CAPÍTULO LV
VERDAD
(Hace más de dos años)
Avanzando por tan pedregosos caminos, aquel grupo de soldados esperaba encontrar un buen lugar para pernoctar.
Y desde que salieron de la aldea, el pelinegro no se había separado de la hermosa castaña.
"¿Hace cuanto que combates?", ruborizada, cuestiono Lita.
"Hace tres años", orgulloso contestó Dimitri. "Pocos son los que tienen combatiendo desde que inició la guerra"
"¿Desdé entonces has estado bajo las órdenes del mismo comandante?", fue la pregunta que siguió.
"No. En un principio yo era piloto y fue durante una misión de reconocimiento que mi avión fue derribado. Esos malnacidos pensaron que estaba muerto. Malherido estuve dos días en el bosque, hasta que pasó el batallón del comandante. Ellos me ayudaron y desde entonces decidí acompañarlos"
"Muy valiente de tu parte continuar"
"Más valiente es tu decisión de venir con nosotros", sonrojado señaló.
"El comandante es un hombre muy desconfiado, ¿Verdad?", observando al orgulloso rubio señaló.
"Y no lo culpo. Su familia fue asesinada"
Y habrían seguido conversando, sin embargo en ese momento el rugir de las metrallas irrumpió la tranquilidad del rojizo atardecer.
"Están del otro lado", gritó el rubio Haruka.
"Mantén el pecho contra el suelo, no levantes la cabeza", a gritos ordenó Dimitri.
Ella preparó su arma, apuntando hacia más allá de la alta hierba.
"Son como ratas... ¿Tienes miedo?"
"No hay tiempo para ello", Lita replicó.
"No es como pensaste que sería, ¿Verdad?", Haruka cuestionó creyendo que si sobrevivía ansiosa estaría por regresar a su hogar.
"Es como lo imaginé, señor", ella replicó.
"Así de valientes deberían ser todos. Vamos por ellos"
El chillar de las balas que volaban cerca de ella amenazando con herirla y el rugir de la pesada artillería de los unos y los otros lejos de atormentala la llenaron de confianza. "Hermano, te juro que sobrevivire para llegar a la tierra de tu asesino", aferrando sus manos al arma de Dietter, al igual que los demás y por primera vez se lanzó a la contienda.
(Presente. Mañana siguiente)
Tendido sobre la mesa de operaciones, yacía el cadáver del joven capitán.
"¿Cuál es el veredicto?", cuestionó su comandante.
"Murió a consecuencia del disparo", contestó el médico del batallón al mismo tiempo que le mostraba el desecho proyectil. "Impacto en una de sus costillas, fracturandola en dos partes. Así que sin temor a equivocarme puedo decir que la bala no lo mató, sino que el hueso roto le perforó el pulmón aquí y aquí. Se ahogó con su propia sangre"
"Maldición", masculló el comandante. "¿De qué tipo de arma salió esa bala?"
"De una de las nuestras", contestó el médico. "En el bolsillo llevaba una botella de vodka que se rompió no sé si a causa del impacto o la caída. ¿Se le entregó ese alcohol como parte de sus raciones?"
"Muy seguramente si", mintió ocultando el hecho de que fue él quien la noche pasada se la apostó.
"Me lleva a concluir que quizás se encontró con algún otro ebrio con el que discutió por ella, así que puede imaginar el resto", colocando la blanca sábana sobre el hombre, procedió a firmar los documentos correspondientes. "Tendrá que informarle a la familia de su deceso"
"Hijo de perra el que hizo esto. ¿De qué forma voy a decirles que murió una vez que la guerra terminó", impotente el hombre masculló.
(En los campos)
Supervisando que el trabajo se llevará a cabo como lo había ordenado, Haruka recorría el lugar, hasta que observó que en dirección a él se dirigía un oficial de correos.
"¿Es usted el coronel Haruka T.?"
"Si, ¿Hay carta para mí?"
"Si, comunicado de parte del general Volkov"
Frunciendo el entrecejo lo tomó, ya no deseando que se tratara de la noticia que desde hacía meses impaciente esperaba, pero sí que no fuera la orden de que debía movilizarse hacia el otro lado del mundo.
"¡Vaya, ya era hora!", contento expresó, y es que en dos semanas podría cobrar una tercera parte de su pago por los cuatro años de servicio. Y lo que terminó por emocionarlo fue que no tendría que trasladarse al Sur, sino que podría hacerlo en el banco que el gobierno provisional establecería dentro de la ciudad.
