Hola a todas!. Espero que hayáis tenido una buena semana
Lo prometido es deuda, aquí estoy de nuevo. Gracias de nuevo, por los comentarios y los privados que muchas me mandáis. Se agradece tanto cariño, de verdad.
Lamento el retraso; iba a subir el capítulo el viernes, pero el fallo de Fanfiction no me dejó, y no ha podido ser hasta hoy, ya lo siento. Pero bueno, aquí vengo, por fin.
Gracias por los comentarios, tanto los registrados como los no registrados; no me da tiempo a contestarlos esta semana, pero los he leído, os lo prometo.
Al lío… me alegra que os haya gustado, por fin Edward ha hecho la gran pregunta. Creo que, después de cómo se iba desarrollando su relación, estaba a punto de caramelo. Y me hace mucha ilusión casarlos jejejje… ya sabéis que el divo cuando se pone romántico se pone. Imaginad lo que viviremos en próximos capítulos ;)
Así que os recuerdo que tenemos dos bodas; antes se casan Emmett y Rosalie, esa también la vamos a vivir… y nop, no se puede repetir modelito.
Pero ahora toca una cuestión que estaba en el aire; vamos a ver esa entrevista, y qué le dicen a su querida amiga.
Capítulo dedicado a una lectura, que lleva siguiendo el fic desde el primer capítulo, y está ahí semana a semana. Adriu, es para ti :)
Espero que lo disfrutéis ;)
Nos leemos abajo.
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DISCLAIMER: los personajes son propiedad de la estimada señora Meyer, yo sólo juego con ellos. Personajes que no pertenecen a la saga, cosecha propia.
Excepto Forks, lugares y localizaciones reales.
Canción del capítulo: "Thank you for loving me (acoustic versión)" de Bon Jovi.
www. youtube MSMOANiOOwU
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Capítulo 42: Querida Emily
La mañana del miércoles treinta de abril; el estudio era un hervidero de gente. Desde las siete de la mañana, operarios de la cadena de televisión convertían un rincón del cuartel general de los Slave Heart en un improvisado plató de televisión. En menos de una hora, dos enormes sofás de cuero blanco aparecieron de la nada, teniendo que dejar los de cuero negro que normalmente formaban parde de la decoración arrinconados en un recoveco del jardín. Una mesita baja, lacada en blanco y con las patas de madera clara separaba dos sillones individuales, lugar dónde se sentarían Irina y Laurent. Jarrones de cristal con unos centros de flores presidían el rincón al lado de los ventanales, y otra mesita blanca a juego con la otra, que habían puesto en un lateral de uno de los sillones grandes. Todo ello acompañados por varios de los discos de oro de los chicos, enmarcados en las paredes, y baldas colocadas estratégicamente, con varios premios.
A las ocho en punto de la mañana aparecieron por allí Laurent e Irina, saludando a todos con una amable sonrisa, y agradeciéndoles la oportunidad. Después de pasar por maquillaje y peluquería, las chicas, incluida Rosalie, hacían corrillo en una esquina; entre todos, habían decidido que se vestirían con un atuendo informal, dejando claro realmente quiénes eran. Los chicos iban con vaqueros, zapatillas de deporte y, algunos, sudaderas o camisas desabrochadas, dejando entrever camisetas.
—No puedo creer que, en una hora, le hayan hecho un lavado de cara así al estudio— musitó una alucinada Bella, café en mano, mirando de un lado a otro. Siguiendo los consejos de su ya, permanente estilista, ella había optado por unas sneakers blancas, unos pantalones vaqueros con forma acampanada, acompañados de una camiseta también blanca, con unos delicados bordados de flores, que caían desde su hombro izquierdo, a lo largo de todo su costado. Su pelo estaba suelto, apartado de su cara con unas horquillas invisibles, a excepción de algunos mechones estratégicamente sueltos.
—Siempre me sorprenderé de la magina de la tele— musitó Alice, sonriendo, y alisando el amplio vestido de tirantes gris que llevaba, junto con unas sandalias planas.
—¿Estáis listas?— interrogó Nessie, mirando de un lado a otro; ella, al igual que Rose, iban vestidas muy parecidas a Bella, aunque cada una en su estilo.
—Por supuesto— exclamó Rosalie, echándose su melena rubia hacia atrás, en un gesto de calmar sus nervios.
—¿Vas a por Emily, eh?— bromeó Nessie, sonriendo pícara.
—Después de este día, no le van a quedar ganas de hablar de vidas ajenas, eso te lo puedo asegurar— refutó, seria.
Justo en ese momento, aparecieron los chicos, acompañados de los presentadores. La entrevista se desarrollaba en varios puntos del estudio, por lo que primero habían ido a rodar a la sala de grabación, mostrándoles el lugar de dónde salían los éxitos de la banda. Después grabarían a las chicas, explicando el trabajo que hacían fuera del ojo público, para luego acomodarse todos en los sofás, y charlar; una parte del trabajo, y otra parte cuestiones algo más personales. A Bella lo que más le llamaba la atención era que se grababa en desorden, para luego montar el reportaje.
—¿Preparada, calabacita?— Edward se acercó a su prometida, tomándole de las manos y apartándola del resto.
—Estoy algo nerviosa— le dijo, mordiéndose el labio inferior; Bella observó con disimulo lo guapo, y la vez informal que iba, con deportivas, vaqueros y una simple camiseta, muy a la par que ella.
—Lo sé— le susurró en voz baja, a la vez que, con su dedo, intentaba liberar su labio inferior de entre sus dientes; el cantante no las tenía todas consigo, y sabía que estaba muy inquieta, sobre todo cuando llegaran a la parte personal. No por lo que iban a hablar de su relación, sino de su encontronazo con la prensa, y todo lo que eso conllevaba —todo va a ir bien, cariño— la animó, atrayéndola a sus brazos.
—Tengo ganas de que se emita, y de todo ésto pase— le confesó, con la cabeza gacha. Justo en ese momento, Irina y Laurent se acercaron a ellos.
—No tienes que estar nerviosa, Bella— la intentó calmar la periodista, ataviada con un vestido blanco y una sencilla rebeca amarilla, y su pelo rubio recogido en un alto moño.
—No vamos a hacerte preguntas incómodas— añadió ahora Laurent, vestido con unos pantalones vaqueros negros y una camisa azul claro —Alice y Renesmee nos dieron el guion a seguir, y no vamos a salirnos de ahí— la intentó calmar.
—Sabemos que hay una demanda de por medio— negó Irina con la cabeza —y no queremos ahondar mucho, y que os complique las cosas.
—Y yo os lo agradezco— musitó Edward, sin soltar a su chica —es muy doloroso, tanto para su familia como para ella.
—Ganaréis la demanda— afirmó Laurent —todavía me sigo sorprendiendo, en parte, al ver las imágenes. Hacía años que no veía un acoso como ese— negaba con la cabeza.
—Pues yo, no— le llevó la contraria su mujer —vamos, Laurie— justo en ese momento el resto de grupo, chicas incluidas, se acercó —ya sabemos cómo se las gastan los productores y editores de la nueva escuela con los pobres becarios que están a pie de calle.
—¿Pobres?— siseó Edward, poniéndose serio.
—Están sometidos a mucha presión; les obligan a llevar material cada día a las redacciones, y se pueden pasar de doce a dieciseis horas en la calle, montado guardia— se explicó, cruzándose de brazos —lo que les pagan no les da ni para comer; y muchos productores son gente sin escrúpulos, y les da igual cómo se trate a la persona, si con ello logran un material jugoso.
—Que gentuza— meneó la cabeza Emmett, pesaroso.
—No conozco muchos detalles, porque todo este follón es con nuestra más feroz competencia —aludió al programa de televisión y a la cadena implicada —pero os puedo asegurar que esos becarios ahora mismo, están más solos que la una. La cadena no se habrá querido hacer responsable, y ni les habrán facilitado abogados.
—¿Estás diciendo que la demanda debería ir a un escalafón más alto, por así decirlo?— preguntó ahora Sam, escuchando muy atento, al lado del cantante.
