XVIII. Contención carmesí

El menor de los Uchiha se encontraba en uno de los tantos campos de entrenamiento de Konoha. El sol pegaba de frente lo que señalaba que pronto oscurecería. Había pasado la tarde en el lugar para desahogar la tensión que los últimos días le habían provocado.

Mientras terminaba de juntar las shuriken y los kunai que había lanzado previamente, sintió que alguien se acercaba por detrás.

— ¿Qué quieres?

El rubio detrás de un árbol hizo una mueca. Estaba a punto de asustar a su amigo, pero el pelinegro le cortó antes de que pudiera siquiera intentar su broma.

— Vaya, alguien está de mal humor. Y yo que venía a invitarte a comer ramen. — dijo el Jinchuriki claramente ofendido al bajar al claro.

Sasuke resopló.

— Estoy ocupado con mi entrenamiento.

— ¿Estás ocupado o simplemente estás fingiendo estar ocupado? Porque últimamente pareces estar ignorando a todo el mundo. Antier que te saludé, me ignoraste. Ayer pasó lo mismo cuando venía con Chouji: Me pasaste de largo.

Aunque lo negara, Naruto tenía razón. El Uchiha había estado evitando a sus compañeros.

Sasuke había decidido mantener oculto el peso que llevaba sobre sus hombros. A final de cuentas trabajar solo siempre había sido su especialidad y así era más sencillo cambiar de planes; aunque esta vez la principal motivación para haberse alejado de los demás había sido su charla con Sakura.

Hace un par de días, el Sexto lo había citado en la Arena de los exámenes Chunnin para decirle que su juicio se había pospuesto hasta nuevo aviso debido a las nuevas acusaciones; pero cuando llegó sólo se encontró con que el peliplata todavía no llegaba y el recado se lo dio alguien más. Justo cuando comenzaba a maldecir la crónica impuntualidad de su maestro y se dirigía a la salida, sus ojos alcanzaron a vislumbrar a la chica que estaba al fondo del lugar.

Contra sus planes, ahí se encontraba ella.

Cuando la vio, dudó por un momento entre acercarse o seguir con su camino; pero saber cuál era la actitud de la pelirosa hacia con él pudo más que su sigilo.

Las cosas ya eran complicadas cuando la había encontrado en su departamento, no podía negarlo; no obstante las cosas empeoraron cuando le notó espiándole el día anterior en el edificio abandonado (era imposible no reconocer el chakra cálido de la pelirosa, sin contar que su cabello era una de las características que él siempre reconocía aun en la oscuridad); en ese entonces fingíó no verle para evitar otra confrontación innecesaria, sin embargo, era imposible para él no preguntarse en qué términos se encontraban actualmente.

Para su mala suerte, ese nuevo reencuentro no había sido diferente a la amargura que dejó el primero. Sakura le confirmó que dudaba de él; y no solo eso, dudaba incluso de su lealtad para con el equipo Siete. Supuso que era la recompensa por sus faltas del pasado, pero aun así, todavía algo en él se rompió cuando vio la decepción en los ojos de la kunoichi. Sakura no confiaba en él y no podía culparla.

Por ello había decidido seguir su petición y dejar las cosas como estaban (y como debieron quedarse desde un inicio) y seguir con lo que debía hacer.

La Haruno había sido muy clara al pedirle que no se acercara más a ellos, y aunque le costara aceptarlo, esa resolución era la más acertada dada su su posición actual. Si debía atrapar a Maru y a sus secuaces o incluso volver a desafiar a la Alianza, debía soportar el odio que conllevarían esas acciones y terminar con todo de una vez por todas.

El rubio se acercó a ayudarle en su tarea de recolectar las herramientas ninjas del suelo que seguían pérdidas por todo el lugar.

— Sé que tu situación debe ser compleja tomando en cuenta lo que está pasando, pero creo que es muy inmaduro de tu parte ignorar así a tus amigos cuando somos los únicos que estamos de tu lado. — Continuó diciendo el Uzumaki. — Sakura debe estar preocupada por tu repentina desaparición.

Él Uchiha siguió guardando las cosas en completo silencio. No quería tener que explicarle al rubio lo que había sucedido entre ambos. Era mejor así: que ninguno de ellos se volviera a dividir entre él y la aldea... o peor, entre ellos mismos.

