Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización
Capítulo 31.
El precio de la venganza.
"Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas. Sir Francis Bacon"
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Rosalie miró el reloj en el escritorio de Isabella quien impaciente lo golpeó intentando llamarle la atención. Evadirla no era un opción, posiblemente en ese momento la señora solo estaba siendo amable y ya lo sabía todo aún así
—No sé que te hace creer que yo lo sabría —le respondió.
Irónicamente Isabella levantó las cejas de una forma que Rosalie supo leer. La señora no se había creído una sola palabra que acababa de salir de su boca. Así que mandándolo todo al infierno Rosalie se recostó en la silla y miró a Isabella aún sabiendo que iba a hacerla enojar o que quizás ella iba a decirle algo que no quería escuchar, porque desde un principio ella no había estado de acuerdo con que viera al rey de plomo con ojos de amor.
—Va a casarse con Charlotte.
Todo encajó, como una pieza faltante de un rompecabezas sin sentido Isabella entendió las palabras melancólicas de Emmett, la forma tonta de verse como un maldito perro golpeado por un auto, el anhelo en sus ojos al ver a Rosalie alejarse de él como si el infierno la persiguiera pidiéndole su alma. Incómoda se aclaró la garganta empezando a entender las palabras de la voz al otro lado del teléfono y maldijo entre dientes antes de tocarse la ceja con su mano izquierda sintiéndose ansiosa. Sintiéndose tonta por primera vez en mucho tiempo puesto que ella lo sabía todo pero esto se le había escapado como arena de las manos.
—¿Por qué no vas a descansar? —le sugirió a Rosalie sin saber exactamente qué decir. La pobre chica se removió en su asiento antes de responder moviendo sus manos de forma extraña.
—Porque se siente que duele y no quiero pensar en eso. La distracción ayuda.
Isabella quiso sonreír porque ella lo entendía, sabía que era que doliera, tanto, que las palabras se atoraban hasta dejarla sin aire. ¿Qué tanto le dolería a Rosalie saber que el hombre que amaba iba a casarse con otra? ¿Qué tanto estaba dispuesta a luchar en contra de lo que podía ser lo mejor para ambos? Estar lejos del otro era lo que ellos debían hacer, pero por más que Isabella quisiera dejar las cosas así aún había deudas pendientes que pagar y Emmett le había salvado la vida muchas veces como para solo darse por vencida. Si Rosalie era lo que Emmett quería ella iba a dárselo aunque su lógica le dijera que dejara las cosas así, que no iba a soportar ver a otra pareja feliz. Suficiente tenía ya con Alice siempre sonriendo, saltando y a Jasper allí corriendo mientras buscaba embarazarla.
Luego pensó en la modeló. Ella se oponía a Charlotte, por supuesto. La mujer era una zorra vieja disfrazada de bondad que ni siquiera ella podía creer. Era solo un lobo vestido de oveja a quien quería trasquilar hasta que su rostro verdadero se mostrará. Pero no era fácil sacar a relucir el demonio que alimentaba a la bestia escondida tras un rostro angelical.
—Una mujer que admite que alguien la lastimó es patética —la regaño Isabella viendo a la chica quebrarse más, pero aún rota Rosalie sonrió antes de que sus ojos se pusieran llorosos y su barbilla temblará con los sollozos contenidos.
—Entonces seré patética hoy.
—Hay mejores formas de hacer daño.
—No soy como tú —se levantó de un impulso girando a la puerta dispuesta a irse.
—¿Vas a negar que no piensas en hacerlo arrepentirse? Porque puedes. Puedes hacerlo recorrer el mundo de rodillas solo por ti.