(En la clínica)
Sin ya tomarle ninguna importancia a lo acontecido en días pasados, Mina se encargaba de esterilizar el instrumental, hasta que se vio interrumpida por la hermosa pelinegra.
"Buenos días", titubeante saludo.
"¡Oh, buenos días!", ella contestó dejando a un lado lo que hacía.
"¿Soy inoportuna?", con voz temblorosa cuestionó.
"Por supuesto que no. Siempre estoy disponible para mis pacientes. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?", esperando escuchar que el castaño había regresado a su lado, preguntó.
"Pasaba por aquí y decidí detenerme un momento", mordiéndose los labios y muy indecisa expresó.
"¿Ella lo sabrá?, ¿Habrá venido a hacerme alguna reclamación?", en silencio Mina se preguntó.
"Será mejor que me vaya", limpiándose las lágrimas que emanaron, Rei se dio la vuelta, encaminando sus pasos hacia la salida.
"Espera, ¿Qué pasa?", deteniendo su avance la joven pidió.
"No debería estar aquí dando problemas. Lo siento mucho"
"No voy a dejarte ir. Por tu bien y el de tus hijos debes tranquilizarte"
Rei bebió el agua que le ofreció. "Mi intención no es darte problemas"
"¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?"
"Necesitaba hablar con alguien"
"Entonces dime, ¿Cómo está todo en casa?"
Ya sin poder tolerarlo, la joven se cubrió el rostro, dejando que el llanto se hiciera evidente; "Él... él sabe que estoy esperando un hijo y ha puesto en duda que sea suyo"
"¿Qué hizo que?", sin poder evitarlo y muy sorprendida, la rubia casi gritó.
"Lo que sucedió lo considera un engaño de mi parte. ¿Qué no fue testigo de mis sufrimientos?, ¿Cómo pudo atreverse?... ¿Qué sería de mí si supiera que perdí un hijo que bien pudo haber sido suyo o de alguno de esos dos?"
"Maldito infeliz. ¿Cómo pudo pensar que yo accedería a sus pretensiones?", terriblemente enfadada pensó.
De pronto la puerta se abrió, dando paso al oficial de correos.
"¿Hay carta para mi?", cuestionó sabiendo la obvia respuesta.
"Como todos los dias, tambien traigo muy buenas noticias para ti y la cirujano", contestó el oficial mientras que sobre el escritorio colocaba la carta anónima y el aviso del general Volkov"
"Que fácil le resulta a los hombres deshacerse de lo que ya no les interesa", profundamente asqueada hizo añicos la carta.
(Casa de los Kremer)
Esperando que quien llamó a su puerta no fueran los dos sujetos del día anterior, nerviosa Michiru acudió a abrir.
"Buenas días", aún muy avergonzada por la indiscreción cometida aquella mañana, Mizuno saludo.
"Buenos días, por favor pase", contenta la aguamarina expresó.
"No había tenido tiempo de venir"
"Entiendo, por favor siéntese. Iré por algo de beber"
"¿Cómo has estado?"
"Bastante bien, aunque hay veces en las que terminó el día muy cansada"
"¿Puedes dormir?"
"Si, pero supongo que luego no podré hacerlo", dejando escapar una ligera risa, la joven respondió.
Fue así que luego de una breve conversación, ingresaron en la habitación donde la médico llevaría a cabo la revisión.
"¿Se mueve?"
"Y mucho", contenta Michiru señaló.
"Así es por ahora, luego no lo hará tanto. Pero si deja de hacerlo durante mucho tiempo no dudes en llamarme"
"Espero no sea necesario"
¿Sabes algo?, creo que ya es posible", Amy expresó mientras que de su maletín extraía el estetoscopio. Y apoyándolo en el desnudo vientre de la joven, contenta sonrió.
"¿Está todo bien?", ante el silencio que siguió, ella no pudo evitar preguntar.
"Si, por supuesto. Escucha", dijo entregandole el instrumento para que lo hiciera.
Entonces Michiru no pudo evitar sonreir; "¿Ese es...?"
"Así es, es el corazon de tu bebé"
"¡Vaya!, pero ¿Por qué late tan rapido?", a su rostro asomó la preocupación.