— Lo que trato de decir... — prosiguió el hijo del Cuarto cuando le entregó los kunai que había recogido. — es que no debes cargar con todo tú sólo. Sé que has estado saltando de interrogatorio en interrogatorio. Relájate un poco y vamos a comer, ¿si?

A regañadientes, el pelinegro se dejó conducir por su amigo hasta Ichiraku.

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Cansado por su entrenamiento y de haber pasado la tarde con el rubio, Sasuke llegó a su departamento y fue directo a la ducha. Después del baño se metió a la cama.

Era irónico que a pesar de tener los lujos de un techo y agua caliente una vez más, todavía no pudiera conciliar el sueño. Las pesadillas siempre eran recurrentes desde que se enteró de la verdad de su clan, y nunca podía dormir más de cuatro horas a diario.

Resignado a su insomnio, cerró los ojos y espero que el sueño o el amanecer llegara.

Durmió tan poco que escuchó el aleteo del águila mensajera cuando llegó a tocar su ventana.

Sin más remedio se acercó al alféizar y desató el pergamino que el ave traía sujeto en una de sus patas. Después de leer las indicaciones, se cambió y rápidamente salió rumbo a su destino.

Kakashi le había pedido que pasara por el cuartel ANBU y de ahí que siguiera investigando.

— ¿Sólo necesitas esos reportes?— Alcanzó a escuchar cuando llegó al lugar.

— Sí, sólo esos, porfavor.

Cuando se acercó lo suficiente, pudo vislumbrar que en la parte de la recepción ya había alguien. Sakura llevaba una carpeta en sus manos mientras anotaba algo y el ex miembro de raíz asintía a sus palabras.

— Oh, Sasuke. Vienes por lo que pidió el Sexto, ¿cierto?

El pelinegro asintió al saludo de Sai mientras notaba como la chica se tensaba cuando se dio cuenta de que llegaba a su lado.

— Bien, síganme los dos al archivo, porfavor.

Ambos shinobis siguieron en silencio al nuevo ANBU por un pasillo largo que conducía al almacén general del cuartel.

Sasuke podía notar la incomodidad de la chica al caminar a su costado, pero ésta no se negó a acompañarles por el lugar.

— ¿Para qué quiere los reportes Lady Tsunade? — preguntó de repente Sai para llenar el vacío, pues también notó el silencio que conducía.

— Quiere que encontremos alguna relación entre las misiones recientes y el actual estado de los shinobi que recién regresaron de la frontera. Cree que tal vez el cansancio que han estado presentado desde que regresaron se deba a la exposición con algo en el ambiente. — Explicó cuando los tres llegaron a la entrada de la bodega.

— Entiendo. Bien, pasen. — Sai abrió las puertas de una habitación espaciosa con muchos contenedores de papel. — Pueden esperar aquí en lo que busco los reportes.

Los pasos de Sai se perdieron en el fondo del lugar mientras Sakura y Sasuke se quedaban esperando.

El silencio creció rápidamente entre ambos de la misma forma que la distancia los separaba al estar en esquinas distintas.

— Naruto me dijo que te vio ayer.

La pelirosa fue la primera en romper el silencio. Incluso ella se sorprendió de ello.

Sasuke volteó a verle desconcertado. La chica mantuvo su vista fija en un punto del suelo. Después de un momento el pelinegro también desvío la mirada al suelo a sus pies.

— Sí. — dijo en voz baja.

— ¿Le contaste ... sobre toda la situación?

Sasuke pudo notar la preocupación en la voz de la chica, a diferencia de la calma que aparentaba su compostura. En el fondo se preguntó cuánto esfuerzo le estaría costando aparentarla.

— No. — Volvió a decir en un suspiro.

Sakura sólo asintió y cuando estuvo a punto de preguntar algo más, Sai regresó.

— Bien, Sasuke. Entrégaselo directamente al Sexto. — Indicó mientras le entregaba un pergamino. — Ahora iré por tus reportes al otro archivero. — dijo esta vez dirigiéndose a la pelirosa antes de retirarse nuevamente.

Sasuke guardó el pergamino en su bolsillo para seguir la acción de Sai y regresar a la entrada cuando la voz de la pelirosa le detuvo.

— ¿Ya te vas?

Su voz sonó inquieta de repente.

— Sé que no quieres verme, así que estoy tratando de desaparecer rápido para ti.