Eso la hizo detenerse. Isabella también se levantó sintiendo unas ganas irrefrenables de matarlos a ambos, o encerrarlos y dejar al destino y al maldito cupido actuar. Por supuesto primero tenía que saber por qué Emmett estaba cometiendo el error más grande de su vida queriendo voluntariamente casarse con la modelo. Eso no quería decir tampoco que no pudiera darle a Emmett un poco de sentido común mientras se cobra el que le haya ocultado que pensaba erróneamente casarse. Una idea destello en Isabella y si Rosalie la hubiese estado mirando quizás se hubiese asustado. Rosalie no era fea, y las ganas venganza que brillaban en sus ojos la alentaron a dar un paso más cerca de la chica, Isabella era como medusa después de todo, aquella trágica y hermosa mujer descrita por los griegos, a ella le gustaba tentar, y la mayoría de personas eran lo suficientemente débiles para pecar y verla a los ojos.
—¿Qué tanto ves sin tus lentes Rosalie?
Confundida, Rosalie se giró.
—Hace dos segundos me dijiste que me vengara y…
—Eso me confirma que quieres escucharme —la interrumpió bruscamente Isabella y Rosalie quiso negarlo. Contrario a todo lo que Isabella se imaginó esta vez en lugar de argumentar de qué era una santa, la chica de ojos azules respondió
—Mi vista no es tan mala. Tengo lentes de contacto en la maleta. No quiero lastimar a Emmett. No, si él me ama.
—Ve a la cama. Voy a hacer unas llamadas y pon la alarma para estar despierta temprano.
Ambas se sonrieron y Rosalie asintió y se fue cerrando la puerta sin ver el rostro cambiante de Isabella quien furiosa marcó el número de teléfono de nuevo. La voz al otro lado contestó
—No puedo hacer dos cosas a la vez.
—Una vez me dijiste que la información era poder. Y que el poder en las manos incorrectas es…
—Destrucción —La interrumpió la voz e Isabella se la imagino sonriendo — ¿Qué quieres?
—Destruir evidencia. Le di una oportunidad y no la tomó. No creí que ella fuera una amenaza, pero no soy idiota y sé que Emmett no se está casando con ella por amor. Ella sabe mucho y lo está usando para obtener lo que quiere. No me conviene.
—Bien. Ahora déjame trabajar.
Antes de que la voz colgará Isabella habló
—Amaya —la voz al otro lado esperó e Isabella habló — Sienna tiene a tu nieta. ¿Cuándo irás a verlas?
—Pronto. No me pidas explicaciones Õjo.
Luego la línea se cortó. Isabella mandó tres mensajes más y luego el reloj marcó las doce, así que como un fantasma se levantó y caminó a la segunda planta.
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Cuando Rosalie se levantó esa mañana lo que menos espero fue ver a tres personas de pie observándola. Nerviosa se incorporó quitándose las sábanas. Para su sorpresa una de las tres personas allí era Alice Whitlock. La mujer se veía como una niña que acababa de descubrir la despensa de los dulces de su madre pues estaba rebotando en sus zapatos Louboutin que bien podían usarse para abrir un agujero en la pared. Las otras dos mujeres parecían sacadas de algún spa, vestidas con trajes de enfermeras. Rosalie casi podía imaginarse que estaban allí para meterla en un psiquiátrico.
—Pareces emocionada.
Isabella les llamó la atención entrando en la habitación dirigiéndose a Alice quien le sonrió y la abrazo fuerte palmeándole la espalda
—No todos los días puedes jugar a las barbies —sonrió abiertamente viéndose complacida hacia Rosalie quien tragó audiblemente sin saber qué decir.
—Al baño Rosalie —ordenó Isabella y luego, sin pedirle permiso se dirigió a abrir la maleta que aún no desempacaba. Una cuarta persona entró en la habitación con una cantidad enorme de trajes. Lauren Maryory iba tras ella hablando por teléfono con una tablet y sus lentes mientras maniobraba con un café en un vaso térmico.
—Me importa una mierda su detox*, quiero que hagas que esté en la oficina cuando entremos así que más te vale que no me decepciones. No quieres enfrentarte a mi y mis opiniones.
