Aquí Ninja Britten 11 reportándose.

Esta vez traigo una historia que será corta, pero no por menos, interesante.

Antes que nada, tengo que decir que la inspiración para este fic fue la historia de "Un pasado diferente" del autor Kira no Kami, quien es un crack escribiendo historias, todo el reconocimiento para él. Recuerden que siempre hay que dar crédito a las personas de las que se sacan inspiración.

Sé que es raro decir que puede haber un shipeo de Seiya con Sasha, pero créanme, los que me conocen saben que hago cosas locas y al ver el fic de Kira no Kami me dio esta idea, además de que quiero aumentar las cosas que él escribió.

Es cierto que meteré algunas referencias de The Lost Canvas, así que espero que lo disfruten.

DISCLAIMER:Saint Seiya y Saint Seiya The Lost Canvas no me pertenecen. Todos los créditos a Kurumada Masami y Teshirogi Shiori.

Sin más, comencemos…

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Año desconocido.

- ¿Cómo pasó esto? – susurró un chico el cual era de cabello castaño y piel morena, llevando una armadura de bronce la cual estaba algo rota, su cuerpo estaba con varias heridas, pero siempre se mantenía en Japón.

Este era Seiya de Pegaso, el mejor Caballero de Athena el cual se alistó junto con sus hermanos para la batalla más grande que tenían los atenienses.

La Guerra contra Hades.

Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaba ya que los espectros de Hades comenzaron a ganar ventaja, cosa que al final los atenienses no pudieron revertir.

Poco a poco los pocos Caballeros Dorados que quedaron fueron cayendo, todo gracias a la purga que Saga de Géminis hizo cuando se volvió Patriarca en donde casi el 90% del ejército de Athena fue diezmado.

Los pocos Caballeros que había fueron cayendo rápidamente, incluso los mejores guerreros que tenían Kido Saori, la Athena de esa era.

Y todo escaló hasta que solo quedó un guerrero, Seiya de Pegaso, el cual logró escapar de los espectros de Hades que lo buscaban para asesinarlo, pero en su forma de ir hacia su diosa, se encontró a una chica moribunda la cual conocía.

De cabellos rosas y ojos rojos, Shoko de Equuleus, estaba en las últimas. Luchó valientemente, pero su cosmos no fue suficiente y fue herida de muerte, sus atacantes la dejaron ahí para que muriera lentamente.

- Shoko… no tú también.

- S-Seiya… l-lo siento mucho… lo lamento…

- No hables más… encontraré una forma de derrotar a Hades, no pudimos ir a los Campos Elíseos… lo haré, te lo juro – la peli rosa esbozó una suave sonrisa antes de que sus ojos se cerraran para siempre, Seiya golpeó el suelo lamentándose de su muerte.

Shoko fue alguien especial para él y ver como moría frente a él era algo que no se podía perdonar. Ya estaba sin nadie.

Sus hermanos y mejores amigos con los que luchó fuertemente, fueron asesinados.

Las Saintias tuvieron el mismo destino.

Y para colmo… su diosa terminaría de ese modo.

La victoria de Hades sobre Athena consumó el fin del mundo. Los pocos humanos que quedaron vivos no imaginaban el inenarrable destino que les deparaba, los espectros harían desastres en la Tierra.

No obstante, no contarían que alguien se apiadaría del Caballero de Pegaso el cual quedó como el último sobreviviente de los atenienses.

Este terminó siendo el dios del tiempo, Chronos, el cual mandó su cosmos hacia el castaño quien desapareció del planeta… de ese Universo.

En un rincón alejado de la existencia, el Caballero de Pegaso se encontraba vagando en medio de la nada, no podía sentir nada, no se veía nada, era como estar muerto en algún sitio.

- ¿Habré muerto? Si es así… fui una vergüenza para Pegaso… no pude salvar a Saori… mi amada diosa… Shoko… amigos… lo lamento tanto.

- Pegaso – una voz femenina lo sacó de sus lamentaciones, frente a él se materializó una figura que era de cabello rosa y ojos del mismo color, recordándole a su vieja compañera.

- ¿Shoko?

- No soy ella… mi nombre es Celeris, la primera Saintia que vistió la Armadura de Pegaso.

- ¿Celeris?

- Sí, el dios Chronos tuvo piedad de ti, así como de Athena por lo que te salvó de ese Universo el cual reinará Hades – esas palabras enfadaron a Seiya – pero no te preocupes, él tiene un plan.

- ¿Qué tiene Chronos?

- Te mandará al pasado, a la anterior Guerra Santa contra Hades.

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Año 1747.

El despertar del dios del Inframundo fue algo que todos se esperaban, desde hace años se prepararon para esta batalla.

La diosa Athena de esta era, con el nombre terrenal Sasha, no nació como Saori ni tuvo su misma infancia, pero si creció como una Athena hecha y derecha la cual poseía un buen intelecto para la guerra.

Lastimosamente, las cosas tendrían un impacto duro en ella por un duro acontecimiento.