—Podría ser— afirmó Irina —no me malinterpretes, Edward— alzó las manos —he visto las imágenes, en repetidas ocasiones, y los hechos están ahí, es obvio— aclaró —pero quizá la cosa debería llegar a esferas un pelín más altas…— dejó la frase inconclusa.
—Coméntalo con Jenks— habló ahora Jasper —no pierdes nada.
—Puede que sea lo mejor— suspiró el cantante, mirando a su chica, a la vez que acariciaba su espalda —os lo agradecemos, de verdad.
—Pero hay algo que no entiendo— musitó ahora Bella —las imágenes salieron en todas las cadenas, no sólo en esa… ¿qué sentido tendría demandar a una sola cadena o productora?
—Cuándo los trabajos de a pie de calle, por llamarlos de alguna manera, llegan a las redacciones— tomó ahora la palabra Laurent —las imágenes se visualizan varias veces, y se editan, en el caso de que haya que cortar alguna parte, quitar imágenes de menores, por ejemplo— enumeró —y os puedo asegurar que muchas veces, parte del material no se emite. No conozco al nuevo productor de la cadena, ya que el antiguo, Jim, se jubiló hace unos meses; él no habría permitido que una casi agresión se hubiera emitido.
—Habrían cortado la parte en la que te caes, y puede que los agarrones más fuertes— siguió Irina —y desde luego, no te habrían enfocado tirada en la acera, con la cara ensangrentada.
—A eso es a lo que iba yo al principio— añadió Laurent, con los brazos cruzados —esa línea se traspasó. De hecho, en muchas cadenas de la competencia cuestionamos eso, y muchos lo condenamos.
—Lo sabemos— le confesó Alice —tanto Nessie como yo hemos estado al tanto de lo que se decía.
—Nosotros no hemos querido ver mucho— explicó Edward —y creo que lo entendéis.
—Por supuesto— contestó Laurent.
—Muchas gracias, por el pequeño apoyo— agradeció Bella, desde los brazos de su novio.
—Es lo menos que podemos hacer— se encogió de hombros el periodista —creo que va a ser de las pocas veces que podamos hablar con todos vosotros, y que nos contéis un poco, más allá del trabajo— Irina afirmó con una sonrisa la frase de su marido.
—Eso es cierto— aprobó Jake, testigo mudo de toda la conversación anterior.
Los presentadores, alertados por un regidor, vinieron a prevenirles de que enseguida empezarían a grabar a las chicas en el despacho, explicando la labor que desempeñaba cada una, y cómo se organizaban.
Con los chicos y Rosalie posicionados detrás de las cámaras, escucharon atentamente cómo las dos publicistas y Bella respondían a las preguntas de los periodistas, relatando desde qué se recibía una propuesta, sea para entrevistas, actuaciones... hasta que eso me materializaba, y cómo llevaban todo lo relacionado con la publicidad y los medios. Edward, con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa, escuchaba la voz tímida y contenida de su prometida, ahora algo más relajada al tratar temas laborales.
Mordiéndose el labio de manera constante, y muchas veces jugando con su anillo de manera inconsciente, Bella fue capaz de responder más o menos tranquila, o al menos, su voz consiguió esconder su nerviosismo. Sentía los ojos verdes de su novio posados permanente en ella, diciéndole en silencio que lo estaba haciendo bien, y que siguiera estando relajada.
Por fin, ese tramo de entrevista acabó, para dar paso a una larga hora de descanso, en la cual todos aprovecharon para descansar y relajarse, saliendo a los jardines a pasear o perderse por algún rincón, esperando a la entrevista conjunta.
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—¿Preparada, calabacita?— musitó el cantante en voz baja; después de más de una hora de descanso, y de que les hubieran retocado a todos los brillos de la cara, por fin estaban acomodados en los amplios sofás de cuero blanco, con tazas de café y vasos de agua en las mesitas, para que todos hablaran un buen rato con Irina y Laurent, sentados también frente a ellos, y comentando, papeles en mano, cómo llevarían la conversación.
—Sí— suspiró, a la vez que sonreía con nerviosismo. Estaba estratégicamente colocada entre su chico y Sam, y a lado del bajista, Emmett y Rosalie. Ellos ocupaban el sofá más alargado de los dos, el más grande que la castaña había visto en su vida. Jasper, Alice, Nessie y Jake ocupaban el otro, algo más pequeño —no sé cómo podéis hacer esto casi a diario— soltó, negando con la cabeza.
—Los temas de trabajo son otra cosa, pero admito que también estoy inquieto— le dijo Edward, pasándose una mano por su pelo —aunque antes has estado muy bien— la animó, tomando su pequeña mano entre las suyas.
—Creo que el sermón que he soltado, de cómo negociamos los contratos, les ha aburrido un poco; la parte divertida la tienen ellas— señaló a las publicistas —aunque siempre agradeceré no tener que ocuparme de ese asunto.
—Te entiendo— suspiró Sam, cruzándose de brazos.
—¿Cómo lo llevas?— le preguntó Edward en voz baja, mientras jugaba con el anillo de su chica; él era uno de los más perjudicados en todo este embrollo. Menos mal que los micrófonos que llevaban todos enganchados en sus ropas aún estaban desconectados.
—Deseando poder dar mi versión, y terminar con esta mierda de una vez por todas— resopló.
—¿Has sabido algo de Emily?— preguntó Bella, también sin alzar el tono de voz.
—Aparte de las escasas veces que les han pillado por ahí los paparazzi y se ha visto a la pareja feliz, nada de nada— les contó —Jenks tiene que estar a punto de llamarme; la semana pasada me dijo que lo tenía ya casi todo listo— aludió a la relación de los bienes que estaban haciendo, para poder empezar el proceso de divorcio.
—Nosotros tenemos que ir a verle también, antes de volver a coger el avión— recordó Edward, mirando a su chica —puede que Laurent e Irina lleven algo de razón, y debamos pedir responsabilidades a más personas.
—Lo que ella sugirió tenía su punto, hay que admitirlo— contestó el bajista, revolviéndose.
La conversación quedó interrumpida cuando uno de los regidores pidió silencio; más o menos, todos se enderezaron en sus sitios, dispuestos a enfrentarse a preguntas de todo tipo, dentro de los límites marcados.
—¡Prevenidos!— llamó la atención un chico joven, con unos cascos y un micro incorporado —¡tres, dos, uno… grabando!
—Hola a todos, y bienvenidos a otro capítulo de nuestra sección "Un café con…"— empezó la introducción Irina.
—Bienvenidos de nuevo a otra charla entre amigos, y con un café de por medio— fue el saludo de Laurent, alzando su taza y dando un sorbo. Somos Laurent de Ravin…
—E Irina Lester— terminó la periodista la frase —hoy nos sentamos a charlar con el grupo de rock de momento— empezó la presentación —después de unos años de ser considerados los chicos malos de la música, no se puede negar que están en su mejor momento, tanto en lo profesional cómo en lo personal —Sam rodó mentalmente los ojos, pero se mordió la lengua —triunfadores de la última edición de los premios Grammy de la música, llenan estadios por cada ciudad que pasan…— empezó a enumerar.
—Sus canciones son número uno desde el primer segundo que ven la luz, sean rock en estado puro o baladas que hacen suspirar; pero para la gran mayoría del público, desconocidos y herméticos en su faceta personal— explicó Laurent.
—Hoy nos abren las puertas de su casa, por así decirlo— Irina señaló con las manos a su alrededor —y nos tomamos un café con Slave Heart; chicos, chicas, es un placer estar aquí, y gracias por responder tan positivamente a esta iniciativa.
—Gracias a vosotros— tomó la palabra Jasper, cómo buen anfitrión de su casa —y muy bienvenidos.
—Es un placer teneros aquí— siguió su esposa.
—También queremos saludar a Rosalie Hale— la modelo sonrió, haciéndole un gesto afirmativo con la cabeza —que ha accedido a acompañar a Emmett, su pareja desde hace algunos años. Gracias también, por estar aquí.
—A vosotros— contestó.
