parte de esos procesos especiales que nos llevan a resultados exitosos. Seamos dadivosos y usemos, esta noche, nuestros bolsillos para convertir el sueño de uno de nuestros muchos genios en realidad. Gracias.
Todos aplaudieron cuando Isabella bajó del escenario. Era un evento enorme. Había jóvenes mostrando inventos y creaciones hermosas, miles de periodistas, inversores, personas que, Rosalie jamás pensó ver de cerca, sonreían y se acercaban a Isabella desesperados por saludarla y darle su tarjeta.
Isabella tenía una sonrisa tensa, caminaba segura al lado de Emmett y Lauren y cuando la gente miraba a Rosalie y preguntaba por ella Isabella alzaba una ceja incitandolos a repetir las preguntas.
Nadie volvía a hacerlas.
Rosalie no había tenido días libres, pero no se sentía cansada. Estaba feliz de poder presenciar el poder de Isabella en ese mundo en donde todos esperaban terminar congelados por su frialdad e indiferencia.
Una mujer pelirroja y sonriente de ojos verdes se acercó a Isabella y, sin pedir permiso, la abrazo. En primeras instancias Rosalie no la reconoció, no hasta que la chica se giró completamente y giró a Isabella con ella diciéndole:
—Eres la mujer más hermosa de este evento.
Isabella bufó apartándose del abrazo de la chica, incómoda por la atención, y la chica después abrazó a Emmett colgándose de él como un mono chillando cuando este la apretó.
—Duende malvado —le dijo Emmett rodando los ojos. Alice Withlock sonrió abiertamente deslumbrando antes de fruncir el ceño hacia Lauren.
—Vaya, sigues aquí —dijo de forma sarcástica, aunque quien la viera sonreír diría que ella no podría destilar el sarcasmo que emanaba de sus ojos.
—Alice —la saludó la asistente antes de alejarse de ellos en dirección al bar.
Alice Withlock era hermosa y muy pequeña, parecía espontánea y sencilla, pero su belleza superaba por mucho a cualquier actriz del mundo. Todos hablaban sobre lo maravilloso que era conocerla. Rosalie la había visto muchas veces en la televisión nunca tan de cerca. Sabía que el mundo adoraba verla en la pantalla grande y que tenía premios, decenas de ellos. Alice la trajo de vuelta cuando le sonrió suavemente y se le acercó
—Tú debes de ser Rosalie Hale —Rosalie asintió sin saber que responder e Isabella rodó los ojos.
—Jasper es un cotilla.
Alice se rió y su risa fue como un canto suave y delicado. La gente los estaba viendo como si fueran extraterrestres en exhibición ¿Cómo alguien podía sonreír o reírse cerca de Isabella?
—¡Vamos cariño! El hombre me dice hasta que almorzó. Y más le vale —luego le extendió la mano a Rosalie y susurró —. No le hagas caso. Allí, bajo ese duro caparazón, hay una pequeña niña de corazón blando. Ya lo verás.
Rosalie no dijo nada a la actriz, pero le extendió la mano a la chica quien en lugar de tomársela para estrecharla tiró de su mano para acercarla en un abrazo y luego le beso las mejillas.
—Eres adorable, ella me agrada Isabella ¿Podemos conservarla? No me respondas. Quiero que conozcas a uno de los mejores cardiólogos del hospital —le dijo a Isabella y luego se alejó llevándosela hacia el salón de exposiciones dejando a Rosalie sola. Emmett se aclaró la garganta y susurró:
—¿Quieres ver los aviones de Global High en exposición?
Cuando Rosalie se giró a contestarle una hermosa castaña, apenas vestida con un pequeño traje que era más revelador que el simple vestido negro que ella había elegido para la noche, se colgó del brazo del hombre de plomo y le besó la mejilla
—Pero mira que guapo estás —le dijo la chica con confianza llamándole la atención y lo volvió a besar de nuevo en la comisura de su boca. Emmett se aclaró la garganta nervioso ante la familiaridad con la que la chica lo trato, intentando alejarla de su pecho.
—Sophia, no sabia que ibas a estar aquí —la chica rodó los ojos color ámbar y luego se rió como si Emmett le hubiese contado un chiste.
—Soy física. No puedo no estar en un evento como este. ¿Has visto los nuevos helicópteros eléctricos para transportar materiales peligrosos? Es un invento extraordinario, mejor que un black hawk.
—Si, un chico que es de nuestros mejores diseñadores planteó la idea que por supuesto Isabella financió —le sonrió Emmett y luego se soltó del agarre mortal de la garrapata y se giró a Rosalie quien, sin saber que hacer o decir, siguió el camino de Alice e Isabella dejándolo aturdido.
Isabella asintió hacia la gente y saludó a muchas personas, pareciendo demasiado grande en ese mundo pequeño. Entonces recordó mientras caminaba en silencio paseándose por el hangar las palabras sabias de Hyõ.
"—¿Por qué nunca vivimos en ese mundo?
—¿El mundo de los ricos?
Hyõ le sonrió incómodo y se aclaró la garganta paleando la nieve del piso y luego murmuró:
—No te pierdes de nada Õjo. Esa gente es peor que nosotros. Es ambiciosa, llena de intrigas. ¿Por qué querrías estar en un mundo como ese?"
Ella vivía en ese mundo y jamás había querido darle tanto la razón a Hyõ como ahora.
Todas esperamos a Edward chicas, pero créanme que necesitamos saber bien la historia de Bella antes de verlo a él, solo así vamos a entender la profundidad de los sentimientos de la Señora hacia él. Aquí vemos cómo ella tiene el respeto de un mundo en el que se necesita mucho temple. No la justifiquen, ella no es una santa, pero ama a Edward con tanta locura que estaría dispuesta a llegar al fin del mundo, solo para que él abiera los ojos. Jo, gracias por subir los capítulos nena, eres grande.
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