Su mejor amigo y Caballero de Pegaso de esta era, Tenma, que era igualito a Seiya en todos los sentidos físicos, fue asesinado por Hades el cual tomó posesión del hermano de Sasha, Alone.

Esto fue un duro golpe para ella, perder a su mejor amigo de esa manera, además de que su hermano ahora era su mayor enemigo. Aunque también estaba consciente que el peso de Pegaso era vital para la guerra.

Además, Hades llevó el alma de Tenma al Cocytos para que no pudiera escapar y así, no podría volver a la vida.

Oficialmente, el Caballero de Pegaso había muerto.

De vuelta con Seiya, este miraba las batallas que se estaban realizando y además de que eran más sangrientas que en su mundo.

- Cómo puedes ver, el que Chronos haya intervenido, hace que algunas cosas cambien, en esta época, el Caballero de Pegaso habría vuelto a la vida, pero no se podrá – Celeris decía para luego ver al castaño.

- Ya veo, realmente tienen problemas ahora que su Caballero de Pegaso ha muerto.

- El ejército de Athena va disminuyendo en gran medida, pero te diré una cosa, ¿quieres intervenir?

- Lo haré, tengo que cambiar las cosas en el futuro… derrotaré a Hades de una puta vez por todas, ya sé que debo hacer – susurró este con voz grave y enojada en su tono.

- Entiendo eso Seiya, pero te advertiré una cosa, si eliges ir a esa época, no podrás regresar, quedarás atrapado en este siglo – la peli rosa decía – pero podré hacer algo por ti, y será el último favor de Chronos y es que te encerrará en un espacio en donde el tiempo transcurrirá diferente.

- ¿En serio?

- Sí, un día en la Tierra será como estar 10 años, no envejecerás nada, pero a lo mejor te puedes permitir hacerte más fuerte. Cuando se cumpla el tiempo, tú decides que hacer, ¿siempre irás a esa época?

- Lo haré, me prepararé para cambiar el futuro, lo haré – con esa decisión, se llevaría a cabo el plan del Caballero de Pegaso.

Y así, fue encerrado en ese espacio de tiempo en donde entrenó arduamente.

Y descendió al siglo XVIII.

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En el templo de la diosa Athena, el Patriarca Sage de Cáncer junto con Sasha, notaron una estrella fugaz la cual aterrizó no muy lejos del Santuario, no solo eso, sino que el ex Caballero de Cáncer notó que la constelación de Pegaso volvía a brillar.

- ¿Qué es esto? Se supone que el Caballero de Pegaso está muerto, ¿Por qué las estrellas de su constelación vuelven a brillar?

Lejos de ahí, Seiya había aterrizado creando un cráter por el impacto. Físicamente no había cambiado nada, pero su cosmos era más elevado y antes de que pudiera acomodarse bien, notó algunos Skeletors que lo rodeaban.

- Parece que tengo compañía y yo que quería ir con Athena de un solo… solo espero que sea como Saori, realmente extraño a mi diosa.

- ¿Qué es esto? Se supone que el Caballero de Pegaso está muerto.

- Pues no chicos, mírenme, estoy vivito y coleando.

- ¡Mátenlo! – los lacayos de Hades saltaron hacia él, pero apenas Seiya lanzó unos cuantos golpes, fueron suficientes para derrotar estos espectros.

- Supongo que el pasar ese tiempo en el espacio que me dio Chronos fue de ayuda, me siento más poderoso. Pero bueno iré a ver qué onda con la Athena de esta era – sin perder más tiempo, el castaño se fue de ahí.

De vuelta al Santuario, Sasha se enteró sobre lo de la constelación de Pegaso, incluso sintió que alguien usó la Armadura del caballo alado.

- Pero no puede ser posible, se supone que la armadura de Tenma fue destruida cuando Hades lo asesinó, no puede haber otra armadura…. No entiendo.

- No lo sabemos, pero le aseguro que no me equivoco.

No solo eso, sino que sintieron como alguien llegaba a gran velocidad hacia la entrada del Santuario, Seiya hizo uso del Séptimo Sentido el cual lo mejoró en su entrenamiento y ya lo dominaba.

Algunos soldados rasos llegaron a la entrada y detuvieron el paso de Seiya el cual solo hizo caso.

- Tranquilos, vengo en son de paz, no soy enemigo – a pesar de eso, seguían sin creerle.

- El Patriarca nos dio órdenes de encerrarte hasta que te juzgue.

- Bah, da igual – el Caballero fue llevado hacia la prisión en donde momento después, la diosa Athena bajó para ver la Armadura de Pegaso que se encontraba en su Caja de Pandora, notando de golpe que no era como la que recordaba.

- No parece una normal, parece una de Plata, posee más poder… no había visto algo así – Sage, quien también bajó, decía analizando la armadura.

- Por favor, diríjanme hacia donde está el Caballero que llevaba esta armadura – Sasha fue llevada a donde estaba Seiya el cual se encontraba relajado cantando un poco.