—Vamos a ir saludando a todos, uno por uno— sonrió Laurent —aunque Jasper y Alice Whitlock ya lo han hecho, y en parte, eso de debe a que el estudio dónde ellos graban y trabajan está situado en el jardín de su propia casa— el matrimonio afirmó con la cabeza, en silencio —y también las oficinas dónde trabaja el equipo que vela por cada paso que da el grupo— hizo una pequeña pausa, mirándolos a todos —creo que es una de las entrevistas más multitudinarias que hemos hecho— el resto rio suavemente
—Ya sabéis; el que quiera hablar, que levante la mano, como en el cole— apostilló Emmett, bromeando.
—No sería mala idea— aprobó Irina —hola, Emmett; veo que la gente que te conoce bien dice la verdad— el batería la miró sonriendo —nos han chivado que eres el más bromista.
—Bueno…— hizo un gracioso gesto con la boca —es posible, sí— admitió.
—Estás muy bien acompañado— habló Irina, mirando a la modelo —sabemos que lleváis algunos años juntos— ambos asintieron —¿cómo os conocisteis?
—Fue en un concierto de ellos, hace unos cuatro años— contestó Rosalie —nos presentaron, y ahí empezó todo— se encogió de hombros.
—Amor a primera vista— añadió el batería, mirándola con una sonrisa inmensa.
—Sam Ulley— tomó ahora la palabra Laurent —es bueno verte recuperado.
—Muchas gracias— agradeció el bajista.
—¿Cómo te encuentras, después de todo lo que se ha hablado?— siguió Laurent.
—Me encuentro bien; mucho mejor que hace unas semanas; eso por descontado— se explicó.
—¿Dispuesto a dar tu versión?— preguntó Irina.
—Si otros lo hacen, creo que yo también merezco ser escuchado— aludió a su ya exmujer.
—Por supuesto— le dio la razón la periodista.
—Y cómo la cosa va de familia en este grupo…— siguió Laurent —Jacob Black— el guitarrista saludó con una sonrisa.
—Hola— dijo simplemente.
—También es uno de los más bromistas— añadió Emmett, sonriendo malicioso.
—¿De verdad?— inquirió Irina —lo veremos en este rato— le previno —y a su lado una de las publicistas que trabaja con ellos, Renesmee Williams.
—Hola— devolvió el saludo Nessie, sentada con las piernas cruzadas.
—Publicista… y algo más— añadió Laurent, sonriendo malicioso —quiero decir, durante los últimos viajes de la gira se os ha podido ver paseando, cogidos de la mano y compartiendo confidencias— aludió a las instantáneas sacadas en Viena, y que Bella y la pelirroja comentaron.
—Así es— afirmó ella; mirando a Jake con una pequeña sonrisa, gesto que el guitarrista devolvió.
—Llevamos saliendo muy poco tiempo— tomó la palabra su novio, mientras el resto escuchaba atentamente; a Edward le sorprendió la respuesta de su amigo, pero estaban avisados de que, si les hacían la pregunta, no lo iban a ocultar —de momento, todo marcha muy bien, pero queremos ser cautos— se explicó.
—No vamos a negar que estamos saliendo— tomó la palabra Nessie —pero todavía estamos en un punto en el que apenas podemos decir nada.
—Queremos ver dónde va todo esto— siguió hablando el guitarrista —pero también admito que si, por ejemplo, voy de paseo con ella, y me apetece cogerle de la mano, y darle un beso, quiero tener la libertad para hacerlo.
—Todas las parejas deben tener un principio— le dio la razón Irina.
—Y es lógico que queráis sentiros, por así decirlo, una pareja normal, que empieza una relación— añadió Laurent —sin tener que esconderos.
—Nosotros así, por ahora, estamos bien— se encogió de hombros Jake.
—Eso es cierto— aprobó la pelirroja —por ahora, es suficiente tal y como estamos— los ojos color miel de Nessie buscaron a Laurent, mirándole de una manera, que el presentador captó al instante.
—Esperemos ver una bonita continuación de toda esta historia— le dio la razón —¿cómo empezaste a trabajar para ellos?
—Tuvimos que buscar una publicista, debido a mi embarazo, ya que estamos en plena gira, y no iba a poder viajar tanto— tomó ahora la palabra Alice —la discográfica seleccionó a tres candidatos al puesto, y después yo los entrevisté, y contraté a quién mejor me pareció en ese momento.
—Muchas felicidades— dijo Irina, con una sonrisa—ya sois una familia numerosa.
—Gracias— respondió Jasper.
—Sois la pareja más estable, por así decirlo— ambos asintieron —¿cuánto tiempo lleváis juntos?
—Más de quince años; nos conocimos en la universidad, estudiando los dos publicidad; pero yo lo dejé para irme a estudiar música a Juilliard, en Nueva York— siguió relatando Jasper —seguimos la relación, y al poco nos casamos.
—Desde el minuto uno has sido su publicista— la morena asintió —¿era algo premeditado?— aludió a la banda.
—No— les aclaró —Jasper y yo nos casamos antes de que él entrara a formar parte de Slave Heart; pero a raíz de eso, y ver el ascenso fulgurante del grupo, apenas nos dio tiempo a reaccionar. Necesitaban a alguien… y ahí estaba yo —todos rieron.
—Ahora compartes tu trabajo con Renesmee— indicó Laurent.
—Ella y yo nos repartimos las labores de publicidad; y Bella y yo hacemos a medias, o casi ya lo hace ella todo, la parte de los contratos, y todo lo que conlleva eso.
—Podemos asegurar que Renesmee es igual de seria y dura que tú— le dijo Irina— Bella y Rose sonrieron, a la vez que el grupo entero asentía con la cabeza —creo que eres de las publicistas más contundentes que hay en el mundillo— miró directamente a Alice.
—Hay que mantenerlos a raya— bromeó la aludida.
—¡Hey!— Emmett se cruzó de brazos, de forma graciosa —nos portamos bien— contradijo, haciendo que los periodistas sonrieran divertidos.
—Parece que los negocios son cosa de familia— musitó Irina, pensativa —y todo queda entre estas cuatro paredes— su vista se volvió hacia el cantante y su novia —Edward Cullen— se dirigió a él —¿es mejor así?
—Mucho mejor— afirmó, conteniendo una sonrisa.
—¿Cómo se lleva, eso de trabajar con tu novia… o prometida?— sonrió Laurent —al menos, es el mensaje que manda ese anillo— señaló la mano de Bella con la cabeza; y ahí estaba la pregunta del millón para la pareja; se miraron un segundo, sonriendo, antes de responder.
—Se lleva muy bien— admitió —estábamos acostumbrados a viajar juntos antes de empezar a salir, así que desde que somos una pareja, es mucho mejor— contestó Edward.
—Bonitas palabras, Bella— tomó la palabra Irina, infundiéndole valor con una sonrisa —eres la otra representante del grupo— Bella afirmó en silencio —y además, la novia de Edward.
—O prometida— siguió Laurent con el tema.
—Prometida— afirmó, y sonriendo tímida.
—¡Vaya!— exclamó Irina, sonriendo —muchas felicidades; ¿fue en el concierto de Viena, cuándo te sacó al escenario a bailar?
—Gracias— exclamó la pareja a la vez; Edward la tomó con disimulo de la mano, acariciando sus dedos, y tomando la palabra —y no, no fue en ese momento— la pareja se miró, sonriendo cómplice —pero fue por esos días, si— explicó simplemente.
—Quién nos lo iba a decir— exclamó Laurent —que nos íbamos a encontrar con esta sorpresa.
—Si nos lo dicen a todos hace un año, creo que nadie lo habría creído— habló ahora Sam, mirando a su amigo.
—Ya lo creo— musitó Jasper, sonriendo malicioso.
—¿Y cómo surgió todo?— preguntó Irina, sonriendo —vuestra historia de amor debe ser sorprendente. Simplemente por cómo se os ve cuando estáis juntos…— se quedó callada un momento, esperando que alguien siguiera.
—Alice necesitaba una ayudante para las labores de representación, por así decirlo— empezó a explicarse la castaña —así que empecé a trabajar con ellos; ahí fue cuando nos conocimos.
—¿Y cómo fue, esa primera impresión?
