Notas: Cuando era muy chiquita, en la televisión daban la historia en dibujos animados del cuento de Edmondo de Amicis "De los Apeninos a los Andes", o sea, la historia de Marcos y su mamá. Esta historia tiene algunas "similitudes".
Parte II
Fines de diciembre 1812
Desde la cima de Oakham Mount, Elizabeth miraba su casa con profunda tristeza. Habían pasado tantas cosas en los últimos meses, que se sentía agobiada, y por primera vez en su vida, temía por el futuro.
A las pocas semanas que los Gardiner regresaron a Londres, el coronel Forster visitó Longbourn para corroborar si Lydia estaba allí. El Coronel les informó que hacia dos semanas que Wickham no se presentaba en su puesto de trabajo, y se había enterado dos días atrás, que el casero donde vivían había echado a Lydia por no pagar la renta. Elizabeth enseguida mandó una carta a los Gardiner para ponerlos al tanto de la situación y averiguar si Lydia estaba con ellos. Dado que Lydia y Wickham estaban casados, el coronel Forster prometió no mencionarle a nadie más que Wickham la había abandonado.
Como consecuencia de la guerra con América, los conflictos en el continente y los meses que su tío Gardiner estuvo fuera de Londres, los negocios de su tío habían sufrido severas pérdidas. La situación aún no era extremadamente crítica, pero los Gardiner tenían que ser muy prudente y reducir al mínimo los gastos.
A los pocos días, Elizabeth recibió una carta de su tío donde decía que Lydia no estaba con ellos. Elizabeth no sabía si su tío había contratado un investigador para buscar a Lydia o si se había desentendido del problema.
Por otro lado, su tía Gardiner no había contestado las últimas cartas que Elizabeth le había enviado. Era triste lo que estaba pasando, pero Elizabeth entendía perfectamente los motivos por los que su tía estaba molesta con ella.
Poco después, Jane se casó con el Sr. Bingley. A pesar que el tío Phillips le había aconsejado seriamente que no firmara el contrato matrimonial sin antes mostrárselo, Jane no hizo caso y lo firmó.
Unos días antes de la boda de Jane, a sugerencia del tío Phillips, los libros y todos los objetos de valor que no formaban parte del inventario de Longbourn fueron vendidos. Se recaudaron 1200 libras que el Sr. Phillips las repartió entre Mary, Kitty y Elizabeth. También había unas 600 libras en la cuenta de Longbourn, que el Sr. Phillips también repartió entre sus tres sobrinas. Cada una de ellas tenía ahora una dote de 600 libras.
Las primeras semanas después de la boda de Jane, no hubo grandes cambios en Longbourn. Pero un mes atrás, un hombre llegó a Longbourn reclamando el pago de 10.500 libras libras. Al enterarse de la deuda, Bingley estaba furioso y acusó a Jane de haberle ocultado que Longbourn tenía deudas. Para la sorpresa de la Sra. Bennet y sus hijas – incluida Jane – Bingley les avisó que iba a tener que vender Longbourn, ya que no estaba dispuesto a gastar 10.500 libras del dinero que le quedaba para que ellas siguieran viviendo allí.
Sin darse cuenta, una lagrima rodó por las mejillas de Elizabeth al recordar lo que había pasado ese último mes. Luego de la confrontación con su hijo político, su madre tuvo un fuerte ataque de nervios, que derivó en apoplejía. Le costaba hablar y caminar. Desesperada, fue a hablar con Jane para contarle lo que le había pasado con su madre y para que tratara de convencer al Sr. Bingley para que esperara unos meses antes de Longbourn.
Elizabeth era consciente que desde que Jane se había casado, solo había ido una vez a Longbourn. Además, el Sr. Bingley había insinuado que no quería que fueran a visitarlos por varias semanas ya que como estaban recién casados y no habían podido hacer un viaje de bodas, querían tener privacidad en su casa.
Al enterarse del estado de salud de su madre y del pedido de Elizabeth, Jane se entristeció muchísimo, pero respondió, "Ya hablé con Charles sobre Longbourn, pero no puedo hacer nada al respecto. Lamentablemente Charles está atravesando problemas económicos porque tuvo que darle la dote completa Caroline, perdió mucho dinero en unos negocios que salieron mal, y además el mes pasado pagó el alquiler de Netherfield. Por esos motivos, no puede gastar 10.000 libras en Longbourn."
Elizabeth abrió muy grande los ojos, recordó en ese momento la desconfianza de los Gardiner sobre el interés de Bingley, y por primera vez pasó por su cabeza la posibilidad que su cuñado se había casado con Jane por interés. Al ver el rostro de sorpresa de su hermana, Jane con tristeza agregó, "Lo siento mucho, Lizzy. Pero estoy segura que después que Longbourn se venda, Charles va a comprar una propiedad para que ustedes vivan allí."
Elizabeth miró a los ojos a su hermana, pero Jane desvió la mirada. En ese momento, entró el Sr. Bingley al comedor. Después de los saludos de cortesía, Elizabeth comenzó a sentirse cada vez más incomoda con las preguntas y comentarios de su cuñado. También notó que Jane no intervenía en la conversación y ni siquiera miraba a su esposo.
Esa tarde, regresó a Longbourn muy desilusionada. Posteriormente fue a hablar con su tío Phillips, y le dijo que no había nada que pudiera hacer para impedir la venta de Longbourn.
Le escribió una carta a Georgiana Darcy para avisarle lo que estaba sucediendo y que no vinieran a Longbourn. De eso hacia tres semanas, y no había tenido aún noticias de ella.