- Cuándo te veré otra vez, mi vida cuando… paso noches imposibles sin tu calor - en ese momento, notó la presencia de más personas – oh, hola, ya era tiempo que vinieran.

La diosa Athena se quedó en silencio, fue tanto el shock que casi cae para atrás y es que no podría creer que su mejor amigo estuviera ahí, incluso el Patriarca estaba sorprendido.

- Es imposible… se supone que estás muerto, Pegaso.

- Pues no, no estoy muerto, aquí estoy vivito – respondió Seiya, pero la peli morada se le quedó viendo más a detalle, dándose cuenta de su error.

- Un momento… tú no eres Tenma, al menos no el que yo conozco.

- Demonios, realmente eres como Saori, pero tiene dos cosas que te hacen diferente – el castaño no pude evitar dirigir sus ojos hacia los grandes pechos, Sasha al notar eso se sonrojó y se tapó.

- ¡¿Qué me ves tanto ahí, pervertido?!

- ¿Qué demonios te dieron de comer? Ni Saori que era millonaria las tenía así de grandes, tal vez era porque era más joven y qué sé yo, no soy doctor.

- ¡¿Cómo te atreves a hablarle así a tu diosa?! – le reclamó Sage – ella es tu diosa, ¡debes guardarle respeto!

- Pero no le falté el respeto, solo dije lo evidente, esta Athena tiene los pechos grandes – las palabras del chico solo hacía sonrojar más a Sasha. Tenma nunca decía esos comentarios, pero esto confirmó que no era el chico que alguna vez conoció de niña.

- Dime quien eres y que haces en el Santuario – la voz de la oji verde se puso seria.

- Bueno, soy Seiya de Pegaso, sé que sonará algo fumado lo que diré, pero vengo del futuro – al decir eso, Sage tuvo un recuerdo en donde ya había experimentado eso.

Recordó vívidamente cuando Avenir de Aries había viajado hasta su época en donde batalló a su lado hasta que murió honradamente defendiendo a su diosa.

- ¿De qué época exactamente?

- De 1990… ¿Qué año es este?

- Es 1747 – Sasha respondió – no parece mentir, es precisamente 243 años futuros, mismo tiempo en que transcurre cada guerra contra Hades.

- ¿Quién te mandó a esta época? ¿Por qué vienes de ese año?

- Porque perdimos la batalla – al decir eso, tanto Sage como Sasha se quedaron callados.

- ¿Qué fue lo que pasó?

- Les contaré lo que desean saber, pero sáquenme de aquí. Créanme, hay cosas más duras que la misma guerra contra Hades.

Los dos hicieron eso y lo llevaron a la Cámara de Athena en donde Seiya les explicaría todo lo que él vivió desde que se hizo con la Armadura de Pegaso.

Recordó la Guerra Civil que se vivió en el Santuario por la corrupción del Caballero de Géminis, así como la guerra contra Poseidón y finalmente lo que lo llevó ahí, la Guerra Santa contra el Rey del Inframundo.

- ¿Perdimos la guerra y me asesinaron? ¿Cómo fue posible eso? – Sasha dijo queriendo saber más.

- No quiero seguir hablando de eso… solo diré que tuvimos desventaja desde que Saga de Géminis diezmó a casi todo el ejército.

- De acuerdo… dime una cosa Seiya, ahora que estás aquí, ¿ocuparás el puesto que tuvo Tenma? ¿Brindarás tus servicios como Caballero de Pegaso a mis órdenes?

- No te ofendas Saori del pasado, pero prefiero pelear a mi estilo, es que tus estrategias siempre fueron malas y acababa luchando contra alguien para salvar tu trasero.

- ¿Disculpa? – Sasha levantó una ceja.

- No te lo tomes a mal, pero es que eres igualita a la Saori que conozco, siempre que planeabas algo salía mal y creo que es mejor que me uses como último recurso, muchas veces sirvió.

- Seiya de Pegaso, en primer lugar, no me faltes el respeto, en segunda, no me llames Saori… aunque tengo que decir que es bonito nombre… ¡soy Athena para ti!

- Es verdad, no te debes llamar así en esta época, ¿tienes nombre de humana?

- Eso no te incumbe, ve a tu puesto y cuando necesite de ti, te lo haré saber.

- ¡Me siento vivo de nuevo! Extrañaba pelear contigo de este modo, bueno, nos vemos Saori del pasado – el chico se levantó y comenzó a irse.

- ¡Soy Sasha! – sin pensarlo, la diosa dejó escapar su nombre.

- ¿Sasha? Lindo nombre, pues entonces te diré Sasha.

- ¡No me llames así! ¡Soy tu diosa!

- Adiós Sasha – sin más, el chico se fue de ahí dejando a la diosa de la guerra muy molesta.

Incluso Sage notó lo furiosa que estaba la peli morada, algo que no era muy común en ella, pero este Caballero de Pegaso la había hecho salir de sus casillas.

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Continuará…