—Bueno…— el cantante se pasó una mano por el cuello —admito que al principio…
—Nos llevábamos un poco mal— confesó Bella, sonriendo y recordando sus primeros días con el grupo.
—¿Un poco?— musitó alucinado Emmett, a la vez que Rosalie reía divertida.
—Tenían sus tiras y aflojas— añadió Jake, mirando a la pareja divertido.
—¿Tan mal nos llevábamos?— le preguntó el cantante a su novia, frunciendo el ceño. Bella iba a responder, pero se le adelantaron.
—Además, era muy cómico verlos pelear— ahora la que habló fue Rosalie.
—Y que entraran al trapo en cualquier discusión— añadió Alice.
—Dicen que del odio al amor hay un paso— les sondeó Laurent, ya serio.
—Es posible— le dio la razón Bella, mirando al cantante —admito que el día que me pidió una cita me quedé petrificada, y casi no sabía que responderle— les relató —pero poco a poco fui conociéndole, más allá de nuestros piques, y bueno…— se mordió el labio, azorada.
—Nos enamoramos— terminó la frase el cantante, mirándola con una pequeña sonrisa.
—Eres muy distinta a todas las demás chicas que han salido con él— habló Irina, mirándoles fijamente —no voy a sacar nombres a relucir, no es el momento— alzó las manos —¿por qué ella?
—Por eso, precisamente— Bella agachó la mirada, muerta de vergüenza —ella es increíble; fuerte y valiente— sus compañeros le escuchaban con atención —creo que, junto con ellos— señaló a sus compañeros —es de las pocas personas que ha logrado conocerme realmente, y la que hace que tenga los pies en la tierra— sonrió.
—¿Y tú, Isabella?— preguntó ahora Laurent —¿qué viste en él?
—Es un hombre excepcional, y a la vez, normal— habló —cariñoso, divertido… podemos reírnos juntos de mil cosas— se explicó lo mejor que pudo.
—Con ella puedo llevar una vida, más o menos, normal, cuando no estoy cantando; creo que es algo que, al menos, todos nosotros— señaló de nuevo a sus compañeros —queremos – expuso, sintiendo la mano de su calabacita apretar sus dedos, de manera disimulada.
—Por supuesto— le dio la razón Jasper.
—Sí que es sabido que entre vosotros— tomó la palabra Laurent, desviando un poco la atención de la pareja, tal y como habían acordado —hay una gran cercanía; no sois la típica formación musical que, una vez acabáis una gira, no os veis las caras en meses. Hay una profunda y gran amistad.
—Eso es cierto— habló Sam —pasamos muchas horas juntos, trabajando; pero, por otra parte, cuando estás fuera, tocando de ciudad en ciudad y surge algún problema, siempre están ahí.
—Algunos nos conocemos desde el instituto— habló ahora su primo —son muchos años, y creo que hemos sabido cimentar esa amistad de manera sólida.
—Nosotras también nos llevamos muy bien— Rosalie señaló a las chicas —quedamos a comer, vamos de compras… —enumeró.
—Hacemos muchas cosas juntas, eso es cierto— afirmó Nessie.
—¿Emily también compartía eso?— sondeó Irina, con precaución.
—Hubo un tiempo que sí lo hizo— habló ahora Sam, poniéndose serio.
—¿Es cierto lo que ella contó en esa entrevista?— siguió preguntando la periodista.
—El tema de la infidelidad, sí— suspiró —admito que fue mi culpa, y es así de simple.
—¿Cuándo ocurrió eso?— preguntó ahora Laurent.
—En nuestra anterior gira, hace unos años— relató; Edward y Bella le escuchaban con atención, al igual que el resto, que permanecían atentos, y serios. No era plato de buen gusto ver a Sam así —y aunque al principio, decidimos hacer borrón y cuenta nueva, y darnos una segunda oportunidad, no pudimos superarlo.
—¿Quién tomó la decisión de separaros?
—Al principio fue Emily; yo no quería hacerlo— suspiró.
—¿Por eso las fotos con ese hombre con quién ahora tiene una relación?; ella dijo que avisó a los fotógrafos, para forzar la situación— continuó preguntando Irina.
—No sé desde cuándo están juntos ellos dos, y ahora mismo no me importa— respondió —no voy a reclamarle nada si lo conoció mientras estábamos casados; sería hipócrita— el resto asintió levemente —pero lo que no puede hacer es decir cosas que no son verdad; ni airear vidas privadas ajenas— el bajista se puso muy serio —en esa entrevista podía haber hablado de mí todo lo que quisiera, y más. Pero a ellos —señaló a sus compañeros —debería haberlos dejado en paz.
—Entendemos que no fue plato de buen gusto revelar, por ejemplo, vuestra intención de casaros— Laurent se dirigió a Emmett y Rose.
—Fue muy desagradable— habló la modelo, con el ceño fruncido —apenas lo habíamos anunciado a la familia y al círculo íntimo.
—Aparte, de que nos puso en más de un compromiso— tomó la palabra el batería, mirando a su novia.
—Nuestros planes para casarnos eran privados; va a ser una boda íntima, y cerrada a cal y canto a la prensa— siguió hablando Rosalie —y si esta señora está amargada, o lo que sea, o tiene tantos problemas económicos que necesita hablar de vidas ajenas, que se busque a otros— se notaba el enfado en su voz, pero a la vez estaba dolida, muy dolida.
—Es muy injusto; nosotros siempre nos hemos llevado bien con ella, y no le hemos hecho nada— tomó la palabra Alice —aireó detalles del contrato de los chicos con la discográfica, y lo hizo de manera intencional, sabiendo que era el momento de soltarlo. Hemos estado meses negociando la renovación con ellos.
—Renovación que casi se va al traste— tomó ahora la palabra Bella —aunque pueda parecer increíble, es el trabajo de los chicos; y a nadie le interesa saber exactamente cantidades y cifras. Muchos de esos acuerdos son confidenciales, firmados en presencia de abogados, en parte por las cantidades que se manejan. La discográfica podría haber roto las negociaciones, y podría haber peligrado su trabajo.
—Ganamos lo que gana cualquier artista, que llega al éxito— añadió Sam —y eso la gente lo sabe, no es tonta.
—Pero creo que nadie va aireando lo que cada uno tenemos en nuestras cuentas bancarias, por así decirlo— terminó Edward, molesto —y si no lo hacemos nosotros, mucho menos ella.
—Totalmente de acuerdo— aprobó Laurent —conociendo lo que conocemos a Aro Vulturi, deduzco que no le sentaría nada bien el tema.
—No le hizo ni pizca de gracia— le dio la razón Emmett —su enfado era lógico.
—¿Creéis que le pusieron un cheque en blanco, para hablar?— siguió Irina.
—No encontramos otra explicación— se encogió de hombros la modelo —tanto que se jactaba de su imperio de belleza— se burló —pues no debe de ir tan bien la cosa, porque si no, no lo entiendo.
—Negocios en los que yo aporté mucho, mucho dinero— siguió hablando Sam —y si todos nos ponemos un poco tontos— habló con cierto retintín —yo también puedo reclamar ciertas cantidades prestadas, en su momento, de manera desinteresada.
—También hizo alusión directa a la familia— Laurent se volvió a Jake, que, con los brazos cruzados, permanecía serio —echó en cara a tu padre, y tío de Sam— añadió —el no haber querido ayudarla.
—Eso no es del todo cierto, y es muy injusto— negó el guitarrista con la cabeza —mi padre la ha querido como a una hija, al igual que considera a Sam un hijo propio. Eso a lo que ella hace alusión fue cuando nosotros todavía no éramos conocidos, y apenas nos abríamos camino en la música.
—Entonces no se lo negaron— aclaró Irina.
—Mi padre no tenía los medios en ese momento— puntualizó Jake —y me parece de lo más rastrero que saque eso a relucir; mi padre es una persona mayor, dependiente y postrado hace años en una silla de ruedas, que no puede defenderse— se estaba encendiendo por momentos, hasta que sintió la mano de Nessie en su brazo, pidiéndole con la mirada que se tranquilizara.
—Muy cierto— apoyó Sam las palabras de su primo.