"No tienes porqué alarmarte. Es totalmente normal"
"Es hermoso", tanta fue su emoción, que dejó escapar unas cuantas lágrimas.
"Lo es. Te lo regalo. De esa forma podras hacerlo cuantas veces lo desees"
"¿De verdad?"
"Por supuesto"
"Muchas gracias"
Y fue ante su alegría que Amy no pudo evitar sonreír; " En las últimas semanas he atendido a muchas mujeres que casi están en su situación, pero pocas se han emocionado ante sus bebés... no tengo dudas, ella no solo ama a su hijo, también al coronel"
(Cerca de ahí)
Fue luego de mucho pensar en lo sucedido con el niño y en lo que Dimitri dijo, que Lita llamó a la puerta del hogar de aquellos tres.
"Buenos días, por favor pase", expresó la mujer.
"Les he traído esto", dándole la bolsa de alimentos señaló.
"Muchas gracias, siéntese. Le traeré algo de beber"
La castaña caminó hacia el recibidor donde contempló al menor de los niños, que callado y como esperando a que algo sucediera, observaba a través de la ventana.
"¿Cómo estás?. ¿Te sientes mejor?", rompiendo con el silencio que se formó, ella preguntó.
"Si", bajando la mirada replicó el chiquillo.
"Me alegro mucho", tomando asiento, poso la mirada en él.
"Será mejor que hagas lo que mamá dijo y te pongas a estudiar", Karl, que se ocupaba de ordenar la deshecha biblioteca de Dietter, señaló.
"No quiero", replicó el chiquillo como amenazando con echarse a llorar.
Karl se puso de pie y con toda la fuerza que había en sus aún infantiles manos, golpeo la mesa; "Deja de perder el tiempo esperando algo que jamás va a pasar. Papá no va a regresar"
Ante esas palabras la castaña titubeo y sus mejillas se empalidecieron.
"No es verdad, papá sigue con vida. En su última carta nos prometio que volveria"
"Dejen de discutir", en vano su madre ordenaría.
"Por favor dile que no vuelva a repetirlo. Papá está bien"
"Karl, escucha a tu hermano", sirviendo los bocadillos, cansada de la misma discusión señaló.
"Es la verdad, mamá. Tú también tienes que aceptarlo, papá murió. Estoy harto de tener que repetirlo", dejando que el llanto le nublara la mirada, grito.
"En lugar de ayudar lo unico que haces es herir a tu hermano"
Ante las palabras de los tres, la capitana bajo la mirada. " *¡Demonios!. ¿Hasta qué punto soy culpable de lo que les pasa?*", apretando el puño murmuró en su idioma para que no pudieran entenderle.
El menor, embargado por el llanto caminó hacia ella y sujetándola por el casi deshecho abrigo del que fuera su padre, entre sollozos expresó; "Tú vienes del Sur, ¿Viste a mi papá?... mira, es él", señaló la fotografía que pendía de unos de los agrietados muros.
"¡Dioses!", ella masculló mientras contemplaba la agradable sonrisa del hombre que la despojó de todo, luego la volvió a posar sobre el niño que con desesperación seguía llorando sujetado a ella. " Para ellos es su padre, para mi un demonio, pero ¿Debo destruir la imagen que tienen de él?... ¿Estoy en mi derecho de decirles lo que me hizo y le hizo a mi hermano?"
"¿Lo viste?... cuando regreses si lo ves dile que lo estamos esperando. Que no nos hemos olvidado de él", empapando con sus lágrimas el abrigo, pidió.
"Deja de llorar, tienes que ser un hombre", su hermano ordenó.
"Por favor ya no llores", su madre también pidió, abrazandolo a ella.
"Amy y Dimitri tienen toda la razón, no debi preocuparme tanto por ellos porque lo único que logré fue hacerles creer que él seguía con vida. Así es la guerra y no me arrepiento de lo que en ella tuve que hacer", así pues la joven erguido la orgullosa mirada y poniéndose de pie y dejando una de las negras cruces sobre la mesa, sin prisa alguna comenzó a deshacerse del pesado abrigo de Dietter
Ante esa imagen el niño dejó de llorar, su hermano mayor guardó silencio y la mujer soltó el agarre que ejercía en ambos. Y sin saber porque, los tres fueron embargados por el desconcierto.
"Es más que obvio que cada una de esas medallas representa a un hombre muerto, así que ¿De cuál de todos ellos es ese abrigo?", la mujer se cuestionó.