Cuando Rosalie salió Isabella estaba viendo fijamente unos trajes y Lauren miraba fijamente una colección de tacones que le daría envidia a Sandy Schreier, la mayor coleccionista de moda privada del mundo.
—No…—las chicas levantaron la cabeza como si estuvieran saliendo de un trance mirándola fijamente, reparando en ella. Rosalie se tragó el nudo que sentía en la garganta y parpadeó un par de veces antes de continuar — No sé usar tacones. Me caeré de frente y…
Lauren se adelantó mirándola de pies a cabeza y le preguntó
—¿Sabes caminar?
La pregunta la hizo sentir estúpida cuando la escuchó así que solo asintió haciendo a la asistente sonreír abiertamente viéndose complacida.
— Entonces sabes usar tacones. Apoya primero el talón y después la punta de los pies y no dobles las rodillas más de lo habitual —empezó a decir y Alice la interrumpió.
—Camina sobre una línea imaginaria, pero nunca vayas mirando a tus pies. No bajes la mirada porque tienes que verte poderosa. Relaja las rodillas y caderas y ten en cuenta que una mala postura repercute en las rodillas, las caderas y la espalda.
Todas miraron a Isabella expectantes, quien se aclaró la garganta y murmuró incómoda:
— Usa un buen par de zapatos y conquistarás el mundo. Lo dijo Marilyn Monroe.
Rosalie asintió y se dejó llevar. Cuando Lauren silbó en apreciación ella parpadeó nerviosa y las tres mujeres la miraron como si hubiesen descubierto un tesoro en su rostro luego le sonrieron.
—Santa mierda —murmuró Alice y Lauren asintió.
—¿Tenemos todo listo? —preguntó Isabella rodándoles los ojos.
Lauren extendió la tablet hacia Isabella quien impaciente la tomó y leyó antes de asentir y caminar fuera de la habitación. Pero antes de salir se detuvo y las miró a todas diciendo:
—Hay café en el comedor. Nos vamos en una hora —luego se alejó.
Alice sonrió abiertamente saltando un par de veces y gritó "De nada cielo" a sus espaldas. Se giró a Rosalie quien nerviosa esperó y con confianza, como siempre, Alice se colgó de su brazo tirando de ella para llevarla al comedor.
Cuando Isabella entró al comedor para beber su té Rosalie también quiso exclamar un Santa mierda en su honor. La mujer era la definición de perfección y belleza y Rosalie ni siquiera se había atrevido a verse al espejo.
Iba vestida de negro y llevaba un jeans negro rasgado de las rodillas, una blusa cuello de tortuga y una hermosa chaqueta de cuero café.
Cuando el auto se detuvo frente a la empresa y no en el sótano por dónde solían entrar, Rosalie se asustó cuando tres guardaespaldas que no había visto nunca se pararon y alejaron a los reporteros quienes esperaban en el frente del edificio con su cámara lista
—¿Lista Rosalie?
Rosalie negó ¿Cómo alguien podría estar lista para estar allí exhibiéndose como una obra de arte abstracto al que todos querían ver? Pero sin tener tiempo para responder la puerta del auto se abrió e Isabella bajó con la mirada en alto, sus ojos cubiertos por lentes, sus manos envueltas en guantes negros de cuero, usando unos tacones que bien podrían parar el tráfico. Isabella no era arte abstracto, ella era solo arte. Los periodistas se volvieron locos al verla salir hablando todos al mismo tiempo y cuando Rosalie se bajó siguiéndola juró que escuchó voces fuertes hablando sobre lo hermosa que era.
Isabella se abrió paso sin detenerse o vacilar hacia su empresa y Rosalie la siguió mirando por dónde caminaba cuidando sus pasos, aún así cuando se sintió segura levantó la mirada y miró al frente ignorando a todo el mundo.