—Es muy desagradable— apoyó la periodista.
—No sólo nos ha hecho daño a nosotros— habló ahora Edward —tiene que pensar que todos nosotros tenemos familias por detrás, a los que les puede doler escuchar cierto tipo de cosas.
—Emily hizo un comentario respecto al encontronazo de tu prometida con la prensa— tomó la palabra Laurent.
—Ella dijo que se merecía lo que ocurrió, por meterse en una relación conmigo— recitó las palabras textuales el cantante —¿cómo se atreve a decir que se merecía que la dejaran ahí tirada, con la cara sangrando?; nadie se merece eso— Bella le apretó la mano, instándole a calmarse un poco; el tono seco e iracundo resurgía en todo su esplendor.
—Fue una situación desafortunada, y muy desagradable— le dio la razón Laurent —incluso la forma con la que los reporteros trataron el tema.
—Mucho— le dio la razón la castaña, tomando aire —mis padres y yo todavía estamos intentando volver a ser los que éramos, tras la muerte de mi hermano— Sam la apretó el hombro, en un gesto de apoyo —me duele más por ellos, que por lo que me pasó a mí.
—Deducimos que todos estabais al tanto— preguntó Irina, en general.
—Por supuesto— tomó la palabra Edward, ya sin disimular en coger su mano, intentando tranquilizarla —no es una cosa que se cuenta en tu primera cita; pero sí, yo lo sabía.
—Todos lo sabíamos. Y Emily también, porque yo se lo comenté un día, cómo se en hace cualquier matrimonio— añadió Sam.
—Es terrible, que se hagan preguntas así— habló Jasper —y más, si atañan a la muerte de un ser querido, sea por las circunstancias que sean— Bella agradeció con una pequeña sonrisa el apoyo de todos, en general.
—Has puesto una denuncia a los reporteros— el cantante asintió con la cabeza —¿puedes explicarlos lo que alegas?
—Las formas de acoso, y sobre todo, la omisión de socorro— les aclaró —la dejaron tirada, con una contusión muy fuerte en la cabeza, y sangrando —su sangre hervía, recordando a cámara lenta las imágenes en su mente.
—¿Así que no demandáis, por así decirlo, todo lo que se dijo?— siguió Laurent, mirando a la pareja.
—Eso es— ahora habló Bella, tomando aire de forma disimulada —los hechos están ahí, y no se pueden ocultar; no se puede demandar por injurias y calumnias algo que es cierto— bajó sus ojos, intentando contener las lágrimas —mi hermano tenía el problema que tenía, y creo que ya lo pagó muy caro— murmuró —pero la peor parte queda para los seres queridos que se quedan aquí.
—Todas las familias lidian con sus tragedias —habló ahora el cantante —y por eso, no es justo que se crucifique a todos.
—Lo entendemos, por supuesto— respondió Irina, asintiendo de forma compresiva, lo mismo que Laurent.
—Son personas anónimas, que tienen derecho a llevar su dolor y sus recuerdos en la intimidad— habló ahora Jake —al igual que nuestros padres, familiares… también lo son.
—Y es totalmente respetable su postura de no querer saber nada de los medios de comunicación— añadió Alice.
—Lo único que pedimos es que se deje de comentar un hecho doloroso en la vida de una familia; pasó, y no hay que darle más vueltas— tomó la palabra Bella, que ya había conseguido volver a mantener la compostura.
—Y por supuesto, aunque no ha sido el caso; que no se moleste a sus padres— añadió el cobrizo, sin soltar su mano —bastante han pasado, y lo que ellos quieren es poder continuar, sin tener que revivir todo una y otra vez.
—¿Es un consejo, o una advertencia al resto de medios?— la pregunta de Laurent dejó al cantante un poco descolocado.
—Cada uno lo puede interpretar como quiera— habló, sin amilanarse —ni sus padres, ni nosotros— miró un segundo a su calabacita, que permanecía seria y triste —vamos a entrar al trapo con declaraciones y meternos en dimes y diretes, vengan o no vengan de la prensa.
—Hablando de ese tema— Irina hizo un pequeño inciso, dejando respirar el tema —sabemos que en general, todos— señaló al numeroso grupo con la mano —no sois muy amigos de los medios, eso nos queda claro.
—Sois muy inaccesibles— añadió Laurent —aunque eso no significa que algunos de vosotros salierais constantemente en la prensa, en diferentes épocas de vuestra vida— miró al cantante.
—Éramos muy jóvenes— tomó la palabra Sam, mirando a su amigo de reojo, y sin saber cómo le sentaría la pregunta.
—Teníamos otra mentalidad— añadió Edward. midiendo el tono —y es cierto que, desde que me divorcié, he tenido relaciones. Algunas salieron en los medios, y otras no. Una cosa es que la prensa me siguiera a todos los lados, pero si hacéis memoria, tampoco hice muchas declaraciones.
—Eso es cierto— admitió Laurent.
—Sólo respondí de manera directa cuando Tanya y yo estábamos en medio del proceso de divorcio— relató —y echando la vista atrás, creo que al final, eso no llevó a nada; y lo único que consigues es dar una imagen que realmente no se corresponde con la realidad.
—Yo también he salido con gente, y nadie se ha enterado— habló ahora el guitarrista.
—Al final, todo desemboca en un mismo punto —tomó la palabra Emmett —somos personajes públicos, eso es un hecho— hizo una pequeña pausa —pero una cosa es nuestra profesión, y otra nuestra vida privada.
—Si dejas traspasar ciertos límites, luego es muy complicado salir de esa espiral— habló ahora Jasper —y algunos de nosotros, tenemos hijos— miró a Edward.
—Exacto— afirmó el aludido —creo que ese muro que hemos levantado, con el paso del tiempo, ha servido para poder mantener una vida más o menos, normal. Nuestros hijos son menores— miró al matrimonio Whitlock, que asintieron con la cabeza, dándole permiso para continuar —y debemos preservar su intimidad. Y es lo único que vamos a decir aquí con respecto a nuestros hijos.
—Y los que no somos padres— tomó la palabra Sam —también tenemos derecho a llevar una vida privada, fuera del ojo público.
—Puedes dedicarte a todo este mundo— añadió Rosalie —y luego llevar una vida normal, como cualquier ser humano.
—Creo que entendemos vuestro punto— respondió Laurent —y está claro que los niños deben quedar fuera de toda exposición mediática.
—Aunque haya famosos que se dediquen a sacarlos constantemente en la prensa— rodó los ojos Irina —o simplemente, hablar de ellos.
—Si tú te expones de manera constante, también te expones a que permanentemente se opine, tanto de tu profesión como de tu vida— habló Nessie —pero me refiero a una exposición real, dando día sí y día también declaraciones y opiniones.
—Una cosa es que yo salga de paseo con mi novia, y nos vean, y la prensa saque imágenes; o que te hagan depende qué tipo de preguntas— explicó Edward —desde el minuto uno Bella y yo no nos hemos escondido— enumeró —pero otra es ponerte a relatar día sí, y día también, tu día a día, o a dar exclusivas de lo que pasa en tu vida personal. La gente ya sabe que ella es mi pareja… pues ya está, punto.
—Es comprensible y respetable— le dio la razón Laurent.
—Por eso, con el paso del tiempo, creo que todos hemos aprendido que líneas se pueden traspasar, y cuales no— habló Alice.
—Y parece que va a ser la tónica habitual— sondeó Laurent a la publicista.
—Por nuestra parte, sí— le confirmó.
—¿Así que no vamos a poder veros en vuestros grandes días?— sonrió Irina, mirando a Emmett y Edward —me refiero a las bodas.
—Cuando pasen, diremos que nos hemos casado, y punto— le confirmó el batería.
—No vamos a dar ninguna exclusiva— añadió Edward, mirando a Bella, que asintió levemente con la cabeza —ni lo necesitamos, ni queremos hacerlo.
—Y nosotros compartimos esa idea— apoyó la modelo —queremos que sea un día especial, en compañía de nuestros seres queridos.
—Esperaremos las noticias— concluyó Irina —es vuestra decisión, y hay que respetarlo.