La chica se mordió el labio inferior dudando entre decir lo que le carcomía por dentro o seguir guardando su sentir.

— Sasuke... no es que quiera que rompas contacto con Naruto o los demás.

El Uchiha se giró a verle.

— Pero así es mejor para ustedes. Así evitan ser usados a mi favor.

Perfecto. Sasuke acababa de recriminarle el hecho de que lo trató como un espía, ese sustantivo que le había dado y que desde entonces se había posicionado en sus hombros como una carga que le quitaba el sueño; pero ya lo había dicho y no había vuelta atrás. Tal vez su subconsciente quería que supiera cuánto lo había ofendido en ese entonces.

El semblante de la chica se entristeció por un momento y luego se amargó de repente.

— Te vi antier... en el antiguo escondite.

La chica esperó por alguna objeción, pero la boca de su acompañante tardó en responder.

— Lo sé.

La chica le vio a los ojos.

"Lo sé ". ¿Eso es todo lo que vas a decir?

Sasuke se acercó un poco y se le quedó mirando con la cabeza inclinada un tanto confundido.

— ¿Qué esperas que te diga? Te dije que no puedo darte las explicaciones que esperas.

Otra vez había elegido la forma menos apta para hablar con ella, y lo confirmó cuando la chica volvió a dirigir la vista al suelo. Después de un momento la pelirosa se giró con una sonrisa.

— Tienes razón, no me expliques nada. Ya lo entenderé después.

Sasuke estuvo a punto de preguntar a qué se refería con ello cuando Sai regresó con una caja de archivos.

— ¡Bien! Shizune ya había venido a recoger una parte así que esto es lo restante.

En cuanto el ANBU se acercó, puso la canasta en una de las mesas. El pelinegro tomó esa oportunidad para retirarse de la habitación; y Sai pudo notar la sonrisa falsa que desaparecía del rostro de la kunoichi.

Algo había pasado entre esos dos durante los minutos que los dejó a solas.

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La puerta del despacho de Kakashi se abrió y Shikamaru asomó el rostro.

— Pasen.

Tras Shikamaru, las siluetas de Temari y Kanguro se hicieron notar.

Los hermanos habían llegado desde la Arena siguiendo las órdenes de su Kazekage.

A diferencia de los demás gobernantes, él había sido el único que actuó solemnemente ante las decisiones de Kakashi; en primera estancia porque el país del Viento también estaba siendo víctima de todo el caos, y en segunda porque sabía el peso de un nombre como el de Uchiha Sasuke en el mundo shinobi.

Por eso, y por la lealtad que había entre ambas aldeas desde el incidente de Orochimaru, Gaara había mandado a sus dos hermanos en representación como una forma de ganar tiempo.

Sabía de antemano que los demás Kages exigirían el resultado más cruel con tal de volver a eliminar cualquier amenaza entre la aldeas; y no los culpaba, a final de cuentas era la reacción normal después de la guerra que golpeó el mundo. Sin embargo, algo le decía que Kakashi no estaría tan reacio a ocultar cosas si no había razones, así que para comenzar su propia investigación, interrogó directamente a Kakashi y confirmó sus sospechas.

Debido a ese giro repentino, pensó en tomar la delantera. Ninguna aldea se atrevería a atacar a otra si ésta ya estaba siendo inspeccionada.

— ¿Gaara no vendrá?

— Se unirá cuando la Alianza se movilice oficialmente. — Temari notificó.

— Así que tenemos hasta entonces para lograrlo. — Kakashi asumió mientras se levantaba de su escritorio para acercarse a sus invitados.

— Las fuerzas de la Arena se posicionaran en la frontera de acuerdo a lo que pediste — Kanguro habló con determinación.

— Si todo sale conforme al plan, Sasuke será detenido esta noche.

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VOLVÍ!!

Lamento mucho la demora en actualizar, últimamente la vida no me da para escribir ;-; sin embargo, tengo esperanzas en que el siguiente capítulo se actualice con la normalidad de siempre.

En fin, mil gracias por seguirle dando una oportunidad a mis delirios. Tengo la idea para mi siguiente fic Sasusaku y unos más gojohime (gojo come back home pls), pero será una vez termine con este porque odio cuando las autoras sacan mil historias y ninguna terminan JAJAJA

En fin, los quiero mil. Déjenme comentarios y sugerencias porfaaaA. Me gusta ver su interacción .