Con cuidado la castaña lo dobló y una vez que terminó, lo dejó sobre la mesa y encima colocó la negra cruz y los documentos del hombre.
Siendo asaltada por un violento escalofrío y fijando la mirada en aquella prenda fue que por fin la mujer lo entendió todo, entonces rompió a llorar de forma amarga; "No, no puede ser," derrumbándose en brazos de sus hijos chillo.
"¿Mamá?", aún sin comprender, ambos cuestionaron.
Ella no pudo responder, abrazándose a ambos con fuerza.
Para ellos ya no hicieron falta grandes explicaciones, basto el desespero de su madre para que aceptarán su trágica realidad. Abrazándose a ella, fueron embargados por el más grande de los pesares.
Ante esa dolorosa escena Lita no pudo decir nada y dándoles la espalda, se dispuso a abandonar el lugar.
"¡Oye tú!, ¿Fuiste tú quien mato a mi padre?", enfurecido el mayor cuestionó.
Sin dirigirle la mirada, furiosa por lo que aquella tarde atestiguó, contestó en su propio idioma para que no entendiera sus motivos; "* Sin razón alguna él quemó la aldea donde yo vivía, luego asesinó a mis vecinos y hermano*"
Y apenas abandonó el lugar, no pudo evitar romper a llorar.
Dimitri, que la había seguido, acudió a abrazarla. "Hiciste lo correcto. Debían saberlo. Estoy seguro de que es lo que tu hermano hubiera querido"
(Esa noche)
Y mientras Michiru se ocupaba en tejer, Haruka hacía una lista de todo aquello que compraría en cuanto recibiera su pago, lo cual en su mayoría incluía comida, comida que en esos cuatro años no pudo encontrar.
"¿Sabe?, hoy vino la medico a revisarme", contenta señaló.
"¿Cómo está todo?", dejando a un lado lo que hacía, cuestionó.
"Dijo que muy bien. Incluso me hizo un regalo para que pueda escuchar el corazón de mi bebé", expresó mostrándole el artefacto.
"¿Es posible?"
"Si, ¿Desea...?", no alcanzo a terminar la pregunta.
"Por supuesto". Así que utilizándolo, maravillado Haruka sonrió. "Es hermoso"
"Lo es", ella contestó posando la mano en su vientre.
"Dime una cosa, ¿Eres feliz?
"¿Cómo no serlo, si voy a ser madre?"
"Supongo que nunca pensaste que sucedería así, ¿Verdad?. Estoy seguro de que nunca pensaste que te convertirías en madre en estas circunstancias, ¿O si?"
Michiru volvió a sonreír; "Las circunstancias poco importan. Es mi hijo", respondió.
"Su hijo, pocas veces ha dicho que es mi hijo... Pero es cierto, es más suyo que mío. Lo único que hice fue... no tengo ningún derecho a pedir nada", bajando la mirada apretó el puño. "Dime una cosa, ¿Amas al hijo de un hombre como yo?... ¿Amas al hijo del monstruo que...?"
"Lo amo y no tiene ninguna culpa de mis decisiones o sus acciones. Además a usted lo aprecio"
"¿Aprecio?"
"Por supuesto, me ayudó cuando más lo necesitaba", acomodándose el cabello que resbaló por su frente, desvió un poco el rostro para que no notara sus encendidas mejillas.
" ¿Aprecio?, al menos es algo, aunque creo que está confundida... Además esa clase de aprecio no puede convertirse en amor, al menos no en el amor que yo deseo"
"¿Dije algo que no debía?"
"Por supuesto que no, pero...", el rubio no alcanzó a decir, y es que en ese momento un disparo se dejó escuchar, hiriendo de muerte a un oficial que cerca de ahí caminaba.
Notas de autor;
¿Creen que lo que hizo nuestra Mako fue lo mejor?
Michelle; Todo quedó en un susto para ella, y como lo señalas, todo fue para bien.
Kaiohmaru; La guerra afecta a las personas de diferente manera, pero ese no es pretexto para que Nicolás se comporte así. Mina ni en cuenta y él ya se ve casado con ella xd.
Isavellcota; Más que nada ese sujeto le hizo esas preguntas a nuestra Michi en un intento por escuchar su historia y conocer ciertos detalles escabrosos. Haruka aunque no quiera demostrarlo abiertamente, es un amor con ella.