—Volviendo un poco al tema de Emily— Laurent se dirigió a Sam —¿cómo está la situación?
—Estamos en pleno proceso de divorcio— contestó —y obviamente, después de su estelar aparición, creo que se reflejó cómo son realmente las personas. Sí quería hacerme daño, realmente lo consiguió… pero no tenía que llevarse a más personas por delante —aludió a sus compañeros.
—Por lo que intuimos, todos le apoyáis— sondeó Laurent.
—Por supuesto— habló el batería —somos amigos, y sabemos que esta situación no es fácil para él.
—Al igual que sabemos que él no tuvo nada que ver en todo este asunto— añadió Alice.
—¿No eras consciente de lo que iba a hacer?
—No— afirmó, rotundo —nunca habría podido imaginarlo. Si ella quiere entrar en este juego, adelante; pero tendrá sus consecuencias.
—Por mi parte— tomó la palabra Rosalie —estaba dispuesta a emprender acciones legales contra ella. Si yo no hablo de mi vida, ella no tiene ningún derecho a hacerlo.
—Opino lo mismo— habló Edward.
—¿Apoyarías a tus compañeros, si alguno la demandara?— cuestionó Irina.
—Sí— confirmó, serio —cada uno debe ser consecuente con sus actos. Si te metes a opinar de vidas ajenas, sabes que a los aludidos puede no gustarle eso.
—¿Qué le diríais, en estos momentos, si estuviera frente a vosotros?— preguntó Irina, de manera general.
—Que se ocupe de sus asuntos, y deje a los demás en paz— concluyó Emmett, mirando a la modelo, que apoyó sus palabras.
—Que antes de hablar— tomó ahora la palabra Bella —piense en toda la gente que hay detrás; familias, hijos…
—Si su matrimonio ha fracasado, no es nuestra culpa— tomó la palabra Edward —ella no es quién para decir que yo, por ejemplo, voy a engañar a mi novia a la primera de cambio— aludió a otra lindeza que dijo Emily —ella no vive con nosotros, y en nuestra relación nos únicos que sabemos realmente la verdad somos Bella y yo.
—Que se guarde sus opiniones— musitó Jake —y nos deje en paz.
—Exacto— tomó la palabra Jasper.
—Sabe que, si hace daño a los chicos— Sam los señaló —me lo hace a mí. Y lo ha conseguido.
—Si ella quiere jugar sucio, adelante… jugaremos todos— se encogió de hombros Edward —pero no en platós de televisión…
—Sino en un juzgado— terminó la frase Rosalie.
—Pues el mensaje está mandado— alzó las manos Irina.
—La pelota está en su tejado— habló Sam.
Para alivio de todos, el regidor cortó la grabación pocos minutos después, para hacer un descanso, y dar una cierta tregua. Bella por fin, pudo soltar el aire y los nervios que había estado conteniendo desde el primer minuto. Y aunque el tema referente en su familia había sido tratado con delicadeza y respeto, no por eso dejaba de doler.
El cantante, después de hablar unos segundos con Irina y Laurent, agradeciéndoles el tono con el que había transcurrido la charla, decidió sacarla de allí, y que respirara aire fresco. Escondidos en uno de los rincones del jardín, por fin pudo rodearla con sus brazos, y consolarla, y en cuanto lo hizo, ella escondió la cara en su cuello, dejando que las lágrimas salieran.
—Ya está, cariño— la consoló su prometido, abrazándola contra él —ya ha pasado.
—Estaba muerta de miedo, y de nervios— hipó ella, todavía nerviosa —prométeme que no vamos a hacer esto a menudo.
—Por supuesto que no— le aclaró, suspirando —creo que todos hemos dejado bastante claro cómo va a seguir la relación con la prensa; y que esta entrevista es algo excepcional.
—¿Crees que habrá servido para algo?— exclamó ella, en tono pensativo, y ya un poco más tranquila, sin lágrimas de por medio.
—Si nuestra querida Emily no capta la indirecta, es que es idiota— resopló —la advertencia era clara, al igual que todo el asunto de los reporteros— siguió hablando —me da igual si Jenks no va a poder cogerse vacaciones en meses— meneó la cabeza —nuestra postura seguirá siendo la misma— la castaña asintió lentamente con la cabeza.
—Ojalá la advertencia sirva para algo.
—Esperemos que sí, cariño— la intentó tranquilizar, besando su frente —has sido muy valiente— la intentó animar con una sonrisa —y has estado muy bien.
—Tú también— sonrió ella, rememorando en su mente las palabras de apoyo, tanto hacia sus padres y a ella —gracias, por estar a mi lado, y apoyarme, sobre todo con el tema de Riley.
—¿Cómo no iba a hacerlo?— le devolvió la pregunta, juntando su frente con la suya —¿qué clase de marido sería?— sonrió, de manera torcida —tengo que cuidar de ti, de Amy… y del ejército de calabacitas que vamos a tener— refutó, con una sonrisa satisfecha.
—¿Ejército?— sondeó su prometida —¿hola?— le saludó, de manera divertida —te refresco la memoria; la que voy a pasar los embarazos soy yo— el cantante escondió una sonrisa —¿cuántos quieres tener?, ¿y sin salen niños?
—¿Y tú?— le devolvió la pregunta.
—Dos, seguro— le sacó de dudas ella, sonriendo levemente —el tercero habrá que negociarlo.
—Y lo negociaré— replicó, pagado de sí mismo —tengo mis métodos para convencerte— musitó, bajando la voz —además, creo que es muy divertido y satisfactorio ponerse a la labor— dejó un pequeño beso en sus labios —¿o no te lo parece?
—Todavía no ha llegado la hora de negociar, divo— le picó, rozando sus labios, pero sin profundizar el beso, cosa que hizo reír al cantante.
—Muy cierto— se dio por vencido —ahora en serio; lo hablaremos; y cuándo veamos que es el momento— enfatizó las dos últimas palabras —te quitas el anticonceptivo.
—Trato hecho— exclamó ella, ahora sí, besándole en condiciones —¿preparado para afrontar el otro tramo de entrevista?
—Al menos la parte personal ha pasado— suspiró, hastiado, encendiéndose un cigarrillo y aspirando —hablaremos un poco del trabajo de grupo, de cómo nos organizamos al viajar, y listo— refutó —y a buscar a la niña, y a casa— aludió a Amy, que les esperaría en casa de Esme y Carlisle, ya que no tenían ni idea de cuando acabarían.
—Estaba pensando una cosa— habló ahora ella; el cantante le dio una sonrisa, animándola a hablar —estaba pensando que, para el cumpleaños de la niña, vinieran mis padres— le tanteó, con precaución —así la ven, y pueden estar unos días con ella; pueden conocer a tus padres, a los chicos…— enumeró.
—Por supuesto, cariño— le dio la razón —yo también quiero que vengan, y que conozcan nuestra casa, y hacerles un poco partícipes de lo que hablemos con Demetri— aludió a los preparativos —podemos enviarles los billetes de avión.
—¿Preparado para mañana, para la otra gran entrevista?— aludió a la cita que tenían mañana por la mañana con el hermano de Rosalie.
—No sé si me da más miedo esto que estamos haciendo hoy, o la reunión de mañana— resopló; Bella rio suavemente.
—Con una gira de por medio, no podemos organizarla solos— le recordó ella.
—Eso es verdad— le dio la razón —mientras respete nuestras peticiones, todo irá bien— refunfuñó —y eso incluye un rotundo NO— enfatizó —a un castillo de hielo en mitad de la pista de baile, o a cisnes blancos pululando por ahí.
Bella se carcajeó suavemente, gesto que al final, fue compartido con su novio. Prosiguieron su conversación entre caricias y besos, sin percatarse de que la pareja de presentadores se acercaba a ellos, con sonrisas precavidas.
—¿Confidencias al oído?— musitó Laurent, con una sonrisa pícara.
—Puede— contestó el cantante, sonriendo.
—Has estado muy bien, Bella— le dijo Irina, de manera amable —sabemos que ha sido muy duro para ti.
—Lo ha sido— suspiró, apartándose un poco del abrazo de su novio —espero que sirva para algo.
