Notas: Espero no desilusionarlos con este capítulo. Pero es necesario.
PPP
Pocas veces en su vida Mary Bennet había estado tan feliz como esa mañana. La noche anterior, sus sueños se habían hecho realidad; el Sr. Stuart le había propuesto matrimonio.
Durante el desayuno, le contó las buenas noticias a su madre y a Elizabeth. La Sra. Bennet se emocionó y la abrazó fuertemente. Sin darse cuenta, Mary comenzó a llorar, ya que muy pocas veces su madre la había abrazado. Con el correr de los años, se había tratado de convencer a sí misma que no necesitaba el afecto de su madre, pero en el fondo de su corazón añoraba que su madre la quisiera igual que a Jane y a Lydia.
Con preocupación, y mucha dificultad al hablar, la Sra. Bennet le preguntó, "¿Estás contenta, Mary? No tienes que casarte con el Sr. Stuart si no lo quieres."
Mary sonrió entre las lágrimas, "Estoy muy feliz, Mamá. Jamás pensé que me iba a casar, y mucho menos con un caballero que me agrada tanto como el Sr. Stuart."
La Sra. Bennet sonrió tristemente. Recordó las veces que le había dicho a Mary que no era bonita, y había afirmado que estaba destinada a ser una solterona… ¡Qué equivocada que había estado en todo!
Al darse cuenta de que su madre estaba agitada, Elizabeth rápidamente abrazo a su hermana y dijo, "Estoy muy feliz, Mary. Me agrada mucho el Sr. Stuart, y estoy segura de que van a ser muy felices." Hizo una pausa y con curiosidad preguntó, "¿Ya han fijado fecha para la boda?"
"No, no hemos aún hablado de la fecha. El Sr. Stuart va a escribirle al tío Phillips y al tío Gardiner para obtener su consentimiento, y después fijaremos la fecha."
El rostro de Elizabeth se ensombreció ligeramente. A pesar de que habían pasado tantos meses, su relación con los Gardiner no había mejorado. Su tía no había contestado las cartas que le había enviado, y se sentía culpable de lo que había pasado. Haciendo un esfuerzo por evitar entrar en esos tristes pensamientos, sonriendo comentó, "Me imagino lo que va a decir la Sra. Holmes cuando se entere," imitándola agregó, "Es un caballero tan agradable y de buen corazón..., es tan dedicado a su congregación."
Mary y la Sra. Bennet rieron, ya que cada vez que la Sra. Holmes veía a Mary, decía exactamente lo mismo sobre el Sr. Stuart.
Posteriormente, siguieron conversando sobre el Sr. Stuart y los planes a futuro, hasta que sintieron que estaban golpeando la puerta. Al mirar por la ventana, vieron que era el Sr. Darcy. Elizabeth se ruborizó ligeramente, y abrió la puerta.
Después de los saludos de cortesía, Elizabeth invitó a caminar con Darcy por los alrededores de la cabaña. Elizabeth notó que Darcy parecía preocupado y se notaba que no había dormido bien la noche anterior. Dado que, por varios pasos, Darcy no dijo una palabra, Elizabeth rompió el silencio y le preguntó por Anne.
Darcy suspiró, y procedió a contarle lo que había averiguado la noche anterior, la conversación con Anne, incluyendo la necesidad de encontrar un caballero para que se casara pronto o de entregar en adopción a ese niño.
Elizabeth escuchó atentamente, y se sintió muy triste por Anne. Entendía la posición de Darcy, pero Anne era muy rica y tenía Rosings. Eso no iba a cambiar; su hijo, aunque naciera fuera del matrimonio, iba a heredar una fortuna. Seguramente iba a tener una mejor vida que si era entregado en adopción. Mirándola a los ojos le dijo, "Es muy triste lo que le está sucediendo a la Srta. De Bourgh." Hizo una pausa y agregó, "Pero deberías respetar sus decisiones. Ella es mayor de edad y es una heredera. Si desea conservar a su hijo, puede hacerlo."
Darcy la miró como si tuviera tres cabezas y respondió, "¡Ese niño no va a ser aceptado en sociedad! Va a ser una vergüenza para la familia…"
Indignada, Elizabeth lo interrumpió, "Ahí está el problema; no estás pensando en la felicidad de tu prima, ni en el bienestar de ese niño. ¡Solo estás pensando en la vergüenza de tu familia!"
Elizabeth cerró los ojos, y con tristeza preguntó, "¿Por qué has venido a verme? Si cuando era la Srta. Bennet de Longbourn una posible unión conmigo era una degradación, ¿ahora que sería?"
Darcy estaba muy sorprendido por la reacción de Elizabeth, y de sus labios no salieron palabras. Con pesar y lágrimas en los ojos, Elizabeth dio media vuelta y regresó rápidamente a su casa.