El mundo podía detenerse. Cuando todo lo malo se juntaba el mundo podía detenerse. Rosalie lo supo. Y lo vio. Ella vio a su mundo detenerse y como si de una toma en cámara lenta se tratara, se sintió rota en cuando atravesó las puertas de la empresa y vio a Emmett esperando junto a Charlotte quiénes incómodos miraban a la señora entrar junto a la mujer más simple del mundo.
—No puedo hacer esto—susurró Rosalie y Isabella se detuvo sin quitarse los lentes o mover mucho su boca le dijo:
—Se el mundo Rosalie y haz a Emmett gravitar hacia ti. Míralo.
Rosalie lo miró, ella lo miró y sintió a su mundo comenzar a girar tan rápido que le dió miedo. Lo amaba y él iba a casarse con otra. Pero cuando sus miradas se encontraron, cuando la miró, todo desapareció, incluyendo a Charlotte quien parecía estar chupando un limón por la mirada agria y la mueca de desagrado que seguro iba a dejarle arrugas. Emmett se acercó a Isabella y le sonrió forzadamente pareciendo tenso
—¿Qué haces? —se dijo entre dientes. Isabella lo miró inocente al quitarse los lentes y le puso una mano sobre su brazo apretándolo.
—Debería preguntarte eso y lo sabes.
Lo dijo de una forma que pareció una amenaza. Charlotte dió dos pasos insegura hacía Isabella quien impaciente esperó hasta que estuvo cerca
—Isabella.
—Charlotte —le respondió escueta y luego pasó de ellos dejándolos de pie. Rosalie no se movió, ella se quedó allí de pie viendo a Emmett quien solo espero. Cuando ninguno de los tres se movió Charlotte sonrió abiertamente y se colgó del brazo de Emmett confiada como una adolescente reclamando su territorio.
—Espero que te guste mucho la ciudad Ross.
Isabella se detuvo de pronto y miró a Rosalie quien se encontró con su mirada ambas en una discusión silenciosa y de pronto Rosalie sonrió de una forma que hizo a Emmett jadear y a Charlotte dudar
—Por supuesto. La tecnología es interesante, mucho más que modelar en ropa interior.
—Lo apuesto. Te ves como del tipo de chica que prefiere la tecnología al maquillaje.
Rosalie se rio como si Charlotte le hubiese contado un chiste, aunque sabía que la estaba midiendo. Ella no era mezquina, pero la modelo escondía algo y eso le hacía sentir náuseas y ganas de arrancarle el cuero cabelludo usando sus manos.
—Alguien me dijo una vez que descifrar una ecuación matemática era más fácil que delinearse los ojos. Claro —se detuvo Rosalie y dio un paso al frente de Charlotte y levantó las cejas como si le fuese a confiar un secreto —, es probable que no sepas que es de lo que estoy hablando ¿Sabes diferenciar la seda del satín?
Emmett tosió ocultando una risa y Rosalie miró sobre el hombro de Charlotte hacía él de una forma que lo hizo palidecer antes de rodearlos y dirigirse a Isabella quien cuando estuvo a su lado hombro con hombro le dijo mientras ambas esperaban el elevador.
— El karma es una puta en la esquina esperando pacientemente hasta que llegue su pago.
—Maldito karma.
—Ah, pero que bien debió haberse sentido eso.
Ambas se rieron y el elevador se abrió.
*Cuando se habla correctamente de un detox, nos referimos a una desintoxicación o limpieza del cuerpo, que normalmente se logra haciendo cambios en la alimentación para facilitar que nuestro organismo elimine impurezas, residuos y toxinas.
Isabella está sacando a Rosalie de su caparazón y buscando saber qué pasa con Emmett, esa mujer es imparable ¿No lo creen? Se vienen capítulos hermosos y duros de leer chicas, gracias a todas por tomarse el tiempo de amar a esta difícil mujer. Edward también la ama con locura ¿Saben? Jo, como siempre, eres mi pilar. Gracias por acompañarme en esta enorme aventura.
¿Reviews? Hasta el próximo capítulo chicas!