—La entrevista va a tener mucha repercusión— le recordó Laurent —va a ser de las pocas veces que habléis de manera tan personal.
—La competencia de la cadena se va a llevar las manos a la cabeza— añadió Irina —no se lo espera nadie.
—Hay una cosa que queríamos preguntarte— Laurent miró a Edward, que le hizo un gesto con la cabeza, instando a que hablara —y es por la nueva relación de Tanya.
—Pero no queríamos hacerlo delante de las cámaras, y más, después de la noticia de vuestra futura boda— aclaró Irina —nos han llegado rumores de que se va a vivir a Inglaterra… ¿eso significa que se lleva a la niña?
—No voy a responder a eso— negó Edward con la cabeza; aunque Irina y Laurent siempre se habían portado bien con ellos, esa barrera seguía ahí —si ella se pronuncia, que lo haga; pero yo no voy a hacerlo.
—Es un tema que ataña a la niña— añadió Bella.
—Y por eso mismo, mantenemos la prudencia— siguió Edward.
—¿Entonces estabais al tanto?— siguió sondeando Laurent.
—Siempre estoy al tanto de cualquier tema que concierne a mi hija— le dijo, con un tono muy serio, y de forma indirecta, confirmándole la información —y hasta ahí puedo leer.
—Lo entendemos— intentó suavizar el ambiente Irina.
—¿Os ha sorprendido, la noticia de su divorcio?
—Hace mucho tiempo que dejó de interesarme la vida personal de mi exmujer— le explicó el cantante —sólo me interesa lo que concierne a mi hija. He tratado muy poco a James, pero lo que os puedo asegurar es que con Amy siempre se ha portado muy bien, y yo le estoy muy agradecido por eso.
—Comprendo— asintió Laurent —no vamos a decir nada de esto último, podéis estar tranquilos con respecto a eso— les aseguró —pretendemos seguir llevándonos bien con vosotros.
—Pero es cierto que se habla del tema— añadió Irina; la pareja asintió en silencio —y teníamos que preguntar; se muda al otro lado del charco y, por lo que parece, de manera permanente. Y tenéis una hija en común… ya me entiendes.
—Con el tiempo, se verá lo que ocurre— negó Edward; no iba a decir nada, y menos aún, con la custodia sin resolverse. La pareja de periodistas asintió en silencio.
—Nuestra más sincera enhorabuena— cambió de tema Irina, mirando a Bella con una sonrisa.
—Venimos de felicitar a Emmett y Rosalie— sonrió Laurent —no puedo creer que vuelvas a casarte— negó con la cabeza, mirando al cantante.
—Gracias— sonrió Bella.
—Yo tampoco me lo había planteado de nuevo… hasta que ella apareció— respondió, mirando a su prometida con una sonrisa.
—Te lo dije en la rueda de prensa de la discográfica— habló ahora Irina —ya era hora de que te echaras una novia con cerebro.
—Gracias de nuevo, por el cumplido— volvió a decir Bella.
—Te conocemos desde hace muchos años, y nunca te habíamos visto así— siguió hablando la periodista —se os ve muy felices juntos.
—Lo somos— afirmó Edward.
—Eso se ve— contestó Laurent —sé que vais a celebrar la boda sin que nos enteremos— alzó las manos.
—Aún así, espero poder ver lo guapos que vais a estar— sonrió Irina.
—Os aseguro que seréis de los primeros en enteraros, cuando haya pasado— concedió Edward —sé que Emmett y Rosalie también tendrán esa consideración con vosotros, y no seremos menos. Nos habéis ayudado; con el tema de Sam, de la prensa, callando muchas cosas…— enumeró —y eso lo sabemos, y lo agradecemos.
—Nosotros también os agradecemos esa deferencia— habló Laurent.
La pequeña charla terminó cuando uno de los regidores vino a avisarles, para afrontar la recta final de la entrevista. Ahora todo se iba a enfocar en los temas de trabajo en general, por lo que Bella y Edward, al igual que el resto, estuvieron mucho más relajados y participativos, incluso bromeando y riendo cuando les hicieron un pequeño test de personalidad, debido a las respuestas y a las explicaciones que daban.
Y cómo no podía ser de otra manera, terminaron cantando en el pequeño estudio; con las chicas y los presentadores detrás de las cámaras, y por una vez, con parte de la banda al lado de ellas. Tan sólo estaban Jake y Edward, guitarras en mano, interpretando una versión acústica de una de sus canciones…
"Me es difícil decir las cosas
que a veces quiero decir.
No hay nadie más que tú y yo,
y esa farola rota…"
Bella y Nessie seguían atentas la improvisada actuación; y cómo siempre, los ojos verdes que tanto amaba la buscaban con la mirada, diciéndole y expresándole muchas cosas…
"Todo lo que tengo para darte son
estas tres palabras, esta noche…
Gracias por quererme.
Por ser mis ojos
cuando no podía ver.
Por separar mis labios
cuando no podía respirar.
Gracias por quererme…"
Sintió un pequeño apretón en la mano; al girar su cabeza, se encontró con la sonrisa de Rosalie, y un guiño cómplice por parte de Emmett…
"Nunca supe que tenía un sueño,
hasta que ese sueño fuiste tú.
Cuando te miro a los ojos
el cielo es de otro azul.
Atraviesa mi corazón,
no llevo ningún disfraz…"
—Es increíble— susurró Irina a su esposo, observando en la sonrisa del cobrizo mientras cantaba —fíjate como la mira.
—Cuando se emita la entrevista el sábado, creo que esto va a callar muchas bocas… sobre todo a cierta petarda— sonrió Laurent, malicioso.
—O a varias— corrigió Irina, volviéndose, y disfrutando de la canción.
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Y por fin, el trago que más temía Bella finalizó. Respiró aliviada cuando su novio y ella salieron de la casa del matrimonio Whitlock con su coche, pasadas las seis de la tarde, para ir a buscar a su pequeña y marcharse a la intimidad de su hogar.
Al día siguiente, jueves, la pareja dejó a la niña en el colegio, como era su costumbre, para después dirigirse al centro de la ciudad. Aparcaron el coche y fueron a comprar un café que disfrutaron paseando hasta la oficina de Demetri. A las diez en punto estaban sentados en un sofá color marrón oscuro, en consonancia con el inmenso despacho del estilista, con una decoración de estilo industrial, que combinaba raramente bien con unas cortinas azul pálido.
—Bien, chicos— el estilista se frotó las manos, a la vez que se sentaba frente a ellos en un sillón individual de color rojo pasión, y con su ya archiconocida agenda color lima chillón, abierta en su regazo —vamos al lío.
—Socorro— musitó Edward, de brazos cruzados y casi, rodando los ojos. Su prometida contuvo la risa.
—Lamento deciros que no hay nada disponible en el Lago Tahoe y sus alrededores para agosto— les empezó a decir —los resorts que más nos convenían, sobre todo en lo referente a la seguridad, ya tienen bodas contratadas en esas fechas.
—Vaya— suspiró Bella, con una mueca de pena —me encantaba el lugar.
—A mí también— le dio la razón el cantante.
—Pero… que no cunda el pánico— se explicó, haciendo un divertido gesto con las manos —tenemos varias opciones a considerar. He tenido a mi equipo rastreando el estado de California de arriba abajo, y creo que hemos dado con un sitio espectacular, que es lo primero que voy a mostraros.
—Somos todo oídos— replicó Edward, enderezándose de su asiento.
—Hemos encontrado un resort de lujo, en Ben Lomond— les reveló, sonriendo.
—¿Dónde está eso?— le preguntó Bella, con el ceño fruncido.
—Me suena que está a unos veinte kilómetros de Santa Cruz, ¿me equivoco?— le preguntó Edward a Demetri.
—Exacto— y a unos cincuenta de la ciudad de San José— les aclaró, tecleando en su Ipad —¿tienes el tuyo, o te paso el mío?
—Dame el bolso— le pidió Bella a su novio, ya que estaba en su lado del sofá. Este se lo tendió, sacando su propio Ipad.
—¿Qué tengo que buscar?— preguntó, una vez lo encendió, y se puso las gafas.
—Waterfall Lodge and retreat— les explicó Demetri. Es un fabuloso resort, compuesto de pequeñas cabañas individuales, todo ello enclavado en un precioso parque de secuoyas.
—Vaya— musitó Bella, una vez cargó la página; a su lado, Edward también lo miraba, asombrado.
—Que bonito— aprobó el cantante; era un paraje de ensueño, con enormes secuoyas centenarias, mezcladas con pequeñas cascadas y senderos verdosos.
—Tengo la sensación de estar viendo un pequeño rincón de un bosque de hadas— suspiró Bella, enamorándose del lugar. El cantante vio de reojo la cara de su prometida, y supo que Demetri había dado en el clavo.
—Exacto— refutó Demetri, satisfecho —porque eso, querida Bella, es lo que es. Parece sacado de un cuento; tienen un espacio montado para las ceremonias, a los pies del bosque, rodeados de árboles, y luego para el convite, se puede hacer tanto al aire libre cómo en el salón cubierto que tienen— les siguió relatando, a la vez que veían las fotografías.
—¿Edward?— su calabacita le miró, esperando su opinión.
—El sitio me parece fabuloso— admitió, ya que le encantaban ese tipo de parajes naturales —¿está libre para el seis de agosto?
—Eso es lo mejor— le explicó —ellos sólo hacen una boda por fin de semana— les explicó —justamente, ha habido una cancelación para ese día. Me lo confirmaron ayer a última hora, por correo electrónico.
—¿Por lo tanto, está libre?— preguntó Bella.
—Si me dais el sí antes de esta tarde, es vuestro— les aclaró —es un paraje recóndito y muy, muy discreto— le explicó ahora al cantante —he estado hablando con los dueños; por supuesto todavía, no he dicho quien se casaba, aunque se han imaginado que era alguien importante o conocido, porque lo primero que he hecho ha sido preguntarles si estaba permitido contratar medidas de seguridad. No nos ponen ninguna pega; es más, me han comentado que alguna vez ya lo han tenido que hacer así.
—Eso es un punto a su favor— admitió Edward.
—El resort está compuesto de treinta y dos cabañas, perfecto para alojar a los invitados— les siguió relatando —las cabañas están esparcidas a lo largo del bosque. También hay una especial, para pasar la noche de bodas— sonrió malicioso, haciendo que el cantante rodara los ojos —y otra para que la novia duerma su última noche y se vista, con dos dormitorios y una pequeña cocina.
—Es increíble.
—También tenemos el lodge; está pegado a salón de recepciones; consta de dos dormitorios, dos baños y una cocina inmensa. Hay pueden dormir Edward, sus padres y la niña, por ejemplo, la noche anterior, y tú en la cabaña de la novia, con los tuyos.
—Creo que Amy se querrá ir contigo— negó Edward con la cabeza, sonriendo, y mirando a su chica.
—El resto de las cabañas pueden alojar entre dos y cuatro personas— siguió explicando —se pueden alojar en el complejo en total, a ochenta y dos personas— siguió explicando Demetri, consultando unas hojas —¿previsión de invitados?
—Aparte de nuestros padres y Amy; los chicos, por supuesto, y respectivas— Demetri sonrió —los padres de Jasper, los de Emmett, los tuyos— el estilista asintió, complacido —el padre de Jake y su tía Sue— empezó a enumerar Edward.
—Los niños también— añadió Bella.
—Bill, Seth, Paul, Embry y Jared, y sus respectivas parejas— aludió el cantante al equipo que trabajaba con ellos —Aro y la amiguita del momento— musitó, hastiado —y pienso mandarle invitación a Steven Tyler— aludió a su buen amigo —no es para menos— miró a su novia, con una sonrisa.
—Carmen, Eleazar y sus dos hijos— siguió Bella —mi amiga Ángela y su marido, y su hijo; los padres de Ángela— le siguió contando —el padre de Ángela es reverendo, y claro está, me conoce desde la infancia. Me gustaría que nos casara— le explicó —Edward y yo lo hablamos el otro día.
—Por supuesto— aprobó Demetri.
—¿Alguien más de Forks?— le preguntó su novio —¿algún amigo más de tus padres?
—En principio, no— le dijo.
—A mi me gustaría invitar a Tyler— le sondeó; durante sus vacaciones de primavera habían coincidido bastante con él en Forks, y había pasado muchos ratos con él y con Ben, en el parque, mientras Amy y Kyle jugaban.
—Está bien— aprobó la castaña; a pesar de que era más amigo de Mike que de ella, siempre se habían llevado bien —en principio, creo que está todo el mundo.
—Del estilo a la de mi hermana, boda íntima— aprobó —así nos sale…— empezó a contar —unos cincuenta invitados, más o menos— la pareja asintió —ya que el bebé de Alice y Jasper aunque venga, no cuenta— hablaba Demetri para el mismo —hasta ochenta y dos, que puede alojar el resort, tenemos de sobra— refutó, satisfecho.
—Entonces, creo que puedes hacer la reserva— le dijo Edward —todo el complejo, para el fin de semana.
—Está hecho— afirmó, pagado de sí mismo —chicos, ya tenéis sitio— juntó sus manos, en un gracioso gesto. Bella y su chico se miraron, con una sonrisa.
—Lo primero eso, y habla con empresas de seguridad— seguía diciendo el cantante.
—Hablaré con la misma empresa que han contratado Emmett y Rosie— les aseguró —al ser resorts privados, y cerrados a cal y canto para esos días, no necesitaremos toldos ni nada que tape; con guardas en diferentes sitios, creo que podremos hacerlo.
—Si hay que recurrir a lo otro, no me importa— seguía recomendado el cobrizo —vamos a hacer cómo tu hermana, distribuiremos una foto al día siguiente— Demetri asintió —pero no me apetece tener a la prensa cual acecho, quiero que la gente este tranquila, y disfrutando.
—De todas formas, me gustaría acercarme a verlo, algún fin de semana que estemos libres— dijo Bella —¿es posible?
—Claro— afirmó el organizador, tomando notas como un loco —decidme el día que os viene bien, o un fin de semana, y sin problemas.
Mientras Demetri tomaba notas como un poseso, la pareja seguía admirando las fotografías del lugar. El cobrizo sonreía, viendo la cara de su chica, mientras su mente empezaba a divagar el momento en el que vería a su calabacita vestida de blanco, del brazo de su padre, caminando hacia él.
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Gracias a todas las chicas que seguís en este maravilloso mundo que es Fanfiction; a las que retomáis la historia, a las que os sumáis a ella, a las que leen, a las que habéis opinado y las que opináis ahora…
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Dana masen cullen; Beastyle; DiAnA FeR; Lore Yalniz aimant; Gemaliz96; Lore456; Kushina; Tamara; Tsuazolara; Camila; Isabella33; Camela; NellyEsp; Azabella45; Melissa; Stephani227; The letters of Breaking Down; Abus26; M Shili; Juli; Altaviana; Basileia75; SunEvening21; Ana; Lily len; Kristenbellalove; Colu cullen; Daviana Mendozai; Mina Rox; Sofi; Alex; Amarie F; AliciaGA; Antarez; Ana Cullen Hale; Achiu; Alisea; angelabarmtz; Belly swan dwyer; bautistagenesis92; berecriss; Brigitte; Bitah; Charlie; Chikita; Caro Cullen Hale; cavendano13; danny; Dai; DaniPattz; Doris; Dulce princesa: Elianafanfiction; Estefana Darcy; eLYcel; eli music love; Florchiz; Fernanda 21; Gaby; Ginger; Gigi iwanaha; Ivon Ramirez; Julisa; JessiJ; Karenina; Kiks Cullen; Karen McCarthy; Keith86; Lizz: lore9211; Lila Blomkist: Mty mx: MiireBC: Marta; misslangdon; Melissa: monigazano; misscullensanchez; Mica Daz; mizheHale; musa77; macedonia2014; m—kitten07; Nelly; NeKAyJi; nelsy; Ni fu ni fa; nina; NuRySh; Natalie; 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Sara, Cris… lo prometido es deuda.
Un besazo y nos vemos la próxima semana!
